Trabajar en favor del cambio El enfoque del FIDA para la aplicación de la Plataforma de Acción de Beijing

Transcripción

1 Dar a la población rural pobre la oportunidad de salir de la pobreza Trabajar en favor del cambio El enfoque del FIDA para la aplicación de la Plataforma de Acción de Beijing

2 El cómo y el por qué del género en el FIDA Relación entre la pobreza y la desigualdad de género El Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) es una institución financiera internacional y un organismo especializado de las Naciones Unidas que se dedica a luchar contra el hambre y la pobreza rural en las regiones más desfavorecidas del mundo, donde las labores agrícolas recaen cada vez más sobre la mujer. En 1995, la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer aprobó la Plataforma de Acción de Beijing, un programa común de potenciación del papel de la mujer que es un instrumento fundamental para el adelanto de la mujer en el siglo XXI. En la Plataforma se determinan 12 esferas de especial preocupación en las que es preciso adoptar medidas concretas en favor de la mujer; entre dichas esferas figuran la pobreza, la economía, la educación y la capacitación, el ejercicio del poder y la adopción de decisiones, y el medio ambiente. La Plataforma se vio reforzada por la Declaración del Milenio, en la que la comunidad internacional se comprometió a lograr un conjunto de metas de desarrollo a más tardar en Los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio se centran en metas relacionadas con la erradicación de la pobreza, la educación, la igualdad de género, la salud, la sostenibilidad del medio ambiente y la colaboración internacional. La labor del FIDA está encaminada a crear las condiciones adecuadas para dar a los pobres de las zonas rurales la oportunidad de incorporarse a la corriente principal del desarrollo social y económico, y a ayudarlos a salir de la pobreza mejorando su acceso al agua, la tierra, el capital financiero, los conocimientos y la tecnología, así como su capacidad de controlar esos activos fundamentales. El Fondo se esfuerza en particular por suprimir los obstáculos materiales, institucionales y normativos que impiden a las mujeres especialmente aprovechar su potencial. La pobreza rural guarda una relación muy estrecha con la desproporción entre lo que las mujeres hacen y lo que tienen. Para darles la posibilidad de transformar su vida y la de sus familias y comunidades, es fundamental fortalecer su capacidad y afrontar las desigualdades de género. Las medidas encaminadas a aplicar la Plataforma de Acción de Beijing y lograr los Objetivos de Desarrollo del Milenio sólo darán resultado si se potencia el papel decisivo de la mujer en la lucha contra la pobreza y el hambre. Principales instrumentos del FIDA para incorporar una perspectiva de género En el Marco para la incorporación de una perspectiva de género en las operaciones del FIDA se esbozan los principios rectores, se definen los rasgos principales de un diseño y ejecución con una perspectiva de género y se describen las responsabilidades relativas a la ejecución. Dicho marco orienta las acciones del FIDA para incorporar las cuestiones de género al diseñar los proyectos, gestionar la cartera y realizar cualquier labor temática. La visión general acordada en la conferencia de Beijing, junto con los Objetivos de Desarrollo del Milenio, han orientado la labor de las organizaciones internacionales, incluido el FIDA, durante el último decenio.

3 El enfoque de género del FIDA En sus programas y proyectos, el FIDA combina la incorporación de la perspectiva de género con medidas concretas encaminadas a potenciar el papel de la mujer. Esto supone tener en cuenta las funciones desempeñadas por hombres y mujeres y las relaciones de género, así como la necesidad de velar por que unos y otras participen en pie de igualdad en las iniciativas de desarrollo y en sus beneficios. Sin embargo, puesto que a menudo no se presta atención a las necesidades, los derechos y los intereses de las mujeres, también se diseñan actividades específicas para asegurarse de que éstas tengan las mismas oportunidades de participación en el desarrollo que los hombres. Un elemento fundamental de este enfoque es lograr que los hombres apoyen la potenciación de la mujer. La labor del FIDA encaminada a alcanzar la igualdad de género y potenciar el papel de la mujer se desarrolla en tres dimensiones: potenciación económica, participación en la toma de decisiones y mejoramiento del bienestar. En el diagrama que figura a continuación se indican los grupos de activos concretos que las mujeres necesitan en cada una de esas dimensiones. Sin embargo, el acceso a esos activos presenta diversos grados de importancia según la dimensión de que se trate. Las tres dimensiones de la igualdad de género y la potenciación de la mujer Potenciación económica Mejorar el acceso de la mujer a las oportunidades de generación de ingresos y a los activos productivos Bienestar Mejorar el acceso de la población rural, en particular de las mujeres, a la infraestructura y los servicios básicos Toma de decisiones Aumentar la intervención de la mujer en los asuntos comunitarios y fortalecer las organizaciones de productoras Potenciación Capital económica Capital natural social Toma Tecnología e Capital de instrumentos financiero decisiones Capital social: redes, confianza y apoyo mutuo, grupos formales e informales, representación colectiva, mecanismos de participación, liderazgo, información Capital natural: tierras y productos agropecuarios, recursos hídricos, árboles y productos forestales, fauna y flora silvestres, alimentos silvestres, biodiversidad, servicios ambientales Tecnología e instrumentos: equipo de producción (semillas, fertilizantes, plaguicidas), tecnología tradicional, métodos de elaboración y comercialización, servicios de apoyo Infraestructura: vivienda, abastecimiento de agua, energía, transporte, caminos Capital humano: salud, nutrición, educación, conocimientos, aptitudes, capacidad de trabajo y adaptación Capital financiero: ahorro, crédito/deuda (formal, informal), sueldos, pensiones, remesas Infraestructura Bienestar Capital humano La mujer rural pobre es un poderoso agente impulsor del cambio La experiencia del FIDA demuestra que: n la potenciación de las mujeres no sólo las beneficia a ellas, sino también a sus familias y comunidades; n las mujeres son agentes dinámicos con capacidad de organización y participación en las organizaciones de base y desempeñan un papel efectivo promoviendo y respaldando las iniciativas de autoayuda a nivel local; n el acceso de las mujeres a los insumos y los conocimientos pertinentes se traduce en un aumento de la productividad agrícola; n el mayor acceso de las niñas a la enseñanza primaria y secundaria permite reducir la malnutrición y la mortalidad en los niños de ambos sexos; n existe una correlación muy marcada entre la alfabetización de las mujeres y la disminución de las tasas de infección por el VIH/SIDA, y n el desempeño de las mujeres en los programas de microfinanciación pone de manifiesto su prudencia como ahorristas y prestatarias que utilizan los ingresos en beneficio de todo el hogar.

4 Enseñanzas extraídas por el FIDA Las cuestiones de género son un elemento fundamental en la estrategia de reducción de la pobreza del FIDA y las mujeres son un grupo-objetivo importante en casi todos sus programas y proyectos. Es posible extraer una serie de enseñanzas de la aplicación de las tres dimensiones del enfoque del FIDA en favor de la igualdad de género y la potenciación de la mujer. Mejoramiento del bienestar de la mujer Cuando se solicita la opinión de las mujeres de las zonas rurales para planificar actividades de desarrollo, éstas asignan alta prioridad a las necesidades básicas, como la atención de salud, el agua, la educación y la infraestructura. El FIDA reconoce que el acceso nulo o insuficiente a la infraestructura y los servicios esenciales es un obstáculo importante para el adelanto de la mujer porque le impide participar plenamente en el desarrollo económico y la vida comunitaria. Enseñanzas extraídas n El acceso nulo o insuficiente a la infraestructura y los servicios esenciales, como la atención de salud, el agua y la educación, limita el desarrollo de las zonas rurales pobres y supone una carga adicional para las mujeres y las niñas, que, además, realizan las labores domésticas y se encargan de cuidar a otros miembros del hogar. n Las inversiones en infraestructura tienen un efecto catalizador y ayudan a las comunidades a organizarse en función de unos bienes públicos socialmente valorados. n La modificación de la carga de trabajo de la mujer como resultado del mejor acceso a la infraestructura y los servicios básicos puede utilizarse como indicador para evaluar las mejoras en el bienestar. n Es preciso tener en cuenta las necesidades de la mujer al diseñar el suministro de elementos básicos de infraestructura y tecnología, porque la inversión en servicios sociales no beneficia automáticamente a la mujer. n Para lograr que las mujeres utilicen equipo que permita ahorrar trabajo es fundamental aumentar el valor del trabajo femenino y ampliar las oportunidades de trabajo de la mujer. Por lo general, las mujeres no invierten en equipo que permita ahorrar trabajo si no disponen de medios para incrementar sus ingresos aprovechando el tiempo ahorrado. n La capacitación y la educación son fundamentales para las mujeres. Sin embargo, tanto los programas de alfabetización y adquisición de conocimientos básicos de aritmética como otras actividades de capacitación deben responder a las necesidades especiales de la mujer y tener en cuenta sus limitaciones en cuanto a la disponibilidad de tiempo. Los cursos de alfabetización refuerzan la confianza de las mujeres en sí mismas y su autoestima porque, además de aportarles conocimientos básicos de lectura, escritura y aritmética, les permiten conseguir acceso a una gama más amplia de conocimientos e informaciones y formar grupos bien integrados.

5 Potenciación económica de la mujer Al mejorar la condición económica de la mujer rural y ayudarla a constituir una base de activos se contribuye a romper los estereotipos basados en el género. El FIDA asigna prioridad a la potenciación económica de las mujeres y les presta apoyo para crear empresas, organizar actividades generadoras de ingresos y acceder a la microfinanciación, la educación y la capacitación, además de facilitarles el acceso a los mercados y a la información conexa. La supresión de los obstáculos con que tropiezan las mujeres para acceder a activos fundamentales es un factor decisivo para lograr un crecimiento económico de base amplia y reducir la pobreza. Enseñanzas extraídas n El acceso seguro de la mujer a recursos productivos como la tierra, el agua y el capital financiero tiene un efecto de propagación y debe considerarse como un instrumento estratégico para el adelanto de la mujer. Al reunir activos y mejorar su condición económica, las mujeres elevan su autoestima y pueden desempeñar un papel más visible en su comunidad, tienen más movilidad y mejoran la alimentación de sus hijos. Entre otros efectos más generales, esta nueva situación puede generar un mayor respeto por los derechos de la mujer, una mayor capacidad de ésta para gestionar las relaciones sexuales y, por consiguiente, una reducción de la infección por el VIH, junto con cambios positivos en las funciones que desempeñan hombres y mujeres. n Las mujeres consideran que la propiedad de la tierra no es sólo un medio de producción sino también un medio para mejorar su condición y lograr que se las respete más. Para ellas, la propiedad de la tierra tiene efectos importantes que le permiten desempeñar un papel más activo en los asuntos comunitarios y lograr una mayor igualdad en el hogar. n Los derechos de tenencia suelen ser en gran medida consuetudinarios. Se puede prestar apoyo a las mujeres para que negocien condiciones más favorables, incluso en el marco de sistemas tradicionales de tenencia. En otros casos, es importante fomentar la idea de que determinadas prácticas tradicionales ya no proporcionan la protección social que en su momento pudo justificarlas. n Los servicios financieros rurales deben formar parte de un conjunto de actividades que abarque también el fortalecimiento de la capacidad y ha de basarse en la comprensión de las necesidades y las demandas de las mujeres. n Las mujeres no sólo necesitan tener acceso a los recursos productivos, sino que también deben ser capaces de utilizarlos de manera eficiente. Para ello, es preciso formar grupos de mujeres, impartirles capacitación centrada concretamente en sus necesidades y proporcionarles educación, acceso a los mercados e información sobre éstos, junto con servicios de apoyo a la producción, por ejemplo, actividades de extensión. n Las medidas de apoyo previstas en los programas de fomento de las microempresas y las empresas pequeñas deben responder a las diferencias en cuanto a necesidades, limitaciones y grados de asunción de riesgos que existen entre las diferentes categorías de empresarias. Es preciso prestar atención a los distintos tipos de oportunidades y limitaciones con que tropiezan las mujeres y los hombres, así como a las causas de su vulnerabilidad y a la forma en que unas y otros elaboran sus estrategias de supervivencia.

6 Fortalecimiento de la toma de decisiones por las mujeres Para lograr cambios sostenibles, es necesario que la población rural pobre pueda influir en las decisiones públicas y privadas que afectan a su vida. Los proyectos apoyados por el FIDA dan a las mujeres la posibilidad de expresar su opinión, para lo cual facilitan el ejercicio de sus derechos de asociación y expresión, fomentan entre ellas una mayor conciencia de sus derechos, mejoran su acceso a la microfinanciación, les prestan apoyo para que cuestionen los estereotipos basados en el género, y promueven su participación. Al abordar estas cuestiones, las mujeres adquieren más confianza en sí mismas y participan en la transformación de las relaciones entre las personas de uno y otro sexo. Sin embargo, sigue siendo necesario aumentar la participación de la mujer en la toma de decisiones en relación con los asuntos comunitarios y las instituciones locales, como paso necesario para mejorar su representación política y alcanzar el Objetivo de Desarrollo del Milenio relativo al logro de la igualdad entre los géneros y la potenciación del papel de la mujer. Enseñanzas extraídas n La confianza de las mujeres en sí mismas y su autoestima mejoran cuando tienen más acceso a los conocimientos, los activos económicos y las posibilidades de generación de ingresos, lo cual hace más probable su participación en la toma de decisiones tanto en el ámbito privado como público. n La formación de grupos de ahorro y crédito mediante programas de microfinanciación fortalece la confianza de las mujeres en sí mismas, les proporciona un foro de debate y acción para abordar problemas comunes y les brinda oportunidades de aprendizaje. n El establecimiento de cupos y la adopción de medidas de acción positiva para aumentar la participación de la mujer en los órganos decisorios no bastan para garantizar su participación, pero representan un primer paso importante. n Los grupos de mujeres no siempre son incluyentes. En muchos casos, las mujeres más jóvenes, las más pobres o las que no disponen de tiempo suficiente resultan excluidas. Los proyectos deben seguir de cerca esta cuestión y promover la inclusión. n Es preciso ampliar la influencia de los grupos de mujeres y velar por su sostenibilidad. A menudo los grupos comunitarios de mujeres que actúan en el marco de proyectos de desarrollo resultan insostenibles si no reciben apoyo externo y su influencia apenas traspasa los límites de la comunidad. Los proyectos deben promover la autosostenibilidad y apoyar la formación de agrupaciones y asociaciones capaces de influir en las instancias decisorias. n Se ha de velar por la participación de la mujer en los procesos relacionados con la gobernanza del agua. n Para promover la igualdad de género y las oportunidades de cambio es preciso proponer ideas innovadoras. La experiencia adquirida en el marco de otras iniciativas de desarrollo puede apoyar la difusión de nuevas ideas. n En la mayor parte de los países existen pocos obstáculos jurídicos para la participación de la mujer en la toma de decisiones. Su bajo grado de participación se suele deber a la existencia de estereotipos, perpetuados tanto por los hombres como por las mujeres, que confinan la influencia de la mujer y del hombre a las esferas privada y pública, respectivamente.

7 Prioridades del FIDA para el futuro n Potenciar el papel de la mujer y reducir las desigualdades de género. El FIDA seguirá aplicando su enfoque, basado en el mejoramiento del bienestar de la mujer, el fomento de su participación en la toma de decisiones y la potenciación de su función económica, mediante el desarrollo de actividades generadoras de ingresos. Las mujeres pueden ser una fuerza propulsora para transformar la vida de las personas tanto en su hogar como en su comunidad, y de esa manera pueden aportar una contribución muy importante al cambio económico y social. n Diálogo sobre políticas y promoción. El FIDA asignará especial atención a los factores mundiales que dificultan cada vez más el logro de la igualdad de género y pueden socavar las posibilidades de alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio y aplicar la Plataforma de Acción de Beijing. Es fundamental promover una mayor sensibilización sobre la forma en que las políticas de nivel global inciden en el plano institucional y sobre el terreno. Problemas fundamentales como los relativos al comercio y la globalización, la privatización del agua, el VIH/SIDA, la presión sobre los recursos naturales y la difusión de los conflictos y la inseguridad pueden provocar una mayor marginación de los agricultores pobres, en su mayor parte mujeres, en relación con el acceso a los recursos productivos y con la seguridad alimentaria. Es necesario seguir de cerca la evolución de estos problemas y adoptar medidas para mitigar sus efectos. n Crear asociaciones y coaliciones más amplias. El FIDA se centrará en la colaboración con diversos asociados para abordar problemas cuya incidencia perpetúa la condición de desigualdad y la pobreza de las mujeres. Es importante compartir experiencias, innovaciones y enseñanzas con las partes interesadas a todos los niveles, incluidas las organizaciones de la sociedad civil, el personal de contraparte y los encargados de adoptar decisiones a nivel político. Se promoverá una cultura basada en el intercambio de enseñanzas y el aprendizaje común para impulsar el diálogo sobre políticas y la acción en favor de las personas pobres, en particular las mujeres.

8 Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola Via Paolo di Dono, Roma, Italia Teléfono: (+39) Fax: (+39) Correo electrónico: Más información sobre el FIDA y las cuestiones de género El FIDA y las cuestiones de género Enero de 2010