El Juego Macabro Del Amor

Transcripción

1 Nivel: Octavo Autor: Felipe Londoño Henao Clase de cuento: urbano Ilustraciones: Jacobo Pinto Curso: Octavo A El Juego Macabro Del Amor Era la 1:30 AM madrugada del día martes 13 de un mes no conocido, estaba muy agotada de una larga jornada nocturna, su cuerpo muy cansado, con su maquillaje corrido pero sus labios rojos sangre intactos, debía como todas las noches cruzar un callejón oscuro el cual quedaba a solo dos calles de su casa como ya era costumbre; no tenía miedo de cruzarlo sola por que la noche era su amiga. Era una noche muy hermosa una luna que solamente alumbraba sus ojos azules, que de por sí eran muy encantadores. Aquel momento en que mientras contemplaba la luna su tacón rojo con punta muy delgada y larga se rompió, ella cayó al suelo, maldiciendo sus tacones ya que eran recién comprados y de costo muy alto. Sus medias se rasgaron, hiriéndose sus rodillas delicadas. Tomó el tacón y lo estrelló contra una de las paredes, en ese momento, cuando ya había desatado toda su ira contra el muro, de repente percibió un maletín muy extraño, era de hockey. Ella se acercó lentamente y muy asustada. Lo tomó e intentó levantarlo pero estaba muy pesado, su primera reacción fue dar dos pasos hacia atrás por el miedo a encontrar algo inesperado; respiró profundamente, miró de nuevo la luna y se acercó lentamente. Ya no lo levantó, simplemente comenzó a abrir la cremallera mirando hacia los lados que nadie se acercara; a punto de abrirlo totalmente en la oscuridad escuchó un ruido, unos pasos que intentaron acercarse a ella. Ella se volteó muy asustada, con su corazón latiendo muy rápido y fuerte, casi sin respiración, dándose cuenta de que todo estaba igual, como todas las noches. Tomó el maletín, y cojeando, sacando fuerzas de donde no las tenía, llevó el maletín a su casa. Cuando llegó a su casa lo primero que hizo fue esconderlo debajo de la cama. Esa noche fue una noche de perros, no pudo dormir, dando muchas vueltas en la cama. No paraba de pensar qué contenía el maletín y quién era su dueño. Así transcurrió la noche. El día lunes 12 del mismo mes Karina, como era de costumbre, se tomó toda la mañana para ir de compras. Deseosa de comprar sus tacones nuevos que había visto meses atrás, quedando deslumbrada por su color rojo y por su punta muy fina y delgada, tuvo que ahorrar durante mucho tiempo para poderlos conseguir, al tomarlos en su mano pensó todo lo que tuvo que pasar para poderlos obtener, recordó aquella noche todas las peleas de borrachos que tuvo que soportar en su trabajo. Había decidido estrenarlos esa misma noche, al llegar a casa, como era de costumbre. Comenzó con el ritual de todos los días.cuidar su piel. Después de esta ardua rutina se contempló al espejo observando sus

2 ojos y preguntándose si uno de sus padres, que la habían abandonado en aquel orfanato tenía el mismo color. En aquel momento sonó su alarma indicando que era hora de salir, con la más triste de las rutinas: su trabajo. Al llegar a su trabajo, sus clientes y hasta el mismo jefe quedaron deslumbrados con su belleza, todos querían con Karina. Ella se sintió en ese momento muy orgullosa de su belleza y como era de esperar esa fue una noche muy lucrativa para ella. Sin embargo, no fue completa ya que dentro de todas las miradas que estaban sobre ella, había una muy penetrante que no lograba recordar en aquel instante. Uno de los más prestigiosos clientes se acercó a su oído, proponiéndole algo que la sonrojó y la asombró, volteando su mirada sobre aquella mesa rápidamente quedando asombrada de que al parecer había visto un fantasma. La mañana del martes 13 se levantó como si nada hubiera pasado, se miró al espejo casi con una lágrima en el rostro, estaban sus ojos marcados por las ojeras, recordándole la noche anterior. Saltando inmediatamente al borde de la cama con su corazón saliéndose del pecho, intentó de nuevo abrir la maleta lentamente quedando impresionada al ver su contenido, ahí mismo se tiró hacia atrás como si hubiera visto algo escalofriante. No sabía si llorar o dar gracias a Dios por aquel milagro. Se acercó otra vez a la maleta y sus ojos se tornaron verdes por el reflejo de las piedras más hermosas del mundo, las esmeraldas, rodeadas por una cantidad incontable de dinero. Se quedó varios minutos contemplando aquel tesoro, solo para ella. Sonó el timbre despertándola de aquello que parecía un sueño, cerrando la maleta y devolviéndola debajo de la cama. Rápidamente bajo a atender la puerta con la intriga de quién estaba de tras de ella. Era su vecina que muy asustada le preguntó quién era el hombre que la contemplaba dormida, si ella no solía traer clientes a la casa. En ese momento Karina sintió que la sangre de su cabeza se acumulaba en la punta de sus dedos de los pies. Sonrió de manera tímida y contestó a su vecina que no era un cliente, que era un amigo que la había llevado hasta su casa por el estado de embriaguez en el que estaba y que simplemente se quedó ahí cuidándola. La vecina se alejó de la puerta sin creer en aquella respuesta, Karina cerró la puerta con seguro y subió a su cuarto con afán. Ese día la rutina no fue la misma; cada mirada de sus clientes se transformó en una cruel señal de persecución. Definitivamente no fue un buen día ya que cada cliente que se acercaba era rechazado de forma inmediata con la excusa de no sentirse bien. Pasaron meses y cada día que pasaba la zozobra iba desapareciendo. El dinero comenzó a escasear ya que no estaba trabajando de la misma manera, retumbando en su cabeza el hecho de tener tanto dinero y no poder gastarlo. Al siguiente día tomó fuerzas y de nuevo se acercó al maletín pensando en que su dueño nunca aparecería, motivándose a gastar un poco de aquel dinero, pensando en comprar lujosa ropa que le permitiera volver a su mundo, a sus clientes. Fue un día muy hermoso para ella ya que podía comprar lo que quisiera sin pensar en cuánto gastaría, lo único que pasaba por su cabeza era no volver a

3 necesitar de aquella maleta sino simplemente retomar su triste vida que, por algunos instantes, fue diferente. Un día cualquiera, un día normal olvidando todo lo que había pasado, hasta el punto de olvidar que existía esa maleta debajo de su cama. Al llegar a su trabajo su jefe se acercó a ella, indicándole que un hombre que decía ser su novio de la adolescencia había dejado para ella un mensaje escrito en un sobre de manila perfectamente sellado. Ella mostró cambio en su rostro, reflejando un gran desconcierto que a su vez se transformó en curiosidad. Subió a su cuarto de trabajo, sentándose lentamente sin quitarle la mirada al sobre, que fue abriendo muy despacio. El juego macabro del amor, eso decía su encabezado. Te acuerdas de mí?, porque yo sí me acuerdo de ti y me acuerdo de aquel puñalazo que le diste a mi vida y sobre todo a mi corazón. Llegó el momento devuélveme lo mío o debes entrar en mi juego. Ella quedó casi inconsciente durante varios segundos, pensando que todo era un mal entendido, que aquella carta no era para ella. La tomó de nuevo y terminó de leerla: Entrégame aquellas piedras que se volvieron azules cuando las encontraste, devuélveme mi dinero, que si hubieras querido sería tuyo si estuvieras a mi lado esta vida desde que te fuiste se volvió un juego y debes, así no quieras, entrar en él. Sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas sin saber en qué momento ocurrió todo. Al retomar la carta se dio cuenta de que dentro del sobre había una hoja roja con una flor negra marchita que parecía disecada.en ese momento no quiso leer esa hoja, presentía que no iba a ser nada bueno. Retomó la calma con la mentalidad de que eso no estaba ocurriendo o que simplemente era una broma muy pesada. Respiró profundo y tomó aquella hoja cuyo encabezado solo decía: El amor para ser macabro necesita sus propias reglas. Continuó con la lectura y pudo ver que eran 3 simples reglas numeradas con números muy llamativos en tamaño. REGLA No.1 Devuelve lo que es mío, hasta la última piedra y el último centavo. REGLA No.2 Debes adivinar quién soy. REGLA No.3 Tienes solo tres meses para conseguirlo. Al terminar de leer esto, Karina observó que al final decía POSDATA: en caso de no cumplir estas 3 sencillas reglas deberás suicidarte o asumir la muerte lenta y dolorosa de cada uno de tus familiares, hasta DUFFMAN, aquel perro que tanto queríamos por ser el perro consentido del orfanato y que sé que alguno de tus tíos, que nos separaron al saber que seguías con vida, lo tiene. Duffman?, se preguntó, tío? Cuál tío?, si a duras penas podía recordar lo que ocurrió cuando su papá borracho comenzó a manejar. Si el papel fuera transparente su cara al terminar leer describiría el color de ese papel, el mundo se le transformó en la peor pesadilla que jamás podría pensarse y que ni siquiera se podría desear al peor enemigo. Simplemente se quedó pensando al borde de la cama, con una mirada perdida en el

4 rincón del cuarto y retumbando en su cabeza aquellas reglas del juego del que sin querer ya era parte. El juego macabro del amor. Ella salió de su cuarto de trabajo muy preocupada y bajó hacia donde se encontraba su jefe. Le preguntó quién había sido el que le había entregado la carta y él respondió que no sabía, ya que el sujeto se había ido rápidamente. Ella, preocupada, se fue de su trabajo y del susto que tenía tomó un taxi que pasaba, se montó sabiendo que su casa tan solo quedaba a unas cuantas cuadras de donde se encontraba. Se puso a pensar en quién podría ser, pero ella había tenido muchos novios en su adolescencia debido a su belleza. Apenas llegó a su casa entró y cerró las puertas con seguro, tomó la maleta, que seguía debajo de su cama, y la revisó. Ya la maleta no tenía ni el mismo peso ni la misma suma de dinero y piedras preciosas que antes. Intentó dormir pero no pudo. Se quedó dando vueltas toda la noche en su cama pensando en el encabezado de la carta, El Juego Macabro Del Amor. A la mañana siguiente estaba muy agotada y en lo único que pensaba era en cómo iba a recolectar esa suma de dinero. Buscó la carta en su abrigo, la revisó detalle por detalle, y se dio cuenta de que quien había escrito esa carta había estado con ella cuando seguía en el orfanato. En ese justo momento recordó que por ese entonces ella estaba empezando a tener sus primeras citas de trabajo, y que tenía un novio al cual no le gustaba que trabajara en eso. Eso pasó unos meses después de que salió del orfanato y cuando estaba viviendo con sus tíos, pero sus tíos eran envidiosos y no tenían calidad de vida, por eso había decidido tomar ese trabajo. Ella había conocido un chico en el orfanato que tenía gran cantidad de dinero e iba todas las semanas al orfanato a hacer obras de caridad, y en una de esas vio a Karina. Apenas él notó que Karina había salido del orfanato la buscó y la encontró, le ofrecía el cielo y la tierra ya que se hallaba profundamente enamorado de ella. A Karina no le interesaba estar detrás de una persona como un perrito para que le dieran la vida, así que lo rechazó. Días después ella empezó a recibir obsequios de esa misma persona, así que decidió darle una oportunidad. Él lo único que hacía era darle todo lo que ella quisiera, pero en el fondo eso era justo lo que Karina no quería. Ella empezó a estar con él y empezaron a pasar los meses hasta que un día el chico le había pedido matrimonio. Karina le rechazó la oferta ya que ella no quería esa clase de vida, que la trataran mal, que solo fuera la esposa y nada más; ella quería ser alguien en la vida, ganándosela por ella misma. Al rechazarlo todo terminó y él, con la rabia que tenía, le había dicho que algún día pagaría. Karina no puso atención a eso y siguió con su vida, ganándosela no con el mejor empleo del mundo, pero por lo menos con algo para sostener un hogar. Ella estaba segura de que era él, ya que ninguno de los novios que había tenido poseía tanto dinero; por lo general habían sido personas sin dinero que solo buscaban a Karina para aprovecharse de ella. De un momento a otro le vino a la cabeza aquel recuerdo de la mirada penetrante, aquella

5 noche en el bar, la noche que encontró el dinero. Cayó en la cuenta de que la persona que la observaba tan fijamente era él, ya sabía de dónde hallaba familiar esa cara. Ella siguió recolectando dinero, trabajando extra y aguantando hambre durante dos meses. Sabía que nunca, así trabajara las 24 horas del día, iba a lograr conseguir esa suma de dinero. Un día en su trabajo hubo una pelea, que empezó entre dos borrachos y a lo largo terminó siendo todo el bar. Ella se arrinconó en una esquina con sus demás compañeras de trabajo. Cuando de repente la tomaron de atrás y le pusieron un costal en la cabeza, la sacaron del bar entre dos tipos demasiado fuertes y grandes para que Karina pudiera soltarse, la golpearon y la maltrataron. La llevaron a una bodega oscura con una luz en la mitad, parecía una película de acción. Ya era tarde y hacía frío. A ella la sentaron en un asiento de madera en la mitad. Le quitaron el costal. Al frente suyo estaba su ex novio, quien la saludó y le preguntó: te acuerdas de mí?... Luego, cuando le preguntó que si había recolectado el dinero, Karina le respondió que no. Él hizo unas señas al lado derecho de la bodega pero ella no alcanzaba a ver. Una persona le trajo un trapo y un balde de agua; le pusieron el trapo en la cara y la inclinaron, le tiraron el agua encima, y poco a poco ya no podía ni gritar ni respirar. La torturaron así por aproximadamente dos horas. Después la dejaron ahí. A la mañana siguiente encontraron el cuerpo de Karina sin vida. Nunca supieron quién la mató, pues ella no había dicho nada a nadie sobre su problema, y el amor de otra persona había acabado con su vida.