U. DIDÁCTICA 10: ESPAÑA, DE LA DICTADURA A LA DEMOCRACIA

Transcripción

1 U. DIDÁCTICA 10: ESPAÑA, DE LA DICTADURA A LA DEMOCRACIA 1.- LOS PRIMEROS AÑOS DEL FRANQUISMO ( ). Tras su victoria en la Guerra Civil, Franco instauró en España una dictadura que se desarrolló entre 1939 y 1975 y cuyas características principales fueron: Franco asumió todos los poderes ya que era jefe del Estado, jefe del Gobierno y máxima autoridad del ejército. Existía un solo partido legal, la Falange. Existían Cortes, pero eran consultivas, ya que las leyes las aprobaba el mismo Franco. No había Constitución, sino una serie de leyes conocidas como Leyes Fundamentales. Se suprimieron los derechos y libertades. Se prohibió cualquier manifestación de nacionalismo regional y se abolieron los Estatutos de Autonomía de Cataluña y País Vasco. El franquismo ejerció una represión feroz y el miedo hizo que miles de republicanos tuvieran que exiliarse ya que la mayoría de los que permanecieron en España fueron encarcelados y condenados a trabajos forzados o ejecutados. La censura fue otra de las armas del régimen, que podía prohibir la difusión de cualquier información que supusiese un atentado contra el estado. El régimen de Franco se sentía fuerte y era impune debido a los numerosos apoyos con los que contaba entre la sociedad española, muchos de los cuales ya se habían posicionado durante la Guerra Civil (el Ejército, la Iglesia católica, los terratenientes y grandes empresarios, las clases medias, etc.). En lo referente a la orientación ideológica de la dictadura franquista es importante señalar que los falangistas tuvieron una gran influencia en la primera etapa del franquismo y que se trataba de una ideología fascista. España no participó en la Segunda Guerra Mundial, pero Franco se mostró desde el principio favorable a las potencias del Eje y el apoyo se hizo tangible en 1941 con la creación de la División Azul, una unidad de voluntarios españoles que formó una división de infantería con el objetivo de apoyar a los nazis en el frente ruso (unos españoles colaboraron muy activamente en el sitio de Leningrado). En materia económica podemos decir que tras la Guerra Civil, la economía española estaba absolutamente hundida. Las infraestructuras, fábricas y campos de cultivos asolados durante la guerra tardaron años en recuperarse y como consecuencia mucha gente volvió al medio

2 rural. Para combatir esta situación, Franco impuso la autarquía, que aspiraba a la autosuficiencia del país. Este intento de demostrar ante Europa y el resto de mundo que España era un país que se valía por sí mismo fue, en parte, promovido por el aislamiento al que España estaba siendo sometida internacionalmente: no fue aceptada en la ONU, casi todos los países retiraron sus embajadores y Francia cerró su frontera con España. Sin embargo la política autárquica fracasó y la economía española no fue capaz de cubrir las necesidades de la población. La década de 1940 estuvo marcada por el desabastecimiento de productos básicos como alimento, ropa o combustible. Para aprovisionar a la población, el Estado estableció el racionamiento de los alimentos, la ropa,etc lo que fomentó la aparición del mercado negro, conocido como estraperlo. 2.- AFIANZAMIENTO DEL RÉGIMEN Y DESARROLLISMO ( ). La situación internacional de España cambió con la Guerra Fría. Estados Unidos consideró que la dictadura franquista era, ante todo, anticomunista, y que podría ser un país aliado, motivo por el cual se suavizó el aislamiento español y se firmó el Tratado de Amistad Hispanonorteamericano, que permitía la instalación de bases norteamericanas en España a cambio de ayuda económica estadounidense. La nueva situación internacional forzó a Franco a realizar cambios en el gobierno, perdiendo influencia los falangistas en el poder y siendo los altos cargos ocupados por monárquicos y católicos. También se definió el sistema político establecido, al que se denominó con el nombre democracia orgánica, aunque en realidad se mantuvo la dictadura. En materia económica se inició una leve recuperación a partir de los cincuenta, aunque España seguía siendo uno de los países menos desarrollados de Europa. A finales de ésta década llegaron al gobierno personas vinculadas al grupo católico Opus Dei conocidos como tecnócratas, que aplicaron criterios técnicos para desarrollar la economía (plan de estabilización) abandonando la autarquía. Entre 1960 y 1973 se produjo un notable desarrollo económico, basado fundamentalmente en el crecimiento de la industria y el turismo y en las inversiones extranjeras atraídas por los bajos salarios españoles. El crecimiento económico trajo consigo un nuevo éxodo rural, pero España aún no era un país tan urbanizado como se necesitaba en aquel momento, con lo cual proliferó el chabolismo y la emigración, sobretodo a Suiza, Alemania y Francia. El aperturismo que se produjo a partir de la década de los sesenta también propició que hubiera ministros con ideas más moderadas y surgieron los primeros movimientos de la oposición al franquismo, sobretodo en ámbitos universitarios y obreros.

3 3.- EL FINAL DE LA DICTADURA ( ). En los años sesenta aumentó la oposición al franquismo tanto en número de militantes como en la capacidad de movilización, sobretodo por parte del Partido Comunista, que trataba de afianzar una alianza en la clandestinidad entre todos los partidos que se oponían al franquismo. El PSOE también trataba de reorganizarse, pero no fueron especialmente notables hasta 1974, cuando nombraron a Felipe González como secretario general. Nacieron nuevas formas de oposición como por ejemplo el movimiento vecinal, que reclamaba al régimen mejoras en los barrios, el movimiento estudiantil, en el que cada vez se manifestaba de manera más pública el rechazo al franquismo, o el movimiento sindical, protagonizado sobretodo por las recién creadas Comisiones Obreras. El ámbito que mayor desconcierto causó en el régimen y en el propio Franco fue la aparición de sectores católicos que se oponían al franquismo, un fenómeno que se debió tanto al cambio generacional habido en el clero y en los fieles españoles como al nuevo rumbo pastoral y democratizador del Vaticano. Finalmente es importante señalar el resurgimiento de los nacionalismos vasco y catalán. En cuanto al nacionalismo vasco, su renacimiento también fue el resultado de la actividad de las nuevas generaciones surgidas tras la guerra. Fundamentalmente se trataba de jóvenes universitarios católicos, que rechazaban el supuesto conformismo y la pasividad de sus mayores. Así fue como surgió en julio de 1959, un nuevo partido nacionalista llamado ETA, que apenas tres años después de su fundación, acabó optando por la lucha armada para poner fin a la «opresión del pueblo vasco» que llevaba a cabo la dictadura franquista. ETA no fue el único grupo terrorosta que cometió atentados con víctimas en aquella época, también operaban GRAPO y FRAP. Los últimos años del régimen franquista no sólo estuvieron marcados por el aumento de la oposición visible, sino que también por una grave crisis económica conocida como la crisis del petróleo (1973) que provocó el cierre de muchas empresas y por lo tanto, el incremento del paro. Las huelgas, lideradas por los sindicatos clandestinos, aumentaron a pesar de ser ilegales. En este contexto también tuvo lugar una crisis política ya que la salud de Franco se deterioraba y el régimen quería planificar el futuro. Franco nombró a Luis Carrero Blanco jefe de gobierno para asegurarse la continuidad, pero ETA puso fin a su vida en un atentado que se enmarcó en una operación conocida como «Operación Ogro». El franquismo reaccionó con una revitalización de la represión y aumentó las condenas a muerte.

4 Por si la situación no se presentase poco favorable para la continuidad del régimen, también se produjo el conflicto del Sáhara español, que reclamaba su independencia. Marruecos aprovechó la debilidad de España en ese momento para ocupar el territorio español en la llamada Marcha Verde. En esta situación, Franco murió el 20 de noviembre de LA TRANSICIÓN A LA DEMOCRACIA. En 1969 Francisco Franco había nombrado a Juan Carlos I de Borbón sucesor suyo a título de Rey y tras su muerte, asumió la corona y la jefatura de Estado. Carlos Arias Navarro, que había sido nombrado como jefe de Gobierno por Franco, se mantuvo en el cargo e incorporó al gobierno varios ministros reformistas. A pesar de que en su discurso de coronación, el monarca ya manifestó su deseo de instaurar en España un sistema democrático, el avance hacia las estructuras democráticas era demasiado lento y se manifestó el descontento popular en sucesivas manifestaciones. En 1976 el rey forzó a Arias Navarro a dimitir y se nombró a Adolfo Suárez presidente y encargado del desmontaje de las estructuras franquistas. El primer paso de Suárez hacia la implantación del sistema democrático en España fue la aprobación de la Ley para la Reforma Política (1976), respaldada por los españoles en referéndum. Otro de los pasos fundamentales fue la aprobación de una amnistía para los presos políticos y la legalización de los partidos, incluido el Partido Comunista. Se convocaron elecciones para Este proceso de desarrolló en una situación muy tensa debido a que los atentados terroristas se intensificaron, no sólo por parte de ETA sino también del GRAPO y de otros grupos de extrema derecha, esta situación incomodaba al Ejército, que ya de por sí se mantenía receloso de la legalización del PCE. Además, la crisis económica provocada por la subida del precio del petróleo, persistía. Las primeras elecciones democráticas tras la muerte de Franco se celebraron en el 77 tal y como estaba previsto. Las urnas dieron la victoria a la Unión de Centro Democrático (UCD), liderada por Suárez. El PSOE fue la segunda fuerza más votada (aunque con una diferencia de casi 50 escaños), seguido por el Partido Comunista, Alianza Popular (predecesora del actual PP) y los partidos nacionalistas catalán y vasco.

5 El nuevo gobierno, que no tenía mayoría absoluta, practicó una política de consenso, tratando siempre de buscar un entendimiento con las otras fuerzas políticas. Entre 1977 y 1979 se sentaron las bases de nuestra democracia y algunos de los acuerdos alcanzados más relevantes fueron: Pactos de la Moncloa: los partidos representados en el Parlamento y los sindicatos trataron de abordarla grave crisis económica del país. Se redactó una Constitución plenamente democrática que fue aprobada en referéndum en Se puso en marcha un sistema político que otorgara autonomía a las diferentes regiones españolas. En 1979 se convocaron nuevas elecciones, con los pilares básicos de la democracia ya asentados. UCD volvió a salir vencedora, pero la persistencia de la crisis económica y la división interna en el partido, provocaron la dimisión de Suárez como jefe de Gobierno a principios de El 23 de febrero de 1981, durante la sesión parlamentaria en la que se votaba la investidura de Leopoldo Calvo Sotelo como nuevo presidente del Gobierno, se produjo un intento de golpe de Estado. Un grupo de doscientos guardias civiles, subfusil en mano, irrumpió en el hemiciclo del Congreso de los Diputados encabezados por el teniente coronel de la Guardia Civil Antonio Tejero. Este, desde la tribuna, gritó «Quieto todo el mundo!» y dio orden de que todos se tirasen al suelo. Manuel Gutiérrez Mellado, ex militar y ministro de defensa del momento, se dirigió inmediatamente a Tejero para exigirle que depusieran las armas, como superior suyo que era. Como consecuencia del forcejeo entre Gutiérrez Mellado y un Guardia Civil, Tejero efectuó un disparo al aire que fue seguido por unas ráfagas de los subfusiles de los asaltantes. Gutiérrez Mellado prácticamente ni se inmutó, mientras que el resto de diputados se tiraron al suelo, a excepción de Adolfo Suárez y Santiago Carrillo, líder del Partido Comunista. La actuación del rey y la falta de apoyo de los partidos políticos y de la población fueron decisivos para que el golpe fracasara. El gobierno de Calvo Sotelo, que ya había empezado de manera muy accidentada, tuvo que hacer frente al agravamiento de la crisis económica y a un aumento de la actividad terrorista. Las elecciones de 1982 dieron el triunfo al PSOE por mayoría absoluta, hecho que suele ser considerado el final de la transición.

6 5.- LA CONSTITUCIÓN DE 1978 Y EL ESTADO DE LAS AUTONOMÍAS. La Constitución de 1978 fue redactada por consenso entre los principales partidos políticos del país. Algunos de los principios que recoge son los siguientes: España es un Estado social y democrático de derecho; social porque el Estado interviene para lograr una sociedad más justa, y de derecho porque las leyes obligan a todos los españoles por igual. La soberanía nacional reside en el pueblo, que elige a los representantes en el Gobierno mediante sufragio universal en elecciones libres. La forma política del Estado es la monarquía parlamentaria. El rey es el jefe del Estado. Existe separación de poderes: las Cortes Generales, compuestas por dos cámaras (el Congreso de los diputados y el Senado), ejercen el poder legislativo; el Gobierno, el poder ejecutivo; y los jueces y magistrados, el poder judicial. Se reconocen numerosos derechos y libertades. Se afirma la unidad del Estado español, pero se contempla la posibilidad de que se creen Comunidades Autónomas. Tras la aprobación de la Constitución se definió el modelo autonómico y se inició el proceso de concesión de los diferentes Estatutos de Autonomía, aprobados por las Cortes. Hoy, España está constituida por 17 Comunidades y dos Ciudades Autónomas. Cada Comunidad tiene su Estatuto de Autonomía, que recoge la denominación de la Comunidad, su territorio, sus instituciones de autogobierno (Parlamento, Gobierno y Tribunal Superior de Justicia) y sus competencias. 6.- LOS SUCESIVOS GOBIERNOS. PSOE: Alternancia PP-PSOE: PP: PSOE: PP: 2011-

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