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Transcripción

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2 El juramento se practica en la sociedad por la falta de sinceridad entre los hombres. En el reino de Dios, donde la sinceridad es la regla (5,8 limpios de corazón), el juramento es superfluo; es más, sería señal de corrupción en las relaciones humanas. «El Malo» es Satanás, ya mencionado en las tentaciones (4,8-10). La falta de sinceridad nace del Malo, Satanás (= el enemigo), es decir, de la ambición de poder, de dinero y de prestigio. 1. Me resulta difícil decir «no»? Por qué? 2. Pienso en una ocasión en que quería decir «no» y dije «sí». Por qué dije «sí»? 3. Me sucede a menudo que digo «sí» y me comprometo sin intención de cumplir con ese compromiso? 4. He reducido los sacramentos a la simple ceremonia exterior, sin fe, sin cambio de vida, sin compromiso con el Señor ni pertenencia a su Iglesia? 5. He «comulgado» sin estar en comunión de vida y de amor con Jesús y su comunidad, sin compartir nada con nadie? 6. He celebrado mi matrimonio en la Iglesia católica sin la decisión de ser fiel hasta la muerte aunque el otro no lo sea? 7. A veces oculto detrás del nombre de Dios la búsqueda de mis propios intereses? 8. Leer, meditar y subrayar los textos siguientes: A. «El corazón limpio» es el que no tiene mala idea, ni mala intención contra nadie. Es de una benevolencia, de una disposición positiva y favorable para todo el mundo. No hay miedo de que esta persona nos traiciones, ni nos ponga una zancadilla, ni tenga un propósito oculto de explotación que no aparece en lo que dice. Precisamente, esa transparencia, esa sinceridad, esa autenticidad es la que, realmente, hace que la comunidad sea diferente. Porque el mundo no suele ser así. En el mundo todo son segundas intenciones, propósitos inconfesados, para ver cómo aprovecharse del prójimo. Aquí es todo lo contrario. Es lo que decía Jesús en otra ocasión: la sencillez de la paloma» (J. MATEOS). 2

3 Todos los gandhianos de la India hacen voto de veracidad. Los miembros del Arca, el movimiento ecuménico no violento fundado por Lanza del Vasto, hacen voto de servir a la verdad diciendo con valentía lo que creen verdadero (a menos que prudencia, caridad o respeto del prójimo obliguen a callar) desterrando el fraude, la intriga, la maledicencia y el artífico. También los cristianos hacen implícitamente este voto? Cuándo y cómo? B. «No encontraron mentira en sus labios» (1Pe 2,22). Los mismos adversarios de Jesús tuvieron que reconocer que él decía la verdad sin importarle lo que dijera la gente y que enseñaba fielmente el camino de Dios, sin ceder a ningún tipo de influencia o de presión (Mc 12,14). En su comunidad (primicia del reinado de Dios) la sinceridad es regla (Mt 5,8): entran en ella los que sirven a los hombres con corazón limpio, es decir, sencillo (Mt 10,16ss), sin cálculos interesados o devoción fingida (Lc 12,1; Hch 5,1-11). Jesús exige una sinceridad total a los suyos (Mt 5,37; Stg 5,12). La mentira, al destruir la fraternidad, mina sus mismas bases. Por eso, la renuncia a toda mentira, no sólo la de los labios, sino la que está incluida en todos los vicios (Ap 21,8), es una exigencia primaria en la vida cristiana. (1Pe 2,1ss). Mentir es volver a la naturaleza pervertida por el pecado y romper nuestra solidaridad con Cristo (Col 3,9s; Ef 4,24). «Todo el que ama la mentira y la hace tiene que ser expulsado del pueblo de Dios» (Ap. 22,15) (P. Grelot). (Buscar las citas y copiar los versículos más significativos). C. «Hay un nexo muy estrecho entre ser cristianos, decir que se es cristiano y vivir como cristianos. Si uno de los términos está en contradicción con los demás, los tres son falsos. Vivir como cristianos es permanecer en el amor de Cristo cumpliendo sus mandamientos así como él ha cumplido los mandamientos o encargos de su Padre realizando la misión de liberar y salvar a la humanidad (Lc 7,22; Jn 10,10). La condición de permanencia en su amor es continuar su actividad a favor de los demás: transmitir a otros la vida que de él se recibe. Jesús da a sus discípulos un criterio objetivo de su relación con él y con el Padre: el amor. Pero «no el de palabra ni de boca, sino el de obra y de verdad. En esto conoceremos que somos de la verdad» (1Jn 3,18s). «Nosotros sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida porque amamos a los hermanos» (1Jn 3,14). Solamente la entrega a los demás puede dar la certeza de ser objeto del amor de Dios. Éste es el criterio que discierne la autenticidad de la experiencia cristiana. Sin ese amor no existe vinculación con Jesús, ni experiencia del Padre que se manifiesta en él (Jn 12,45; 14,9). Sin amor no queda más que el vacío y la ausencia de Dios, que ya no podrá ser experimentado sino sólo imaginado. Ése vacío se llena de dioses falsos que toman el lugar del Padre, único Dios verdadero (MATEO BARRETO). 3

4 «Eres cristiano? O sigues a Cristo o cambia de nombre» (San AGUSTIN) Qué significa «seguir a Cristo»? Si me preguntaran si soy cristiano/a, y quisiera dar una respuesta totalmente sincera, qué contestaría? Y en qué basaría mi respuesta en el caso de ser afirmativa? En cuál de estas tres categorías me encuentro y en cuál quisiera ubicarme? 1ª Cristianos de nombre: Han recibido el bautismo, pero no han sido educados en el amor de Cristo y no han llegado a convertirse ni a creer personalmente en él. Si conocen algo de la fe cristiana, es en forma muy superficial y confusa: más como un conjunto de ritos tradicionales y observancias exteriores que como opción por realizar el proyecto de humanidad nueva a nivel individual y social que propone Jesús. Sus creencias cristianas si realmente pueden considerarse tales mezcladas con las de otras religiones y distorsionadas por la superstición y la mentalidad mágica, no influyen en su conducta moral. Aunque se declaren católicos, bauticen a sus hijos y prefieran para ellos los colegios de la Iglesia, aunque asistan a ceremonias religiosas, «comulguen» y se casen en una iglesia católica (sin saber lo que hacen) o exhiban partidas de bautismo y matrimonio para obtener algún servicio de la Iglesia, de hecho piensan, actúan y viven como paganos (es decir, como los que adoran dioses falsos). 2ª Cristianos «a medias»: Son aquellos cuya fe es más sentimiento que decisión, más «buenas intenciones» que compromiso y programa concreto de vida. Se consideran católicos practicantes por ir a misa los domingos, por participar en asociaciones o actividades, pero no por el modo de comportarse en casa, en el centro de estudio y/o trabajo, en sus relaciones, sus negocios, en las fiestas, diversiones y en todas las situaciones concretas de la vida diaria. Quieren ser cristianos sin seguir a Cristo en el camino del desprendimiento, del amor y del servicio; sobre todo, sin arriesgar y tener que pagar un precio por ello: a la primera contrariedad, retroceden o se desvían. Dicen optar por el evangelio, por los pobres, pero su egoísmo, oportunismo o «arribismo» los contradicen. Su manera de actuar demuestra que tienen otros intereses y que los valores mundanos los atraen mucho más. No resisten las tentaciones del dinero, del placer o del poder, del consumismo o de la figuración. Parecen tan decididos y llenos de entusiasmo para trabajar por el Señor, y hasta asumen responsabilidades y cargos, cuando en el momento menos pensado, por motivos fútiles, se retiran y abandonan. 3ª Cristianos «comprometidos»: (Los que cumplen con todos y cada uno de los que Jesús en Mt llama sus mandamientos mínimos, es decir, las bienaventuranzas. Para diseñar su perfil, ver los temas anteriores «RESUMEN DE LAS 8 BIENAVENTURANZAS» y «EL CUMPLIMIENTO DE LA LEY» a partir de la pág. 6). 4

5 Oración Celebrar cualquier sacramento, Señor Jesús, es decirte que quiero estar contigo y ser de los tuyos. Que quiero pensar como tú pensabas, sentir como tú sentías, actuar como tú actuabas, hablar como tú hablabas, soñar como tú soñabas y amar como tú amabas. Esforzarme por parecerme más a ti y llegar hasta el fin como tú. Nunca me echaré atrás por miedo a las consecuencias. Ya no quiero vivir egoístamente para mí mismo/a una vida superficial, vacía, sin sentido; no quiero ser flojo/a e irresponsable, pasivo/a y cobarde. Renuncio a toda ambición de acaparar riqueza, buscar prestigio y ejercer dominio; renuncio a lo que me impide vivir y amar como tú; a todo lo que se opone a la plenitud de vida que tu Padre me ofrece. Me comprometo, en cuanto de mí dependa, a eliminar toda marginación e injusticia, todo lo que, de cualquier manera, oprime, suprime o reprime la vida. A colaborar contigo en tu actividad salvadora, con la solidaridad activa, el compartir generoso y la conducta sincera del que no busca para nada su propio interés. Quiero trabajar por la libertad, la dignidad y la felicidad de todos, especialmente de los más desdichados. Quiero dedicar toda mi vida para construir la nueva sociedad que tú propones, Jesús, creando condiciones de convivencia más justa y solidaria, relaciones más humanas y fraternales. Ayúdame a ser fiel a este compromiso hasta las últimas consecuencias, a pesar de la hostilidad que suscite y del sufrimiento que me cause. Dame el valor de comportarme siempre como tu testigo, con esa misma fidelidad hasta la muerte con que tú diste testimonio del amor de nuestro Padre. Amén. 5

6 Yo no sé qué está pasando, parece quieren cambiarme a ese ser que llevo dentro y que vive en cada gente. Yo no sé si yo no escucho o si es él que me habla menos. Lo que siempre fue su canto hoy siento que es mi llanto. El hombre que yo conozco no hace espuma y vanidades, siente, es libre y verdadero, son sus ojos diferentes. Cuando llama es un susurro, cuando calla una tormenta, una brasa cuando ama, cuando siente es un torrente. *Eres Jesús el carpintero, el de alegrías y quebrantos, de pobres y afligidos, de mi canto y del de tantos. Jesús amor, Padre ternura, Dios del pan, Dios del madero, Señor de la esperanza eres el Hombre que yo espero. El otro, el que quieren imponerme es de piedras y mentiras. Sólo compra, suma y vende, es de hielo y amarguras. Yo no quiero parecerme a eso que llaman el hombre. El Hombre es uno y desde siempre, en él creo y quiero verle.* Padre amigo, hermano bueno, el de alegrías y quebrantos, de pobres y afligidos de mi canto y del de tantos. Jesús amor, Padre ternura, Dios del pan, Dios del madero, Señor de la esperanza. Eres el Hombre verdadero... (Hombre verdadero - Concierto de Oración VII) 6