Fitomejoramiento Participativo de Hortalizas en Cuba

Transcripción

1 Fitomejoramiento Participativo de Hortalizas en Cuba Laura Muñoz de Con Investigadora, INIFAT, Cuba. Introducción En 1961, en la Estación Experimental Agronómica de Santiago de las Vegas, que es actualmente el Instituto Nacional de Investigaciones Fundamentales en Agricultura Tropical (INIFAT), del Ministerio de la Agricultura de Cuba, se planificaron varios trabajos de investigación para mejorar la horticultura del país. Se hizo primero una encuesta entre los productores de diferentes provincias para conocer el estado de la producción de hortalizas y los factores que más la limitaban. La información obtenida indicó que los mayores problemas se debían a la mala calidad de las semillas y a la escasez de cultivares que se desarrollaran bien en las condiciones locales. Se mencionaron también problemas relacionados con la pureza varietal de la semilla, su bajo poder germinativo, su susceptibilidad a algunas enfermedades, los bajos rendimientos y la degeneración varietal al tratar de multiplicarla. Además, se expuso la dificultad de producir cosechas entre junio y noviembre. En este trabajo se resume la ayuda que dieron los productores de diferentes localidades al desarrollo del plan de fitomejoramiento de hortalizas. Plan de mejoramiento Materiales y Métodos Describir el problema que debe resolverse, insistiendo en los factores que limitan la producción. Diseñar el cultivar que se desea desarrollar. Localizar los caracteres que integrarán el nuevo cultivar y seleccionar el material básico para el trabajo de mejoramiento. Aislar los caracteres e integrarlos en una población según el diseño elegido. Seleccionar el cultivar haciendo varios ciclos de evaluación, eliminación, y adición de caracteres con nueva selección. 1

2 Determinar el grado de tolerancia y resistencia a las enfermedades del cultivar seleccionado. Estabilizar el cultivar exponiéndolo a diferentes condiciones de clima, suelo y técnicas de cultivo. Material genético básico Variaciones surgidas en poblaciones de cultivares aclimatados al país, que se localizan en campos de producción comercial. Poblaciones y cultivares en proceso de adaptación mantenidos por algunos productores. Materiales genéticos localizados en patios y pequeños huertos al hacer prospecciones. Cultivares desarrollados en trabajos de mejoramiento de instituciones científicas. Introducciones para adquirir un carácter específico. Epocas del año para cultivo de hortalizas Se analizaron los datos climáticos (temperatura, humedad relativa, precipitación y horas sol) obtenidos en 54 estaciones meteorológicas del país durante 20 años; los de evaporación de 13 estaciones, los de insolación en 12 y los de radiación solar en 6. Se consideró además la longitud de los días 1 y 15 de cada mes. Se analizó el efecto de los factores climáticos en el comportamiento de las diferentes especies y cultivares y se identificaron los factores limitativos más importantes para su desarrollo. Localidades y materiales Se evaluaron materiales genéticos en proceso de adaptación y cultivares promisorios en más de 50 localidades distribuidas por todo el país. Las localidades se escogieron según los siguientes aspectos: características climáticas, tipo de suelo, incidencia de patógenos, dificultades para la producción, presencia de campesinos entusiastas o de personal técnico suficiente. Objetivos del Trabajo Se dio prioridad a los planes de producción de las provincias, de las localidades y de las empresas que cultivaban hortalizas. Entre éstos, a los planes perspectivos de desarrollo, a los problemas específicos de la producción, a los trabajos de interés para la industria, al mercado de exportación, a las técnicas de cultivo especiales y a los planes de investigación. 2

3 Resultados y Discusión El análisis de los datos obtenidos en la encuesta mostró que algunos cultivares de buena calidad en su país de origen se habían aclimatado en Cuba y daban rendimientos aceptables; sin embargo, no manifestaban todo su potencial productivo ni sus caracteres de calidad. Se decidió que, para mejorar la horticultura del país, era necesario desarrollar cultivares para las condiciones de clima, suelo y técnicas de cultivo de Cuba, con los siguientes propósitos: la producción comercial destinada a la industria y al mercado de exportación; establecer un suministro continuo de vegetales en el mercado interno; diversificar la horticultura del país. El conocimiento de las limitantes del cultivo y de las características que debía reunir el cultivar facilitó la selección de los materiales genéticos básicos. Los materiales elegidos tenían cierto grado de adaptación al clima y esto permitió que se avanzara más rápidamente en el proceso, especialmente cuando se emplearon materiales mejorados. Se pudo apreciar que en los campos de producción comercial de diferentes especies de hortalizas surgen individuos con características que rara vez se hallan en los cultivares sembrados en el mundo. Algunos de los caracteres necesarios para el diseño del cultivar no estaban presentes en el surtido de materiales con que contábamos; se observó, sin embargo, que varios de ellos aparecieron al exponer los materiales genéticos a épocas de condiciones adversas; esto ocurrió en especial con los cultivares de clima templado que, en las condiciones tropicales, modificaban su relación con el ambiente. La evaluación de los materiales más promisorios en localidades que tenían condiciones variadas permitió hacer una selección más rápida de los mejores y diferenciar en el fenotipo, durante el proceso, la parte heredable de la que dependía del ambiente o de las técnicas de cultivo. Permitió, además, esa evaluación conocer la posibilidad de una introducción y las deficiencias que debían arreglarse en el cultivar en proceso de desarrollo. La experiencia y el criterio de los productores ayudó también en la selección de los materiales. Establecer las diferentes épocas en que podía dividirse el año, resultó importante en la organización del trabajo. El análisis de los datos climáticos y del comportamiento de los cultivares a través del año en distintas localidades indicó que había cinco épocas de siembra principales cuyas condiciones eran diferentes, y que se denominaron: temprana, óptima, tardía, primavera y verano. 3

4 La época temprana y la de verano tienen características similares en cuanto a temperatura, humedad relativa y horas sol; la insolación, la radiación solar y la evaporación son más elevadas en verano y los días son más largos en esta época. En la época 'óptima' y en la primavera, la temperatura y las precipitaciones tienen valores similares, aunque en la primavera la humedad relativa es más baja y las horas sol, la insolación, la radiación solar y la evaporación son más elevadas y los días son más largos. Además, a medida que avanza la época óptima, disminuye la temperatura y los días son más cortos; en primavera, en cambio, ocurre lo contrario. En la época tardía se presentan las temperaturas más bajas del año y la humedad relativa es similar a la de primavera; en los demás factores climáticos es similar a la época óptima, excepto en la temperatura y en las horas luz, cuyos valores son inversos a los de esa época. Un aspecto es la época de siembra y otro la de desarrollo. El cultivo más difícil es el de junio a noviembre, porque gran parte del desarrollo ocurre en condiciones de alta temperatura y de precipitación intensa. Este trabajo permitió situar los límites para el cultivo de las distintas especies y definir los aspectos que debía enfatizar el mejoramiento de éstas para extender su período de producción. Un resultado importante fue haber encontrado localidades de distintas condiciones climáticas, en las que podían desarrollarse 21 cultivares de 11 especies hortícolas; de este modo se extendió el período de producción de hortalizas en el país. La participación de los productores permitió conservar gran número de materiales genéticos que tenían cierto grado de adaptación y rescatar algunos que se consideraban perdidos. Este resultado es más importante para las especies de multiplicación agámica o las especies autógamas. El trabajo de selección de localidades permitió encontrar microclimas más favorables para la multiplicación de la semilla de especies de difícil floración en el trópico como cebolla, ajo, puerro, col, coliflor, col china, remolacha, apio, perejil y zanahoria. Se definieron lugares en que se dificulta el desarrollo de determinadas especies y otros cuyas condiciones son muy favorables para la producción. Se encontraron zonas donde las plantas son muy poco afectadas por enfermedades virosas o donde hay razas de patógenos más agresivas; también se hallaron sitios donde se puede extender el período de producción. Estos hallazgos son de gran valor para los trabajos de mejoramiento, principalmente los de adaptación, tolerancia de las enfermedades, extensión del período de cosecha y producción de semillas. Conclusiones El fitomejoramiento participativo (FMP) tiene la ventaja de que los mejoradores pueden orientar su trabajo a la obtención de líneas que ofrezcan soluciones y 4

5 produzcan beneficios y efectos económicos significativos. Permite asimismo evaluar materiales genéticos en variadas condiciones, aislar mayor número de caracteres positivos para usos variados, y probar la resistencia o tolerancia a enfermedades en diferentes regiones. El mejorador puede combinar el análisis de sus resultados con el criterio de los productores, especialmente en el aspecto económico. El método de trabajo participativo permite liberar cultivares que ya fueron probados en diferentes regiones y que tienen, por ello, más posibilidades de extenderse a otras zonas y de ser aceptados en la práctica con más rapidez. El resultado de este plan de FMP fue la obtención de más de 40 cultivares de 21 especies hortícolas con buen ajuste al clima tropical, de alto potencial productivo y con buena tolerancia de las enfermedades. Con estos cultivares puede incrementarse el rendimiento, extenderse el período de producción de hortalizas, mejorar la calidad del producto agrícola para consumo fresco, para la industria y para el mercado de exportación. Además, los cultivares producen semilla en el país y darán por ello cosechas más productivas, seguras y económicas. 5