Las Cuevas de Ocampo en Contexto: Investigación Sobre el Desarrollo del Cultivo de Plantas en el Suroeste de Tamaulipas

Transcripción

1 Las Cuevas de Ocampo en Contexto: Investigación Sobre el Desarrollo del Cultivo de Plantas en el Suroeste de Tamaulipas J. Kevin Hanselka, M.A. Washington University, St. Louis, Missouri, U.S.A. Departamento de Antropología, Estudios de Doctorado en Arqueología Gayle J. Fritz, Ph.D., Investigadora Principal Introducción. Este proyecto se inicio en 2005 con el apoyo del INAH (Oficio Núm. C.A /0152), la Universidad de Washington en St. Louis, y con fondos proveídos por una beca del National Science Foundation. El área de estudio esta cerca de Ocampo, Tamaulipas, al suroeste de México (figura 1), en donde lleve acabo un reconocimiento arqueológico. En el actual, los datos obtenidos de las excavaciones de tres cuevas de esta región en los 1950s siguen influyendo la corriente sobre el desarrollo de la agricultura temprana en Mesoamérica (MacNeish 1958, 1971, 1992). Esta evidencia implicó la adición esporádica de la calabaza domesticada, maíz, fríjol, y de varias otras especies de calabaza en la economía local, comenzando desde hace unos 6,500 años (Smith 1997). Debido a esto datos, el pensamiento es que luego sigue un extendido período donde la movilidad se va gradualmente disminuyendo, crece en tamaño la población y asentamientos, y aumenta la dependencia en el cultivo lo que culmina en la colocación de aldeas agrícolas desde hace unos 3,400-3,100 años (MacNeish 1964, 1992). Los productores mexicanos de alimentos en la antigüedad, funcionaron bajo una amplia gama de contextos ambientales y culturales, usando plantas cultivadas y una diversidad de plantas no domesticadas en grados variables. Tales nociones, y el hecho de que la explotación de plantas y agricultura influyeron la utilización del paisaje natural, requieren que los múltiples aspectos de la subsistencia y del asentamiento local sean explorados. Debido a que la habitación de las cuevas representa solamente un aspecto de un patrón de asentamiento mucho más amplio, yo me propuse a

2 documentar el rango de sitios en la vecindad y poner los datos de las excavaciones de las cuevas, obras concluidas desde hace más de 50 años, en un contexto más comprensivo. Área de Estudio y Metodología. Las cuevas de Ocampo se ubican entre 700 y 1,200 msnm y al lado este de la Sierra Madre Oriental (figura 1B). Esta región rugosa y montañosa apoya un mosaico rico de zonas de vegetación, incluyendo bosques tropicales, bosques espinosos, pastizal, matorral secundario-montane, selva de tierra baja, y bosque de nube (Blga. Claudia Gonzáles Romo, comunicación personal, 2006). Para poder llevar a cabo un reconocimiento sistemático de un área tan extensa, designé un área de 13 x 8 Km. (10,400 has) que rodeaba las cuevas previamente excavadas, y con la inestimable ayuda de guías locales logre verificar la presencia de numerosos sitios arqueológicos. Las expediciones a las montañas y barrancas ocurrieron a pie o en mulas. Cuando se encontraban sitios, las coordenadas fueron obtenidas usando una unidad de GPS y trazados en un mapa topográfico. Los sitios entonces fueron documentados extensivamente a través de anotaciones y fotografías, y luego se elaboraron planes con el uso de brújula, GPS, y cinta para medir. Estos sitios ahora se están registrando en el Catálogo e Inventario de Zonas Arqueológicas del INAH. Los artefactos encontrados en la superficie fueron sistemáticamente recolectados para después ser analizados. Los artículos diagnósticos e inusuales todo el tiempo fueron recogidos, al igual que todos los artefactos encontrados en sitios con una reducida visibilidad de la superficie. En sitios con muy poca vegetación y una densidad de artefactos sobre la superficie, nada mas se realizo una prueba de los artefactos, y esto se realizo a partir de círculos de prueba de 2 m de ancho que arbitrariamente se colocaron dentro de las concentraciones. La cerámica diagnostica se identifico con la ayuda del Arqlgo. Gustavo Ramírez (INAH Tamaulipas), para poder estimar la edad general de la ocupación de los sitios. Analicé la herramienta lítica y el desecho lítico para conocer las estrategias de la

3 obtención de alimentos, la movilidad del habitante, y la organización tecnológica. Igualmente, el análisis de la piedra para moler, así como manos y metates, proporciono datos valiosos sobre las técnicas utilizadas para el procedimiento de alimentos y sobre los niveles de dependencia agrícola. Los resultados de estos análisis serán revelados en mi tesis. Resultados. De un total de 33 sitios que se descubrieron, se elaboraron trazas de 23, se recolectaron artefactos de la superficie, y se registraron. Siete de éstos eran campos de corto plazo ubicados dentro de cuevas. Solamente un sitio careció de cerámica sobre la superficie, sugiriendo una posible ocupación durante la precerámica, aunque es igualmente probable que hubo una estancia especializada más reciente y que no requiero uso de cerámica. La cerámica sobre la superficie dentro de las cuevas restantes verificó el ocasional uso tardío de estas por los vecinos de las aldeas. Dieciséis asentamientos del período cerámica fueron documentados en una variedad de ambientes, así como en los valles ribereños a cuestas de colinas y a las cimas de las montañas. Estos consisten de grupos de plataformas circulares construidas de piedra caliza de 3-15 m de ancho, que alguna vez soportaron casas y templos construidos de palos con embadurnamiento de lodo (cuadros 2 y 3). Muchos de estos están muy erosionados y apenas aparecen sobre la superficie como alineaciones de rocas, pero algunas estructuras que probablemente fueron ceremoniales son de hasta 5 m de alto. Muchos de los asentamientos son nada mas que simples aldeas con solamente una o dos plataformas de casa, mientras que otras son aldeas más grandes con muchas estructuras (por ejemplo, véase el cuadro 4). Registramos 77 plataformas en un sitio. En veces es difícil adivinar el tamaño original de estas aldeas, debido a que históricamente las prácticas de cultivo han parcialmente destruido algunas, y en muchos casos debido a la densidad de vegetación no se presta para hacer una exploración cuidadosa.

4 Los orígenes de estas aldeas del altiplano es un misterio. Llegaron a ser comunes en esta región entre 2400 y 1500 años (MacNeish 1971: ). Hay buena evidencia de que tuvieron interacción con la Huasteca de las tierras bajas al sureste, pero los aspectos de la cultura material y de la arquitectura local son distintos de los de las circundantes regiones, lo que indica que la cultura de la Sierra es un desarrollo independiente (Arqlgo. Gustavo Ramírez Castilla, comunicación personal, 2005). Investigación en Curso y Orientación Futura. Como complemento a este estudio, estoy revisando las colecciones de los restos de plantas que se excavaron de las cuevas de Ocampo, y que ahora permanecen en distintos museos. La evidencia de cambios temporales, en los hábitos de alimentación relacionados a las plantas de las cuevas, proporciona un fondo general de subsistencia del cual se puede usar para examinar los patrones de asentamiento. Los resultados de estos análisis serán revelados en mi tesis, igual que en publicaciones académicas de México y los Estados Unidos. Por falta de tiempo para investigar por completo todos los sitios que se conocen en el área de estudio, espero volver a visitar cuatro mas cuevas, tres aldeas, una dispersión lítica, y dos sitios de arte rupestre que aún no se han registrado por completo. Los vecinos comentan que hay muchos más sitios, así que es necesario continuar el reconocimiento. Además, debido a que las ocupaciones de cuevas constituyen solamente una fracción de un sistema de adaptación humana más grande, los datos referentes al uso de plantas se deben también obtener de otros contextos en esta región. Así que en el futuro, la siguiente meta es investigar algunos de los sitios de las aldeas descritos aquí, por medio de técnicas como la excavación, análisis temporal, y recuperación de datos sobre la subsistencia por medio de plantas. Una investigación continua podrá realizar inmensamente nuestra comprensión de la interacción del ser humano con las plantas y de la agricultura prehistórica en esta área tan importante. Obras Citadas MacNeish, Richard S.

5 1958 Preliminary Archaeological Investigations in the Sierra de Tamaulipas, Mexico. Transactions of the American Philosophical Society. New Series. Volume 48, Part 6. The American Philosophical Society, Philadelphia The Food-Gathering and Incipient Agriculture Stage of Prehistoric Middle America. In Natural Environment and Early Cultures, edited by R. C. West, pp Handbook of Middle American Indians, vol. 1. University of Texas Press, Austin Archaeological Synthesis of the Sierra. In Archaeology of Northern Mesoamerica, Part 2, edited by Gordon F. Ekholm and Ignacio Bernal, pp Handbook of Middle American Indians, vol. 11. University of Texas Press, Austin The Origins of Agriculture and Settled Life. University of Oklahoma Press, Norman and London. Narez Zamora, Jesus 1992 Materiales Arqueológicos de Balcón de Montezuma, Catálogo de las Colecciones Arqueológicas del Instituto Tamaulipeco de Cultural. Instituto Nacional de Antropología e Historia, México, D. F. Smith, Bruce D Reconsidering the Ocampo Caves and the Era of Incipient Cultivation in Mesoamerica. American Antiquity 8:

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