MISIÓN PERMANENTE DE EL SALVADOR ANTE LAS NACIONES UNIDAS

Transcripción

1 Intervención de la Misión Permanente de El Salvador ante las Naciones Unidas en nombre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), 61 Sesión de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer Empoderamiento económico de la mujer en el cambiante mundo del trabajo DISCUSIÓN GENERAL Nueva York, 13 de marzo de 2017

2 Tengo el honor de hablar en nombre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, CELAC. La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños da la bienvenida al tema prioritario del período de sesiones de este año titulado "El empoderamiento económico de la mujer en el cambiante mundo del trabajo" y el tema de revisión "Desafíos y logros en la implementación de los Objetivos de Desarrollo del Milenio para las mujeres y las niñas", y agradece los informes presentados por el Secretario General, así como las recomendaciones contenidas en el mismo. Reiteramos la importancia de la aplicación plena, acelerada y efectiva de la Declaración de Beijing y su Plataforma de Acción y de los documentos resultantes de sus conferencias de revisión, así como de los resultados de la vigésimo tercera sesión extraordinaria de la Asamblea General. Reafirmamos también la importancia que los Estados Parte cumplan plenamente sus obligaciones internacionales en virtud de la Convención Internacional sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer y su Protocolo Facultativo. Nuestros Estados miembros reconocen la importancia de la Declaración Especial "Sobre la promoción de la igualdad y equidad de género y erradicación de la violencia contra las mujeres", el Plan de Acción de CELAC y la Declaración Política de CELAC de Punta Cana aprobada con motivo de la Quinta Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), celebrada el 25 de enero de Reafirmamos los compromisos previamente adoptados por nuestros Estados en las convenciones, pactos y acuerdos internacionales y regionales sobre los derechos humanos de la mujer, la igualdad de género, el desarrollo sostenible para la autonomía física y la toma de decisiones, el empoderamiento económico de todas las mujeres y niñas, especialmente aquellas que sufren múltiples e interrelacionadas formas de discriminación. También reafirmamos nuestro compromiso para promover la igualdad y equidad de género, así como el adelanto de la mujer, como condiciones necesarias para lograr la

3 plena realización y disfrute de los derechos humanos y libertades fundamentales, a fin de lograr los objetivos y metas para el Desarrollo Sostenible de la Agenda Para la CELAC, la promoción y protección de todos los derechos humanos y libertades fundamentales de la mujer debe ser un objetivo prioritario para nuestros países y las Naciones Unidas, de conformidad con sus propósitos y principios. Reafirmamos que los derechos humanos de la mujer son una parte inalienable, integral e indivisible de los derechos humanos universales y que su goce pleno y en igualdad de condiciones entre las mujeres y las niñas es esencial para su empoderamiento económico. En este sentido, representantes de nuestra región se reunieron en Ciudad de Panamá del 6 al 8 de febrero de 2017 para las consultas regionales de América Latina y el Caribe convocadas conjuntamente con ONU Mujeres, a fin de contribuir a los preparativos para esta Sesión de la Comisión. Funcionarios de alto nivel participaron en los fructíferos debates y adoptaron la Declaración de Panamá, que refleja las perspectivas importantes que contribuirán a nuestros esfuerzos continuos por garantizar el empoderamiento económico de la mujer. Sabemos que la comunidad internacional ha progresado mucho desde la adopción de la Declaración de Beijing y su Plataforma de Acción y la Convención sobre la eliminación de Todas las formas de Discriminación Contra la Mujer; no obstante, debemos tener en cuenta hasta qué punto nos encontramos en la consecución de todos esos objetivos y compromisos, en particular en lo que respecta a la igualdad entre mujeres y hombres. En un contexto donde América Latina y el Caribe es una región heterogénea, con una enorme riqueza y diversidad, pero con diferencias significativas, tanto entre los países como dentro de ellos. Al mismo tiempo, nuestra región se enfrenta a una serie de dificultades y desafíos, pero también comparte rasgos comunes que le permiten enfrentar dichos problemas juntos y trabajar para superar estos desafíos. La condición jurídica y social de la mujer es motivo de constante preocupación para nuestras sociedades, particularmente debido a la presencia de obstáculos estructurales

4 como la feminización de la pobreza, la violencia contra la mujer, incluido el feminicidio, la violencia doméstica, el abuso sexual y la trata, la discriminación en el acceso de las mujeres a la educación y la formación, el acceso desigual a los recursos económicos y financieros, la desigualdad de acceso y uso de los recursos sanitarios básicos, desigualdades en las políticas de empleo, incluida la distribución desigual del trabajo no remunerado, como la atención y el trabajo doméstico para los niños, los adultos mayores y las que sufren de enfermedades, tanto transmisibles como no transmisibles y la trata de mujeres y niñas, que ha creado una carga desproporcionada para las mujeres, así como las desigualdades estructurales que perpetúan el ciclo de pobreza, la marginación y la desigualdad. Es necesario lograr la plena realización de los derechos humanos de las mujeres y de las niñas como parte inalienable, integral e indivisible de todos los derechos humanos y libertades fundamentales, incluido el derecho al desarrollo. La igualdad de género, el empoderamiento de la mujer, el pleno disfrute de todos los derechos humanos y la erradicación de la pobreza son esenciales para el desarrollo económico y social, incluido el logro de todos los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Al respecto, reafirmamos la importancia de garantizar la promoción y protección de los derechos económicos de las mujeres, erradicar la pobreza en todas sus formas y dimensiones, incluida la pobreza extrema, enfrentando sus causas estructurales económicas, sociales y políticas y garantizar igualdad de acceso para las mujeres de todas las edades, como conductoras del desarrollo sostenible, a las oportunidades de trabajo y recursos económicos y productivos, a los servicios de apoyo y a la participación en procesos de toma de decisiones, incluso en las áreas de vivienda, alimentación y educación, oportunidades y servicios públicos, en particular los servicios de salud. La CELAC también reitera la importancia de mejorar y fortalecer la igualdad de acceso de las mujeres a las oportunidades de aprendizaje a lo largo de toda la vida y la igualdad de acceso de alta calidad a educación, formación y desarrollo de capacidades en todos los niveles incluyendo educación temprana, primaria, secundaria y terciaria y el acceso a los servicios de salud, en particular la salud materna y la salud sexual y reproductiva y el empleo productivo decente, incluso mediante la eliminación de las barreras a la igualdad de condiciones entre mujeres y hombres en el lugar de trabajo y

5 la igualdad de remuneración por un trabajo igual, la protección social, así como la autonomía y el empoderamiento económico. Damos especial importancia a la promoción de políticas macroeconómicas con perspectiva de género que permitan la creación de empleos decentes, el espíritu empresarial, la creatividad y la innovación, fomenten la inversión en infraestructura de atención social y estimulen la expansión de la actividad económica para promover el pleno empleo de la mujer, reconociendo la contribución de la mujer como parte del cuidado no remunerado y del trabajo doméstico, sin segregación o discriminación basada en el sexo, la edad, la etnia y la raza. También es importante asegurar que las políticas de comercio e inversión cumplan con las normas internacionales de derechos humanos. Expresamos nuestro compromiso de implementar medidas, con la asistencia de las partes relevantes interesadas y emprender campañas para desmantelar los estereotipos culturales patriarcales que perpetúan la división desigual del trabajo únicamente con base al sexo y otras normas sociales y económicas discriminatorias que obstaculizan, devalúan o hacen invisible el trabajo de las mujeres. Además, nos comprometemos a aplicar políticas y programas encaminados a promover el acceso al trabajo decente para las mujeres, en particular para aquellas que se enfrentan a múltiples e interrelacionadas formas de desigualdad y discriminación, prestando especial atención a las mujeres jóvenes, las mujeres indígenas, las mujeres afrodescendientes, mujeres campesinas, mujeres migrantes, mujeres mayores, mujeres con discapacidades y mujeres que viven con el VIH. Nuestros Estados miembros reconocen la importancia de que se incluyan, en las políticas, estrategias y programas de desarrollo y de erradicación de la pobreza, el fortalecimiento de las actividades económicas de las mujeres campesinas e indígenas y de sus organizaciones, con mecanismos de consulta y negociación participativos, que busquen el consentimiento libre e informado, que respeten y protejan sus conocimientos tradicionales y ancestrales, a fin de potenciar su empoderamiento, su autonomía y su desarrollo, para que encuentren mejores mecanismos que aseguren la reproducción de la vida y el cuidado de la tierra, el territorio y el ambiente.

6 Además, nuestros países destacan la importancia de erradicar todas las formas de violencia contra la mujer, en particular la violencia doméstica y el acoso en el lugar de trabajo, que tienen un impacto negativo en sus derechos humanos y libertades fundamentales y constituyen un impedimento para el empoderamiento de las mujeres, en particular, en el ámbito económico. Asimismo, destacamos la importancia de promover un sector privado socialmente responsable y capaz que actúe en consonancia con, entre otros, los Principios Rectores de las Empresas y los Derechos Humanos: Aplicación del Marco de las Naciones Unidas "Proteger, Respetar y Reparar" y el Pacto Global, a fin de lograr la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y las niñas y la realización del disfrute pleno e igualitario de todos los derechos humanos y libertades fundamentales. Reiteramos el importante papel que desempeñan los hombres y los niños como agentes clave de cambio para lograr la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y las niñas en nuestras sociedades, y los alentamos a que participen activamente y plenamente como agentes y beneficiarios del cambio, especialmente en la realización del empoderamiento económico de las mujeres en el cambiante mundo del trabajo. Asimismo, nos comprometemos a promover el empoderamiento de todas las mujeres y niñas a lo largo de todo su ciclo de vida y eliminar las barreras que obstaculizan la integración económica, en un esfuerzo por contribuir al logro de los objetivos de desarrollo sostenible establecidos la Agenda 2030, mediante la educación, capacitación y desarrollo de competencias; el acceso universal a una asistencia sanitaria de calidad y la igualdad de remuneración por trabajo igual, la redistribución equitativa del trabajo doméstico; el acceso a servicios bancarios y financieros, capital y activos; acceso a los mercados; el espíritu empresarial en sectores especializados y el fortalecimiento de los lazos comerciales; la plena inserción y reinserción en la actual revolución tecnológica; y aumentar la participación activa de las mujeres de todas las edades en la vida política, económica y pública a fin de engendrar la paridad y la creación de redes en roles de liderazgo. Proponemos que los gobiernos examinen y procuren perseguir la creación de medidas legales, administrativas y de política necesarias para el desarrollo y establecimiento de sistemas que garanticen el acceso universal a pensiones de jubilación y de invalidez no

7 contributivas y planes especiales para mujeres trabajadoras por cuenta propia que permitan su formalización. La CELAC reconoce la situación de vulnerabilidad de las mujeres que sufren múltiples e interrelacionadas formas de discriminación, como las mujeres migrantes, campesinas e indígenas, las mujeres con discapacidad, las mujeres mayores y las mujeres de ascendencia africana. Nuestros países acordaron intensificar los esfuerzos para desarrollar todo el potencial de las mujeres y las niñas en el mundo del trabajo y abordar la violencia y la discriminación contra ellas, quienes además de ser discriminadas por ser mujeres, también enfrentan la discriminación como resultado de factores adicionales como raza, la edad, el idioma, origen étnico, cultura, religión y discapacidad, entre otros. De acuerdo al informe del Secretario General, en los últimos 25 años, el número de migrantes internacionales ha crecido considerablemente, además ha habido una feminización notable de la migración. A escala mundial, las mujeres migrantes tienen mayores tasas de participación en la fuerza de trabajo que las mujeres no migrantes y se concentran en los sectores de atención y servicios dominados por mujeres en la economía informal, ya que la mayoría no puede acceder a los mercados laborales formales. Las malas condiciones de trabajo en la economía informal se ven exacerbadas por la discriminación laboral, el sexismo, el racismo y la xenofobia. En este sentido, los Estados miembros de la CELAC conceden especial importancia a la protección de las mujeres y niñas migrantes. La contribución de los migrantes, en particular de las trabajadoras migrantes, no sólo al desarrollo sostenible, sino también al crecimiento económico de los países de origen, de tránsito y de destino. Los derechos humanos de las mujeres migrantes deben ser plenamente respetados independientemente de su estatus migratorio. Igualmente, en el marco del Décimo aniversario de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, debemos reconocer el papel y la contribución crítica de las mujeres indígenas y sus conocimientos tradicionales para mejorar el desarrollo agrícola, mejorar la seguridad alimentaria y erradicar la pobreza rural.

8 Nuestros países reafirman la importancia de fortalecer los sistemas de información estadísticos para asegurar la generación de estadísticas de género y la adaptación de mecanismos, herramientas e indicadores que permitan la recopilación, producción, análisis y difusión de datos desagregados por sexo, edad, etnia, raza o nacionalidad al nacer, estado migratorio, discapacidad, grupos de ingresos, sector, ocupación, ubicación geográfica y otras características relevantes para los contextos nacionales. También apoyamos la incorporación de información sobre el trabajo formal e informal. La CELAC también aboga por un mayor diálogo y consenso internacional, así como una mayor cooperación internacional, incluida la cooperación regional, Norte-Sur, Sur-Sur y triangular, en apoyo de las iniciativas nacionales en los países en desarrollo destinadas a promover la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer. Los Estados miembros de la CELAC renuevan su firme apoyo al mandato de ONU Mujeres. Reconocemos el empoderamiento económico de la mujer y la realización de los derechos de las mujeres al trabajo y en el trabajo son esenciales para el logro de la Declaración de Beijing y su Plataforma de Acción y para lograr la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible a fin de no dejar a nadie atrás. Para concluir Los gobiernos de la región mantienen su firme compromiso para promover la equidad, la igualdad y el empoderamiento de la mujer, como se acordó en el Plan de Acción de la CELAC, aprobado por nuestros Jefes de Estado y de Gobierno en la V Cumbre CELAC celebrada en Punta Cana, en enero de Muchas Gracias