2Evolucion de la población española de acuerdo con la teoría de la transición demográfica

Transcripción

1 Tema 7 La población española 1Fuentes para el estudio de la población española. Para el estudio de la población española la Geografía se apoya en otras ciencias, como la demografía, que analiza la población cuantitativamente a partir de los datos proporcionados por las fuentes demográficas. Podemos distinguir entre fuentes antiguas y modernas, directas e indirectas. Entre las antiguas destaca el llamado Vecindario de Campoflorido que calculó la población española en unos personas en el siglo XVIII y el Catastro del Marqués de la Ensenada ( 1772) que calcula unos habitantes. Las fuentes modernas arrancan en España en 1857 momento en que se inician de forma seriada los censos o recuentos de la población española. Las fuentes directas para el estudio de la población son el censo, el padrón municipal y el registro civil. El censo es el recuento individualizado de la población del país en un momento determinado. Recoge datos demográficos, económicos y sociales de la población. El censo se realiza en España cada diez años ( desde 1981 en los años acabados en 1). EL padrón municipal es el registro de los vecinos de los términos municipales. Corresponde a los ayuntamientos su creación, mantenimiento, revisión y custodia. Recoge también datos demográficos, económicos y sociales de la población aunque menos detallada que el censo. Su principal ventaja es que es un registro vivo, dinámico, ya que cuando una persona se traslada a vivir a otro municipio tiene la obligación legal de empadronarse en él. De ahí que se le denomine padrón continuo de población. Se actualiza el 1 de enero de cada año. EL registro civil es el registro oficial de nacimientos, defunciones y matrimonios. Constituye la fuente de información básica para el estudio de los movimientos naturales de la población ( natalidad y mortalidad), así como para el análisis de la nupcialidad ( matrimonios). Existen, además, otras fuentes para el estudio de la población fuentes indirectas como las encuestas de migraciones o las EPA ( Encuesta de Población Activa), ambas realizadas por el INE ( Instituto Nacional de Estadística). 2Evolucion de la población española de acuerdo con la teoría de la transición demográfica La dinámica natural de una población depende de la combinación de dos factores naturales: natalidad y mortalidad. Para su estudio se utilizan unos índices matemáticos como la tasa de natalidad ( número de nacidos vivos en un año dividido por la población total y multiplicado por 1000) y la tasa de mortalidad. La combinación de ambos da lugar a la tasa de crecimiento vegetativo. Los valores de las tasas de natalidad y mortalidad de la población española han ido cambiando a lo largo de los siglos dando lugar a los distintos regímenes demográficos. Estas etapas son el régimen demográfico antiguo, la transición demográfica y el régimen demográfico moderno. El paso de uno a otros ha sido más tardío que en otros países europeos. El régimen demográfico antiguo en España ( fase I) se mantuvo hasta finales del siglo XIX o comienzos del siglo XX según distintos autores. Se caracterizó por el mantenimiento de tasas de natalidad y mortalidad altas y un crecimiento vegetativo bajo. Las causas de la elevada natalidad eran el predominio de una economía y sociedad rurales y la inexistencia de sistemas eficaces para controlar los nacimientos. La

2 mortalidad era alta, especialmente la infantil, provocada por las precarias condiciones de vida, y con episodios de sobremortalidad catastrófica como las de La mortalidad comenzó su descenso desde los años 70 del siglo XIX, lo indica para algunos autores el comienzo de la transición demográfica, pero la crisis de sobremortalidad catastrófica provocada por la gripe española de 1918 es para otros un argumento para prolongar el régimen demográfico antiguo hasta las dos primeras décadas del siglo XX. El paso del régimen demográfico antiguo y al actual se llama transición demográfica. Se inició en España más tarde que en otros países de Europa occidental y su duración fue menor pero tuvo más intensidad. Esta etapa se caracteriza primero por un brusco descenso de la mortalidad ( fase II) y luego una continuación del descenso de la mortalidad acompañado de un suave descenso de la natalidad ( fase III) que produce un elevado crecimiento natural. La natalidad disminuyó de forma suave y discontinua alternando períodos de mayor decrecimiento con otros de recuperación en relación con los acontecimientos históricos: en los años veinte la prosperidad económica permitió la recuperación de la natalidad; entre el 30 y el 56 se reanudó el descenso debido a la crisis económica de 1929 y la inestabilidad política de la II República y la Guerra Civil y la situación de posguerra. La posguerra y el exilio atenuaron la recuperación de nacimientos que suele seguir a las guerras salvo en el breve período La política pronatalista de Franco, que instituyó premios de natalidad y prohibió los anticonceptivos, no fue suficiente para compensar esta tendencia. Entre el 56 y el 65 tuvo lugar una recuperación de la natalidad que algunos autores interpretan como el baby boom postbélico retrasado, gracias al desarrollo económico que siguió a la ruptura del bloqueo internacional y el final de la autarquía. Entre 1965 y 1975 ( últimos años del desarrollismo ) la culminación de las migraciones del campo a la ciudad y los graves problemas de vivienda trajeron consigo una nueva reducción del tamaño de la familia. En cuanto a la mortalidad, descendió de forma notable y constante salvo los dos únicos momentos de mortalidad catastrófica como la crisis de 1918 y la Guerra Civil. Las causas son las características de la fase de transición demográfica: avances médicos y sanitarios, aumento del nivel de vida manifestada en una mejora de la dieta, etc Como consecuencia de ambos fenómenos, el crecimiento natural de la población fue alto, especialmente entre 1920 y En las tres últimas décadas la población española la población española ha entrado una cuarta fase de la evolución demográfica al igual que otros países desarrollados la llamada postransicional caracterizada por el mantenimiento de baja natalidad y un relativo aumento de la mortalidad debido al envejecimiento de la población. No obstante hubo un repunte de la natalidad debido a la llegada de población inmigrante que ha sido un elemento destacable en la evolución de la población española. En el cambio de siglo uno de cada cinco niños era de madre extranjera. De todas formas en datos de 2008 ninguna Comunidad Autónoma alcanzaba una tasa de fecundidad de 2.1 hijos por mujer que asegurara el reemplazo generacional estando la media nacional en El impacto de la crisis económica del 2008 ha hecho descender aún más estos valores y la fuerte emigración española al exterior ( 1 millón de personas residentes en España ) acentuará sin duda el envejecimiento de la poblacion española. 3. Estructura demográfica de la población española

3 . Estructura por sexo y edad Uno de los principales cambios que ha sufrido la población española a lo largo del siglo XX ha sido su progresivo envejecimiento. En el año 2001 el 17% de la población española tiene más de 65 años. Este envejecimiento ha sido especialmente intenso en la segunda mitad de la centuria. La evolución del envejecimiento de la población se debe a la combinación de tres factores: el aumento de la esperanza de vida, motivado por la caída de la tasa de mortalidad; el descenso de la fecundidad y de la natalidad; los cambios en la estructura poblacional causados por los movimientos migratorios. El envejecimiento de la población española tiene consecuencias negativas: falta de reemplazo generacional, aumento de la población dependiente con sus consiguientes cargas económicas y sociales. Las regiones del norte ( en particular el noroeste) son las más envejecidas y las del sur bastante menos. Provincias como las de Ourense, Zamora y Lugo tienen ya cerca de un tercio de su población de ancianos. Por el contrario, los archipiélagos y algunas provincias costeras andaluzas están por debajo del 14% de ancianos. Hay también un contraste entre la España interior, más envejecida, y la España litoral, en general más joven, ( aunque no la cornisa cantábrica). Esta distribución tiene que ver sobre todo con dos factores: los movimientos migratorios que provocaron el trasvase de población desde las áreas rurales hacia las grandes ciudades ( éxodo rural) y hacia las zonas litorales; el retorno migratorio, por el que muchas de las personas que emigraron volvieron a sus lugares de origen una vez jubiladas, aumentando las tasas de envejecimiento de estas regiones. La concentración de la inmigración extranjera en las ciertas áreas y no en otras ha acentuado el contraste del envejecimiento de la población en España en las últimas décadas. La principal característica de la sex ratio o proporción de hombres y mujeres es es la existencia de un mayor número de mujeres que de hombres ( aproximadamente medio millón más). En España, como en el resto del mundo, nacen más niños que niñas (107 varones por cada 100 mujeres)pero desde las primeras etapas de la vida la mortalidad afecta más a los varones que a las mujeres ( la llamada sobremortalidad masculina) debido a factores de tipo biológico ( mayor incidencia de algunas enfermedades) y sociales (accidentes de tráfico, violencia, suicidio). Por ello a medida que aumenta la edad aumenta el número de mujeres sobre el de hombres, especialmente a partir de los 50 años siendo el doble de mujeres de 85 años que el de hombres. Como la población española está envejecida hay más mujeres que hombres en la población española pero con diferencias regionales: las regiones más envejecidas tienen una mayor proporción de mujeres sobre hombres. La proyección de la estructura poblacional española ha de tomarse con precaución pues muchos aspectos dependen de circunstancias que no se pueden prever como sucedió con la crisis económica del año 2008 que ha provocado cambios demográficos imprevistos como la vuelta en España a una situación de saldo migratorio negativo. Como consecuencia de la crisis se cree que aumentará el descenso de la natalidad y y el envejecimiento de la población por el descenso de la inmigración.. Estructura económica La Geografía de la población se ocupa de otros aspectos de la población como el nivel de instrucción y el mercado de trabajo. En el primer aspecto cabe destacar un aumento del nivel formativo en general ( tasa de analfabetismo del 2%). En el segundo se aprecia un aumento de la tasa de actividad por la incorporación de la mujer al mundo

4 del trabajo y la llegada de inmigrantes en edad de trabajar. Además se ha producido un cambio de la población ocupada en los sectores económicos con la progresiva reducción de la población activa en el sector primario y un declive de las personas del sector secundario a partir de los setenta frente al aumento imparable del sector servicios que es el que ocupa el mayor porcentaje de la población activa. En la actualidad dos de cada tres empleados trabajan en el sector servicios..la pirámide de población El estudio de la estructura de la población de un país se hace mediante la pirámide de población, un diagrama de barras con de doble eje de coordenadas. En el eje horizontal se sitúan los efectivos que pueden ser en porcentajes o en población absoluta. EN el eje vertical las edades de año en año en intervalos quinquenales. Convencionalmente se representan en el lado izquierdo del eje vertical los hombres y en el derecho las mujeres. La pirámide de población muestra la situación de una población en un momento concreto pero da una información mucho más amplia pues conserva las huellas de su evolución dinámica a través del tiempo, sus características demográficas ( fecundidad, natalidad, migraciones) y de los accidentes o acontecimientos demográficos que la han afectado a lo largo de su historia. Cada escalón depende de tres factores: nacimientos, defunciones, fenómenos migratorios. La forma habitual de la pirámide es un triángulo pues la mortalidad va reduciendo los efectivos de cada generación reduciéndose los peldaños de la base a la cima. La pirámide española es regresiva con base remetida y abombada en la parte superior por el envejecimiento de la población. 4. La dinámica demográfica. La dinámica demográfica: natalidad y mortalidad y sus diferencias regionales Como hemos visto hoy en España las tasas de natalidad y mortalidad son muy bajas: media nacional del 9.1 por mil de natalidad y 8.5 por mil de mortalidad. Pero hay ligeros contrastes regionales entre Comunidades Autónomas presentando menores tasas de natalidad aquellas más envejecidas por haber sido lugares de emigración hacia Europa y el resto de España durante las décadas de los 50 y 60 y por el impacto mayor o menor de las inmigraciones exteriores de los años 80 y 90. Así las Comunidades del sur tienen más natalidad ( Murcia, Ceuta, Melilla) que las del norte. Por los mismas causas debidas a la estructura de la población la mortalidad es más elevada en las Comunidades del norte(asturias, Galicia, Aragón, Castilla y León, Cantabria) que en las del sur.. La dinámica migratoria pasada: migraciones interiores y exteriores. La dinámica de la población se explica por la acción conjunta del crecimiento natural y los movimientos migratorios. España ha sido tradicionalmente un país de emigración, aunque en las últimas décadas del siglo XX la situación cambió y se ha convirtió en un importante espacio de inmigración hasta que con la crisis comenzada en el año 2008 de nuevo el saldo migratorio es negativo y más de un millón de residentes han emigrado en los últimos años. Las migraciones exteriores han sido importantes en España. Históricamente los principales destinos de la emigración española han sido Latinoamérica y otros países europeos. La emigración transoceánica hacia América fue importante desde mediados del siglo XIX hasta la Primera Guerra Mundial. Los emigrantes españoles procedían sobre todo de la franja cantábrica y Canarias. A partir de los 50 y 60 la emigración

5 exterior española se dirigió sobre todo a otros países europeos: casi dos millones de españoles emigraron a Alemania Suiza Francia y Países Bajos a un ritmo próximo a los emigrantes al año. El proceso se interrumpe a mediados de los setenta por la crisis del petróleo. Esta emigración a Europa fue una emigración esencialmente de varones: muchos de los trabajadores españoles acudieron con contrato de trabajo, que con frecuencia era temporal; debido al alto nivel de renta de los países receptores, los trabajadores españoles pudieron ahorrar y enviar dinero a sus familias cuando estas aún residían en España. Este flujo de capital en forma de divisas contribuyó al crecimiento económico de España en los años sesenta y setenta del pasado siglo. Las migraciones interiores también han tenido una gran influencia sobre la distribución de la población en España. Se calcula que desde 1961 se produjeron 20 millones de desplazamientos interiores. En el primer tercio del siglo XX se registraron fuertes corrientes migratorias desde las zonas rurales a las ciudades industriales. Estos movimientos se interrumpieron durante la Guerra Civil y la inmediata posguerra. En los años cincuenta y sobre todo en los sesenta y primera mitad de los setenta la mecanización de gran parte de las tareas agrarias, provocó un éxodo rural masivo de población del interior agrario a las grandes ciudades como Madrid, las ciudades de Cataluña y el País Vasco en pleno proceso de industrialización. Son por tanto migraciones del campo a la ciudad y al tiempo migraciones interprovinciales. Desde 1975 las migraciones internas masivas de carácter laboral finalizaron bruscamente a como consecuencia de la crisis económica por la crisis del petróleo. Se instaura un modelo migratorio nuevo, en el que las migraciones interprovinciales ( económicas y motivadas por cambios de empleo) pierden importancia a favor de las migraciones intraprovinciales originadas por cambios en el lugar de residencia pero no necesariamente de empleo..la dinámica migratoria desde los 80 hasta la actualidad En los 80 y 90 España se convirtió en un país de inmigración. Tras la entrada de España en la U.E y la superación el país comenzó a convertirse en el destino de los flujos migratorios internacionales hasta suponer el 11% de la población antes de la crisis del año Desde entonces el saldo migratorio ha vuelto a ser negativo en nuestro país ( hay mayor emigración que inmigración ) y la población inmigrante se redujo en casi 1 millón de personas. Los inmigrantes que llegaron en los 80 procedieron al principio sobre todo de la parte occidental, central y norte de Europa. Destaca especialmente el contingente de numerosos jubilados europeos que eligieron España para retirarse y poder disfrutar de su clima. Estos ciudadanos se concentraron en la costa mediterránea y en los archipiélagos de Baleares y Canarias, donde siguen representando un porcentaje elevado de sus poblaciones( alemanes en Baleares, ingleses el Levante). EN los 90 llegaron a nuestro país numerosos ciudadanos de Europa del Este así como latinoamericanos y asiáticos, y norteafricanos atraídos por las posibilidades de empleo de una España en pleno crecimiento económico. Otros factores que ayudaron a la inmigración son la proximidad geográfica ( Marruecos) y los lazos históricos y culturales ( América Latina). Estos inmigrantes se concentraron en las áreas más dinámicas del territorio español donde hay más oportunidades de empleo: en las grandes ciudades y

6 especialmente en Madrid, el litoral mediterráneo y las islas. También existe un importante número africanos en áreas rurales con agricultura intensiva. Los inmigrantes ocuparon puestos de trabajo que no eran cubiertos por la población española Los inmigrantes con su trabajo han contribuido de forma decisiva al crecimiento económico de España. Además, la llegada de extranjeros ha frenado el proceso de envejecimiento de la población, ya que entre ellos predominan los adultos jóvenes y sus tasas de natalidad son superiores a la de la población española. Este hecho es importante desde el punto de vista del mantenimiento del sistema de pensiones y seguridad social: con la llegada masiva de inmigrantes se ha producido una disminución de la proporción de la población dependiente, y un aumento del número de contribuyentes. En cuanto a la integración social de los inmigrantes, la situación es muy diferente según colectivos su lengua y su cultura. En la actualidad la mayor parte de los flujos migratorios interiores son de corta distancia y están ligados a la expansión urbana. El cinturón de municipios próximos a las grandes ciudades es el que experimenta un mayor crecimiento demográfico debido sobre todo a la inmigración de población joven procedente de las ciudades metropolitanas. La causa de esta migración es la mejora de las infraestructuras de transporte en torno a las ciudades, la carestía del suelo y la vivienda y el gusto por nuevos estilos de vida más ligados a la naturaleza Estas migraciones ligadas a la expansión de las ciudades y el crecimiento de su periferia son paralelas a la continuación del vaciamiento del medio rural debido no solo a la emigración sino también a su crecimiento natural, consecuencia de su envejecimiento. 4. Distribución territorial de la población La población española no se distribuye de forma homogénea por el territorio, sino que presenta fuertes contrastes Frente a espacios de gran concentración humana como son las ciudades ( en particular las grandes áreas metropolitanas) y las zonas litorales, encontramos otros con poblamiento muy débil ( áreas de montaña y zonas áridas). Las causas que explican esta distribución son complejas, ya que entran en juego factores de orden natural ( relieve, clima, hidrografía) e histórico (capitalidad administrativa, industrialización, desarrollo turístico, la crisis industrial de la cornisa cantábrica a partir de los 80) que en combinación han configurado una determinada manera de ocupar el espacio. Un aspecto fundamental ha sido el de las migraciones interiores durante el siglo XX como hemos visto, algo que ha incidido la existencia de distintas estructuras demográficas algo que a su vez explica las mayores o menores tasa de natalidad y fecundidad por regiones. La incidencia de las inmigraciones exteriores de los años 80 han de tenerse también en cuenta pues la población migrante se ha concentrado en ciertas áreas contribuyendo al rejuvenecimiento de su población y el aumento de la fecundidad. Estos contrastes los podemos apreciar tanto en la distribución de la población por volumen absoluto y en la densidad de población. En el mapa de volumen de población por provincias se puede apreciar muy bien la diferencia entre las provincias con mayor número de habitantes ( Madrid con 6 millones y Barcelona con 5.3 millones) y otras cuya población apenas supera los habitantes ( Teruel, Segovia) o ni siquiera llegan a esa cifra ( Soria con habitantes, era la provincia menos poblada en el año 2007). Estas diferencias en la ocupación del espacio han aumentado fuertemente a

7 lo largo de los últimos cien años. Casi una cuarta parte de las provincias españolas cuentan hoy en día con menos habitantes de los que tenían a principios del siglo pasado, mientras que otras han multiplicado hasta ocho veces su población. A pesar de esta tendencia, en los primeros años del siglo XXI el incremento de las desigualdades parece haberse atenuado ligeramente, ya que, aunque las provincias más pobladas siguen creciendo por encima de la media, son pocas las que registran pérdidas netas de habitantes. Esta situación contrasta con la que se produjo en las décadas de los sesenta y setenta del siglo XX ( momento en el que las desigualdades territoriales se agudizaron) en las que casi la mitad de las provincias registraron pérdidas poblacionales. En suma, analizando el mapa de la distribución del volumen absoluto de la población española podemos apreciar que ( con excepción de Madrid y de algunas provincias con áreas metropolitana regionales como Sevilla, Zaragoza y Valladolid) la población se asienta mayoritariamente en áreas costeras de la Península y en los archipiélagos. Esta localización periférica responde a una especie de centrifugación de la población española, ya que, desde el siglo XVIII hasta la actualidad las áreas litorales han crecido con mayor rapidez que las del interior. La densidad media es España de 91 habitantes por kilómetro cuadrado pero existen grandes contrastes regionales EL mapa de la densidad de población permite apreciar mejor el contraste entre el centro y la periferia. En él se aprecia que prácticamente todas las provincias costeras tienen una densidad poblacional superior a los 100 hab/km2 mientras que en el interior peninsular son mayoría las que se encuentran por debajo de 50 hab/km2 e incluso muchas de ellas no llegan a 25 hab/km2 ( Soria o Teruel cuentan con 9.1 y 9.7 hab/ Km2 respectivamente). Por lo tanto, como conclusión, se puede decir que España tiene grandes desequilibrios espaciales en la distribución de su población. Las mayores concentraciones se producen en la región urbana de Madrid, la costa mediterránea, la cornisa cantábrica, la costa atlántica gallega y los dos archipiélagos. Por su parte, los grandes vacíos se encuentran en ambas Castillas, Extremadura, Aragón ( salvo Zaragoza) y la Galicia interior.