Cantabria

Transcripción

1 de Cantabria

2 NAWED Mi nombre es Isabel. Y soy enfermera. Durante un tiempo, trabajé como voluntaria en un pequeño poblado africano, dónde tratábamos de erradicar un virus que se transmitía por el agua, y que era altamente peligroso para los niños. Afortunadamente, salvamos a muchos. Recuerdo como apretaban sus manitas, alrededor de la mía, cuando el doctor les ponía una inyección. O, como cerraban sus ojos, con fuerza, tratando de ahuyentar todos sus temores. Salvo Nawed. Conocí a Nawed, cuando mi compañero le trajo a la consulta para vacunarle, tras haberle visto recogiendo agua. Desde el primer momento, me llamó la atención aquella valentía e inteligencia que se veía en sus ojos. Aquellos enormes ojos, que todo observaban con curiosidad y que permanecieron abiertos, sin temor, cuando fue vacunado. Aún hoy recuerdo su mirada de agradecimiento, cuando le explicamos que, gracias a aquella pócima, el agua hechizada del pozo no le haría efecto. Mientras le acompañaba junto a su madre, me preguntó si él podría salvar a los niños cuando fuera mayor. Entonces su ocurrencia me hizo reír. Pero, hace apenas unas semanas, me lo encontré. Llevaba una bata blanca y tenía a un niño en su regazo con el brazo extendido, esperando ser pinchado. Y me miró. Me miró igual que años atrás María Quijano Peralta Colegio San José. El Astillero Categoría B. Secundaria

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5 EL MÉDICO - Siguiente, por favor. Entra en la consulta un niño muy rubio de dos años con cara de espabilado. Me mira con los ojos muy abiertos. Seguramente soy el primer negro que ve en su vida. Viene a ponerse una vacuna. Mientras escucho el ritmo de su corazón, recuerdo la primera vez que vi a un médico: Era blanco. Yo venía del pozo cargado de agua, como cada mañana. Debía caminar cinco kilómetros cada día antes de ir a la escuela. Aquel día, al llegar vi mucho revuelo. Varios hombres y mujeres blancos estaban montando un campamento en la aldea. Algunos vecinos tenían miedo, pero también había otros muy contentos. Mi madre me dijo que habían venido a vacunarnos. Durante las semanas que pasaron allí, me enteré de para qué servían las vacunas. Pensé que mi hermano pequeño no habría muerto el invierno pasado si ellos hubieran llegado antes. Aprendí todo lo que pude en ese tiempo, no me despegaba de los médicos. Decidí que yo no quería llegar tarde. Este es mi último año de residente en el hospital. Pronto volveré a Somalia con montones de vacunas. Andrea Echevarría Rodríguez IES Fuente Fresnedo Categoría B. Secundaria

6 QUIERO CONOCERTE Hola, seguramente no me conozcas, pero tengo nombre de chica y cuento con más de un siglo de vida. Dicen de mí que soy la ciencia que estudia el cuerpo humano, sus enfermedades y su curación, aunque desgraciadamente no de todos por igual. Quizás nunca hayas oído hablar de mí, y quizás ni sepas que existo. He visto la tristeza en tus ojos, la llamada de auxilio y tu agonía en soledad, pero aquí estoy, voy a tu encuentro para ayudarte. Tranquilo, soy desinteresada, nací para ayudar, aunque son muchos los que me manejan a su antojo y no ven que me han convertido en una potente arma de destrucción masiva allá donde no estoy. Nací para curar y me utilizan para morir. Muchos se salvan de la muerte cuando me encuentran, otros la sufren sin remedio por mi ausencia. Soy culpable, lo sé y lo siento, pero no viajo libre, mi maleta es pesada y va llena de la avaricia y la codicia de los hombres que me frenan en mi huída. Intento salvar el mundo, a ti pequeño, que con esa mirada inocente me hipnotizas y no consigo alcanzarte. Me siento culpable sí, aunque sé que algún día llegaré a tu vida para quedarme. Por cierto, no te he dicho mi nombre, me llamo Medicina, mucho gusto en saludarte. Patricia Pellón Cortijo Colegio San José. El Astillero categoría B.

7 La Historia - JUGANDO A MATAR En la imagen, Françoise, un niño ugandés de 11 años, es atendido de malaria por el doctor Orsolato, médico voluntario italiano de la organización internacional AVSI* La simple picadura de un mosquito y el caos en la sangre. La malaria amenaza a más del 40% de la población mundial. Sólo en el continente africano afecta cada año a unos 300 millones de personas. Cada 30 segundos muere un menor de cinco años a causa de esta infección también conocida como la enfermedad de los pobres *La Fundación AVSI es una organización no gubernamental sin ánimo de lucro fundada en 1972, presente con más de 100 proyectos de cooperación al desarrollo, en 37 países de África, América Latina y Caribe, Europa del Este, Oriente Medio, Asia. AVSI trabaja en los sectores socio-educativo, desarrollo urbano, salud, empleo, agricultura, seguridad alimentaria y agua, energía y medio ambiente, emergencia humanitaria y migraciones beneficiando directamente a más de de personas. Convención sobre los derechos del niño, Artículo Los Estados Partes reconocen el derecho del niño al disfrute del más alto nivel posible de salud y a servicios para el tratamiento de las enfermedades y la rehabilitación de la salud. Los Estados Partes se esforzarán por asegurar que ningún niño sea privado de su derecho al disfrute de esos servicios sanitarios.