Con las puertas abiertas a todos los vientos *

Transcripción

1 Con las puertas abiertas a todos los vientos * SERGIO RAMÍREZ El Fondo es como una entidad clásica de la cultura en América Latina, que trasciende el concepto mismo de editorial y pasa al campo de las grandes conquistas, de los grandes logros culturales en el continente. Mi ambición personal es que el Fondo siga multiplicando su fondo, que siga creciendo en número de lectores y que su presencia en Centroamérica se pueda afirmar cada vez más. Mi primer recuerdo del Fondo es cuando leí la edición de Pedro Páramo, de Juan Rulfo, en la colección Letras Mexicanas. Nunca olvidaré su tapa clásica, sencilla; los dibujos de los arrieros, Juan Preciado y su hermano entrando al pueblo de Comala. Y el deslumbramiento de leer a Rulfo en esa edición tan limpia, tan cuidada, tan clásica. Entonces llegó ante mis ojos el logotipo del Fondo de Cultura Económica por primera vez, en esa colección que fue creciendo en mi biblioteca en Managua, y a través de la cual pude adentrarme en la literatura hispanoamericana contemporánea. El Fondo es una de las instituciones culturales fundamentales de la historia del siglo XX en América Latina. Yo * Declaraciones grabadas en la Residencia de Estudiantes de Madrid, realizadas por la Asociación de Televisiones Educativas y Culturales Iberoamericanas. 31

2 creo que América Latina sería otra cosa más pobre, más disminuida sin esta gran empresa, sin esta gran obra de semejante trascendencia que ha sido el Fondo. De manera que en mi formación política, de adolescente, de joven, los manuales del Fondo de Cultura Económica tuvieron una especial importancia. Cuando oí hablar por primera vez de los misterios de Eleusis, un tema que me apasionaba, fue en un manual del Fondo. Y entendí el universo del mito griego. Para mí, el FCE, desde el marxismo hasta las ciencias, la historia, fue una verdadera universidad. El Fondo es una editorial abundante, sin afán de lucro. Esto es muy importante. Siempre he considerado al Fondo una entidad pública, que está ahí para ayudar a los lectores a entender el mundo contemporáneo, a entender todo lo que se publica en otros idiomas, con gran cantidad de traducciones de obras científicas, sociales, políticas, literarias Pensar que el FCE cumple su novena década algo verdaderamente serio refuerza su concepción como una entidad clásica de la cultura en América Latina, que trasciende el concepto mismo de editorial y pasa al campo de las grandes conquistas, de los grandes logros culturales en el continente. Digo el continente porque el Fondo dejó de ser una entidad mexicana para convertirse en una entidad hispanoamericana desde que se incorporó al escenario cultural en Sudamérica, en España, en Centro américa, gracias a lo cual tenemos al Fondo en todas partes. Mi ambición personal es que el Fondo siga multiplicando su fondo, que siga creciendo en número de lectores y que su presencia en Centroamérica, que es de donde yo vengo, se pueda afirmar cada vez más. El Fondo de Cultura Económica ha sido líder en lo 32

3 que puedo llamar las Humanidades, porque ha sido una entidad humanista. Desde luego que ha cubierto todos los campos: la filosofía, los clásicos, las ciencias, la sociología, las ciencias políticas y, sobre todo, mi campo: la literatura. No podría decir que ha perdido liderazgo, sino que yo he abandonado ciertos temas, de los que me ocupo menos las ciencias políticas, por ejemplo ; no es que sus libros sean obsoletos, sino que yo ya busco pocas novedades en este campo e incursiono cada vez más en la literatura. Quizá la manera como imagino al Fondo en el futuro es publicando cada vez más autores jóvenes, no sólo de México y Argentina, que es donde tienen plazas fuertes, sino también de otros países de lengua española. Me gustaría también que animara a los escritores jóvenes a entrar en el territorio del cuento, género que, a mi juicio, ha sido abandonado por muchas editoriales en América Latina, a causa de una preferencia obvia por la novela. Las nuevas generaciones de escritores se confunden en mi cabeza. Cada año surge un nuevo escritor, y ya no puedo llevar la cuenta, en orden cronológico, de todos ellos. No obstante, debería estimularse cada vez más la presencia de escritores jóvenes en el catálogo del Fondo de Cultura Económica, o abrir colecciones para ellos. Creo que otro campo muy importante, en el futuro del Fondo, es el libro digital. Es algo que no se puede descuidar: el libro digital tiende a tener mayor presencia cada vez. Y puede ser una forma económica de penetración de los libros en espacios donde, hasta ahora, no es posible llegar con los libros de papel. Hay que combinar los libros impresos con el libro electrónico, y tomar en cuenta que el idioma español rebasa ya sus fronteras tradicionales; es decir, las fron teras de los países hispanoamericanos; ahora tenemos una plaza fuerte, nueva, del idioma castellano en los Estados 33

4 Unidos. Hay que cuidar los libros del Fondo en ese país, captar autores que interpreten esa nueva realidad hispanoamericana en los Estados Unidos: los hispanos, los migrantes, el fenómeno de la migración en la sociología, el fenómeno de la literatura, los autores latinoameri canos que escriben desde allá. Para mí, todo esto es un terreno de vital importancia, por cuanto significa una ampliación trascendental del ámbito cultural latinoamericano, hispanoamericano, hacia ese territorio nuevo que son los Estados Unidos. Es muy importante que hoy en día, cuando la tendencia mundial es el desmantelamiento de las instituciones culturales patrocinadas por el Estado, bajo el concepto bizarro de que el Estado no debe ocuparse de la cultura ni gastar el dinero en cosas que no vayan en beneficio directo de la economía liberal de los países, esta empresa se mantenga con las puertas abiertas a todos los vientos. Me parece que eso es muy importante, este concepto de la entidad pública, benefactora y difusora de la cultura, que es necesario defender, y me parece que el Fondo de Cultura Económica sigue siendo la gran insignia de este concepto de la cultura en el ámbito público. Para mí, la diversidad del catálogo del Fondo a lo largo de tantas décadas ha significado la diversidad de las ideas y, por lo tanto, la contradicción de esas mismas ideas. Un libro, o una diversidad de libros, tiene que enseñar a pensar de manera crítica. Y esto el Fondo lo ha conseguido a plenitud. El FCE tiene otra importancia que no debe pasar inadvertida, y es que, al igual que México, también ha sido tierra de asilo; por ejemplo para los exiliados de la República española, que nutrieron al país de filosofía, literatura, o la llegada de buenos editores, como don Arnaldo Orfila Reynal, de Argentina. El catálogo del Fondo se nu- 34

5 trió no sólo de grandes pensadores, científicos, literatos españoles republicanos, sino tambien de otros autores latino americanos, centroamericanos, que en México encontraron refugio de las turbulencias constantes de sus países: dictaduras, golpes de Estado. La riqueza que esas oleadas culturales trajeron a México está íntimamente relacionada con la historia de la editorial. Cuántos libros más va a publicar? Eso es lo im portante. No disminuir su catálogo, sino multiplicarlo. Por eso insisto en que esto sólo puede conseguirlo una entidad de trascendencia cultural, una entidad con semejante peso histórico, de cara al futuro, pensando en que cada vez va a tener más lectores. 35