ISABEL 11, Y EL GRAN CAMBIO DE LA VIDA ESPAÑOLA

Transcripción

1 ISABEL 11, Y EL GRAN CAMBIO DE LA VIDA ESPAÑOLA

2 ISABEL 11, Y EL GRAN CAMBIO DE LA VIDA ESPANOLA Nuestra Real Academia de Ciencias Morales y Políticas fue creada por el artículo 160 de la Ley de Instrucción Pública de 9 de septiembre de La reina Isabel II, primero en con la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, y diez años después, en un Gobierno O'Donnell, con nuestra Corporación, incorporó a un conjunto de Reales Academias dedicadas a las Humanidades, dos nuevas relacionadas con las ciencias experimentales y las matemáticas, por un lado, y con las ciencias sociales, por el otro. Todo esto lo hace una soberana de 17 años y 27 años respectivamente, dentro de un cambio esencial de la vida españe la. No resulta casual, ni mucho menos. Isabel II echó sobre sus jóvenes hombros la tarea de incorporar a España a las seis grandes revoluciones que conmovían al mundo. Por una parte estaba la revolución política. Había dado el primer aldabonazo en 1688 al consolidar en Inglaterra, con la Revolución Gloriosa, el poder del Parlamento sobre la Corona; después vendría el control parlamentario sobre el sistema recaudatorio, cuando el representante por Virginia, John Dickinson, en las Letters from a farmer in Pennsylvania sentó el principio de "no taxes without representation" y, al no ser atendido, la revolución americana proclamó la independencia de los Estados Unidos;el tercer paso se da en 1789 con la Revolución Francesa, y desde motz'n de Aranjuez- a Constitución de Cádiz- el fenómeno salta a España. Fernando VII

3 intentó frenar ese impulso. María Cristina de Borbón e Isabel II comprendieron que, de manera franca, tenían que asumirlo, y así lo hicieron. El sistema liberaldemocratico, desde entonces a ahora mismo, pasó a ser el normal en España. La segunda revolución fue la Industrial. A partir de 1 784, había surgido en Gran Bretaña. La utilización del carbón de hulla para la máquina de vapor; la aparición con alta productividad de la siderometalurgia, el descubrimiento del ferrocarril, así como las nuevas tecnologías aplicadas a la producción textil, iniciaron un cambio radical en lo que hasta entonces había sido la economía nacida de la Revolución del Neolítico. La decisión de captarpara España ese desarrollo se va a hacer bien explícita desde que, vencido el carlismo y paczyicado el país, Narváez procura fomentar nuestro ingreso en el mundo industrial. También desde entonces estamos en la profundización de la actividad industrial y sus complementos. La tercera revolución recibe el nombre de romanticismo, y una de sus consecuencias fue la dzyusión del nacionalismo, así como un cambio radical en el trato social, en la literatura, en las artes plasticas, en la música. Téngase en cuenta que la primera zarzuela española, dejando a un lado los precedentes barrocos, va a ser "Jugar con fuego", de Barbieri, masón y liberal por cierto, estrenada en Isabel II misma participó con fuerza en ese cambio que, asimismo, de algún modo aun se percibe en la sociedad española. La cuarta revolución fue filosófica, hasta el punto de borrar; por el soplo que venía del positivismo de Augusto Comte, de los hegelianos, de los utilitaristas (con Bentham a la cabeza), al escolasticismo que pretendía constituir en Numancias a unas decadentes Universidades españolas. Va a ser la Ley Pidal-Gil de Zarate, seguida de la Ley Moyano, la que estructure de otro modo la enseñanza toda, y por supuesto la Uniuersitaria, que comenzó a recibir aires nuevos. Los intentos de Orovio de cerrar la ventana abierta no servirán para nada. La

4 ISABEL 11. Y EL GRAN CAMBIO DE LA VIDA ESPANOLA consagración de la libertad de cátedra en el artículo c de la Constitución de tiene ahí su raíz. La quinta revolución fue la cientvica, derivada de todo lo anteriol; con consecuencias tecnológicas importantes. Esa reacción citada de y la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, indicaba que los talantes de Jorge Juan, de Proust, de Cavanilles, de los ilustrados cientzlfzcos en suma, había triunfado de la mano de la Reina. Finalmente, había llegado la Revolución social. El Manifiesto Comunista de 1848 mostraba que algo nuevo y muy duro se planteaba en toda Europa. La reacción ante esto fue doble. Por una parte, comenzar a atendel; desde el sector público, a los necesitados: Ley de Beneficencia de Por otro lado, era preciso que el cultivo a fondo de las ciencias sociales permitiese dar una respuesta dialéctica adecuada a lo que podía desembocar en una violencia considerable. Después de todo, la Comuna de París estaba a la vuelta de la esquina. De algún modo esto se relacionaba con la revolución cientvica, porque también de la misma cepa del nominalismo, como ya se ha demostrado, nacía la ciencia económica. Ésta dio un salto rápido a España, precisamente a partir del reinado de Isabel II. Recordemos, por ejemplo, la rápida traducción de las Armonías Económicas de Bastiat. Ahz', dentro de esa encrucijada de polémicas y de avances en las ciencias sociales, se encuentra la creación de nuestra Real Academia en Tenía ésta una deuda con su Reina fundadora, esa jovencita que contempla desde su cuadro todas las actividades solemnes de esta Corporación. En 1704, como se lee en la interesante desmipción de su entierro en el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, en Blanco y Negro de 23 de abril de 1904, en la sección "Crónica Gráfica': vemos que éste merece la denominación de "tristes y frías ceremonias... celebradas oficialmente... Nunca hubiera ella pensado que la nación donde reinó acogiese con tan poco calor el cadáver de la soberana".

5 Entre las numerosas ausencias se encontraba la de nuestra Real Academia. Cien años después, libres ya de mil disparates sobre este reinado lanzados por personas de buena pluma, pero insolventes como historiadores, España contempla de otro modo a Isabel II. Esta Corporación, con este acto, se suma a esa rectificación y muestra con claridad su admiración por aquella joven que supo, con su acción, procurar que la de su reinado fuese otra "hora de España". Y eso es lo que queremos dejar ahora claro.