ANTE LA POBREZA JUSTICIA Y SOLIDARIDAD. Sagrados Corazones Manquehue Departamento de Religión y Filosofía 2015 QUÉ ES LA POBREZA?

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1 Sagrados Corazones Manquehue Departamento de Religión y Filosofía 2015 ANTE LA POBREZA JUSTICIA Y SOLIDARIDAD QUÉ ES LA POBREZA? El término pobreza se asocia inmediatamente a una situación de carencia o insuficiencia de algo, cuando se denomina a una persona pobre se hace referencia a una carencia o insuficiencia material. Con el tiempo se ha asumido que la pobreza es un fenómeno muy complejo que se caracteriza por la incapacidad de las personas para desarrollar sus habilidades e insertarse efectivamente en la sociedad que habita. Por esto, no se puede tomar simplemente como una carencia de ingresos aunque indudablemente esta insuficiencia es parte del problema, por lo tanto no basta con aumentar los ingresos de las personas para sacarlas de la pobreza. De esto se desprende que desde la CEPAL, se proclame conceptos como el siguiente: es la incapacidad de los pobres para convertirse en actores sociales integrales. Sin duda un concepto más amplio, que expresa la necesidad de estudiar los factores que pueden incidir de una manera u otra en el desarrollo de una vida digna y socialmente aceptable. Pues es una situación de desequilibrio socioeconómico que padece una persona o grupo, que le imposibilita desarrollar y mantener un nivel de vida socialmente aceptado. Por ejemplo antes de solo mirar las cifras de pobreza, y solo preocuparse por hacer crecer el PIB, porque en teoría las familias dispondrán de mayores ingresos, habría que pensar cuáles son los sectores de la economía que más crecen y cuáles son las características del sector, es decir, si son intensamente utilizados el capital o la mano de obra. O por otro lado cómo es la distribución del ingreso en Chile? para saber a quién beneficia el crecimiento del PIB, además de Cuáles son las posibilidades de las familias pobres de desarrollar habilidades y dejar de ser pobres?, es decir, sus oportunidades en la

2 educación, salud y vivienda. La pobreza no es igual en todas partes del mundo, hay sociedades donde el problema es principalmente de ingresos, hay otras donde existe un fuerte sistema de exclusión que castra oportunidades para sus integrantes. Hay países que su pobreza es netamente rural, en otros es urbana. Por lo tanto, se está frente a un problema complejo, muy difícil de abordar, puesto que la cura no es universal, pues dependerá de las situaciones y el contexto donde se desarrolla LA POBREZA EN CHILE Para hablar de la situación de la pobreza en Chile es necesario recurrir a datos estadísticos que nos ayuden a dimensionar el problema, pero por sobre todo, estos datos nos deben llevar a hacer una reflexión moral sobre el tema. Nos ayudaremos con algunos datos estadísticos y con algunas nociones básicas necesarias para ahondar en el tema. Qué es la encuesta CASEN? La Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (CASEN) es el instrumento empleado para diagnosticar y evaluar el impacto de los programas de Gobierno en los hogares. Cómo se mide la Pobreza? La pobreza no tiene una definición única y su medición es compleja. La utilizada y disponible en Mideplan, es la línea de pobreza, la cual se calcula en base al ingreso per cápita total del hogar. Si ese ingreso no alcanza el valor de una canasta básica de alimentos, las personas que componen ese hogar son indigentes. Por otra parte si ese ingreso se encuentra entre una y dos canastas, las personas de ese hogar son pobres no indigentes. Qué es la canasta básica de alimentos? La canasta básica de alimentos está definida por la CEPAL, y contiene los requerimientos calóricos mínimos para asegurar la subsistencia del individuo. Si el ingreso per cápita mensual del hogar no alcanza a cubrir el costo de una canasta alimentaria, entonces las personas que componen ese hogar se consideran indigentes. Mientras que la línea de pobreza se obtiene doblando el valor de una canasta mínima en el caso urbano

3 La "línea de pobreza" está determinada por el ingreso mínimo necesario por persona para cubrir el costo de dos veces una canasta mínima individual para la satisfacción de las necesidades alimentarias (de esta forma se están considerando las necesidades no alimentarias también). Los hogares pobres son aquellos cuyos ingresos no alcanzan para satisfacer las necesidades básicas de sus miembros. La "línea de indigencia" se establece por el ingreso mínimo necesario por persona para cubrir el costo de una canasta alimentaria. Son indigentes los hogares que, aun cuando destinaran todos sus ingresos a la satisfacción de las necesidades alimentarias de sus miembros, no logran satisfacerlas adecuadamente. ACERCANDO LOS DATOS A LA REALIDAD. Los datos de la encuesta CASEN nos acercan al problema, pero aún queda pendiente sincerar estas cifras de la pobreza en nuestro país. Según la actual línea de la pobreza, con dos veces el valor de una canasta básica de alimentos, es decir con $ al mes una persona deja de ser considerada pobre en Chile, lo que indudablemente está muy lejos de la realidad. Las cifras de la pobreza y de la distribución del ingreso en Chile pone en evidencia una situación de la que todos debemos hacernos cargo, es tarea tanto del Estado como de todos los chilenos. A partir del 1º de Julio de 2015, el salario mínimo en Chile es de $ pesos chilenos. Esta es la cantidad mínima que un trabajador debe ganar por un trabajo a tiempo completo (que no exceda de 45 horas a la semana). De esta manera, se hace cada vez más evidente que no basta únicamente con centrar las evaluaciones de los esfuerzos por superar la pobreza en meras cifras, ya que para enfrentar esta problemática se hace urgente entenderla y comprenderla más allá de la sola visión económica. Es un problema multidimensional que se revela y afecta no sólo en el ingreso, sino también en otras dimensiones imprescindibles para el desarrollo de las personas y de toda una sociedad, tales como la educación, salud, vivienda, protección social, justicia y trabajo. Si una de estas dimensiones no está suplida debidamente, necesariamente como efecto de dominó, las otras irán cayendo, haciéndose cada vez más inquebrantable el círculo vicioso de la pobreza.

4 Diversos informes sostienen que, las personas de estratos socioeconómicos bajos consideran que el rumbo que ha seguido su vida, es el resultado de las circunstancias que les han tocado vivir y no de sus decisiones personales. Sectores medios y altos afirmaron, mayoritariamente, justo lo contrario. Estos datos constatan una situación ética y políticamente inaceptable: las personas que viven en pobreza son menos libres, toda vez que la realidad que les toca vivir es el resultado de fuerzas que superan con creces su voluntad. Vivir en pobreza no es sólo NO TENER, también y, muchas veces prioritariamente, es un impedimento para SER, HACER o inclusive ESTAR en sociedad. Solo una nueva generación de políticas, con renovado enfoque y práctica, podrá atender y hacer frente a este desafío. JUSTICIA Y SOLIDARIDAD, categorías claves de la DSI Ante la situación de desigualdad que acabamos de describir, el pensamiento social de la Iglesia propone dos virtudes centrales que han de guiar las relaciones entre los seres humanos y regular el conjunto de la vida social y económica. Estas virtudes son la justicia y solidaridad (amor, caridad). Clarísima es la afirmación que Juan XXIII, el recordado Papa Bueno: "Habrá una verdadera convivencia humana cuando los ciudadanos, bajo la guía de la justicia, respeten los derechos ajenos y cumplan sus propias obligaciones; cuando estén movidos por el amor, de tal manera que sientan como suyas las necesidades del prójimo y hagan a los demás partícipes de sus bienes y procuren que en todo el mundo haya un intercambio de los valores más excelentes del espíritu humano" (Pacem in Terris NE 16). La justicia introduce en las relaciones sociales el valor de la igualdad, esencial para la dignidad de las personas, primer principio permanente de la doctrina social. La igualdad entendida como igual respeto e iguales derechos para todos los seres humanos, que tienen igual dignidad ética. Ahora bien, como la igualdad no es algo que caracterice a nuestra sociedad, la justicia tiene una orientación básica hacia el cambio social, porque tiene que corregir o rectificar las situaciones de injusticia que caracterizan a nuestro mundo. Se ha definido tradicionalmente la justicia como la virtud de dar a cada uno lo suyo, lo que por derecho le corresponde. Esta definición es válida siempre y cuando no se interprete lo suyo meramente desde el orden establecido, pues ese orden es estructuralmente injusto. Dar a cada uno lo suyo no es simplemente darle lo legal, pues lo legal no siempre es lo ético (Ejemplo: un sueldo puede ser legal, pero injusto). Por eso, mejor es decir que la justicia es dar a cada uno aquello de que está privado o despojado y que le corresponde por su dignidad humana. La noción cristiana de justicia es lo que llamamos Justicia social, ésta puede definirse como dar a cada uno lo que le corresponde según su naturaleza y su vocación. Parte de la base del respeto de la dignidad trascendente del ser humano y está ligada al bien común y al ejercicio de la autoridad. La justicia Social implica el reconocimiento de Derechos que se derivan de la calidad de persona, criatura de Dios. Derechos anteriores a la sociedad y que ella tiene el deber de promover y resguardar. Algunos de estos derechos y sus correlativos deberes, son: - Dotar a las personas de iguales oportunidades para lograr desarrollarse como personas y vivir dignamente de acuerdo a su condición de tal. - Promover un clima de respeto y tolerancia entre las personas. Que las personas no sean discriminadas en razón de su condición social, sexo, edad, etnia, país, religión, etc. - Promover una distribución de la riqueza más equitativa, en donde los abismos escandalosos de la desigualdad económica y social, dejen de ser un obstáculo para la paz social, la paz internacional, la equidad y el reconocimiento pleno de la dignidad de la persona humana.

5 La solidaridad o caridad es el amor que debemos al prójimo y que es consecuencia de nuestra dimensión social. Si vivimos en sociedad, es para vivir en el amor, buscando mediante ese amor el bien social. Y este bien no es sólo la preocupación por una colectividad anónima, sino un amor por las personas concretas, un amor efectivo y eficaz por los individuos en particular. La solidaridad exige empatía ética, porque es necesario saber, sentir y asumir la condición humana del otro. Su cúspide es el compartir, porque se realiza haciendo que todos los seres humanos participen del conjunto de los bienes disponibles. En este sentido, hay que criticar el abuso de la palabra solidaridad para cualquier acto caritativo. Para muchos, la solidaridad es un sentimiento privado y no exigido que brota de quien tiene más hacia quien tiene menos, pero despreocupado del cambio estructural de la sociedad. Es una solidaridad paternalista, que se constituye como un movimiento de arriba hacia abajo. El amor tiene y debe tener una fuerza transformadora de la realidad. La solidaridad humana, entendida como una virtud es la capacidad de los hombres, como criaturas de Dios, hechos a su imagen y semejanza, de luchar para eliminar la injusticia social y económica que privan a muchos de nuestros hermanos de las herramientas culturales y materiales que le permitan desarrollar una vida digna como es el querer de Dios. Ciertamente que los problemas de injusticia social y económica no se resuelven actuando como seres aislados, es necesario que actuemos como comunidad/des, instituciones y es lo que la Iglesia ha llevado a cabo desde sus inicios, siguiendo el mandato de nuestro Señor: Busca primero el reino de Dios y su justicia y todas las cosas se os darán por añadidura. La solidaridad es un mandato que mana desde nuestra propia condición de persona humana dotada de dignidad, iguales en origen y poseedores de una misma naturaleza. No podemos entender la Solidaridad separada de la Justicia Social, y es la Sociedad en su conjunto la que asegura la justicia social cuando pone a todos los ciudadanos las condiciones que les permita asociarse y trabajar por hacer de este mundo un lugar mejor, en donde se instale, de verdad, la civilización del amor. Por último, recordemos que para el cristiano, la caridad tiene su fuente en Dios, que nos ha amado primero. Hecho a su imagen y semejanza, el ser humano está llamado a amar a los demás como nos ha amado Cristo, y a ver en el rostro del hermano, sobre todo en el pobre y el que sufre, el rostro mismo del Señor.