Resumen ejecutivo ENCUESTA 2012 PARA PERSPECTIVAS MUNDIALES Y CONCLUSIONES PRINCIPALES

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1 INFORMACIÓN GENERAL Perspectivas mundiales sobre el maltrato infantil, Décima edición Resumen ejecutivo Desde el año 1992, la Sociedad Internacional para la Prevención del Abuso y la Negligencia contra los Niños (ISPCAN) publica de manera bianual el documento Perspectivas mundiales sobre el maltrato infantil que se presenta en nuestros congresos internacionales. Esta Décima edición continúa la tradición y será presentada en ocasión del congreso que se llevará a cabo en Estambul, Turquía. El título, Perspectivas mundiales, sugiere un objetivo ambicioso. Naturalmente, es difícil abarcar el mundo entero y tratar en profundidad lo que está aconteciendo en el campo del abuso y la negligencia contra los niños o el maltrato infantil en cada país. Sin embargo, Perspectivas mundiales ofrece valiosas miradas sobre este problema en muchos países, una oportunidad para ponerse al corriente de las tendencias y los avances, e información que esperamos muchas personas encuentren de utilidad. La Décima edición de Perspectivas mundiales incluye tres secciones principales. La primera sección presenta importantes conclusiones a nivel regional basadas en los informes de 69 países. También incluye conclusiones según el nivel de ingresos del país: bajo, medio y alto. La segunda sección está conformada por 19 artículos breves. El primer tema en el que nos hemos focalizado es la negligencia infantil, en particular las leyes y políticas de cada país, como también los datos sobre el maltrato infantil. El segundo tema son los programas de prevención, con especial énfasis en los que han sido evaluados y parecen ser promisorios o efectivos. En tercer lugar, hay dos artículos sobre otros temas. Uno trata de la Observación General N.º 13 del Artículo 19 de la Convención sobre los Derechos del Niños y otro, de los efectos intergeneracionales de la violencia contra las niñas y las mujeres en Latinoamérica y los países del Caribe. En estos artículos hay colaboraciones. La tercera sección tiene varios apéndices, que incluyen una lista de los participantes en la encuesta, la encuesta utilizada por ISPCAN para recolectar datos, un perfil de cada país y una lista de los recursos internacionales y de los Socios nacionales de ISPCAN. ENCUESTA 2012 PARA PERSPECTIVAS MUNDIALES Y CONCLUSIONES PRINCIPALES Cuestionario Se utilizó una versión modificada de la encuesta 2008 para Perspectivas mundiales. Los temas incluían: comportamientos y condiciones que se consideran maltrato infantil, respuesta profesional actual al maltrato infantil como los sistemas de denuncia, sistemas de investigación de casos y procesamiento judicial de los casos. También se analizó el alcance y la disponibilidad de servicios para atender las necesidad de los niños maltratados y sus familias, las principales barreras que deben superar los profesionales para mejorar la respuesta al maltrato infantil, y las Página 1

2 estrategias que se consideran eficaces para prevenirlo. Se proporcionó a los participantes un vínculo a la página web de la encuesta y todos, menos uno, respondieron el cuestionario en línea. Muestra Recibimos respuestas de 69 países, que representan el 77% de los países donde hallamos potenciales encuestados. La muestra de 2012 representa todas las regiones del mundo, con 10 encuestados de África, 10 de las Américas, 27 de Asia, 20 de Europa y 2 de Oceanía. Las tasas de respuesta de este año superaron el 60% en todas las regiones excepto África. No obstante, es evidente que hubo un gran número de países donde nuestros esfuerzos por lograr la participación no fueron suficientes para hallar encuestados. También se clasificó a los países según el nivel de ingresos (alto, medio o bajo), en conformidad con las disposiciones del Banco Mundial. De los países participantes, 28 fueron clasificados como de ingresos altos, 36 de ingresos medios y 4 de ingresos bajos. El número bajo en la última categoría requiere cautela al interpretar los resultados correspondientes. Alcance del maltrato infantil en el mundo Definición de maltrato infantil. Al igual que en las encuestas anteriores, los comportamientos más comunes que en todos o en la mayoría de los subgrupos (regiones geográficas y niveles de ingreso) se identificaron como abuso o negligencia contra los niños fueron el abuso físico, ya sea por parte de los padres o los cuidadores, y el abuso sexual, definido como incesto, manoseo o pornografía. Otras circunstancias que más del 80% de los encuestados consideraron maltrato infantil incluyen: falta de alimentación, vestimenta o vivienda adecuadas, abandono por parte de uno de los padres o del cuidador, explotación sexual comercial, exposición a la pornografía, prostitución infantil, niños viviendo en la calle, golpizas por parte de un adulto, niños obligados a mendigar, trabajo de menores de 12 años y abuso o negligencia en hogares de acogida, en el entorno educativo y en centros de detención. Resulta interesante que uno de los comportamientos que los encuestados mencionaron con menor frecuencia como abuso infantil fue el uso del castigo físico. Los encuestados de Oceanía registraron la mayor desaprobación de todas las circunstancias mencionadas y los encuestados de África registraron la menor desaprobación. En todos los países, la pobreza está claramente interrelacionada con la negligencia de los niños. Hubo algunas marcadas diferencias según el nivel de ingresos del país. En general, los países de ingresos bajos fueron más propensos a no considerar algunas experiencias como maltrato infantil, incluso algunas graves como el abandono o la prostitución de niños. Incidencia del maltrato infantil. Los métodos de recolección de datos de la encuesta no proporcionan un método preciso para comparar las tasas de los países y para determinar los cambios en la incidencia del maltrato. Los países no solo difieren en su concepto del maltrato infantil, sino también en sus sistemas de vigilancia, que pueden cambiar con el paso del tiempo. Además, 11 encuestados indicaron que las cifras oficiales del maltrato infantil no incluyen casos que ocurren en ciertos subgrupos. Sin embargo, se puede tomar como un indicador estimado del cambio a través del tiempo el hecho de que casi la mitad de los encuestados creía que el número de casos había aumentado, casi la mitad creía que el número no había cambiado, y dos creían que el número había disminuido. Vigilancia del maltrato infantil De los encuestados, el 54% informó que en sus países se lleva un registro oficial de los casos de maltrato infantil y el 31% cuenta con equipos oficiales para la revisión de la mortalidad infantil. Página 2

3 De los países que llevan un registro del maltrato infantil, todos incluyeron el abuso físico y sexual, y la mayoría incluyó la negligencia y el maltrato psicológico. En todas las regiones existen sistemas de denuncia, aunque hay variabilidad en los distintos niveles de ingresos, y se mantiene una variación considerable en cuanto a la denuncia obligatoria. En términos generales, la existencia de leyes y políticas nacionales, los registros regionales y la documentación de los mismos tipos de maltrato infantil sugieren que el proceso de documentar formalmente el maltrato infantil se está volviendo una práctica común. Los países de ingresos bajos tienen las políticas y los recursos menos óptimos y desarrollados. La respuesta actual al maltrato en el mundo El 90% de los encuestados indicaron que su país cuenta con una política oficial con respecto al maltrato infantil. Los países de ingresos medios y bajos informaron haber establecido políticas más recientemente (p. ej., posteriores al año 2000) que los países de ingresos altos. Los elementos más comunes de las políticas nacionales incluyen la denuncia obligatoria por parte de los profesionales (92%), sanciones penales específicas por abusar de un niño (90%) y provisiones para retirar a un niño del cuidado de sus padres o cuidadores (87%). Vale la pena hacer notar que el 72% de los encuestados informaron que las políticas de sus respectivos países requieren que todas las víctimas reciban alguna forma de servicio, y que cerca de dos tercios de las políticas nacionales (63%) incluyen provisiones para servicios de prevención. Por el contrario, solo el 35% informó que las políticas de sus países requieren que todos los abusadores reciban servicios o algún tipo de intervención. Si bien la presencia de políticas nacionales en la mayoría de los países es un primer paso importante, cabe destacar que solo un tercio informó que la implementación de esas políticas se ha generalizado. La financiación y el apoyo del gobierno suelen ser escasos y muchos niños maltratados y sus familias no reciben servicios. Aún quedan muchos aspectos por mejorar. Disponibilidad del servicio. De los 23 servicios incluidos en la encuesta, al menos la mitad de los encuestados informaron que todos excepto dos están disponibles en sus países. Los dos únicos servicios que no se encuentran disponibles en por lo menos la mitad de los países son: programas terapéuticos para quienes abusan físicamente de un niño y visitas domésticas para todos los padres primerizos. En comparación con las encuestas anteriores, este dato sugiere que ahora se encuentra disponible una variedad más amplia de servicios. De las tres categorías examinadas, los servicios para padres y perpetradores son los que están menos disponibles. Se identificó una variedad de opciones de servicios más rica para los niños que son víctimas de abuso y para el apoyo general a la familia. El 39% de los países cuenta con programas de visitas domésticas universales para padres primerizos. Los países de ingresos bajos tienen la menor cantidad de servicios disponibles. Y los países africanos tienen la menor cantidad de servicios generales, para padres y para niños. Incluso en los casos en que un país puede ofrecer servicios, se considera que muy pocos de esos servicios son adecuados en al menos dos tercios del país. El único servicio que se considera adecuado en al menos dos tercios del país es el examen médico universal para niños (54%). En cuanto a la disponibilidad del servicio, se observó una capacidad limitada en la mayoría de los países de ingresos medios y bajos. En resumen, si bien es alentador que haya muchos servicios disponibles, la necesidad excede ampliamente los recursos, incluso en países y regiones de ingresos altos que cuentan con los sistemas de protección a la infancia más desarrollados. Participación de los sectores comunitarios. Los sectores descritos con más frecuencia como mediana a altamente involucrados en mantener servicios para la prevención y el tratamiento del Página 3

4 abuso infantil incluyeron ONG comunitarias, organismos públicos de servicio social, hospitales y centros médicos públicos, juzgados y la fuerza policial. El sector menos involucrado fue la comunidad empresarial local. Los países de ingresos bajos informaron el grado de participación más bajo para cada sector. Solo un tercio de los países informaron que las universidades estaban muy involucradas en el tema del maltrato infantil. Fondos para la prevención y el tratamiento del abuso y la negligencia infantil. El 31% de los encuestados indicaron que la mayoría de los fondos provienen del gobierno; solo el 13% informó que el gobierno no ofrece ningún tipo de financiación. Solamente el 17% indicó que la mayoría de los fondos provienen de organismos no gubernamentales. Los niveles de financiación variaron según el nivel de ingresos del país: el 48% de los países de ingresos altos señalaron una importante financiación del gobierno, mientras que solo el 21% de los países de ingresos medios indicaron lo mismo y ningún país de ingresos bajos. En general, fueron pocos los países que informaron que dependían de financiación no gubernamental, aunque el número de países de ingresos bajos que señalaron una importante financiación no gubernamental (50%) fue mayor que el número de países de ingresos medios (15%) o de ingresos altos (18%). Mientras que muchos países de ingresos altos continúan invirtiendo modestamente en el tratamiento del maltrato infantil, el desafío que enfrentan los países de ingresos bajos y medios es mucho mayor. Sin embargo, en todos los ámbitos, esto refleja los valores y las prioridades. Queda claro que se necesita más promoción. Estrategias de prevención del abuso y la negligencia infantil, y su efectividad percibida. Las cuatro estrategias de prevención más comunes son: procesamiento de los abusadores (96%), promoción de los derechos del niño (95%), capacitación profesional (90%) y campañas en los medios para crear conciencia pública (89%). Todos los países de Oceanía y de las Américas, y todos los países de ingresos bajos informaron que usan las estrategias de promoción y de campañas en los medios. Todos los países de Europa y de Oceanía que participaron de la encuesta, y todos los países de ingresos altos informaron que procesan a los abusadores. Algunas de las estrategias más difundidas por lo general no se consideraron efectivas para prevenir el maltrato infantil. Por ejemplo, solo el 38% de los encuestados informaron que procesar al abusador resultaba efectivo. Por el contrario, las estrategias consideradas efectivas fueron: capacitación profesional (60% de la muestra), promoción (56%) y campañas en los medios (63%). Otras estrategias respaldadas por los encuestados fueron: mejora en las condiciones de vida (89%), asistencia médica universal y acceso a la medicina preventiva (85%), mejora o aumento de los servicios locales (73%) y mayor responsabilidad individual en la protección de los niños (60%). Oceanía y los países europeos que participaron de la encuesta fueron los que informaron con mayor frecuencia que usan las estrategias de mejora o aumento de los servicios sociales, mejora de las condiciones básicas de vida de las familias, y asistencia médica universal y acceso a la medicina preventiva. También fue más común que los países de ingresos altos y medios informaran que usan estas tres estrategias que los países de ingresos bajos. La mitad o menos de la mitad de los encuestados informaron que algunos servicios están disponibles en sus países: servicios domiciliarios y apoyo para padres en riesgo, evaluación del riesgo para enfocar mejor el apoyo para las familias en alto riesgo de maltrato y programas de visitas domiciliarias universales para padres primerizos. Los países de ingresos bajos y medios Página 4

5 informaron estas estrategias con menor frecuencia que los países de ingresos altos. Pese al entusiasmo por los servicios domiciliarios y las visitas domiciliarias, es interesante que menos de un tercio de los encuestados consideró que estos servicios habían sido efectivos. Es preciso aclarar que las percepciones arriba mencionadas probablemente sean algo subjetivas y no estén basadas en la evaluación de los datos. En general, es necesario evaluar con detenimiento los resultados de las políticas y los programas para poder guiar la toma de decisiones informadas. Barreras para la prevención del maltrato infantil. Las barreras se analizaron de manera individual y según dos categorías amplias: las que están relacionadas con las condiciones sociales de un país (p. ej., recursos públicos limitados, pobreza) y las que están relacionadas con las normas sociales de un país (p. ej., sentido de privacidad de la familia, apoyo al uso del castigo físico). Las barreras para prevenir el maltrato infantil que fueron calificadas como más importantes fueron: recursos limitados, falta de profesionales capacitados, un fuerte sentido de privacidad de la familia y derechos parentales, deterioro de la vida familiar y los sistemas de apoyo informales, y falta de sistemas efectivos para investigar los informes sobre maltrato infantil. Los encuestados de Oceanía informaron menos barreras que las otras regiones; los encuestados de África enfrentaban más barreras que las otras regiones. Para los países de ingresos bajos, muchas barreras eran más grandes que para los países de ingresos altos. Hubo algunos resultados interesantes e importantes. Por ejemplo, se informó que el apoyo público al castigo físico era una barrera muy importante, en particular para los países europeos. Esta situación puede darse en el contexto de las intensas acciones legales y de promoción para prohibir que se golpee a los niños y la decepción de que no haya más apoyo público. Los países de ingresos medios informaron que una barrera importante para la protección a la infancia es la situación de niños que viven solos, lo que demuestra que no siempre las peores circunstancias se dan en los países de ingresos bajos. Asimismo, los países de ingresos bajos enfrentan barreras tremendas, como la pobreza generalizada, pocos avances en los sistemas de bienestar infantil o de asistencia médica básica, conflictos e inestabilidad. Esto se ve agravado con la evidente falta de compromiso de parte de los gobiernos y la resistencia pública a las acciones preventivas. Otro problema significativo en estos países es el deterioro de la vida familiar. RESUMEN El presente informe ofrece un panorama en cierto modo representativo de la situación de la protección a la infancia en diferentes regiones del mundo y en los países con el mismo nivel de ingresos. Los países de ingresos bajos enfrentan enormes desafíos, que comprometen el bienestar y la protección de los niños. Sin equiparar las circunstancias, también es cierto que en los países de ingresos medios y bajos hay una importante falta de recursos y aún resta mucho por hacer para que inviertan en sus jóvenes. Lo que se sabe acerca del daño potencial del maltrato infantil es suficiente para apoyar un argumento convincente a favor de la necesidad de construir una sociedad que fortalezca la familia, dé apoyo a los padres/cuidadores y mejore la salud, el desarrollo y la seguridad de los niños, lo cual contribuiría, también, a prevenir el maltrato infantil. Así como hay evidentes áreas de acuerdo (por ejemplo, respecto del abuso sexual infantil), también hay llamativas diferencias (por ejemplo, el abandono de niños no se considera una forma de maltrato infantil en todos lados). En general, hay un nivel bastante alto de acuerdo entre los países de ingresos altos y medios, mientras que los cuatro países de ingresos bajos se diferenciaron de los demás en que informaron con menor frecuencia que ciertas experiencias constituyen maltrato infantil (p. ej., exposición a la pornografía). Esto puede deberse a que el sistema legal y el de bienestar infantil no están muy desarrollados, más que a la aceptación de Página 5

6 esas situaciones, y el hecho de contar con recursos limitados también puede llevar a que concentren la atención en otras prioridades. En otras áreas, las diferencias culturales, como la actitud respecto de la mutilación genital femenina, difirieron tal como se esperaba. En la mayoría de los países existen leyes y políticas nacionales sobre el maltrato infantil; incluso muchos de esos países cuentan con organismos gubernamentales para ayudar a tratar el problema. Dos tercios de los países informaron que ya implementan las denuncias obligatorias y un tercio de los países cuentan con equipos de revisión de la mortalidad infantil. Resulta interesante que hubo diferencias relativamente pequeñas a nivel regional en cuanto a las leyes y políticas, si bien los países con bajos ingresos por lo general informaron tener sistemas menos desarrollados. Al analizar las políticas mencionadas, se observan algunas limitaciones. Son pocas las políticas que se hacen cumplir de forma generalizada en cualquier lugar y el apoyo gubernamental es completamente inexistente. Resulta alentador que la mayoría de los encuestados informaron que deberían evaluarse tanto las necesidades de los niños bajo sospecha de ser maltratados como las de sus familias. Sin embargo, la sección que sigue, acerca de los servicios, describe de qué manera la necesidad supera ampliamente los recursos disponibles. Muy pocos servicios fueron calificados como adecuados en al menos dos tercios del país. Una vez más, los países de ingresos bajos y los países africanos informaron contar con la menor cantidad de recursos. Por supuesto, es fundamental una financiación adecuada. Los países de ingresos altos reciben más apoyo del gobierno que los países de ingresos medios, y los países de ingresos bajos informaron no recibir fondos del gobierno y, por lo tanto, dependen de organismos no gubernamentales. Al menos la mitad de los países informaron que usan las diferentes estrategias de prevención mencionadas y la mayoría probó algunas de ellas. No obstante, es llamativo que un número significativo de encuestados no las consideraron efectivas. Por ejemplo, un tercio manifestó que la capacitación profesional no tiene impacto alguno. De todos modos, dos tercios consideraron que eran efectivas, y un vaso dos tercios lleno no está nada mal. Casi dos tercios también consideraron que las campañas en los medios y la promoción eran efectivas. No resulta claro en qué se basan estas percepciones, dado que la evaluación de las estrategias y programas continúa siendo poco frecuente. Ese tipo de evaluación es necesario para guiar a quienes definen políticas y desarrollan programas. Por último, respecto de las barreras percibidas para el tratamiento del maltrato infantil, los europeos consideraron que la aceptación pública del castigo físico era una barrera importante, lo que refleja, quizá, expectativas ambiciosas. Los países de ingresos bajos describieron la falta de servicios para el bienestar infantil y servicios de salud básicos, a menudo en un contexto de conflicto e inestabilidad, y la existencia de pocos servicios para satisfacer las necesidades de los niños y sus familias. Todas las regiones informaron que una barrera significativa era el deterioro de la vida familiar y de los sistemas de apoyo. Es evidente que las respuestas para tales problemas sistémicos no son sencillas. Pero también es evidente que pasarlos por alto para concentrarse solamente en las familias de forma individual no será suficiente. Howard Dubowitz, MD, MS Editor Consejero de ISPCAN Página 6