Importación de bienes de consumo duradero y crecimiento económico en América Latina (1890-1913) Carolina Román Ramos Director: Alfonso Herranz



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Transcripción:

Importación de bienes de consumo duradero y crecimiento económico en América Latina (1890-1913) Carolina Román Ramos Director: Alfonso Herranz Programa Interuniversitario de Doctorado en Historia e Instituciones Económicas (UB-UAB) Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales Universidad de Barcelona Barcelona, setiembre de 2006

INTRODUCCIÓN...3 PRIMER CAPÍTULO: Contexto y Antecedentes...7 I. La inserción de América Latina en el mercado internacional... 7 I.1 América Latina en la Primera Globalización... 7 I.2 El sector exportador y crecimiento económico... 13 I.3 Desempeño de las importaciones... 19 II. La relación entre nivel de renta y consumo... 24 II.1. Algunas consideraciones generales... 24 II. 2 Antecedentes... 28 SEGUNDO CAPITULO: El consumo de bienes duraderos en América Latina (1890-1913)...30 I. Elaboración de las series... 30 I.1. El análisis del consumo de bienes duradero a través de los datos de importación... 31 I.2. Selección de los bienes duraderos... 35 II. Análisis descriptivo de las series de consumo... 36 II.1 Evolución del consumo de bienes duraderos en América Latina... 37 II. 2 Análisis comparativo entre países... 41 TERCER CAPÍTULO: Estimación de la función de demanda de bienes de consumo duradero y análisis de resultados...49 I. Estimaciones por datos de panel... 49 I.1. El modelo... 49 I. 2. Descripción del panel de datos: estimación y resultados... 51 I.3 Estimación por categoría de bienes... 59 II. Implicaciones de los resultados sobre los niveles de renta de otros países.... 61 CUARTO CAPÍTULO: Conclusiones y posibles líneas de investigación...62 BIBLIOGRAFÍA...66 ANEXOS: Construcción de las series y fuentes estadísticas...73 I. Consumo de bienes duraderos por países... 73 II. Población... 75 III. Índice de precios de exportación... 75 IV. Precios relativos... 76 V. Índice de Precios al Consumo... 77 VI. Tipo de Cambio... 77 VII Aranceles... 78 VII Producto Interno Bruto per capita... 79 2

INTRODUCCIÓN 1 En América Latina existe un vacío de información sobre numerosas variables cuantitativas en el período anterior a la elaboración cuentas nacionales y, en este sentido, se sabe muy sobre el consumo desde una perspectiva cuantitativa y comparada 2. En este trabajo se aporta evidencia sobre la evolución del consumo de bienes duraderos a partir de las estadísticas de importaciones para 19 países de América Latina en el período comprendido entre 1890 y 1913, con dos objetivos. En primer lugar se pretende describir la evolución del consumo de bienes duraderos y su vinculación con el crecimiento económico, con el ánimo de conocer más acerca de las historias nacionales y mejorar nuestra información sobre períodos en los cuales se dispone de escasos datos cuantitativos. En segundo lugar, para seis países de los cuales se dispone de información robusta sobre los niveles de renta se realiza una estimación de la demanda de consumo, con el objeto de analizar las características de la relación entre renta y consumo de bienes duraderos. Existe un relativo consenso en que el consumo agregado es una medida resumen del nivel de vida ya que constituye un componente importante del bienestar de las personas 3. Los cambios que se producen en la composición de la demanda y en las pautas de consumo de una sociedad dan indicios sobre los niveles de vida y también sobre la distribución del ingreso al interior de esta. Asimismo, la aparición de nuevos bienes en la cesta de consumo refleja el progreso económico y puede contribuir a mejorar el bienestar de las personas, en la medida que estos bienes permiten incrementar la calidad de vida en diversas esferas alimentación, vivienda, trabajo, transporte, entretenimiento- y/o mantenerla a un menor costo 4. A su vez, la difusión de nuevos bienes genera el desarrollo de complementariedades, de nuevas invenciones e innovaciones 5. 1 Este trabajo ha sido realizado en el marco del Proyecto Importaciones y modernización económica en América Latina, 1890-1960, (BEC 2003-0190) y sobre la base de datos del mismo. Agradezco la ayuda financiera así como los comentarios y sugerencias de todos sus miembros. 2 Existen algunos estudios sobre el consumo y la cultura material en América Latina desde una perspectiva más cualitativa, por ejemplo Bauer (2002) que estudia la evolución del consumo, la vestimenta, y otros bienes desde la época precolombina hasta la actualidad. 3 Deaton y Zaidi (2002) 4 Bresnahan y Gordon (1997) 5 Raff y Trajtenberg (1997), p.37 3

Sobre la historia del consumo se sabe relativamente poco, si se lo compara con el conocimiento que se ha desarrollado en otras áreas socio-económicas: To economic historians concerned with growth and development which is to say almost all economic historians- interest in studying production has, traditionally, far exceeded interest in studying consumption 6. Sin embargo, el consumo ha constituido a lo largo de la historia una actividad fundamental de las sociedades. Our lives today are dominated by the material objects that proliferate all around us, and by the prospects and problems they afford. It is peculiar that the history of this world of goods has at least till very recently been so little addressed by historians. Economic history has long been entrenched; social and cultural history have vastly expanded their domains in recent years. Yet none of these disciplines has set the history of consumer societies high on its agenda; and, though the opportunities are present, the three have rarely joined forces to tackle what ought to be a fruitful and unifying mutual concern 7. Como se mencionó anteriormente, el análisis del consumo permite aproximarnos a otras esferas de las realidades socio-económicas que caracterizan a las sociedades. El consumo se encuentra vinculado con el crecimiento económico, los niveles de vida, la distribución de la renta, el grado de modernización de las sociedades, etc. En este sentido, el consumo de bienes parece una buena aproximación a los cambios en los niveles de vida de la población y por tanto puede convertirse en un indicador de bienestar o una proxy de los niveles de vida. En este trabajo se aborda el estudio de un tipo concreto de bienes; los de consumo duradero. En el período 1890-1913 los bienes duraderos provenían en su totalidad de las importaciones y por tanto las estadísticas de comercio exterior constituyen una fuente de información que permite la construcción de series de consumo para un amplio grupo de países latinoamericanos. Los bienes duraderos se caracterizan por tener una elasticidad-renta alta y en este período de análisis pueden ser considerados bienes de lujo. No obstante, se observa un intenso crecimiento en su presencia en los países de América Latina, relacionado en cierta medida con el contexto de la Primera Globalización, caracterizado por una fuerte inserción del continente en la economía mundial y un crecimiento económico liderado por las exportaciones. 6 Shammas (1993), p.177 7 Brewer y Porter (1993), Capítulo 1, p.1 4

La etapa de 1870-1930 fue considerada para gran parte de los países latinoamericanos la edad de oro de las exportaciones experimentando un crecimiento económico y cierta prosperidad material (por lo menos para los grupos dominantes y la emergente clase media urbana) 8. Entre mediados del siglo XIX y la Primera Guerra Mundial, el desarrollo industrial en Europa y Estados Unidos impulsó una creciente demanda de productos primarios, al mismo tiempo que se producía un excedente de productos manufacturados para el cual era necesario encontrar nuevos mercados. Así pues, América Latina, con su precaria base industrial y un sistema comercial abierto, se insertó en el comercio internacional como importadora neta de manufacturas y exportadora neta de productos primarios 9. La Primera Globalización se caracterizó por un incremento sostenido en el intercambio de mercaderías y un descenso de los fletes, donde los precios internos de los productos de consumo tendieron a converger con sus equivalentes internacionales. La región comenzó a desarrollar un intercambio intenso de bienes y factores 10. Este contexto de auge de las exportaciones y crecimiento económico general permitió un incremento de las importaciones y, en particular, de las de bienes de consumo, dada la vinculación directa del consumo con los niveles de renta. El trabajo que se presenta está estructurado en cuatro capítulos. El primer capítulo está compuesto por dos partes. En primer lugar se presenta la situación de América Latina en el período de estudio, 1890-1913, analizando el contexto internacional de la Primera Globalización, las exportaciones y la disparidad en el crecimiento económico, y el desempeño de las importaciones. En segundo lugar se analiza la relación entre los niveles de renta y el consumo, discutiendo algunas consideraciones generales y presentando algunos antecedentes de la literatura. En el segundo capítulo, en primer lugar se discuten los aspectos metodológicos de la elaboración de las series de consumo duradero, discutiendo las fuentes utilizadas y los criterios aplicados en la selección de bienes. En segundo lugar, se realiza un análisis descriptivo de la evolución del consumo en América Latina en su conjunto, y en perspectiva comparada entre los países de la región. 8 Halperín Donghi et al. (2002) 9 Bulmer-Thomas (1998), p.93 10 Hatton y Williamson (1995), p.26 5

En el tercer capítulo se presenta una estimación de la demanda de consumo de bienes duraderos entre 1890 y 1913 a través de la técnica de datos de panel para seis países latinoamericanos Argentina, Brasil, Chile, Cuba, México y Uruguay- de los cuales se dispone de datos robustos de renta per cápita. El mismo ejercicio se repite para la demanda de cuatro categorías de bienes (transporte, instrumentos de música, máquinas de coser y relojes). A partir de los resultados obtenidos, se plantean cuales son las implicaciones sobre los niveles de renta de otros países. En el cuarto capítulo se plantean las conclusiones y algunas líneas futuras de investigación. Por último se presentan las referencias bibliográficas y el anexo, que incluye la descripción sobre la construcción de las series y las fuentes estadísticas utilizadas. 6

PRIMER CAPÍTULO: Contexto y Antecedentes En este primer capítulo se presenta la situación de América Latina en el período de estudio, 1890-1913, analizando el contexto internacional de la Primera Globalización, el desempeño exportador y el crecimiento económico, así como el desarrollo de las importaciones. En segundo lugar se analiza la relación entre los niveles de renta y el consumo, se discuten algunas consideraciones generales y se presentan algunos antecedentes de la literatura. I. La inserción de América Latina en el mercado internacional El período de estudio, 1890-1913, se inserta en lo que se denominó la Primera Globalización, caracterizado por el fuerte intercambio de bienes y factores. América Latina se integró en el comercio internacional como exportadora neta de productos naturales e importadora neta de manufacturas. La región en su conjunto experimentó un crecimiento económico liderado por las exportaciones, aunque existió una gran heterogeneidad en el desempeño entre países. El auge exportador constituyó una fuente de financiación para la expansión de las importaciones y el crecimiento económico implicó un incremento en el consumo de bienes. En este apartado, en primer lugar se realiza una breve descripción de la situación de las economías latinoamericanas entre 1890 y 1913, y se presentan los principales rasgos de la Primera Globalización. En segundo lugar se analiza el sector exportador como principal motor de crecimiento y se discute la disparidad en el desempeño económico. Por último se estudia el desarrollo de las importaciones en América Latina que constituye la variable más relevante para el trabajo de investigación que se propone. I.1 América Latina en la Primera Globalización Según Bulmer-Thomas (1998) el siglo XIX, para América Latina se caracterizó por la independencia de los países producida entre 1808 y 1825, y por la temprana inserción en la economía internacional a partir de mediados del siglo XIX y, sobre todo, a partir de 1870. El período inmediatamente posterior a la independencia de los países de América Latina de España y Portugal (1820-1870) se caracterizó por un crecimiento modesto de sus economías, orientadas a la exportación, que permitió ir superando la 7

destrucción y el caos causado por las guerras de independencia. No obstante, la creación de la nacionalidad fue traumática e incompleta en la mayoría de los países, debido a las guerras civiles que se sucedieron y la ausencia de comunicaciones modernas. Esta determinó una fragmentación interna y el desarrollo tardío de un verdadero mercado doméstico. Las regiones estaban mejor integrados con los puertos de Europa o los Estados Unidos que entre sí 11. De este modo, las economías latinoamericanas comenzaban a incorporarse al nuevo orden económico internacional dominado fundamentalmente por Gran Bretaña y basado en el libre comercio. Como resultado, hacia fines del siglo XIX, América Latina se encontraba plenamente inserta en el comercio mundial como exportadora neta de materias primas e importadora neta de manufacturas. La etapa comprendida entre 1870 y 1930 fue considerada para gran parte de los países latinoamericanos la edad de oro de las exportaciones, que se tradujo en un crecimiento económico y cierta prosperidad material (por lo menos para los grupos dominantes y la emergente clase media urbana) 12. Entre 1870 y 1913 América Latina experimentó un crecimiento promedio de su renta per capita de 1,8%, contrastando con el estancamiento del período anterior (Cuadro 1). En términos comparados, América Latina tuvo un mejor desempeño que Europa Occidental, cuya tasa de crecimiento fue del 1,3%, e incluso su crecimiento fue de la misma magnitud que el experimentado por las economías de nuevo asentamiento (Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda y Canadá). La expansión económica que experimentaron los países latinoamericanos estuvo basada en las exportaciones como principal fuente de crecimiento y en la tasa de crecimiento de las economías más avanzadas, que estaba respondiendo en parte al incremento de la producción industrial. En este período se observa un crecimiento promedio de la renta per cápita de la economía mundial de 1,3%, más del doble que el período anterior. 11 Ocampo (2004) 12 Halperín Donghi et al. (2002) 8

Cuadro 1. Tasa de Crecimiento del PIB per cápita, promedios regionales (en porcentaje) 1820-1870 1870-1913 1913-1950 Europa Occidental 0,98 1,33 0,76 Estados Unidos, Australia, Nueva Zelandia y Canadá 1,41 1,81 1,56 América Latina -0,03 1,82 1,43 Mundo 0,54 1,30 0,88 Fuente: Maddison (2003) Este período de la era de las exportaciones se caracterizó por un patrón de especialización basado en los recursos naturales, los flujos de capitales y, en algunos países, la migración laboral internacional 13. Las exportaciones latinoamericanas pasaron de representar un 10% del PIB en 1850 a un 25% en 1912 14. Esta expansión de las exportaciones se vio reflejada en un incremento de la participación de la región en el comercio mundial, que alcanzó un 8,6% en 1911-1913 15 (Cuadro 2). La integración de América Latina en la economía mundial se basó en la exportación de productos primarios: productos agrícolas y ganaderos de clima templado, como los cereales (maíz, trigo), la carne ovina y vacuna, las lanas y otros derivados del ganado; productos agrícolas tropicales, producidos generalmente en régimen de plantación, (el café, el azúcar, el algodón, el tabaco, el cacao, los plátanos, el caucho) y metales y minerales (como la plata, el oro, el cobre y el estaño). Todos estos productos significaban más del 80% de las exportaciones totales (Cuadro 2). 13 Ocampo (2004) 14 Bulmer-Thomas (1998), p. 506, cuadro A.2.1. 15 Ocampo (2004) 9

Cuadro 2. Exportaciones Latinoamericanas, 1860-1929 1859/1861 1899/1901 1911/1913 1927/1929 Valor de las exportaciones (Millones de dólares) América Latina 1/ 292 664 1493 2954 Participación en el comercio mundial (porcentaje) 7,1% 8,6% 9,2% Composición de las exportaciones 2/ Productos tradicionales Agrícolas y forestales 41,2 28,5 24,5 16,9 Minerales 18,8 14,2 13,0 6,6 Café 18,2 18,5 18,6 18,0 Productos dinámicos Agrícolas 3,9 22,2 24,4 27,7 Minerales y petróleo 0,2 1,2 4,7 14,2 suma en % 82,3 84,6 85,2 83,4 Fuente: Ocampo (2004) 1/ Los datos se refieren a los países de América Latina en desarrollo, excluidas las Antillas Británicas. 2/ Participaciones porcentuales en el total de las exportaciones, excluidas las no clasificadas. Incluye a las Antillas Británicas. Productos agrícolas y forestales tradicionales: azúcar, tabaco, pieles y caucho. Minerales tradicionales: metales preciosos, guano y nitratos. Productos agrícolas dinámicos: cereales, lana y carne. Minerales dinámicos: cobre y estaño. El crecimiento de las exportaciones estuvo acompañado de una relativa mejora en los términos de intercambio. Durante el siglo XIX se produjo una mejora en los términos de intercambio de los productos primarios, aunque el decenio de 1890 fue un punto de inflexión para algunos de los bienes, especialmente el café 16. La revolución de los transportes desde mediados del siglo XIX hasta la Primera Guerra Mundial, en particular la máquina a vapor aplicada a la navegación y los ferrocarriles, determinó el descenso de los costos de transporte, lo cual benefició la convergencia en los precios de los bienes 17. Según Bértola y Williamson (2004) esta convergencia de precios determinó una mejora en los términos de intercambio para todos los socios comerciales en la medida que los precios de exportación de cada país se incrementaron como resultado de la caída en los precios de transporte y los precios de las importaciones descendieron. Por otra parte, en cuanto a los otros dos aspectos fundamentales de la Primera Globalización, el crecimiento de las exportaciones estuvo acompañado por movimientos de capital y de mano de obra. Por un lado, el capital extranjero penetró en la región en grandes cantidades y se destinó principalmente a los ferrocarriles, la infraestructura y 16 Ocampo (2004) 17 Bértola y Williamson (2003) 10

los bonos gubernamentales (que se utilizaban a su vez para financiar la infraestructura y las guerras). Hasta la Primera Guerra Mundial, Gran Bretaña fue la principal fuente de financiación, seguida por otros países europeos como Francia y Alemania, que tuvieron un papel significativo, mientras que las inversiones norteamericanas se mantuvieron en magnitudes menores hasta 1890. Estas últimas se encontraban muy concentradas en el inicio en pocos destinos: minas de oro y plata en México, ingenios de azúcar en Cuba, líneas ferroviarias y plantaciones en América Central, y otras pocas compañías de ferrocarriles en Ecuador y Colombia. Cuba y México representaban en 1897 el 80% del total de inversiones directas de Estados Unidos pero en los años siguientes las inversiones se incrementaron en la minería chilena y peruana. Entre 1897 y 1914 el total de la cartera norteamericana pasó de 300 a 1.600 millones de dólares, y se convirtió en la quinta parte del capital extranjero invertido en América Latina (mayoritariamente inversión directa) 18. A su vez, Latinoamérica representaba la mitad del total de capital exportado por Estados Unidos 19. Por su parte, las inversiones europeas en América Latina significaron un monto de 7.000 millones de dólares en 1914, y se encontraban más dispersas geográficamente que las norteamericanas. A diferencia de las de Estados Unidos, una mayor proporción de las europeas correspondía a inversiones de cartera: infraestructura (ferrocarriles, puertos, tranvías, compañías de luz y otros servicios públicos) y títulos del Estado 20. A pesar de la fuerte afluencia de capital, los flujos estuvieron marcados por un cierto grado de inestabilidad. Si bien existía un marco general de estabilidad monetaria gracias al patrón oro, esto no impidió que algunos países sufrieran episodios de inconvertibilidad, como Argentina, Brasil, Chile y Colombia 21. Por un lado, la crisis económica de la mayoría de los países industriales avanzados durante la primera mitad de la década de 1890 coincidió con la crisis de Baring, el incumplimiento de los pagos por parte de Argentina y una fuerte caída de los préstamos extranjeros en general. México, por su parte, sufrió especialmente las consecuencias de la recesión de 1907-1908 22. Los mercados de capitales interiores se veían también afectados por los ciclos externos que se transmitían a las economías nacionales debido a la fuerte dependencia 18 Glade (2002), p.84 19 Cárdenas, Ocampo y Thorp (2000), p.4 20 Glade (2002), p.85 21 Ocampo (2004), p.9 22 Glade (2002), p.56 11

de las finanzas del sector público en las recaudaciones aduaneras, y de los vínculos entre la balanza de pagos y la oferta monetaria. El crecimiento de los ingresos del sector exportador implicaba un aumento de la capacidad de importar facilitando la recaudación de recursos por parte del Estado, ya que su principal fuente de financiación era a través de los impuestos a las importaciones y también en algunos casos impuestos a las actividades exportadoras más dinámicas 23. El tercer aspecto que caracterizó este período fue el movimiento masivo de mano de obra. Se estima que, entre 1820 y 1930, aproximadamente 60 millones de personas emigraron de las regiones Europeas caracterizadas por recursos naturales escasos y trabajo abundante, hacia países del nuevo mundo con abundancia de recursos naturales y escasez de mano de obra 24. América Latina recibió aproximadamente 12 millones de emigrantes europeos y asiáticos (una quinta parte de la emigración mundial). La mayoría de este contingente llegó en la primera postguerra mundial, siendo las regiones del Sur las principales receptoras: Argentina (7 millones) 25, Brasil, Chile y Uruguay. Otra parte de la mano de obra se dirigió hacia la agricultura de plantación en el Caribe y el Perú. En este caso se trató, sobre todo de personas procedentes de Asia que emigraron hacia Perú y trabajadores negros de las Antillas que se trasladaron a ocuparse en plantaciones de banano de Centroamérica, la industria del azúcar en Cuba y las obras del Canal de Panamá. Las políticas migratorias en estos países fomentaban la llegada de inmigrantes pero se volvieron más restrictivas, entre 1910 y 1920 26. En resumen, América Latina luego de una etapa de desempeño moderado de las economías, a partir de 1870 experimentó un período de crecimiento económico liderado por las exportaciones que fue acompañado por un fuerte flujo de capitales y movimientos migratorios. Sin embargo, el incremento del comercio de bienes, al igual que los flujos de capital y los movimientos migratorios no afectaron de la misma manera a todos los países de la región, dando lugar a experiencias nacionales diferentes 23 Cárdenas, Ocampo, Thorp (2002) p.2. Según cifras de Mitchell (2003) reportadas en Rubio (2006) los ingresos del Gobierno a través de impuestos al comercio constituían en el año 1900: para Argentina un 48%, para Brasil un 54%, para Chile un 72%, para Perú un 57% y para Uruguay un 49%. 24 Hatton y Williamson (1998) 25 Solimano (2003) 26 Ocampo (2004) 12

y a un desempeño económico dispar 27. El próximo apartado se centra en dos aspectos: el sector exportador y las diferencias en el crecimiento económico entre las regiones. I.2 El sector exportador y crecimiento económico Entre 1870 y 1913 como se describió en el apartado anterior, el motor principal de crecimiento de América Latina fue la expansión de las exportaciones. En este apartado se analiza, por un lado el desempeño del sector exportador de la región durante el período y, por otra parte, la disparidad en el crecimiento económico entre los países. I.2.1 Las exportaciones El mejor desempeño de las exportaciones en este período no fue igual para todos los países de la región, ya que las economías respondieron de diferentes maneras a los estímulos de la economía mundial dependiendo de los cambios en los mercados de factores (tierra, trabajo y capital). Una de las características esenciales de las exportaciones fue su alto grado de concentración en muy pocos productos. En la mayoría de los países, en el año 1913, un solo producto representaba más del 50% de las exportaciones y en sólo dos países (Argentina y Perú) el artículo principal representaba menos de un 25% de participación. Si se consideran los dos bienes principales, estos sumaban más de 70% en la mayoría de los países. Esta extremada dependencia de las exportaciones en pocos productos determinaba una alta vulnerabilidad frente a los ciclos de los mercados exteriores 28. Como consecuencia, desde el punto de vista del desempeño de las exportaciones, si bien casi todas las regiones experimentaron un crecimiento, se observa un comportamiento muy heterogéneo entre países (Cuadro 3). Por un lado destacan las altas tasa de crecimiento de las exportaciones de seis países: Perú (6,9%), Argentina (6,7%), República Dominicana (5,9%), México (5,2%) y Chile (5,0%), que es reflejo de las posibilidades de crecimiento que brindó la Primera Globalización. Por otra parte, 11 países registraron un crecimiento menor al 3%, lo que demuestra que no todos pudieron 27 Cárdenas, Ocampo y Thorp (2000), p.2 28 Bulmer-Thomas (1998), p.77 13

beneficiarse por igual del estímulo que significaba la evolución favorable de la economía mundial. Los peores desempeños fueron los de Haití y Honduras. Cuadro 3. Crecimiento anual promedio y aumento del poder adquisitivo de las exportaciones 1890-1912 (en porcentajes) Crecimiento de las Crecimiento del poder adquistivo de las exportaciones exportaciones Perú 6,9 5,6 Argentina 6,7 5,4 República Dominicana 5,9 4,6 México 5,2 3,9 Chile 5,0 3,4 América Latina 4,5 3,2 Brasil 4,3 3,0 Ecuador 3,9 2,6 Uruguay 3,4 2,1 El Salvador 2,6 1,3 Bolivia 2,5 1,2 Colombia 2,4 1,1 Cuba 2,4 1,1 Nicaragua 2,3 1,0 Paraguay 2,2 0,9 Venezuela 1,2-0,1 Guatemala 1,1-0,2 Costa Rica 0,5-0,8 Honduras -0,3-1,6 Haití -1,0-2,3 Fuente: Bulmer Thomas (1998), p.84, tabla III.4 Nota del autor: Los datos sobre el poder adquisitivo de las exportaciones se obtuvieron dividiendo el valor de las exportaciones entre un índice de valores unitarios de las importaciones. Cuando se comparan las exportaciones per cápita, en el año 1912 destacan cuatro países (Argentina, Chile, Cuba y Uruguay) con exportaciones de 40 dólares per cápita o más (Cuadro 4). Las cifras más altas son las de Cuba, que se explican porque su ritmo de crecimiento demográfico era mucho más lento que el de Argentina. Además dada su importancia durante la Colonia ya tenía hacia principios del siglo XIX un valor de exportaciones per capita superior 29. Con excepción de Costa Rica, cuyas exportaciones per capita eran de 27,1 dólares, el resto de los 14 países tenían cifras menores a los 20 dólares per cápita. Si comparamos el promedio latinoamericano en ese año, las exportaciones per cápita se acercaban a las de Estados Unidos 30, sin embargo este país 29 Bulmer-Thomas (1998), p.88 30 Un análisis más detallado del desempeño exportador de cada país puede consultarse en Bulmer-Thomas (1998). 14

había dejado de buscar su desarrollo guiado por las exportaciones desde mediados del siglo XIX 31. Cuadro 4. Exportaciones per capita en dólares (promedios trianuales) 1890 1912 Cuba 55,7 64,7 Argentina 32,4 62,0 Uruguay 44,6 50,3 Chile 20,3 44,7 Costa Rica 37,9 27,1 América Latina 11,7 20,4 Bolivia 12,4 18,6 República Dominicana 8,1 15,5 Brasil 9,6 14,2 Nicaragua 10,1 10,8 México 4,4 10,7 Venezuela 8,3 10,5 Perú 3,3 9,4 Paraguay 8,5 8,6 El Salvador 6,8 8,3 Ecuador 4,6 7,9 Guatemala 7,5 7,2 Colombia 1/ 5,8 6,4 Haití 10,1 6,1 Honduras 8,1 4,7 Estados Unidos 13,7 24,4 Fuente: Bulmer-Thomas (1998) p.89 cuadro III.5 Nota: 1/ Incluye Panamá. El segundo aspecto característico del desempeño exportador del período, fue su patrón de comercio exterior. En el año 1913 Estados Unidos, Gran Bretaña, Alemania y Francia constituían los principales mercados de destino de las exportaciones latinoamericanas. En conjunto estos cuatro países representaban en promedio para la región el 71% de las exportaciones totales y para la mayor parte de los países esas cuatro economías significaban más del 80% del total exportado (Cuadro 5). La excepción eran algunos países para los que el comercio intrarregional tenía un peso importante, como Paraguay, que vendía parte de sus exportaciones a Argentina (básicamente yerba mate) 32. 31 Bulmer-Thomas (1998), p. 88 32 Bulmer-Thomas (1998), p.94 15

Cuadro 5. Exportaciones por mercados principales, 1913 (en porcentaje) Total Estados Unidos Gran Bretaña Alemania Francia Argentina 49 5 25 12 8 Bolivia 95 1 81 9 5 Brasil 72 32 13 14 12 Chile 88 21 39 22 6 Colombia 67 45 14 7 2 Costa Rica 96 49 41 5 1 Cuba 95 80 11 3 1 Ecuador 85 24 10 17 34 El Salvador 76 30 7 18 21 Guatemala 91 27 11 53 0 Haití 97 9 7 37 44 Honduras 94 87 2 5 0 México 95 75 14 4 3 Nicaragua 96 35 13 25 23 Paraguay 23 - s/d 22 1 Perú 81 33 37 7 4 República Dominicana 84 54 3 20 9 Uruguay 52 4 11 20 17 Venezuela 91 29 8 19 35 América Latina 71 30 21 12 8 Fuente: Bulmer-Thomas (1998): p.95, Cuadro III.6 Gran Bretaña, que tradicionalmente había sido el principal mercado de las exportaciones de casi todos los países latinoamericanos, en 1913 representaba el principal mercado sólo para Argentina, Bolivia, Chile y Perú. Por otra parte Estados Unidos constituía el destino más importante de exportación para más de la mitad de los países (y especialmente para los situados al norte de la región). En general existía una gran dependencia de los cuatro principales países industrializados, con la excepción de Argentina y Uruguay que habían logrado una cierta diversificación geográfica. En el caso de Paraguay, la menor dependencia de esos países se explica por su comercio con el mercado argentino 33. En síntesis, las exportaciones se caracterizaron por dos aspectos: la concentración en pocos productos y en la distribución geográfica. Los mercados de destino de los bienes estaban muy concentrados en cuatro economías industrializadas: Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y Alemania. Para los países del sur existe un predominio del comercio con Gran Bretaña, mientras que Estados Unidos se orientó a América Central y el 33 Bulmer-Thomas (1998), p.94 16

Caribe. Por otro lado, entre 1890 y 1913, América Latina experimentó un buen desempeño de las exportaciones, pero se observan comportamientos muy heterogéneos entre los países. I.2.2. Dispar crecimiento económico entre países El análisis anterior del desempeño exportador y los patrones de comercio refleja las diversas experiencias que cada país tuvo en el proceso de integración en la economía mundial. Como resultado, la diferenciación estructural entre los países y las regiones que ya existía antes de 1870 aumentó todavía más. Esta época se caracterizó por una reorientación de los procesos productivos hacia el mercado mundial, pero también por el desarrollo desigual de unos sectores y regiones comparados con otros 34. El desarrollo del sector exportador convivió con el mantenimiento de las estructuras rurales tradicionales. "La política económica se preocupaba ante todo de las necesidades del sector exportador, y su repercusión sobre el resto de la economía seguía siendo incierta 35. La opinión dominante de la época era que un buen desempeño de las exportaciones era la clave del éxito y que sus beneficios repercutirían sobre el resto de la economía. Si bien este comportamiento podía observarse en Argentina, donde los beneficios del aumento del sector exportador estaban produciendo transformaciones de otros sectores, en la agricultura, las manufacturas y los servicios, para otros países como Bolivia y Ecuador se mantuvo la baja productividad de las actividades no exportadoras, a pesar del dinamismo que experimentaron las exportaciones en ciertos períodos 36. Las relaciones entre el sector exportador y otras actividades económicas internas dependían de dos aspectos fundamentales. Por un lado dependían del control de las rentas generadas por la explotación de los recursos naturales y, por otro, de cuáles eran las estructuras económicas resultantes de los encadenamientos hacia delante y hacia atrás que se generaban a partir de las actividades de exportación 37. 34 Glade (2002), p.57 35 Bulmer-Thomas (1998), p.67 36 ibid 37 Ocampo (2004) 17

Desde diversos enfoques se han buscado explicaciones a las crecientes diferencias regionales. Por un lado, se han planteado causas relacionadas con la ubicación geográfica, la dotación de factores y los patrones de especialización. Bulmer-Thomas (1998) considera la demanda internacional como la fuerza dinámica más importante en el periodo de la Primera Globalización. Las diferencias en el desempeño entre pasíses surgen de la relación entre la dotación de recursos iniciales, la especialización de las exportaciones y la demanda mundial. La integración de América Latina en la economía mundial se llevó a cabo por la exportación de productos primarios, pero estos no eran homogéneos. En este contexto, cobra importancia la idea de la lotería de los bienes 38. Los bienes de exportación difieren en sus demandas, por lo que tienen un comportamiento diferente en la economía internacional, y además tienen un potencial distinto de desarrollar eslabonamientos hacia delante y hacia atrás con el resto de la economía. En este sentido, algunos productos, como el ganado bovino, permiten establecer más eslabonamientos hacia delante con el resto de la economía impulsando la industria y la urbanización, que otros productos como el plátano, cuya explotación tiene pocos vínculos con los otros sectores. Del mismo modo, los productos difieren en su demanda de insumos -eslabonamiento hacia atrás- entre los que se extraen de la tierra utilizando solamente mano de obra (como el guano) y los que estimulan el desarrollo de otros sectores, incluyendo la maquinaria u otras industrias (como los nitratos). Finalmente, otra diferencia entre los bienes es el tipo de demanda que generan. Así como algunos productos como la carne, tienen una elasticidad alta de la renta, otros productos como el café, tienen una elasticidad de ingreso que se reduce con el tiempo a medida que estos bienes pasan de constituir bienes suntuarios a bienes de consumo básico. Así, el desarrollo de las exportaciones depende en gran medida de los booms de demanda y de la elasticidad precio de la demanda. De esta manera, la dotación de recursos en la medida en que afecta a la especialización de las exportaciones, tiene un efecto importante en el desempeño económico. De ahí, la importancia que tiene el sector exportador y sus encadenamientos con los otros sectores de la economía. En este contexto, Bértola y Williamson (2003) han enfatizado otros factores que también determinaban el dinamismo exportador, como la distancia geográfica y el acceso a los mercados extranjeros. No obstante, otros elementos como la esclavitud, la demografía y la dotación de recursos también tenían incidencia. 38 La idea de la lotería de los bienes es de Díaz Alejandro (1984). 18

Otros autores, en cambio, han enfatizado el papel de las instituciones y cómo estas determinan el desarrollo económico y social de una región 39. En este sentido, la importancia de las instituciones y el concepto de sendero de dependencia (path dependence) aporta elementos claves para entender el proceso, al enfatizara el rol que juegan las estructuras rurales, sociales y económicas preexistentes en el desarrollo posterior de cada una de las economías nacionales 40. I.3 Desempeño de las importaciones Durante este período, el crecimiento de los ingresos del sector exportador implicó el aumento de la capacidad de importar. A su vez, el desarrollo alcanzado en algunos países determinó una creciente demanda por bienes y servicios que se obtenían en el extranjero. En esta sección, se analiza el desarrollo de las importaciones y las diferencias entre países. Desde el punto de vista de las importaciones totales (Cuadro 6), en el período 1890-1912 los países experimentaron un crecimiento en términos per cápita, con excepción de Uruguay cuya cifra descendió aunque en 1890 presentaba los valores más altos de importaciones per cápita. Tomando en cuenta los diez años a partir de 1900, para los cuales se dispone de información sobre más países, también se observa una tendencia positiva en las importaciones, con excepción de Cuba y Nicaragua. No obstante, al igual que sucedía con las exportaciones, existen importantes diferencias regionales. Entre las economías que mostraron un mejor desempeño es posible distinguir dos grupos. Por un lado dentro de las economías más dinámicas se encuentran Argentina y Chile que presentan los mayores valores de importaciones per capita. Otro grupo de países, como Bolivia, Paraguay, Honduras, Brasil, Guatemala, México y Perú también tuvieron tasas de crecimiento significativas, pero partían de valores iniciales bastante más bajos. Las menores tasas de crecimiento fueron las de Uruguay y Costa Rica aunque sus 39 Engerman y Sokoloff (1997) y Acemoglu, Johnson y Robinson (2002) 40 Cárdenas, Ocampo y Thorp (2002). Un caso particular que Cárdenas, Ocampo y Thorp citan como ejemplo de cómo el sendero de dependencia y el ámbito institucional se combinan, es el desarrollo de un mercado libre de trabajo. Según estos autores, el acceso a mano de obra libre y la recepción de inmigrantes fue un elemento crucial para los países a la hora de garantizar una respuesta a las oportunidades que la economía internacional estaba ofreciendo. Al mismo tiempo, esto determinó la evolución de las instituciones sociales y de los conflictos que caracterizaron a las sociedades y las economías. 19

importaciones per cápita eran de las más altas en 1900, y por otra parte El Salvador y Ecuador cuyos valores se mantuvieron aproximadamente en los mismos niveles. Cuadro 6. Importaciones per capita en dólares 1890 Argentina 41,7 Cuba Uruguay Chile 1900 1910 24,3 51,8 45,2 44,7 47,0 27,1 35,4 20,1 15,9 32,6 Costa Rica 1,0 17,4 21,7 America Latina 16,7 11,6 15,1 Brasil a 5,7 10,5 Paraguay 0,4 5,1 10,1 Bolivia 2,9 9,7 Mexico 0,2 4,4 6,4 Peru 3,8 6,1 Guatemala 3,4 5,8 Ecuador 5,0 5,6 Nicaragua 8,1 5,3 Honduras 2,5 4,7 Venezuela 6,8 4,2 a El Salvador 3,1 3,7 Colombia 3,5 Nota: a) El valor de Brasil y El Salvador para 1900 corresponde al año 1901 Fuente: Elaboración propia a partir de datos de United Kingdom, Statistical Abstract for the principal and the other foreign countries, London, 1895, 1905 y 1924 Desde el punto de vista de los mercados de origen, la distribución geográfica se encontraba más repartida entre los cuatro países industrializados Alemania, Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña- que en el caso de las exportaciones, pero en total seguían concentrando en promedio el 75% del total de las importaciones latinoamericanas (Cuadro 7). 20

Cuadro 7. Importaciones por mercados principales 1913 (en porcentaje) Total Estados Unidos Gran Bretaña Alemania Francia Argentina 72 15 31 17 9 Bolivia 68 7 20 37 4 Brasil 68 16 25 18 10 Chile 77 17 30 25 6 Colombia 77 27 21 14 16 Costa Rica 85 51 15 15 4 Cuba 78 54 12 7 5 Ecuador 84 32 30 18 5 El Salvador 84 40 27 11 7 Guatemala 91 50 16 20 4 Haití 97 73 7 7 10 Honduras 97 68 15 12 3 México 87 54 12 13 9 Nicaragua 94 56 20 11 6 Paraguay 75 6 29 28 7 Perú 77 29 26 2 5 República Dominicana 91 62 8 18 3 Uruguay 61 13 25 16 8 Venezuela 84 33 26 17 9 América Latina 75 26 25 17 8 Fuente: Bulmer-Thomas (1998) Cuadro III.7, p.98 Si bien Estados Unidos, Gran Bretaña, Alemania y Francia dominaban el mercado latinoamericano, existía una mayor competencia entre ellos. A su vez, es posible que existieran reexportaciones procedentes de otras economías europeas y que por tanto las importaciones estuvieran más diversificadas aún de lo que indica el cuadro. Esta situación refleja que Gran Bretaña fue perdiendo exclusividad como proveedora de la región como consecuencia de la difusión de la Revolución Industrial 41. Otros países, en particular Francia, Alemania y Estados Unidos, generaron un excedente de manufacturas para su venta en el exterior y fue natural que buscaran países que no tenían nexos coloniales y que, por tanto, serían mas libres de comprar al proveedor más barato. Por otra parte, la disminución de la importancia de Gran Bretaña como proveedor de las importaciones también reflejó el cambio en la composición de los artículos importados. Las exportaciones británicas a América Latina se siguieron concentrando en textiles y prendas de vestir, mientras que Estados Unidos comenzó a proveer la maquinaria agrícola y minera, Alemania tuvo un rol importante en los artículos elegantes, y Francia constituyó un abastecedor significativo de bienes de consumo suntuario. De esta manera, a medida que las importaciones de textiles fueron 41 Bulmer-Thomas (1998), p.97 21

perdiendo importancia relativa, también fue disminuyendo el predominio de Gran Bretaña en el comercio de importaciones latinoamericanas 42. Al igual que sucedía al analizar las exportaciones, Gran Bretaña constituía en 1913 el principal proveedor de Argentina, Brasil, Chile, Paraguay, y Uruguay. Cuando se observa regionalmente la distribución, se destaca que Gran Bretaña tenía un mayor comercio con los países del Sur del continente, mientras que Estados Unidos predominaba en los mercados de América Central y el Caribe. En algunos de estos países -Costa Rica, Cuba, Nicaragua, Honduras, Guatemala, México y República Dominicana- Estados Unidos constituye el origen de más de la mitad de sus importaciones. Esta dependencia tan grande convierte a Estados Unidos casi en un monopolista, lo cual podría representar un problema para los países pequeños. México, en este caso sería una excepción por la influencia de Gran Bretaña, que jugó un rol considerable 43. Esta concentración y distribución del comercio que se dio en las exportaciones y las importaciones fue posible gracias al carácter multilateral del sistema. En este sentido, la adopción del patrón oro y la plena convertibilidad de la moneda entre las naciones industrializadas, hizo que los países latinoamericanos no priorizaran el equilibrio de su comercio bilateral, y por tanto el sistema tenía carácter multilateral. Sin embargo, a partir de la caída del patrón oro se produjeron importantes desequilibrios bilaterales, que afectaron negativamente a muchos países del continente 44. En síntesis, el crecimiento de las importaciones en este período fue posible gracias al dinamismo exportador que mostraron la mayoría de los países latinoamericanos. Las importaciones, al igual que ocurría con las exportaciones, también reflejan la disparidad regional en cuanto al desempeño, así como el alto grado de concentración del comercio en cuatro países industrializados. 42 Bulmer-Thomas (1998), p.97 43 Bulmer-Thomas (1998), p.99 44 Bulmer-Thomas (1998) 22

En los tres puntos anteriores, se expusieron las principales características del período 1890-1913. Se presentaron los rasgos esenciales de la Primera Globalización que es el momento en el cual América Latina se inserta de manera más profunda en el contexto internacional, las características del sector exportador y las diferencias en el desempeño entre países, y por último el desarrollo de las importaciones. Hasta ahora se ha analizado el comportamiento de América Latina en su conjunto, reconociendo permanentemente la existencia de una gran heterogeneidad entre las regiones. A partir de lo expuesto en las secciones anteriores resulta claro que para un grupo de países el desarrollo guiado por las exportaciones fue relativamente exitoso en términos de mayor crecimiento económico, mayor articulación del sector exportador con el resto de la economía y mayor desarrollo social para sus habitantes. Estos países son los que más información cuantitativa histórica disponen para medir el desempeño económico, las tasas de crecimiento y las diferencias de nivel de vida, pero existe una gran incertidumbre sobre el resto de los países menos desarrollados por la falta de datos 45. Con esta motivación, el objetivo de este trabajo es doble. Por un lado, dada la vinculación del consumo con el crecimiento económico y los niveles de vida, se aporta información cuantitativa histórica sobre la evolución del consumo de bienes duraderos para 19 países de América Latina. En segundo lugar, se pretende analizar desde el punto de vista empírico las relaciones que la evolución de este consumo tiene con los niveles de renta y de esta manera poder inferir algunas sugerencias sobre el crecimiento económico de los países más pequeños de Latinoamérica, los más rezagados, sobre los cuales tenemos menos información. 45 A partir de 1950, muchos de los países comienzan con la elaboración de cuentas nacionales y publican sus estimaciones del PIB per cápita desde entonces. Para el período anterior, la información que existe es más escasa y menos sistemática. Por ejemplo, Maddison (1995, 2001 y 2003) presenta estimaciones para un amplio grupo de países a partir de 1920. Para el período anterior a 1920, solamente se disponen de estimaciones para nueve países: Argentina, Brasil, Chile, Cuba, Colombia, México, Perú, Uruguay y Venezuela, sin embargo solamente para Argentina, Brasil y Uruguay se disponen de series continuas anteriores a 1900. 23

II. La relación entre nivel de renta y consumo En esta sección se analiza la relación entre el nivel de renta y el consumo, se discuten algunas consideraciones generales y se presentan diversas referencias bibliográficas que han abordado este tema de estudio. II.1. Algunas consideraciones generales En este apartado se presenta el marco teórico que describe la relación entre el nivel de renta y el consumo. Los cambios en los modelos de demanda son resultado de diversos factores, entre los cuales puede mencionarse: el nivel de renta, los cambios en los precios relativos, la distribución del ingreso y las modificaciones en las pautas y hábitos de consumo. En primer lugar, según la teoría de consumo, la demanda de bienes de consumo depende del nivel de renta. Por lo tanto, variaciones en los niveles de renta provocan variaciones en el consumo de los bienes 46. Sin embargo no todos los bienes responden de la misma manera ante cambios en la renta, lo que equivale a decir que los bienes tienen elasticidades renta diferente. La elasticidad renta indica la relación entre las variaciones porcentuales de la renta y las variaciones porcentuales de la cantidad demandada, esto es, refleja como responde la variación de la cantidad ante una variación de la renta de un 1%. En términos generales, los bienes pueden clasificarse en normales e inferiores. Los bienes normales poseen una elasticidad positiva, es decir un aumento de la renta provoca en ellos un aumento de la cantidad demandada. Por el contrario, los bienes inferiores son aquellos que tienen una elasticidad negativa, reflejando que la demanda disminuye cuando la renta sube. A su vez, dentro de los bienes normales resulta útil distinguir si la elasticidad renta es mayor o menor que la unidad. Los bienes cuyas elasticidades son mayores que la unidad se suelen denominar bienes de lujo o suntuarios, en el sentido de que la demanda de estos aumenta más deprisa que la renta. Si la renta aumenta un 1%, el aumento de la cantidad demandada de estos bienes será mayor a 1%. En cambio, otro tipo de bienes, como buena parte de los alimentos, son considerados bienes de primera necesidad y poseen una elasticidad renta menor que la 46 Nicholson (1997) Cuando nos referimos a la demanda de bienes, estamos hablando de la demanda de mercado considerada como la suma de la demanda de ese bien por parte de cada persona u hogar. 24

unidad, lo que significa que un incremento de la renta en un 1% provoca un incremento porcentual menor de la demanda de ese bien. Esta distinción responde a la Ley de Engel, que postula que los consumidores asignan una participación decreciente de su presupuesto a las necesidades primarias (básicamente alimentos) cuando aumenta su nivel de ingreso. 47 Por otra parte es posible distinguir entre bienes duraderos y no duraderos, dependiendo de sí estos poseen una durabilidad prolongada o son susceptibles de almacenamiento. Los bienes duraderos son aquellos que suministran un flujo de servicios, es decir, que pueden ser utilizados más de una vez. Usualmente, se considera que los bienes duraderos pertenecen a una de las categorías más elásticas de ingresos del presupuesto y, por tanto, existe una fuerte correlación positiva entre las proporciones del presupuesto que se gastan en estos y los ingresos 48. La demanda agregada depende, además, de la distribución de la renta. La composición de la canasta de consumo de cada hogar depende de su ingreso, lo que implica que la demanda agregada de diferentes tipos de bienes está determinada por la distribución del ingreso entre los hogares 49. La incidencia de la Ley de Engel en la estructura de preferencias de los individuos supone que la distribución del ingreso en el interior de un país influye sobre la composición del consumo y, como consecuencia, de las importaciones y, por tanto, tenga su reflejo en el patrón de comercio internacional 50. La demanda de consumo también se ve afectada por cambios en los precios relativos causados por shocks en la oferta, cambios en las tarifas arancelarias, etc 51. Las variaciones de los precios afectan a la cantidad de bienes de consumo demandada. Por lo tanto, al analizar la demanda de consumo es necesario controlar por los precios relativos. Las variaciones en los precios relativos pueden responder a cambios en la oferta de los bienes derivados del cambio tecnológico. En este sentido, la elasticidad precio puede definirse como la variación porcentual de la cantidad demandada que 47 La Ley de Engel fue formulada en 1857 por Ernest Engel (1821-1896) quien estableció esta ley empírica basándose en el estudio de doscientos presupuesto de trabajadores belgas. Houthakker (1957) 48 Deaton (1981), p.138 49 Linder (1961) 50 Diversos autores han analizado las interacciones entre la distribución de la renta dentro de una economía y el patrón de demanda. Ver Linder (1961), Kugler y Zweimüller (2002), Mani (2001). 51 Brown y Deaton (1972), Mokyr (1988) 25