Por: Diego Castrillón Franco CONtexto Ganadero (Fedegán) 19 de Mayo 2014

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Juana Parra Silva
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Otro error de los ganaderos es erradicar los árboles.

Silvopastoriles, los cuales ayudan en el proceso de

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1 Otro error de los ganaderos es erradicar los árboles. Sin embargo, la tendencia es apostarle a los Sistemas Silvopastoriles, los cuales ayudan en el proceso de reforestación. Foto: naturalpres.blogspot.com Por: Diego Castrillón Franco CONtexto Ganadero (Fedegán) 19 de Mayo 2014 Una publicación de Cultura Empresarial Ganadera Pág. 1

2 Una de las prácticas más frecuentes en la producción pecuaria tradicional es apostarle al uso de semillas forrajeras mejoradas. Los productores invierten muchos recursos para que estas pasturas germinen en su finca, despreciando los pastos existentes, los cuales también son igual de valiosos. Apostarle al mejoramiento de praderas es una actividad común entre los productores pecuarios. Muchos lo hacen con la ilusión de que la oferta de forrajes aumente en poco tiempo, por lo que le apuestan al uso de semillas mejoradas, las cuales al ser sembradas generan pasturas más fuertes, resistentes a plagas y con buena oferta de biomasa y nutrientes, que son óptimas para el consumo de los bovinos. Sin embargo, el error está en erradicar aquellas pasturas propias de la región. Los productores eliminan las plantas nativas, ya sea quemándolas o vertiendo herbicidas que las debilita, sin apreciar las virtudes que tienen los forrajes nativos. En defensa de estas especies, Michael Rúa Franco, Gerente General de Cultura Empresarial Ganadera Internacional y presidente de la Asociación Colombiana de Ganaderos Ecológicos BioGanaderos, asegura que son muchas las fortalezas que tienen las gramas propias de una zona del país (o de cada finca como tal), ya que entre sus fortalezas está la adaptabilidad al medio, su resistencia a las condiciones climáticas extremas, además de su particular estilo de crecimiento. Un pasto introducido en un lugar nuevo llega en desventaja en comparación con la especie nativa, ya que le va costar adaptarse a las nuevas condiciones de donde es sembrada. Al igual no posee la tenacidad de la pastura propia del terreno, y si no se le da un manejo adecuado tiende a desaparecer en poco tiempo, argumenta Rúa Franco. Álvaro Ocampo Durán, miembro del grupo de Investigación de Sistemas Sostenibles de Producción con énfasis en palmas tropicales, de la Universidad de los Llanos, Unillanos, aseguró que es muy importante saber sobre la oferta forrajera que se adapta a la dinámica del agua (de lluvia) y los ecosistemas particulares de cada zona o región, bien sea bajo régimen de sequía o alta precipitación, condiciones favorables para la ganadería nacional. Una publicación de Cultura Empresarial Ganadera Pág. 2

3 Esto sugiere que resulta fundamental que los predios pecuarios tengan diversidad de ecosistemas, pues de esta condición depende la sostenibilidad productiva de esta actividad económica, señaló el investigador. Sin embargo, uno de los problemas que enfrentan los predios es la poca oferta de forrajes nativos, comparados con las especies mejoradas (que prácticamente se cultivan como monocultivos), ya que estas pasturas están hechas y modificadas para lograr altos rendimientos en esa materia, mientras que en el caso de una especie originaria el crecimiento es mesurado. Ocampo Durán también aseguró que sería un error tratar de homogenizar la oferta forrajera con pastos introducidos, condición que eliminaría la diversa oferta natural y la calidad nutricional de la misma. Por lo que manifestó que es necesario profundizar sobre el conocimiento de los pastos nativos, su dinámica productiva y la calidad alimenticia que propician a través del año para establecer manejos eficientes que permitan una mayor oferta de los forrajes. Razones para apostarle a las pasturas nativas * Resistencia: Uno de los aspectos más favorables de los pastos naturales de una región es su resistencia a las plagas, ya que estos pastos han convivido con estos males y han soportado sus diversos ataques, a diferencia de las pasturas mejoradas, las cuales ante la presencia de insectos, poco pueden hacer por sí mismas para sobrevivir y dependen de los plaguicidas. * Crecimiento: Los pastos nativos tienden a presentar un crecimiento rastrero, ya que como son plantas invasoras o caminadoras, no crecen erectas mirando al sol, sino acostadas hacia el suelo, desplazando a otras plantas y manteniendo o aumentando su población. Mientras que las plantas mejoradas producen semilla de grano y presentan un comportamiento diferente, crecimiento erecto con muchos espacios vacíos entre una macolla y otra, no se reproducen fácilmente y por lo tanto las poblaciones de estas son relativamente pobres y es habitual que produzcan moderada a deficiente biomasa forrajera cuando se cultivan en monocultivo, y por ende son fáciles de desplazar. Una publicación de Cultura Empresarial Ganadera Pág. 3

4 * Clima: Las plantas nativas soportan los cambios abruptos de clima, y especialmente las épocas críticas, sea un verano prolongado o precipitaciones continuas o tormentosas, a diferencia de las pasturas introducidas, que fácilmente mueren o son desplazadas por las arvenses (mal llamadas malezas ) durante una temporada climática compleja. * Valor nutricional: Uno de los factores más valiosos para no despreciar las especies nativas es su contenido de nutrientes, ya que las especies introducidas funcionan a manera de monocultivo, mientras que los pastos originarios de cada departamento (o de cada ecosistema para ser más precisos) ofrecen mucha variedad en el mismo espacio, según la cantidad y variedad de especies que haya latentes en el suelo, además ofrecen una cantidad de biomasa importante con nutrientes suficientes para que las reses las consuman sin ningún problema. El presidente de BioGanaderos afirma que entre las especies más conocidas pero poco valoradas (o tal vez nada valoradas) están las plantas arvenses, que generalmente los ganaderos llaman como malezas, pero que no son tan maleza realmente como se acostumbra creer ya que muchas de estas son leguminosas comestibles y aptas para la nutrición del ganado, poseen altos contenidos de grasa, buena fijación de nitrógeno (y por ende proteína), minerales suficientes, vitaminas y de manera general tienen un muy buen contenido nutricional. La únicas pasturas nativas que deben ser erradicadas son las de tipo venenoso o que lastimen al ganado, de lo contrario todas pueden ser usadas. Pero si el ganadero quiere sembrar pasturas mejoradas, puede hacerlo, solo que sin necesidad de quemar (incinerar o envenenar) lo que tiene en el tapiz vegetal natural, nativo, autóctono, del suelo de su propio predio, ya que si le apuesta a la biodiversidad, los resultados serán óptimos y sobre todo sostenibles, destacó Michael Rúa Franco. Cuáles son las principales especies nativas que hay en cada región? Una publicación de Cultura Empresarial Ganadera Pág. 4

5 Entre las más populares para cada piso térmico andino colombiano tenemos las siguientes: * Kikuyo (Penisetum clandestinum), Falsa poa (Holcus lanatus), Carretón o Trébol blanco (Trifolium repens), Trébol rojo (Trifolium pratense), Diente de león (Taraxacum officinale) y pasto Azul Orchoro (Dactylis glomerata), especies típicas en el Norte y Oriente de Antioquia, en la Sabana de Bogotá, en Boyacá, en Nariño, algunas zonas de Santander y Cundinamarca, y en general en pisos térmicos arriba de los 1800 m.s.n.m. * Kikuyina o Colosuana (Bothriochloa pertusa), Panicum maximun o pasto Guinea común también conocido como pasto India, y el pasto Faragua también conocido como pasto Yaraguá, Uribe o Puntero (Hyparrhenia rufa) típicos del Tolima, algunas zonas del Huila, muy clásicos en la región Caribe y/o Costa Norte, y en algunas zonas de Santander y Norte de Santander, o en general en los pisos térmicos cálidos y secos, entre 0 y hasta aprox. 600 m.s.n.m. * Brachiaria mutica (pasto Pará), brachiaria arrecta (pasto Brachipará, Tanner o Urare) y el muy popular pasto Estrella común (Cynodon plechtostachyus) típicos en suelos de zonas relativamente húmedas, muy húmedas y/o de fácil encharcamiento, como la selva Chocoana y Amazónica, y muy clásicas en los suelos de piso térmico intermedio por casi todas las regiones del país, comprendidas entre los 600 hasta los m.s.n.m. * Pastos del género Axonopus y Paspalum y el popular pasto Guaratara (Axonopus purpusii) típicos en los Llanos Orientales. * Y además de todos los anteriores, un sin fín de plantas arvenses y gramas nativas que proliferan naturalmente y muy fácilmente en todo suelo en uso ganadero, de las cuales hay millares de semillas en estado de latencia bajo cualquier suelo y que solo esperan encontrar condiciones idóneas para emerger a la superficie y reproducirse, y esto normalmente ocurre cuando se le brinda al pasto introducido (supuestamente mejorado) un inapropiado manejo. Resulta ideal entonces mantener como mínimo una presencia del 30% de arvenses en todo potrero ganadero, nunca erradicar el tapiz vegetal natural y mucho mejor introducir las nuevas especies mejoradas encima de lo nativo, pero antes que todo, asegurarse de implementar un MANEJO RACIONAL DEL PASTOREO. Una publicación de Cultura Empresarial Ganadera Pág. 5

La siguiente tabla resume algunas de las especies nativas forrajeras más populares: Estas son algunas de las variedades más conocidas en el país.

6 La siguiente tabla resume algunas de las especies nativas forrajeras más populares: Estas son algunas de las variedades más conocidas en el país. Información de horizonteverde.org.co Artículo adaptado por CEG del periódico CONtexto Ganadero de Fedegán Una publicación de Cultura Empresarial Ganadera Pág. 6

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