Indicadores sociales europeos de referencia * JUAN DE LA VILLA DE LA SERNA ** La colaboración entre la Confederación Europea de Sindicatos [CES] y el Instituto Sindical Europeo [ISE] ha producido como fruto la formulación de seis denominados «indicadores sociales europeos de referencia», relativos al empleo, distribución de ingresos, tiempo de trabajo, seguridad social e infraestructura social, salud y seguridad ocupacional y, finalmente, educación y formación continua. EMPLEO Elaborados los Indices de Empleo [ER] y de Desempleo [UR], su aplicación a los Estados miembros de la Unión Europea arroja importantes diferencias entre ellos. La preocupación sindical mira a lograr lógicamente la reducción del UR y la paralela elevación del ER, considerándose conveniente el 70% en el segundo y el 5% en el primero. Por encima del 70% del ER se encuentran sólo Austria (70.1%), Suecia (70.3), Reino Unido (71.4) y Dinamarca (79.2), aproximándose mucho a él Finlandia (65.1), los Países Bajos (68.3) y Portugal (68.9). Lamentablemente España sólo consigue un modestísimo 50.2, que es por cierto el ER más bajo de los quince, aunque próximo a Italia (51.8), Grecia (57.2) y Bélgica (57.5). Por debajo del 5% del UR han de mencionarse los ejemplos de Portugal (4.9), Austria (4.7), Países Bajos (4.0) y Luxemburgo (2.8), doblándolo holgadamente Grecia (10.7), Finlandia (11.4), Francia (11.7) e Italia (12.2) y triplicándolo con exceso España (18.8). Consiguientemente, en el caso español son mucho más difíciles de lograr los cinco grandes objetivos que se consideran prioritarios en materia de empleo, a saber : 1.º) Reducir la tasa de desempleo a la mitad en el plazo de cinco años. 2.º) Elevar la tasa de empleo hasta el 70%, sobre la base de la igualdad de género o sexo (que en España es ahora del 65.8 para los hombres y de 35.0 para las mujeres). 3.º) Ofrecer a los jóvenes desempleados, antes de los seis meses de desempleo, formación, reciclaje, prácticas laborales, empleo y otras medidas de empleabilidad. 4.º) Ofrecer a los trabajadores desempleados de mayor edad, antes de los doce meses de desempleo, formación, reciclaje, empleo u otras medidas de empleabilidad. 5.º) Eliminar los empleos precarios, diseñando nuevas formas de trabajo basadas en un ingreso digno y protección social. DISTRIBUCION DE INGRESOS * ** Elaborado por la CES y el ISE. Abogado. Los sindicatos denuncian que desde la década de los ochenta el índice de distribución 279
DOCUMENTACIÓN E INFORMES del bienestar ha evolucionado a favor del capital [32% en 1980 y 39% en 1999] y en perjuicio del trabajo, produciéndose el efecto de que la proporción de ingresos del trabajo cayera siete puntos, situándose en el 61%, a lo que se añade un reparto inequitativo según los grupos de riqueza que es posible diferenciar sobre la media europea. Fuentes de Eurostat acreditan que el número de personas que viven por debajo de la línea de pobreza alcanza ya la cifra de 50 millones, lo que significa el 18% de la población de la Comunidad. Tan dramático dato preocupa desde luego a los órganos de gobierno de la UE, los cuales han prometido realizar las transferencias sociales necesarias para que el porcentaje se reduzca al 15% en el 2005 y al 10% en el 2010, minorando en todo caso la pobreza infantil a la mitad en el transcurso de diez años, aspecto éste último de particular relevancia en España al disponer del segundo índice más alto de pobreza infantil, sólo mejor que Portugal, pero peor que el resto de los países de la UE, incluidos Grecia e Irlanda. Con referencia a la disparidad salarial por sexo la situación sigue mostrando importantes diferencias, pese a los esfuerzos realizados para conseguir la igualdad efectiva de hombres y mujeres. De ese modo, todavía se constata que el aumento de las más endebles formas de empleo para las mujeres es muy superior para las mujeres que para los hombres, alcanzando por ejemplo el trabajo a tiempo parcial hasta un 29% del total. La secuela de ello es que, en media europea, el salario por hora de las mujeres se corresponde a un 72% del salario por hora de los hombres. Los objetivos perseguidos en este campo son, por tanto, los cuatro siguientes : 1.º) Reducir la proporción de población con ingresos de menos del 60% del nivel medio después de transferencias sociales a la media de los tres Estados miembros con mejores resultados [Países Bajos, Dinamarca y Luxemburgo]. 2.º) Reducir el grado de desigualdad en la distribución de ingresos a la media de los tres Estados miembros con mejores resultados [Dinamarca, Países Bajos y Francia]. 3.º) Alcanzar la igualdad salarial entre hombres y mujeres, hasta el punto de que la desigualdad salarial por sexo se reduzca en el plazo de cinco años hasta la media de los tres Estados miembros con mejores resultados [Reino Unido, Países Bajos y Grecia]. 4.º) Reducir la pobreza infantil a cero en el periodo de diez años. TIEMPO DE TRABAJO Se considera en este punto que las políticas innovadoras de tiempo de trabajo son una herramienta decisiva en la lucha contra el desempleo y en el afán de conseguir la redistribución del trabajo. De ahí que sea un hecho la reivindicación generalizada de la jornada de 35 horas semanales, aunque sindicalmente empieza a tomar cuerpo una reivindicación más ambiciosa para implantar jornadas de 32 horas a lo largo de cuatro únicos días de trabajo. Pese a estas líneas inspiradoras, lo cierto es que todavía en 1997 la media europea se referenciaba en 40.4 horas semanales en el trabajo a tiempo completo, con el techo representado por el Reino Unido (44.0 horas), Portugal (40.9 horas) y España (40.6 horas), mientras que el suelo era el ofrecido por Bélgica (38.3 horas), Italia (38.5 horas) y Dinamarca (38.6 horas). Las horas extraordinarias no han desaparecido generalizadamente, pese a las fuertes campañas realizadas a favor de su progresiva reducción a los mínimos posibles, bajo el argumento de que tales horas no deberían considerarse en ningún caso como un componente del salario normal a efectos de obtener unos ingresos dignos. De hecho, y con datos facilitados por Eurostat para 1997, el 20.5% de la mano de obra europea a tiempo completo trabaja más de 40 horas semanales, alcanzando 280
JUAN DE LA VILLA DE LA SERNA el 12% las 46 horas. Respecto de esta cota de personas que trabajan 46 o más horas a la semana, el dato más espectacular lo ofrece el Reino Unido con un casi increíble porcentaje del 32.1%, seguido muy de lejos por Grecia (18.2%) y ya a distancia considerable por Irlanda (12.2%). Con porcentajes tan altos contrastan los reducidísimos de Suecia (3.0%), Bélgica (3.9%) y Austria (3.9%), ocupando España una posición intermedia alta, con el 8.5%. Con todo, las horas anuales de trabajo efectivo se reducen progresivamente, a ritmo menor en la industria que en los servicios, con medias europeas [excluidos los datos de Suecia, Finlandia y Austria], en el periodo comprendido entre 1988-1993, de 1820.2 horas y de 1782.1, respectivamente, ofreciendo España las cifras medias de 1806.0 horas en el trabajo del sector industrial y 1804.en el trabajo del sector servicios. Los tres objetivos prioritarios en esta materia son los que a continuación se indican : 1.º) Reducir la jornada laboral semanal a 35 horas en los próximos cinco años. 2.º) Reducir en un 50% las horas extraordinarias y las jornadas laborales más largas al nivel de los Estados miembros con mejores resultados [Países Bajos, Suecia y Dinamarca]. 3.º) Reducir la jornada laboral anual a un máximo de 1750 horas. SEGURIDAD SOCIAL E INFRAESTRUCTURA SOCIAL Generalizado el parámetro de la protección social en lugar del de seguridad social [y referido aquél, en la Constitución Española, a la seguridad social en sentido estricto, al sistema nacional de sanidad y a la asistencia social, según la exposición realizada por el Prof. de la Villa Gil], los riesgos que le afectan se refieren a la alta tasa del desempleo duradero, a la asimismo elevada tasa de infraempleo de la masa laboral europea y, en gran medida también, a las presiones causadas por políticas presupuestarias más ajustadas a causa de los efectos de la Unión Europea y Monetaria, a lo que se une la competitividad internacional. Se advierte, por tanto, la necesidad de que opere una adaptación urgente a los cambios fundamentales de los mercados laborales, tales como el constante incremento del empleo atípico, el mayor empleo de la mano de obra femenina y los nuevos modelos de movilidad funcional y geográfica de los trabajadores, a lo que se añade la necesidad de tener en cuenta el alarmante envejecimiento de la población -con porcentajes progresivamente crecientes de los mayores de 65 años sobre los menores de 20 años- y la intensa transformación de las estructuras familiares, que impide muchas veces seguir contando con la familia para que desempeñe su tradicional papel de institución de cobertura de las necesidades sociales, por ejemplo respecto del cuidado de la infancia y de la ancianidad. Tomando como ejemplo las plazas de atención infantil disponibles en servicios de financiación pública, para niños de entre 0 y 6 años, y buscando el porcentaje del número de niños en la edad correspondiente, se observan intensas diferencias entre los diversos países de la UE y, además, el bajo nivel público de cobertura en la mayor parte de éstos. Ello justifica que en los últimos Congresos Europeos se haya establecido una decidida tendencia a luchar contra la pobreza y la exclusión social, con fijación específica de los siete objetivos siguientes : 1.º) Establecer un ingreso garantizado de al menos el 50% del ingreso nacional por capita disponible. 2.º) Garantizar, a su vez, una pensión mínima que tenga en cuenta la media nacional del salario a tiempo completo en cada estado miembro. 3.º) Garantizar derechos de seguridad social [pensión, atención sanitaria, subsidio de desempleo] para los trabajadores en situaciones atípicas, tanto en el sistema básico de segu- 281
DOCUMENTACIÓN E INFORMES ridad social como en todos los complementarios en su más amplio sentido, incluyendo por tanto los asistenciales. 4.º) Garantizar atención sanitaria para todos. 5.º) Garantizar un nivel de ingresos de sustitución adecuado para el caso de permiso parental, que tome como modelo la situación legal de los tres Estados miembros con los mejores resultados [sin identificación en el estudio]. 6.º) Garantizar a todos los niños, al menos los que estén por debajo de la edad de seis años, el acceso a servicios de atención infantil. 7.º) Garantizar, asimismo, servicios de atención a la ancianidad, para todos los que los necesiten. SALUD Y SEGURIDAD OCUPACIONAL Pese a las medidas legislativas intervencionistas en el área de la seguridad y salud en el trabajo, entre las que encuentra acomodo la Ley 31/95, de prevención de riesgos laborales en España, las tasas de siniestralidad son irresistibles y, en muchos países, como especialmente el citado, no hacen más que crecer año tras año. Los accidentes con resultado de muerte o de incapacidades permanentes son todavía excesivamente numerosos y, pese al desconocimiento u ocultación que se padece, las cifras de las enfermedades profesionales con resultados fatales en la salud de los trabajadores, son si cabe más negativas. Por lo demás suelen faltar datos comparativos adecuados en las estadísticas públicas, lo que es mucho más visible respecto de las enfermedades profesionales que respecto de los accidentes de trabajo. Así, por ejemplo, al lado del dato oficial de los alrededor de mil quinientas muertes al año por accidentes de trabajo en España, algún sindicato se atreve a añadir la cifra de cuatro mil quinientas muertes por enfermedad profesional en el mismo espacio temporal, dato privado sin posibilidad de contraste público hoy por hoy. En este terreno, los dos objetivos que se formulan son lógicamente los más urgentes de alcanzar: 1.º) Reducir el número de accidentes en el lugar de trabajo a la media de los tres Estados miembros con mejores resultados [sin identificación en el estudio]. 2.º) Reducir en un 50% en cinco años los accidentes en el lugar de trabajo que produzcan fatales consecuencias o determinen la declaración de incapacidades permanentes impeditivas de la realización de actividad productiva. EDUCACIÓN Y FORMACIÓN CONTINUA Aunque en este referente no se aportan objetivos a corto y medio plazo, se recoge en su análisis la conclusión acerca de la trascendencia que la mejora de las provisiones educativas ha de tener para mejorar la competitividad de las economías europeas, representando por lo demás un presupuesto esencial para la preservación y la promoción de la igualdad de oportunidades, muy mermada de hecho por el relativamente bajo porcentaje medio de gasto público en educación. Junto a la constante preocupación por los programas de formación profesional, erigidos en el instrumento en el que se confía siempre para combatir con eficacia el desempleo y alcanzar una mejora del nivel individual de vida- se llama la atención aquí sobre el ignorado considerable porcentaje de analfabetismo en la UE, cuya erradicación constituye naturalmente una prioridad en el terreno de los principios, a cuyo efecto alcanza singular importancia la disminución del número de los niños que abandonan la escuela de manera prematura, cuando no han obtenido ningún 282
JUAN DE LA VILLA DE LA SERNA certificado acreditativo de la finalización de estudios. Estamos sin duda ante un documento de considerable importancia para conseguir información básica en aspectos relevantes de la vida social y laboral de los Estados miembros que componen la Unión Europea, aunque los esfuerzos de Eurostat y de los investigadores particulares siguen encontrando excesivas dificultades para ofrecer comparaciones homogéneas provechosas. En realidad, y quizás durante un buen número de años, esas comparaciones no pueden traspasar la barrera de la simple orientación, habida cuenta no sólo de las numerosas diferencias económicas y sociales que se mantienen en la Europa de los quince -y que, precisamente, confieren interés al análisis disgregado de los datos nacionales- sino por el diverso grado de calidad en la organización interna que cada país está en disposición de poner al servicio de la información, diversidad que constituye al mismo tiempo una fuente fidedigna de los datos sociales en muchos casos pero que, al mismo tiempo, se convierte en motivo de la desconfianza que alcanzan los datos de aquella naturaleza en otros supuestos conocidos o, al menos, presentidos. Por consiguiente, la utilización de los referentes, en su dimensión cuantitativa, ha de hacerse con numerosas reservas, aunque tenga desde luego un valor insustituible si se comparte la actitud de admitir que los resultados de la comparación son estrictamente aproximativos. Constatación ésta, de paso sea dicho, que no quita significado a los objetivos políticos que se pretende conseguir a partir de ahora, pues nada tiene que ver en el empeño que la situación de partida entre los distintos países miembros de la UE sea evidentemente variable, con altos y bajos que podrán incrementarse con la entrada en la Unión de nuevos países del este europeo. 283