DESAFÍOS ACTUALES A LA INTEGRIDAD ELECTORAL NACIONAL Y SUBNACIONAL EN PAÍSES FEDERALES.

Transcripción

1 DESAFÍOS ACTUALES A LA INTEGRIDAD ELECTORAL NACIONAL Y SUBNACIONAL EN PAÍSES FEDERALES. Cancún, Quintana Roo, 12 de septiembre de 2017 Muy buenos días: En nombre de la Magistrada Presidenta del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, Janine Otálora Malassis, y de todos quienes integramos esta institución democrática, extiendo nuestra mayor felicitación y reconocimiento a la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, Sede México, por la realización de este seminario, que busca analizar algunos de los riesgos actuales a la integridad electoral. Permítanme hacer reconocimiento también a la doctora Pippa Norris, por encabezar el proyecto de integridad electoral a nivel mundial; así como a los investigadores Irma Méndez, Nicolás Loza y Ferrán Martínez por dirigir el Capítulo México. Como sabemos, el concepto de integridad electoral es un enfoque reciente, que se ha convertido en una herramienta analítica útil para evaluar la calidad de las democracias. Siguiendo a Dieter Nohlen 1, la integridad electoral supone dos dimensiones. 1 Nohlen, Dieter, Arquitectura institucional, contexto sociocultural e integridad electoral en Desafíos, 28 (I), Bogotá Colombia, 2016, pp Disponible en 1

2 La primera dimensión radica en sus alcances, ya que significa analizar todas las fases del ciclo electoral: desde el diseño legislativo y el de las instituciones electorales, hasta la votación durante el día de la jornada electoral, el conteo, la divulgación de los resultados, para finalizar con la ya esperada etapa de impugnación. Y la segunda dimensión de la integridad electoral implica considerar este esquema como un postulado ético dirigido a los actores que participan en el proceso electoral; ya que son quienes deben comportarse conforme a los valores y las normas que dan sustento a las elecciones democráticas. Una forma de analizar la integridad electoral es a partir de sus opuestos. Si no se lesionan las normas, si no se manipulan ilegalmente los elementos del proceso electoral y si no se actúa en contra de los valores democráticos, entonces existe integridad electoral. De esta manera, el análisis debe ser necesariamente comparativo, empírico, y contigente; nos obliga a contrastar, en la práctica, los valores y las normas de la democracia, con los comportamientos, procesos, reglas y prácticas electorales, por el otro. El resultado de este contraste es la evaluación de la calidad de la democracia. 2

3 Un desafío y obstáculo para la calidad de las democracias, como lo sabemos, son las malas prácticas electorales. El fraude o la manipulación electoral implican necesariamente una actitud intencionada en contra de la integridad electoral. Se trata de una actitud que genera, entre la sociedad, la pérdida de confianza en la democracia y en sus instituciones; y que, además, erosiona la legitimidad del proceso electoral y de sus resultados. Un hecho incontrovertible es que las malas prácticas electorales también se financian con dinero. De allí la pertinencia de este seminario-taller, que pone énfasis en el financiamiento de las campañas y los resultados electorales. Sin duda, el dinero es esencial para la actividad política, pero también está presente en las malas prácticas electorales. El Premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz nos dice que el dinero habla en la política, al igual que lo hace en los mercados 2. Y si la regulación y el comportamiento no corresponde con los valores y prácticas democráticas, al igual que en los mercados, el dinero concentrará el poder en pocas manos y no agregará preferencias de lo que más lo necesitan. 2 Stiglitz, Joseph, El precio de la desigualdad: El 1 % de población tiene lo que el 99 % necesita, Taurus, Madrid, 2012, pág

4 El dinero en sí mismo es amoral; pero lo que puede ser indebido e incorrecto es la forma en que se consigue y el uso que se hace de él. Los partidos políticos necesitan dinero para sus actividades principales, como hacer campañas y financiar la actividad política de sus representantes. Sin embargo, hay al menos tres formas en que el dinero puede alterar la calidad de las democracias. Las dos primeras tienen que ver con los recursos que recibe un partido político y la tercera con la forma en que se gastan dichos recursos. La primera es que si los grupos de interés otorgan financiamiento a un partido político, después demandarán una contraprestación, que probablemente implicará actos de corrupción, así como la dependencia estructural de los gobernantes a determinados intereses económicos que no necesariamente se corresponden con el mandato de representación. La segunda es que el financiamiento irresctricto y desigual de los partidos puede afectar la equidad de la competencia electoral. Y la tercera es que los partidos utilicen los recursos para la compra y coacción del voto, violentando así la libertad de los electores. 4

5 Para atajar los dos primeros supuestos, se ha instrumentado en nuestro país el financiamiento público, a fin de que los partidos sean independientes y autónomos frente a cualquier grupo de interés y que, además, estén en condiciones de equidad para participar en la competencia electoral. Para atender el tercer supuesto, se han establecido esquemas de fiscalización más estrictos y allí es donde se presentará una de las más grandes pruebas para la democracia mexicana, el proceso electoral Esta prueba parte del alto número de campañas a fiscalizar en dicho proceso. La legislación electoral de 2014 estableció un nuevo esquema de fiscalización que se desarrolla en paralelo a las campañas. Para lograr una fiscalización efectiva y permitir que las autoridades jurisdiccionales analicen debidamente la posible existencia de irregularidades graves, la fiscalización se debe llevar en plazos muy breves que inevitablemente traerán consigo la tensión entre tiempo y exhaustividad. La complejidad de la tarea de revisión de informes sobre la procedencia y destino de los recursos, así como la necesidad de cruzar esa información con las bases de datos de los sistemas interbancario y fiscal, exigirá de las autoridades electorales enormes esfuerzos. 5

6 La fiscalización es hoy una tarea fundamental, y la imparcialidad y el profesionalismo, son características indispensables de las autoridades electorales para lograr la integridad en las elecciones y avanzar en la calidad de la democracia en México. Señoras y señores: Ha iniciado en nuestro país el proceso electoral Serán las elecciones más complejas, competitivas y complicadas de nuestra historia nacional. Serán complicadas, por el número de cargos públicos que estarán en disputa (más de 3,400), incluyendo la presidencia de la república. Serán competitivas, porque hoy la ciudadanía se decanta por una gran cantidad de opciones políticas, incluyendo los candidatos independientes; y de esto se deriva que nadie pueda dar por sentado el éxito en una elección. Serán complejas, porque conllevará la cuidadosa articulación de las autoridades electorales nacionales y estatales, cada una de ellas en la esfera de su competencia; además del alto grado de litigiosidad que previsiblemente se alcanzará en la contienda. 6

7 Ese es el tamaño del reto que asumimos, con el firme propósito de hacer del derecho la herramienta que pacifique la política y la competencia electoral. Sin duda, es mucho lo que México se juega en el proceso electoral Especialmente, está en juego la confianza de la ciudadanía en la democracia y la credibilidad con la que cuenten los próximos gobernantes ante la ciudadanía. De estos dos elementos depende, a su vez, el destino de nuestras instituciones democráticas. Instancias como el Instituto Nacional Electoral (INE), la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (FEPADE) y el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) trabajaremos conjuntamente, para vigilar que se respeten las reglas electorales y se garanticen los derechos y la deliberación política. Seremos árbitros del comportamiento de los actores políticos en todas las fases del proceso, y nos congratula saber que, en esta tarea, no estaremos solos, porque tenemos en la sociedad civil y en la academia a importantes aliados, interesados en vigilar y cuidar los valores democráticos. Nos une el deseo de ver en México una democracia con calidad. Por ello, estoy convencido de la pertinencia y relevancia de los trabajos que están por comenzar. Muchas gracias. 7