EL ÁRBOL DE LA NAVIDAD Apocalipsis 22:1-14

Transcripción

1 EL ÁRBOL DE LA NAVIDAD Apocalipsis 22:1-14 INTRODUCCION La Navidad es una época de alegría santa para los cristianos, una celebración de la venida y la inevitable victoria de Jesucristo. En la encarnación, Cristo inició su irrupción en la historia. Y nosotros somos una parte de su ejército de victorioso. Por consiguiente, regocijémonos y preparémonos para dar testimonio del verdadero significado de la Navidad. La temporada de adviento es un periodo de preparación para la celebración de la Navidad; y comienza cuatro Domingos antes de la Nochebuena. Hoy es el Primer Domingo de Adviento. En esta temporada de Adviento el pueblo cristiano acostumbra poner el árbol y la corona de Adviento; sin embargo, algunos evangelicalistas prescinden del árbol de Navidad y de la corona de adviento por considerarlos como algo impropio e incluso hasta profano debido a su larga asociación con el uso que le han dado los paganos. A pesar de todo esto, y a reserva de presentar una verdadera argumentación Escritural, se debe ver el árbol de la Navidad como una tradición Escritural y legítima que anuncia una significante victoria del cristianismo sobre el paganismo; sobre todo en estos tiempos en que ya se han secularizado los festejos de la Navidad. Por un lado el Santa Claus que ha venido a ser el personaje central de la Navidad y no Cristo el Hijo de Dios. Santa Claus es el que hace milagros, el que une a las familias, el que convierte a los incrédulos para convertirlos en creyentes de Santa Claus. Y por el lado del papismo, el diorama del nacimiento bajo del árbol al cual se le adora mucho más que al mismo Jesucristo; y no se diga de las posadas que han venido a oscurecer el verdadero significado de la Navidad. Pues, con el propósito de rescatar, restaurar y redirigir esta práctica cristiana es mi intención en esta ocasión hablar sobre el Árbol de la

2 2 Navidad. Y primeramente quiero exponer el origen del significado Escritural; y en segundo lugar, cómo era esta representación en la era de la Iglesia Patrística. LA REFERENCIA ESCRITURAL Los orígenes de muchas de nuestras tradiciones lamentablemente han sido obscurecidas a menudo por siglos o milenios llenos de costumbres que vienen de un sin fin de fuentes. No existe una historia acerca de esta práctica cristiana, sino un complejo de narraciones mezcladas que le dan su apariencia moderna. Lo cierto es que el árbol de Navidad se ha convertido en una costumbre típicamente occidental. Algunos creen que es un símbolo muy pagano, impropio para una celebración cristiana. Otros lo ven como una parte importante de la celebración de la Navidad. Ambas opiniones, de hecho, pueden ser correctas. El árbol tiene una historia muy larga tanto en su uso entre los paganos como en las representaciones cristianas de la vida. Estas posturas diametralmente contrarias, de hecho, también se encuentran en las Escrituras. Y por lo tanto no debemos perder de vista que la especialidad del diablo ha sido siempre la de pervertir el uso correcto de las cosas que Dios ha creado. Primeramente nótese que Dios representó las bendiciones y las maldiciones de su Pacto por medio de dos árboles. Un árbol fue llamado el el árbol de vida y estaba en medio del Jardín de Edén. Era, en efecto, una señal del Pacto de Vida que Dios estaba otorgando a Adán y Eva. El otro árbol nombrado en el Edén fue el llamado árbol del conocimiento de bien y mal. Éste era el único árbol prohibido para nuestros primeros padres. Para entender el significado de el árbol del conocimiento del bien y mal, debemos entender que Dios les dio la vida a Adán y Eva y les dio el árbol de vida como un regalo de gracia. Es más, Dios hablaba con ellos, y al parecer lo hacía en una manera habitual. Y su comprensión de lo bueno y lo malo

3 3 podría venir de una de dos fuentes. Ellos podrían aprender en la fe de su Dios y Creador, o podrían desobedecer y buscar el conocimiento no de Dios, sino del árbol prohibido. Satanás, presentó el pecado de desobediencia como una opción clara. La tentación para Eva fue hacer el papel de Dios, elevarse ella misma el nivel de Dios y poder hacer sus propias decisiones sin tener que tomar en cuenta a Dios. Su quimera fue la de que ella misma podía establecer lo que es correcto y lo que es malo. Éste era el verdadero y vehemente deseo detrás de su opción, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal (Gen. 3:5). Adán, narra la Escritura, estaba con ella, con Eva; y él comió. No hay ninguna razón para creer que él no sabía que esa era la fruta prohibida; él compartió totalmente la misma presunción de Eva. La realidad de todo esto es que nuestros primeros padres escogieron buscar el conocimiento de bien y mal de la palabra de Satanás y no de la Palabra de Dios. Adán y Eva se hundieron en el pecado, y con ellos, la humanidad también. El resultado fue que Dios los excluyó del árbol de la vida, y esto como un acto de pura gracia (Gen.3:22-24). Porque ciertamente el árbol de la vida no habría revertido los efectos de la caída, sino que habría dado a nuestros primeros padres una vida eterna pero llena de depravación. Pero la gracia de Dios los libró de esto, y además les prometió un Salvador (Gen 3:15). En segundo término esta asociación de árboles con la vida ha continuado. En el Antiguo Testamento, hay una referencia que se repite: los árboles frondosos y sus altares en la cultura pagana que influenció y corrompió a los hebreos. Ésta mención de los árboles frondosos se ha interpretado de diferentes maneras. Algunos piensan por lo menos que se refiere a las estatuas de sus dioses colocadas bajo árboles frondosos. Muchos pueblos han rendido culto al árbol como el símbolo natural de la vida. Asiria es un ejemplo de ello. A menudo colocaban sus altares en el campo con la creencia de que podían confinar a sus dioses en esos lugares, y tributándoles

4 4 culto que muchas veces caían en vulgaridades, tales como la prostitución como forma de adoración. Los altares dentro de los árboles frondosos son una referencia clara en Jeremías 17:2 y Ezequiel 20:28. El sueño de Nabucodonosor, registrado en Daniel 4, era el de un árbol en el centro de la tierra qué alcanzó hasta el cielo, y desde ahí se veían todos los confines de la mundo Este árbol dio sombra y protección a las criaturas de la tierra y toda carne se alimentó de él. El sueño de Nabocudonosor era una representación de él que como un árbol de vida que se sentía como el mediador de la tierra al cielo, como un eslabón viviente entre los dos. Cosas así revelan que la visión que las monarquías tenían de su oficio, eran comunes al mundo antiguo. El estado se representó en la persona del gobernante que era divinizado o por lo menos se le consideraba un sacerdote-rey mediador. Ellos eran las demandas a la divinidad mesiánica. Ellos desearon ser como los dioses, sabiendo lo bueno y lo malo con la ley absoluta y los ejércitos. Cualquier desafío al gobernante era considerado como una herejía y traición. Con tales hombres que exigen ser el árbol de vida, no es sorprendente que esa libertad como la entendemos nosotros por la Escritura, no ha existido todavía; porque a decir verdad, la libertad fue un producto del surgimiento de la Cristiandad. La visión de Nabudonosor como un árbol de vida era, sin embargo, sólo un sueño. Su propio sueño desmintió su realidad, porque su árbol de la vida se agitó tanto hasta que sus hojas se cayeron y su fruta fue esparcida. Hasta que el árbol quedo derribado, cortado para que todos los hombres pudieran ver era su tocón y sus raíces, no en el cielo, sino en la tierra derribado. El sueño de Nabucodonosor fue destruido y luego él fue humillado para que todos supieran que los más altos gobernantes en el reino de hombres son eso, simplemente hombres. Este era el fin de las enseñanzas Bíblicas acerca del árbol de la vida, aconsejándonos que evitáramos toda la asociación de árboles con el

5 5 simbolismo religioso. Lamentablemente hoy día también se ha perdido el verdadero significado del árbol porque ha sido oscurecido con un sin fin de simbolismos. Pero la imagen del árbol de la vida era, originalmente, una representación del don de Dios, de su Pacto de gracia a Adán y Eva. Nosotros también nos identificamos con la imagen del árbol de vida en el libro de los Proverbios. Allí se dice que la sabiduría es como un árbol de vida (3:18) y que la fruta de rectitud es un árbol de vida (11:30). La cruz de Jesús fue hecha de la madera de un árbol. Aunque tiene poco que ver con su composición de madera; la realidad es que, la cruz de Jesús representó ambos árboles: por un lado a nosotros el árbol seco, derribado y sin fruto; y por el otro, el árbol de vida a través de Cristo; y en cierto sentido, nuestro árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo. Como el árbol antiguo, su producto da la vida; como el último, ejercita nuestra comprensión de lo bueno y lo malo. Así mismo el Apocalipsis, nos muestra el lugar del árbol de vida en distintos lugares: al centro de paraíso de Dios, la nueva Jerusalén (2:7). Está en medio de la calle, o comunidad, y era para una curación de las naciones ((22:2). El árbol se alimentó por el agua de vida que procedía del trono de Dios y Su Cordero, Jesús el Cristo (22:1). El árbol de Dios, el de la vida, era un símbolo maravilloso de la verdadera vida en Su salvación por gracia y que Él no se rindió a las usurpaciones del diablo y de las naciones paganas. LA REPRESENTACIÓN CRISTIANA TEMPRANA En la época de la iglesia patrística conscientemente se usó el árbol para representar la vida. Aunque aún no se usaba el árbol como adorno, si se hacía referencia al árbol de la vida a través de las distintas expresiones artísticas de la época. Por ejemplo, los pintores representaban la vida inmortal o simplemente a la vida como el árbol de la abundancia de Dios. En sus cuadros, los árboles eran a menudo asociados con el Buen Pastor o en

6 6 las representaciones de la resurrección de Lázaro; incluso, a veces con el árbol que salía de la tumba de Lázaro. También era común dibujar un árbol verde con flores y frutos, que en ocasiones también se dibujaba, contrastándolo con un árbol seco y desnudo. En la Edad Media El árbol fue usado para representar el paraíso de Edén. Se representaba la caída contrastándola con la promesa del Mesías y se preparaba algún tiempo antes del acontecimiento de la Navidad; y desde este momento hasta la Nochebuena se leían historias de Belén. El árbol así venia a representar el regalo de vida por parte de Dios desde Génesis hasta Apocalipsis, y desde de la Creación hasta la Nueva Jerusalén. Durante la época de la reforma al principio se rechazó el uso del árbol. Pero después, poco a poco los reformados fueron recuperando las tradiciones cristianas que estaban en concordancia con la Escritura. Tal es el caso del Árbol de la Navidad y la Corona de Adviento; así como la inclusión en el calendario litúrgico la celebración del Adviento y la Nochebuena. Así para la Edad Media el calendario litúrgico ya estaba completo con el siguiente orden: Anno Liturgico: 1) Avvento, 2) Natale, 3) Quaresima, 4) Pasqua, 5) Pentecoste y 6) Tempo Ordinario. Lamentablemente el hombre en su pecado ha usado esta representación de la vida; es decir, el árbol, que es un regalo de Dios, de una manera distorsionada y corrompida. Ciertamente la apariencia del árbol en la Nueva Jerusalén como símbolo del árbol de la vida todavía permanece aceptable a Dios. Aunque el uso del árbol se ha secularizado, el significado esencial de éste todavía es una señal de la vida eterna otorgada a los hijos de Dios por la Persona y obra redentora de Jesucristo. El árbol de la vida que hoy conocemos por el árbol de la Navidad se decoraba para representar la belleza del don de la gracia de Dios. En sus inicios se usaron las frutas para decorar el árbol y representar así las bendiciones que cubrían las necesidades básicas de hombre. Después el

7 7 árbol de Navidad fue adornado con velas y frutas naturales: naranjas, manzanas, y granadas porque Apocalipsis presenta a Cristo como el árbol de la vida. Se cuidaba que las frutas fueran de las cuatro estaciones del año. Por todo ello puede decirse que el significado de la Navidad era visto como el principio de la destrucción de pecado. La Navidad, así, era entonces una temporada de alegría. Y la estrella o ángel que se colocaban encima del árbol era para representar la naturaleza milagrosa del nuevo árbol de Dios, el cual es el árbol de la vida: Jesucristo y su cruz. CONCLUSIÓN En conclusión los cristianos no copiaron el uso del árbol de la vida. Ellos ya lo usaban. No se le llamaba árbol de navidad sino el árbol de la vida. Vida que fue posible solo por la obra redentora de Cristo, por eso se colocaba en el periodo del Adviento para recordar el propósito de la venida de Cristo. Entonces, tómese debida nota: en primer término que Dios representó las bendiciones y las maldiciones de su Pacto por medio de dos árboles: El árbol de la vida y el árbol de la ciencia del bien y el mal. También tómese nota que después de la caída, el hombre ha pervertido el uso de las cosas creadas por Dios. Y ciertamente, el árbol fue usado en prácticas idólatras. Pero es el hombre irredento el que pervierte el buen uso de las cosas creadas por Dios; y por consiguiente, son los cristianos quienes tienen el deber de rescatar, restaurar y redirigir el buen uso de las cosas que hay dentro de la naturaleza, porque sabemos que toda la creación, gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora; y porque el anhelo ardiente de la creación es el guardar la manifestación de los hijos de Dios. Por lo tanto el árbol no debe rechazarse como un símbolo completamente pagano, porque Dios no lo rechaza así en la Escritura. El árbol tiene un eslabón muy directo con el mensaje de la salvación providencial de Dios. Somos nosotros quienes debemos evitar el exagerado

8 8 simbolismo con que han atiborrado en la actualidad al árbol de la Navidad. Lamentablemente la Navidad se ha secularizado profanamente; pero no es el uso del árbol el que hay que culpar, sino el uso dado por los paganos de cualquier era. Para los cristianos fue, es y deberá seguir siendo el uso del árbol de la Navidad como una parte de celebración del Adviento y representa el hecho de que las generaciones pasadas, salvaguardaron su uso. Nuestros antepasados espirituales tomaron el dominio de este símbolo por Jesucristo. El problema de la celebración moderna de la Navidad no es su asociación íntima con el árbol de vida, sino su separación cada vez más alejada del nuevo árbol de la vida: El Cristo encarnado. Dios en Cristo regenera a sus elegidos y los restaura en su oficio para servirle a Él. Nosotros debemos conformar nuestro pensamiento y nuestra vida a su servicio. Si nos retiramos y dejamos en manos del apóstata, todo lo que Dios ha hecho y abandonamos todo lo que el apóstata tiene ahora en sus manos y que ha usado de una manera perversa, lejos de ser los valientes Gedeones puestos para librar las batallas de Dios, venimos a ser como soldados cobardes que están en constante retirada y rendición incondicional ante la abrumadora mayoría de los hijos de las tinieblas. Nosotros debemos salvaguardar nuestra cosmovisión cristiana, nuestras acciones, nuestras instituciones, y nuestras costumbres o tradiciones pero puestas al servicio de Dios y dirigidas por las Sagradas Escrituras. En lugar de desechar el árbol de Navidad por su asociación con el paganismo, y el uso secularizado del modernismo; nosotros estamos llamados a darle testimonio al mundo y enseñarle como usar los dones que Dios graciosamente ha concedido a la humanidad. Ahora la tarea de la iglesia es rescatar la Navidad de su secularización a su verdadero propósito: La celebración del cumplimiento de la promesa divina, la celebración del nacimiento de Cristo y la gloriosa esperanza de su Segunda Venida. Marana tha, el Señor Viene. AMEN.