1. LA NOVELA EN LOS AÑOS 40. NOVELA EXISTENCIAL O TREMENDISMO. CAMILO JOSÉ CELA. CARMEN LAFORET.

Transcripción

1 INTRODUCCIÓN LA NARRATIVA DESDE 1940 A LOS AÑOS 70 En el presente tema desarrollaremos los nuevos modelos narrativos en España a partir de La etapa que va desde 1939 a 1975 es conocida como la Era de Franco: período político abominable, dominado por la falta de libertades y un gobierno autoritario. Los elementos que condicionan dicha etapa son los siguientes (Fig.1): La férrea censura política y eclesiástica no permitía la libre expresión en la creación. España se encontraba cerrada a la cultura en los 40: aislamiento cultural. Se incrementan las traducciones, pero no se traduce a Virginia Woolf ni a James Joyce... Un extraordinario empobrecimiento de la narrativa española. Los lazos con la tradición anterior son cortados: el 98 y los novelistas exiliados... Son rechazadas y abolidas las tendencias renovadoras surgidas en los 20 y 30. Los autores practican un tipo de novela muy tradicional. Parece como si la novela de posguerra enlazara con el realismo decimonónico (XIX). Fig. 1. Panorama de la Era de Franco. Como señala Cachero (1997), pese a la tragedia personal e intelectual que supuso la guerra pronto surgió voluntad de resurgimiento cultural: las revistas Escorial, El Español o La Estafeta Literaria. Cada una de las décadas está marcada por una tendencia dominante (Fig.2): v Realismo tremendista ( ), v Realismo social y objetivo ( ) v y Superación del realismo ( ). v Novela actual ( ). Fig. 2. Tendencias de la novelística española a partir de LA NOVELA EN LOS AÑOS 40. NOVELA EXISTENCIAL O TREMENDISMO. CAMILO JOSÉ CELA. CARMEN LAFORET. Durante los primeros años de la posguerra se produce un estancamiento del género narrativo, debido al aislamiento, el exilio, la censura, la falta de magisterio, pese a todo el género echó a andar, como nos recuerda Martínez Cachero (1997). La década de los 40 viene marcada por los múltiples tanteos (realismo barojiano, novela psicológica, heroica, simbólica...) en busca de un cauce por el que pueda transcurrir la literatura acorde con los momentos vividos. Son diversas las tendencias que configuran la novela española de los años 40 (fig.3): 1

2 v El triunfalismo bélico. v La novela de evasión. v El tremendismo. v Realismo tradicional: novela-río. Fig. 3. Tendencias de la novela española de los años 40. En la corriente triunfalista se insertan autores que se centran en el tema de la guerra de manera preeminente. Nota común de estas novelas es el carácter apasionado, partidista y apologético y un cierto descuido en la forma, por el hecho de ser obras creadas simultáneamente a los acontecimientos. Se trata de novelas maniqueístas (la sociedad, dividida en «buenos y malos»), sin profundidad psicológica en los personajes; la finalidad de unos ideales exaltados acaba con cualquier intento de profundidad en la técnica narrativa. Obras más significativas publicadas entre 1941 y 1943, muchas de ellas publicadas desde el bando de los vencedores de la guerra (fig. 4): o Princesas del martirio, de Concha Espina. o Chekas de Madrid, de Tomás Borrás. o Frente de Madrid, de Edgar Neville. o La fiel infantería, de Rafael García Serrano. Fig. 4. Novelas publicadas desde el bando de los vencedores. El tremendismo se produce en el contexto sociopolítico de los 40 porque los novelistas, dispuestos a reanudar una auténtica novela tuvieron que volver los ojos al realismo del XIX, a la picaresca (Quevedo) y a la del 98. Aunque esta línea narrativa tuviera antecedentes en el primer cuarto del siglo, presentó notables diferencias con respecto al realismo y al naturalismo decimonónico. Las características esenciales del tremendismo son,: (fig.5): Narrador en primera persona y el monólogo, como relato autobiográfico. Los temas predominantes son la soledad, la inadaptación, la frustración, la muerte... Reflejo de lo más doloroso y sórdido de la vida. Detenimiento en los aspectos más antiestéticos y escatológicos del cuerpo. Incorporación del lenguaje de la calle, de los suburbios o del mundo rural. Sencillez en el desarrollo del relato, prescindiendo de largas descripciones. Los espacios son limitados, estrechos, cerrados (una celda, un hospital, una habitación, etc.). Los protagonistas de las novelas son ejemplos de frustración e inadaptación. Son seres marginados, violentos u oprimidos (criminales, prostitutas ), a veces con taras físicas o psíquicas, que viven desorientados. Fig. 5. Características del tremendismo. Las novelas tremendistas más significativas (fig.6) son: La familia de Pascual Duarte (1942), de Camilo José Cela Trulock Nada (1945, 1º Premio Nadal), de Carmen Laforet. La sombra del ciprés es alargada (1947, Premio Nadal), de Miguel Delibes. Los Abel (1948), de Ana María Matute. 2 Las últimas horas, de José Suárez Carreño.

3 Fig. 6. Novelas tremendistas más significativas, según Basanta (1979) En 1942 Cela escribe La familia de Pascual Duarte, inaugurando el llamado «tremendismo», caracterizado por la descripción truculenta de lo más feo de la sociedad, con personajes que cuentan hechos violentos o desagradables en un lenguaje duro, propio de su medio degradado. La novela entronca con una tradición que pasa por la picaresca, el drama rural y el determinismo de Baroja. En ella, Pascual Duarte escribe en la cárcel sus memorias y se duele de su trágico destino y de su vida, que justifica como proveniente de su herencia y de una serie de circunstancias que lo ponen en situaciones límite. En 1945 Carmen Laforet publica Nada, novela en que una muchacha va a estudiar a Barcelona y se aloja con unos parientes derrotados en la Guerra Civil, que viven en un ambiente moral y físicamente degradado. La joven universitaria retrata sin tremendismo pero sin tapujos y con tristeza, una ciudad y unas gentes gobernadas por la nada, por el vacío, el desencanto, la mezquindad, las bajas pasiones y la hipocresía social. En 1947 Miguel Delibes recibe el Premio Nadal por su novela La sombra del ciprés es alargada, en que también hay frustración y tristeza a pesar de la resignación religiosa. A principios de los años 50 aún encontraremos novelas tremendistas como Con la muerte al hombro (1954), de José Luis Castillo Puche. Esta corriente condenada una corta vigencia, aunque la pervivencia de algunos de sus elementos; especialmente sexual, llega hasta nuestros días. Aun reconociendo que estas novelas no supusieron una considerable renovación, es indudable que sentaron las bases para la irrupción del realismo social en la novela de los años LA NOVELA EN LOS AÑOS 50. LA NOVELA DEL REALISMO SOCIAL. CELA Y DELIBES. REALISMO SOCIAL: TEMÁTICA Y ESTILÍSTICA. Como señala Sobejano (1975) se producen profundos intentos de renovación, favorecidos por las circunstancias históricas (fig.7): ± progresiva incorporación de España a la órbita internacional; ± tímida liberalización intelectual y apertura a los exiliados; ± evolución socio-económica del régimen (éxodo campo-ciudad); ± posibilidad de viajar fuera y de conocer una literatura diferente; ± las editoriales Destino y Seix Barral publican creaciones extranjeras. Fig. 7. Impulsores de la renovación de la novela española, según Sobejano (1975). Los autores encuentran en la novela social su instrumento para la denuncia. Los antecedentes están en el realismo español decimonónico con cierto costumbrismo (Galdós), en la Generación del 98 con su denuncia del estancamiento nacional (Azorín, Baroja) y en la literatura extranjera del neorrealismo italiano (Pasolini) o la generación perdida americana (Faulkner, Dos Passos, Steinbeck, Hemingway), que resaltan los rasgos desagradables o grotescos. 3

4 Dentro de la novela social, es habitual distinguir dos corrientes distintas: el objetivismo y el realismo crítico. Aunque en la narrativa social el contenido - testimonio realista de su sociedad; la crítica -tiene prioridad sobre la forma. Ejemplo del objetivismo es El Jarama (1955) de Rafael Sánchez Ferlosio,. Representativas del realismo crítico son las obras Central eléctrica de López Pacheco, que critica las duras condiciones laborales de los obreros de una presa, La piqueta de Antonio Ferres, sobre el chabolismo y La zanja de Alfonso Grosso, sobre las desigualdades sociales en el campo andaluz. Son los novelistas de la generación del medio siglo los que asumieron el compromiso ético aunque de diferentes maneras desde una actitud personal o desde una postura ideológica-. Algunos de los novelistas más importantes dejaron su impronta en las novelas publicadas en esta década: v CAMILO JOSÉ CELA autor de La colmena (Buenos Aires,1951.España, 1952). Rechazada por inmoral. Obra pionera en la presentación crítica de las limitaciones de la vida en la ciudad. Enfoque objetivista. La objetividad de La colmena no es absoluta: no faltan las intervenciones del autor y abundan sus reflexiones sobre el comportamiento o la índole de los personajes, así como sobre la vida en general. Exponente de la novela social de los 50, aporta tres notas estructurales: la concentración del tiempo [3 días], la reducción del espacio [el café de doña Rosa y la casa de Martín Marco] y la protagonización colectiva [gentes mediocres, representativas de la vida madrileña de los años 40]. Todos los motivos confluyen en una idea: la alineación. v MIGUEL DELIBES ejerce en su obra un análisis frío sobre la burguesía, mostrando la irresponsabilidad, la insolidaridad de las clases acomodadas. Ha abordado con realismo el mundo rural -gran parte de su producción- así en El camino (1950) o Diario de un cazador. Con gran preocupación humanopsicológica, bellas descripciones del paisaje y estilo expresivo en los diálogos; las costumbres y mentalidad de la burguesía provinciana son objeto de un certero análisis en obras como Mi idolatrado hijo Sisí (1953) y de un modo más duro en La hoja roja. Denota una insuperable capacidad para reflejar tipos y ambientes, y un dominio de los más variados registros: la autenticidad del habla popular. v JUAN GOYTISOLO es el abanderado del realismo crítico, desde el más puro testimonialismo austero ha evolucionado hasta una nueva vanguardia narrativa, la renovación más audaz. Evolución reflejada tanto en la temática de sus obras como en la técnica, en la realización artística de las mismas. La crítica ha distinguido en su obra dos períodos: Interpretación de la realidad: Juegos de manos (1954), despiadada visión de la juventud burguesa; Duelo en el Paraíso (1955), efectos sobre unos niños. Una postura crítico social: trilogía sobre España compuesta por El circo, Fiestas y La resaca, 1958; o el libro de viaje Campos de Níjar, que junto con La Chanca, nos ofrece su testimonio de una Almería mísera y emigrante. v RAFAEL SÁNCHEZ FERLOSIO autor de El Jarama (Premio Nadal, 1955), considerada la novela representante del conductismo o behaviorismo, técnica 4

5 extrema derivada del objetivismo. El autor se limita a transcribir la conducta externa de individuos -lenguaje hablado coloquial con una prosa elaborada-, a través de sus diálogos -que dominan por completo-, sin entrar en interpretaciones ni comentarios, con una precisión, al modo de un testigo imparcial que cuenta solo lo que sucede. Escaso interés argumental: conversaciones anodinas, que poseen el valor de mostrarnos unas vidas vacías, representativas de la sociedad española. Configuración del personaje colectivo [el mundo de los obreros], influido por las técnicas cinematográficas. Cuidada estructuración simbólica: oposición jovenadulto. La condensación del tiempo: 16 horas. 3. LA NOVELA EN LOS AÑOS 60. TIEMPO DE SILENCIO, DE LUIS MARTÍN SANTOS. CARACTERÍSTICAS. NOVELA EXPERIMENTAL. En los años 60 se conjugan varios factores que devendrán en un cambio de rumbo de la novela superando los esquemas sociales (fig.8): F La flexibilidad de la censura. F La entrada masiva de traducciones de las novelas del nouveau roman (Butor, Grillet). La irrupción de nuevos modelos narrativos: se reeditan en ediciones de bolsillo obras de grandes novelistas como Joyce, Kafka, Proust o Faulkner. F El boom de la narrativa hispanoamericana y su posterior influjo, con la publicación de la novela de Vargas Llosa, La ciudad y los perros. F El conocimiento de las novelas de los españoles exiliados. F A partir de su publicación se produjo un cambio total en las tendencias. F La importancia de Tiempo de silencio. Esta novela cifraba la renovación en la manera de abordar el tema, las técnicas y los recursos vanguardistas. Fig. 8. Factores que originan un cambio en la novela. Los aires de renovación de la novela se manifiesta en varias generaciones de novelistas (fig.9): * En autores pertenecientes a la generación del medio siglo : Miguel Delibes: Cinco horas con Mario (1966), Parábola del náufrago o Las guerras de nuestros antepasados. Camilo J. Cela: San Camilo, 1936 y Oficio de tinieblas. Gonzalo Torrente Ballester: La saga/fuga de J. B. * En autores de la tendencia realista de los 50, con novelas como Últimas tardes con Teresa (1966), de Juan Marsé, Volverás a Región, de Juan Benet, Señas de identidad Reivindicación del conde don Julián, de Juan Goytisolo; Inés just coming (1968), de Alfonso Grosso; Fragmentos de interior, de Carmen Martín Gaite. 5

6 Fig. 9. Narradores de varias generaciones publican novelas experimentales. El afán renovador afecta a todos los elementos narrativos è Su intención es crítica sobre la sociedad española, pero no sólo social. è Pierde importancia el argumento lo que importa es el tratamiento de la anécdota y el enfoque sobre los acontecimientos ; la acción es mínima. Se da paso a lo irracional, a lo onírico o a lo simbólico como técnicas de expresión. è Personajes desestructurados anímicamente. Son alienados, diluidos en la masa urbana. Los personajes intentan encontrarse a sí mismos en una intensa lucha interior y, a veces, llega incluso a ser destruidos por la sociedad en la que viven. Sufren profundas transformaciones. è Renovación total en la estructura de la novela. En el aspecto externo: el capítulo tiende a desaparecer en beneficio de la secuencia (espacios sin enumerar); también los diversos tipos de letras; introducción de grabados, esquemas... En el interno: la voz del narrador sustituida por una polifonía de voces, el perspectivismo (punto de vista múltiple, distintas versiones que de los personajes de la misma realidad); el contrapunto (nos da también una visión fragmentada del tema, haciendo más partícipe al lector). è El espacio tiende a reducirse y a comprimirse, e, incluso, desaparece. è Se rompe la secuencia cronológica del tiempo: retrospecciones, anticipaciones, narraciones simultáneas, hasta formar un rompecabezas temporal. è Los procedimientos de descripción, narración y diálogo sufren transformaciones: La descripción adquiere un valor más relevante. La narración se fragmenta, se desordena. El diálogo menos habitual que en épocas anteriores. Se entretejen diferentes historias. Aparece el monólogo interior (3ª persona) con esta técnica se nos permite conocer el interior de los personajes, al reproducir los pensamientos que brotan de un mundo incontrolado mediante elipsis, sintaxis desordenada, incoherencias, etc. Con el estilo indirecto libre (3ªp.) vemos cómo discurre el pensamiento del personaje, sin la intervención del narrador. En 1962 aparece una novela de Luis Martín Santos, Tiempo de silencio. En ella Pedro, un médico becado para investigar sobre el cáncer, conoce el mundo de las chabolas madrileño, de donde saca sus ratones de laboratorio. Se ve implicado contra su voluntad en un aborto clandestino. Le detienen y aunque consigue demostrar su inocencia, su vida quedará marcada desde entonces por circunstancias trágicas que le llevan a abandonar Madrid y hacerse médico rural.. Esta obra introduce las novedades características de la novela experimental de esta década antes señaladas. El tratamiento del lenguaje es experimental y culto: denso, recargado, salpicado de cultismos, tecnicismos médicos, neologismos (churumbelímportantes), coloquialismos (cadacuala, chulear), argot (darse de naja) y brillantes recursos retóricos; con unas descripciones y sintaxis complejas y con referencias mitológicas para describir personajes vulgares (así Florita es Nausícaa y Pedro hace una odisea). 6