Un grupo de militares insurrectos son detenidos en Madrid el 20 de julio de 1936

Transcripción

1 La sublevación militar y el estallido de la guerra civil. El desarrollo de la guerra: etapas y evolución de las dos zonas. La dimensión política e internacional del conflicto. Las consecuencias de la guerra. 1. LA SUBLEVACIÓN MILITAR Desde la proclamación de la República y, sobre todo, desde la victoria del Frente Popular, en febrero de 1936, se había iniciado en España un proceso de revolución democrática que ponía en peligro los intereses y privilegios de las fuerzas dominantes: la oligarquía agraria y financiera, la Iglesia y el ejército. Para impedirlo propiciaron varias insurrecciones para derribar el régimen legalmente constituido. (ej. agosto de 1932 el general Sanjurjo trató de llevar a cabo un levantamiento que fracasó). La conspiración militar contra la República estuvo dirigida por el general Mola que contó con el apoyo, entre otros, de Goded, Queipo de Llano y Cabanellas (hasta última hora no estuvo clara la posición de Franco). Mandos militares en Tenerife, Reunión de Franco con oficiales y jefes en Tenerife, tras unas maniobras, en junio de Para entonces, su participación el golpe de Estado se había convertido en uno de los puntos clave de la conspiración, porque era el militar que debía ponerse al frente del Ejército de África, el cuerpo mejor preparado de las Fuerzas Armadas. Franco mantuvo en vilo a los conspiradores hasta muy pocos días antes del golpe, cuando confirmó su participación en la rebelión militar. Los conspiradores querían sustituir la legalidad republicana por una dictadura provisional, actuando con rapidez y violencia para evitar cualquier resistencia. El gobierno apenas tomó medidas ante los insistentes rumores y se limitó a trasladar a Goded y a Franco, considerados peligrosos, a destinos periféricos. El asesinato, el 13 de julio de 1936, del líder de derechas José Calvo Sotelo, como represalia por la muerte del guardia de asalto José Castillo, decidió a los conspiradores a iniciar la sublevación de inmediato. El golpe militar, planteado como un pronunciamiento clásico, con apoyo de milicias carlistas y falangistas, se inició, siguiendo los planes de Mola, el 17 de julio en la guarnición de Melilla, haciéndose con el poder en todo el protectorado marroquí. Al día siguiente, el 18 de julio, Franco voló de Canarias hacia Marruecos y tomó el mando del Ejército de África.

2 2 La sublevación se extendió rápidamente pero la actuación conjunta de las milicias obreras y de las fuerzas del orden leales al gobierno, fue decisiva para el fracaso de la rebelión en dos ciudades clave: Madrid y Barcelona. Un grupo de militares insurrectos son detenidos en Madrid el 20 de julio de 1936 Unos guardias de asalto disparan contra las fuerzas rebeldes en las calles de Barcelona el 19 de julio de 1936 Entre el 17 y el 20 de julio se evidenció el fracaso del pronunciamiento militar, pero se hizo también patente la división en dos bandos que se enfrentarán en una guerra civil: Falangistas, carlistas, monárquicos y gran parte de la CEDA, apoyaron la sublevación, con el respaldo económico de la alta burguesía y la oligarquía de terratenientes. Se llamaron a sí mismos nacionales y controlaron Castilla la Vieja, León, Galicia, Navarra, Cáceres, parte de Aragón, algunas capitales andaluzas (Sevilla, Cádiz, Granada...), Baleares y Canarias. Dominaban las áreas cerealistas y contaban con el ejército de África, las tropas mejor preparadas, superiores en organización y disciplina Obreros, jornaleros y las clases medias progresistas se opusieron al golpe y optaron por el gobierno legal de la República. Siguieron fieles a la República Asturias (excepto Oviedo), Cantabria, el País Vasco, Castilla la Nueva, Madrid, Cataluña, las regiones levantinas y el resto de Aragón, de Extremadura y de Distribución de las fuerzas armadas al inicio de la guerra civil Unidades Tropas del gobierno Tropas rebeldes Ejército de Tierra Marina Ejército del Aire Tropas policiales TOTAL Andalucía. Controlaban las ciudades más grandes, las zonas industriales, la agricultura de exportación y las reservas del Banco de España, además de tener ventaja militar en la armada y en la aviación aunque sin un mando unificado, con pocos jefes cualificados y formado en su mayoría por brigadas mixtas de soldados, guardias de asalto y milicianos civiles. 2. LAS FASES DE LA GUERRA 2.1. Primera fase: desde el alzamiento de 1936 hasta marzo de Tras el alzamiento militar, el general Franco se trasladó desde Canarias a Maruecos y tomó el mando del ejército de África, con el que consiguió cruzar el Estrecho gracias a la cobertura aeronaval prestada por Alemania e Italia, para unirse en Andalucía a los sublevados de Queipo de Llano. Inmediatamente decidieron avanzar sobre Madrid, con la idea de confluir sobre la capital, como una tenaza, con las tropas del norte que estaban a las órdenes de Mola. Consideraban que Madrid era el objetivo prioritario por razones políticas, económicas y propagandísticas, y creían que si conquistaban la ciudad se acabaría la guerra. El avance de las columnas rebeldes por Andalucía y Extremadura obedeció a la necesidad de enlazar las dos zonas sublevadas, pero también a la táctica de eliminar al mayor número posible de enemigos en la retaguardia. Yagüe declaró a un periodista norteamericano, cuando éste le preguntó por las ejecuciones de Badajoz: Por supuesto que los hemos matado. Suponía usted que iba a dejarme a rojos a mis espadas teniendo mi columna que avanzar a marchas forzadas? Iba a permitir que Badajoz volviera a ser rojo?

3 3 Las tropas sublevadas asediaron Madrid, y fueron frenadas en las inmediaciones de la capital ante esta situación, el gobierno republicano trasladó su sede a Valencia y dejó una Junta de Defensa que organizó y coordinó eficazmente las operaciones militares, creando las milicias populares y contando con la ayuda de las Brigadas Internacionales. Fracasado el ataque, las tropas nacionales intentaron cortar las vías de comunicación, pero fueron derrotadas en las batallas del Jarama (febrero 1937) y de Guadalajara (marzo 1937) 2.2. De abril de 1937 al verano de El fracaso en Madrid motivó un cambio de estrategia de los nacionales. Sin abandonar la presión sobre la capital, que se mantuvo durante toda la guerra, emprendieron la campaña del Norte, entre abril y octubre de 1937, que les permitió la ocupación sucesiva de Vizcaya, Santander y Asturias; fue en esta campaña cuando la aviación alemana al servicio de los nacionales destruyó Guernica. También pusieron en marcha ataques aéreos contra la población civil, en Valencia, Madrid y Barcelona. El ejército republicano intentó recuperar la iniciativa en el valle del Ebro con la batalla y conquista de Teruel, pero la reacción de Franco fue inmediata iniciando la campaña de Aragón, a comienzos de 1938, por la que ocupó la totalidad de Aragón y el Maestrazgo, llegando hasta Vinaroz, en abril de 1938: de nuevo la zona republicana estaba dividida en dos y Cataluña quedaba aislada Desde julio de 1938 hasta abril de La última fase de la Guerra Civil se inició con la batalla del Ebro, entre julio y noviembre de Fue una ofensiva desesperada del ejército republicano, planeada por el general Rojo, cuya derrota dejó a la República prácticamente inerme. Tras la batalla del Ebro, los acontecimientos se sucedieron con rapidez y entre diciembre de 1938 y febrero de 1939 los nacionales ocuparon Cataluña. Con la caída de Cataluña, las estructuras políticas y militares del Estado republicano se derrumbaron. Sus autoridades, incluido el presidente Azaña, atravesaron la frontera. A pesar de lo desesperado de la situación, Negrín y los comunistas intentaron resistir en Madrid y la zona centro, cuyas posiciones se mantenían prácticamente como en Pero en febrero de 1939 estallaron en Madrid enfrentamientos internos. El coronel Casado, apoyado por republicanos, anarcosindicalistas y socialistas, que encontraban inútil la política de resistencia, dieron un golpe de Estado y crearon una Junta de Defensa que, ingenuamente, pretendía una paz honrosa y sin represalias que Franco no aceptó. La Junta de

4 4 Defensa ordenó finalmente el abandono de los frentes sin resistencia, y el 28 de marzo cayó Madrid e inmediatamente después se rendía Valencia. El 1 de abril de general Franco hizo público el comunicado del fin de la guerra sin condiciones. 3. EVOLUCIÓN POLÍTICA DE LAS DOS ZONAS 3.1. La España republicana. Tras unas primeras horas de indecisión, Azaña, presidente de la Republica, encargó formar de gobierno a José Giral que repartió armas a los obreros, que habían creado milicias para frenar a los sublevados. Las autoridades quedaron desbordadas por el poder popular que se organizó en juntas y comités obreros. Para intentar controlar este desorden se creó, en septiembre de 1936, un gobierno de unidad presidido por Largo Caballero, con participación de socialistas, azañistas y comunistas, al que más tarde se incorporaron miembros de la CNT. El nuevo gobierno adoptó medidas de guerra, para reconducir la situación, como la incautación de industrias y de tierras no cultivadas para repartir entre los campesinos. Retomó la reforma agraria e inició la nacionalización de los ferrocarriles, las compañías eléctricas y algunos bancos. En noviembre de 1936, en pleno ataque a Madrid, el gobierno se trasladó a Valencia y allí las Cortes aprobaron el estatuto de autonomía del País Vasco. Pero la CNT y la FAI, especialmente en Cataluña y en Aragón, sin respaldo oficial, consideraron estas medidas insuficientes y pusieron en marcha una revolución social, apropiándose por la fuerza de industrias y tierras de cultivo, para convertirlas en propiedad colectiva. Por otro lado, la mayoría de los socialistas y republicanos, pero sobre todo el PCE, defendían la necesidad de controlar la producción y centralizar la dirección de la guerra. La tensión entre ambos bloques estalló en forma de insurrección y combates callejeros en mayo de 1937 en Barcelona. Largo Caballero dimitió y se inició el gobierno de Negrín, también socialista, que intentó fortalecer el Estado para generar confianza en el exterior y para ello puso freno a los anarquistas y reorganizó el Ejército Popular. Apoyado por el Partido Comunista, defendió una política de resistencia hasta el final con la esperanza de recibir ayuda de las potencias antifascistas, en caso de un probable conflicto europeo. Tras la caída de Cataluña la situación de la República se hizo insostenible hasta el punto que Azaña, ya en el exilio, dimitió de la Presidencia. En marzo del 39 el coronel Casado se sublevó contra el gobierno y se creó una Junta Nacional de Defensa que intentó en vano negociar con Franco La España nacional. Después del alzamiento militar, los nacionales crearon en Burgos una Junta de Defensa, presidida por Cabanellas (el de mayor edad) e integrada por militares entre los que destacaban Mola, Franco y Queipo de Llano. Esta Junta asumió funciones administrativas y militares y tomó las primeras medidas: proclamó el estado de guerra, comenzó la represión contra las autoridades y los partidarios del régimen republicano, prohibió las actividades políticas y sindicales de cualquier signo ideológico y suprimió la reforma agraria. Ante la prolongación de la guerra era necesario unificar el mando político y militar por lo que, en octubre de 1936, Franco fue nombrado Jefe del Estado y Generalísimo de los Ejércitos. Se crea la Junta Técnica del Estado, integrada por militares, que actuaba como un gobierno. A partir de este momento se empezó a configurar institucionalmente el futuro estado: en abril de 1937 (Decreto de unificación) se creó un

5 5 partido único, FET y de las JONS, bajo la jefatura de Franco, integrado por falangistas, tradicionalistas, carlistas y otros grupos afines al régimen. En enero de 1938 Franco culmina el proceso de estructuración política y administrativa del nuevo régimen con la Ley de Administración Central del Estado, que le confería todos los poderes y nombró un gobierno de integración formado por militares y civiles (falangistas, monárquicos y tradicionalistas), y, durante el último año de guerra, llevó a cabo una intensa labor legislativa que anuló la obra republicana, suprimiendo la Constitución, los gobiernos autonómicos, el matrimonio civil, el divorcio, los partidos, etc., y se devolvieron las tierras expropiadas a sus antiguos dueños. Elaboraron algunas leyes como el Fuero del Trabajo que eliminaba los sindicatos de clase, la Ley de Prensa que establecía la censura, y la Ley de Responsabilidades Políticas que, con carácter retroactivo desde 1934, le permitió perseguir a los sospechosos de haber defendido la causa republicana. 4. DIMENSIÓN INTERNACIONAL DEL CONFLICTO 4.1. La reacción internacional ante la guerra. El estallido de la guerra civil española contribuyó a agudizar la tensión e inestabilidad existentes en el contexto europeo, dominado por la confrontación ideológica y política entre el eje Berlín-Roma (la Alemania nazi y la Italia fascista), las democracias parlamentarias (Reino Unido y Francia) y el comunismo soviético. En estas circunstancias, la guerra de España tuvo un gran eco internacional ya que podía tener repercusiones exteriores que complicaran el difícil juego de estrategias a escala europea. AYUDA EXTRANJERA SUBLEVADOS REPÚBLICA ACTITUDES AMBIGUAS ACUERDOS INTERNACIONALES POTENCIAS FASCISTAS VATICANO URSS FRANCIA REINO UNIDO Actitud de la Sociedad de Naciones ALEMANIA BRIGADAS INTERNACIONALES Pacto de NO- INTERVENCIÓN ITALIA MÉXICO PORTUGAL 4.2. La ayuda extranjera APOYOS RECIBIDOS POR LOS SUBLEVADOS Alemania: como respuesta a la petición de los sublevados, Hitler ordenó la ayuda alemana inmediata, que fue constante a lo largo de la contienda. Además de la intervención de la flota germánica, y el envío de numeroso material militar como artillería, tanques y equipos de transmisión, la parte más importante de la ayuda alemana fue la aviación: la Legión Cóndor, que fue decisiva en las ofensivas del bando rebelde. Fue decisiva para el desarrollo inicial del conflicto (paso de las tropas del ejército de África a la península); se estableció un sistema de pago a crédito; el armamento era moderno (Hitler utilizó el conflicto

6 6 español para probar armas y técnicas que emplearía en la II G.M.) y los efectivos militares que vinieron eran especialistas. Italia: la participación italiana fue más numerosa, aunque de menor importancia técnica y estratégica. A los efectivos humanos (Corpo di Truppe Volontarie) hay que añadir el soporte aeronaval y de equipamiento bélico. Portugal: el régimen profascista de Salazar prestó ayuda logística a los sublevados, facilitándoles las comunicaciones por su territorio y el desembarco de suministros en sus puertos, además de contribuir con unos voluntarios. También hay que destacar la actitud del Vaticano. El Papa, Pío XI, reconoció el régimen franquista, hecho que resultó fundamental para el apoyo al nuevo régimen de la población católica. APOYOS RECIBIDOS POR LA REPÚBLICA URSS: fue el único país que, aunque había firmado el Tratado de No Intervención, ayudó con armas y alimentos a la República, además de pilotos, instructores y técnicos. El cierre de la frontera francesa inmovilizó buena parte de estos efectivos, que llegaron de forma discontinua. La República pagó sus compras con las reservas de oro del Banco de España. Esta ayuda supuso el incremento de la influencia del Partido Comunista de España. Brigadas Internacionales: de gran valor moral. Miles de voluntarios de más de 50 países, de ideologías democráticas y progresistas, lucharon contra el fascismo. En diciembre de 1938, abandonaron España cumpliendo los acuerdos del Comité de No Intervención. México: no se integró en Comité de No-Intervención. Su ayuda se centró en: suministrar armas ligeras, actuar como intermediario entre países acogidos al comité de No-Intervención y que deseaban comerciar con la España republicana (EEUU y Francia) y sobre todo, apoyo moral. ACTITUDES AMBIGUAS Francia: los gobiernos franceses, salvo en los primeros momentos, optaron por la no intervención, de la que se derivó el cierre de la frontera. Esto perjudicó al gobierno de la Republica porque obstaculizaba la llegada de ayuda. El papel fundamental de Francia fue el de convertirse en país de acogida de dirigentes republicanos y de exiliados que huían de las tropas de Franco Reino Unido: tuvo una actuación aún más ambigua. Su postura oficial de neutralidad se basaba en el argumento de que el alzamiento podría representar un freno al marxismo Estados Unidos: no suscribió el pacto de no-intervención pero aprobó una ley de embargo que impidió la exportación de material bélico a la España republicana, pero permitió los suministros de algunos productos combustible de la TEXACO o los vehículos Ford y General Motors ACUERDOS INTERNACIONALES. - Sociedad de Naciones: cuando estalló el conflicto en España, la República intentó que la Sociedad de Naciones interviniera contra Italia y Alemania por su participación directa en la guerra española. Un año después se aprobó una resolución, que finalmente no fue aplicada. - Política de no-intervención: Francia y Reino Unido apadrinaron esta política que se plasmó en el Comité de No Intervención, con sede en Londres. El principal objetivo era aislar el conflicto español y tratar de ahogarlo impidiendo la llegada de material bélico.. A esta propuesta se adhirieron 27 países que se comprometieron a no vender, ni permitir el paso de armas o suministros bélicos a España.

7 7 5. CONSECUENCIAS DE LA GUERRA 5.1. Consecuencias demográficas y sociales. La guerra ocasionó terribles pérdidas humanas, entre las bajas en los frentes y las muertes en retaguardia por bombardeos, malnutrición, etc. Habría que añadir los no nacidos por el desplome de la natalidad. Represión política: una parte importante de las cifras de muertos corresponde a los asesinatos de las retaguardias Territorio republicano: las víctimas se produjeron generalmente al margen de la ley, como consecuencia de la desarticulación del Estado y como resultado del odio de clase. El descontrol inicial, trató de regularse con la creación de Tribunales Populares (agosto 1936). Afectó a líderes de la derecha, como José Antonio Primo de Rivera, a propietarios de tierras y de fábricas, a religiosos, etc Territorio nacional : la represión tuvo al principio un carácter selectivo: autoridades políticas, ilustres republicanos, líderes sindicales. Se institucionalizó y continuó en la posguerra, aplicando la Ley de Responsabilidades Políticas y otras posteriores. Exilio: en los últimos meses de la guerra, millares de combatientes republicanos, intelectuales, militantes de partidos y sindicatos y familias enteras tuvieron que abandonar España a través de la frontera catalana con Francia o desde el puerto de Alicante. Se concentraron en campos de internamiento en el sur de Francia; más tarde se dispersaron por países europeos, por el norte de África y sobre todo en Latinoamérica; México se convirtió en la sede política de la República en el exilio Consecuencias económicas. La guerra fue tan destructiva que sus efectos se arrastrarán hasta los años cincuenta. La principal consecuencia fue el retorno a una economía de predominio agrario. El tejido industrial había quedado gravemente afectado, las comunicaciones (ferrocarriles y carreteras) sufrieron daños irreparables, y muchas ciudades soportaron intensos bombardeos y terribles destrucciones Consecuencias culturales. Quedó destruido todo el esfuerzo de regeneración cultural y educativa de la Edad de Plata. Fueron ejecutados o destituidos por el franquismo más del 60% de los maestros y profesores. Intelectuales, científicos y artistas murieron o se marcharon al exilio: figuras como García Lorca, Buñuel, Antonio Machado, Alberti, Picasso son buen ejemplo. La cultura oficial estaría marcada por la represión y la censura 5.4. Consecuencias políticas. La guerra civil puso fin a la experiencia modernizadora y democratizadora republicana y el inicio de un largo período de represión, de falta de libertad política y la supresión de derechos fundamentales. También hay que destacar: la división ideológica: los vencedores se convirtieron en la élite dominante y los vencidos sufrieron el exilio, la represión (se restablece la pena de muerte, reclusión en campos de concentración, trabajos forzados, destierros, inhabilitaciones para ejercer cargos públicos, confiscaciones de bienes...) en el ámbito internacional: España inició veinte años de aislamiento político, con excepción del reconocimiento que obtuvo de algunos estados, como el Vaticano y Argentina. Quedó fuera del fuerte impulso de progreso que se inició en Europa después de 1945.

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