DESHIDRATACIÓN Universidad de Jaén
DEFINICIÓN Pérdida excesiva de agua y sales minerales de un cuerpo.
CLASIFICACIÓN. % líquido corporal DESHIDRATACIÓN INCIPIENTE DESHIDRATACIÓN MODERADA O LEVE DESHIDRATACIÓN GRAVE O SEVERA
CLASIFICACIÓN. Tasa agua / electrolitos DESHIDRATACIÓN ISOTÓNICA H 2 O = Na DESHIDRATACIÓN HIPERTÓNICA H 2 O > Na DESHIDRATACIÓN HIPOTÓNICA H 2 O < Na
CAUSAS Sudoración excesiva Fiebre Orinar demasiado Vómitos y Diarrea Nauseas Enfermos inapetentes Dolor de garganta
TRATAMIENTO. Rehidratación CASOS LEVES SOLUCIONES CON Na Y GLUCOSA CASOS MODERADOS SOLUCIÓN OMS CASOS SEVEROS RINGER LACTADO VIA PARENTERAL
CONSEJOS PRÁCTICOS INCLUIR EN LA ALIMENTACIÓN FRUTAS Y VERDURAS FRESCAS EVITAR BEBIDAS MUY DULCES Y CON ALCOHOL TENER SIEMPRE A MANO UNA BOTELLA DE AGUA
CONSEJOS PRÁCTICOS USAR ROPA LIVIANA Y CON ACCESORIOS PARA EL SOL DARSE DUCHAS CON AGUA FRESCA OFRECER AGUA A NIÑOS Y ANCIANOS
GRACIAS
DESHIDRATACIÓN Según la OMS, la amenaza más grave de las enfermedades diarreicas es la deshidratación. DEFINICIÓN En un episodio de diarrea se pierde agua y electrolitos (sodio, cloruro, potasio y bicarbonato) en las heces líquidas, los vómitos, el sudor, la orina y la respiración. Cuando estas pérdidas no se restituyen se produce la deshidratación. CLASIFICACIÓN Y SÍNTOMAS en: En base al porcentaje de líquido corporal que se ha perdido o no se ha repuesto se clasifica 1. Deshidratación incipiente: sin signos ni síntomas. 2. Deshidratación moderada o leve: Sed, boca seca o pegajosa. Comportamiento inquieto o irritable. Reducción de la elasticidad de la piel, piel seca y fria. Ojos hundidos. Dolor de cabeza. Calambres musculares. 3. Deshidratación grave: No orinar u orina amarilla muy oscura y de color ambar. Piel seca y arrugada. Irritabilidad o confusión. Mareos o desvanecimiento. Latidos cardíacos rápidos. Respiración rápida. Apatía. Shock (falta de flujo sanguíneo a través del cuerpo). Inconsciencia o delirio. La deshidratación severa o grave es una situación de emergencia potencialmente mortal. Dependiendo de la tasa de pérdida de agua respecto a la de electrolitos, la deshidratación puede clasificarse como: 1. Deshidratación isotónica: Se pierde agua y sodio en cantidades y proporciones idénticas, ocurre en caso de diarrea, vómitos o de una ingesta insuficiente. Este tipo de deshidratación es frecuente en niños pequeños. 2. Deshidratación hipertónica: Se pierde proporcionalmente más agua que sodio, ocurre en el
exceso de sudor o la ingesta de medicamentos diuréticos. Es común en personas diabéticas y un 10-20 % de casos pediátricos de deshidratación con diarrea. 3. Deshidratación hipotónica: Se pierde proporcionalmente más sodio que agua. Ocurre en casos de alta sudoración o de pérdidas gastrointestinales; o cuando el déficit de agua y electrolitos se trata sólo con reposición de agua. CAUSAS Las personas pueden deshidratarse si pierden demasiado líquido, no toman suficiente agua o líquidos o ambos. El cuerpo puede perder demasiados líquidos a causa de: Sudoración excesiva, por ejemplo a causa del ejercicio en clima cálido. Fiebre. Vómitos o diarrea. Orinar demasiado (diabetes, diuréticos, etc) Otras veces no se ingieren suficientes líquidos de debido a: No tener ganas de comer o beber por estar enfermo. Sentir náuseas. Tener dolor de garganta o úlceras bucales. NECESIDADES ESPECIALES Niños En el adulto normal, cerca del 60% de su cuerpo están compuesto por agua, mientras que en un recién nacido es del 75%. Los bebés y los niños presentan más riesgo de sufrir deshidrataciones porque no son capaces de comunicar sus necesidades, siendo sus cuidadores los que tienen que ser conscientes de esta posibilidad, especialmente cuando hace calor o están enfermos. Personas mayores Con la edad, el cuerpo pierde la capacidad de detectar la sed. Por tanto, para mantenerse bien hidratados los ancianos, deben anticipar las necesidades de su cuerpo y no siempre esperar a tener sed para beber algo. Para prevenir este problema, deben acostumbrarse a beber uno o dos vasos de agua en cada comida y beber cuando no estén comiendo. Embarazo y período de lactancia Las mujeres embarazadas o en período de lactancia pueden presentar un riesgo más alto de deshidratación, especialmente en etapas tempranas del embarazo si se producen vómitos o diarreas. Durante el embarazo, las necesidades de hidratación cambian y la salud del bebé depende de la madre. A lo largo de estos meses, la hidratación juega un papel crítico ya que el suministro adecuado de agua es esencial para mantener el líquido amniótico, que constituye el entorno del feto. El agua representa un 94% del peso de bebé al final del primer trimestre.
Los bebés lactantes ingieren una media de 750 ml de leche al día, entre el primer y el sexto mes de vida. La cantidad de leche puede variar según el bebé, pero el rango normal oscila entre 600-900 ml al día. Es por lo que las madres lactantes pierden cantidades significativas del líquido mientras dan el pecho y deben aumentar el consumo de líquidos. La deshidratación leve no afecta la producción de leche materna, pero cuando es moderada o grave si pueden tener efectos negativos que pueden suponer cambios en la composición de la leche y reducciones en la cantidad de leche producida. TRATAMIENTO El tratamiento de urgencia se basa en la rehidratación; otro aspecto complementario es la dieta. Los antibióticos y antidiarreicos tienen sus indicaciones específicas y en ocasiones son ineficaces o están contraindicados. Rehidratación Es el principal elemento terapéutico, en situaciones leves, el tratamiento debe realizarse en el domicilio y no es necesario emplear soluciones específicas aunque se recomienda que sean soluciones que contengan sodio y glucosa. Puede emplearse agua, infusiones, zumos o refrescos sin cafeína. En casos moderados, deben utilizarse soluciones específicas, como la de la OMS, que contiene sodio, glucosa, bicarbonato y potasio en cantidades similares a las que ocasionan las pérdidas intestinales. 20 g. de glucosa Sol. OMS: 1 l de agua 3,5 g. de ClNa 2,5 g. de bicarbonato sódico 1,5 g. de ClK En casos severos, se debe utilizar vía parenteral (Ringer Lactado). CONSEJOS PRÁCTICOS Tener siempre a mano una botella de agua. Ofrecer agua a los niños y a los mayores. Tomar un vaso de agua al acostarse, levantarse y en cada comida del día. Beber agua antes, durante y después de la actividad física. Inculcar a los niños hábitos saludables ofreciéndoles agua en lugar de bebidas azucaradas. Explicar a los adolescentes, que es el grupo que menos agua pura consume y con menor práctica de hábitos alimentarios saludables, los beneficios del agua para su salud (los dientes, la piel, etc.).
No esperar a tener sed, ni la boca seca. Incorporar agua en preparaciones como los zumos. Evitar bebidas muy dulces o que contengan alcohol. Incluir en la alimentación frutas y verduras frescas. Usar ropa liviana, con accesorios para protegerse del sol (sombrero, gorros, pañuelos, etc) Darse duchas con agua fresca.