CRIA VACUNA. CLAVES PARA AUMENTAR LA RENTABILIDAD

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2 CRIA VACUNA. CLAVES PARA AUMENTAR LA RENTABILIDAD

3 CRIA VACUNA. CLAVES PARA AUMENTAR LA RENTABILIDAD Compiladores: Oscar L. Ferrari Norberto A. Speroni Viamonte 494 2º piso (C1053ABJ) Buenos Aires Tel. (011) Fax (011)

4 Cría vacuna : claves para aumentar la rentabilidad - 1a ed. - Buenos Aires : La Nación, p. ; 15x21 cm. ISBN X 1. Ganado Vacuno-Cría I. Título CDD Fecha de catalogación: 13/07/ , LA NACIÓN Bouchard 557, 1106 Buenos Aires, Argentina Desarrollo de Productos: Mariano Lardiez, Diego Barletta Fotos: Oscar Ferrari Reservados todos los derechos. Queda rigurosamente prohibida sin autorización escrita de los titulares del Copyright, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción parcial o total de esta obra por cualquier medio o procedimiento, incluidos la reprografía y el tratamiento informático Esta edición se terminó de imprimir en Julio de 2005 en Altuna Impresores S.R.L. Doblas Buenos Aires, Argentina IMPRESO EN LA ARGENTINA / PRINTED IN ARGENTINA Queda hecho el depósito que previene la ley ISBN: X 3

5 Indice Manejo estratégico de la alimentación de la vaca de cría... 6 Requerimientos minerales del rodeo de cría Importancia de la calidad del agua de bebida El forraje: alimento adecuado para el rodeo de cría Desmonte selectivo para uso ganadero El estrés calórico y el rodeo de cría Dentaduras postizas: un instrumento para prolongar la vida útil de las vacas Principales motivos para refugar vientres. Engorde de vacas Manejo del rodeo de cría en situaciones de emergencia climática Resistencia: puede hacer fracasar al control antiparasitario? Inseminación artificial en rodeos de cría Cómo lograr los novillos que el mercado quiere? Terneros bolita: otro destino de la cría Adrián De Benedetto Cómo disminuir las pérdidas económicas proporcionando bienestar al animal?

6 Prólogo Nuestra vocación es capacitar a los productores rurales para mejorar su nivel de ingresos, su rentabilidad, su estándar de vida, seguros de que así también colaboramos con nuestro país, la Argentina. Ese ha sido el espíritu que nos impulsó a hacer Jornadas de capacitación, en las cuales se editaron libros que perpetuaron los conocimientos impartidos por los mejores especialistas en cada tema. A raíz de un convenio de colaboración con S.A. La Nación surgió la posibilidad de editar un libro que reuniera las experiencias y éxitos de los últimos 5 años en la producción de carne. Así se hizo, editándose Cría Vacuna Eficiente, libro que se agotó en menos de tres meses. De allí estudiamos la posibilidad de editar, también en colaboración con La Nación, otro libro que agrega al anterior 14 capítulos con temas que se habían tratado tangencialmente, pero que tienen particular importancia en la rentabilidad ganadera. Así temas tales como alimentación estratégica de la vaca, nutrición mineral del rodeo, longevidad de las vacas, inseminación artificial, uso de cruzamientos en la producción de novillos, superando el estrés calórico, desmonte para cría, soluciones para emergencias climáticas, etc. son tratados en este nuevo libro de Difusión ganadera y La Nación. Nuevamente, la intervención de La Nación, en la edición de Cría Vacuna. Claves para aumentar la rentabilidad, permite el acceso de dichas prácticas a un gran número de productores agropecuarios. Nuestro especial agradecimiento al Dr. M. Bulman, al Ing. Agr. J. Carrillo, a la Lic. S. Cseh, al Ing. Agr. A. De Benedetto, al Dr. M. Giménez Zapiola, al Ing. Agr. C. Kunst, al Dr. S. Marcantonio y al Dr. R. Pazo, ya que con su paciente lectura, minuciosa corrección y enriquecimiento intelectual, este décimo libro de Difusión ganadera ha sido posible. Oscar Ferrari y Norberto to A. Speroni 5

7 Manejo estratégico de la alimentación de la vaca de cría 1 La principal meta en un rodeo bovino de cría es obtener un ternero por vaca por año. Este resultado es uno de los más importantes, para poder maximizar la rentabilidad en un establecimiento ganadero dedicado a la cría vacuna. Si bien son varios los factores que intervienen para el logro de esta meta, el adecuado estado nutricional de los vientres siempre surge como uno de los factores principales a tener en cuenta. La vaca de cría adulta pasa a través del año por distintos estados fisiológicos: seca o lactando por un lado y preñada o vacía por otro, así como sus combinaciones: seca y vacía, seca y preñada, lactando y vacía y lactando y preñada. Estos estados demandan niveles nutricionales diferentes. Por otra parte, la oferta forrajera, proveniente de los campos naturales, verdeos, pasturas, rastrojos y en casos especiales del monte, no es constante sino que, presenta una tendencia marcadamente estacional y sufre variaciones distintas para cada recurso. Oscilaciones en la oferta que, no siempre se adecuan a las necesidades variables de los animales. Considerando que un muy alto porcentaje de los rodeos de cría de la República Argentina, se alimentan sobre pasturas naturales, la evaluación de la calidad, la cantidad y la distribución de la oferta de éstas a través del año, adquiere una gran relevancia. 1 Revisado y corregido por el Ing. Agr. Jorge Carrillo, M. Sc. 6

8 Las pasturas naturales se caracterizan por su estacionalidad y por la susceptibilidad a los cambios climáticos. En los períodos de escasez es común que se observen deficiencias nutricionales en los rodeos, las cuales se manifiestan en la disminución de la condición corporal de los vientres. Esto repercutirá en su performance reproductiva y obviamente, en la respuesta económica del sistema. Para superar estas limitaciones, se requiere que el productor maneje su rodeo tomando decisiones oportunas y acertadas, para lo cual debe conocer: a) Los recursos forrajeros con qué cuenta, considerando para ello el estado general de los potreros y la disponibilidad de forraje, así como su variación estacional. b) La época de servicio y parición, la composición del rodeo y su condición corporal. c) Los requerimientos de las vacas según su estado fisiológico. d) El estado sanitario del rodeo. Con respecto al primer punto es importante que el productor se formule y responda a las siguientes preguntas: Con qué recursos forrajeros cuenta? Cuánto forraje producen los potreros? En qué época lo producen? Hasta qué punto y mediante qué prácticas y recursos se podría mejorar la producción? De existir épocas con excedentes y épocas de escasez, en la producción de forrajes, cómo pueden transferirse los excedentes de las primeras a las segundas? Respecto del punto b), referido a la composición del rodeo, las preguntas apuntan a precisar: Cuál es el número de cabezas totales? Cuál es el porcentaje de toros con respecto al número total de vacas? Cuál es el porcentaje de vacas con respecto al total de animales del rodeo? Cuál es la capacidad productiva y reproductiva de hembras y machos? Cuáles son las necesidades nutricionales de las distintas categorías de animales en cada uno de los estados fisiológicos en los que se puedan encontrar? Finalmente, con relación al estado sanitario del rodeo, es de especial interés prevenir la presencia de enfermedades limitantes de la eficiencia reproductiva y otras que puedan afectar la producción del rodeo. Sin olvidar que, muchas veces la causa de contraer enfermedades, es la falta de niveles adecuados de nutrición. Estados fisiológicos de la vaca a través del año Una vez planteados estos interrogantes, se hará hincapié en: cómo varían las necesidades nutricionales de la vaca de cría a través del año? Si se considera, a fin de 7

9 ejemplificar lo planteado, que la vaca por lo general comienza el año calendario preñada y con cría al pie, es decir preñada y lactando, que luego viene el destete quedando entonces preñada y seca, continúa así hasta el parto donde se presentará como vacía y lactando, hasta que el nuevo servicio si es exitoso, la volverá a su condición de preñada y lactando. Si el servicio no es positivo la vaca estará vacía y lactando y pasará a estar vacía y seca después del destete (siendo conveniente su eliminación del rodeo, salvo que dicho estado no dependa de causas propias del animal, por ejemplo, contingencias climáticas, o que por ser cola de parición y no encontrarse en buen estado, no haya tenido tiempo de preñarse antes del retiro de los toros). Necesidades nutricionales En todos los estados fisiológicos por los que pasa, el vientre tiene distintos requerimientos nutricionales. Estos, que si bien variarán en cantidad según el peso y tamaño de la vaca, pueden asignarse en un mayor porcentaje, al período desde el parto al destete, siendo mucho menor sus necesidades desde destete a parto. A modo de ejemplo se tomarán las necesidades totales y su distribución a través del año de una vaca adulta de raza británica, de 400 a 450 kg de peso vivo que pastorea una pradera de especies otoño-inverno-primaverales. Las necesidades totales a través del año, para que esta vaca geste durante los últimos 6 meses un ternero, lo para y lo amamante hasta el destete a los 6 meses con aproximadamente 150 kg de peso vivo, se estiman en 3800 kg de forraje, expresado como materia seca. Las necesidades no son parejas ni constantes sino que varían mucho. Se puede asignar al par vaca-ternero el 70% del consumo total desde parto a destete (2660 kg) de los cuales el 60% corresponde a la vaca y el 10% al ternero. Desde destete a nuevo parto la vaca consumirá el 30% (1140 kg) con un 2% correspondiente al feto y un 28% a la madre. En el caso de los vientres, aproximadamente hasta el séptimo mes de gestación, las necesidades nutritivas coinciden, en la práctica, con los requerimientos de mantenimiento. Hacia el final de la gestación dichos requerimientos aumentan hasta el momento del parto. De aquí en adelante se incrementan en forma notable debido a la lactancia y se hacen máximos durante el tercer mes de la misma. En este período, además, normalmente se superpone la lactancia con el nuevo servicio, que, para ser exitoso, requiere que la vaca presente celos fértiles a intervalos regulares. Para satisfacer esta condición es imprescindible contar con abundante cantidad de forraje de buena calidad, ya que si el forraje fuera insuficiente por defectos de cantidad o calidad, se pondría en peligro la producción de terneros del año próximo. Al promediar la lactancia, los requerimientos de la vaca comienzan a disminuir, pero al mismo tiempo los terneros comienzan a consumir forraje en forma directa, razón por la cual las necesidades alimentarias del par vaca - ternero siguen siendo 8

10 altas hasta el destete. A partir del mismo los requerimientos de la vaca disminuyen bruscamente, volviendo prácticamente a los niveles de mantenimiento, ya que recién está en los inicios de una gestación y la lactancia del ternero anterior se ha interrumpido. Una alimentación inapropiada, en cualquiera de estos períodos críticos, tendrá consecuencias desfavorables sobre la productividad futura del rodeo. Una herramienta al alcance del productor para adecuar el estado de los vientres a la etapa fisiológica en que se encuentran, es la observación de la condición corporal de la vaca de cría y, de acuerdo a ella decidir qué recurso forrajero suministrar. Empleo estratégico de la alimentación en relación con la condición corporal de la vaca de cría La determinación de la condición corporal de la vaca de cría se realiza mediante un método que permite evaluar en forma económica y sencilla - mediante una apreciación visual - sus reservas corporales (grasa y músculo). Esta imagen se compara con un patrón preestablecido al que se le ha dado valores numéricos. De esta forma se intenta uniformar los criterios de evaluación para que sean comparables en el tiempo y entre distintas personas. La escala que se utiliza más corrientemente es la denominada americana que tiene un rango de valores de 1 a 9. Existe también otra escala denominada inglesa cuyos valores van de 1 a 5. En ambas, el valor mínimo considerado es 1 y representa a una vaca extremadamente flaca y el 9 en una y el 5 en la otra, representan a un animal excesivamente gordo (ver anexo). En un rodeo con servicio estacionado de tres meses a partir del mes de octubre (período de mayor oferta forrajera, al coincidir con la primavera climática), que es el que habitualmente se emplea en la Pradera Pampeana, la vaca comienza el año calendario siguiente (enero) con cría al pie (lactando) y si no ha habido inconvenientes de manejo (cantidad inadecuada de toros en relación al número de vientres, toros viejos o con baja capacidad de servicio), contingencias climáticas que afecten la disponibilidad forrajera (sequías/inundaciones) o aspectos sanitarios adversos (enfermedades de la reproducción), es de esperar que se encuentre preñada (los toros debieron haberse retirado el 31 de diciembre). Si bien las necesidades nutricionales del par vaca - ternero son altas, las crías al ir satisfaciendo parte de sus requerimientos mediante el pastoreo, disminuyen las necesidades de las vacas (las que tienen preñez más adelantada, preñadas en octubre, se encuentran recién en el 3º - 4º mes de gestación). Al realizarse el destete adelantado a fines de febrero, principios de marzo, las necesidades de las vacas caen notoriamente hasta niveles similares a los de mantenimiento. El destete no debiera excederse más allá de mediados del mes de 9

11 marzo, para que las vacas, sin el flujo de energía que demanda la producción de leche, puedan recuperar peso y alcanzar un estado corporal adecuado antes de comenzar el invierno, ya que ésta es la estación que marca el piso de la producción de forraje de las pasturas en todo el ciclo productivo. De esta forma los vientres, que han acumulado reservas corporales anticipadamente, enfrentarán en mejor condición el período invernal y, dada la dinámica del sistema de cría bovina, garantizarán el logro de altos índices de procreo en el próximo servicio. En los registros de la Unidad Experimental de Cría de la EEA del INTA en Mercedes (Provincia de Corrientes), se encontró que hay una correlación positiva entre la condición corporal a la entrada del invierno y la condición corporal preservicio. Si, como debiera proponerse, el objetivo es que la vaca tenga una condición corporal 3,5 en el momento del servicio, debe tener a la entrada del invierno, o con mayor precisión, en el momento que el pastizal natural disminuya a casi cero su producción diaria de materia seca (fines de abril, principios de mayo), una condición corporal 5, porque durante el invierno (especialmente por la baja producción de materia seca del pastizal natural) puede llegar a perder 1,5 puntos de condición corporal. Esto representa, aproximadamente un 15% del peso de otoño. Es conveniente realizar el tacto rectal a los días posteriores al retiro de los toros (en la práctica muchas veces coincide con el destete). El diagnóstico de gestación en los rodeos ordenados es una herramienta que permite realizar una radiografía del manejo propuesto, siempre y cuando las condiciones ambientales y/o sanitarias no hayan producido anormalidades. Esto es así porque el objetivo del mismo debe apuntar no sólo a determinar la cantidad de vacas y vaquillonas preñadas, sino que debe conocer con la mayor precisión posible la distribución de esa preñez (preñez grande y preñez chica), para poder adecuar mejor el forraje disponible. En el tacto se encontrarán vacas preñadas y sin cría al pie (secas) o vacías y sin cría al pie. En este último caso, luego de analizar con el veterinario las causas, y determinar que éstas fueron sanitarias y/o clínicas (abortos, tumores, malformaciones, etc.), se deben eliminar. Si resultan vacías por otros motivos (estado corporal, cola de parición, contingencias climáticas) se les podrá dar otra oportunidad. Una vez realizado el descarte de todos los animales que no resulten aptos para producir, se debe diagramar la estrategia de alimentación de aquellos que permanecen en el sistema, intentando adecuar la oferta de forraje a los requerimientos de las distintas categorías que componen el rodeo. La categoría más sensible en cuanto a requerimientos nutricionales en este momento va ser la de las vaquillonas de primer servicio, debido a que además de gestar, también están completando su crecimiento. Es por esta razón que a este grupo de animales se le debe asignar los potreros de mejor calidad forrajera disponible, no solamente hasta el parto, sino que deben continuar su alimentación hasta su segundo servicio, momento en el cual se define el éxito o fracaso del manejo propuesto a esta categoría. 10

12 Respecto al resto de las categorías (rodeo adulto o general) dado que los requerimientos nutricionales todavía no son importantes, es posible realizar un manejo diferencial dependiendo fundamentalmente del estado corporal a este momento. Se supone que si hubo buenos índices de preñez, el estado del rodeo será un fiel reflejo de ello, en consecuencia se puede diagramar una estrategia de alimentación que contemple estos bajos requerimientos de principios de gestación. Es posible en ciertas condiciones hasta pensar en una restricción del consumo voluntario, regulando de alguna manera la cantidad y calidad del forraje ofrecido, por ejemplo mediante la utilización de heno, proveniente de la transferencia de excedentes de primavera, concentrando en un potrero a las vacas, y de esta forma permitir que el crecimiento de las pasturas en otoño quede en pie, para satisfacer las necesidades de principio de parición. Esta alimentación controlada puede realizarse en un potrero de poco o escaso valor forrajero (campo natural, pasturas degradadas, rastrojos de cosecha gruesa especialmente maíz, campo de sierra o de monte, etc.) para lo cual es necesario colocar allí las vacas e implementar alguna técnica de manejo del pastoreo rotativo o en franjas mediante el uso de alambrado eléctrico. Por supuesto que es también necesario ir observando el estado corporal de los animales sometidos a este manejo, para poder detectar aquellos que no se adaptan a este sistema e ir retirándolos a un recurso forrajero de mayor valor nutricional, con el objetivo de lograr una rápida recuperación de estado. Si no se toman estas precauciones es preferible no poner en práctica este manejo, debido a que lo que pretende ser una alternativa de manejo racional, puede terminar en un problema de pérdidas importantes. Se debe destacar que para poner en práctica el manejo de restricción nutricional otoño-invernal de la vaca de cría deben cumplirse algunas pautas consideradas de fundamental importancia: Realizarlo sólo a vacas que tengan un buen peso y estado corporal. Tener algún control sobre los cambios de peso o estado corporal. Retirar del sistema aquellos animales que presenten importantes pérdidas de peso o estado corporal, para permitir su recuperación. Un momento importante para evaluar la condición corporal es el destete del ternero y/o tacto rectal para diagnóstico de preñez. En esta época, se pueden separar las vacas de buena condición corporal - mayor de 5 - para someterlas al período restrictivo, de las vacas con condición corporal menor a 4 para realizarles un manejo nutricional especial (suplementación, pastura implantada, etc.). Esta clasificación permite mejorar la ganancia de peso de los vientres de baja condición corporal para que estos lleguen en una buena - 5 ó mayor - al parto. Los productores deberán elegir una época de parición que sea compatible con las características de sus pasturas y de ser necesario, establecer un programa de suplementación estratégica (proteica, energética, mineral, etc.). Esto le va a permitir mantener a sus vacas en la condición corporal adecuada para su estado fisiológico, pero siempre pensando en aprovechar con la máxima eficiencia el recurso de menor costo, que es la pastura. Es necesario tener presente que 11

13 períodos de deficiencia energética pueden ser satisfechos con las reservas corporales. Esto se manifestará con pérdidas en la condición corporal. Estas reservas han sido acumuladas durante períodos de excedentes forrajeros y se visualizan como aumentos en la condición corporal. Vacas en buena condición corporal (5 ó mayor) al momento del parto pueden perder algo de la misma sin reducir su performance reproductiva. Por lo tanto, es importante lograr que las vacas paran con condiciones corporales como las mencionadas y, en caso de no poder lograr estos valores sólo con pasturas, recurrir a la suplementación. En el último tercio de la gestación se debe comenzar a mejorar el nivel de la alimentación, debido a que los requerimientos de la gestación pasan a ser mayores. Como se comentó, hacia el final de la gestación los requerimientos aumentan hasta el parto (mediados de julio), donde la vaca se encontrará con cría al pie, es decir vacía y lactando. Se hacen máximos durante el tercer mes de lactancia. El comienzo del período de restricción coincide con el destete, momento en el cual las vacas tienen bajos requerimientos al suprimir la lactancia. Partiendo de animales en buen estado corporal (superior a 5) es aceptable manejar una pérdida de peso de alrededor de 40 ó 50 kg desde el destete al parto (pérdida de peso de 300 gramos por día). Luego, si se ha hecho una adecuada presupuestación forrajera, también es posible una recuperación de peso de 300 gramos por día desde ese momento hasta el comienzo del servicio. La vaca de cría debe tener una condición corporal semejante a 5 para que el intervalo parto a primer celo no se prolongue más allá de los 60 a 70 días. Otro momento clave para relacionar condición corporal y reproducción es el momento del servicio. Vacas con condición corporal 3,5 al inicio del servicio tienen intervalos servicio parto iguales o menores a 365 días. Esto significa que estas vacas cumplen con el objetivo de tener un ternero por año, sin atrasarse en la parición. Importancia de la condición corporal previa al servicio Tomando datos de condición corporal en diferentes épocas del año, se pudo comprobar que la fertilidad, medida por el índice de preñez, depende de la condición corporal de la vaca previa al servicio. Esto es, la condición corporal de los vientres a fines de septiembre, en un servicio convencional de octubre, noviembre y diciembre que, con ligeras variantes, es el más difundido en todo el país. Diversos estudios han comprobado que si la vaca está en condición corporal 2 a fines de septiembre se preña el 55%. Si la vaca llega a condición corporal 3 o 3,5, se preña más del 80%. De allí en más los incrementos adicionales son de menor magnitud. De modo que hay una condición corporal óptima, por debajo de la cual el índice de preñez cae de manera importante, comprometiendo los resultados económicos de la empresa. 12

14 Estos resultados estarían en aparente contradicción con los datos obtenidos en la Reserva 6 de la EEA INTA Balcarce, donde debido al manejo allí implementado de restricción alimenticia otoño invernal las vacas llegan al parto con una relativamente baja condición corporal (vacas de kg llegan con aproximadamente kg de peso vivo). La explicación reside en que por el manejo efectuado, estas vacas, si bien están en pobre condición, ya han comenzado a ganar peso, ganancia que continúa hasta el entore y luego durante todo el servicio. Avala esta aseveración el promedio de preñez de 30 años: 93%, una parición perfectamente estacionada y un intervalo promedio entre partos de 367 días (ver cuadro 2). La condición corporal no solamente está relacionada con el porcentaje de preñez, sino que tiene un efecto importante sobre el intervalo parto-concepción. Para valorar la importancia de esta relación hay que tener en cuenta que una vaca tiene una gestación de días, de modo que le quedan días para volver a quedar preñada a los efectos de mantener un intervalo entre partos de un año. Las vacas con condición corporal 3,5 tienen un intervalo parto-concepción de 80 días, que es el deseable. De modo que esa condición corporal (3,5) es un valor límite al cual hay que aspirar para fines de septiembre (antes del servicio convencional). Si la condición corporal es 2 se amplía el intervalo parto-concepción y puede no quedar preñada dentro del período de servicio. Si la condición corporal es muy buena antes del servicio (mayor a 3,5) el intervalo parto-concepción será inferior a 80 días y, por lo tanto, al año siguiente va a ser cabeza de parición. Pero, qué pasa si la vaca no se encuentra en un estado corporal adecuado? Muchos trabajos han mostrado que las vacas con condición corporal 3 están en anestro (no se alzan) en un elevado porcentaje y tienen intervalos posparto (período entre el parto y el primer celo) prolongados. Cuando ha sufrido escasez de alimentos, generalmente debido a la alimentación de invierno y al parto y sus secuelas, y dentro de estas principalmente la producción láctea posparto, el animal hace un uso muy determinado del alimento. Lo primero que trata de cubrir son las necesidades como madre, ya sean para el desarrollo del feto o para alimentar a su cría produciendo leche. Cuando la vaca cubre las necesidades mínimas como madre, recién comienza a destinar parte de lo que consume a la recuperación de su estado corporal. Cuando tiene un nivel mínimo de necesidades cubiertas en lactancia y estado corporal recién comienza a poner en movimiento todo el sistema neurohormonal que termina con el anestro. Se ha determinado que el amamantamiento del ternero contribuye a prolongar el reinicio de la actividad cíclica en las vacas, y especialmente en las de baja condición corporal. Los primeros estudios realizados sobre el efecto del amamantamiento en la performance de los vientres demostraron que vacas que amamantaban ad libitum tenían intervalos mayores desde el parto hasta el primer celo y/o primera ovulación 13

15 que aquellas vacas sin ternero al pie y que, cuando la intensidad del amamantamiento se aumentaba de uno a dos terneros (melliceras), el período posparto también aumentaba. Este comportamiento tiene su fundamento en que el amamantamiento produce una supresión en la secreción de la hormona liberadora de gonadotropinas (GnRH), la cual provoca la supresión de la liberación de hormona luteinizante (LH), responsable de la promoción de los estados finales de maduración folicular y ovulación. Por otra parte, se ha demostrado que el efecto inhibitorio del amamantamiento sobre la ovulación posparto tiene dos componentes: la presencia psicológica del ternero y la lactancia por sí misma. Desde el punto de vista práctico se ha intentado generar tecnologías de manejo que tiendan a disminuir ese efecto adverso del acto de mamar sobre la ovulación. Por esta razón, se ha recurrido a dos sistemas de manejo del amamantamiento del ternero para incrementar los porcentajes de preñez en vacas con baja condición corporal Estas prácticas son el destete precoz y el enlatado : el primero consiste en separar al ternero de su madre con alrededor de los 2 meses de edad mientras que el segundo consiste en la restricción del amamantamiento mediante una placa nasal de lata, madera y actualmente plástico, por 14 días. La condición corporal sola o en combinación con una palpación transrectal de ovarios para determinar ciclicidad ha sido utilizada para seleccionar los vientres a los que se les realiza el manejo del amamantamiento y cuál de los manejos se les aplica. En este sentido, se ha podido determinar que vientres con condición corporal 2 ó menor sólo mejoran sus porcentajes de preñez si se les realiza el destete precoz. Por otro lado, cuando la vaca se encuentra en condición corporal 3 responde bien al enlatado del ternero (produce una respuesta adicional de preñez del 18%). Respecto a los terneros, si bien durante los días que usan las latas o tablillas disminuyen su ganancia de peso (dejan de ganar 5 kg por semana de enlatado), luego de finalizado este tratamiento, se recuperan, no mostrando diferencias al momento del destete definitivo. El destete precoz es una tecnología que viene siendo utilizada en el país desde hace varios años y constituye una herramienta estratégica de mucho valor para el manejo del rodeo de cría, la cual consiste en realizar la interrupción definitiva de la relación vaca-ternero a partir de los 60 días del parto. Numerosos trabajos nacionales han demostrado los incrementos en el porcentaje de preñez que se logra mediante la aplicación de esta medida de manejo, siendo recomendable para aquellos casos en que la baja condición corporal de los vientres esté comprometiendo una buena performance reproductiva de los mismos. Es una alternativa con un gran impacto en las vacas de primera cría, las que tienen altos requerimientos para continuar creciendo y lactando, categoría cuello de botella de los rodeos vacunos del país. También ha sido sugerido tanto para vacas que hayan parido en muy bajo estado corporal como para la cola de parición. 14

16 CONDICIÓN CORPORAL FLACA «Emaciada» Foto 1: Condición Corporal 1 CONDICIÓN CORPORAL FLACA «Conserva flaca» Foto 2: Condición Corporal 2 Fotos: Gentileza de la Asociación Argentina de Brangus 15

17 CONDICIÓN CORPORAL FLACA «Conserva buena» Foto 3: Condición Corporal 3 CONDICIÓN CORPORAL LIMITE «Manufactura» Foto 4: Condición Corporal 4 Fotos: Gentileza de la Asociación Argentina de Brangus 16

18 Sin embargo hay muchos productores que han implementado esta técnica en todo el rodeo, alcanzando y manteniendo un muy alto índice de destete. Si bien el destete precoz es una alternativa correctiva muy apropiada, hay que tener en cuenta que el ternero destetado requiere un excelente manejo sanitario y alimenticio, con costos variables por ternero destetado, que dependerán del manejo que se realice. En rodeos con destete precoz, se observó el 93% de preñez. Mientras que los rodeos de vacas con terneros al pie, lograron una tasa de preñez del 70% (Sampedro, 1993). Cuando se clasificaron las vacas según su condición corporal, se encontró que destetando las vacas de pobre estado (inferior a 3) se logró un índice de preñez del 90%, sin prolongar el período de servicio (Sampedro, 1995). Si con el destete temporario era posible pasar del 50 al 70% de preñez, con el destete precoz se lograba una fertilidad del 90% en vacas con pobre estado corporal. En un rodeo de la Unidad Experimental de Cría de la EEA INTA de Mercedes, se pasó del 68 al 99% de preñez. En síntesis, mediante el uso de estos esquemas de clasificación de vientres y manejo del amamantamiento se pueden lograr porcentajes de preñez similares (85 al 95%) en vientres con condición corporal 3 ó menor y aquellos con condición 4 ó mayor. Un factor a tener en cuenta para el mejor comportamiento reproductivo de los vientres, es la ganancia de peso durante el servicio. Durante este período las vacas deben seguir ganando peso ( gramos por día) hasta llegar al final del mismo. Vacas que llegan con buen estado corporal al momento del servicio y logran mantener durante el entore esa condición corporal, no tendrán problemas para quedar preñadas. Entonces las vacas se presentarían preñadas y con cría al pie (lactando). Los problemas se presentan cuando las vacas llegan al servicio con buen estado corporal, pero pierden peso durante el entore. Si hay pérdida de peso durante el servicio, la reducción de los porcentajes de preñez es importante. No solamente es fundamental que los vientres lleguen con buen estado corporal hasta el momento de comenzar el servicio sino, por lo menos, mantener ese estado durante el mismo. Este es el origen del problema que se genera en primaveras secas, con falta de rebrote tanto del pastizal natural (rebrote demorado) como de las pasturas, existiendo registros de caídas importantes en el porcentaje de preñez, que puede llegar a valores ligeramente superiores al 50%, aún con buen estado corporal de los vientres en el momento del parto y el servicio. Consideraciones sobre la restricción nutricional en vacas de cría Aplicar este manejo tiene algunas implicancias sobre otros parámetros productivos del rodeo, siendo uno de ellos el cambio de peso al nacer de los terneros. En 17

19 el cuadro 1 se presentan los pesos al nacer, al destete y el aumento diario de peso vivo (ADPV) de terneros provenientes de vacas que tuvieron restricción alimenticia posdestete (Reserva 6 EEA INTA Balcarce) y de otros sistemas que no lo utilizan como práctica. Cuadro 1: Pesos de terneros al nacer y su relación con la nutrición de sus madres durante la gestación. Con restricción Sin restricción Peso (kg) Reserva 6 Reserva 7 Establec.particular Al nacimiento Al destete ADPV nacimiento-destete 0,695 0,603 0,602 Fuente: Miquel, C. y otros, citado por Sciotti, A., Los pesos de los terneros al nacer en la Reserva 6 son sensiblemente menores respecto a los de la Reserva 7 y a los de un establecimiento particular como producto de la restricción alimenticia de sus madres durante el principio de la gestación. Pero ello no obsta para que esos terneros durante la lactancia tengan una performance superior y lleguen con mejor peso al destete que los de los otros dos grupos (177 vs. 155 kg). Un parámetro que no es afectado por el manejo de restricción de la vaca es el reproductivo a nivel general del rodeo. En el cuadro 2, se presentan los datos sobre pesos promedios de las vacas en diferentes momentos del ciclo productivo del período 1970 a 1994 y su relación con la fertilidad del rodeo. Cuadro 2: Peso promedio de las vacas y su relación con la fertilidad. Período Pesos promedio (kg) Pérdida de peso % de Inicio Fin del Destete- preñez Destete Parto del servicio servicio Parto (%) 1970/ Fuente: Carrillo, J. y Sciotti, A., 1994, citado por Sciotti, A., Se observa que las pérdidas de peso de las vacas en promedio, son de una magnitud del 11% tomando como referencia su peso al destete, pero de ningún 18

20 CONDICIÓN CORPORAL OPTIMA «Empulpada» Foto 5: Condición Corporal 5 CONDICIÓN CORPORAL OPTIMA «Consumo local» Foto 6: Condición Corporal 6 Fotos: Gentileza de la Asociación Argentina de Brangus 19

21 CONDICIÓN CORPORAL OPTIMA «Consumo especial» Foto 7: Condición Corporal 7 CONDICIÓN CORPORAL OBESA «Gorda» Foto 8: Condición Corporal 8 Fotos: Gentileza de la Asociación Argentina de Brangus 20

22 modo esta pérdida de peso reduce los porcentajes de preñez obtenidos, alcanzando un promedio del 93%. Tampoco se observa influencia de esta práctica sobre la distribución de parición de los vientres, tal como se presenta en el cuadro 3. Allí se muestra la distribución porcentual de la parición de vacas que han tenido restricción alimenticia durante el período otoño-invernal, con un servicio de sesenta días y durante un período de nueve años. Cuadro 3: Distribución porcentual de la parición con servicio de sesenta días de noviembre y diciembre. Período Hasta el 31/8 Hasta el 21/9 Después del 21/9 1991/ Fuente: Carrillo, J. y Sciotti, A., 1999, citado por Sciotti, A., 2001 Asumiendo que con un período de servicio de sesenta días las vacas tienen en promedio tres celos fértiles, la distribución de la parición también se va a dar en ese mismo tiempo. Como se observa el promedio es de 70, 22 y 8%, correspondientes a cada uno de los celos o estros, lo que demuestra un 92% de los terneros nacidos en los primeros cuarenta y dos días de parto, con las ventajas que ello origina en estos sistemas por el hecho de tener poca distancia entre la cabeza y cola de parición. Suplementación proteica invernal En la Argentina, en varias zonas de cría, durante julio y agosto, los rodeos disponen sólo de pastizales secos de bajo valor nutritivo. Estos se pueden mejorar con suplementación proteica estratégica. Durante el invierno, es frecuente que las vacas de cría se vean obligadas a pastorear una dieta de baja digestibilidad, escaso contenido de proteína y limitada disponibilidad por unidad de superficie. En esas condiciones se reduce el consumo voluntario y la calidad de lo consumido y, como consecuencia, la performance productiva. En general, el suministro de proteína adicional a forrajes de baja calidad y digestibilidad, estimula el consumo voluntario. Sin embargo, la magnitud de ese efecto dependerá también de la disponibilidad forrajera, del tipo de suplemento y del nivel de suplementación. El aumento de consumo voluntario provocado por la adición de proteína se debe básicamente a la mejora en la eficiencia de la degradación ruminal de la 21

23 fracción fibrosa del forraje. Como consecuencia aumenta la velocidad de pasaje del contenido. El desalojo más rápido del rumen disminuye la distensión de sus paredes, estimulando el consumo. Como regla práctica, se debe esperar una disminución muy grande en el consumo a medida que los forrajes disminuyen su contenido de proteína (a partir del 7%). Asimismo, se puede lograr una respuesta positiva en el consumo voluntario con estos forrajes con la adición de suplementos proteicos. En el cuadro 4 se observa el valor nutritivo de algunos forrajes de baja calidad, comparados con un heno de pastura base alfalfa. Cuadro 4: Composición de heno de pastura base alfalfa y forrajes de baja calidad de probable uso otoño invernal. Recurso Proteína Fibra detergente Digestibilidad % forrajero (1) bruta % neutra % (2) Pastura henificada 14,4 65,5 Pasto llorón diferido 2,5 77,4 33,8 Digitaria eriantha diferida 4,4 72,0 47,6 Piptochaetum napotaense (3) 5,6 80,1 24,0 Stipa tenuis 5,1 79,1 40,9 Paja de trigo 1,2 80,2 40,1 Paja de avena 7,2 69,9 Sorgo diferido 5,7 69,5 47,8 Sorgo henificado 3,8 74,9 (1) Valores medios obtenidos en Laboratorio Nutrición Animal, Dto. Agronomía, UNS. (2) Corresponden a digestibilidad in vitro de la materia seca. (3) Especies de pastizal natural diferidas. Fuente: Arelovich, H., Tipos de suplementos Hay una diversidad de materias primas que se pueden utilizar como suplementos proteicos. Una clasificación grosera según su disponibilidad incluye los siguientes: En el campo Forrajes con alto contenido de proteína (henos, pasturas de leguminosas y verdeos de invierno). Cereales (baja proteína y alto almidón). En el mercado 22

24 Sojilla (granos de soja defectuosos, pequeños y quebrados). Harinas proteicas de origen animal y vegetal. Subproductos de molinería (afrechillo, productos de maltería, gluten). Fuentes de nitrógeno no proteico (urea). Alimentos industriales. En la elección del más adecuado se debe tener en cuenta su disponibilidad, costo y composición nutricional. Suplementación con forrajes Algunos forrajes de alto valor nutritivo y elevados niveles de proteína, como henos o pasturas en pie en estadios jóvenes de crecimiento, pueden utilizarse en programas de suplementación. Sin embargo, debe considerarse que estos forrajes tienen alto contenido de fibra y pueden desplazar volúmenes importantes de la dieta basal comparados con otros suplementos más concentrados. En otros países se comercializan habitualmente pellets de alfalfa deshidratada, que producen una mejora en el consumo y mayor utilización de forrajes de baja calidad. A esto contribuye la mayor densidad de los comprimidos comparados con el heno en forma de rollos, que ocupan menor volumen ruminal. Los pellets se aprovechan un 20% más que el heno largo, al no haber desperdicio en el suelo y resultan de fácil manejo y almacenaje. Para vacas de cría en pastoreo en forrajes de baja calidad se recomiendan si económicamente es factible, dos a tres kilos de pellets de alfalfa deshidratada por día. Los pellets de alfalfa no abundan en el mercado argentino, pero hay gran disponibilidad de henos de alfalfa o de pastura con base de alfalfa, que se pueden utilizar para suplementar forrajes de baja calidad. Los verdeos invernales pueden convertirse en pastoreos complementarios para mantener la condición corporal de las vacas de cría. Se pueden combinar con los pastizales pastoreando dos horas de verdeo, día por medio, o dando un día de pastoreo de verdeo cada tres a cinco días de uso del campo natural. Esta recomendación está referida a verdeos de trigo con 20 a 30% de proteína bruta de alta solubilidad ruminal, lo que favorece la degradación de la fibra del forraje de baja calidad. Sin embargo, los verdeos complementarios pueden verse limitados por un contenido de proteína bruta inferior al 12-13% en junio-julio, sobre todo avena en los suelos de baja fertilidad de la región semiárida. Las pasturas perennes cumplen una función similar a la de los verdeos cuando su ciclo de crecimiento coincide con un forraje abundante de baja calidad. Suplementación con concentrados Esta categoría incluye granos, harinas de la industria oleaginosa y suplementos complejos. 23

25 Los cereales poseen un elevado contenido de almidón, lo que generalmente provoca una disminución en la digestión ruminal de la fibra. Su contenido de proteína es marginal (entre el 9 y el 13%) por lo que generalmente no resuelven una deficiencia de ese nutriente. Por el contrario, pueden provocar una depresión del consumo voluntario del forraje de base, aunque la magnitud de este efecto dependerá de la disponibilidad de pasto, del tipo de grano y de la cantidad suministrada. Sin embargo, ante una baja disponibilidad forrajera, y no contando con un suplemento proteico o una mezcla grano-urea, entonces la única alternativa sería suministrar grano para la supervivencia. El afrechillo es un subproducto de la molinería con cantidades variables de almidón y de un 15 a un 17% de proteína bruta. Posee un contenido de fibra superior al de un grano y un porcentaje de proteína relativamente marginal para ser definido como concentrado proteico, por lo que, para ser usado con ese propósito, debe compararse en costo con otros suplementos existentes en el mercado. La presentación puede ser en pellets o en harina. La Argentina produce principalmente harinas de soja y de girasol como subproductos de la industria aceitera. Estas harinas son concentrados proteicos de aproximadamente 42 y 30% de proteína respectivamente. La ventaja de los concentrados proteicos, como suplementos de forrajes de calidad intermedia a baja, radica en el menor volumen que debe utilizarse para proporcionar la cantidad de proteína requerida. De esta manera, comparando con el afrechillo, se utiliza aproximadamente la mitad de los kilos necesarios para aportar la misma cantidad de proteína total. En la elección del suplemento proteico a usar es necesario considerar el costo por unidad de proteína adicional, más que por kilo de suplemento y la concentración de proteína en el suplemento. En niveles bajos de suministro total de proteína pueden tener ventajas los suplementos menos concentrados, por el aporte adicional de energía, y se mantiene el efecto positivo sobre el consumo voluntario. En niveles más altos de suministro total de proteína, resultarían más ventajosos los suplementos con mayor contenido de ese nutriente. En este caso, no habría efecto de sustitución y se obtendría mayor aporte de energía por el incremento de consumo voluntario del forraje. En Australia, utilizan generalmente harina de algodón como suplemento proteico por sus atributos de disponibilidad en el mercado, alta palatabilidad y contenido de proteína no degradable en el rumen. Suplementos complejos Con frecuencia la formulación de suplementos complejos con más de un com- 24

26 ponente es la forma más eficiente para utilizar la harina de girasol y otras harinas proteicas, tanto desde el punto de vista económico como biológico. Esto implica el empleo de mezclas con granos, harinas proteicas, urea y minerales. La incorporación de granos permite realizar un aporte adicional de energía. La inclusión de urea posibilita disminuir el costo de suplementación, aunque la magnitud de la respuesta casi siempre es inferior a la observada con proteína natural. Además, la urea presenta problemas de manejo. Las animales necesitan adaptación y su rápida degradación puede provocar toxicidad si la cantidad ingerida es alta. También puede presentar problemas de palatabilidad y rechazo. Algunas reglas prácticas para el uso de urea en suplementos proteicos son los siguientes: Prever un período de adaptación durante 7 a 14 días. Suministrar como máximo entre el 20-30% del total de proteína como urea. En suplementos de baja concentración proteica, se debe asegurar disponibilidad de una fuente de hidratos de carbono solubles como granos o melaza. Dar poca cantidad y con mayor frecuencia. Asegurar la disponibilidad de minerales críticos (fósforo, azufre, elementos traza). Adicionar 250 ppm de zinc para disminuir la degradación ruminal de la urea. Suplementación con grano entero de soja En los últimos años se ha expandido el cultivo de soja hacia zonas antes consideradas marginales para su cultivo. Simultáneamente en estas mismas áreas o cercanas, la ganadería es de trascendencia y se dispone de forrajes de baja calidad. En un estudio reciente se evaluó el efecto de la suplementación con grano de soja sobre el consumo voluntario en vacunos alimentados con paja de trigo. En el mismo se observó un incremento importante en el consumo de materia seca y mejoras en los niveles digestivo y metabólico que impactaron positivamente en el desempeño animal. Frecuencia de la suplementación La frecuencia de la suplementación estará definida por la mano de obra, la infraestructura, la disponibilidad del forraje y las características del producto. Puede ser semanal, diaria, más de una vez al día o continua en el caso de suplementos de consumo autorregulable. En general, la suplementación frecuente promueve los mejores resultados biológicos. Sin embargo, un programa de suplementación de tres veces por semana no parece afectar demasiado la productividad de las vacas de cría, si éstas tienen un buen estado al inicio de la suplementación (ver cuadro 5). 25

27 Los suplementos proteicos en bloques pueden contener melaza, sal o bentonita para regular la ingesta diaria. Cuadro 5: Concentración de proteína en el suplemento y frecuencia de suplementación sobre la respuesta en vacas preñadas (Adaptado de Beaty y col., 1994). Diaria 3 veces a la semana Prom Prom. Cambio de peso, kg Cambio CC -2,0-1,0-0,6-0,5-1,0-2,0-1,1-0,9-0,6-1,2 Suplementación: 2,25 kg/animal/día. Período de invierno hasta 48 h posteriores al parto (descontada la pérdida por peso del ternero) CC inicial: 5,2 Fuente: Arelovich, H., Efecto de la suplementación proteica sobre la reproducción El grado de engrasamiento tiene alta correlación con índices reproductivos. Como las vacas de cría reciben habitualmente forrajes de baja calidad, la suplementación proteica se encuentra frecuentemente asociada a la mejora de la fertilidad mediante el mantenimiento o aumento de la condición corporal con este tipo de forrajes. Conclusión En base a las necesidades alimenticias de la vaca es que se puede regular, en cierta manera, su alimentación, lo que permite restringirla cuando su necesidad de alimento es baja (no necesita alimento), pero alimentándola bien cuando esas necesidades aumentan. Este aumento se produce aproximadamente en los dos últimos meses preparto y los primeros tres meses de lactancia. De allí se deduce que, dadas las condiciones estacionales de producción de los forrajes y las necesidades variables de la vaca de cría, el hombre debe realizar, para ser eficiente, un manejo muy ajustado de animales y recursos. La primera medida a considerar es la época o momento de servicio. Dado que éste se produce después del parto, ocurrido en invierno, la vaca tiene grandes requerimientos 26

28 nutricionales: debe producir leche, recuperarse del parto, recomponer estado corporal y poner en marcha todo su sistema neurohormonal para iniciar los celos en forma regular. De acuerdo al o a los recursos forrajeros con que se cuente, habrá que conocer el momento de máxima oferta forrajera para cubrir todas las necesidades, de modo de hacer coincidir los momentos de máxima oferta con los de máximos requerimientos nutritivos. Generalmente esta mayor disponibilidad forrajera se produce en la primavera térmica (septiembre, octubre y noviembre). Recuerde: En base a las necesidades alimenticias de la vaca es que se puede regular, en cierta manera, su alimentación, permitiendo restringirla cuando no necesita alimento, pero alimentándola bien cuando esas necesidades aumentan. El uso de la condición corporal en la vaca de cría es una herramienta útil, sencilla y económica que permite (relacionándola con los recursos forrajeros) optimizar la productividad de los rodeos de cría. Anexo Condición corporal 1 (Condición corporal flaca) Clasificación comercial: emaciada Características: es una vaca extremadamente flaca. La estructura ósea del hombro, costillas, dorso y cadera es angulosa, muy sobresaliente y áspera al tacto. Hay una severa pérdida muscular con ausencia total de grasa y el animal presenta debilidad física. Las costillas están muy marcadas y son visibles los espacios intercostales. Las vértebras lumbares son muy prominentes, afiladas y visibles. En dicha zona, no hay evidencia de grasa y la vaca tiene muy poca musculatura. La columna vertebral es muy notoria, con escasa musculatura y no hay tejido graso. El área de inserción de la cola parece hueca, muy hundida. El nacimiento de la cola da la impresión que sale por arriba de esta zona. Como se dijo, los huesos del anca y de la cadera son muy afilados, visibles sin musculatura y no hay evidencia de depósitos grasos. En los cuartos traseros hubo pérdida de tejido muscular. Son cóncavos (curvatura hacia adentro). La piel parece apoyarse sobre la estructura ósea. (Foto 1). Condición corporal 2 (Condición corporal flaca) Clasificación comercial: conserva flaca Características: también es una vaca muy flaca, pero se advierte algo de 27

29 musculatura en el cuarto trasero. En las estructuras óseas se aprecia alguna cobertura muscular, especialmente en el hombro y en el cuarto posterior. Las apófisis espinosas y transversas de las vértebras se ven con facilidad, son ásperas al tacto y muestran los espacios entre ellas. Las costillas, las vértebras lumbares de la columna, los huesos del anca y caderas son visibles y prominentes. El punto de inserción de la cola aún está hueco y no se observa tejido graso. Esta zona se presenta como si fuera un techo a dos aguas con mucha pendiente (Foto 2). Condición corporal 3 (Condición corporal flaca) Clasificación comercial: conserva buena Características: la cobertura muscular ha aumentado, pero aún es insuficiente para cubrir las costillas o para rellenar el dorso, lomo y cadera. Las apófisis espinosas todavía son visibles y las tuberosidades de la cadera se mantienen angulosas. Las costillas anteriores empiezan a cubrirse con tejido muscular y graso, y gradualmente se hacen más visibles las posteriores. Las vértebras lumbares son menos visibles, pero al tacto se las distingue y se detectan los espacios que las separan. Hay más musculatura y algo de tejido graso que suaviza un poco su estructura, haciéndola más redonda, menos filosa. Los huesos de la columna vertebral se ven menos filosos, un poco más redondeados porque hay algo de musculatura y existe un poco de grasa. Los huesos del anca se notan más redondeados, pero aún son prominentes. La base de la cola está menos hundida porque se comienza a observar musculatura y algo de tejido adiposo. El cuarto trasero tiene más musculatura, pero su aspecto de perfil es aún cóncavo (Foto 3). Condición corporal 4 (Condición corporal límite) Clasificación comercial: manufactura Características: las marcas de las costillas anteriores no son visibles. Sólo se observan las dos últimas (12 y 13). Las restantes no se ven por la deposición de grasa superficial. Las tuberosidades de la cadera comienzan a redondearse. Se detecta leve mullidez en la zona lumbar. Las vértebras lumbares no se pueden identificar visualmente, sólo al tacto con una suave presión. La columna vertebral se ve bastante redondeada. Los huesos del anca tienen pocas prominencias y están suavizados por músculos y grasa. La base de la cola comienza a rellenarse por acumulación de grasa. El cuarto trasero tiene buena musculatura y su perfil es recto. En esta condición, el vientre ha recuperado su musculatura (Foto 4). Condición corporal 5 (Condición corporal óptima) Clasificación comercial: empulpada Características: no son visibles las dos últimas costillas, a menos que el animal 28

30 tenga un arco costal grande o esté desbastado. La zona media de las costillas comienza a palparse esponjosa. Los huesos lumbares, de la columna vertebral y del anca están redondeados por la musculatura y el tejido graso. La base de la cola está casi llena. El perfil del cuarto trasero es convexo, lleno de musculatura y presenta evidencia de depósitos de grasa (Foto 5). Condición corporal 6 (Condición corporal óptima) Clasificación comercial: consumo local Características: los cuartos posteriores se visualizan rellenos y redondeados. La cobertura de las costillas, el ala de la cadera y la base de la cola es gruesa y muy esponjosa. Las costillas están totalmente cubiertas y no se ven. Las vértebras lumbares y dorsales no se observan. La columna comienza a tomar una forma de tabla. Los huesos del anca están bien redondeados por tejido musculoso y graso. La base de la cola está bastante llena y el nacimiento de la cola parece estar insertado en la zona. Los cuartos traseros están llenos y convexos. En este grado de condición los tejidos comienzan a advertirse algo esponjosos a la vista, por la acumulación de grasa (Foto 6). Condición corporal 7 (Condición corporal óptima) Clasificación comercial: consumo especial Características: el animal se ve redondeado con una cobertura grasa uniforme. En ambos lados de la base de la cola se observa mucha grasa acumulada. El nacimiento de la cola comienza ha enterrarse en la grasa. En el cuarto trasero comienzan a aparecer polizones de grasa que se mueven al caminar el animal (Foto 7). Condición corporal 8 (Condición corporal obesa) Clasificación comercial: gorda Características: el animal toma un aspecto liso y cilíndrico. La forma del animal es compacta y redondeada. Hay abundante cobertura de grasa subcutánea, muy gruesa y esponjosa, formando polizones alrededor de la cola. Se advierten depósitos de grasa en el pecho y en la ubre. La estructura ósea es difícil de visualizar. El cuarto trasero se observa muy redondeado con abundante tejido adiposo (Foto 8). Condición corporal 9 (Condición corporal obesa) Clasificación comercial: engrasada en exceso Características: es un animal extremadamente gordo. Su movilidad se dificulta 29

31 por el exceso de grasa. Presenta depósitos grasos aún más marcados que en la condición anterior en pecho, ubre y cuarto posterior. En los sistemas de producción argentinos, esta condición se observa ocasionalmente. Bibliografía Arelovich, Hugo. Suplementación invernal de rodeos de cría, en Rev. de los CREA Nº 285, año XXXVI, Ed. AACREA, Bs. As., julio de 2004, pp Carrillo, Jorge. Manejo del rodeo de cría en situaciones de emergencia, en Manejo de un rodeo de cría, 2ª Edición, Cap. XVII, Ed. CERBAS INTA, 1997, pp Carrillo, Jorge. La vaca de cría, en La ganadería que viene, Cap.V, Ed. Difusión ganadera, Bs. As., 2001, pp Quintans, Graciela. Algunas consideraciones sobre el manejo del rodeo de cría previo al entore, en Hereford Nº 636, año LXX, Bs. As., diciembre de 2004, pp Sampedro, D.; Galli, I. y Vogel, O. Condición corporal. Una herramienta para planificar el manejo del rodeo de cría. Serie técnica Nº 30, Ed. INTA, agosto de Sciotti, Antonio. Algunas consideraciones básicas sobre manejo nutricional de los vientres en cría bovina, en Stahringer, Rodolfo. Importancia del uso de la condición corporal en la ganadería de cría, en Cartilla descriptiva del grado de condición corporal en vacas de cría, Asociación Argentina de Brangus. Stahringer, Rodolfo. El manejo del amamantamiento y su efecto sobre la eficiencia productiva y reproductiva en los rodeos bovinos de cría. Resultados en el Noreste Argentino (NEA) en Taurus, Nº 18, año 5, junio de 2003, pp Stahringer, Rodolfo. Herramientas para el manejo del rodeo de cría en Cría vacuna. Cuad. de Act. Téc. Nº 66, Cap. 10, Ed. AACREA, sept. de 2003, pp El Ing. Agr. Jorge Carrillo es Magister Scientiae del Inst. Interamericano de Ciencias Agrícolas OEA (Colonia, Uruguay) y Turrialba (Costa Rica). Es autor del libro Manejo de un rodeo de cría. Su dirección electrónica es jmcarrillo@copetel.com.ar 30

32 Requerimientos minerales del rodeo de cría 1 Los minerales constituyen elementos fundamentales en la alimentación, tanto para el crecimiento, como para el desarrollo y la salud animal. Ejercen sus funciones a distintos niveles dentro del organismo animal, y a pesar que hay diferencias importantes entre sí, existe un esquema general para todos ellos. Un lugar donde los minerales ejercen sus funciones específicas es a nivel tisular. Desarrollan funciones estructurales como son la formación de los huesos y de otros tejidos de sostén (cartílagos), o funciones metabólicas como componentes de enzimas o coenzimas, en la transmisión del impulso nervioso, etc. En el caso de los rumiantes no se debe minimizar su intervención en el metabolismo ruminal. Las bacterias y protozoos presentes en el medio ruminal, como todo ser vivo, requieren minerales para lograr un óptimo crecimiento, reproducción y producir la degradación de los alimentos. Gran parte de las mermas en la producción de los rumiantes, se deben a una baja eficiencia de conversión alimenticia, debida a una menor digestibilidad y aprovechamiento de nutrientes que se originan por deficiencias minerales. Algunos elementos minerales han sido reconocidos desde hace muchos años como nutrientes esenciales en la alimentación animal. Son aquellos nutrientes que han demostrado realizar funciones metabólicas en el organismo. 1 Revisado y corregido por la Lic. en Bioquímica Susana Cseh. 31

33 Para que un elemento mineral sea considerado esencial, es necesario comprobar que las dietas purificadas en las que falta ese elemento, provocan síntomas de deficiencia en los animales, y que dichos síntomas pueden curarse o prevenirse al incluir en la dieta experimental el elemento en cuestión. A los minerales se los clasifica académicamente en macrominerales y microminerales. El primer grupo, el que se conoce como macrominerales o elementos mayores, incluye al calcio, fósforo, potasio, sodio, cloro, magnesio y azufre. Los requerimientos en los animales se expresan en el orden de g/día o como % de la materia seca de la dieta. El otro grupo, el que se denomina microminerales o minerales traza, debido a que están presentes en el cuerpo animal en cantidades comparativamente mucho menores que los macronutrientes (ver cuadro 1), tienen requerimientos en la dieta que son del orden de los mg/animal/día o se expresan como partes por millón de la materia seca (MS) consumida. En general, los macrominerales se distribuyen en mayor proporción en los tejidos de sostén, como son los huesos, y a su vez, contribuyen en el mantenimiento de las propiedades fisicoquímicas del ambiente ruminal (poder tampón, presión osmótica y tasa de dilución) y son componentes celulares y activadores enzimáticos. Los microminerales, forman parte de sistemas enzimáticos y hormonales en el animal, y además participan en reacciones enzimáticas microbianas a nivel ruminal (cuadro 2). Cuadro o 1: 1 : Composición mineral de un novillo de 420 kg de peso vivo. Elemento kg totales en el cuerpo Calcio (Ca) 6,88 Fósforo (P) 3,40 Sodio (Na) 1,01 Potasio (K) 0,88 Cloro (Cl) 0,71 Azufre (S) 0,63 Magnesio (Mg) 0,23 Hierro (Fe) 0,025 Zinc (Zn) 0,012 Cobre (Cu) 0,0016 Iodo (I) 0,00017 Manganeso (Mn) 0,00013 Cobalto (Co) 0, Molibdeno (Mo) 0, Selenio (Se) 0, Fuente: N.R.C., 1984; A.R.C., 1980; Underwood, 1982; citado por Corbellini,

34 Cuadro o 2: 2 : Funciones estructurales, metabólicas, enzimáticas y hormonales de los minerales. Mineral Ca P Mg Cl y Na K S Cu Fe Zn I Mn Co Se Funciones estructurales, metabólicas, enzimáticas y hormonales Componente estructural de huesos y dientes. Función principal en la coagulación de la sangre. Permeabilidad de las membranas. Tonicidad y contracción muscular. Componente estructural de huesos y dientes. Actúa en el crecimiento. Componente del ADN y del ARN. Integrante principal en la transferencia de energía ATP, ADP y AMP. Imprescindible para el crecimiento y desarrollo de los microorganismos del rumen. Componente estructural de huesos, dientes y músculos. Activa más de 300 enzimas. Es esencial en el complejo MgATP. Regula permeabilidad de membranas. Interviene en la transmisión del código genético. Actúan en el equilibrio electrostático (anión y catión) y en la presión osmótica. Controlan el transporte a través de las membranas. Interviene en el equilibrio ácido-base y en la transmisión del impulso nervioso. Participa en el transporte a través de membranas. Componente de numerosos aminoácidos. Es indispensable para el metabolismo de microorganismos ruminales. Componente de numerosas enzimas. Componente de proteínas que actúan en el transporte y utilización del oxígeno (hemoglobina). Componente de enzimas y metabolismo de ácidos nucleicos. Actúa en el metabolismo a través de hormonas tiroideas. Componente de enzimas. Componente de la vitamina B 12 (cianocobalamina) Previene el estrés oxidativo de las células. Está involucrado en el metabolismo de la glándula tiroides. Fuente: adaptado por Cseh, S., Hasta 1950, se consideraban esenciales 13 elementos minerales. Se trataba de los elementos mayoritarios calcio, fósforo, potasio, sodio, cloro, azufre y magnesio, y los microelementos o elementos traza, hierro, iodo, cobre, manganeso, zinc y cobalto. En 1953 se incluyó al molibdeno, en 1957 al selenio y en 1959, al cromo. En los últimos años, se ha producido un incremento rápido en la cantidad de elementos traza considerados esenciales. Flúor, silicio, vanadio, estaño, arsénico 33

35 y níquel se han añadido a los nueve indicados anteriormente. Es muy probable que el grupo no esté completo, ya que se ha sugerido que, en los tejidos animales, pueden realizar funciones metabólicas hasta 40 o más elementos minerales. Afortunadamente, la mayoría de estos elementos traza, en especial los descubiertos recientemente, se necesitan en cantidades tan pequeñas, y se encuentran en tantos alimentos de los animales, que las deficiencias son extraordinariamente raras en las condiciones prácticas de explotación. Como se mencionó, los investigadores han fijado una serie de pautas para definir la esencialidad de un mineral, pero los criterios, si bien se ajustan a trabajos de investigación realizados en situaciones controladas con animales de laboratorio, no siempre tienen en cuenta totalmente a las condiciones de campo, donde quizás el concepto de respuesta animal a la suplementación siga siendo el mejor parámetro a usar. Las situaciones de deficiencias y/o desequilibrios minerales y su impacto sobre la producción animal deben ser evaluados teniendo en cuenta la alimentación sólida completa que reciben los animales (forrajes verdes o conservados, granos, subproductos de origen vegetal o animal, etc.), ya que, en la mayoría de situaciones, el mayor aporte cuantitativo estará dado por ese ingreso, siendo, por lo tanto, los factores que determinan el contenido mineral de las pasturas y reservas forrajeras, así como las diversas interrelaciones entre los distintos minerales entre si y con otros nutrientes, los que establecen la capacidad de dichos alimentos para brindar cantidades apropiadas de minerales. A partir de este conocimiento, se podrá calcular con mayor precisión la provisión adicional a suplementar a través de sales minerales orales y/o compuestos inyectables. Son varios, y no siempre totalmente conocidos, los factores que modifican el contenido y la biodisponibilidad de los distintos minerales de los forrajes y subproductos de origen vegetal, por ejemplo: la especie forrajera, las características del suelo, el estadio vegetativo de las plantas, las condiciones de cosecha y conservación, etc. Así, vale destacar que las leguminosas (a igualdad de condiciones edafo-climatológicas), suelen ser de 2 a 4 veces más ricas en Ca que las gramíneas. También contienen, por lo general, concentraciones más altas de K, Mg, S, Fe, Co, Cu y Mo, con concentraciones más bajas en Na y similares en Mn. En los cuadros 3 y 4, se presentan algunos valores (rango entre valores máximos y mínimos) en pasturas y forrajes conservados de distintos macro y microminerales, de acuerdo a datos recopilados de trabajos de relevamiento efectuados por el INTA y por laboratorios privados, en diversas áreas de la Pampa Húmeda. Dado que no hay mucha información, generada localmente, sobre la concentración de minerales en granos y algunos subproductos, en el cuadro 5 se presentan datos extraídos de tablas de composición nutricional de Estados Unidos y del Reino Unido (A.R.C.,1980; N.R.C., 1984). 34

36 Cuadro o 3: 3 : Contenido de macro y microelementos minerales (valores máximos y mínimos) en pasturas de la Pampa Húmeda. Pastura Mineral Unidad Avena base gramíneas Raigrás anual Pastura base leguminosas Ca g/kg MS 0,14-0,43 0,13-1,19 0,23-0,52 0,54-1,83 P g/kg MS 0,12-0,45 0,11-0,55 0,15-0,46 0,17-0,52 Mg g/kg MS 0,08-0,24 0,09-0,31 0,15-0,21 0,15-0,36 K g/kg MS 2,45-5,40 0,51-5,70 2,77-5,79 2,34-4,95 Na g/kg MS 0,02-0,57 0,003-0,53 0,009-0,73 0,009-0,27 S g/kg MS 0,17-0,37 0,09-0,30 0,17-0,35 0,10-0,37 Zn mg/kg MS Cu mg/kg MS 3, Mn mg/kg MS Mo mg/kg MS 1,1-6,2 0, Fuente: INTA Balcarce y Castelar, y Vidart, 1996; citado por Corbellini, Cuadro o 4: 4 : Contenido en macro o y microminerales en forrajes conservados en la Pampa Húmeda. Mineral Unidad Silajes Silajes Heno base Heno base pasturas pasturas Maíz gramíneas leguminosas gramíneas leguminosas Ca g/kg MS 0,12-0,65 0,81-1,10 0,3-0,79 0,77-1,45 0,11-0,50 P g/kg MS 0,11-0,24 0,25-0,28 0,10-0,33 0,19-0,28 0,08-0,35 Mg g/kg MS 0,08-0,24 0,15-0,24 0,13-0,26 0,17-0,24 0,05-0,30 K g/kg MS 1,08-3,15 2,66-3,33 1,70-3,63 2,08-3,52 0,37-2,34 Na g/kg MS 0,009-0,15 0,011-0,21 0,02-0,25 0,02-0,41 0,002-0,17 S g/kg MS 0,08-0,17 0,14-0,27 0,10-0,23 0,17-0,26 0,07-0,15 Zn mg/kg MS Cu mg/kg MS Mn mg/kg MS Mo mg/kg MS 0,7-2,4 1,3-4,0 1,6-3,7 1,1-4,1 0,5-4,1 Fuente: Vidart, 1996; citado por Corbellini,

37 Cuadro o 5: 5 : Contenido en minerales en granos y subproductos (valores promedios). Granos Mineral Unidad Cebada Avena Maíz Sorgo Subproductos Afrechillo Semilla trigo algodón Ca g/kg MS 0,4 0,7 0,2 0,4 1,1 1,4 P g/kg MS 3,4 3,8 3,1 3,3 12,2 10,8 Mg g/kg MS 1,4 1,3 1,7 1,9 5,3 5,4 Na g/kg MS 0,2 0,8 0,2 0,3 0,4 0,5 Co mg/kg MS 0,12 0,08 0,07 0,05 0,10 0,16 Cu mg/kg MS I mg/kg MS 0,08 0,07 0,06 0,04 0,09 Mn mg/kg MS Zn mg/kg MS Se mg/kg MS 0,15 0,22 0,07 0,44 0,38 Fuente: N.R.C., 1989 y 1996; A.R.C., 1980; citado por Corbellini, La absorción de minerales por parte de las plantas depende del tipo y calidad del suelo, pudiendo verse afectada por el ph, condiciones de permeabilidad, estructura, contenido de materia orgánica, humedad, etc. Las plantas responden ante una deficiencia de minerales en el suelo, por medio de una reducción en su tasa de crecimiento (menor oferta forrajera por hectárea), una disminución en la concentración del mineral en las plantas, alteraciones en el color, problemas sanitarios o, la combinación de todos los efectos a la vez. Sin embargo, el análisis de la concentración de minerales en el suelo no es, por lo general, un dato muy indicativo de la concentración en los forrajes, con la excepción del P, I, Co y Se. En otros casos, la absorción de los minerales del suelo por las plantas dependerá, especialmente, del ph y del grado de ionización de los cationes y aniones. Así, por ejemplo, los suelos ácidos (ph <4,0) suelen producir forrajes más pobres en Ca que los alcalinos (ph >7,0), mientras que los suelos arcillosos, fuertemente alcalinos, inmovilizan el Cu, dificultando su absorción por las plantas, mientras que favorecen la acumulación de Mo en los tejidos vegetales, desencadenando la deficiencia secundaria de Cu en los animales. La absorción de Co y Mn por las plantas se ve favorecida por la reacción ácida del suelo, mientras que los suelos muy ácidos o muy alcalinos suelen ser pobres en P disponible, aunque ambos contienen, en general, buenas concentraciones totales de P y Al. En cuanto a su estructura, se ha visto que los suelos arcillosos y/o de alto contenido en materia orgánica, son ricos en K, mientras que los suelos arenosos, de baja concentración de materia orgánica, son deficientes en K y Cu. 36

38 Existen diferencias considerables, tanto cualitativas como cuantitativas, entre las necesidades minerales de las plantas y la de los animales que consumen ese forraje. Por ejemplo, las concentraciones de Cu, Mo, Zn y Mn para una adecuada producción vegetal son de 0,3; 0,2; 30,0 y 2,0 ppm sobre MS del suelo, muy inferiores a los requerimientos de los animales. Estudios realizados por el INTA en la Provincia de Buenos Aires, han revelado valores en el suelo de 0,06-0,27% ppm para el Cu; 0,30-0,83 ppm para el Mo; 0,67-2,3 ppm para el Zn y 6,47-60,3 ppm para el Mg. En la Provincia de Corrientes, se han informado de valores de 3-14 ppm para el P, 4-90 ppm de S y de ppm para el K, así como de 1-17 meq/100 g MS de suelo para el Ca, 1-4 meq para el Mg; 0,1-0,3 meq para el Na y 0,05-0,15 meq para el K, cuando se midieron los cationes de intercambio. Trabajos realizados por el INTA en la Provincia de Formosa, demostraron niveles de Ca, K y Mg normales a muy ricos en la mayoría de los suelos, pero pobres en Na y, en algunos casos, en P. Los valores más bajos de Na (0,2-0,6 meq/100 g MS) se encontraron en los albardones del centro y del este de Formosa (de textura franco-limosa) y en los paleocauces del oeste (franco-arenosos). Los suelos con textura medianamente finas a finas (pesado-arcillosas), siempre tienen contenido en Na superior a 1 meq/100 g MS. En Córdoba, en los suelos molisoles, de estructura franco-limosa, los valores máximos y mínimos encontrados, fueron: 15 a 71 ppm sobre MS de P; 1,4 a 2,9 meq/100 g MS para el K, 10 meq para el Ca, 3 meq para el Mg y de 0,2 a 0,5 meq/100 g MS para el Na. En suelos típicos de la zona central de Santa Fe, se encontraron 8 a 11 ppm de Cu, 8 a 10 ppm de Zn y ppm de Mn. Así, los macro y microelementos en el suelo pueden ser deficientes, es decir, que su concentración no alcance para cubrir los requerimientos de la planta (carencia primaria) o bien pueden estar en concentraciones adecuadas pero sufrir bloqueos que impidan su captación por la planta. Este es el caso, por ejemplo, del cobre en los suelos de la Cuenca del Salado, donde, si bien la concentración de este elemento es la adecuada, debido a características de una gran parte de los suelos de esta zona que son bajos, alcalinos, inundables, con elevado tenor de molibdeno, el cobre no está disponible para la planta. A su vez un forraje puede ser deficiente en minerales, como para cubrir los requerimientos del animal (carencia primaria), o puede contener las concentraciones necesarias pero por interferencias metabólicas o disminución de su digestibilidad o desequilibrios en la composición de la dieta, el mineral es bloqueado y no está disponible para el animal (carencia secundaria). Por ejemplo, es sabido que el magnesio y el potasio son dos elementos antagónicos y que elevadas concentraciones de potasio en la planta interfieren con la normal utilización del magnesio por parte del animal que consume ese pasto provocándole una deficiencia de magnesio de tipo secundaria o condicionada. Está claro que, las aplicaciones de fertilizantes modifican el contenido mineral del suelo y de los forrajes. Sin embargo, las aplicaciones de fosfatos al suelo, que maximizan la producción vegetal, no siempre son suficientes para producir pasturas 37

39 con el contenido de P necesario para maximizar la producción animal. El caso es distinto para el K, Mn y Zn, donde la fertilización de las pasturas puede convertirse en una alternativa para incrementar la concentración de esos minerales en la MS de la dieta. El uso intenso de fertilización con K y urea, puede provocar un descenso en la concentración de Na y Mg en las plantas, aumentando la probabilidad de tetania hipomagnesémica. Se ha demostrado (especialmente en vacas lecheras) el impacto negativo de altos ingresos de K sobre el metabolismo del Ca en rumiantes, predisponiendo a la hipocalcemia. Esto es especialmente cierto en pasturas de alfalfa, ya que históricamente los genetistas vegetales han centrado su atención en incrementar la producción de MS/ha, la digestibilidad y el contenido en proteína. Una adecuada concentración de K en los suelos suele estar asociada con mayor cantidad de plantas por unidad de superficie y menor invasión de malezas. Además, una alta concentración de K en el suelo es beneficiosa para prevenir los efectos perniciosos de los cortes o pastoreos frecuentes sobre la persistencia del número de plantas. En muchos países es común utilizar fertilizaciones con altas concentraciones de K, para asegurarse buenos rendimientos y persistencia durante el invierno. Si bien todas las plantas deben tener acceso a ciertas cantidades de K para maximizar su potencial de crecimiento, la alfalfa y también otras leguminosas y algunas gramíneas de ciclo vegetativo otoño-invernal son capaces de acumular K en sus tejidos a concentraciones muy superiores a las requeridas para un óptimo crecimiento, fenómeno denominado consumo lujurioso. Se ha demostrado que el crecimiento óptimo de la alfalfa ocurre con concentraciones de K en las plantas del 1,7 al 2,0% de la MS. Los análisis disponibles en la Argentina están demostrando que, en condiciones de campo, esos tenores son superados muy frecuentemente en forma amplia. Por lo tanto, pensando en un correcto balance mineral de la dieta, debería actuarse criteriosamente con las fertilizaciones, ya que cuando el contenido de K en el suelo es alto (cosa que parece frecuente en amplias zonas de la Pampa Húmeda), la fertilización nitrogenada suele elevar también el contenido de K de las gramíneas. El encalado de los suelos puede incrementar los niveles de Se y Mo y, claramente, disminuye el contenido de Co y Mn de las plantas. En Australia se aplican fertilizantes con Cu para las pasturas. Las experiencias indican que 5-7 kg/ha de CuSO 4 son suficientes para elevar el nivel de Cu en las pasturas durante varios años. La composición en minerales de las pasturas varía notablemente a medida que evoluciona el ciclo vegetativo de las plantas. Así, por ejemplo, las concentraciones de P, K, Na, Cu y Co disminuyen al madurar los vegetales, mientras que las concentraciones de Ca no presentan cambios de magnitud y los de Mg tienden a aumentar. Cuando se toman muestras de pasturas para el análisis del contenido mineral, hay que tener en cuenta que la concentración varía según la parte de la planta analizada, por lo que la muestra, debe ser lo más parecida posible a lo que consume el vacuno. Las hojas tienen, generalmente, un mayor contenido mineral que los tallos, pero, a igualdad de factores edafo-climáticos, el grado de diferencia que puede existir entre los órganos de un mismo vegetal, es función de la especie y el 38

40 estado vegetativo. Este último aspecto es de importancia, ya que los niveles de N, K y P disminuyen a medida que la planta progresa en su estadio fisiológico. Estos nutrientes son muy móviles en las plantas, traslocándose de los órganos maduros hacia los brotes nuevos, mientras que elementos tales como el Ca, Mg, Zn y Fe son relativamente estáticos, concentrándose en los órganos maduros y en el tallo. Un tema que es motivo de consulta es cómo afecta el contenido de sales del agua de bebida al ingreso y biodisponibilidad de los minerales. Esto tiene importancia práctica, porque las aguas salobres condicionan el consumo de las mezclas minerales administradas en bateas. Bavera et al.,en 1979, han señalado que en el análisis químico del agua de bebida para el ganado, se deben considerar como determinaciones básicas, el anión sulfato y los cationes Na, Ca y Mg. La interpretación de la calidad del agua de bebida para las distintas actividades pecuarias con ganado vacuno se observan en el cuadro 6. Cuadro o 6: 6 : Clasificación de las aguas para bebida de bovinos. Para Sales Cloruro Cría Invernada-Tambo totales de sodio Sulfato Magnesio Deficiente Deficiente Menos de 1 g/l Buena Buena Más de 1,3 g/l 0,6 g/l 0,5 g/l 0,2 g/l Muy buena Muy Buena Hasta aproximadamente 2 g/l 1,2 g/l 1 g/l 0,25 g/l Muy Buena Buena Hasta aproximadamente 4 g/l 2,4 g/l 1,5 g/l 0,3 g/l Aceptable Mala Hasta aproximadamente 7 g/l 4,2 g/l 2,5 g/l 0,4 g/l Mala Hasta aproximadamente 11 g/l 6,6 g/l 4 g/l 0,5 g/l Pésima Hasta aproximadamente 13 g/l 10 g/l 7 g/l 0,6 g/l Fuente: Bavera, Guillermo, 2000, adaptado por Cseh, Susana, En aguas de calidad aceptable, sobre todo la categoría de animales jóvenes (terneros, novillitos, vaquillonas de recría), presentará problemas de diarreas y menores ganancias de peso. Su consumo agrava las diarreas que frecuentemente se presentan en verdeos de invierno y en rebrotes de pasturas. La categoría de aguas malas, no permite respuestas productivas y reproductivas normales, afectando ya la rentabilidad de la empresa. El otro aspecto a considerar es el nivel máximo de algunos minerales tóxicos para los bovinos, como son más de 100 mg/l de nitratos, más de 1 mg/l de F, valores de arsénico superiores a 0,15 mg/l o presencia de vanadio, plomo o algunos otros metales pesados. El S puede existir en el agua de 39

41 bebida como sulfuro o sulfato. En el primer caso, estaría indicando una contaminación por materia orgánica (algas, etc.), que debe ser corregida por limpieza de tanques y de bebederos. Los sulfatos suelen ser frecuentes en el agua de bebida en amplias zonas y, si está presente por sobre los 1,5 g/l, produce deficiencia condicionada de Cu. El anión sulfato contiene un 33,3% de S y, en muchas aguas de bebida, el aporte de S de las mismas prácticamente asegura una buena parte de los requerimientos de los bovinos, ya que es bien aprovechado por las bacterias ruminales. De todas formas, la principal fuente de S en bovinos está dada por el ingreso de pasturas ricas en proteína, debido a su contenido en aminoácidos azufrados. El Na (como cloruro de sodio o sal común) está presente en cantidades variables en todas las aguas de bebida y, a veces, en tan altas cantidades que superan por sí solas los requerimientos del animal, lo que debe ser tenido en cuenta al formular una mezcla mineral complementaria. También es frecuente la presencia de Ca en el agua, pero sólo cubre una pequeña proporción de los requerimientos de los animales. Es bastante común encontrar agua con contenido medio a alto de Mg y en algunos casos, su concentración es tan alta que podría satisfacer los requerimientos nutricionales, si los animales consumen cantidades normales de ese agua. La existencia de fosfatos en el agua indica casi siempre contaminación con materia orgánica, residuos de fertilizantes o cursos de agua con contaminación industrial. Es rara la presencia de I o de Zn, pero hay datos que indican concentraciones anormalmente altas (4-5 mg/l) de Zn y, en estos casos, es un dato a tener en cuenta al formular la mezcla mineral. Es poco común que el agua tenga Cu y, en caso de estar presente, su concentración es inferior a 0,05 mg/l, lo que resulta prácticamente insignificante en cuanto a los requerimientos de los animales. Del mismo modo son despreciables las concentraciones de K, Fe y Mn. Es importante el análisis del agua de bebida, para una correcta formulación de las mezclas minerales y, sobre todo, para decidir la necesidad del agregado de aditivos para aumentar la palatibilidad de la mezcla mineral. Absorción, metabolismo y requerimientos de minerales Los fundamentos fisiológicos del metabolismo de los elementos minerales en los bovinos son de importancia para entender la necesidad de una estrategia de suplementación. Como grupo, algunos de los minerales son necesarios para la formación del tejido óseo (Ca, P, Mg, Cu), otros forman parte de proteínas y lípidos que dan lugar a la formación de músculos, órganos blandos y glóbulos rojos y, especialmente en el caso de los microelementos, participan en muchos sistemas enzimáticos que hacen a la eficiencia metabólica de la utilización de los nutrientes principales de la dieta (hidratos de carbono solubles y estructurales, proteínas, lípidos), como lo mencionó Underwood, en Así, por ejemplo, los síntomas principales de la deficiencia de Cu se explican porque este microelemento partici- 40

42 pa en diversos sistemas enzimáticos, a saber: ceruloplasmina (o ferroxidasa I plasmática), que interviene en la utilización del Fe por el cuerpo; la citocromooxidasa (enzima terminal de la cadena respiratoria), lo que impacta a la utilización de la energía por todos los órganos y tejidos; la lisil-oxidasa, que interviene en la síntesis y estabilidad del colágeno y elastina, afectando la formación de la matriz ósea, tendones, ligamentos, pared de los vasos sanguíneos y en la integridad de la piel; la tirosinasa (o monofenil-oxidasa), que interviene en la formación del pigmento melanina (por eso en la deficiencia de Cu hay despigmentación del pelo); la enzima super-óxido dismutasa, integrante del sistema antioxidante celular, etc. Algunos minerales (Na, K, Cl), intervienen en el mantenimiento de la presión osmótica y del equilibrio ácido-base, mientras que otros (Ca, Mg), desarrollan funciones vitales en la conducción nerviosa y excitabilidad de músculos y nervios. En los últimos años, se ha demostrado la participación de distintos microelementos (Cu, Zn, Se) en los mecanismos inmunológicos de base humoral, así como participantes (junto con las vitaminas A y E), de los sistemas antioxidantes intracelulares, y de allí su importancia en la defensa inmunológica de base celular contra las infecciones. En este sentido, se están revisando los requerimientos, existiendo consejos de elevarlos para asegurar esta última función. A modo de síntesis, el rol de los minerales en el organismo es el siguiente: Componentes del esqueleto. El 99% del Ca, el 80% del P, el 60% del Mg, el 40% del Na y el 5% del K se encuentran localizados en el hueso. Su función principal es la formación del esqueleto y los dientes. Componentes de tejidos blandos, líquidos corporales y funcionamiento celular. Regulan la presión osmótica, el ph, el poder buffer, el equilibrio ácido base, la permeabilidad de membranas, el transporte de energía y la transmisión del impulso nervioso. Reacciones enzimáticas y hormonales. Los minerales intervienen como constituyentes o activadores de más de 300 reacciones enzimáticas indispensables para la utilización de proteínas, hidratos de carbono, lípidos y ácidos nucleicos. Además el Co forma parte de la vitamina B 12 y el I de la tiroxina. Participan de la actividad microbiana del rumen. Los microorganismos del rumen necesitan minerales para crecer y reproducirse. Existen numerosas evidencias que demuestran que las deficiencias y/o desbalances minerales pueden afectar el metabolismo ruminal y dificultar la normal utilización digestiva del forraje. Un tema de suma importancia es la digestibilidad verdadera o biodisponibilidad de los minerales a partir de los alimentos comúnmente usados en la alimentación de los bovinos. La absorción de los diferentes minerales se efectúa en distintas partes del tracto digestivo, por mecanismos pasivos o activos, alguno de estos últimos bajo control hormonal. La biodisponibilidad verdadera puede verse afectada por numerosos factores inherentes a la dieta, en especial interacciones entre los mismos elementos minerales o con otros componentes de la ingesta. Al respecto, en el cálculo de los requerimientos, las tablas de nutrición en uso toman valores de 41

43 digestibilidad promedios, obtenidos en condiciones experimentales con dietas que a veces poco tienen que ver con las que enfrenta el animal en condiciones de campo, en especial con dietas base pasturas o forrajes conservados, con diferentes cantidades de fibra y de lignificación de la misma y diferentes grados de incrustación mineral en la fracción de hidratos de carbono estructurales de las plantas. Existen numerosos factores que influyen en la absorción de cada mineral. Entre otros se destacan los siguientes: Nivel de producción. Cuanto más productivo es el animal mayores son las necesidades. La hembra gestante con parto doble tendrá más necesidades en ciertos minerales que la hembra con parto sencillo. Edad. En general las necesidades son superiores en el animal joven que en el adulto. Factores hormonales. La absorción de Ca, por ejemplo, está regulada por diversas hormonas (paratiroidea, calcitonina, esteroides, sexuales, etc.). Factores fisiológicos. Situaciones de estrés o enfermedades tales como diarreas o coccidiosis, influyen en la capacidad absortiva de la mucosa intestinal. Raza. El ovino merino, por ejemplo, tiene mayores necesidades de cobre que las razas inglesas típicas. Interrelaciones con otros nutrientes o minerales. La absorción de un mineral depende en gran medida de la presencia o ausencia de otros. Ejemplo clásico es la interacción: Ca-Zn, Ca-P o Cu-Mo. Prácticas de manejo. Las necesidades en confinamiento son superiores a las necesidades en régimen abierto. Tipo de ración. Raciones ricas en grasas precisan un mayor aporte de aquellos microingredientes que participan en el metabolismo de las grasas. Nivel en la ración. Cuanto mayor es el aporte, menor es el porcentaje del mismo absorbido. Estructura química y forma física de la fuente adicionada. Los sulfatos se absorben mejor que los carbonatos. Solubilidad de la fuente mineral. Cuanto más soluble es un compuesto mejor es su absorción, aunque existen numerosas excepciones a esta regla. Se considera que los rumiantes adultos absorben del 85 al 90% del Na consumido, desde el retículo al intestino grueso. El principal lugar de absorción del K es el intestino delgado, con una digestibilidad verdadera promedio del 90%. La absorción del Ca y P se realiza predominantemente en el intestino delgado, dependiendo el porcentaje absorbido de la edad y del estadio fisiológico del animal. Mientras que los terneros y novillos absorben el 60-80% del Ca ingerido, la vaca de cría adulta de 2-3 partos absorbe sólo el 30-40% del Ca y P ingeridos y las de más de 4-5 partos difícilmente más del 20-25%. La mayor parte de la absorción del Mg en el rumiante adulto, ocurre en el retículo-rumen, por un proceso activo dependiente del microambiente ruminal (en especial la relación Ca/Mg y Na/K y los niveles de amonio y la provisión de sustratos energéticos), siendo el porcentaje de 42

44 absorción promedio en la vaca de cría no superior al 20-30%. El Cu es principalmente absorbido en el intestino delgado, siendo el porcentaje de absorción dependiente de la concentración de sulfatos en el agua de bebida, como ya fue comentado, y, fundamentalmente, del contenido de S, Mo y Fe de la MS de las pasturas y forrajes conservados. En condiciones normales, mientras que el ternero prerumiante absorbe el 60-70% del Cu de la dieta, la vaca de cría adulta no absorbe más del 5-10%. Sin embargo, la absorción del Cu disminuirá en un 50% por cada aumento de la concentración del Mo de la dieta del orden de los 3 mg/kg MS. Otro elemento mineral que interfiere en la absorción del Cu, es el Fe, si excede los 1000 mg/kg MS de la dieta, cosa que puede suceder en suelos lateríticos (Misiones, zonas de Corrientes, Formosa y Entre Ríos) o cuando hay un alto ingreso de tierra por insuficiente cobertura del tapiz vegetal (por ejemplo, en campos naturales en la Región Semiárida del país). El yeyuno es el sitio principal de absorción del Se, variando el porcentaje absorbido del 20 al 40%. Sin embargo, altos niveles de Ca, S (proteína de la dieta), sulfatos, nitratos y ácidos grasos insaturados (uso de grasas protegidas), pueden reducir su eficiencia de absorción en hasta el 50%. El Zn se absorbe principalmente en el abomaso y el intestino delgado, estando en discusión si en los rumiantes, excesos de Ca, oxalatos, fitatos, Fe y ortofosfatos pueden disminuir su digestibilidad, como se sabe que ocurre en monogástricos. Una vez absorbidos, los minerales pasan a la sangre, siendo las variaciones en la concentración plasmática y/o sérica de alguno de ellos (P, Se, Mg) indicadores bastante confiables de un posible estado de deficiencia. Sin embargo, en otros casos (Cu, Ca, Na, K, Zn, Co), el análisis sanguíneo no aporta elementos de juicio definitivos y debe ser complementado por otras herramientas de diagnóstico. De la sangre, los elementos minerales son transportados (en general unidos a proteínas) a los lugares de depósito o donde cumplen su función específica. Un aspecto importante es el conocimiento de la capacidad de depósito de los minerales y, especialmente, de las posibilidades de movilización en períodos de restricción alimentaria. Hay que considerar que el contenido medio en minerales de la leche bovina es de 1,25 g/l para el Ca; 0,90 g/l para el P; 0,13 g/l para el Mg; 0,60 g/l para el Na, 1,5 g/l para el K; 1,1 g/l para el Cl; 5 mg/l para el Zn; 0,5 mg/l para el Fe, 0,2 mg/l para el Cu; 0,03 mg/l para el Mn; 0,05 mg/l para el I y 0,02 mg/ l para el Se. Los minerales presentes en la leche proceden de la sangre, la que a su vez se abastece de lo que ingresa con la dieta y/o a partir de los depósitos, en aquellos minerales que los posean. Para el caso del Ca, P, y Na, el tejido óseo constituye el depósito más importante, mientras que para el Cu, Fe, es el hígado, como así también para el Co, bajo la forma de Vitamina B 12 (ciano-cobalamina), a través de la cual ejerce sus funciones fisiológicas. El tejido muscular bovino contiene, en promedio, un 1,0 a 1,5% de fracción mineral total, sobre base húmeda (el músculo contiene de 70 a 80% de agua). Expresados como mg/100 g de tejido fresco, el músculo contiene 324 mg de K, 58 mg de Na, 10 mg de Mg, 11 mg de 43

45 Ca, 39 mg de Cl, 190 mg de P Total y 2,6 mg de Fe, aunque estas cifras varían de acuerdo al grado de engrasamiento de la res (corresponden a valores de grasa de g/100 g de tejido cárnico fresco). A medida que el animal deposita más grasa (terminación), el contenido mineral por gramo de tejido fresco disminuye. Así, por ejemplo, en un ternero de 6 meses de edad, con sólo 12 g de grasa/100 g de tejido cárnico fresco, el contenido de P Total es de mg/100 g de tejido fresco y el de Fe de 3,0 a 4,0 mg/100 g de tejido fresco. Estos datos dan una idea de la cantidad de algunos minerales que se depositan en el proceso de ganancia de peso de un animal, en la fracción que corresponde a la curva de crecimiento muscular. Sin embargo, en las diferentes fases alométricas del desarrollo, otras curvas de crecimiento (de tejido óseo, vísceras, tejido adiposo) implican depósitos de cantidades relativas diferentes de minerales. Por ejemplo, el tejido óseo (45% de agua), posee una fracción mineral total (cenizas) del 25%, la cual está formada por un 36% de Ca, 17% de P y 0,8% de Mg. Las cantidades de minerales y los períodos de tiempo durante los cuales pueden ser movilizados de los órganos de depósito en momentos de insuficiente aporte por la dieta, sin acarrear trastornos detectables en la salud o eficiencia productiva o reproductiva de los animales, no son grandes y, en algunas categorías (animales jóvenes en desarrollo, que están permanentemente en acreción neta de minerales, con tasas diferentes en los diversos órganos y tejidos), prácticamente nulas. Se ha estimado que, en vacas adultas, se pueden movilizar de los depósitos un 20-25% para el Ca, P, Na y K y cantidades menores (5-10%), para el Mg (el Mg prácticamente no se moviliza del hueso en el animal adulto, sí hay entre un 40% y un 60% de movilización en el ternero). Esto significa, para una vaca de cría de kg de PV, unos 900 g de Ca, 600 g de P, 30 g de Na y 6-8 g de Mg. En algunos casos se trata de cantidades que sólo alcanzan para unas pocas semanas o, por ejemplo en el caso de Mg, de días o incluso, horas. La prolongación en el tiempo de esta situación conduce a condiciones de deficiencia clínica aguda (por ejemplo, tetania hipomagnesémica) o, más frecuentemente, a deficiencias subclínicas crónicas, que reducen la producción o la eficiencia reproductiva, predisponen a otro tipo de enfermedades o acortan la vida útil del animal. Al respecto, la función reproductiva y la capacidad de defensa ante las infecciones, parecen reaccionar más rápidamente a las deficiencias o desequilibrios minerales que la produción de leche, carne o lana, con su secuela de partos lánguidos o distócicos, retención de placenta, alta incidencia de vacas caídas, mayor incidencia de endometritis postparto, aumento de la mortalidad perinatal, prolongación del intervalo parto-concepción, ovulaciones silenciosas, anestro, mortalidad embrionaria o abortos, lesiones podales, etc. Es interesante señalar que la concentración de macrominerales en la leche (Ca, P, Mg, Na, K, Cl), prácticamente no se modifica aunque la madre no reciba cantidades adecuadas diarias en su dieta, debido a dos factores: a) Los órganos de depósito actúan como amortiguadores de la deficiencia por períodos variables de tiempo de acuerdo al mineral considerado. 44

46 b) Existe una canalización preferencial de los nutrientes hacia los tejidos fetales en el animal gestante y hacia la glándula mamaria en los lactantes, tomando esos órganos, en cierto sentido, el control del metabolismo de la hembra. En cuanto al contenido en microelementos de la dieta, no parece operar un mecanismo similar al descripto para los macroelementos, probablemente porque el control hormonal sobre ellos o no existe o es menos intenso. Lo cierto es que su concentración en leche suele descender si la ingesta de la madre es insuficiente. Esto se ha observado en el caso del I, Zn, Se y Cu, por lo que cuando existe deficiencia en el vientre lactante, se reducen los aportes vía leche al ternero, con las consecuencias que esto puede acarrear para estos animales en las primeras semanas de vida. Para evaluar las necesidades en minerales de los animales, hay que tener en cuenta la edad, la fase del ciclo de producción (ritmo de ganancia de peso, por ejemplo) o momento del ciclo reproductivo (tiempo de preñez, momento de la lactancia) y las características de la dieta base a las que están sujetos. Aunque es cierto que es difícil conocer con precisión los requerimientos minerales de las distintas categorías de animales, sujetos a situaciones ambientales y de manejo a menudo muy variables, las investigaciones desarrolladas en más de 60 años han permitido llegar a algunas conclusiones globales, que, resumidas constituyen las diversas tablas de requerimientos, entre las cuales las del N.R.C. en los Estados Unidos, las del A.R.C. en el Reino Unido y las del I.N.R.A. en Francia son ejemplos destacados. Las cifras publicadas en las mismas deberían utilizarse solamente como guías de aproximación a la realidad y, además se tabulan valores promedios. Muchas veces, la presencia de deficiencias o toxicidades minerales ha sido sospechada o confirmada a partir de síntomas clínicos, lesiones anátomo-patológicas en necropsias, ensayos de respuesta a la suplementación o a través del análisis de los alimentos y sangre, fluidos u órganos de animales vivos o muertos. Sin embargo, muchas veces no es tan fácil detectar las deficiencias latentes o subclínicas, sobre todo en explotaciones extensivas, porque las deficiencias nutricionales globales (proteína, energía) pueden enmascarar su presencia. Al respecto, Underwood en 1981, ha señalado que, especialmente en países en vías de desarrollo, la principal dificultad en el diagnóstico de las deficiencias minerales subclínicas es convencer a técnicos y productores de que la nutrición mineral tiene relevancia para la rentabilidad de la explotación, cuando una compleja interacción de errores de manejo, fallas en la alimentación global y la presencia de enfermedades parasitarias o infecciosas, minimizan o incluso llegan a anular los efectos potenciales de la suplementación mineral. Incluso, aunque a través del análisis del suelo, de los alimentos, del agua de bebida, etc., se pueda llegar a sugerir áreas donde la deficiencia pueda estar presente, surge a veces otra dificultad: los datos de relevamientos que informan acerca de concentraciones de minerales en ese tipo de muestras deben ser inter- 45

47 pretados en base a las tablas de requerimientos (o de tolerancia de límites máximos) que, como se señaló, provienen de trabajos de investigación llevados a cabo en países desarrollados, en sistemas de producción intensivos, con diferencias apreciables en las condiciones ambientales y de manejo, en condiciones controladas con una buena estimación del consumo voluntario de MS y, en muchos casos, con animales de otro potencial genético de producción. Se ha indicado, que el diagnóstico de las deficiencias minerales puede complicarse al tratar de interpretar los valores sanguíneos o tisulares del elemento en cuestión, debido a factores no nutricionales que pueden afectarlos. Por ejemplo, desafíos al sistema inmunológico (como son enfermedades bacterianas o virales, y aún vacunaciones), pueden hacer variar en forma significativa los niveles plasmáticos de Cu, Zn y Fe, y las infestaciones parasitarias gastrointestinales, causantes de un síndrome de mala absorción, pueden inducir hipocupremia, aunque los niveles de Cu, Mo, Fe y S en la dieta estén dentro de limites normales. También es indudable que, por ejemplo, no se han estudiado en profundidad los requerimientos minerales en las razas índicas o las diferentes líneas de ganado criollo y, con la introducción de nuevas razas y sus cruzamientos, los índices de crecimiento y las tasas diferenciales de depósito de hueso, músculo y grasa, los cuales hacen variar los requerimientos nutricionales en general y los minerales en particular. Pese a estas restricciones, los valores tabulados para vacas de cría por el N.R.C. (1984), que se presentan resumidos en el cuadro 7, son la mejor guía hasta el momento. En el cuadro 8, se presentan los requerimientos minerales de novillos y vaquillonas preñadas en el último tercio de gestación, ganando peso. Dado el avance de las técnicas de engorde a corral y de la producción de terneros bolitas, donde cambia el manejo nutricional tradicional, con una menor relación forraje/concentrado a niveles donde a veces el contenido de FDN y de fibra efectiva son muy bajos, hay que considerar los requerimientos minerales, ya que cambia la composición de la dieta base, su digestibilidad, velocidad de pasaje, etc. El Ca es generalmente en estos sistemas, el macroelemento más limitante, porque los granos son particularmente pobres en Ca (por lo general, menor al 0,2% de la MS). Además, si se usan altos niveles de lípidos en las dietas de terminación, puede verse afectada la biodisponibilidad del Ca. Si bien la información no es muy clara, el requerimiento de Ca en novillos en feedlot está basado en los gastos de mantenimiento (1,54 g de Ca/100 kg PV) y de retención de proteína (músculo) (0,7 g de Ca/100 g de retención proteica). En general, las dietas típicas en feedlot se formulan para tener 0,5 al 0,8% de Ca sobre MS, pero también se han recomendado niveles más altos (1,0-1,20%). Por lo común, en esos casos el Ca adicional se provee como buffer (carbonato de Ca), para disminuir los riesgos de acidosis ruminal. A veces, se han detectado problemas con el consumo voluntario con estos altos niveles de Ca. 46

48 Cuadro o 7: 7 : Requerimientos en minerales (en g o mg/animal/día) en una vaca de cría de 400 kg de PV durante diferentes entes estadíos fisiológicos. Primeros 80 Final de Mineral días de lactancia y lactancia preñada Gestación Preñada, 50 media días preparto Ca (g/día) P (g/día) Mg (g/día) K (g/día) Na (g/día) S (g/día) Cu (mg/día) Mn (mg/día) Se (mg/día) Zn (mg/día) Fuente: N.R.C., 1984; citado por Corbellini, Cuadro o 8: 8 : Requerimientos minerales (g o mg/animal/día) en novillitos y vaquillonas preñadas de primera parición, en crecimiento. Mineral Novillitos Vaquillonas preñadas Ca (g/día) P (g/día) Na (g/día) 0,6-1,0 0,8-1,2 Mg (g/día) 0,5-2,0 2,5-3,5 K (g/día) Cu (mg/día) Co (mg/día) 0,07-0,10 0,15-0,20 Mn (mg/día) Se (mg/día) 0,2 0,3 Zn (mg/día) Fuente: N.R.C.,1984 y 1996; citado por Corbellini, El P es el segundo macromineral que puede ser limitante en las dietas de novillos en confinamiento. Los granos son una fuente relativamente importante de P, conteniendo entre el 0,35 y el 0,40% de P sobre MS, mientras que los forrajes conservados son generalmente pobres, conteniendo, en promedio, menos del 0,25% de P sobre MS y es especialmente pobre en algunos subproductos vegeta- 47

49 les, pajas, etc. Como ocurre con el Ca, los requerimientos de P de los novillos se basan en estimaciones de los gastos para mantenimiento (2,8 g de P/100 kg PV) y de acreción proteica (3,9 g de P/100 g de proteína depositada). La mayoría de las dietas para novillos en confinamiento se formulan para contener 0,25-0,35% de P sobre MS para novillos livianos y 0,40-0,45% para novillos pesados. Niveles más altos pueden predisponer a cálculos urinarios, lo que se minimiza incrementando ligeramente los niveles de Ca y K. Con respecto a los niveles de K, existen opiniones encontradas. Si bien las recomendaciones clásicas indican un nivel del 0,5-0,6% sobre MS, se ha encontrado que aumentando al 1-1,2% se disminuye la prevalencia de enfermedades respiratorias, se incrementa la resistencia al estrés por calor y se acelera la ganancia de peso en terneros comprados que recién ingresan al engorde. Sin embargo, habría que recordar la relación mencionada sobre altos niveles de K y el metabolismo del Ca y del Mg. Las dietas comúnmente usadas en novillos en feedlot suelen satisfacer los requerimientos de S (0,10-0,15% de la MS). Sin embargo, cuando se usan dietas basadas en grano de maíz y silaje de maíz, a las cuales se le agrega urea para lograr el nivel deseado de proteína cruda, el nivel de S será insuficiente. Se debe ser cuidadoso en mantener una relación NNP/S (nitrógeno no proteico con relación al azufre) entre 10/1 a 15/1. Siendo los granos y silos de maíz pobres también en Mg, se debe prestar atención a su suplementación, al nivel de 0,3-0,4% de la MS. Niveles superiores a 0,8-1,0% promoverán la formación de cálculos urinarios, además de deprimir el consumo voluntario. En la dieta de novillos en confinamiento, los microelementos que generalmente pueden ser limitantes a altas ganancias de peso o a la salud, son el Co, Cu, I, Fe, Mn, Mo, Zn y Se. Existe información publicada que indica que es posible reducir la incidencia y severidad de enfermedades respiratorias, oculares (queratoconjuntivitis) y de enfermedades podales (laminitis), aumentando las concentraciones de Cu, Zn y Se, no estando del todo claro hasta que niveles, con excepción del Se, para el cual concentraciones superiores a 0,5-0,6% sobre MS son indudablemente tóxicas. Por otra parte, la provisión individual de cada uno de ellos es poco práctico (problemas de mezclado) y, por lo general, más caro, por lo que se recomienda el uso de un suplemento vitamínico-mineral estándar, de calidad reconocida. A veces se discute acerca de la importancia de la relación Ca/P de la dieta de los rumiantes. En ganado para carne, lo más importante son las cantidades absolutas de Ca y P que se aportan, ya que se ha demostrado que no hay diferencias en la ganancia de peso o la reproducción con relaciones Ca/P variando de 3:1 a 1:2. Lo importante de destacar es que la relación Ca/P del suplemento mineral en sí mismo, debe, para balancear el ingreso de Ca y P de la dieta global, variar, en líneas generales, de 0,5:1 (sobre peso seco) si los animales están exclusivamente sobre leguminosas, de 1:1 si predomina el pastoreo de gramíneas (verdeos de invierno) y de 2:1 si predominan el grano seco de maíz, el silo de grano húmedo u otros tipos de granos de cereales. 48

50 Diagnóstico de las deficiencias minerales Las deficiencias y desequilibrios minerales en los rumiantes, clasificados dentro de las enfermedades metabólicas presentan una amplia distribución mundial. En la Argentina, se sabe que hay carencias minerales de calcio, fósforo, magnesio, sodio, cobre, selenio, zinc, iodo, localizadas en distintas regiones del país. Muchas veces, la disminución en la ganancia de peso diario, puede ser la única manifestación de una deficiencia mineral, mientras que en otras situaciones este déficit puede evidenciarse por el consumo de tierra o en el lamido de varillas o herramientas por el animal. El tener información sobre las carencias más comunes de la zona es de gran ayuda para orientar el diagnóstico y de esta manera prevenir o eliminar el problema con la adición o suplementación del elemento en la dieta y/o por vía parental, según sea más conveniente (ver cuadro 9). Cuadro o 9: 9 : Insuficiencias minerales por regiones. Mineral insuficiente Región P Mg Na Cu Zn Subtropical (NEA): Corrientes, norte de Entre Ríos, Formosa y domo oriental de Santa Fe. Templada (Pampeana húmeda): deficiencia subclínica. Templada (Pampeana húmeda): Cuenca del Río Salado (S.E. de la Pcia. de Bs. As.; principal causa de muerte de vacas de cría). Templada (Pampeana semiárida): La Pampa y S.E. de Córdoba. Subtropical (NEA): Corrientes (80-90% de las pasturas naturales poseen deficiencias de Na). Templada (Pampeana húmeda): 48% de las pasturas naturales poseen deficiencias de Na. Templada (Pampeana húmeda): Cuenca del Río Salado (Pcia. de Bs. As.), N.O. de la Pcia de Bs. As., La Pampa, bajos submeridionales de Santa Fe, sur de Entre Ríos y Córdoba. Subtropical (NEA): este del Chaco, Formosa y Misiones. Subtropical (NEA): Corrientes, norte de Entre Ríos, N.E. de Santa Fe y este de Formosa. Fuente: Donovan, A., Generalmente, deficiencias imperceptibles de minerales, ocasionan una sumatoria de efectos los cuales actúan como factores limitantes de la producción. Obviamente, cuando están presentes los síntomas clínicos patognomónicos de una deficiencia mineral especifica, el diagnóstico de reduce a confirmar el cuadro a través de la comprobación de las lesiones macroscópicas, estudios histopatológicos y la determinación del mineral en el órgano y/o tejido más conveniente (cuadro 10). 49

51 Cuadro o 10: : Síntomas característicos de deficiencias minerales. Mineral deficiente Síntomas característicos P Bajos porcentajes de preñez. En rodeos deficientes en P, las vacas con cría no vuelven a preñarse. Tienen un ternero cada 2 años, con lo que los porcentajes de preñez y destete son de un 45-48%. Anestro e infertilidad. Reducción de la velocidad de crecimiento en la recría. Disminución de la producción láctea. Anorexia (bajo consumo). Mg Tetania hipomagnesémica (transtornos de excitabilidad muscular) con un 4% de mortandad de rodeos afectados. Anorexia (bajo consumo). Síndrome de vaca caída. Na Rápida pérdida de peso vivo. y Cl Ca Cu Zn Se Fe S I Mn Co Bajo consumo. Alteración en el consumo (pica). Bajo crecimiento. Disminución de la producción de leche. Disminución del ritmo de crecimiento en la recría y engorde. Retención placentaria. Raquitismo. Fiebre de la leche. Distocias. Reducción de la producción de leche. Disminución de la tasa de crecimiento. Reducción de la fertilidad, por demora o supresión del estro. Anemia. Deprime el Sistema Inmune (puede haber mayor predisposición a: queratoconjuntivitis, mastitis, pietín). Pelo debilitado. Perjudica el crecimiento de los terneros. Disminuye la espermatogénesis de los toros. Favorece a la aparición de enfermedades de la piel, a la presencia de problemas podales (pietín) y se puede presentar una mayor incidencia de mastitis. Bajo consumo. Mala conversión alimenticia. Bajo índice de crecimiento. Retención de placenta. Mastitis. Ovarios quísticos. Metritis, menor fertilidad. Trastornos del metabolismo muscular. Baja tasa de crecimiento. Anemia. Bajo consumo. Pérdida de peso. Bajo consumo. Baja tasa de concepción en hembras. Baja libido y fertilidad en machos. Baja performance reproductiva y peso de parición. Bajo consumo. Baja tasa de crecimiento y de ganancia de peso. Fuente: adaptado de Donovan, A.,

52 De todos modos, hay que tener en cuenta que algunos síntomas clínico-patológicos pueden ser comunes a más de una deficiencia. Por ejemplo, la aparición de pica (apetito depravado) se ve en las deficiencias de P, Na y Co. Un cuadro de anemia puede presentarse por deficiencia de Fe, Cu o Co. Del mismo modo, cambios histopatológicos y de composición química del tejido óseo pueden ocurrir en las deficiencias de Ca, P, Cu y Mn, o por deficiencia de vitamina D, así como en las intoxicaciones por F. Como ya se indicó, en la mayoría de los casos, las deficiencias minerales (especialmente las de microelementos), se presentan en forma vaga, con efectos inespecíficos difícilmente distinguibles de los que resultan de una restricción energético-proteica o, incluso, de algunas intoxicaciones vegetales o por micotoxinas. Es por eso que, se pueden intentar distintas aproximaciones al diagnóstico: Análisis del suelo y los alimentos. Por lo discutido anteriormente, el análisis de minerales en muestras de suelo, se considera una guía poco precisa de la concentración mineral de los forrajes. Un análisis en general más relacionado con la biodisponibilidad del mineral para las plantas se logra a través del uso de extractos ácidos (en HCI 0,1 N o ácido acético al 2,5%). Es una técnica medianamente útil para obtener una información relativamente grosera, a bajo costo, de aproximación a áreas extensas, en las cuales hay que posteriormente concentrarse en trabajos de relevamiento sobre pasturas y animales. Al respecto, el creciente desarrollo de la interpretación de imágenes satelitales por computación, ya está posibilitando definir áreas con suelos deficientes de P, de alto contenido en Ca o F, diferentes grados de permeabilidad, movimientos hídricos relativos, etc. Es posible que en el futuro, el perfeccionamiento de este tipo de tecnologías, combinadas con la descripción geoquímica de los suelos, se puedan definir mejor las zonas potencialmente asociadas con deficiencias o excesos minerales. El análisis de los forrajes u otro tipo de alimentos consumidos por los animales, es de mucha mayor utilidad. Sin embargo, la primera dificultad que se enfrenta es que la muestra sea representativa de lo que el animal realmente consume, lo que no es fácil en sistemas de producción extensivos, con baja carga, especialmente en pastizales naturales y campos quebrados o tapizados con monte. A esto se agrega la dificultad de estimar la cantidad de forraje consumido y su digestibilidad. Como se mencionó, los requerimientos de minerales se expresan como una proporción de la MS, lo que asume un ingreso de cantidades normales de la misma, de acuerdo a estándares nutricionales generados en áreas templado-frías. En zonas templado-cálidas o subtropicales, la digestibilidad de la MS en muchas épocas del año es menor y, por lo tanto, se resiente el consumo voluntario. De todas formas, la presencia de deficiencias y/o desequilibrios minerales en animales en pastoreo puede ser detectada o sospechada a través del análisis sistemático de los forrajes en un establecimiento en particular y, para algunos elementos (Ca, P, Co, Zn, Mn), probablemente sea el método más preciso y práctico. Algunas recomendacio- 51

53 nes adicionales señaladas por McDowell et al., en 1993, son las de no muestrear en zonas cercanas a materia fecal y tomar muestras por separado de las distintas especies que componen la pastura, evaluando luego que proporción de cada especie es consumida efectivamente por los animales. Análisis de fluidos y tejidos animales. Son en general los métodos más indicados para detectar la deficiencia de la mayoría de los minerales (McDowell et al., 1993; Suttle, 1986). Lo ideal sería poder detectar el grado de deficiencia midiendo el contenido de todos los minerales en una sola muestra (sangre, orina, saliva, leche, biopsia hepática u ósea, etc.). Desafortunadamente, no existe una única muestra que permita concluir acerca del estado de repleción para todos los minerales. Es fundamental, en la interpretación de los resultados, que el contenido mineral del fluído o tejido muestreado se correlacione con los cambios en la salud y productividad del animal. Al respecto, las estimaciones actuales de los requerimientos mínimos, están basados en ensayos de balance o datos de composición de órganos o tejidos, más que en criterios de fisiología zootécnica. En los últimos años, la introducción de los llamados marcadores metabólicos, está incrementando la capacidad diagnóstica de las deficiencias minerales subclínicas, idealmente antes que se resienta la producción o aparezcan síntomas clínicos. Estos indicadores son metalo-enzimas o compuestos orgánicos mensurables en sangre, orina, leche, etc., que están relacionados con el metabolismo o funciones del mineral. Ejemplos destacados son: el uso son la hidroxi-prolina, la fosfatasa alcalina o la osteocalcina para detectar anomalías del metabolismo del Ca, P y/o la vitamina D; la ceruloplasmina y la super-óxido dismutasa para la deficiencia de Cu; la glutatiónperoxidasa para la deficiencia de Se; el metil-malonato plasmático o urinario y el dosaje sanguíneo o hepático de la vitamina B 12 para la deficiencia de Co; las hormonas tiroideas (relación T 3 /T 4 ) para la deficiencia de I; la transferrina para la deficiencia de Fe y la metalotioneina para la deficiencia de Zn. Los órganos o tejidos más usados para el dosaje de minerales son la sangre (o el suero o plasma), la orina, la leche, el hígado, el hueso, el riñón y el pelo o lana. El dosaje hepático de microelementos es útil en el caso de aquellos elementos que tienen al hígado como principal órgano de depósito (Cu, Co, Mo). Las biopsias de hueso son útiles para confirmar las deficiencias de Ca o P, siendo sencillo muestrear vértebras coccígeas (por corte de la punta de la cola) o costillas. La concentración mineral del pelo (en Cu o Zn, por ejemplo) también ha sido utilizada, pero refleja sólo la cantidad del mineral presente en forma iónica o débilmente asociado a las proteínas plasmáticas al momento de la formación del pelo. Por lo tanto, el análisis del pelo o la lana (además de las altas posibilidades de contaminación externa), reflejará el estado del animal 2-4 meses antes del momento del muestreo. Para confirmar la deficiencia de Na, el análisis de este elemento en la saliva (o mejor, la relación Na/K en saliva), es el procedimiento de elección. Diversos factores son de importancia para lograr resultados confiables en el 52

54 análisis de minerales en fluidos o tejidos animales, entre ellos el uso de recipientes de recolección y almacenamiento y anticoagulantes o conservadores apropiados. Por ejemplo, los tapones de goma y las arandelas de goma de los émbolos de las jeringas suelen contener sales de Zn, que también están presentes en viales o tubos de poliestireno. El uso de muestras de suero o plasma puede modificar la concentración de algunos minerales o metabolitos relacionados. Por ejemplo, los valores de Cu en suero son menores que en plasma, debido a la tendencia del complejo Cu-ceruloplasmina a ser retenido por el coágulo. La hemólisis es otro factor que distorsiona la concentración de algunos minerales en suero o plasma, porque, por ejemplo, los eritrocitos tienen concentraciones más altas de P, Mg, Zn, K y Fe y más bajas de Na y Ca que el suero o plasma. Con respecto a los indicadores metabólicos, hay que recordar que son compuestos orgánicos (en muchos casos enzimas) y, por lo tanto, lábiles a las variaciones de temperatura, ph, presencia de metales pesados o inhibidores (fluoruros), debiéndose asegurar la correcta conservación de la muestra y los tiempos máximos disponibles para efectuar los análisis. Por último, las técnicas analíticas suelen diferir entre los laboratorios y, por lo tanto, también pueden ser diferentes los valores absolutos y los valores normales de referencia. Antes de obtener las muestras, es una buena práctica ponerse en contacto con el laboratorio donde van a ser procesadas, para recibir las instrucciones pertinentes.respecto del tamaño de la muestra a tomar, esta debe ser equivalente al 2 o 2,5% de los animales en poblaciones de hasta 500 bovinos, pero nunca inferior a 10 muestras. Los requerimientos minerales en los animales son relativamente bajos para el mantenimiento (que sirven para compensar las pérdidas endógenas), mientras que los de producción (crecimiento, gestación y lactancia) varían con la edad y las funciones que deben desarrollar, incluyendo la naturaleza y el nivel de producción. De esta manera queda claro que la incidencia de carencias minerales será más alta conforme sean más intensificados los sistemas de producción y el nivel genético del ganado. En el ganado lechero, el manejo nutricional suele ser más estricto, conociéndose la cantidad y calidad consumida por los animales, pero normalmente ese enfoque se centra en los aportes de energía y proteína y se suele dejar bastante de lado a los minerales. La investigación acumulada durante los últimos 20 años ha demostrado que deficiencias marginales tanto de algunos minerales, como de vitaminas pueden manifestarse en pérdida de eficiencia reproductiva antes que se manifiesten otros signos clínicos. En particular, el pico de producción y en especial en vaquillonas de primera parición, es un período crítico porque los nutrientes deben ser repartidos entre diferentes procesos fisiológicos como la producción de leche, el crecimiento y la necesidad de volver a quedar preñada. 53

55 Los minerales más importantes para el ganado lechero son: Ca, P, Mg, K, S, Na, I, Cu, Fe, Co, Zn, Se y Mo. Investigaciones recientes informan que vacas lecheras con producciones superiores a los 15 o 20 litros diarios, presentan un balance negativo si no se agrega una mezcla mineral a su dieta habitual. En cuanto a los rodeos de cría, se enfrentan los problemas más serios, dado el manejo más extensivo, donde dependen casi exclusivamente del pastoreo a campo, sin recibir en muchos casos ninguna suplementación. En estos rodeos, las causas nutricionales limitantes para incrementar los niveles de producción suelen ser la hipocuprosis, la hipomagnesemia, la hipocalcemia y también la hipofosforosis, especialmente en el litoral. En cuanto a la carencia de Zn, se sabe que en la Provincia de Corrientes los suelos y, por ende, los pastos son deficitarios y se cree que los vacunos de dicha zona están afectados por deficiencia subclínica. Otro factor que incide sobre estos rodeos es el incremento de las necesidades de minerales durante el otoño y el invierno, debido al déficit forrajero, como por el aumento de los requerimientos al estar las vacas preñadas, o paridas y amamantando. Los minerales y vitaminas están presentes en buenas cantidades en las leguminosas, pero estas normalmente no abundan en los esquemas tradicionales de cría en la Argentina. Estos se basan generalmente en gramíneas de baja calidad o que presentan problemas críticos en algún momento del año. Esta situación genera deficiencias, sobre todo de minerales. La hipomagnesemia es una enfermedad que está ligada a animales que tienen altas exigencias de producción o, por ejemplo, a vacas que están gestando o con ternero al pie. De esta manera, esta condición ocurre en la vaca de cría usualmente asociada en el primer mes de parida, ocasionada por el déficit de magnesio y un mal manejo nutricional preparto y favorecida por la presencia de factores climáticos (lluvia, frío, días nublados, temporales) predisponentes. Los momentos más críticos de la demanda de Mg por parte del animal se ubican fundamentalmente durante el último tercio de la gestación, cuando la vaca requiere la mayor cantidad de Mg para finalizar la formación y crecimiento del feto, y hasta el pico de lactancia, cuando perderá una gran cantidad de Mg por leche. Este período se corresponde con el fin del invierno y el principio de primavera (junio a septiembre), dado que pastorean praderas de crecimiento rápido y de pastos jugosos. La alta proporción de agua, al ser consumida, disminuye la absorción de Mg por una mayor tasa de pasaje. El clima, también afecta, dado que suele sucederse después de días lluviosos y nublados o al ingerir rebrotes luego de heladas. En la zona sudeste de la Provincia de Buenos Aires la hipomagnesemia es la principal causa de muerte, por lo cual es una enfermedad sumamente importante desde el punto de vista económico. En el NEA, las gramíneas tropicales contienen el doble de Mg que las templadas, lo que estaría asociado a las mayores temperaturas de crecimiento. Así es como no existe hipomagnesemia en regiones tropicales o subtropicales. 54

56 La hipocuprosis es una de las deficiencias de mayor impacto económico en la producción bovina de ganado para carne en la Argentina. Esta deficiencia puede ser básicamente de dos tipos: primaria (simple) o secundaria (condicionada). La primera, menos frecuente en la Argentina, se da cuando las pasturas de una región son naturalmente pobres en Cu (con concentraciones por debajo de las 5 ppm) de tal forma que no alcanzan a cubrir los requerimientos productivos del ganado. Este problema es frecuente de observar en ciertas zonas delimitadas de la Argentina, por lo que se dice que la deficiencia de Cu o hipocuprosis es una enfermedad endémica. Un ejemplo de esta situación se da en los campos bajos y salitrosos de la Cuenca del Río Salado, en la Provincia de Buenos Aires, donde afecta a los rodeos de cría de la zona. Según una investigación realizada por la Facultad de Ciencias Veterinarias de La Plata, en establecimientos del Partido Bonaerense de Magdalena, el 60% de los vacunos muestreados, registraron valores deficientes de Cu (hipocupremia). En la Provincia de Formosa, el contenido promedio de Cu es de 3,9 ppm, con un 82% de muestras deficientes para el ganado bovino, lo que muestra la importancia del suministro de Cu para los vacunos en esa zona. En el resto del NEA, el promedio es de 6,5 ppm de Cu, con un 44% de muestras deficientes, estando los menores valores en las zonas cercanas al Río Uruguay. La falta de Cu en la dieta de los vacunos se caracteriza por producir los siguientes trastornos: despigmentación con la formación de anteojeras blancas que se hacen notorias en animales de pelo oscuro, lento crecimiento, reducción de la fertilidad provocada por la demora o supresión del estro, se afecta también a la espermatogénesis, se presentan fracturas espontáneas en animales jóvenes y problemas osteoarticulares, diarreas y anemia. En relación con el sistema inmunológico: la deficiencia de Cu afecta la producción de anticuerpos. Una característica común en todas las regiones con hipocuprosis, es el tipo de suelos generalmente bajos, inundables, salitrosos y de reacción alcalina. En cuánto a la influencia estacional, la mayor ocurrencia de hipocuprosis severa se destaca durante los meses de primavera-verano, en épocas de intensas lluvias, que en campos bajos lleva al anegamiento, favoreciendo la capacidad de las plantas para absorber Mo y sulfatos, que interfieren la absorción de Cu a nivel ruminal. Se considera que para satisfacer los requerimientos del animal, la relación adecuada Cu/Mo en los forrajes debería ser de 4 a 1. La hipocuprosis se presenta en los animales cuando la concentración de Mo en el forraje es mayor de 3 ppm y la de Cu menor de 5 ppm. Existen otros elementos como el Fe y el Zn que también pueden afectar su disponibilidad a nivel del aparato digestivo. Se ha demostrado que el Fe es un potente antagonista del metabolismo del Cu y que su acción es aditiva con el Mo e independiente de la presencia de S en el alimento. El pastoreo de festuca, provoca una acción negativa en el aprovechamiento del Cu. 55

57 Entonces, en términos generales, un buen porcentaje de los casos de hipocuprosis están condicionados por las interacciones de los sulfatos y/o el Mo con el Cu. Así, la absorción del Cu se afecta por el alto contenido de sulfatos en el agua de bebida y de Mo en el suelo y las plantas. La deficiencia es mayoritariamente secundaria, es decir, producto de una disminución en la disponibilidad del microelemento por la formación de complejos insolubles de Cu que reducen la utilización por parte de los animales. Niveles de sulfatos en el agua superiores a 1500 mg/l limitan la disponibilidad de Cu. En numerosas zonas de la Región Pampeana, existen valores de 1000 a 2000 mg/l aproximadamente, donde los sulfatos claramente son la causa principal de la alteración. Por su parte el exceso de Mo está generalmente asociado al uso de algunas especies de leguminosas (principalmente Melilotus alba, trébol de olor) y/o a un excesivo contenido de este microelemento en el suelo. A su vez, se reconoce que el excesivo aporte de Fe puede favorecer la hipocuprosis y explicar algunos cuadros, en ausencia de interacciones del Mo y los sulfatos. Hay dos formas de tratar la carencia de Cu: a) Suplementación inyectable: es de fácil aplicación y tiene un nivel de protección por encima de los valores mínimos séricos de 115 días para el glicinato de Cu y 150 días para el edetato de Cu. En el caso de tener carencias severas, lo recomendable es aplicar Cu a los animales cada 3 o 4 meses. b) Suplementación oral: por suministro de sales minerales con 0,2 a 0,5% de sulfato de Cu. Por otra parte, cuando no hay condiciones secundarias que limiten la disponibilidad del cobre, las pasturas en base a alfalfa aportan una adecuada cantidad diaria del mineral y progresivamente corrigen la sintomatología que presentan animales provenientes de zonas carenciadas. En la Región del NEA, se han hecho numerosos ensayos en campos de productores y en las Estaciones Experimentales, para probar el efecto del suministro de cobre al ganado. Los resultados que se obtuvieron fueron de efectos significativos en muy pocas ocasiones, posiblemente debido a que no se efectuaron los estudios necesarios para diagnosticar una deficiencia. En Santa Fe, en la zona de los Bajos Submeridionales, en pasturas con un contenido promedio en la materia seca de 5 ppm de cobre; 6,5 ppm de Mo y 0,7% de sulfatos, se trataron con Cu, vaquillonas de primer servicio con 2 años de edad. Los testigos sin tratamiento tuvieron un 76% de preñez y el 13% mostró síntomas de incoordinación y envaramiento. El tratamiento con un Cu inyectable aumentó el número de preñadas al 91% y el Cu suministrado en bateas al 82%. La diferencia entre las tratadas con Cu inyectable y las con suplementación oral se atribuyó a que algunas vaquillonas no se acercaban a las bateas o consumían poco suplemento. 56

58 La deficiencia de Cu en el este de las provincias de Chaco y Formosa, se diagnosticó en base a síntomas clínicos y análisis de sangre. En ensayos con vacas de cría con sintomatología específica, se aplicó Cu inyectable a las madres y crías. Se obtuvo respuesta únicamente en terneros de bajo peso al destete, con un aumento en la ganancia de peso del 15%, respecto del testigo sin tratamiento; mientras que, la condición corporal de las vacas no fue cambiada por el tratamiento. Además, se realizaron comprobaciones en Entre Ríos, donde se obtuvieron resultados positivos que mejoraron a los animales y en Corrientes, donde no se obtuvo reapuesta a la suplementación con Cu a los bovinos. En el caso de molibdenosis, la diarrea y la despigmentación del pelo son consecuencia de la interación con el Cu y frecuentemente se presentan trastornos en la locomoción (envaramiento). La molibdenosis se corrige mediante la restricción total o parcial del recurso forrajero involucrado y/o la suplementación con Cu. La suplementación mineral en la práctica En principio, no hay ningún sistema de producción de carne (cría, engorde en pastoreo o en confinamiento, sistemas mixtos o semipastoriles), que esté excento de la necesidad de algún tipo de suplementación mineral. La relación costo/beneficio de la práctica de suplementación va a depender de un diagnóstico acertado de las deficiencias presentes y del uso de los insumos apropiados en el momento y la categoría más susceptible o de mayor retorno económico. Los porcentajes y la disponibilidad biológica de distintos elementos en suplementos minerales de uso común se presentan en el cuadro 11. Sager ha señalado que, en la producción de carne se deben considerar, al menos, dos etapas diferentes en la vida de los animales. Por un lado la producción de terneros, donde hay que tener en cuenta la suplementación de la madre, cuyos requerimientos aumentan cuando se aproxima el parto, llegando a su máximo a los días postparto, debido a los niveles de producción de leche. Si el planteo elegido es sólo suplementar en el período de máximos requerimientos de los vientres, habrá que concentrarse en los 3 meses preparto y los 3 meses postparto, teniendo especialmente en cuenta la suplementación oral con Ca, P, Mg y NaCl y la oral o inyectable con Cu y Se. El ternero en esta etapa es casi exclusivamente dependiente, a través de la leche, de la ingestión de minerales y de las reservas corporales de los mismos en los tejidos maternos, ya que hasta los 2-3 meses de vida su ingesta de forrajes es mínima, para autoabastecerse alrededor de los 6-7 meses de edad. Si durante este período la madre es deficiente, los problemas se manifiestan en sus hijos (menor ganancia de peso, mayor susceptibilidad a las infecciones, mayor incidencia de natimortos, menor porcentaje de destete, etc.). 57

59 Cuadro o 11: : Porcentaje y disponibilidad biológica de elementos minerales en compuestos comúnmente usados en suplementos minerales. Elemento Fuente % del elemento Disponibilidad en el compuesto biológica Ca Ceniza de hueso cocida 29,0 (23-37) Alta Roca fosfática defluorinada 29,2 (19,9-35,7) Intermedia Carbonato de calcio 40,0 Intermedia Fosfato blando 18,0 Baja Piedra caliza molida 38,5 Intermedia Piedra caliza dolomítica 22,3 Intermedia Fosfato monodicálcico 15,0-18,0 Alta Fosfato tricálcico 30,0-34,0 Alta Fosfato dimonocálcico 20,0-24,0 Alta Fuentes de heno Baja Mg Carbonato de magnesio 21,0-28,0 Alta Cloruro de magnesio 12,0 Alta Oxido de magnesio 54,0-60,0 Alta Sulfato de magnesio 9,8-17,0 Alta Sulfato de potasio y magnesio 11,0 Alta P Roca fosfática defluorinada 13,1 (8,7-21,0) Intermedia Fosfato dimonocálcico 18,5 Alta Fosfato monodicálcico 21,0 Intermedia Fosfato tricálcico 18,0 Acido fosfórico 23,0-25,0 Alta Fosfato de sodio 21,0-25,0 Alta Fosfato de potasio 22,8 Fosfato blando 9,0 Baja Ceniza de hueso cocida 12,6 (8-18) Alta K Cloruro de potasio 50,0 Alta Sulfato de potasio 41,0 Alta Sulfato de potasio y magnesio 18,0 Alta S Sulfato de calcio (yeso) 12,0-20,1 Baja Sulfato de potasio 28,0 Alta Sulfato de potasio y magnesio 22,0 Alta Sulfato de sodio 10,0 Intermedia Sulfato de sodio anhídrico 22,0 Co Carbonato de cobalto 46,0-55,0 Alta Sulfato de cobalto 21,0 Alta Cloruro de cobalto 24,7 Cu Sulfato cúprico 25,0 Alta Carbonato cúprico 53,0 Intermedia Cloruro cúprico 37,2 Alta Oxido cúprico 80,0 Baja Nitrato cúprico 33,9 Intermedia I Iodato de calcio 63,5 Alta Dihidro ioduro de etileno diamina 80 Alta Ioduro de potasio estabilizado 69,0 Alta Iodo cúprico 66,6 Alta Fe Oxido ferroso 46,0-60,0 No disponible Sulfato ferroso 36,0-42,0 Baja Carbonato ferroso 20,0-30,0 Alta Mn Sulfato de manganeso 27,0 Alta Oxido de manganeso 52,0-62,0 Intermedia Se Selenato de sodio 40,0 Alta Selenito de sodio 45,6 Alta Zn Carbonato de zinc 52,0 Alta Cloruro de zinc 48,0 Intermedia Sulfato de zinc 22,0-36,0 Alta Oxido de zinc 46,0-73,0 Alta Fuente: Cseh, S.,

60 Se reitera, por la importancia que el tema tiene es que en ese período, en el vientre en si mismo, un problema al que hay que estar muy atento, es el de la tetania hipomagnesémica. Esta es una enfermedad metabólico-nutricional que se presenta, generalmente en otoño-invierno- principio de primavera, cuando la concentración de Mg en el suero sanguíneo es inferior a 1 mg/100 ml. Diversos factores predisponen y desencadenan la enfermedad: a) La concentración de Mg en las pasturas es inferior a 0,20% de la MS, presentando al mismo tiempo bajos valores de MS y una alta relación K/Na, así como altos niveles de NNP. b) Incremento en los requerimientos de energía y MS por las demandas que existen al final de la preñez y desencadenamiento de la lactancia. c) Situaciones de estrés, tanto de tipo nutricional como climáticos. Estudios realizados por el Proyecto Ganadero de la EEA INTA Pergamino, demuestran que en campos de cría de su zona de influencia (Corbellini, 1993), pueden morir, entre los meses de junio y septiembre, del 2 al 11% de los vientres, quedando muchas veces las muertes sin diagnóstico. Del mismo modo, estudios realizados por la EEA INTA Balcarce en su área de influencia, en un estudio retrospectivo de número de casos llegados a su Servicio de Diagnóstico entre 1973 y 1992 (Cseh, 1994 y 1995), indica que el mayor número de episodios ocurre entre los meses de junio y septiembre, afectando un 76% de ellos a vacas adultas, 17% de ellos a vaquillonas y el 9% a terneros y novillos. La mayoría de los casos se presentan en las primeras semanas postparto, existiendo un mayor porcentaje de episodios sobre pasturas perennes degradadas en base a gramíneas que sobre los propios verdeos de invierno (avena) o campos naturales. Los análisis de sangre han mostrado que los valores séricos de Mg comienzan a descender desde 1,8-2,1 mg/100 ml en marzo-abril, a 1,6-1,9 mg/100 ml en junio-julio (Corbellini et al., 1994; Corbellini, 1998). Se establece así una hipomagnesemia subclínica crónica, que ya de por si produce, efectos no visibles sobre la producción (por ejemplo, menor ganancia de peso en novillitos sobre verdeos de invierno) y a veces difíciles de cuantificar (menor producción de leche, menor capacidad de digestión de la fibra, etc.). Los problemas de mortandad suelen estallar en los meses de julio a septiembre, casi siempre coincidiendo con sucesión de días nublados o temporales, menor disponibilidad de pasto, rebrotes luego de heladas (especialmente si se trabaja con baja carga, ya que el animal selecciona las partes tiernas de las plantas, con menor contenido en Mg y mayor concentración de las sustancias que dificultan su absorción (K, NNP). Lo primero es efectuar un diagnóstico correcto, siendo fundamental la obtención de muestras de orina y humor acuoso en los animales muertos y de sangre en los compañeros vivos del potrero, sobre todo de aquellos con síntomas leves (temblores en las orejas o músculos de la cara, ligera incoordinación al caminar). Confirmado el diagnóstico, es necesario establecer medidas urgentes. Las de acción inmediata implican la administración de compuestos inyectables de Mg y Ca y el mejoramiento del aporte de fibra (rollos) y, en 59

61 lo posible, de almidón (granos) o melazas, acompañados de sales de Mg. Entonces, lo aconsejable, es sólo recurrir a un suplemento inyectable, cuando se trate de recuperar a un animal caído. En ese caso, una vez que el animal se levanta, rápidamente se le deberá administrar Mg por vía oral, hidratarlo, proveerle alimentos energéticos y protegerlo de las inclemencias climáticas. Lo más importante es programar una estrategia de prevención para que la situación no se repita en los años próximos. Como el Mg es un macroelemento, el cual no puede ser almacenado para luego ser movilizado desde el hueso, de nada sirve el empleo de suplementos inyectables de liberación lenta como preventivos para evitar la aparición de hipomagnesemia. La suplementación deberá hacerse siempre por vía oral, diariamente y durante la época de mayor riesgo para la vaca: desde el último tercio de la gestación y hasta el pico de lactación como se indicó anteriormente. Esto incluye un esquema de suplementación mineral en bateas con una mezcla que contenga 4-5% de Mg elemento, ya sea como óxido de Mg (54-60% de Mg), cloruro de Mg (12-14% de Mg) o sulfato de Mg (8-10% de Mg), acompañados por carbonato de Ca (21-30% Ca) o fosfato dicálcico (23% Ca, 17% P), con una adecuada cantidad de palatables (NaCl, melaza deshidratada, levaduras en escamas, saborizantes autorizados), para obtener un consumo diario de g/vaca/día (20-40 g/animal/día, para novillos). Como un bovino adulto necesita un aporte diario total de 30 g de Mg, para cumplir con dichos requermientos se pueden utilizar distintos métodos de suplementación: Suministrar 50 g de óxido de Mg/animal/día espolvoreado sobre fardo, rollo, paja, heno. Son equivalentes a 30 g de Mg. Se pueden utilizar rollos magnesianos, a los cuales se les coloca Mg en el interior en el momento de la confección del rollo. En zonas con escasas precipitaciones, se puede pulverizar el pasto de más de 10 cm de altura con óxido de Mg disuelto en agua a razón de 25 a 30 kg de óxido de Mg/ha. Repetir cada 2 a 3 semanas en períodos de riesgo. En zonas con aguas de baja salinidad y no muy lluviosas, se puede disolver en el bebedero 1,5 g de cloruro de Mg por litro de agua de bebida. Esta concentración de sal no afecta la palatabilidad del agua. Se puede emplear una mezcla de 25% de óxido de Mg, 25% de fosfato dicálcico, 25% de cloruro de sodio y 25% de maíz molido. Si los animales no aceptan el suplemento salado, se puede emplear una mezcla en partes iguales de melaza y óxido de Mg. Estas proporciones pueden ser modificadas de acuerdo con las características de las zonas. Poco se sabe de la digestibilidad verdadera en las diferentes especies forrajeras, pero la variación es grande, habiéndose estimado que no supera el 10-15% en las gramíneas tiernas, cuando los valores de requerimientos tabulados por el N.R.C. (1984) estiman una biodisponibilidad promedio del 27%. Algo parecido ocurre con 60

62 la biodisponibilidad del Mg de distintas fuentes inorgánicas, aunque se sabe que los rumiantes absorben mejor el Mg del óxido que el de los sulfatos o carbonatos, siendo el Mg presente en las dolomitas y magnesita calcinada el de peor digestibilidad. Para asegurar la eficacia del sistema de suplementación mineral en bateas en vacas de cría, es necesario prestar atención a algunos detalles: Disponer de una proporción adecuada de bateas, de acuerdo al número de animales y el tamaño de los potreros. Las mismas deberían, si no son habitualmente cambiadas de lugar, estar rodeadas por un piso (entoscado, cemento, etc.) que no dificulte el acceso de los animales. En esos casos, convendría algún sistema de protección contra la lluvia, el viento o la humedad del suelo. Las sales minerales son por lo general corrosivas para el metal y eso hay que tenerlo en cuenta en el mantenimiento o reemplazo de los contenedores. Los mismos deben ubicarse no sólo cercanos a los bebederos sino también en los lugares habituales de concentración espontánea de la hacienda, sobre todo en días de temporales. En potreros anegadizos, algunas de las bateas deberían estar en los altos no inundables. Recorrer y rellenar frecuentemente las bateas, descartando el material húmedo o compactado o enmohecido luego de días de lluvia, limpiando a fondo. Con los datos de suministro de tantos kg cada tantos días, y conociendo el número de animales presentes en el potrero durante ese período, se puede tener una estimación del consumo promedio por animal y por día y establecer las correcciones necesarias. Básicamente, establecido este mecanismo de control, pueden presentarse dos situaciones: los comederos están siempre llenos o están siempre vacíos. En el primer caso, habría que analizar: a) Baja palatabilidad de la mezcla mineral. b) Las bateas están mal ubicadas. c) El suplemento mineral se ha deteriorado en su calidad (apelotonamiento, hongos, contaminación con bosta u orina, etc.). Si las bateas están vacías, hay que preguntarse: d) Se rellenan con la frecuencia necesaria. e) La mezcla es muy palatable y a lo mejor se pueden reducir los costos reduciendo los palatables. La otra etapa en la producción de carne es la invernada y, en esta etapa, los requerimientos de los animales son diferentes. Por ejemplo, una vaca de cría de 400 kg de PV, en el pico de lactancia necesita g de Ca por día, mientras que un novillo en terminación del mismo peso requiere g de Ca/día. El objetivo de la invernada, sea cual fuere el sistema empresarial que se siga, es llevar a los animales a su peso de faena en el menor tiempo posible para alcanzar el tipo de res que el mercado requiera, con el menor gasto y el mayor retorno económico posible. Luego del destete, las curvas 61

63 alométricas de crecimiento (formación de hueso, de tejido muscular y engrasamiento final) definen los requerimientos nutricionales globales y, entre ellos, los de los minerales. Un correcto desarrollo del esqueleto (en tamaño, armonía de desarrollo y resistencia mecánica), sobre el cual luego se pretende agregar kilos de proteína y grasa, requiere de un adecuado ingreso de Ca, P, Cu, Mn y vitaminas A y D, entre otros, y todos, a su vez, están condicionados al ritmo de ganancia de peso que se ha fijado alcanzar. Como ejemplo, en terneros y novillitos (hasta los 300 kg PV) los requerimientos de P quedan expresados por la ecuación (Maynard et al., 1979), que se desarrolla a continuación: Req. de P (g/animal/día) = 0,0194 x PV x ,017 G, donde: PV: peso vivo y G: ganancia diaria de peso También las deficiencias subclínicas de Mg, Zn, I y Co, reducen la tasa de desarrollo y las de Zn, Se y Cu predisponen o agravan las infecciones bacterianas, virales o parasitarias. Cuando la invernada se desarrolla en zonas de aguas muy dulces (< 0,5 g de Sales Totales/l), también hay que considerar las deficiencias de Na y Cl, ya que el músculo está formado por un 75% de agua y el NaCl está directamente relacionado con la capacidad de retención de agua por el cuerpo animal. Como se discutió hasta aquí, son tan variables las condiciones potenciales de presentación en las deficiencias minerales en los distintos períodos y situaciones de manejo, climáticos y de política empresaria que se pueden identificar en la producción de carne bovina en la Argentina, que se hace difícil dar recetas de aplicación masiva. En general, en vacas de cría, es técnicamente aconsejable proveer de suplementos minerales para consumo voluntario en bateas durante todo el año. Una mezcla mineral típica (al menos para hacienda de cría en la Cuenca del Salado y otras áreas de la Pampa Húmeda, donde la deficiencia de P no es tan marcada como en los suelos mesopotámicos), en praderas base gramíneas (festuca, agropiro) degradadas, con invasión moderada a alta de gramón, deberían contener un 25-50% de NaCl, 6% de P total, 12% de Ca total (Ca y P como fosfatos mono o dicálcicos), 4-5% de Mg (como óxido de Mg), 0,2-0,4% de sulfato de Cu; 0,004% de sulfato de Co; 0,5% de óxido de Mn; 0,8-0,9% de sulfato de Zn y 0,003-0,004% de selenito de Na. En caso de sospecha de deficiencia proteica (o en verano en pastoreos de sorgo), se debería agregar 1-2% de S elemental. Cuando se provee urea como fuente de N, se recomienda administrar 2-3 g de S elemental/100 g de urea (N.R.C., 1984). Ultimamente, se han incorporado al mercado de aditivos minerales, algunos microelementos (Zn, Cu, Se) en la forma de quelatos orgánicos (especialmente aminoatos, como por ejemplo, metionina-zn o lisina-cu), que son compuestos manipulados bioquímicamente para que ejerzan diferentes funciones en el organismo animal, que parecen asegurar una mucho mayor biodisponibilidad, por una más rápida y eficiente absorción intestinal y una capacidad diferencial de ser captados por ciertos órganos blanco (ver cuadro 12). 62

64 Cuadro o 12: : Resultado de la aplicación de transquelatos en la absorción de los minerales. Elemento Porcentaje de absorción Porcentaje de absorción verdadera (biodisponibilidad) tradicional de de complejos transquelatados compuestos inorgánicos Mg Fe Zn Cu Co Mn Fuente: Toda la información existente indica que siempre que sea posible, la suplementación oral es la de elección (y prácticamente la única que puede aportar las cantidades necesarias en el caso de los macrominerales, recordando que los macrominerales son aquellos minerales que el animal necesita en el orden de los gramos por día, por ejemplo, el calcio, el magnesio, el fósforo, el azufre). Además, se debe tener en cuenta que existen requerimientos de minerales también por parte de los microrganismos ruminales y una deficiencia a nivel ruminal puede comprometer la utilización de la energía de la dieta y la tasa de síntesis de proteína bacteriana. En el caso de los oligoelementos, como el Cu y del Se, existen en el mercado productos inyectables de liberación lenta de efectividad comprobada (Correa Luna et al., 1985; Pechín, 1995; Viejo et al., 1992; Viejo et al., 1993; Ruksan et al., 1988; Corbellini et al., 1.992). Sin embargo en un trabajo presentado por Pechin et al., en el 22 Congreso Argentino de Producción Animal, se demostró que la administración oral de Cu es igualmente efectiva que la suplementación inyectable, aún en presencia de minerales que compiten con la absorción del Cu. Para el caso del Zn, es casi imposible lograr aumentos estables en sangre a través del uso de productos inyectables, a menos que se repitan las aplicaciones cada días (Sager, 1995). El problema para este microelemento es que, al no existir órgano de depósito conocido (se considera que el 25-35% del Zn corporal está en los tejidos epiteliales), las cantidades circulantes en sangre son rápidamente metabolizadas. Entonces, los productos inyectables van a ser utilizados para suplementar microelementos u oligoelementos, aquellos que el animal necesita en el orden de los miligramos por día. Por este método se va a suplementar el Cu, el Se, el Zn y el Mn. Como alternativas se han ensayado los bolos intraruminales, basados en el principio que objetos pesados son retenidos en el rumen, lo que permite la liberación lenta de uno o más elementos minerales. Así, se han desarrollado bolos conteniendo Mg, pero su uso en el control de la tetania hipomagnesémica ha tenido 63

65 poco éxito, debido a las grandes cantidades requeridas y lo bajo de la tasa de liberación. En Australia se han usado con éxito bolos de Co desde hace más de 30 años y, últimamente, se han desarrollado bolos con Se y Zn, en casi todos los casos constituidos sobre una base ferrosa o, más recientemente, en cápsulas de liberación lenta por membranas de ósmosis reversa. En general, los resultados no han sido totalmente satisfactorios, debido a diversos factores: alto precio, bajas cantidades liberadas por día, tasa de liberación poco constante, administración engorrosa, regurgitación de proporciones variables de los bolos, etc. Un desarrollo novedoso han sido los bolos de vidrio soluble no silíceo, cuyo grado de solubilización determina la tasa de liberación de los minerales. Así se han desarrollado productos comerciales conteniendo Co, Se y Cu, con buenos resultados (períodos de retención en el retículo-rumen de hasta 18 meses). Estos bolos también pueden contener Zn y Mn. Un problema es que permanecen largo tiempo, estando presentes al momento de mandar los novillos al mercado y disminuyendo el valor de los subproductos (harinas de vísceras, etc.). Estos productos no han sido ensayados en el país, pero sí las agujas de óxido de Cu en cápsulas de metilcelulosa, con buenos resultados en vacas y vaquillonas de cría. Otra aproximación ha sido el agregado de las sales minerales en el agua de bebida. También aquí existen problemas prácticos en su implementación (Bavera y Bocco, 1987; McDowell et al., 1993). Alguno de los productos que se comercializan para disolver en el agua de bebida, contienen compuestos poco o nada solubles (las sales hidrosolubles son en general más caras). Otro problema es que la solubilidad de las sales suplementadas se ve afectada por la cantidad y tipo de las sales naturalmente presentes en el agua de bebida, produciéndose precipitaciones o interacciones que disminuyen la digestibilidad real de los minerales que se busca suplementar. La dosificación en el tanque depósito del agua es otro problema, ya que debería hacerse diariamente, de acuerdo al volumen de agua que el molino o la bomba aportan al mismo. Surge para su valoración el inconveniente del cálculo de lo consumido por los animales y lo evaporado, lo que dificulta enormemente una dosificación certera. Actualmente existen en el mercado dosificadores eficientes. Por otra parte, el consumo de agua es muy variable de acuerdo a la temperatura ambiente, la existencia de aguadas naturales o charcos en épocas de lluvia. Entonces, esta vía de suplementación, estará condicionada a las fuentes de abrevado de que el animal disponga. Así, si en el establecimiento hubiera otra fuente de agua alternativa como un arroyo o laguna es posible que el vacuno los prefiera y en ese caso no consumirá el agua con sales que se le ofrece en el bebedero. Otro inconveniente es el efecto corrosivo (por ejemplo de las sales de Cu), sobre las cañerías y tanques metálicos. Otra alternativa (bastante común en el pasado) son los panes o piedras de sal, básicamente compuestas por 95-98% de NaCl, prensados a alta presión, en cubos (sólidos o huecos) de kg de peso. Hay tres tipos comercialmente disponibles: las de NaCl sólo, las tricálcicas y las iodadas. Estas dos últimas poseen Ca o I, respectivamente, pero en tan reducida pro- 64

66 porción (aproximadamente el 1%), que en la práctica deben considerarse que sólo suplementan pequeñas cantidades de Cl y Na, ya que el consumo promedio animal/día no supera los 2-5 g. En épocas invernales, con heladas intensas, pueden producir lesiones en el epitelio lingual. Los panes iodados han demostrado eficacia en controlar la deficiencia de I en las áreas de bocio endémico en terneros, corderos y cabritos (regiones semiáridas precordilleranas). Los bloques de consumo voluntario de suplementación combinada energética-proteica-mineral, producen una suplementación muy completa y balanceada. Están saborizados con melaza, asegurando el consumo, al ser muy palatables. No requieren suplementación anual sino los dos últimos meses del período de gestación y el primero de lactación. En definitiva, si no hay posibilidades de incorporar la fórmula mineral en comederos con granos, silajes u otro tipo de alimentos como vehiculizadores, más allá de sus inconvenientes prácticos, la administración de todos los macroelementos y de buena parte de los microelementos, debe hacerse por vía oral y en bateas. De las sales minerales, la única por la cual los bovinos se ven atraídos es por la sal común (NaCl). Diversos ensayos han demostrado que no es cierto que, si se ofrecen sales minerales especificas a libre disposición, los animales consumirán de acuerdo a sus necesidades por un elemento mineral en particular. Una buena mezcla mineral, debe proveer lo que el rodeo necesita, ser palatable (consumos promedios de g/animal/día en novillos de meses, de g/animal/día en novillos de meses de edad y de g/animal/día en vaquillonas preñadas de más de 18 meses y en vacas adultas al final de la preñez o primeras semanas de lactancia), ser de partículas homogéneas (que no permitan la estratificación), sin gran poder higroscópico y sin presencia de bacterias, toxinas o minerales tóxicos (flúor, plomo u otros metales pesados). Hay que recordar la prohibición absoluta del uso de harinas de carne, huesos y/o vísceras de origen animal, crudas o autoclavadas (es decir con restos de proteína animal) en la alimentación de los bovinos, debido a los riesgos potenciales de transmisión de la encefalitis espongiforme bovina (enfermedad de la vaca loca ). Lo que sí podrían utilizarse son las cenizas de hueso, tomando el recaudo que el elaborador posea un correcto sistema de calcinación (ausencia total de N proteico). Hay que considerar que las cenizas de hueso tienen un ph más alto que las digestadas y ese alto ph disminuye la digestibilidad del Ca y la palatabilidad, por lo cual se ha recomendado (Bavera y Bocco, 1987) humedecerla con ácido fosfórico al momento de la administración en las bateas. Hay que calcular y comparar los precios por unidad de elemento mineral biodisponible que se busque suplementar y no simplemente por kg de mezcla mineral, sin analizar lo que provee. Al respecto, como ha sido señalado por Sager (1995), muchos productos comerciales no detallan correctamente la composición en las etiquetas de las bolsas. Un buen producto debe detallar la composición porcentual de los elementos minerales provistos y mencionar claramente las sales que los aportan. 65

67 Recuerde: Especialmente en países en vías de desarrollo, la principal dificultad en el diagnóstico de las deficiencias minerales subclínicas es convencer a técnicos y productores de que la nutrición mineral tiene relevancia para la rentabilidad de la explotación, cuando una compleja interacción de errores de manejo, fallas en la alimentación global y la presencia de enfermedades parasitarias o infecciosas, minimizan o incluso llegan a anular los efectos potenciales de la suplementación mineral. Bibliografía Bavera, Guillermo y Bocco, Oscar. Suplementación mineral del bovino, 1ª Edición, 1987, Ed. Hemisferio Sur. Bernal, Julio. Vacas sin cobre, en Super Campo Nº 34, año II, Bs. As., Ed. Perfil, julio de 1997, pp Corbellini, Carlos. Suplementación mineral en bovinos para carne, en La cría del siglo XXI, cap. VIII, Bs. As., Ed. Difusión ganadera, 1999, pp Cseh, Susana. Enfermedades metabólicas, en Curso nutrición de la vaca lechera, cap. XIII, Balcarce, Ed. INTA, 1997, pp Cseh, Susana. Deficiencia de cobre, en Curso nutrición de la vaca lechera, cap. XIV, Balcarce, Ed. INTA, 1997, pp Cseh, Susana. Cuando falta magnesio, en Chacra, tecnología, empresa y mercados Nº 884, año 74, Bs. As., julio de 2004, pp De Blas, C.; González, G. y Argamentería, A. Minerales, en Nutrición y alimentación del ganado, cap. VII, Madrid, Ed. Mundi-Prensa, 1987, pp Descarga, Carlos; Piscitelli, Hernán y Ziclinski, Gustavo: Sanidad: desbalances minerales, en Nuestro Campo Nº 58, año VII, Bs. As., 1999, pp Donovan, Ana. Carencias minerales, factores limitantes de la producción, en Cuadernillo de Producción Animal, Nº 97, febrero de 2005, Bs. As., Ed. Agromercado, pp Ferrari, Oscar. Importancia de la suplementación mineral, en La ganadería que viene, cap.iii, Bs. As., Ed. Difusión ganadera, 2001, pp , Marcantonio, Sergio. Manejando el invierno, en Super Campo Nº 98, año VIII, Bs. As., Ed. Perfil, julio de 2002, pp McDonald, P.; Edwards, R. y Greenhalgh, J. Minerales, en Nutrición animal, cap. VI, Madrid, 1988, Ed. Acribia S.A., pp Sager, Ricardo. Correcciones minerales en la producción intensiva de carne, en Nuestro Campo Nº 61, año VII, Bs. As., 1999, Underwood, E. Detección y corrección de las deficiencias e intoxicaciones generales: Principios generales, en Los minerales en la nutrición del ganado, cap. III, Madrid, 1983, Ed. Acribia S.A., pp Vidart, Diego. Los minerales en la dieta, en Chacra Nº 855, año 72, Bs. As., febrero de 2002, pp La Lic. en Bioquímica Susana Cseh es Responsable del Laboratorio en Bioquímica Clínica Veterinaria y Enfermedades Metabólicas del INTA Balcarce. Su dirección electrónica es scseh@balcarce.inta.gov.ar 66

68 Importancia de la calidad del agua de bebida 1 El agua químicamente pura, es la combinación del hidrógeno con el oxígeno. Al estado natural, es clara, sin color, ni olor. Forma parte de la alimentación de los animales y después del oxígeno, es el componente más importante e indispensable para la vida sobre la tierra. Constituye el mayor peso de los animales y de los vegetales. La falta de agua puede producir la muerte más rápidamente que la falta de cualquier otro elemento. En su forma líquida o sólida, cubre más del 70% del planeta. El 69% del total del agua dulce mundial se usa para agricultura, el 23% para la industria y el 8% para las necesidades domésticas. Los animales utilizan el agua para su nutrición y crecimiento, y la obtienen de tres fuentes: la contenida en el alimento, la que se produce durante el proceso de asimilación de los mismos y el agua de bebida. Desde el punto de vista físico, el agua actúa en el animal como un amortiguador entre su propia temperatura y el ambiente. Desde el punto de vista nutricional, se comporta como un solvente universal. Favorece el ablandamiento y fermenta- 1 Revisado y corregido por la Lic. en Bioquímica Susana Cseh. 67

69 ción de los alimentos, permitiendo su asimilación y la excreción de orina y heces. El agua, si posee la salinidad adecuada, puede hacer una buena contribución al consumo de minerales por parte del animal, alcanzando valores en bovinos, del orden del 20% para el calcio, 11% para el magnesio, 35% para el sodio y 28% para el azufre. Es el principal constituyente celular, formando parte de más de la mitad del peso del animal. Así, por ejemplo, un 55% del peso corporal de una oveja es agua, y una vaca contiene un 60-70% de agua. Una forma interesante de visualizar este hecho es teniendo en cuenta que al comprar un kilo de carne, en realidad lo que se adquiere es aproximadamente 700 gramos de agua y apenas 300 gramos de materias sólidas. Otro dato interesante: el 80% de la sangre es agua. Consumo de agua Las fuentes de agua para el ganado son los arroyos, lagos, ríos, charcos, lagunas, manantiales, pozos, siendo la de mayor importancia el agua subterránea. Las represas artificiales o tajamares, como se las llama en la Mesopotamia y en el Norte, son las menos comunes. La calidad de las distintas fuentes está relacionada con la ubicación geográfica y depende mucho de la geología de la zona. Es conocido en el sur de la Provincia de Córdoba que los pozos son de poca profundidad (2 a 10 metros), sin embargo tienden a salinizarse con el uso continuado de varios meses, por lo que se requiere la instalación de un gran número de perforaciones, que son usadas alternativamente durante el año. El agua de represas artificiales varía significativamente en su composición química desde el llenado hasta su vaciado, aún cuando sea parcial. Esta variación está dada por la concentración y acumulación de desechos orgánicos producidos por los propios animales y de los arrastres en el proceso de llenado. En estos casos, sería muy importante limitar el acceso de los animales a la reserva de agua, porque esta puede transformarse en fuente de contagio de enfermedades infecciosas como leptospirosis o bien de enfermedades tóxicas producidas por algas. El agua proveniente de corrientes superficiales es por lo general dulce, de baja concentración de sales totales por litro (ST/l), pero la misma puede variar de acuerdo a las regiones que atraviesa y al volumen de agua que acarrea en las diferentes estaciones del año. Existen ríos en la Argentina que tienen un nombre común: Río Salado, de los cuales hay varios, en Salta, Santiago del Estero, Chaco, Santa Fe, Neuquén (Pampa del Agua Amarga), Buenos Aires, Mendoza y San Luís. Aunque las aguas de estos ríos no son salobres, al infiltrarse hacia las napas subterráneas disuelven 68

70 cloruros y sulfatos que le otorgan alta salinidad al agua de pozo. Esta característica también se observa en proximidad de otros ríos como el Diamante y Tunuyán en Mendoza y en las lagunas encadenadas de la cuenca del Río Salado de Buenos Aires. En general, los requerimientos de agua por unidad de peso corporal disminuyen con la edad. Un bovino adulto consume entre un 8-10% de su peso en agua. Una vaca lechera puede consumir entre 38 y 110 litros de agua por día y un vacuno para carne de 26 a 66 l/d. Las hembras preñadas consumen más agua que las vacías, y las lactantes más que las secas. Las vacas lecheras, son las que más agua consumen de todos los bovinos, en proporción a su tamaño corporal, debido a que tienen grandes requerimientos de agua para poder mantener su producción láctea, ya que entre el 85 y el 87% de la leche, es agua. El ganado lechero tiene una mayor demanda hídrica, la cual aumenta a medida que crece su nivel de producción. Hay diversos factores que influyen sobre la cantidad de agua requerida por los animales, tales como: raza, edad, estado fisiológico, temperatura y humedad ambiente, velocidad del viento, contenido de proteínas e hidratos de carbono de la dieta, ingestión de sales, etc. Los factores que más modifican el consumo de agua son la temperatura ambiente y el tipo de alimento. Al mismo tiempo, el tipo de animal (tamaño, raza, edad, sexo) hará que se modifiquen los requerimientos de agua por kilogramo de materia seca consumida. Por ejemplo, si un cebú adulto consume 2,5 litros, un vacuno británico necesitará 3,5 y un ternero hasta 7 litros por el mismo kilo de materia seca ingerida. El contenido de materia seca de los alimentos, que varía entre el 20 y el 80%, también actúa condicionando su ingestión de agua, siendo común la presencia de animales que no necesitan beber por estar pastoreando verdeos tiernos y aguachentos durante el transcurso del invierno. Alimentos como silajes y pasturas, tienen un alto porcentaje de humedad, mientras que los granos y los henos tienen un bajo porcentaje. Alimentos altamente energéticos, producen mucha agua metabólica, mientras que alimentos bajos en energía, producen poca. En general, todos los forrajes secos y concentrados, demandan un consumo de agua por parte del animal mayor, que los forrajes verdes. Un mismo organismo puede consumir más o menos agua, según esté acostumbrado al tenor salino de la misma. Aún cuando en un principio la rechace, si el contenido de sales es tolerable, terminará por aceptarla (aunque disminuya su producción), luego de un período variable que dependerá del tipo de alimento que consume y del clima. Sin embargo, cuanto más elevada sea la salinidad del agua, mayor será la cantidad que requerirá para saciar su sed. La temperatura ambiente elevada, aumenta los requerimientos de agua en los animales. El aumento puede ser entre un 30 y un 60% en meses calurosos. Así, un animal para carne (450 kg), puede consumir 28, 41 o 66 litros de agua, según que la temperatura ambiente sea 4, 21 o 32º C, respectivamente. 69

71 La ausencia de sombra, tanto como las temperaturas muy elevadas, provocan un alza del consumo, que puede reducirse facilitándoles refugio bajo los árboles y permitiendo que concurran a beber en las horas más frescas. También contribuyen a elevar la demanda, la baja humedad relativa ambiente o los vientos que aumentan la transpiración de los animales. En cualquier caso, el agua fresca cercana a los flotantes será la preferida, por lo que se recomienda proteger los bebederos con cubre flotantes reforzados, ya que son frecuentes las roturas de las boyas, cabezas de flotantes, etc., cuando los animales se agolpan a beber. Durante la privación de agua, hay pérdida de peso debido a la pérdida de la misma, desde los tejidos y desde el intestino, el cual actúa como reservorio de agua, que mantiene al organismo hidratado. Una provisión inadecuada de agua, puede resultar en una disminución de la producción láctea más rápida y drásticamente que cualquier otra deficiencia nutricional. Otro factor a tener en cuenta es la distancia a las aguadas. La frecuencia de consumo voluntario de agua para una vaca es de 3 a 4 veces por día. En las zonas áridas o semiáridas elevadas, los animales bajan a consumir agua cada 2, 3 o más días. En estos casos, el consumo puntual de agua es mucho más importante que si se produce en 1 o 2 tomas diarias. El ganado prefiere beber agua varias veces al día. Si el consumo está limitado, el animal comienza a comer menos y más lentamente. La privación de agua generalmente resulta en pérdidas del peso corporal. Por otro lado, el exceso de agua sobre todo en terneros, causa diarrea. El mejor método es proporcionar diariamente agua fresca, limpia, a voluntad, cercana al lugar de pastoreo y de fácil acceso. Calidad del agua de bebida La calidad del agua de bebida para los animales es tan importante como la cantidad. El agua que bebe el animal debe ser limpia, inodora, incolora e insípida. El ph debe ser neutro. La ingesta de agua de baja calidad determina una pérdida de estado en los animales, falta de apetito, trastornos digestivos, reducción en la producción láctea, alteración en la reproducción y en los casos más extremos hasta la muerte. No obstante, en la práctica, es difícil determinar cuáles son las características que debe reunir el agua de bebida, ya que los animales suelen acostumbrarse con el paso del tiempo a determinada calidad de agua. El agua por si misma no es tóxica. Los efectos tóxicos o nutricionales de la misma, son debidos al tipo de sales disueltas, a su concentración, forma iónica y comportamiento fisiológico. El agua, al estado líquido, toma la forma y la calidad del recipiente que la contiene; por lo tanto, la calidad del recipiente puede definir la calidad del agua. Los bebederos deben mantenerse perfectamente limpios, libres de materiales extraños, tales como restos de vegetales, animales, tierra, algas, etc. 70

72 La forma de expresar la concentración de las sustancias químicas presentes en el agua es en mg/l, g/l, meq/l, ppm, conductividad eléctrica o micro ohms. El intentar hacer una clasificación que permita interpretar la calidad para todos los sistemas productivos es casi imposible dadas las interacciones que existen. El agua con baja salinidad total puede considerarse apta para cualquier sistema productivo, aunque es probable que por la ausencia de minerales sea deficiente, necesitando la suplementación con mezclas minerales de consumo voluntario. Por otro lado el agua con salinidad media puede ser excelente para invernada o cría, pero ser excesiva para tambo. La cría, por ser más tolerante como sistema, puede desarrollarse en condiciones de mayor salinidad, lo cual no sería aceptable para invernada o tambo. Las experiencias regionales definen como agua engordadora a aquella que permite que los animales que la consumen engorden de acuerdo al tipo de alimento que estén recibiendo, y agua no engordadora, a aquella que a pesar del alimento de calidad que reciban no se observan avances productivos importantes, o los animales decaen en su apariencia general. La primera condición, de agua engordadora, está dada simplemente por la concentración de sales totales y éstas oscilan entre 2000 y 4000 mg de sales totales por litro de agua, con marcado predominio de cloruro de sodio. La ganancia diaria de peso se logra a través de la deposición de proteínas, lípidos, minerales y agua, por lo que un bajo aporte de agua y sales minerales disminuirá el incremento diario. La segunda condición, de agua no engordadora, se da cuando los niveles salinos son superiores a 4000 mg de ST/l, lo que produce un límite en el consumo de agua y de materia seca forrajera, que se expresa en menor ganancia de peso. La reducción puede estar en el orden del 10 al 12%. La respuesta animal está dada por los siguientes motivos: la alta salinidad limita el consumo de agua y como consecuencia el de materia seca de los alimentos de alta calidad, aumenta la velocidad de tránsito gastrointestinal haciendo menos eficiente la utilización de los nutrientes y aporta exceso de sales como sulfatos que pueden alterar la absorción de minerales (cobre, zinc), retardar el crecimiento y la disponibilidad de energía de la dieta. Cuando la calidad del alimento es baja, la alta salinidad aumenta el consumo de agua y actúa como estimulante en el consumo de materia seca, mejora la digestibilidad de la fibra y el tránsito gastrointestinal. Dadas las características de los sistemas productivos imperantes en la Argentina y los alimentos asociados, se puede decir, que para cada uno de ellos debería haber una calidad de agua óptima, sin embargo no hay suficiente información que permita establecer estas diferencias. Cuando se realiza un análisis químico del agua para establecer su calidad, se deben tener en cuenta determinados componentes: 71

73 Contenido de sales totales (ST) o Residuo Seco (RS) Es la suma de las concentraciones de todos los sólidos disueltos en el agua. En general, la salinidad del agua es el principal factor que determina si una fuente de agua es apropiada para el ganado. La mayoría de las sales disueltas en el agua son compuestos inorgánicos como sulfatos, cloruros, carbonatos, bicarbonatos de Ca, Mg y Na. Ocasionalmente, pueden estar presentes en exceso pudiendo causar efectos osmóticos dañinos, resultando en una pobre performance, enfermedad o aún la muerte de los animales expuestos a ellos. Dentro de las sales contenidas en el agua, los sulfatos son más perjudiciales que los cloruros y las sales inorgánicas más perjudiciales que las orgánicas. En general, se toma como valor límite superior 7000 mg ST/l de agua. Por encima de estos valores, la restricción de agua es seria y se hace desaconsejable su uso. El agua que contiene menos de 1000 mg ST/l, no debería presentar problemas para el ganado, pero puede requerir suplementación con mezclas minerales. Aquellas que poseen entre 2000 y 4000 mg ST/l se las suele considerar aguas de buena calidad. Los animales en confinamiento, resultan más sensibles a las concentraciones elevadas de sales totales. Concentraciones superiores a 4000 mg ST/l pueden presentar algunos problemas de restricción voluntaria en el consumo, pero los animales se acostumbran aun cuando la producción pueda verse disminuida de alguna manera. Entre 5000 y 7000 mg ST/l pueden ser usadas en bovinos para carne y ovinos, pero son desaconsejables para hembras preñadas o lactando, terneros e invernada. Valores entre 7000 y mg ST/l, como se mencionó, son nocivos para los rumiantes. En general, los animales adultos son más resistentes al exceso de sal que los jóvenes, las razas de carne más que las de leche, el ganado ovino más tolerante que el bovino, y dentro de estos, las razas índicas son las de mayor resistencia. Cuando existe silicio en suspensión en cantidades elevadas, los valores límites pueden ser mayores, ya que habría que descontar el silicio del valor de las sales totales. En ciertas condiciones, estos límites pueden superarse, por lo que estas cifras deben tomarse con cierta elasticidad y no como rígidas. De todos modos, el tenor salino total da una idea general, pero es sumamente importante determinar la composición del mismo cuando los valores son muy elevados. La cantidad total de sales modifica el consumo de agua sobre los requerimientos voluntarios. Así, el agua de baja salinidad, menor de 500 mg ST/l es absolutamente deficiente en electrolitos y, por lo general, el animal deberá ingerir mucho más de lo necesario para poder retener la cantidad de sales o de agua necesaria para recuperar el equilibrio electrolítico. Cuando la salinidad se encuentra entre 500 y 2000 mg ST/l, el consumo de agua es levemente menor, pero todavía es necesario aportarle un suplemento mineral de consumo voluntario con una alta proporción de cloruro de sodio. Si la salinidad del agua se encuentra entre 2000 y 72

74 4000 mg ST/l, el aporte de sales es por lo general suficiente y a no ser que exista alguna deficiencia mineral específica de cobre, zinc, selenio, fósforo, etc., no sería necesaria la administración de suplemento mineral de consumo voluntario. Cuando el agua posee salinidad de entre 4000 y 7000 mg ST/l, se pueden detectar problemas en verano, ya que el ganado limita su ingesta por el alto porcentaje de sales y disminuye en consecuencia el consumo de forraje, cuando en realidad la mayor temperatura ambiente, la lactación y el mayor aporte de potasio en el forraje verde, requerirían un mayor consumo y la salinidad lo limita. En el invierno, puede observarse un mejor estado de esos vientres, aún con forrajes diferidos (de una calidad nutricional pobre), debido a que las bajas temperaturas y al no tener la cría al pie, los requerimientos de agua son menores y la salinidad no actúa como limitante del consumo. Si la salinidad supera los 7000 mg ST/l, el agua no debería usarse. Sin embargo, en muchas situaciones esto no es posible dado que no existen fuentes alternativas de agua. Hay registros de animales que sobreviven consumiendo agua con alrededor de mg ST/l, pero en esas circunstancias es muy poco lo que puede pedirse a las vacas y es probable que produzcan un ternero cada dos o tres años. El efecto de la salinidad total se agrava cuando la misma está dada principalmente por sulfatos o éstos se encuentran en relación 1:2 con los cloruros. Los sulfatos en niveles superiores a 1000 mg/l interfieren con la absorción de cobre, llegando a producir intoxicación cuando superan los 3000 mg/l. Así como puede ser contraproducente en esas circunstancias, en otras tiene efectos favorables, como es el caso del sulfato de magnesio el cual puede ayudar a disminuir el riesgo de hipomagnesemia (característico de algunas zonas, como en el norte de La Pampa, especialmente en la zona del Cardenal) por los mayores niveles de sales totales, especialmente de sulfato de magnesio, El estímulo en la producción y en el estado general de los individuos que se produce cuando se suplementa con cloruro de sodio a animales que consumen agua muy dulce, no se debe a una deficiencia de sodio o de cloro, cuyos requerimientos son muy bajos, sino a un mayor consumo y aprovechamiento de otros nutrientes, que se produce como consecuencia de mejorar la palatabilidad y de corregir el balance electrolítico de las dietas, la retención de líquido y la absorción de magnesio, entre otros aspectos. Como consecuencia de las variaciones descriptas en la calidad del agua y de los aportes nutricionales de las diferentes pasturas (nativas, cultivadas, anuales, perennes, invernales y estivales) y de las modificaciones de los requerimientos de las vacas de cría (de acuerdo a su estado fisiológico, estado de desarrollo y tipo racial), se pueden producir desbalances minerales que son necesarios prevenir a través de una suplementación mineral apropiada. En base a los antecedentes reunidos hasta aquí y lo observado en la práctica, y con la elasticidad explicada para animales a pastoreo en clima templado, se elaboró el cuadro 1. 73

75 Cuadro 1: Clasificación de las aguas para bebida de bovinos. Para Sales Cloruro de Cría Invernada- totales sodio Tambo Sulfato Magnesio Deficiente Deficiente Menos de 1 g/l Buena Buena Más de 1,3 g/l 0,6 g/l 0,5 g/l 0,2 g/l Muy buena Muy Buena Hasta aproximadamente 2 g/l 1,2 g/l 1 g/l 0,25 g/l Muy Buena Buena Hasta aproximadamente 4 g/l 2,4 g/l 1,5 g/l 0,3 g/l Aceptable Mala Hasta aproximadamente 7 g/l 4,2 g/l 2,5 g/l 0,4 g/l Mala Hasta aproximadamente 11 g/l 6,6 g/l 4 g/l 0,5 g/l Pésima Hasta aproximadamente 13 g/l 10 g/l 7 g/l 0,6 g/l Fuente: Bavera, Guillermo, 2000, adaptado por Cseh, Susana, Deficiente: por su bajo contenido salino esta agua no contribuye con minerales a la dieta del animal, presentando éstos, síntomas de pica y/o hambre de sal. Este problema es el menos grave, pues se soluciona administrando permanentemente una provisión dietética mineral completa a voluntad. Muy buena: contiene sales en cantidad adecuada para cubrir las necesidades minerales que las pasturas no brindan. La producción se favorece con este tipo de agua. Buena: su contenido salino supera las necesidades del animal, pero sin acarrearle problemas, pues elimina eficientemente el sobrante. Aceptable: puede causar diarreas a animales no acostumbrados a la misma y disminución en la producción. Mala: podrá emplearse en animales acostumbrados, con suma precaución y en ciertas épocas y pasturas. Disminuye marcadamente la producción y puede producir mortandades. Pésima: deberá emplearse por poco tiempo, cuando no se encuentra otra fuente de agua y con grandes precauciones. Produce diarreas intensas y mortandades. No hay producción. En realidad esta agua no se debe usar. Lo que hace al agua poco satisfactoria es principalmente la salinidad total, seguido por los niveles de sulfatos y en algunos casos por la concentración de arsénico, flúor y nitratos. El arsénico y el flúor, por si mismos pueden definir la ineptitud del agua para ser consumida. Son elementos altamente tóxicos para animales y el hombre, por lo que independientemente de la composición salina del agua de bebida, altos niveles de uno u otro limitan su uso. Según distintas fuentes, los niveles de tolerancia 74

76 del arsénico son de 0,05 mg/l para consumo humano y de 0,2 mg/l para consumo animal, aún cuando no hay antecedentes nacionales sobre intoxicación aguda, pero algunas manifestaciones crónicas asociadas a problemas de piel y de pezuñas podrían asociarse al consumo de agua con niveles superiores a 0,5 mg/l por períodos prolongados. El arsénico se deposita en los testículos del toro y puede causar infertilidad. Para el caso del flúor, tanto su deficiencia como su exceso producen trastornos óseos muy importantes en humanos y animales. Los niveles peligrosos oscilan alrededor de 1,5 mg/l. El flúor puede ser un problema muy importante en la Provincia de La Pampa, donde suele superar los 2 mg/l y se ha detectado la reducción en la vida útil de vacas de cría en algunos años, dado el desgaste y pérdida prematura de dientes. En las situaciones más graves, el efecto negativo también es observable en animales en engorde. Los nitratos se consideran peligrosos a partir de 100 mg/l y son indicadores de contaminación orgánica. También se ha encontrado que están muy relacionados a la fertilización del suelo excesiva e irracional con urea. Considerando las sales en general, el agua posee sales beneficiosas y sales perjudiciales. Dentro de las beneficiosas o neutras se encuentran el cloruro de sodio, los carbonatos y bicarbonatos de calcio, sodio, magnesio y dentro de las perjudiciales los sulfatos de calcio, de sodio y de magnesio, siendo este último el más perjudicial. Dureza Se refiere a la tendencia del agua a formar precipitados insolubles de calcio y magnesio, cuando se mezcla con jabón, o cuando se la hierve (sarro). La misma se expresa como carbonato de calcio. No se conocen efectos negativos sobre la salud animal. ph Define la alcalinidad o acidez del agua. El ph del agua de bebida puede variar entre 6 y 8,5. Se sabe que las aguas ligeramente alcalinas con un ph entre 7 y 7,5 son las mejores para el ganado. Bajos ph resultan en acidosis y pérdidas en la producción láctea, pueden ser corrosivas y provocar liberación de metales por disolución del sistema de cañerías. A ph básicos (mayores de 9,0) pueden provocar incrustaciones en cañerías y ser corrosivas. Nitratos y nitritos Estos compuestos nitrogenados, indican la presencia de contaminación 75

77 bacteriana o de fertilizantes nitrogenados en el agua. Los nitratos en el agua subterránea se hallan frecuentemente asociados a procesos de intensificación de los sistemas agropecuarios. Los niveles máximos aceptados para agua son, para los nitratos de 100 mg/l y para los nitritos de 10 mg/l, puesto que los nitritos son diez veces más tóxicos. El envenenamiento debido al alto contenido de nitratos, resulta de la reducción de los nitratos a nitritos, por acción de los microorganismos ruminales. Esta situación puede presentarse si los animales consumen forrajes con altos niveles de nitratos. Sodio Forma la sal más beneficiosa y más común del agua, el cloruro de sodio, y, a no ser que se encuentre en muy altas concentraciones, no presenta efectos negativos sobre la salud del animal. La concentración de cloruro de sodio presente en algunos ingredientes dietarios y en el agua reduce y en algunos casos elimina, la necesidad de suplementar con sal las dietas para el ganado. Cloruros Como sal, la forma más abundante es el cloruro de sodio. Le da al agua un sabor salado. También se lo puede encontrar como cloruro de potasio, de calcio y de magnesio. Las dos últimas sales le dan al agua sabor amargo y pueden provocar diarrea si están en exceso. Es poco frecuente encontrar concentraciones de cloruros, por encima de 3000 o 4000 mg/l. Calcio Es el principal catión en el agua. Generalmente se lo encuentra en forma de sales solubles, floruros, fosfatos, bicarbonatos, sulfatos de calcio. Además de gusto, el cual depende de la sal específica presente, el calcio le otorga al agua características de dureza. Magnesio El magnesio, le da al agua características de dureza y un típico sabor amargo, haciendo al agua poco palatable. Altas concentraciones de magnesio provocan diarrea, porque forma con el sulfato, la sal de Epsom que tiene efectos laxopurgantes. Sulfatos Es la sal que posee el efecto más adverso sobre la salud, debido a las combi- 76

78 naciones posibles con el magnesio y con el sodio. El límite máximo de tolerancia para el ganado se considera de 1500 mg/l, si bien terneros y animales en confinamiento pueden presentar problemas con estas concentraciones. Valores de 1500 a 2500 mg/l producen diarrea temporaria. Por encima de los mismos, es probable que se produzca un rechazo natural a esa agua. Si el animal se ve obligado a consumirla, posiblemente se afecte su estado corporal, como consecuencia de una reducción en el consumo de alimentos y en la tasa de ganancia de peso, aunque finalmente puede haber acostumbramiento. Además de estos problemas de salinidad, los sulfatos del agua, cuando están en exceso, a nivel ruminal, reducen la disponibilidad del cobre, originando una hipocuprosis secundaria o condicionada. Elementos tóxicos presentes en el agua Una cierta cantidad de elementos presentes en el agua pueden ser tóxicos, cuando se encuentran en concentraciones elevadas. Ejemplo de esto lo constituyen el hierro, aluminio, berilio, boro, cromo, cobalto, cobre, yodo, manganeso, molibdeno o zinc. Relación entre la calidad del agua de bebida y la suplementación mineral Así como la calidad del agua de bebida afecta el consumo de materia seca del alimento, también afecta el consumo de suplementos minerales formulados como mezclas de sales, pero más significativamente en la absorción y en la utilización de minerales presentes en la dieta. El caso más estudiado es el que relaciona a los sulfatos, de calcio, de magnesio y de sodio, con la absorción de cobre a nivel intestinal. Los sulfatos orgánicos e inorgánicos, son reducidos en el rumen a sulfuro, elemento que se asocia a metales bivalentes como el cobre y el zinc y que en presencia de molibdeno, forman tiomolibdatos de cobre, que son insolubles e impiden la absorción de cobre a nivel intestinal. Se han observado interferencias similares con el zinc. El magnesio da sabor amargo al agua de bebida, como ya se ha comentado, sin embargo muchas veces es el responsable que no se produzcan deficiencias de este mineral, por lo aportado en el agua. El sodio es abundante en los granos, pero por lo general es deficiente en los pastos donde hay abundante cantidad de potasio. El sodio aportado por el agua ayuda a corregir esa situación. El calcio es abundante en las leguminosas, pero deficiente en los granos. El agua puede ayudar a corregir estos desbalances en animales poco exigentes en calcio. 77

79 Como puede apreciarse a través de estos pocos ejemplos, las interacciones entre minerales-sistema productivo-agua de bebida son numerosas, generando una serie de malas experiencias con respecto al uso de suplementos orales de formulaciones genéricas. Por lo tanto hay que tener en cuenta una serie de recomendaciones con respecto a cómo planificar la suplementación mineral más apropiada. Es importante conocer: Tipo y calidad de los alimentos principales y suplementarios. Calidad del agua de bebida. Tipo de producción bovina y nivel de producción esperada. De acuerdo a ello: Planificar la suplementación más apropiada. La composición mineral de los forrajes depende, entre otros, de las características del suelo, estado fenológico de los forrajes, condiciones climáticas y prácticas de fertilización. Las plantas en crecimiento tienen mayor concentración de potasio y de fósforo. Las leguminosas tienen por lo general el doble de calcio que las gramíneas, pero considerablemente menos zinc. El cobre y el magnesio son más abundantes en leguminosas que en gramíneas. Las especies nativas, principalmente las invernales, tienen muy baja concentración de magnesio, mientras que las estivales por lo general tienen suficiente. Los granos en general son bajos en calcio y potasio y abundantes en fósforo, magnesio, sodio, siendo moderados en cobre, selenio y zinc. De acuerdo a los niveles que participen en la dieta deben tenerse en cuenta los aportes que cada uno de ellos realice en relación al sistema productivo para así determinar posibles excesos o deficiencias. La calidad del agua de bebida por arriba de 6000 mg de sales totales por litro, no permite una suplementación oral apropiada de mezclas minerales de consumo voluntario, debiéndose recurrir a saborizantes para atraer el consumo. El agua con niveles de sulfatos de alrededor de 1000 mg/l requieren suplementación con cobre, independiente del sistema productivo que se trate. La cantidad de sal (cloruro de sodio) presente en la mezcla mineral debe estar de acuerdo a la salinidad del agua de bebida, así como regla general debe tomarse que con agua por debajo de 2000 mg de ST/l, la mezcla mineral puede tener entre el 50 y el 70% de sal, las que se encuentran entre 2000 y 4000 mg de ST/l, el cloruro de sodio debe estar entre el 30 y el 50%, mientras que las que estén entre 4000 y 6000 mg de ST/l, la sal no debe exceder el 20-30%. Si la salinidad es mayor a la aquí expresada, deben usarse suplementos dulces en base a melaza. Con relación al sistema productivo, como regla general se define al sistema de cría como el menos sensible en relación a la satisfacción de los requerimientos minerales. Sin embargo no es así, sólo que la manifestación de deficiencias suele 78

80 ser productivamente menos evidente y a mayor plazo que en los demás sistemas. De mayor exigencia es el engorde de novillos y en la medida que se intensifique la producción aumentan las exigencias de satisfacción de los requerimientos minerales. La producción de leche es la más sensible y complicada para satisfacer las necesidades de minerales y requiere la intervención de especialistas. En la planificación de la suplementación más apropiada hay que tener en cuenta el o los minerales que pueden estar en deficiencia. Sobre esta base determinar si es necesario el aporte de complejos minerales o de alguno en particular. Si son complejos, lo ideal es la suplementación oral de consumo voluntario en la forma de harinas y que, excepto para tambo los animales deben tener a disposición todo el año. En este último caso, se pueden incorporar al alimento balanceado que se les ofrece a las vacas durante el ordeñe. Si se requiere la corrección unitaria, tal vez la mejor forma sea la inyectable, que permite una mejor dosificación. Sin embargo debe establecerse la época más apropiada para realizarla. La dosificación inyectable tiene efecto inmediato y poco residual, ya que muchos minerales no tienen un sitio de acumulación. Se encuentra indicada para tratamientos curativos (vaca caída, por ejemplo) o para cubrir deficiencias de microminerales como el cobre, el cobalto o el selenio. En resumen, las deficiencias minerales pueden producir pérdidas subclínicas de producción a través de la disminución de la capacidad reproductiva de los rodeos, aumento de prevalencia de enfermedades infecciosas y afectar el crecimiento o desarrollo de animales de carne y leche. Para identificar los minerales que pueden estar en deficiencia hay que comenzar por determinar el posible consumo de los mismos a través de la evaluación de la dieta y del agua de bebida y por último sobre estas bases, definir el sistema de suplementación que sea más efectivo desde el punto de vista productivo y de costo. Toma de muestra de agua y envío para su análisis Cuando se desea realizar un análisis químico de agua para consumo animal, la muestra a analizar se deberá tomar del bebedero del cual el animal consume el agua. Si en el establecimiento, los animales tuvieran acceso a otras fuentes de abrevado como por ejemplo, laguna, arroyo, río, tajamar, etc., estas también deberán ser muestreadas. El recipiente a utilizar para efectuar la toma de muestra, puede ser una botella de plástico de agua mineral, la cual se deberá enjuagar varias veces con el agua a analizar antes de tomar la muestra definitiva. Este recipiente deberá estar debidamente identificado, y deberá ser remitido refrigerado, lo antes posible, al laboratorio en el cual se realizarán los análisis. Siempre es conveniente acompañar el envío del agua con datos del rodeo y del establecimiento. 79

81 Recuerde: La calidad del agua de bebida para los animales es tan importante como la cantidad. El agua que bebe el animal debe ser limpia, inodora, incolora e insípida. Bibliografía Bavera, Guillermo; Rodríguez, Eduardo; Béguet, Héctor; Bocco, Oscar y Sánchez, Juan. Aguas y aguadas, 1ª Edición, Ed. Hemisferio Sur, Bs. As., Bavera, Guillermo. Clasificación de las aguas para bebida de bovinos, en Manual de aguas y aguadas para el ganado, 2ª Ed, Ed. Hemisferio Sur, Cap. VII, pp Cseh, Susana. El agua y su importancia para los bóvidos, en Herrero, María; Sardi, Graciela; Maldonado, Verónica y Orlando Agustín. Calidad en el agua de bebida, en Super Campo Nº 30, año II, Bs. As., Ed. Perfil, marzo de 1997, pp Sager, Ricardo y Echeverría, Juan. Identificación de aguas buenas, en Super Campo Nº 46, año IV, Bs. As., Ed. Perfil, julio de 1998, pp Sager, Ricardo. Calidad de agua de bebida. Relación con la suplementación mineral y problemas sanitarios, en Sager, Ricardo. Calidad de agua y desbalances minerales, en Cría Vacuna, Cuad. de Act. Téc. Nº 66, Bs. As., Ed. AACREA, septiembre de 2003, pp La Lic. en Bioquímica Susana Cseh es Responsable del Laboratorio en Bioquímica Clínica Veterinaria y Enfermedades Metabólicas del INTA Balcarce. Su dirección electrónica es scseh@balcarce.inta.gov.ar 80

82 El forraje: alimento adecuado para el rodeo de cría 1 La producción de forraje en la Pampa Húmeda es bimodal, con un pico mayor de producción en primavera y un segundo repunte en otoño, aunque de menor intensidad, y dos depresiones en invierno y en verano. Las depresiones de invierno y verano, tienen distinta magnitud según la zona. En algunos lugares es más importante en invierno y en otros en verano. Si no se cuenta con recursos correctivos como son verdeos de invierno y verano, reservas forrajeras, etc., el criador debe adaptar el manejo de la carga animal para acompañar a las fluctuaciones de la oferta forrajera. Para poder armonizar los requerimientos animales de un rodeo de cría con la disponibilidad de forraje existente en el establecimiento, es primordial que el productor mida (evalúe) la producción de pasto de sus potreros. Es habitual y rutinario que el productor destine parte de su tiempo a observar con atención la evolución de los animales, pero son pocos los que prestan similar dedicación a las estimaciones vinculadas con la oferta forrajera. Es decir, pocos son los productores que cuentan con estimaciones precisas de este parámetro en el momento de tomar decisiones. Esta falta de información genera, por un lado, un grave deterioro de los recursos pastoriles y por otro, planteos de manejo y de gestión empresarial extremadamente conservadores, lo cual da lugar a la desinversión y a una baja rentabilidad. 1 Revisado y corregido por el Ing. Agr. Oscar Ferrari. 81

83 Las personas involucradas en la producción animal en pastoreo directo deben evaluar de uno u otro modo con qué recursos cuentan. A menudo, estas evaluaciones son cualitativas (subjetivas) como, falta pasto o sobra pasto y están basadas en la experiencia previa. Pero estas apreciaciones son insuficientes, ya que sólo se tienen en cuenta características tales como altura, cantidad, densidad y foliosidad. También es necesario evaluar otras características, tales como la composición botánica o el porcentaje de materia seca, ya que afectan al valor nutritivo y al consumo, y por ende, a la productividad animal. Para quienes se dedican a la cría vacuna, donde el pasto es un recurso esencial, el conocer la calidad y la disponibilidad forrajera es importantísimo. La disponibilidad depende fundamentalmente de la Productividad Primaria Neta Aérea (PPNA), que es la tasa de generación de materia seca (MS) de un pastizal o de una pradera. La PPNA se expresa en unidades de MS por unidad de área y de tiempo (generalmente kg/ha/año). La PPNA es el determinante más importante de la carga animal del recurso forrajero. El grado de asociación entre ambos parámetros es alto. Sin embargo, no solamente la producción anual promedio es importante para el manejo ganadero. El conocimiento de la variabilidad de la PPNA, a través de su distribución estacional permite identificar baches forrajeros, o a la inversa períodos de exceso, que adecuarán las medidas de manejo de la carga a las circunstancias imperantes en el momento. Cabe preguntarse, si la PPNA constituye una información tan valiosa para la planificación ganadera, por qué no se cuenta fácilmente con estimaciones de ella? La respuesta es sencilla: no es fácil medirla. Métodos de medición Los métodos para su medición pueden ser. Destructivos o directos: es el más exacto, hay que cortar el pasto. No destructivos o indirectos: comprende estimaciones visuales (altura, densidad, composición), disco (altura y densidad), capacitómetro, fotografías, etc. Ambas metodologías pueden ser combinadas. Destructivos o directos El método más preciso para estimar el rendimiento de forrajes es cortar y pesar. Generalmente, requiere un gran número de muestras para alcanzar estimaciones confiables. 82

84 Para realizar el muestreo se recomienda hacer el marco de muestreo de hierro de construcción de 8. Existe polémica acerca de la forma del marco. Algunos recomiendan reducir la relación borde-superficie, para disminuir los errores de borde (por ejemplo: dónde está la planta?, dentro o fuera de él?). Por lo tanto, en primera instancia, el marco ideal sería el circular, luego el cuadrado y por último el rectangular. No obstante, algunos investigadores prefieren marcos angostos y rectangulares, porque estiman que con ellos se logran muestras más representativas. De todas maneras, más importante que la forma, es la superficie del marco de muestreo. Cuanto más pequeña sea, mayor será el error de borde. Un tamaño mínimo adecuado es el de 0,16 m 2. Es útil adoptar un tamaño mediante el cual sea fácil calcular la cantidad de forraje por hectárea. Así, si el tamaño es de 0,16 m 2, hay que multiplicar el resultado por , mientras que si fuera de 0,2 m 2 habría que multiplicar por Salvo por el peso y tamaño algo incómodo, un cuadrado de 1 m 2 facilita los cálculos porque sólo hay que multiplicar por para tener la referencia de la disponibilidad forrajera en una hectárea. La presencia de animales, la orina y las heces resultantes, y el hecho que las pasturas puedan estar constituidas por más de una especie de diferente porte, las convierte en un sistema biológico altamente variable. El número de muestras por tomar depende de la variabilidad de la pastura y del grado de precisión exigido. Una cantidad razonable es la de muestras. Se debe arrojar el marco al aire, de espaldas, al azar (un ayudante debe observar donde cae, o darse vuelta inmediatamente antes que aterrice) para no influir subjetivamente en la elección de la disponibilidad presente en el potrero. Para estandarizar las estimaciones es conveniente cortar al ras del suelo, ya que es muy difícil mantener una altura de corte constante. Sin embargo, hay que tener presente que siempre, hay un elemento de juicio subjetivo acerca de qué tan al ras se corta y se recoge el pasto, cuando se realizan comparaciones entre diferentes áreas. Básicamente, existen tres métodos para la medición de la producción forrajera mediante muestras cortadas: a) Corte de emparejado previo. b) De la diferencia. c) Corte antes y después del pastoreo (también llamado de la diferencia). Los dos primeros requieren el uso de jaulas; son empleados para pastoreo continuo. En el tercero, las muestras pueden variar en tamaño, desde largas franjas cortadas con guadañadoras a pequeños rectángulos cortados con tijeras. El método es de aplicación en pastoreos rotativos de corta duración (1-3 días), bajo el supuesto de que el crecimiento durante ese período es despreciable. Para períodos más largos, los datos deberían corregirse por el crecimiento de la pastura, pero no hay certeza hasta el momento acerca de cómo debe hacerse dicho ajuste. 83

85 Los instrumentos de corte manuales pueden ser tijeras de esquila, cortadoras de césped, hoz, etc., siempre de acuerdo con el tipo de forraje a ser muestreado. El forraje cortado en cada muestra debe colocarse en una bolsa de nylon para registrar su peso fresco al finalizar el muestreo. Se debería pesar con una balanza con una precisión de 1 gramo. Una vez pesado en fresco, el material se homogeneiza y se toma una submuestra por cuarteo (300 g aproximadamente) para su secado a º C, en una estufa con circulación forzada de aire, hasta peso constante. En caso de no contar con estufa, el forraje se puede secar mediante un horno de microondas. Determinación de materia seca Para la determinación con el horno de microondas, es ineludible la utilización de un vaso de agua para proteger el artefacto durante el secado de la muestra. El tiempo de secado será función del contenido de humedad de la muestra. Con la primera secada se elimina la mayor parte de la humedad. Las siguientes serán más breves, hasta llegar a peso constante. Periódicamente se constatará que el vaso tenga suficiente contenido de agua, la que se va reduciendo por evaporación. Metodología de secado Se debe colocar el plato de papel (previamente seco) sobre la balanza y tomar nota de su peso. Hay que poner en el plato entre 50 y 100 gramos de forraje, cortado en trozos de 2 a 5 cm. Luego, desparramar bien la muestra de pasto en el plato e introducirlo en el horno de microondas. La programación del horno debe realizarse en función del contenido de humedad del forraje: pasturas, verdeos anuales, campo natural, etc. El tiempo de la primera secada será de 3 minutos. Posteriormente se coloca el vaso de agua y se programa un minuto más. Hay que pesar y tomar nota del valor. Volver a mezclar el forraje y colocarlo nuevamente en el microondas, durante un minuto, pesar y tomar nota. Se debe repetir la operación descripta en el punto anterior hasta que los valores de dos pesadas consecutivas sean iguales. Es muy importante tener la precaución de controlar que la muestra de forraje no se carbonice. Si esto ocurre, se debe repetir la operación y acortar los tiempos de secado. Una vez que se ha llegado a peso constante, el cálculo del porcentaje de humedad se realiza de la siguiente manera: 84

86 Peso de la muestra húmeda (PH)= Peso (plato + muestra húmeda) - peso del plato. Peso de la muestra seca (PS)= Peso (plato + muestra seca) peso del plato. Porcentaje de humedad (% de humedad)= PH PS x 100/PH. Porcentaje de materia seca (% de MS)= % de humedad. Si no se cuenta con un horno de microondas, se puede secar con un horno de cocina encendido y con la tapa abierta, para que la muestra no se queme. El corte, secado y pesado, puede hacerse inmediatamente antes del pastoreo o después de él, o bien en ambos casos. Cuando se efectúan pastoreos intensivos de corta duración, la medición pre y pospastoreo de la cantidad de pasto permite tener una estimación del consumo. No destructivos o indirectos Los métodos no destructivos o indirectos son generalmente más rápidos que los directos y es así que, con ellos, se puede realizar un mayor número de muestras en un tiempo más corto. Esto permite que se muestree una mayor proporción del potrero. La mayoría de los métodos usan el concepto de doble muestreo, que implica contar con dos tipos de muestras: una que provee datos precisos de la disponibilidad por corte y otra que proporciona datos de alguna variable altamente correlacionada con la fitomasa, como por ejemplo, una estimación visual o altura del forraje. Estos dos tipos de muestras se comparan entre sí, para predecir datos directos a partir de un gran número de datos indirectos. Los pares de datos de estas muestras son usados para calcular una regresión lineal matemática o un cociente (calibración del método). A partir de estos cálculos, la estimación de la fitomasa, se halla con el valor correspondiente al valor medio de las muestras indirectas. La desventaja de los métodos indirectos es que dependen en gran medida de cuán bien correlacionados estén los valores y, generalmente, se asume una relación lineal consistente, entre el valor indirecto y la fitomasa del área muestreada. Se emplean, además, modelos de simulación e información satelital. En Nueva Zelanda, el recurso más utilizado son las botas con marcas, recurso útil sobre todo en pasturas homogéneas, y el bastón electrónico, que detecta el volumen de forraje húmedo por impedancia a su alrededor. Existen diversos métodos indirectos no destructivos de estimación de la disponibilidad forrajera (para todos vale lo expresado sobre doble muestreo y calibración). Entre ellos pueden mencionarse: 85

87 a) Estimación visual. b) Altura de la pastura. c) Capacitancia electrónica. Estimación visual La estimación visual es ampliamente utilizada y puede realizarse de distintas maneras, hasta una simple caminata casual a través del potrero para tener una impresión general de la pastura. En este método el observador debe ser capaz de relacionar la observación con los estándares de fitomasa con los cuales está familiarizado, de manera que la calibración es un paso importante y debe hacerse con cortes a nivel del suelo. Con experiencia, observadores entrenados, pueden estimar la disponibilidad con bastante precisión. La altura de la pastura tiene gran influencia en la apreciación visual, pero el observador debe evaluar e integrar los efectos de la densidad del forraje, la cobertura, el contenido de materia seca, las relaciones hoja-tallo y material vivo-muerto y la composición botánica. Las estimaciones son más precisas antes que después del pastoreo. En Australia, a partir de un uso extensivo de este tipo de estimaciones, se ha constatado lo siguiente: La mayoría de los observadores necesita un entrenamiento inicial. Los observadores entrenados hacen mejores estimaciones. Sin entrenamiento, los estimadores sobrestiman los efectos de la altura y subestiman los efectos de la densidad. Es importante que el estimador tenga conocimiento del rango de kg/ha de pasto con que puede encontrarse. La estimación visual debe ser regularmente confrontada con mediciones por corte (calibración del ojo). Aún con observadores experimentados acontece alguna deriva en sus estimaciones. Altura de la pastura Quizás el método empírico básico para estimar la disponibilidad de una pastura consiste en convertir la altura media de las plantas en kg/ha. Esta medición es más exacta en pasturas cortas, de densidad uniforme y composición botánica simple. También el grado de correlación puede variar con la estación y el manejo. La altura de la pastura puede ser medida de tres maneras distintas: 1) Se coloca una regla vertical sobre el nivel del suelo, se mira horizontalmente a través de la pastura y luego se evalúa su altura promedio. 86

88 2) Se mide la altura del macollo más largo de un manojo de macollos del área que se va a muestrear. 3) Se usa un pasturómetro, que mide la altura, en cierta forma comprimida (tomando en cuenta la densidad), de la pastura. En general, están compuestos de un eje por el que se desliza un plato de una superficie, forma, material y peso determinados. El deslizamiento del plato puede ser desde arriba hacia la pastura o desde abajo hacia arriba, empujado por la masa de la pastura. En ambos casos se realiza una lectura de la altura alcanzada. En general la presión ejercida por el disco se encuentra en el rango de 1,7 a 5 kg/m 2. Lo que debe encontrarse es la relación que existe entre esa altura y la cantidad de pasto por hectárea. Para obtener esa relación debe hacerse el doble muestreo, que consiste en tomar muestras de la pastura por corte y efectuar la medición simultánea de la altura. Luego se realiza una regresión matemática entre ambos datos. Con posterioridad, se toman datos solamente de altura; con ambos conjuntos de datos (cortados-medidos simultáneamente y sólo medidos) se logra una estimación de la disponibilidad de pasto. Las estimaciones obtenidas entre disponibilidad y altura del disco son generalmente lineales y los errores en la estimación son mayores después del pastoreo. Estas relaciones pueden variar entre estaciones y ser relativamente constantes dentro de una misma estación, lo que llevaría a la necesidad de calibrar el disco para cada estación y pastura en particular. Capacitancia electrónica Este instrumento (capacitómetro), además de ser complejo y requerir calibración, ha sido criticado por su mal desempeño en la disponibilidad de la pastura. Se demostró que la calibración es afectada por los cambios de la temperatura ambiente, la humedad atmosférica y el porcentaje de humedad de la pastura, el tipo de pastura, estación de crecimiento y relación entre material vivo y muerto de la pastura, debiéndose calibrar en condiciones locales. Los últimos modelos mencionan que una de sus posibilidades más notables es la autocalibración. Es una sonda que mide los cambios en la capacitancia resultante de remplazar aire por pastura, basado en el principio de que el aire tiene una constante dieléctrica menor que la pastura. Debido a esto, se requiere una lectura del aire antes de realizar una serie de lecturas de la pastura, cuyos valores se obtienen directamente en kg/ha de materia seca. La sonda se coloca verticalmente al suelo y la zona sensible a la medición es un área reducida alrededor de la misma de 5-15 cm, aproximadamente, por lo que una calibración de este aparato sería más exacta si la muestra de forraje se corta cerca de la punta de la sonda. 87

89 En cuanto a su funcionamiento, una vez que el campo eléctrico es influenciado por la pastura, cambia sus características. Este cambio es detectado por una computadora y almacenado como parte de todas las mediciones del potrero. La principal ventaja del sistema es que usa la densidad de la pastura más que la altura para la estimación de la cantidad de pasto. Muestreo de la disponibilidad en el potrero Como en todo tipo de muestreo, el objetivo es obtener un valor representativo de toda la muestra. La metodología que a continuación se comentará se aplica tanto a los métodos de medición directos como a indirectos. Si el potrero es uniforme en términos de topografía, cobertura, fertilidad, etc., se puede hacer un muestreo al azar y sistemático, cubriendo la mayor parte de la superficie (por ejemplo en zigzag), para lo cual los métodos indirectos tienen amplias ventajas sobre los directos. Cuando un potrero es hetereogéneo y tiene sectores que difieren entre sí, pero que son relativamente uniformes dentro de los mismos, se recomienda hacer un muestreo estratificado, con el objeto de reducir la variación o asegurar un amplio rango de valores para la estimación de una regresión en cada sector. Si se definen, por ejemplo tres sectores, habrá que estimar la superficie y realizar el muestreo de cada uno. En otros casos, la fitomasa promedio del potrero sería la resultante de ponderar las medias de fitomasa de cada sector por la superficie correspondiente. Recuerde: Los requerimientos de alimento total anual deben ser equivalentes a la producción total anual de pasto de los potreros. Elegir la adecuada carga animal es el aspecto decisivo al respecto. Bibliografía Cangiano, C. Métodos de medición de la fitomasa aérea, en Producción animal en pastoreo, Balcarce, INTA, 1997, pp Earle, D. y McGowand, A. Evaluation and calibration of a automated rising plate meter for estimating dry matter yield of pasture, en Australian Journal of Experimental Agricultura and Animal Husbandry, Nº 19, pp Fernández, H. Acostúmbrese a medir, en Paruelo, J. ANPP estimates from NDVI for the central region of the US, en Ecology, Nº 78, 1997, pp El Ing. Agr. Oscar Ferrari es Director de Difusión ganadera. Su dirección electrónica es oscar_ferrari555@hotmail.com 88

90 Desmonte selectivo para uso ganadero 1 La recuperación de la oferta de forraje de origen graminoso en montes nativos es posible mediante el empleo de tecnologías de muy bajo costo, lo que permite recobrar la receptividad y aumentar la producción y la rentabilidad de los establecimientos ganaderos. La sustentabilidad de esos sistemas depende de las condiciones y las técnicas de manejo que se implementen. Existen en la actualidad dos problemas severos en los montes nativos: por un lado, el avance de las malezas leñosas debido a un manejo ineficiente del campo natural que reduce su área productiva; y por el otro, el desmonte irracional. Estas dos situaciones se pueden corregir y evitar, si se incluyen estrategias y tecnologías de manejo que mejoren la productividad y la rentabilidad. Se entiende por manejo irracional al aplicado en zonas marginales para la producción agropecuaria, aún empleando técnicas de reconocida validez conservacionista, donde con los desmontes, se ha pretendido obtener campos similares a los de la Pampa Húmeda, donde los árboles existentes son los implantados por el hombre (J. E. Luna,1985). Mediante el desmonte total empleando retroexcavadoras, topadoras y arados pesados, con el fin de incorporar tierras frágiles para una producción agrícola intensiva -en algunos casos minera -no se tiene en cuenta que del impacto ambiental resultante de la eliminación de la vegetación natural, pueden derivar las siguientes consecuencias ecológicas: 1 Revisado y corregido por el Ing. Agr. Carlos Kunst, Ph.D. 89

91 a) Alteración en el ciclo de la materia orgánica. Sus consecuencias se traducen en la degradación de la estructura edáfica, disminución de la capacidad de retención de agua útil y de la infiltración pluvial. Los suelos fértiles que se han desarrollado a la sombra de árboles, arbustos y pastizales, jamás han recibido la incidencia del sol, la lluvia y el viento y se han formado en un ambiente fresco. El suelo más rico está en la superficie. Las tierras recién habilitadas son presa, en primer lugar de acordonados rasantes del suelo, que producen una pérdida inicial de un 25% de la tierra fértil, y en segundo lugar de los arados para desraizar, en tercer lugar continúa la destrucción del recurso con el uso excesivo de la maquinaria agrícola inadecuada y en cuarto lugar, con el cultivo que facilita la erosión. b) Alteración del ciclo hidrológico, al aumentar la evapotranspiración y aumentar el escurrimiento del agua pluvial. c) Alteración en el flujo calórico: el calor sensible en la superficie del suelo aumenta considerablemente a causa de la menor evapotranspiración de la cobertura vegetal. Se incrementa la reflexión de la energía luminosa en forma de calor. d) Alteración del ciclo carbónico: al carecer de vegetación adecuada se almacena menos carbono en la biomasa y se incrementa el contenido de CO 2 en el aire, lo que trae en consecuencia cambios climáticos importantes. e) Alteración del equilibrio biológico: la eliminación de la vegetación desequilibra la relación atrófica de los organismos vivos, lo que trae aparejado el incremento o la desaparición de especies benéficas y perjudiciales. Mientras el monte está en pie, en el suelo hay una gran concentración de nutrientes y de materia orgánica, pero hay una fuerte intercepción de luz por árboles y arbustos. Las gramíneas se expresan de acuerdo a este último factor, que es el limitante. Cuando se produce el desmonte, la luz llega al suelo plenamente. Se acelera la descomposición de la materia orgánica y se manifiesta una explosión de crecimiento de los pastos. Con el tiempo, si este pastizal es mal manejado y el bosque no se regenera, se puede producir una fuerte pérdida de nutrientes, pasando a ser este factor limitante de la producción total del sistema. La alternativa aconsejada, es el desmonte selectivo con el propósito de lograr mediante el manejo del monte nativo natural, una producción sustentable de carne y madera, que pueda competir económicamente con los márgenes agrícolas sin afectar negativamente al ambiente. Descripción de un monte natural Pasos a seguir La primera acción a realizar es recorrer el monte y realizar un inventario forestal para cuantificar su composición y estructura. En general, un monte tiene, en el sentido vertical, distintos estratos. El inferior, 90

92 sotobosque, es el más próximo al suelo, y está formado por plantas herbáceas y arbustos de altura, hasta 2 metros, generalmente muy denso y que compite por la luz con los pastos. En el estrato superior (mayor a 2 m) se encuentran los ejemplares arbóreos de distinta importancia forestal. Si el planteo empresario es el de conservar al recurso natural (monte) y utilizarlo racionalmente en la producción ganadera se debe tener en cuenta que la estructura arbórea puede ejercer su acción en diversas formas: 1) Directa sobre el animal: como forrajera y como modificadora del microclima. 2) Indirecta: sobre el forraje herbáceo y arbustivo. 3) De apoyo a la infraestructura (postes, varillas, etc.). Efecto del estrato superior sobre los animales Uso forrajero directo Consiste en el consumo directo del follaje (hojas, ramitas, plántulas) y de frutos, ya sea por ramoneo o pastoreo en el sitio, o apartado como suplemento. La importancia del aporte forrajero directo de los algarrobos (una de las especies arbóreas más comunes), consiste en: calidad (alto porcentaje de proteína especialmente en hojas, 15 a un 25% de proteína bruta) y energía (alto porcentaje de hidratos de carbono, especialmente en frutos, 50 a un 70% de hidratos de carbono) y 60% de digestibilidad. Los frutos son generalmente bien consumidos (aceptados), mientras que el follaje tiene menor preferencia (poco aceptado). Aporte de sombra y refugio (efecto microclima) Se sabe que las condiciones climáticas afectan al animal, pudiendo al ser negativas, disminuir la eficiencia productiva. Las temperaturas extremas y sus variaciones bruscas, son las que más daño producen al animal, siendo la combinación de alta temperatura y humedad la más perjudicial. El efecto del bosque sobre los animales es también decisivo, ya que la temperatura media varía dentro del bosque. Aumenta aproximadamente 2º C en invierno y disminuye 2º C en verano, ejerciendo una mayor influencia sobre la sensación térmica por la disminución de la velocidad de los vientos, haciendo que el animal cuente con menores requerimientos de energía metabólica para su mantenimiento. La estructura arbórea modifica el microclima, influyendo sobre el ganado en forma generalmente positiva. En los bosques degradados, la eliminación del estrato arbustivo y la siembra de forrajeras, es una práctica que posibilita incrementar la capacidad de carga 91

93 animal. Los arbustos compiten por agua, luz y nutrientes con las forrajeras, y la eliminación de aquellos, libera una gran cantidad de recursos del ambiente para su utilización por las especies implantadas. Por otro lado, las forrajeras deben adaptarse al particular microclima que crea la cubierta de árboles del monte, en donde por ejemplo cambia la cantidad y calidad de la luz incidente. Distintas experiencias nacionales y extranjeras, han demostrado que, con buena estructura arbórea para sombra y manejo adecuado se logra: Mayor aumento de peso (rodeo en general). Mayor producción de leche. Mayor porcentaje de parición (más % de celos o % de preñez). Mayor peso de los terneros al destete. El efecto de la sombra es más importante en las explotaciones de cría, por ser los terneros y las vacas preñadas más sensibles a factores climáticos adversos. Las diferentes razas y el producto de sus cruzas, tienen distinta respuesta al calor, pero todas se benefician con la sombra en mayor o menor grado. Las ventajas de la sombra disminuyen en forma apreciable si el animal no tiene forraje y agua en el lugar sombreado o cerca de él. Desde este punto de vista, la disposición ideal es tener árboles dispersos o pequeñas isletas distribuidas en todo el potrero. Los algarrobos son ideales en este sentido, ya que bajo su copa puede haber abundancia de forraje de buena calidad. Para estructurar la sombra se debe tener en cuenta: a) Orientación: se debe considerar el movimiento del sol y el ángulo de incidencia de sus rayos, tanto en verano como en invierno. Este aspecto tiene mayor importancia en explotaciones intensivas con pequeños potreros y en el área de corrales y aguadas. b) Superficie: se debe disponer entre 3 y 4 m 2 de sombra por animal, teniendo en cuenta la carga instantánea. Una alta concentración de animales bajo la sombra dificulta la disipación del calor corporal, destruye la pastura bajo el árbol y perjudica al propio árbol por compactación del suelo y exceso de deyecciones. Un árbol adulto brinda alrededor de 25 m 2 de sombra. c) Piso: se deben dejar los árboles en zonas altas y/o arenosas, para evitar el encharcamiento que perjudica al animal y al árbol. En zonas de corrales se recomienda que los árboles estén detrás de los alambrados. d) Altura: cuanto más alta sea la copa, hay mayor movimiento de aire y es más efectiva la neutralización de la radiación solar. e) Ventilación: no es ideal una masa arbórea continua, sino más bien pequeños grupos de árboles o individuos aislados, a fin de lograr una buena circulación de aire. Este efecto es más importante en regiones con altas temperaturas y humedad. f) Distribución: una buena ubicación de los árboles en los potreros, constituye una de las más eficaces herramientas para mejorar la distribución del pastoreo y con ello la eficiencia de la cosecha. 92

94 Efecto sobre el agua de bebida Durante el verano se pueden perder por evaporación, de la superficie libre del agua, de 2 a 4 y hasta 6 mm por día. En una aguada de 30 por 30 m, en un día caluroso se pierden alrededor de 2000 litros. Este efecto tiene gran importancia en zonas donde la provisión de agua es condicionante para la ganadería. Los árboles tienen aspectos positivos y negativos, en este sentido: La presencia de árboles alrededor de la aguada, o por lo menos en la dirección de los vientos desecantes, puede reducir la pérdida por evaporación entre un 15 y un 30%. La evaporación desde un espejo de agua aumenta con la temperatura, que se incrementa con la incidencia directa de los rayos solares. Un sombreado total o parcial de la aguada disminuye este efecto. Por otra parte el agua fresca baja la temperatura corporal del animal, aumentando la eficiencia productiva del mismo y disminuyendo el consumo de agua. El principal factor negativo de los árboles es su consumo de agua. Para contrarrestar este efecto se deben realizar las represas rodeadas a cierta distancia de especies que consuman agua en profundidad. Otro factor negativo es que la caída de las hojas favorece la proliferación de microorganismos en el agua. Efecto sobre el forraje herbáceo a) Mejora la calidad de los forrajes, conservando valores altos de proteína en invierno, cuando el forraje herbáceo ubicado fuera del dosel llega a valores muy bajos. Esto permite aumentar la ganancia de peso de los animales durante los períodos críticos. b) Puede aumentar la cantidad total de forraje herbáceo, dependiendo de la densidad arbórea y cobertura de copa, especies forrajeras, condición del pastizal y región analizada (temperatura y precipitación). c) Estabiliza la producción forrajera, especialmente cuando se produce sequía. Esto permite un mejor manejo y un aumento de la eficiencia ganadera. Algunos ejemplos prácticos La experiencia resumida en el cuadro 1, presenta la información preliminar obtenida en la Estación Experimental Agropecuaria de Santiago del Estero, en un monte degradado en el que se eliminaron manualmente los arbustos dejando los árboles. La densidad de árboles y arbustos era de 450 y 4300 individuos por hectárea. 93

95 Los tratamientos consistieron en la siembra de Panicum maximun cv. gatton, Cloris gayana (grama Rhodes) población del norte de Córdoba y C. ciliaris cv. Texas En otro de los tratamientos se eliminaron los arbustos, permitiéndose la resiembra de las especies nativas. El testigo consistió en clausurar el bosque sin desarbustar. Cuadro o 1: 1 : Producción de materia seca (kg/ms) y cobertura (%) de gramíneas subtropicales implantadas bajo cubierta de árboles. Tratamiento Producción (kg/ms) Incremento (%) Cobertura (%) D- gatton D-buffel D- grama D- pasto nativo Testigo S/D Fuente: EEA INTA Santiago del Estero. Los resultados obtenidos en el primer año muestran el excelente comportamiento del gatton bajo cubierta arbórea, al igual que el buffel. Con grama Rhodes no se logró buena cobertura de suelo y no parece adaptarse al ambiente de sotobosque. La producción de las especies nativas luego de un año de clausura se incrementó significativamente, obteniéndose rendimientos superiores. Los campos del centro-sur de Corrientes son muy estimados por sus aptitudes para la ganadería bovina y ovina. La vegetación característica es el Parque Mesopotámico, formado por pastizales naturales y árboles de la familia de las leguminosas, capaces de fijar nitrógeno, como ñandubay, varios algarrobos y espinillo, entre otros. Para establecer la mejor manera de utilizar y conservar este recurso, el INTA Mercedes (Corrientes) hizo estudios en montes con predominio de ñandubay y comparó la producción de pasto debajo de las copas y a cielo abierto. Las diferencias a favor de las áreas protegidas variaron entre el 35 y el 45% para la producción total anual, producción invernal y durante sequías. Asimismo se registraron mejoras en la proporción de pastos valiosos y aumentos en la calidad del forraje, que contiene un 40% más de proteína, 45% más de fósforo, 104 % más de potasio y 33% más de sodio. Los efectos de los algarrobos sobre las gramíneas son positivos en cuanto al aporte de nutrientes y más bien negativos en cuanto a luz. Estos resultados se atribuyen a las condiciones de microclima y al aporte de nutrientes, que en el caso del nitrógeno equivale, aproximadamente, a la aplicación de 46 kg/ha/año de urea. La conclusión que surge, es que en este tipo de vegetación y bajo una intensidad de pastoreo adecuada, el árbol contribuye al mejoramiento de la cantidad y calidad del forraje producido. 94

96 Aporte de material para la infraestructura Los costos en infraestructura inciden en forma decisiva en la empresa ganadera, calculándose que sólo el capital en alambrados de un establecimiento ganadero típico, representa el 60% del capital normal en mejoras. Estos costos se pueden reducir notablemente con el aprovechamiento de la madera de las especies arbóreas del monte nativo. La instalación de un alambrado utilizando postes y varillas del lugar, cuesta el 50% que un alambrado construido con madera de otras zonas (fletes, intermediarios, etc.). La mayoría de las especies de algarrobos y quebrachos, entre otras, producen postes y varillas de buena calidad. La importancia de los algarrobos en general, disminuye en las regiones de mayor precipitación, donde aparecen otras especies valiosas (quebracho colorado, palo santo, etc.). Una práctica que en la Argentina no se ha extendido, es la utilización de los árboles como postes vivos para alambrados permanentes o provisorios, así como en la instalación de boyeros eléctricos. Este uso hace disminuir aún más los costos de apotreramiento. Otro aporte muy importante de los árboles a la infraestructura de un establecimiento ganadero, es la provisión de madera para la construcción de bretes, mangas, galpones, vivienda rural, etc. Muchas especies de algarrobos tienen características óptimas para este fin, destacándose P. chilensis, P. alba, P. nigra y P. flexuosa. Efecto sobre el arbustal Los arbustos tienen gran importancia en los sistemas ganaderos. Algunos son buenos forrajeros, pero la mayoría actúan en forma negativa. En general compiten fuertemente con las gramíneas, disminuyendo su producción. Además ejercen efectos adversos sobre el animal al complicar la circulación en el monte, generando áreas de usos diferentes dentro del potrero. En arbustales densos, puede haber hasta un 50% de área forrajera desaprovechada. La presencia de áreas poco accesibles provoca su subutilización respecto de las áreas libres de arbustos, acelerando su degradación. Dentro de un arbustal no hay viento, por lo que aumenta la temperatura y disminuye la producción animal. La velocidad de recuperación depende del grado de sobrepastoreo, de la densidad y de las especies arbustivas presentes y del régimen de precipitaciones. Un campo sobrepastoreado y con arbustal, tarda más tiempo en recuperarse aún clausurado, que uno rolado o un campo con menor cantidad de arbustos. 95

97 Los árboles dominan a los arbustos con cierta facilidad, observándose en áreas boscosas de buena densidad y cobertura, poca presencia de arbustos. Algunos arbustos prosperan bajo la sombra de los algarrobos, como: Capparis spp., Justicia spp. y Atriplex spp., de muy buena calidad forrajera. Un monte de algarrobos con buena cobertura controla la proliferación de arbustos indeseables, manteniendo su presencia en un nivel compatible con la producción ganadera y forestal, permitiendo el normal crecimiento de gramíneas de buena calidad. Con buen manejo de pastoreo, se puede lograr un sistema muy estable de tres estratos, con presencia de una adecuada cantidad de árboles, escasa cantidad de arbustos forrajeros y alta cantidad y calidad de pasto. Esto permite un eficiente aprovechamiento de espacio, tanto vertical como horizontal. El objetivo es favorecer el crecimiento del estrato herbáceo. Además, al quitarle la competitividad a los arbustos, el agua distribuida en el suelo se reparte mejor entre los árboles y el pasto. Metodologías a implementar para realizar un desmonte selectivo Una vez realizado el relevamiento del terreno y decidido el empleo que se le quiere dar al monte, la primera tarea consiste en una limpieza rasante del sotobosque con rolos pesados o desmalezadotas, abriendo calles para la circulación de la maquinaria en primera instancia y posteriormente cuando esté avanzada la limpieza, de los animales. Una vez limpio el monte en ese estrato, quedan los ejemplares arbustivos o arbóreos de mayor diámetro, que no fueron cortados y que deben trabajarse con motosierras, eliminando los ejemplares más gruesos, enmarañados, defectuosos y/o enfermos. Detrás del operador motosierrista, que corta a tocón bajo, casi a ras del suelo, va otro operario aplicando un arboricida. Así se va formando un solo estrato de la masa boscosa y el pastizal comienza a desarrollarse por menor competencia del sotobosque. Desde el inicio, se puede realizar un manejo silvopastoril con el ganado en el potrero. Existen diversos métodos para la siembra de forrajeras: Rolado y siembra: este método consiste en pasar una topadora directamente sobre el monte, tirando un rolo de acero con cuchillas transversales lleno de agua. El ancho de labor depende de los HP disponibles, pero siempre supera el metro. El rolo se puede combinar con un sistema de distribución de semillas tipo cajón sembrador, que puede ir adelante o atrás, o con un sistema compuesto por un cajón de depósito y un ventilador que sopla la semilla, formando un abanico de siembra. El costo aproximado de este sistema es equivalente a 4-6 UTA/ha y permite realizar un desmonte selectivo. La densidad de siembra 96

98 usada varía de 4 a 8 kg/ha para las dos principales especies usadas, gatton panic y buffel grass. Los resultados son muy variados y generalmente se requiere la clausura del potrero al menos por un ciclo para lograr una adecuada implantación. Rome pesada y siembra: para aplicar la rastra pesada Rome, se debe eliminar previamente, parte del monte, para poder entrar con el tractor y la herramienta portando un cajón sembrador que distribuye las semillas sin taparlas. La densidad de siembra usada varía de 4 a 6 kilos/ha para gatton panic y buffel grass. Generalmente los resultados son satisfactorios y ofrecen mejores perspectivas de éxito que en el caso anterior. Una de las ventajas del sistema es que se retrasa la invasión del renoval como consecuencia de la labor mecánica. En general las siembras comienzan unos días después de la primera helada del año (15 de junio) y continúan hasta el 15 de febrero. Si se siembra en otoño cabe la posibilidad que las precipitaciones y la temperatura produzcan la germinación de algunas plantas y la helada posterior provoque un importante nivel de mortandad. Para disminuir este riesgo se puede utilizar semilla recién cosechada, apostando a que la dormición de la semilla evitará el nacimiento inmediato, ocurriendo ésta, en la próxima primavera. Un ejemplo práctico Las experiencias del INTA Colonia Benítez, permitieron comprobar que el ganado contribuye a la tarea silvícola, porque con su transitar baja el material cortado. El pastizal empieza a evolucionar ni bien se realiza la apertura del primer año y avanza con el transcurrir del tiempo. Al tercer año se puede observar una buena cobertura. En un monte sin tratar, la disponibilidad promedio de forraje es de alrededor de 400 kg de materia seca por hectárea, mientras que el tratado produce 800 kg de materia seca por hectárea. Se debe tener sumo cuidado con la presencia de plantas tóxicas, que generalmente se encuentran alrededor de los árboles (barba de viejo, enredadera, duraznillo, etc.), las que al tener difícil acceso no son consumidas por el ganado. Una vez raleado el monte, al ser más fácil la llegada a la sombra, suelen ser comidas por desconocimiento, intoxicando a los animales. El rolado del monte cambia la estructura de la vegetación, la accesibilidad al pastoreo y la utilización del agua y los nutrientes. La reducción de la cobertura del arbustal aumenta sustancialmente la oferta de forraje del pastizal. Esa mejora se puede hipotetizar no sólo en cantidad sino en calidad del estrato graminoso. Por acción de aplastamiento del rolado en el estrato arbustivo se obtiene un 90% de luz plena en el potrero. Además, gracias a la mejor humedad en el suelo se logra una explosión considerable de forraje. 97

99 Durante el segundo año se realiza un repaso eliminando los ejemplares enfermos e incluso algunos ejemplares de especies valiosas en aquellas masas boscosas muy densas, para mejorar su estructura y composición. En esta etapa se produce leña. Esta puede ser comercializada como tal, destinada para producir carbón o picarla para acelerar el proceso de descomposición. Las observaciones realizadas en masas arbóreas espontáneas en algarrobos en el Chaco árido, permiten afirmar que la cobertura arbórea que proporciona la mejor combinación de calidad y cantidad de pastos, oscila entre un 30 al 50%. Considerando que un algarrobo de mediana edad, alcanza unos 6 metros de diámetro de copa, esa cobertura se traduce en unos 140 árboles/hectárea, significando una distancia entre árboles de 8,5 metros, la cual facilita el paso de una desmalezadota empleada en una limpieza regular del monte. Aún con la aplicación del arboricida se observa un rebrote (mínimo del 15%), el cual es eliminado totalmente con un repaso al tercer año. También se regula el rebrote instalando un boyero eléctrico y presionando con la carga animal. Una vez realizada la apertura del monte, se puede introducir una forrajera cultivada con el objetivo de cubrir más rápido el suelo, evitar procesos de erosión y además, lograr en menor tiempo mayor producción de forraje. En los montes del este de Chaco y Formosa (región húmeda) el pasto estrella (Cynodon nlemfuensis) se adapta muy bien a este manejo. Hacia el oeste, con menos precipitaciones y en montes con suelos profundos, que no presentan encharcamiento, se han obtenido resultados promisorios con gatton panic (Panicum maximun cv. Gatton). Recuerde: La estructura arbórea puede ejercer su acción en diversas formas: a) Directa sobre el animal: como forrajera y como modificadora del microclima. b) Indirecta: sobre el forraje herbáceo y arbustivo. c) De apoyo a la infraestructura (postes, varillas, etc.). Bibliografía Berti, Rodolfo. Efecto del desmonte selectivo sobre la producción de forraje. Ganancias de peso vivo y producción de carne de bovinos en pastoreo, en ambientes de bosque chaqueño, en Delvalle, P. Manejo silvopastoril, una herramienta para mejorar la productividad del monte nativo, en Informaciones Agropecuarias Nº 31, Chaco, Ed. INTA, Jeanneret, Estela. Cría y engorde en monte natural, en Super Campo Nº 37, año IV, Bs. As., Ed. Perfil, octubre de 1997, pp

100 Perego, Juan y Sanpedro, Daniel. Arboles nativos que benefician a la ganadería correntina, en INTA informa Nº 308, Pordomingo, A; Adema, E.; Pordomingo, A. y Rucci, T. Uso ganadero de montes rolados en la Provincia de La Pampa, en Sabattini, Rafael y Rhades, Luis. Cómo recuperarlo para la hacienda, en Chacra, Tecnología, Empresa y Mercado Nº 883, año 74, Bs. As., junio de 2004, pp Stoppa, Carlos. Desmonte ganadero, en Rev. de los CREA Nº 265, año XXXVI, Bs. As., Ed. AACREA, noviembre de 2002, pp El Ing. Agr. Carlos Kunst, Ph.D. es técnico de la INTA EEA, Santiago del Estero. Su dirección electrónica es ckunst@intasgo.gov.ar 99

101 El estrés calórico y el rodeo de cría 1 Mucho se ha escrito y difundido acerca de los efectos negativos del calor extremo y la forma de minimizarlos en las vacas lecheras. Sin embargo, este tema no ha despertado la misma atención en la producción de carne. Tanto los investigadores como los técnicos extensionistas han contribuido a desarrollar una verdadera asimetría en la disponibilidad de información al productor, al punto de generar una asociación casi inevitable entre el estrés calórico y el tambo. Pero es innegable que las altas temperaturas también provocan efectos perjudiciales en el ganado de carne. El estrés calórico se produce en novillos en pastoreo, en animales de feedlot y en hacienda de cría. La falta de confort, un menor consumo voluntario de forrajes, disminución de la fertilidad, un ritmo de engorde inferior al esperado, e inclusive, elevada mortalidad, son las principales consecuencias dentro de una nutrida lista de pérdidas económicas causadas por este mal. Ganancia y pérdida de calor La termorregulación, es el mecanismo por el cual un animal mantiene su temperatura corporal. Mediante ella realiza el balance entre ganancia y pérdida de calor. La ganancia calórica tiene 2 fuentes: el ambiente y el metabolismo. 1 Revisado y corregido por el Ing. Agr. Norberto A. Speroni. 100

102 Durante el día, el calor se adquiere de la radiación solar y de la temperatura ambiente por convección o conducción, si la temperatura del aire es mayor que la de la piel o si el animal está descansando sobre una superficie más caliente que su piel. Los flujos trasmitidos por radiación comprenden: 1. Onda corta: radiación solar directa, radiación difusa, radiación reflejada; o albedo, y 2. Onda larga: radiación emitida por el suelo, contrarradiación atmosférica, radiación reflejada de onda larga. Todos los flujos de onda corta se anulan durante la noche, mientras que los de onda larga son continuos, día y noche. La radiación directa solar se anula también cuando el animal está a la sombra, recibiendo entonces solamente la radiación difusa y la reflejada; ésta última comprende todos los flujos que, por reflexión del suelo, vegetación y demás objetos del ambiente incluyendo la reflejada por los animales próximos, alcanzan de todas direcciones al animal. Lo mismo podría decirse de la radiación reflejada de onda larga, con la diferencia que es de menor importancia dentro del balance calórico, aunque no se anula por la noche. Es interesante antes de continuar, mencionar algunos conceptos: Radiación: es la transferencia de calor desde el animal al medio, siempre que éste esté más frío. Convección: es la emisión de energía por la movilidad de las partículas de aire que rodean al cuerpo. Depende de la diferencia de temperatura entre el cuerpo y el medio. Conducción: es el paso de calor entre dos cuerpos de diferente temperatura al estar en contacto. El calor metabólico deriva de una serie de actividades físicas y fisiológicas que hacen al mantenimiento y a la producción animal: ejercicio, alimentación, crecimiento, lactación, gestación, etc. Altos niveles de estas actividades, incrementan la ganancia calórica producto del metabolismo. El proceso de digestión de los alimentos, hace que parte de la energía contenida en ellos, se pierda en forma de Incremento calórico (producción de calor asociada a la digestión de un nutriente) y Calor de fermentación (producción de calor asociada a los procesos de fermentación en rumen, ciego e intestino). Es sabido que, todo proceso digestivo en los rumiantes provoca fermentaciones gaseosas con valores variables de energía. La fermentación microbiana que caracteriza a la actividad ruminal, produce una disipación térmica que representa del 5 al 10% de la energía aportada por los alimentos. Respecto al Incremento calórico, todo alimento para ser asimilado por el animal debe pasar de estados complejos a otros más simples. En esta simplificación se rompen ligaduras químicas ricas en energía. Estas pérdidas de energía deben ser eliminadas por el organismo y pasan al medio a través de la superficie corporal. 101

103 La magnitud del Incremento calórico (I.C.) está dada por varios factores: a) A mayor cantidad de alimento mayor I.C. b) A menor calidad (digestibilidad) mayor I.C. (influyen especialmente la fibra, la proteína y el fósforo). El incremento de calor metabólico es sin duda uno de los problemas más serios a tener en cuenta en las zonas cálidas donde predominan forrajes de baja calidad, ya que el animal al tener dificultades para eliminar esta energía al medio, deprime su consumo voluntario bajando la producción. Las pérdidas de calor ocurren por eliminación de subproductos del metabolismo y por factores ambientales. La radiación es una de las formas que permiten la disipación del calor, cuando los alrededores del animal, están más fríos que su cuerpo. En general, durante las horas nocturnas, este efecto es más notorio. Con alta humedad atmosférica, se reduce la posibilidad de enfriamiento por radiación. Las otras formas de pérdida de calor son por conducción y/o convección, pero éstas tienen poca magnitud en ambientes subtropicales y tropicales, o en verano en las zonas templadas. Un mecanismo animal muy eficiente para la pérdida calórica, es la evaporación. Esto ocurre cuando la temperatura de punto de rocío del aire alrededor del animal, es menor que la temperatura de las superficies evaporativas de su piel y sus vías respiratorias. El agua exudada por el animal al ser evaporada, arrastra considerable cantidad de energía. A mayor sudoración, mayor pérdida de energía. El volumen dependerá de: a) Superficie corporal. b) Espesor de la cobertura. c) Postura del animal, etc. Una mayor velocidad del aire y una baja humedad atmosférica, son factores que facilitan estas pérdidas. A medida que la temperatura ambiente se eleva, la pérdida calórica por evaporación se vuelve la vía principal, debido a que no depende del gradiente térmico como la conducción y la convección. De lo mencionado anteriormente surge que, el calor animal es la suma del calor producido en los fenómenos fisiológicos más el calor adquirido proveniente del exterior. Los bovinos están fisiológicamente obligados a realizar un estricto balance del calor producido y adquirido para mantener su temperatura interna dentro de márgenes estrechos, de lo contrario podrían experimentar profundos desarreglos en su comportamiento vital. Como el calor se desplaza de lugares de mayor temperatura a los de menor temperatura, la estabilidad térmica del animal, en un ambiente térmicamente inestable, requiere que el animal sea más caliente que su ambiente para poder disipar calor. Las cuatro vías de eliminación de calor (radiación, conducción, convección y 102

104 evaporación) son efectivas en la medida que la temperatura ambiental sea relativamente baja. Cuando esta supera a la temperatura corporal empiezan a fallar los mecanismos termorreguladores. El orden en que actúan estas vías es el siguiente: A temperatura exterior (para ganado británico) de 20 a 25º C, intervienen la radiación y la conducción. Con más de 25º C, comienza a trabajar la sudoración y aumenta la frecuencia respiratoria. Intervienen también la radiación y la convección. A los 35º C de temperatura externa, el animal llega al máximo de frecuencia respiratoria (100 a 120 respiraciones por minuto) y el 80% del calor se elimina por evaporación incluyendo el jadeo. A los 39º C, aumenta la frecuencia cardiaca y comienza a aumentar la temperatura corporal por anulación de los mecanismos termorreguladores (la temperatura del medio pasa al animal). A los 45º C de temperatura externa, muere el animal por trastornos en el sistema nervioso central. Cuadro o 1: 1 : Comparación de parámetros entre e ganado británico, media sangre e índico. Muerte por frío (ºC) Aumento del metabolismo basal (ºC) Confort (ºC) Aumento del jadeo (ºC) Aumento de la temperatura rectal (ºC) Muerte por calor (ºC) Ganado británico a Cruza 1/2 sangre cebú por británico a Ganado índico a Fuente: Nazar Anchorena, J., En un medio externo cálido el ganado británico mantiene constante su temperatura rectal hasta los 27º C de temperatura exterior. A partir de allí comienzan a fallar sus mecanismos termorreguladores y aumenta su temperatura corporal. Por el contrario en el ganado índico, este punto comienza a partir de una temperatura externa de 33º C. La muerte por calor ocurre a los 45º C en el ganado británico y a los 50º C en el índico. 103

105 Cambios fisiológicos en respuesta al estrés por calor Un animal de sangre caliente, confrontado con altas temperaturas ambientales, responde fisiológicamente reduciendo su producción metabólica de calor y usando todos los mecanismos posibles para reducirla. Si las condiciones ambientales persisten por algún tiempo, el comportamiento del animal cambia gradualmente para minimizar el estrés fisiológico impuesto sobre él por el ambiente. La actividad continuada del animal, depende de su habilidad para mantener razonablemente constante la temperatura del cuerpo. Con un incremento de la temperatura ambiental, por encima de la temperatura de confort, los animales deben disipar tanto calor como él que ellos producen y como él que ellos captan del ambiente. De otra manera, su temperatura corporal aumentará. Existe un rango de temperatura ambiente dentro del cual la temperatura del cuerpo se mantiene constante con un mínimo esfuerzo de los mecanismos termorreguladores y dentro del cual la sensación de calor o frío está ausente, conocida como zona de confort o de termoneutralidad. Esta zona varía entre 0º C y 16º C para el ganado típico de las zonas templadas (Bos taurus), y de 10 a 27º C para el ganado índico (Bos indicus), el media sangre se ubica entre los 5 y los 20º C. Los valores de los extremos pueden estar afectados por la raza y los diferentes sistemas de producción. Depende además, de muchos factores (condición corporal, largo del pelo, color del manto, salud, edad y del plano nutricional). En la zona de termoneutralidad, los vasos sanguíneos de la piel de todo el cuerpo, no presentan en su mayoría ni vasodilatación ni vasoconstricción, la evaporación de la humedad es mínima, la piloerección y las respuestas de comportamiento al frío o al calor están ausentes. Numerosos estudios en todo el mundo, han determinado que la Temperatura Crítica Superior (TCS), por encima de la cual muchos caracteres productivos empiezan a ser afectados, es de 27º C para la mayoría de las especies domésticas. La TCS varía también con una serie de factores: grado de aclimatación, tasa de producción, estado fisiológico, estado reproductivo, tipo de alimentación, movimiento del aire y humedad relativa. Como se observa son múltiples los factores (intrínsecos y extrínsecos al animal) que afectan tanto a la temperatura de confort como a la TCS. En los animales, el centro encargado de recibir las sensaciones térmicas se encuentra en el hipotálamo. El medio por el cual el calor se distribuye uniformemente en el cuerpo es la sangre. Al pasar el torrente sanguíneo a una temperatura superior o inferior al nivel normal, se cursan órdenes nerviosas dirigidas a los distintos mecanismos con que cuenta el organismo para perder o conservar calor. Además, existen receptores sensitivos en la superficie corporal que regulan la cantidad de sangre en la piel, la erección del pelo y la actividad de las glándulas sudoríparas. 104

106 Al ser la sangre un medio eficaz de transmisión de calor, su afluencia a la superficie corporal eleva la pérdida de calor por radiación, convección y conducción. La frecuencia de los movimientos respiratorios aumenta con el fin de acelerar la velocidad de evaporación y con ello la pérdida de calor. Algunas de las respuestas fisiológicas que se desarrollan en contestación al estrés por calor son: Vasodilatación, permitiendo una mayor afluencia de sangre a las zonas periféricas del organismo para aumentar la disipación del calor. Esto trae aparejado un incremento de la temperatura superficial, para aumentar las pérdidas de calor y de la temperatura interna del organismo. De esta manera, los vacunos bajan su temperatura aumentando el flujo de sangre en la superficie del cuerpo. Esta vascularización es importante para bajar la temperatura del animal. Animales con cueros que permiten mayor circulación de sangre, toleran mejor el calor que aquellos con cueros finos. Por ejemplo, el Devon Colorado, tiene el cuero más grueso de todas las razas británicas y por eso es muy popular en regiones de altas temperaturas (ver cuadro 2). Cuadro o 2: 2 : Espesor de cuero por raza. Devon Colorado Hereford Holando Cebú Aberdeen Angus 8,15 mm 6,77 mm 6,08 mm 5,77 mm 5,75 mm Fuente: Nelson, J., Si la vasodilatación periférica es incapaz de compensar el desequilibrio térmico, se produce un ligero aumento de la perspiración insensible seguida por el comienzo de la sudoración. La sudoración se inicia en el bovino con una temperatura de unos 25º C. Las glándulas son estimuladas por impulsos que les llegan a través del sistema nervioso simpático desde los centros termorreguladores. La respuesta es gradual, variando el número de glándulas que trabajan en un mismo tiempo. No obstante, la tasa de producción de una zona determinada permanece bastante constante. Cuando las glándulas sudoríparas son estimuladas, producen una lámina de agua sobre la superficie de la piel, que si se evapora con rapidez puede restablecer la temperatura en niveles normales. El bovino presenta una glándula sudorípara por cada folículo piloso. Su densidad varía de acuerdo con la edad, tamaño corporal y raza. Las razas británicas poseen un promedio de 800 glándulas sudoríparas por cm 2 y el cebú 1000/cm 2. El ganado cebú, por lo tanto, posee un 25% más 105

107 de glándulas sudoríparas que el británico y las razas Afrikánder, Jersey y Pardo Suizo, un 10% más. Es importante destacar la factibilidad de selección por este carácter cuya heredabilidad es 0,30 (media). Las experiencias realizadas con cebú han demostrado que generalmente mantienen una tasa de producción de sudor de cm 3 /m 2 de piel/hora, mientras que el bovino británico segrega alrededor de 130 cm 3 /m 2 de piel/hora. Esta tasa de secreción varía de una región a otra del cuerpo independientemente del tipo de ganado. Tomando como base la sudoración promedio de las regiones de la papada, cruz, costillar y vientre, surge que la región del brazo es la de mayor evaporación, luego le sigue la cruz, espalda, cuello, nalga y en un nivel inferior, muslo y costillas. El incremento respiratorio suele darse con posterioridad a los procesos de vaso dilatación y sudoración. Cuanto mayor sea el volumen de aire que puede respirarse, calentándolo y humedeciéndolo, mayor será la pérdida de calor resultante. Este aumento de los movimientos respiratorios comienzan a verificarse cuando la temperatura alcanza los 29º C. La evaporación respiratoria es importante entre los 10º y los 27º C, aunque pierde importancia con respecto a la evaporación total cuando las temperaturas ambientes sobrepasan los 30º C. Cada gramo de agua evaporada desde los pulmones representa una pérdida de calor de 0,54 kcal (Jukes, 1971). Un aumento en los índices respiratorios o el jadeo, aumenta las pérdidas de agua y por lo tanto aumenta el enfriado del organismo por evaporación. La respiración rápida interfiere el consumo de alimentos y la rumia. Además aumenta la producción de calor corporal derivado de la actividad muscular y consume energía que podría utilizarse para fines productivos. Las frecuencias respiratorias elevadas no indican que los animales mantengan con éxito su equilibrio térmico sino que señalan una carga excesiva de calor. Disminución en el consumo de alimentos, para reducir la producción de calor. El consumo cae en forma abrupta cuando la temperatura corporal aumenta, llegando a cesar completamente cuando dicha temperatura alcanza niveles críticos. El grado en que el consumo es comprometido por el estrés por calor, está influenciado por el nivel de consumo de alimentos, estado de nutrición anterior (gordo, flaco) y la magnitud del estrés calórico. De acuerdo al NRC (1981), el consumo se deprime del 3 al 10% cuando la temperatura ambiente ronda entre 25 y 35º C; y del 5 al 35% cuando la temperatura ambiente supera los 35º C. Variación en los horarios de consumo de alimentos hacia horas más frescas del día. Incremento en los requerimientos de mantenimiento. Estos aumentan a medida que aumenta el calor, tal lo citado por Mc Dowell et al., en 1976 (ver cuadro 3). 106

108 Cuadro o 3: 3 : Influencia de la temperatura efectiva en los requerimientos de mantenimiento. Tº efectiva % de requerimientos de mantenimiento 19º C º C º C ,87º C ,7º C 132 Fuente: Adaptado de Mc Dowell et al., Alteración del comportamiento, como por ejemplo, la búsqueda de sombra y/o corrientes de aire, la búsqueda de charcos para pararse adentro, la disminución de la actividad voluntaria y el cambio en los parámetros de consumo de alimentos. Asimismo, estudios realizados por Loew en 1974, muestran que la fiebre causa un enorme aumento en la demanda de energía para mantenimiento, y por lo tanto también produce un aumento de la temperatura. El funcionamiento de las glándulas endocrinas también se ve afectado como resultado de la hipertermia. La glándula tiroides ejerce una influencia importante sobre el crecimiento y la producción de los animales en ambientes calurosos, directamente a través de su influencia sobre el apetito o indirectamente mediante su papel en la producción de calor. Temperaturas del aire superiores a 30º C ejercen una influencia destacada sobre las glándulas adrenales. Esto influye a su vez sobre el metabolismo. Temperaturas elevadas pueden también reducir la producción de gonadotropinas en el lóbulo anterior, conduciendo a una deficiente producción de estrógenos o progesterona, y por consiguiente, una baja de la fertilidad. Los testículos poseen un mecanismo de termorregulación que es eficiente hasta temperaturas ambientales próximas a la corporal. La finalidad de este, es mantener a los testículos a una temperatura tres grados inferior a la corporal, para asegurar una espermatogénesis normal. La eficiencia de este mecanismo se evidencia en el hecho de que la temperatura testicular se mantiene prácticamente constante frente a cambios de temperatura ambiental entre 10 y 40º C. No sólo interviene en este proceso la contracción y relajación del escroto, sino que influye también la vascularización. Las altas temperaturas afectan la espermatogénesis, la migración espermática y las funciones del endometrio y prehipófisis. 107

109 Cómo se manifiesta el estrés calórico? Cuando la temperatura ambiental se acerca a la corporal, la pérdida calórica del animal hacia el medio se hace ineficiente y se produce estrés térmico. Condición que se ve agravada ante una elevada humedad ambiente. Al comienzo del verano, los signos de esta enfermedad pueden no ser muy evidentes, produciéndose sólo una leve caída del consumo para disminuir la producción del calor. Pero a medida que las temperaturas aumentan, junto con la disminución en la ingesta aparecen otras manifestaciones que hacen más clara la presencia del cuadro: los animales están más tiempo de pie, para tener una mayor superficie para disipar calor (excepto en condiciones extremas), están amontonados en una fuente de agua, metidos dentro de lagunas o tajamares, o a la sombra y respiran con la boca abierta. El sistema digestivo está afectado en sus funciones debido al estrés por calor, en términos generales, disminuye la motilidad ruminal, la tasa de rumiación y de pasaje de la ingesta. Además, debido a que se incrementa sustancialmente la ingestión de agua, aumenta la tasa de dilución ruminal. Es sabido que el consumo voluntario de materia seca es el principal factor determinante de la producción. Al disminuir la alimentación por efecto del calor, se afecta la disponibilidad de nutrientes (energía, proteínas, minerales, entre otros), y el animal entra en lo que se denomina balance energético negativo. El efecto negativo del calor es más marcado en terneros que han padecido estrés asociado al destete y al transporte, en ganado terminado (gordo) o por terminarse, en animales que han estado enfermos y que pueden tener algún daño respiratorio anterior, en hacienda de pelaje oscuro, en vacas viejas y en animales flacos por inadecuada nutrición. En las vacas de cría a causa del calor se observa menor consumo, menos actividad reproductiva y fertilidad. Durante el servicio, el calor puede disminuir la duración e intensidad del celo, por ejemplo dejan de montarse unas a otras y en las fases tempranas de la preñez, causar la mortalidad del embrión. El calor también afecta la respuesta inmune del animal. Esto es especialmente crítico en terneros recién destetados. Aunque la relación exacta entre el estrés calórico y la función inmune no está del todo clara, se sabe que gran parte de la energía de mantenimiento es destinada a refrescar al animal, y que los requerimientos del sistema de defensa pueden no ser cubiertos. Además bajo condiciones de estrés, el organismo tiende a perder ciertos nutrientes críticos como el zinc y el cobre, que son vitales para la inmunidad. Por otra parte, ante esta situación, la glándula adrenal secreta hormonas que reducen la respuesta inmune. 108

110 Cuadro o 4: 4 : Signos de estrés. Inquietud y agrupamiento bajo la sombra o en fuentes de agua. Respiración más acelerada, con la boca abierta y aumento de la salivación. Lentitud en movimientos y somnolencia. Fuente: Adaptado de Marcantonio, S., Fracaso de los mecanismos termorreguladores Hay un fracaso de los mecanismos termorreguladores del bovino británico a temperaturas ambientes superiores a 27º C, produciéndose un incremento de la temperatura rectal. El cebú experimenta este fracaso a partir de los 33º C, siendo poco pronunciado el aumento de la temperatura rectal hasta una temperatura ambiente de 38º C. La variación del ritmo de los movimientos respiratorios por minuto frente al incremento de la temperatura ambiente, muestra que el ganado británico experimenta inconvenientes a partir de los 16º C para superar el esfuerzo térmico. El aumento del número de movimientos respiratorios se hace muy necesario por encima de los 22º C. En cambio, en el ganado índico, este mecanismo se pone en funcionamiento pasados los 27º C y de allí aumenta rápidamente. Los movimientos respiratorios aumentan en frecuencia hasta alcanzar un máximo (jadeo), para luego descender debido a la fatiga de los músculos intervinientes. Cuadro o 5: 5 : Comparación del ritmo respiratorio del ganado índico con relación al británico teniendo en cuenta la temperatura exterior. Temperatura exterior Ganado índico Ganado británico A 16º C 20 respiraciones por minuto 20 respiraciones por minuto A 27º C 25 respiraciones por minuto 60 respiraciones por minuto A 32º C 45 respiraciones por minuto 90 respiraciones por minuto A 41º C 110 respiraciones por minuto 110 respiraciones por minuto Fuente: Nazar Anchorena, J., Otro factor que revela la inadaptabilidad a las altas temperaturas es el apetito. Cuando la temperatura sobrepasa ciertos límites, el animal se muestra inapetente, evitando la ingesta de alimentos que aumentarían el calor corporal. Como se dijo anteriormente, el 5 al 10% de la energía suministrada por los alimentos se libera en la fermentación digestiva. Al no comer, el animal adopta un estado de quietud, 109

111 debido a que no pastorea, evitando la actividad muscular para disminuir la producción de calor (un bovino de 450 kg al caminar 1 km llano produce 215 kcal). Otra defensa a las altas temperaturas es evitar la exposición directa a los rayos solares, recurriendo a la sombra. El ganado índico busca la sombra a temperaturas ambientes más elevadas que en el caso del ganado británico. Los vacunos en un clima cálido aprovechan el elevado calor específico del agua para disminuir su temperatura corporal por medio de la conducción al introducirse en ríos, arroyos, lagunas, tajamares, etc. El mismo chapoteo obedece a su necesidad de refrescarse. El agua de bebida cumple a su vez funciones refrigerantes al sustraer del cuerpo calorías por el mismo fenómeno. Condiciones adecuadas de manejo del ambiente La influencia combinada de la humedad ambiental y la temperatura del aire sobre las condiciones calóricas del individuo, se cuantifican mediante la consideración de la entalpía del aire o de las llamadas temperaturas equivalentes. Este último concepto tiene en cuenta el calor latente presente en el valor del agua, cuya liberación al aire por condensación a presión constante, se traduciría en un aumento de la temperatura, tanto mayor cuanto mayor fuera la cantidad de vapor condensado. A esa nueva temperatura que adquiere el aire, se la denomina temperatura equivalente. A los fines prácticos se puede obtener sumando al valor de la temperatura, el doble del valor de la tensión de vapor. La escala es la siguiente: Temperatura equivalente Sensación calórica 30 a 50 Bienestar 51 a 60 Bochornoso 61 a 70 Muy bochornoso 71 a 80 Bochornoso intenso 81 a 90 Bochornoso excesivo 91 a 100 Bochornoso insoportable El invierno presenta favorables condiciones, con 3 a 5 meses de bienestar, en comparación con la inadecuada condición estival de calor bochornoso. Las condiciones de atmósfera más seca conceden una situación favorable a pesar de valores térmicos más elevados. La variación de la temperatura durante el curso del día, debe también ser considerada en estas comparaciones. Los días de verano en el NEA resultan permanentemente agobiantes, no existiendo durante la noche algún período de 110

112 refrescamiento que podría hacer más tolerable el calor diurno, tal como sucede en climas más continentales. Bajo estas circunstancias es posible que la sensación de alto bochorno que se experimenta durante las horas de sol, resulte intensificada. Además en el NEA debe recordarse que por lo menos en la mitad de los días del mes de enero, las máximas serán superiores a los 40º C, llevando los valores de la temperatura equivalente a cifras de casi intolerancia para los vacunos. En ciertas áreas, a pesar que las temperaturas suelen aumentar hasta valores importantes, el ganado produce bien, especialmente donde la humedad es baja y donde soplan vientos permanentes. Las zonas altas usualmente facilitan un mejor ambiente. Sin embargo, no todas las áreas de producción ganadera en el mundo, se ven beneficiadas con estas buenas condiciones durante el verano. Asimismo, explotaciones en zonas con condiciones ambientales favorables, pueden a veces, transformarse, debido a condiciones climáticas atípicas, en inadecuadas, comprometiendo la producción. Existen una serie de medidas a instrumentar que posibilitan incrementar el bienestar animal: Proveer un ambiente lo más cómodo posible Un ambiente cómodo debe incluir muchos detalles como ser: lugar con vientos moderados, buena circulación de aire, sombra y oportunidad de humedecer la superficie corporal (lagunas, tajamares, etc.). Muchas de estas medidas pueden ser aplicadas igualmente bien, tanto en sistemas de confinamiento como de pastoreo. En algunos casos, sin embargo, no es posible hacer mucho sobre el medio ambiente. Otras veces, un lugar con ambiente confortable durante los meses de mucho calor (buena ventilación, etc.) puede ser igualmente inadecuado durante los meses de invierno, a menos que se realicen sobre el mismo, modificaciones temporarias o permanentes (cortinas paravientos, etc.). Por lo tanto, ciertos cambios pueden ser necesarios en distintas estaciones. No es de extrañar que, una mayor velocidad del viento o una baja en la humedad relativa ambiente, tenga un importante efecto en el mantenimiento del consumo de alimento, a medida que la temperatura ambiental aumenta (ver cuadro 6). Estos datos dan alguna pista del porqué muchas de las zonas de mesetas y planicies altas, tienen un clima relativamente favorable para la alimentación, comparado con otras áreas, durante la mayoría de los meses más calurosos del año. Aunque las temperaturas puedan ser igualmente altas, generalmente hay mayor presencia de vientos, con menor humedad ambiente. Además, en las zonas con mayor altitud, las noches tienden a ser más frescas durante la mayoría de los meses calurosos. A pesar de esto, también estas áreas pueden atravesar condiciones desfavorables. 111

113 Cuadro o 6: 6 : Efecto de la velocidad del viento y la humedad relativa ambiente en el consumo de alimentos. Consumo relativo (a) Temperatura ambiente ºC Vacas lactancia. Viento <0,2 m/s (b) 1,00 0,88 0,56 Vacas lactancia. Viento <3,5 m/s (b) 0,97 0,98 0,76 Vacas secas. Viento <0,2 m/s (b) 1,00 0,92 0,79 Vacas secas. Viento <3,5 m/s (b) 0,97 0,96 0,83 Vacas lactancia. HR <50% (c) 1,00 9,88 0,87 0,74 Vacas lactancia. HR >50% (c) 1,00 0,97 0,87 0,79 (a) Proporción de consumo de alimentos sobre consumo a termoneutralidad. (b) Brody, et al., (c) Jonson, et al., Fuente: Adaptado de Young, Lugares con días y/o noches muy calurosas, poco ventosas, con alta humedad, poco o nada de sombra y/o alguna combinación de estas variables, van a traer grandes dificultades con el estrés calórico y bajos niveles productivos. Muchas veces no es posible modificar favorablemente el medio ambiente pero otras veces, sí. Eso depende del tipo de explotación y de la rutina operativa del establecimiento. Algunas alternativas pueden no ser prácticas debido a su costo y/u otros factores. Proveer adecuado acceso a agua limpia, fresca y si es posible fría Es muy importante destacar que cuando el consumo de agua declina, el consumo de alimento también lo hace. Proveer agua fresca y limpia en cantidad suficiente es probablemente la medida más importante para ayudar a los animales a enfrentar el estrés calórico. Beber agua es la forma más eficiente y rápida para reducir la temperatura corporal. Por lo tanto hay que controlar diariamente las reservas de agua para que no haya problemas de provisión y la renovación en los bebederos para asegurar que siempre esté limpia y fresca. Por tal motivo, se recomienda a los productores asegurar un volumen de agua por animal equivalente a 10% de su peso y mantenerse alerta ante las altas temperaturas y los elevados porcentajes de humedad. Con respecto a la cantidad, hay que recordar el importante aumento del consumo de agua en épocas de calor. Por encima de los 34º C, los requerimientos pueden llegar a duplicarse, entonces, el abastecimiento de agua debe incrementarse en un 30 a un 50% durante el verano. 112

114 Desde un punto de vista práctico, la importancia de proveer agua adecuada, preferiblemente fría, no puede ser pasada por alto. En consecuencia, el acceso permanente a agua fría distribuida vía bebederos automáticos, con agua a temperatura esencialmente no mayor a la temperatura de agua de pozo, es preferible al aporte de agua vía lagunas o tanque con agua almacenada y calentada por el sol. En algunos establecimientos de zonas muy calurosas (por ejemplo, sur de California, EE.UU.), estos métodos para proveer agua fría son comúnmente usados a fin de incrementar el consumo de alimentos y la producción. Proveer sombras La existencia de sombra es la segunda medida de prevención. Los árboles u otras sombras pueden reducir las radiaciones hasta en un 40%. Estudios realizados en el Reino Unido mostraron que terneros al pie de sus madres en condiciones pastoriles, mejoraron las ganancias de peso cuando tenían sombra en el verano (un aumento de 0,150 kg/día respecto a los terneros testigos). Otros estudios indican que si no hay sombra adecuada, la ausencia total puede ser mejor que la sombra limitada, ya que los animales amontonados tienen menor capacidad de termorregulación. La alternativa más habitual y económica es la sombra de los árboles. Además es la de mejor calidad, ya que no sólo impide el paso de las radiaciones, sino que también disminuye la temperatura del aire por la evaporación desde las hojas. La limitante es que no siempre está bien ubicada. Lo mejor es colocar los árboles en el lado oeste del potrero. Una alternativa muy factible en los ambientes subtropicales del norte argentino, es la adecuada utilización del estrato arbóreo nativo, que permite la regulación de factores climáticos adversos para el animal e indirectamente también lo favorece, creando un microclima que mejora el crecimiento y la calidad de las pasturas. En condiciones tropicales se ha medido que la temperatura bajo la copa de los árboles es en promedio 2 a 3º C menor que en las áreas abiertas (abras). En situaciones específicas esta diferencia ha llegado a ser de hasta 9º C menor. La reducción de la temperatura que provocan los árboles, es mucho más importante cuando la temperatura ambiente sobrepasa el límite superior del área de confort o zona de termoneutralidad que poseen los animales homeotermos, debido a que en estos casos comienzan a ser más ineficientes los mecanismos de pérdida o disipación de calor de los herbívoros domésticos. Todo manejo que se haga en el campo, tendiente a suministrar sombra, agua a voluntad y permitir la libre circulación del viento debajo de la copa de los árboles, contribuirá a favorecer la eliminación del calor corporal por evaporación. Por otro lado, se conoce perfectamente, que la existencia de sombra adecuadamente distribuida en el potrero, produce algunos efectos benéficos sobre las pasturas naturales o cultivadas herbáceas. En el caso de árboles de la familia de 113

115 las leguminosas (algarrobos, guayacán, etc.), su aporte de nitrógeno al suelo favorece la calidad proteica del pasto y brinda un mayor período de crecimiento vegetativo (contribuye a achicar el bache forrajero inverno-primaveral). El sombreado del área basal del árbol, favorece a las pasturas situadas allí, a través de una mayor disponibilidad hídrica cuando sale el sol después de una lluvia, respecto de las pasturas situadas en el abra. También es notoria la protección contra las heladas, que la cobertura arbórea realiza sobre los pastos de su entorno, contribuyendo a mantener durante más tiempo forraje verde en el potrero. Indudablemente que la mayor o menor contribución que se obtenga en todos estos efectos, estará en relación directa al número, dimensión y distribución de los árboles que se tengan por hectárea en los potreros. Al respecto y como orientación, una densidad de 40 a 60 árboles/ha, distribuidos y con un rango de cobertura que oscile entre 15 a 20% de la superficie, es una situación adecuada para garantizar los beneficios antes citados en cualquier sistema de cría o recría del noroeste argentino. La contribución a la reducción del estrés térmico, que los árboles producen sobre los animales, por ejemplo el beneficio de la sombra, se incrementa a medida que se eleva la temperatura ambiental. Este aporte se hace más significativo, en el caso de trabajar en zonas cálidas con animales de razas europeas o británicas como Holando, Pardo Suizo, Aberdeen Angus o Hereford, cuya zona de termoneutralidad o temperatura confort está entre los 0 y los 16º C. La raza Jersey es una excepción y se la usa en cruzamientos en la zona tropical. Quizás su pequeño tamaño y su color pardo claro ayuden en su adaptación al calor. La disponibilidad adecuada de sombra, interviene también, produciendo cambios favorables en el comportamiento de pastoreo y la productividad del rodeo. Entre los aspectos más sobresalientes se destacan: Los animales dedican más horas diarias al pastoreo y a la rumia, en un ambiente subtropical con sombra parcial, que sin ella. El consumo de alimentos se maximiza en un ambiente de confort térmico. Disminuyen los requerimientos de agua y permite hacer un mejor y más estratégico uso de los bebederos y/o fuentes naturales de agua. Como consecuencia indirecta de esto, permite a los animales en pastoreo continuo, explorar una mayor superficie de pastoreo. Se incrementa la conversión alimenticia, al usar el animal menos energía para la disipación del calor excesivo. Esto trae como consecuencia, una mejor productividad en kg carne o en litros de leche/ha. Se mejora el comportamiento reproductivo del rodeo, debido a una pubertad más temprana (consecuencia de mejores tasas de crecimiento en animales jóvenes), mayor fertilidad, más regularidad en los ciclos estrales, mayor longevidad reproductiva, reducción de pérdidas embrionarias, mejora de la libido, etc. 114

116 Otra posibilidad aplicable en algunos sistemas de pastoreo rotativo es recurrir a la sombra portátil brindada por mallas de media sombra (habitualmente 80%), colocadas sobre estructuras construidas con caños de 2,5 pulgadas, lo suficientemente firmes para soportar embates del ganado y la acción del viento. La ventaja es que este tipo de sombra, puede desplazarse con los animales. La dimensión más común es de 3 metros de largo, 6 metros de ancho y 3 a 4 metros de altura. La cantidad de sombra debe ser de 3 a 4 m 2 /cabeza, para vacas adultas en pastoreo y 1,8 a 2,5 m 2 /cabeza, para novillos de 360 kg. La localización de la sombra puede afectar el patrón de pastoreo. Por lo tanto hay que observar el comportamiento del animal durante el pastoreo y ajustar la ubicación de las sombras para mejorar el aprovechamiento. Proveer adecuado suministro de sales minerales Hay que pensar que, el mayor consumo de agua provocado por las altas temperaturas, lleva a mayor producción de orina, con lo que aumenta la pérdida de ciertos minerales como el sodio, el potasio y el magnesio. Se debe proveer los minerales y oligoelmentos consultando con un nutricionista. Adecuado control de insectos voladores (moscas, mosquitos, etc.) El control de moscas, mosquitos, tábanos, etc., es muy importante en establecimientos con sistemas pastoriles. Una gran variedad de medidas de control son eficientes. Si el ganado se ve irritado por estar sometido a una dura lucha contra estos insectos, estará mucho menos tranquilo, pastoreará menos horas, tendrá una mayor carga calórica debido al incremento de la actividad voluntaria y mostrará más rápidamente los efectos adversos de las altas temperaturas. Adecuado manejo en los corrales Es importante no trabajar con el ganado en los horarios de mayor temperatura. Si es necesario mover la hacienda o trabajar con ella en la manga, debe hacerse antes de las 10 de la mañana o después de las 4 de la tarde, momentos del día en que hay menor radiación solar. Si la hacienda se acalora y comienza a jadear, hay que dejar de trabajar o no moverla y permitirle que se refresque. Hay que manejar el ganado con tranquilidad, porque una vez que se agita lleva de 20 a 30 minutos hasta que el corazón recupere su ritmo normal. En zonas del norte argentino, durante el verano, algunos ganaderos, encierran la hacienda en los corrales a la caída del sol y trabajan de noche con iluminación eléctrica. 115

117 Cuando se transporta hacienda, también debe hacerse a la mañana temprano o al finalizar la tarde. Es importante cargar menos animales por camión, lo que reduce la producción de calor, y organizarse de manera tal, que los animales sean cargados inmediatamente antes de salir y descargados inmediatamente después de llegar. Se advierte a los ganaderos que eviten arreos y encierros sin sombra por tiempo prolongado, aunque sean vacunaciones o desparasitaciones. A causa de intensos calores se suspenden remates de hacienda, pues los animales pueden morir. Esto ha ocurrido aún en la zona templada, en marzo. En caso de realizar pastoreo rotativo, una posibilidad para reducir los efectos del calor es rotar los potreros más rápido. El pasto más alto tiende a ser una superficie más fresca. Además es preferible rotar el ganado por la tarde, basándose en que el pasto consumido al ingresar los animales generará calor de fermentación o digestión en horas más frescas. Se aconseja flexibilizar la intensidad de las rotaciones del pastoreo y hacer los cambios de parcelas al anochecer, en forma lenta para evitar el estresamiento de los rodeos. En situaciones de estrés térmico, las dietas con altos contenidos en fibra (dietas calientes ) de lenta tasa de digestión, comunes por ejemplo en los verdeos de verano (sorgos de pastoreo, principalmente), aumentan la producción de calor y, en consecuencia, la temperatura corporal de los animales, por la fermentación y el metabolismo de cantidades excesivas de fibra. Finalmente, se recomienda disminuir el suministro de pasturas muy pasadas (no frescas) y evaluar la instalación de medias sombras en los potreros para proteger la salud del ganado, si no existiera forestación adecuada. Considerar el tipo de ganado para el medio ambiente Ya se ha mencionado que, cuando el animal se ve imposibilitado de eliminar rápidamente el calor, trata de compensar el problema disminuyendo su metabolismo, lo cual provoca una drástica disminución en la ganancia de peso, con lo que se afecta la productividad de los rodeos. Si el fenómeno se agudiza, el animal aumenta la frecuencia respiratoria y cardiaca hasta un límite fisiológico que puede derivar en el colapso cardiorrespiratorio y muerte. Los animales más expuestos a padecer estos problemas son los de gran tamaño y peso corporal, de razas británicas o europeas (Bos taurus), sometidos a un régimen alimentario y de manejo para alta producción de carne o leche. El ganado cebú (Bos indicus), o las cruzas cebuinas son más resistentes al calor, pero lo son también menos al frío, que las razas europeas o británicas (ver cuadro 7). 116

118 Cuadro o 7: 7 : Efecto del tipo de ganado y tipo de dieta en el consumo relativo de alimentos con temperaturas en aumento. Consumo relativo (a) Temperatura ambiente ºC Cría 1-12 meses 1,00 0,92 Bos taurus 5-7 meses 1,00 0,86 Bos indicus 5-7 meses 1,00 0,89 Bos taurus dieta con concentrado 1,30 1,00 0,83 Bos taurus dieta con forrajes 1,10 1,00 0,60 Bos indicus dieta con concentrado 1,38 1,00 0,88 Bos indicus dieta con forrajes 1,07 1,00 0,87 (a) Proporción de consumo de alimentos sobre consumo en termoneutralidad. Fuente: Adaptado de Young, El ganado cebú, además de tener mayor resistencia a insectos y parásitos, posee una superficie corporal relativa mayor con respecto a su peso, por los pliegues de su piel. Tiene, además, la habilidad de transpirar más, aumentando las pérdidas de calor. Por ello tiene mayor tolerancia a las temperaturas tropicales. Asimismo, tiene una piel más fina y pelo más corto, aumentando de esta forma las pérdidas de calor, y disminuyendo, quizás, los requerimientos de mantenimiento, con lo que disminuye también la producción de calor. Los factores que aumentan la intolerancia al calor, la disminuyen al frío (por ejemplo: falta de habilidad para desarrollar pelo más largo durante el invierno). El cuadro 7 muestra mayores consumos de alimentos para ganado Bos indicus durante condiciones calurosas. Los consumos se ven reducidos durante el estrés calórico en ganado índico, pero no tanto como el acontecido en el ganado Bos taurus. Fenotipo Los animales adaptados a condiciones de altas temperaturas tienen una gran superficie por unidad de peso. Cuanto más chico es el animal, más grande es su superficie con respecto a su peso. Los vacunos que tienen que vivir en condiciones de altas temperaturas y humedad deben ser más chicos que aquellos de la misma raza que viven en lugares más templados. También, como generalmente la digestibilidad de los pastos baja en la medida 117

119 que sube la temperatura ambiental, los animales que desarrollan en lugares calurosos y húmedos deben tener un rumen más grande que aquellos que viven en zonas de pastos templados. Esto quiere decir que no pueden tener la línea de la panza como un animal de exposición. Tal vez, hay que pensar en la cintura grande y distendida de la vaca Jersey como el ideal para las vacas norteñas. Color y brillo de pelo Los animales con pelo corto y lustroso reflejan más la luz y el calor que aquellos con pelo largo y sin brillo. El cuadro 8 muestra el porcentaje de luz que reflejan los animales de pelo brilloso versus los animales de pelo sin brillo. Cuadro o 8: 8 : Reflexión de la luz según pelaje. Color Porcentaje de luz reflejado Blanco 15 Amarillo 14,5 Rojo marrón claro 13,5 Rojo marrón 13 Rojo marrón oscuro 11 Razas sin brillo en el pelo Shorthom colorado marrón 4,6 Aberdeen Angus negro 3,7 Fuente: Nelson, J., El cebú refleja muy bien la luz solar al tener el pelo blanco, lo que lo torna recomendable para zonas húmedas tropicales. Animales de pelo negro como el Aberdeen Angus deben tener acceso a sombra en épocas calurosas. Estas razas fueron desarrolladas en una región con muchos días nublados y de neblinas y no producen bien en pasturas muy asoleadas y con altas temperaturas. Color del pelo Mientras que el pelo negro es negativo en lugares abiertos de altas temperaturas, el cuero color negro (piel pigmentada) es ventajoso porque protege al animal de los rayos ultravioletas perjudiciales. Los vacunos que se crían a más de 2500 metros de altura deben tener cuero oscuro para prevenir el cáncer de piel. Buenas razas para alturas son Aberdeen Angus, Simmenthal y Pardo Suizo. 118

120 En zonas de calor húmedo, Bonsma dijo que se requerían animales de pelo color claro pero cuero oscuro. Un ejemplo excelente es la Jersey. Un estudio realizado en Jamaica, llegó a la conclusión de que la Jersey es un 99% tan tolerante a las altas temperaturas como el cebú en un clima subtropical. El profesor Jan C. Bonsma de la Universidad de Pretoria, Africa del Sur, fue conocido internacionalmente a causa de dos realizaciones importantes: la obtención de la raza bovina para carne Bonsmara y los notables estudios sobre subfertilidad bovina. Este investigador, le da gran importancia a la influencia del ambiente en la producción animal. Evitar mantos hirsutos El ganado con manto muy cargado será menos tolerante al calor. En los EE.UU. y en zonas de la Argentina, esta característica del manto piloso está generalmente asociada con ganado que ha estado pastoreando en pasturas de festuca infestadas por endófitos (festucosis), haciendo esto, que la muda del pelo (pelechado) sea muy lenta cuando el clima va tornándose más cálido y de esta forma presentará pelaje hirsuto por largo tiempo, incluso durante épocas muy calurosas. Esto hace que mantengan temperaturas corporales más elevadas, haciéndolos más propensos a sufrir estrés calóricos. Por supuesto que las producciones de este ganado sufren acorde con dicho estrés. En vacas, los índices reproductivos estarán comprometidos pues la tasa de concepción se ve reducida. De la misma forma, el ganado con altas cargas parasitarias presentará características de pelaje similares a las mencionadas para la festucosis. Caída del pelo La Argentina tiene veranos calurosos e inviernos de bajas temperaturas. Esto significa que los animales de las zonas calurosas deben tener buen pelo para el invierno, pero después voltear rápidamente este pelo largo en primavera para no sufrir estrés por calor. El aire es muy mal conductor de temperatura. El pelo largo atrapa el aire cerca del cuerpo y dificulta que el animal se refresque. Los terneros no desarrollan la habilidad de manejar las altas temperaturas hasta alcanzar un año de edad y sufrirán mucho el primer verano con bajas ganancias de peso y posiblemente daños fisiológicos duraderos si tienen pelo largo. Los animales que no pierden el pelo temprano rápidamente, casi siempre son subfértiles. Un estatus de alto estrógeno y buen ciclaje se refleja en un pelecho temprano, limpio y brilloso en el verano. Usando este criterio de selección, se reducen algunos de los problemas de fertilidad del rodeo. 119

121 Recuerde: Entre las principales medidas antiestrés calórico se encuentran: Asegurar la provisión de agua. Brindar a los animales el reparo de la sombra. No movilizar ni trabajar con hacienda entre las 10 y las 16 horas. Si se emplea pastoreo rotativo, rotar los potreros más rápido y hacer el cambio por la tarde. Cubrir las pérdidas minerales por el calor (sodio, potasio y magnesio). Bibliografía Bavera, Guillermo y Beguet, H. Termorregulación corporal y ambientación, en Bavera, Guillermo y Beguet, H. Clima y ambiente; elementos y factores, en Bonsma, Jan. Estudios sobre selección del ganado, Bs. As., Ed. Hemisferio Sur, Damario, Edmundo. Estudio Ganadero de Formosa Marcantonio, Sergio. Cómo evitar el estrés calórico, en Super Campo Nº 89, año VIII, Bs. As., Ed. Perfil, febrero de 2002, pp Martín, Guillermo (h). Mantenga la sombra en sus potreros y reduzca el estrés animal, en Nazar Anchorena, José. Adaptación del ganado vacuno a zonas cálidas, en Nelson, Juan. Calor y genética vacuna, en Rev. de los CREA, año XXXVI, Bs. As., Ed. AACREA, enero de 2004, pp Wagner, Donald. Mantenimiento o mejoramiento productivo del ganado durante épocas calurosas, en El Ing. Agr. Norberto A. Speroni es Director de Difusión ganadera. Su dirección electrónica es speroni@elsitio.net 120

122 Dentaduras postizas: un instrumento para prolongar la vida útil de las vacas 1 En los animales en general existe una relación directa entre el desgaste orgánico y el desgaste dental. Es decir, que un animal cronológicamente viejo, con su organismo deteriorado por los años, ha sufrido el mismo proceso de desgaste en la dentadura. Por lo tanto, puede morir por mala alimentación. Esto es válido para todos los animales dentados de un solo estómago, incluido el hombre, pero los vacunos (rumiantes) tienen otra relación, ya que pueden morir por desgaste dental cuando aún su organismo esté en buenas condiciones. Los bovinos tienen una vida fisiológica larga, de unos 18 años como término medio, con casos que llegan a los 24 años. A esa edad recién comienza a envejecer su organismo. Esta vida larga del vacuno se cumple cuando el manejo implica una alimentación permanente con alimentos blandos, que no desgasten la dentadura (animales estabulados, engordados a corral, tambos y cabañas). Esto no ocurre en la Argentina, donde por regla general los vacunos viven y se alimentan a campo, sufriendo por consecuencia el desgaste prematuro de los dientes, lo que hace que su vida útil quede reducida aproximadamente en un 50%. Se considera a una vaca como vieja, cuando su dentadura no le permitirá alimentarse correctamente en el próximo invierno, época en que normalmente, en las zonas de cría, las pasturas son más duras y escasas. 1 Revisado y corregido por el Dr. Sergio A. Marcantonio. 121

123 Por estas razones, se ha desarrollado una prótesis dental de cromo-cobalto que se coloca sobre los dientes naturales antes de su desgaste total, lo que posibilita una buena alimentación por varios años más, permitiendo el aprovechamiento de la longevidad del vacuno. La utilización de esta técnica evita el descarte, o refugo, de animales que, por su capacidad reproductiva, sus características fenotípicas, su pedigree, etc., justifiquen extender su vida útil. De esta manera se obtiene una mayor cantidad de crías y un aumento notable de peso en el momento de la venta, como vaca de descarte. De lo contrario, estas excelentes madres ya probadas, serán reemplazadas por vaquillonas que todavía deben sortear dos grandes obstáculos referentes a su vida reproductiva, como son su primer parto y su segundo servicio, momento clave donde un alto número de ellas pueden resultar descartadas. La longevidad de las vacas, sea genética (razas cebuinas vs. británicas, por ejemplo) o con el uso de dentaduras postizas, incrementa el porcentaje de animales productivos de un rodeo. Hace posible, por lo tanto, un menor porcentaje de reposición. Los implantes dentarios o prótesis dentales se presentan hoy en día para los criadores comerciales como una alternativa comprobadamente favorable, económica y no agresiva, dando como resultado numerosas bondades, que se explayarán en el contenido de este capítulo. Objetivo de la técnica Aumentar la cantidad de terneros por vaca, para la venta o para la reposición, prolongando la vida útil de los vientres, para lo cual es necesario evitar el desgaste dentario prematuro de los dientes incisivos. Esto se consigue mediante el empleo de prótesis dentales. Estas vacas - en vez de descartarse como madres a edad temprana (7 a 9 años, en términos generales) -, cuando todavía les quedan varios años de vida útil, aplicándoles una prótesis dental, pueden tener crías normalmente hasta los 14 o 15 años, siempre y cuando sus funciones fisiológicas y reproductivas sean aptas, al igual que la sanidad. Las prótesis dentarias son una herramienta más (no la única) para: Aumentar la rentabilidad del rodeo de cría. Recomponer o aumentar el stock de los rodeos de cría. Descripción dentaria de los vacunos Los vacunos son clasificados como heterodontes, debido a que tienen dientes con forma y funciones diferentes. Poseen incisivos, que son planos y con un borde 122

124 cortante, situados en la entrada de la boca y premolares y molares, que son voluminosos y con una superficie plana para triturar el alimento. Asimismo los bovinos son de dentadura incompleta (carecen de colmillos o caninos) y difiodontes (tienen dientes de leche y definitivos). Los dientes de leche o temporarios son 20 (8 incisivos y 12 premolares) y los definitivos son 32 (8 incisivos, 12 premolares y 12 molares). Los primeros dientes permanentes son los molares, que como se observa precedentemente, no tienen antecesores de leche. En condiciones normales, con buena alimentación y sanidad, a los ocho meses aparece el primer molar, que a los 12, se encuentra totalmente desarrollado. Asimismo, empieza a asomarse el segundo molar. A los 15 meses el segundo molar se encuentra semidesarrollado y a los 18 meses ya llega a un estado de pleno desarrollo. El tercer molar empieza a aparecer a los 24 meses y se desarrolla plenamente a los 30 meses. Contingencias climáticas adversas, una alimentación escasa o inadecuada y enfermedades crónicas, demorarán la aparición de los dientes permanentes en un lapso de tres a seis meses. En casos extremos la demora puede llegar a un año. Un ternero cuya madre provee leche en cantidad insuficiente, puede presentar un atraso de tres a seis meses en el desarrollo de sus dientes. La neumonía en los terneros, o la diarrea crónica, pueden causar retrasos de 4 a 5 meses en la aparición de los dientes permanentes. Los terneros sometidos a condiciones climáticas extremas (sequía, mucho frío, mucho calor, etc.), no tendrán un desarrollo dentario normal debido al estrés del que fueron objeto. Un ternero o un torito sometido durante varios meses a una ración incompleta o con déficit de hidratos de carbono, sufrirá una demora severa en el ritmo de aparición de los dientes permanentes. Determinación de la edad Para la determinación de la edad se tienen en cuenta los incisivos, ubicados únicamente en el maxilar inferior (mandíbula), dispuestos en arco y con ligera movilidad. Estas piezas dentarias se clasifican de a pares, de adentro hacia fuera. Los dos incisivos centrales son conocidos como pinzas, el par siguiente (uno a cada lado de las pinzas) son los primeros medianos, luego se encuentran los segundos medianos y finalmente los extremos. El tamaño decrece desde las pinzas hacia los extremos. El bovino no presenta incisivos superiores, solamente tiene allí un rodete o almohadilla dentaria. La edad aproximada del ganado vacuno puede ser establecida examinando sus dientes, teniendo en cuenta el número de piezas, el momento de aparición (en 123

125 animales jóvenes) y el grado de desgaste (en animales adultos). La estimación es más precisa en los animales jóvenes, ya que en los vacunos mayores a los 5 años, éstos han completado su dentición y el único indicador de la edad es el desgaste dentario. El desgaste varía según el tipo de pasto, la presencia de arena sobre el mismo, el agua y por factores inherentes al animal (ver cuadro 1). Cuadro o 1: 1 : Clasificación por dientes. Dientes de leche Dentición de leche en cualquiera de sus estados. Dos dientes Dos pinzas permanentes. Una sola, o ha caído una o las dos de leche, aunque no hayan aflorado las permanentes. Cuatro dientes Las pinzas permanentes y los dos primeros medianos, o un solo mediano o ya ha caído uno o los dos primeros medianos de leche, aunque no hayan aflorado los permanentes. Seis dientes Las pinzas, los primeros medianos y segundos medianos permanentes o un solo segundo mediano permanente o ya han caído uno o los dos segundos medianos de leche, aunque no hayan aflorado los permanentes. Boca llena u Las pinzas, los primeros medianos, los segundos medianos y ocho dientes los extremos permanentes, o un solo extremo permanente o ya han caído uno o los dos extremos de leche, aunque no hayan aflorado todavía los permanentes. Medio diente Los incisivos se han desgastado hasta la mitad de su tamaño. Esto se puede considerar cuando los extremos se han rasado. Vaca CUT Es la vaca que en el tacto postservicio está preñada, pero su dentadura le permitirá comer normalmente sólo por un año más. Entre medio y cuarto diente, de acuerdo a las pasturas en la que se la mantendrá hasta su refugo. Esta vaca parirá, pero no se le dará nuevo servicio. Después del destete se refuga. Vaca vieja Es aquella que no tiene dientes para comer normalmente. Su dentadura es estaquilla ósea o muy cerca de ella. En un rodeo bien organizado, esta categoría no debe existir, ya que las vacas se refugan como vacas CUT antes de que lleguen a este estado. Fuente: adaptado de Bavera, G., Citado por Marcantonio, S., La dentición de leche aparece en el vacuno casi al nacimiento o poco después. Estos dientes temporarios son fácilmente reconocibles por su menor tamaño y su color más blanco. La erupción de los incisivos definitivos comienza por las pinzas y continúa por los dientes adyacentes con intervalos de aproximadamente un año. 124

126 Una vez aparecido el incisivo definitivo, la pieza crece hasta alcanzar el nivel de la tabla dentaria (nivel de los dientes en conjunto). Para completar este desarrollo son necesarios de 4 a 6 meses. Una regla nemotécnica muy práctica para estimar la edad del animal joven, fue comentada por el Dr. Sergio Marcantonio, en un interesante trabajo publicado sobre dentición bovina: la mitad de los incisivos definitivos que tiene más medio. Es decir, si tiene 4 dientes, la mitad es dos, más medio es dos y medio. O sea tiene dos años y medio (ver figura 1). Figura 1: Guía para determinar la edad. Desde el nacimiento hasta un mes: Aparecen los 8 incisivos de leche. 1,5 año: Empieza a surgir el primer par de pinzas de leche debido a la presión que ejerce el primer par de pinzas permanentes que trata de pasar por la encía. Las pinzas de leche comienzan a angostarse a nivel de la encía (se empieza a ver el cuello del diente). La presión provocada por el primer par de incisivos permanentes centrales obliga a las pinzas de leche centrales a caerse en aproximadamente dos semanas. Aparecen las pinzas permanentes. En la zona adyacente a la erupción hay intensa inflamación de las encías. A los 21 meses, aparece el primer par de pinzas permanentes hasta un cuarto de su madurez, con moderada inflamación de la encía adyacente. A los 22 meses, las pinzas permanentes están en su etapa media de madurez. Hay aún un poco de inflamación en la encía. A los dos años están totalmente desarrolladas y no hay inflamación de las encías. Cate- goría dos dientes. 2,5 años: Aparecen los primeros medianos permanentes, a ambos lados de las pinzas, a través de una encía muy inflamada. A los 27 meses, han llegado a una cuarta parte de su desarrollo. Se observa una moderada inflamación de la encía. A los 27,5 meses, se han desarrollado hasta media madurez y se ha solucionado la inflamación de la encía. Completamente desarrollados a los 3 años. Categoría 4 dientes. 3,5 años: Aparecen los segundos medianos permanentes, con intensa inflamación de la zona adyacente de las encías. Completamente desarrollados a los 4 años. Categoría 6 dientes. 125

127 4,5 años: Aparecen los extremos permanentes. Completamente desarrollados a los 5 años. Categoría boca llena. 7 a 10 años: En los 7 a 8 años se observa un desgaste evidente en pinzas, que a los 8 a 9 años se advierte en los primeros y segundos medianos. A los 10 años se visualiza desgaste en extremos. 12 años: Luego de los 6 años el arco dental pierde su arco y se hace cada vez más recto, siendo totalmente recto a los 12 años. Simultáneamente, los dientes se hacen cada vez más triangulares y están más separados entre sí. Fuente: Adaptado de Ensminger, Citado por Marcantonio, S., Modificado por Ferrari, O., Por qué se produce el desgaste dentario? El aparato digestivo comienza en la cavidad bucal. El principal órgano de aprehensión de los alimentos en el vacuno es la lengua. Los labios, debido a la limitación de sus movimientos, no son prensiles. La lengua, larga, móvil, fuerte y áspera, es capaz de protuirse fuera de la boca y rodear fácilmente los pastos, a los que coloca entre los dientes incisivos inferiores y el rodete dental superior, donde son cortados. Estos dientes incisivos inferiores no están preparados para triturar, siendo los encargados de cortar los alimentos para luego ser ingeridos por el animal. Tienen forma de espátula y están implantados oblicuamente en sus alvéolos, para evitar lesionar el mencionado rodete. Los dientes sufren un desgaste progresivo debido a su uso. Los 8 dientes incisivos que posee el bovino en su maxilar inferior, trabajan como las cuchillas de una guadañadora, desgastándose al cortar el pasto. En los incisivos, el proceso comienza después que éstos terminaron el desarrollo y alcanzaron la tabla dentaria. Cuando el borde libre pasa de ser cortante y convexo a plano y recto se dice que el diente se ha rasado. El desgaste se produce primero en las pinzas, luego en los primeros medianos, segundos medianos y finalmente en los extremos. Por la disposición que tienen los incisivos (dirigidos hacia fuera), no solamente se desgasta el borde libre, sino también la cara interna o lingual, produciéndose el nivelado del diente. 126

128 La superficie de la tabla se hace cuadrangular, observándose en ella una mancha central, denominada estrella dentaria. A medida que el desgaste continúa, la tabla se va haciendo triangular, la corona va disminuyendo de altura, la encía se retrae, el diente está menos firmemente implantado, quedando la raíz parcialmente expuesta. Los dientes se separan. En forma coincidente con el avance del desgaste, la arcada va modificando su forma, haciéndose más recta. En una boca nueva, la altura de la corona en los incisivos es de 2,6 cm aproximadamente. Cuando el desgaste alcanza el último tercio (0,8 cm de altura coronaria), se observa la aparición exagerada de diastemas (separación entre dientes). Por estos espacios se introduce el pasto lastimando las encías y causando retracción, inflamación y dolor en los tejidos de soporte dentario, llegando en gran cantidad de casos a la pérdida de piezas. A esta altura, los incisivos ya casi no cumplen con su función y la aprehensión comienza a llevarse a cabo con el tejido fibroso que aparece por detrás de los incisivos. No solamente ha disminuido la eficacia por estar realizando la aprehensión entre dos superficies blandas (gran cantidad de pasto se desliza sin ser cortado) sino que la línea de corte se ha desplazado 2-2,5 cm, en sentido vestíbulo lingual (hacia atrás) lo que implica disponer de forraje de mayor altura para poder alimentarse. Este animal en inferioridad de condiciones, necesita mayor cantidad de horas de pastoreo (caminatas más prolongadas) consumiendo más energía y dedicando menos cantidad de horas a la rumia y al descanso. Esta breve descripción del desgaste dentario y sus consecuencias explican la brusca caída en el estado general del bovino y en su función productiva y reproductiva. Entre sus consecuencias se mencionan: Baja de peso promedio. Aumento gradual de tiempo entre celo y celo, llegando en ocasiones al anestro permanente. Baja en el porcentaje de preñez. Aumento de abortos. Baja en la calidad y cantidad de leche producida. Terneros más livianos al parto. Destetes tardíos. Terneros de crecimiento más lento en el período de lactancia. Lotes de terneros desparejos para la venta. Vacas para venta con peso promedio bajo (invernada o conserva). Los factores del desgaste prematuro de los dientes permanentes, deben atribuirse a la forma en que se alimenta a los bovinos. En pastoreo ellos arrancan directamente el forraje. A esto se puede agregar que en determinadas épocas del año ese forraje adquiere cierta dureza, ya sea por la falta de lluvias, por frío o por calor excesivo. 127

129 Como consecuencia de esto, los animales tienen muchas veces la necesidad de proveerse de alimento frente a forrajes ya maduros (por lo tanto duros y resistentes) o de plantas de escasa altura sobre el suelo (sea por falta de desarrollo o por haber sido sobrepastoreadas). Una vaca con abundante disponibilidad de pasto puede llenar su rumen en 2 o 3 horas, pero cuando se hace sobrepastoreo (en potreros naturales, pasturas implantadas o rastrojos), el tiempo de cosecha diaria puede llegar hasta las 14 horas y a veces no llega a llenar su rumen. En esta situación el desgaste es mucho mayor, por aumentar sustancialmente el uso de su herramienta de cosecha. Además, zonas de suelos con escasa materia orgánica (tierras arenosas y sueltas), la arena depositada sobre las hojas activa el desgaste, ya que esta sustancia actúa como un abrasivo sobre los dientes. A todas estas causas, se pueden agregar aquellas que dependen de factores heredables. No todos los bovinos presentan igual grado de desgaste dental a una misma edad. Hay animales que a los seis años, exhiben un idéntico desgaste a otros con nueve años. La aplicación de prótesis dentaria a los bovinos, optimiza la cosecha de pasto, ahorrando energía, ya que recupera la plataforma de cosecha gastada, previniendo el deterioro dentario y prolongando la vida útil del animal hasta los 14 o 15 años de edad. Instrumentación del boqueo Una vez sujeto el bovino en la casilla de operar y encepado, es posible realizar el examen de su dentadura mediante el boqueo. El primer paso es inmovilizar la cabeza. Esto se logra con la ayuda de una mocheta o mediante los dedos pulgar, índice y medio colocados en los ollares (en animales mansos). En caso de utilizar la mocheta, la presión ejercida sobre el tabique nasal facilita la inmovilización por el dolor. En la inmovilización manual, si se cuenta con un ayudante, éste se coloca del lado izquierdo de la vaca y con la mano derecha pasada por encima del cogote, toma el cuerno u oreja derecha. Con la mano izquierda toma el hocico introduciendo el pulgar en el ollar izquierdo y el índice y medio en el ollar derecho. Una vez inmovilizada la cabeza, es posible descender el labio inferior para evaluar la dentadura. En caso de no contar con un ayudante, la mano derecha sujeta el hocico y la izquierda desciende el labio. Los animales pueden ser clasificados por el desgaste dentario como: diente entero, medio diente, cuarto diente o sin dientes. 128

130 Momento de aplicación de la prótesis Es una técnica preventiva, por lo que hay diversas razones para evaluar adecuadamente y lograr que la toma de decisión resulte oportuna, a saber: a) Razones mecánicas. En las vacas de cría se realiza el refugo por edad. Esta edad no es necesariamente la cronológica, pero está muy asociada a ella y se manifiesta por el desgaste dentario. Se puede establecer la edad dentaria con una escala subjetiva pero muy práctica, según las vacas tengan diente entero ( buen diente ), medio diente, cuarto diente o se encuentren sin dientes. Si se espera que la vaca desgaste demasiado sus piezas dentarias, llegando a estar sin dientes, no habrá suficiente base para encastrar la prótesis, no pudiéndose asegurar su durabilidad en el tiempo. b) Razones nutricionales. El mantener vacas sin dientes o con cuarto diente, en las condiciones habituales de pastoreo a campo, significa que la vaca no se alimente correctamente, al tener dificultades en la aprehensión del alimento. De esta forma el organismo animal cubrirá solamente las necesidades de mantenimiento, en perjuicio de las necesidades de producción (secreción láctea) y reproducción (gestación, celo, preñez). Esto produce en la vaca un estado de debilitamiento general, al tener que recurrir a sus propias reservas orgánicas. Con esta restricción dejará de producir leche (en cantidad y calidad) para amamantar a su ternero, el cual, tendrá menos peso al destete. Un ternero mal alimentado se torna más propenso a adquirir enfermedades por ser más débil, y al postergarse su fecha de destete, se acentúa la debilidad de la madre. Esta debilidad se verá reflejada en el siguiente servicio posparto, ya que la vaca, después del alumbramiento entrará en un anestro nutricional (falta de celo) permanente o muy prolongado, no manifestando celo para permitir un nuevo servicio del toro. De esta forma quedará seguramente vacía, pasando a ser vaca CUT a partir del próximo tacto postservicio, con lo cual se habrá perdido tiempo y dinero, pues el lugar de esa vaca podría haber sido ocupado por otra con buen diente o por una vaquillona. La edad de la madre está muy asociada al desgaste dentario y tiene gran influencia sobre el peso al destete de los terneros. Se puede decir que el peso al destete aumenta en las vacas jóvenes, se mantiene alto con las vacas adultas y decrece con las vacas viejas. Estas últimas dan crías tan pesadas como las jóvenes, pero la diferencia es que el peso va descendiendo año tras año, mientras que en las jóvenes va en paulatino aumento. Vacas aptas para la colocación de prótesis Dentro del rodeo, se seleccionan las madres que se han destacado por su fertilidad, produciendo regularmente un ternero por año. Así en vez de ser vendi- 129

131 das como descarte a los 7 u 8 años, luego de haber producido no más de 4 o 5 terneros, su vida se prolonga hasta los 14 o 15 años. De esta forma llegan a duplicar el número de crías nacidas por madre, permitiendo que permanezcan en el rodeo las mejores reproductoras, en vez de reemplazarlas por vaquillonas de aptitudes desconocidas (salvo en establecimientos con programas de mejoramiento genético). El momento óptimo de aplicación es cuando la dentadura se ha desgastado entre medio y cuarto diente. Queda entonces una buena base de sustentación para la prótesis. Suponiendo que las vacas se descartan por desgaste dental a los 8 años de edad, se deberán colocar las prótesis a los 6 o 7 años, cuando las vacas todavía tienen una dentadura suficiente para servir de base a la prótesis. Se deben identificar las terneras hijas de madres con prótesis, las cuales se podrían seleccionar por provenir de buenas madres. Instrumentación de la técnica Un año antes de tener cuarto diente (altura de los dientes incisivos que indican el último año de producción), se debe decidir cuáles son las vacas superiores que se desean conservar. Debe hacerse en ese momento y no después, ya que la aplicación de las prótesis de cromo-cobalto actuales es de carácter preventivo del desgaste dentario, y no se pueden usar para rescatar vacas viejas. En rodeos de cría es importante utilizar esta técnica, sin olvidar que la prioridad es el mejoramiento de las condiciones sanitarias y nutricionales. En el reconocimiento previo para determinar el grado de desgaste dentario, se debe observar que no exista periodontitis (patología no muy frecuente), ya que de lo contrario la aplicación de la prótesis resultaría poco efectiva. Es aconsejable efectuarla cuando aún se dispone de un poco más de cuarto diente a medio diente. De modo que se cuente con suficiente apoyo para sustentar la prótesis. A la vaca seleccionada, pueden faltarle algunos dientes, pero indefectiblemente debe poseer, los dos últimos dientes de cada costado. Los dientes deben ser triangulares, para que la acción del cemento sea la adecuada. En este caso, pueden faltarle tres, cuatro dientes, pero siempre deberá tener uno como mínimo en el centro del paladar (pinza), además de los laterales citados anteriormente. Todos los vacunos tienen diferencias anatómicas en su dentadura, lo que impide que la prótesis sea confeccionada en forma estándar, debido a ello, la aplicación consta de dos pasos: 1) Toma de moldes. Este paso puede realizarse en cualquier época del año. En caso de explotaciones en zonas marginales (campos de monte o con dificultades para juntar la hacienda) se puede realizar en el momento del tacto rectal. Una persona ubicada a un lado del cepo puede ir boqueando los anima- 130

132 les para seleccionar a cuáles se les colocará la prótesis (generalmente se aplican sobre vacas preñadas). Luego estos animales se pasan nuevamente por la manga, y en el cepo usando mocheta y abre-bocas, se toman los moldes de cada animal seleccionado, poniéndoles caravanas numeradas y teniendo la precaución de numerar con el mismo número al molde de yeso. Este se realiza mediante una cubeta de aluminio y una pasta preparada con agua caliente y alginato. Se toma la impresión de los dientes semigastados. Luego dicha impresión se llena con yeso, generándose así, el molde con el cual se elaborará la prótesis. En este paso de la técnica se pueden hacer unos 80 animales o más por día. Tres o cuatro semanas más tarde se coloca la prótesis. 2) Aplicación de la prótesis. En este paso se necesita de cepo, mocheta y abre-bocas. Es importante una buena limpieza y secado de los dientes. Se aplica la prótesis con un martillo plástico y se asegura con una pinza especial. Los factores de fijación son principalmente la presión con que calza la prótesis a modo de capuchón cubriendo la totalidad de los dientes y un material acrílico que se introduce en la prótesis previa aplicación de la misma. En este paso se pueden hacer unos 80 animales por día aproximadamente. Características de la prótesis dental Para lograr que una prótesis dental resulte efectiva, deberá reunir las siguientes características: a) Material utilizado: aleación de cromo-cobalto (componente sumamente duro). b) Resistencia: la calidad del material utilizado le asegura suficiente duración en el tiempo. c) Individual: son específicas o exclusivas de cada animal (no se pueden volver a usar), pues requieren una buena adaptación a cada arcada dentaria. Por tal motivo, se le toma el molde a la dentadura de cada vaca, sobre el cual se elabora la corona metálica con los 8 dientes juntos y unidos entre si. Tienen el beneficio adicional de poder numerarse o estampar la marca ganadera para su identificación, no siendo vulnerables como otros sistemas de marcado. d) Integrales: las prótesis son de una sola pieza única, sin divisiones, que reflejan el contorno de la arcada dentaria sobre la cual se adapta. Esta característica facilita la velocidad de colocación. e) Colocación: fácil y rápida. Se agarra como un capuchón a presión sobre los dientes desgastados, con la ayuda de un adhesivo acrílico de gran adherencia. Razón por la cual los incisivos deben tener la altura suficiente para permitir un anclaje adecuado y seguro. f) No traumatizante: bien colocada no provoca ninguna molestia al animal (no es agresora) el que a las pocas horas puede pastorear sin problemas. 131

133 g) Económica: su costo deberá ser menor al ingreso futuro que es factible por su utilización. Ventajas de la prótesis dental Las ventajas son importantes, y pueden influir marcadamente en la producción de un rodeo de cría: 1) Se prolonga la vida útil (período reproductivo) de las mejores vacas, pudiendo obtenerse un adicional de tres o más crías por vaca. 2) En un establecimiento organizado, la vaca que llegó al estado de colocarle la prótesis es una vaca altamente fértil, debido a que todos los años ha dado cría. Caso contrario, se la hubiera eliminado en la palpación rectal anual. Por lo tanto, es un buen vientre, que ha soportado todos los filtros que le impone una explotación de cría, que no son pocos (enfermedades, diagnóstico de preñez, alimentación deficiente, etc.), y es una ventaja mantenerlo algunos años más en el rodeo, ya que sus crías serán buenos reemplazos. 3) El aumento paulatino de vacas fértiles en el rodeo permite mejorar el porcentaje de parición y destete del mismo. Además, aumentan los kilogramos promedio al destete, pues las vacas destetan terneros más pesados que las vaquillonas y con menos problemas al parto. 4) Mejora la lactancia de las vacas viejas con cría al pie, alcanzando destetar terneros más pesados y viables. 5) Al aumentar la vida útil de las vacas, disminuye la cantidad de reemplazos que necesitan guardarse (alrededor del 45% menos), con lo que se liberan a venta mayor cantidad de terneras por año. 6) El necesitar menor número de reemplazos permite una mayor presión de selección en el rodeo por características productivas. Esto se efectúa en las terneras de reemplazo y en las vacas adultas que van a prótesis dental. Es decir, se hace una gran presión de selección en los dos extremos del rodeo. 7) En el caso de productores que necesiten aumentar el número de vientres, esto se les facilita al tener que vender menos refugos. Se acelera el crecimiento del rodeo en un 10 a un 12% de vientres al año. 8) Las vacas con prótesis que se descartan luego de terminado su ciclo, se encuentran en mejor estado de gordura que otra de menos edad sin prótesis, y además engordan más fácilmente antes de la venta, por lo que en vez de vender una vaca conserva, se vende una vaca consumo. 9) Entre machos y hembras, se tendrá anualmente alrededor del 35% más de terneros para venta. 10) Se reduce el número de animales improductivos en el campo, pues se tendrán menos reemplazos esperando su primer entore. Con la misma carga/ha se aumenta el número de animales en producción. 132

134 11) Es muy útil cuando se desea aumentar el número de vientres y no se posee el capital para hacerlo, ya que se mantienen en el rodeo las vacas adultas que, de no aplicar esta técnica, tendrían que haber sido descartadas. 12) Logra hacer desaparecer el lote de rechazo por desgaste dentario. Conclusión El empleo de prótesis dentales permite en promedio, agregar unas cuatro pariciones a las vacas, lo cual significa un menor porcentaje de descarte. Esto posibilita un rápido crecimiento del rodeo al descartarse menos vientres adultos y poder incorporar un mayor número de vaquillonas sin que sustituyan a un animal retirado del rodeo. Si la empresa necesita liquidez financiera, al haber menos reposición, habrá mayor cantidad de terneras para la venta. Las vacas que alcanzan las edades más avanzadas en los rodeos (donde se descartan las vacas vacías todos los años), son necesariamente las más fértiles, porque siempre se han preñado y destetado un ternero por año. Al seleccionar sus hijas para la reposición, con el tiempo, el rodeo aumenta el porcentaje de preñez general (aunque la heredabilidad de este carácter sea baja). Como ventaja adicional, al alcanzar la reposición propia (al necesitarse menos individuos), no ingresan animales comprados, evitándose el riesgo de incorporar vaquillonas de sanidad desconocida. Las vacas que son rechazadas con prótesis, por lo general, están más gordas y se venden como consumo. Recuerde: El empleo de prótesis dental permite en promedio agregar unas cuatro pariciones a las vacas. Bibliografía Facio, Fernando. Prótesis dental en bovinos, en Anales de la S.R.A., Bs. As., marzo de 1982, pp. 18 y 19. Facio, Fernando. Consideraciones generales referidas a la técnica de colocación de prótesis dental bovina, en La Cría del Siglo XXI, Cap. 3, Bs. As., Ed. Difusión ganadera, 1999, pp Mac Cropsey, L., et al. Cronometría dentaria en vacunos de carne, en Rev. Shorthorn, 1976, pp Maida, Juan. Aumento de la aptitud comercial de un rodeo de cría mediante la prótesis dental. Trabajo distintivo en

135 Marcantonio, Sergio. Las señales de la boca, en Super Campo Nº 126, año XI, Bs. As., Ed. Perfil, marzo de 2005, pp Silveyra, Adolfo. Las vacas van al dentista, en Silveyra, Adolfo y col. Consideraciones generales referidas a la técnica de implantes dentarios en bovinos, en El Dr. Sergio A. Marcantonio es docente del Area de Teriogenología de la Facultad de Cs. Veterinarias - UBA y de Bovinos de carne de la Facultad de Cs. Agrarias de la UCA. Su dirección electrónica es revistataurus@fibertel.com.ar 134

136 Principales motivos para refugar vientres. Engorde de vacas 1 Son múltiples los factores que llevan a decidir el refugo (eliminación, descarte) de una vaca de un rodeo, pero numerosos también son los motivos por los cuales el criador se resiste a hacerlo. Con todo, la venta de vacas refugo o rechazo, sean gordas o como conserva, es una fuente de ingresos importante para una empresa de cría. Por distintas razones (sentimentales, por alguna característica fenotípica, o por estar preñada y querer obtener un ternero más) muchos criadores mantienen vacas un año más en su rodeo, a pesar de estar vacías al momento del tacto (puede que haya ocurrido una muerte embrionaria o un aborto, con el peligro de contagiar a otros animales del rodeo), o que tengan problemas de locomoción o de vista, o que sean viejas. Muchos de los factores catalogados como problemas, como el cáncer de ojo (los últimos estudios norteamericanos señalan una predisposición hereditaria hacia la enfermedad) y las ubres con mala conformación, pueden ser controlados con un estricto programa de selección (eliminación). Sin embargo, a pesar de todos estos argumentos, algunos ganaderos se resisten a refugar todo lo que debieran. Esta elección, cuesta dinero El refugo, en realidad, debe verse como un camino positivo para incrementar la productividad y la calidad del rodeo. 1 Revisado y corregido por el Dr. Sergio A. Marcantonio. 135

137 La venta de vacas de rechazo puede representar un 20 a un 25 por ciento del ingreso anual del productor. El hecho de refugar las vacas menos productivas disminuye el costo total de la producción e incrementa los ingresos netos. La venta de vacas falladas al tacto, con problemas de ojos, de locomoción, dientes gastados, malformaciones de ubre, etc., presenta dos modalidades: como conserva, si no se encuentran en buen estado, o como vaca gorda. En este caso el ingreso por la venta se incrementa considerablemente, no sólo por el cambio de categoría sino también por la diferencia de peso. Catálogo de una buena vaca Cada vaca debe lograr un nivel mínimo de comportamiento, en el establecimiento, que comprende: a) Parir un ternero vivo cada año. b) Preñarse dentro de los ochenta y dos días posparto. c) Destetar un ternero por año. Distintas evaluaciones económicas establecen que si una vaca falla una sola vez, pierde entre el 15 y el 20% de su producción potencial de por vida. Además, se diluye la ganancia de dos a tres vacas productivas, que son necesarias para pagar el mantenimiento de una vaca vacía. Si se presenta una muerte al periparto, la vaca necesita destetar sus dos terneros siguientes para compensar esa pérdida económica. El 60 al 70% de las vacas deberían preñarse en los primeros 21 días de servicio, y un adicional del 30% en los siguientes 20 días. Cada celo adicional que se necesita para preñar una vaca reducirá el peso de destete de su ternero en 15 a 20 kg. Cuándo decidir? Un momento conveniente para decidir la permanencia como vientre, el engorde en el establecimiento para su posterior venta, o la venta en el estado en que se encuentre (gorda o conserva) es cuando se realiza el diagnóstico de preñez, en la manga. El diagnóstico de preñez debe efectuarse 45 a 60 días luego de retirados los toros. Esta maniobra permite identificar a las vacas vacías. Se aprovecha dicha operación, para revisar la dentadura, eliminándose las de poco diente (vacas viejas o que pastorearon campos de pastos duros o con mucho sílice o arena), las que presenten inconvenientes de visión (cáncer de ojo, queratoconjuntivitis y bicheras mal curadas), y las que tengan problemas de locomoción. Por vacas viejas, se entiende a aquellas cuyo estado dentario compromete su alimentación y que por lo tanto reducirán su condición corporal y correrán seve- 136

138 ros riesgos de fallar en el próximo servicio. Este es precisamente el momento ideal para identificarlas mediante el boqueo y realizar sobre ellas un manejo diferencial, evitando su entore en la primavera subsiguiente. Es interesante crear la categoría de vaca CUT (Cría Ultimo Ternero) en el rodeo, que está orientada a definir anticipadamente el refugo del vientre, en lugar de esperar a que salga vacío del tacto. En concreto, el boqueo sistemático al momento del tacto de aquellos vientres con posible desgaste dentario (que serán identificados por una señal, marca o caravana) es una práctica que mejora la eficiencia y la productividad del rodeo. Si bien la decisión de refugo varía con las condiciones de cada campo (calidad del forraje y del agua de bebida, forma de pastoreo, etc.), lo habitual es separar como CUT aquellas vacas cuyo desgaste dentario está entre medio y cuarto diente. Estas vacas CUT tendrán un manejo diferencial: no recibirán servicio en primavera y se las venderá luego del destete de su ternero. Como se explicó, el grado de desgaste dentario que define el momento de refugo depende de las condiciones del campo. En la medida que la situación es más favorable es posible permitir que el animal permanezca con mayor desgaste dentario. No obstante, mantener en el rodeo vacas sin dientes o con cuarto diente en las condiciones comunes de pastoreo significa correr el riesgo de pérdida de la vaca, ya que probablemente no superará la crudeza invernal, o proveerá una mala nutrición al ternero, pues no podrán cubrir los requerimientos de lactancia, al tener dificultades en la aprehensión de los alimentos. Por otra parte, estos vientres tienen más posibilidades de fallar en el próximo entore debido a que muy probablemente presentarán una condición corporal inferior. Es importante destacar que estas determinaciones deben ser tomadas en conjunto entre el profesional veterinario (que dará las explicaciones técnicas correspondientes), el productor (que tendrá razones empresariales) y el personal que al estar en contacto permanente con los animales, puede dar las explicaciones que clarifiquen cada situación planteada. Los controles sanitarios también pueden ser causa de refugo. Tanto el sangrado para diagnóstico serológico de brucelosis como la intradermoreacción tuberculínica pueden ser realizadas en esta época para detectar animales positivos que serán descartados del rodeo. Otro momento de descarte de vacas es al final del período de parición. Las vacas abortadas (sin cría al pie o secas) o que han tenido alguna dificultad al parto (las que tuvieron que ser ayudadas) deben eliminarse; lo mismo aquellas que por diversos motivos incrementan las necesidades de manejo o los costos de producción de terneros (las que paren terneros débiles o defectuosos). Como un agregado a las fallas reproductivas, deben ser eliminadas las vacas que son muy grandes (altos requerimientos nutricionales) o muy pequeñas (que pueden presentar problemas al parto), así como para las que presentan ubres 137

139 flojas, pobremente afirmadas o tetas largas y deformadas, ya que el ternero no podrá mamar con comodidad. De esta manera se logra mejorar la perfomance del rodeo. Modalidades del negocio Ante la presencia de un lote de vacas de rechazo, las distintas alternativas que se presentan son: a) Venta para faena, como conserva o gorda. b) Engorde en el establecimiento. c) Venta como invernada para ser engordada en otro establecimiento. d) Capitalización en campo de terceros. a) Con posterioridad a la selección se cargan en un camión jaula y se remiten a un mercado concentrador, a un remate feria o directamente a frigorífico. b) Cuando se decide engordar las vacas en el mismo establecimiento es importante considerar a esta categoría como un lote de invernada. Generalmente se las desparasita, se les aplica un complejo vitamínico-mineral, se curan los posibles problemas de ojos, se les aplica ioduro de sodio y antibiótico si se encuentran afectadas por paperas (actinomicosis) y se las ubica en un verdeo o pradera, preferentemente aisladas de otra categoría animal, donde podrán recibir alguna suplementación del 1,5% del peso vivo, (las distintas formulaciones de ración se describirán más adelante). El pastoreo de rastrojos en franjas (para uniformar la ingesta) de cosecha gruesa (principalmente maíz o sorgo granífero) ofrece interesantes resultados en esta categoría. Eventualmente, al tacto pueden salir una cantidad importante de vacas vacías que han sido cola de parición y que no han tenido oportunidad de preñarse nuevamente, ya que se retiraron los toros antes que terminara su anestro posparto o que, por contingencias climáticas no alcanzaron una condición corporal entre 3,5 y 4, suficiente para preñarse. Estos vientres al mejorar la alimentación pueden presentar celo. La manifestación del celo, produce intranquilidad en las hembras que se montan entre sí, dejando de pastar. Actualmente existe un dispositivo intrauterino de material sintético que actúa como anticonceptivo bovino. Produce en el animal un síndrome de útero ocupado causando: contracepción, incremento de peso y supresión del estro. Este dispositivo provoca un nivel suprabasal de progesterona generada a través sus estructuras lúteas persistentes. Este nivel suprabasal impide nuevas ovulaciones (anovulaciones). Como consecuencia de esta luteinización tecal (hipertrofia) aumenta la liberación de andrógenos hasta 6 o 7 veces sobre su nivel basal. Estos andrógenos son los responsables del aumento de peso y del rendimiento al gancho. 138

140 Entre los beneficios de esta novedosa técnica se pueden mencionar: 1) Evita la preñez no deseada: debido a que posee un 99% de eficacia anticonceptiva. Permite que las vacas de descarte y las CUT bajen sus requerimientos alimenticios por ausencia de preñez y engorden más rápido. Además, posibilita que las hembras tratadas puedan estar en un mismo potrero con toros. 2) Aumenta la ganancia de peso: ya que permite acelerar el período de engorde en forma natural, sin restricciones en ningún mercado. Produce un incremento de masa muscular y mejora la redistribución grasa con una mejor tipificación de carcasa. Facilita entonces, los cambios de categoría de las vacas en engorde, de conserva a consumo. 3) Evita la llegada de hembras preñadas a faena. En la Argentina se faena un alto porcentaje de hembras bovinas preñadas. La preñez genera una merma significativa en el rendimiento de carcasa. 4) Mejora el rendimiento al gancho: permitiendo obtener un mejor precio por kilo vivo. Además, la carne es óptima para consumo humano, al no contener productos hormonales. 5) No interfiere en la lactancia. Su uso está indicado en la vaca CUT a los 60 días posparto. c) Si se analiza el negocio desde el punto de vista del comprador, la experiencia indica, que en promedio los lotes adquiridos pueden tener hasta un 30 a 35% de vacas que resultan luego preñadas y en consecuencia complican todo el negocio programado. Como se mencionó, el negocio se basa en el cambio de categoría de la vaca conserva a vaca consumo. Es importante que el ciclo de producción sea corto, debiéndose alcanzar, para lograr tal fin, altas ganancias de peso diarias. El negocio del engorde de vacas, básicamente admite dos modalidades: la compra en estancia y la compra en remate feria. Respecto a la primera alternativa, generalmente se trata de lotes marca líquida, a los que se les puede haber realizado un tacto rectal, resultando de esta manera un lote parejo, de vacas vacías y comúnmente de mayor precio con relación a lo que se compra en remates. Las compras en feria, si bien son atractivas por precios más convenientes, requieren que quien compre, tenga experiencia en este tipo de operaciones. La vaca de rechazo, no es un animal joven, por lo tanto trae consigo una historia nutricional, clínica y de manejo desconocida. El comprador debe evaluar con exactitud la salud y el estado reproductivo de las vacas encerradas, para evitar sorpresas desagradables en destino. Los lotes comienzan a ofrecerse, de acuerdo a las distintas zonas, a partir de fines de febrero o comienzos de marzo en el Litoral y en la Cuenca del Salado. En la Región Semiárida, las primeras ofertas corresponden a fines de marzo-abril, acentuándose con las primeras heladas de mediados de abril y de mayo. 139

141 Es conveniente hacer la venta a la salida del invierno, principio de primavera, momento en que escasea el gordo y hay demanda por la vaca gorda. Por lo general los buenos precios para esta categoría pueden llegar hasta octubre y en casos excepcionales mantenerse hasta noviembre. El manejo sanitario del lote de vacas compradas para engordar, puede enfocarse desde dos puntos, que resultan complementarios. El primero, es el diagnóstico y el rápido tratamiento de las afecciones detectadas al entrar al campo (problemas de ojos, patas, paperas, etc.), el segundo es la prevención. En este aspecto es importante un diagnóstico de parasitosis y, de acuerdo con el resultado, desparasitar a los animales al ingreso al establecimiento. También se debe vacunar contra enfermedades clostridiales y aplicar un complejo vitamínico mineral. El engorde se puede hacer mediante pastoreo directo de praderas, verdeos o rastrojos con o sin suplementación al 1,5% del peso vivo con concentrados- o a corral. Es importante que dispongan de un suplemento de sales minerales a voluntad. En el caso de realizar el engorde a corral, los animales deben comer el 3,5% de su peso en materia seca. Es importante instrumentar un período de acostumbramiento de 15 días empezando con 0,5 a un kilogramo diario de ración aumentándolo progresivamente, hasta alcanzar el consumo preestablecido. Para evitar problemas de acidosis se pueden suministrar rollos de pastura o de moha a voluntad, en los primeros días. Una ración estándar para el norte del país (NEA/NOA) se describe en el cuadro 1. Cuadro o 1: 1 : Ración para el norte te argentino (NEA/NOA). Afrechillo de trigo (harina) 17% Semilla de algodón 7,20% Heno de gramíneas en estado vegetativo 8,50% Premezcla mineral 2,30% Grano de sorgo 65% Fuente: Lopez Da Silva, A., Dos alternativas de dieta para la Pampa Húmeda se presentan en el cuadro 2: d) La capitalización es un negocio de dos partes, entre el propietario del campo y el capitalizador o dueño de la hacienda, donde se reparten porcentualmente entre sí, los kilogramos ganados. Los porcentajes habituales del negocio eran 60% y 40% respectivamente. A veces, se acordaba el 50% para cada una. Hoy en día, dada la falta de campos ganaderos (debido al incremento de la superficie dedicada a la agricultura), los porcentajes pueden ser 70% y 30% u 80% y 20%. Finalizado el engorde, el capitalizador recibirá el importe de los kilogramos de origen más el porcentual de los kilogramos ganados según el acuerdo establecido. 140

142 Cuadro o 2: 2 : Dietas para engorde a corral en la Pampa Húmeda. En caso que alguna vaca para, se repartirán las crías luego de destetadas al 50% para cada parte. En el contrato de capitalización es necesario precisar aspectos referidos a la sanidad, muertes, robos, responsabilidad civil, etc. La hacienda deberá cumplir con un adecuado tratamiento sanitario, según el plan usual del establecimiento. Los gastos de sanidad (vacunas, remedios, honorarios veterinarios) se repartirán en una proporción que se indicará en el contrato. Lo más usual es al 50%, pero puede variar. Los gastos del personal, seguros, impuestos, siembra de forrajeras, mantenimiento de aguadas, alambrados, instalaciones de corrales, mangas, etc., serán por cuenta del dueño del campo, como así también el cuidado y la vigilancia de la hacienda que tiene bajo su responsabilidad. Respecto a un punto siempre conflictivo en las capitalizaciones como es la mortandad, el capitalizador, generalmente acepta cargar con una mortandad de hasta el 3% por todo el período que rige el contrato. Las muertes se deducen del peso promedio de entrada. Si la mortandad supera este porcentaje y hasta el 5%, siempre que sea debido a causas normales no atribuibles a la responsabilidad de ninguna de las partes en forma directa, será absorbida por ambos en las mismas proporciones que las utilidades. Si la mortandad supera el 3% por negligencia del dueño del campo, la pérdida será soportada únicamente por éste. Las mortandades ocurridas durante los primeros siete días de haber llegado la hacienda serán absorbidas por el capitalizador, siempre y cuando no se deban a negligencia del propietario o de su personal. Puede ocurrir que por razones climáticas extremas se haga necesario interrumpir el negocio. Por mutuo acuerdo, se trata de resolver la situación sobre la base de entregar al propietario las cabezas que totalicen un peso equivalente al porcentaje establecido en el negocio. Cuando falta hacienda por extravío o mortandad imputable al mal manejo de la misma, y el propietario asume la responsabilidad de este manejo, absorbe el per- 141 Ración 1 Ración 2 Afrechillo de trigo 8% 16% Gluten feed húmedo 32% Heno de pastura 10% 2% Maíz grano seco 48,50% 34,50% Hez de malta 26% Premezcla Engorde bovino 1,50% 1,50% Silaje de maíz 20% Fuente: Lopez Da Silva, A., 2005.

143 juicio y reintegra al capitalizador, el valor total y real de la hacienda desaparecida, determinado por una tasación realizada por el árbitro designado en el contrato. En el supuesto caso de robo por causas no atribuibles a la responsabilidad del propietario, la pérdida correrá por partes iguales. Si por cualquier causa algún animal se saliera de los límites del potrero a una calle vecinal o a una ruta provincial o nacional y se produjera un accidente a terceros, los daños y perjuicios, parciales o totales correrán por cuenta del propietario. Nuestro agradecimiento al Ing. Agr. Antonio Lopez Da Silva por la formulación de las dietas para engorde a corral para el norte del país y para la Pampa Húmeda. Recuerde: El refugo debe verse como un camino positivo para incrementar la productividad y calidad del rodeo. Bibliografía Acuña, Carlos. Manejo de toros, en Cría Vacuna Eficiente, Ed. La Nación, 2004, pp Benitez Cruz, Gustavo. Engorde de vacas viejas, en Rev. de los CREA Nº 289, año XXXVI, Bs. As., Ed. AACREA, noviembre de 2004, pp Marcantonio, Sergio. Las señales de la boca, en Super Campo Nº 126, año XI, Bs. As., Ed. Perfil, marzo de 2005, pp El Dr. Sergio A. Marcantonio es docente del Area de Teriogeneología de la Facultad de Cs. Veterinarias - UBA y de Bovinos de Carne de la Facultad de Cs. Agrarias de la UCA. Su dirección electrónica es revistataurus@fibertel.com.ar 142

144 Manejo del rodeo de cría en situaciones de emergencia climática 1 Sequías e inundaciones: algunos aspectos en común En todas las zonas de explotación de cría bovina se producen periódicamente sequías y, en forma más esporádica en las zonas bajas, inundaciones de variable intensidad. No obstante ser las sequías e inundaciones fenómenos contrapuestos, las normas a tener en cuenta en el manejo del rodeo, tienen algunos aspectos en común, ya que ambas básicamente afectan a la disponibilidad de recursos forrajeros, y por lo tanto a la alimentación de los animales. Pero hay que dejar en claro que, antes de seguir avanzando con las semejanzas, en el caso de la sequía están disponibles los potreros, y aún cuando solamente queden rastrojos, pajonales, chalares, etc. siempre el animal puede comer algo, aunque sólo sea para volumen (tratar de llenarse la panza ). En cambio, en la situación de emergencia por inundación, la disponibilidad de campo se ve seriamente comprometida, pues aunque se produzca el retiro de las aguas en un plazo breve, los potreros, por un lapso más o menos prolongado, quedan encharcados, faltos de piso, por lo que es preciso recurrir a un potrero más alto o a una loma cortada, para concentrar la hacienda, evitando un excesivo pisoteo en 1 Revisado y corregido parcialmente por el Ing. Agr. Jorge Carrillo, M. Sc. 143

145 el resto del campo y con él la destrucción del tapiz vegetal. Eso sí, los potreros elegidos para realizar la concentración pueden quedar literalmente destruidos. Generalmente a lo que hay que dar prioridad es a la alimentación de la hacienda, ya que estos fenómenos climáticos de inundación o sequía, agravados muchas veces por el frío intenso en invierno, provocan la desaparición rápida de los recursos forrajeros, de por si limitados naturalmente por la estación. Por otra parte, si la sequía ha provocado daños en los forrajes, por más que lloviera, el efecto inmediato del agua sería de poco valor para el forraje, porque la duración del día y la temperatura invernal, no son los adecuados para su rápida reacción y rebrote. Si bien cada situación particular merece un estudio especial, se pueden enumerar ciertas pautas generales para atenuar la situación. Estas pautas abarcan la alimentación, la sanidad y el manejo en general de los animales. La falta de alimento, primer problema a enfrentar, sólo admite tres caminos de solución: o se lleva el alimento (forraje u otra alternativa) a los animales al lugar donde están, o se llevan los animales allí donde existan forrajes, o se venden. No obstante, esta elección que parece tan simple, en realidad no lo es. Las sequías y las inundaciones son zonales, o sea que, dentro de una determinada área, las condiciones de baja disponibilidad de forraje son similares, y si hay alguien que por previsor o por no contar con mucha hacienda, dispone de algún o algunos potreros empastados, lo más probable es que lo reserve para sus rodeos o aproveche la circunstancia exagerando el valor de un eventual alquiler para pastoreo. Queda el recurso de buscar en otras zonas que no hayan sido afectadas por estas contingencias climáticas y en las que se podrían conseguir pastoreos en condiciones razonables, pero ello supone movimientos de hacienda a largas distancias con el consiguiente gasto en fletes, generalmente muy costosos, a la vez que se originan inconvenientes como los resultantes de mover vacas muy adelantadas en la preñez, o con cría chica, con su secuela de abortos, terneros aguachados e incluso animales caídos en los camiones, si se espera a último momento viajando con vacunos ya muy débiles Los problemas ante sequías o inundaciones pueden disminuir en su magnitud con un manejo racional del rodeo, con normas sobre la planificación de las distintas etapas de producción - como servicio, parición y destete, manejo de los recursos forrajeros y sanitarios - y que éstas tengan momentos de realización prefijados en el año (cronograma de tareas). Estas normas de manejo provienen más de un conjunto de decisiones o posturas, que de una gravosa inversión o de aumento de costos. Cuando ocurren inundaciones, dependiendo de su importancia, la hacienda o parte de ella, deberá retirarse seguramente del campo, salvo que el predio tenga lomas con piso firme donde se puedan poner a los animales transitoriamente. En cambio durante las épocas de sequía, es factible permanecer con la hacienda en él, siempre y cuando se la provea del alimento básico indispensable. No obstante, para mantener la hacienda o parte de ella convendrá: 144

146 1. Adecuar la carga animal. 2. Adecuar el manejo del rodeo. 3. Adecuar el manejo de los recursos forrajeros a la nueva situación creada, (Carrillo, J., 1997). Adecuar la carga animal Consiste en recalcular la receptividad total del establecimiento en la nueva situación y admitir que será necesaria una reducción de la carga animal, con relación a años anteriores. El primer paso es la venta de las vacas vacías al tacto, vacas viejas ( sin dientes ), enfermas (con problemas de locomoción, ojos queratoconjuntivitis avanzadas, tumores, etc.-, paperas, malformaciones de ubres, positivas a brucelosis y/o tuberculosis) y secas (sin cría al pie) que no se quieran dejar para cría, por características fenotípicas. Otros animales destinados a la venta son los toros viejos, los enfermos (con problemas de locomoción, sobre todo rengos o con malformaciones en las pezuñas del tren posterior, de ojos, los paperudos y los positivos a brucelosis y a enfermedades reproductivas) o los que se desechan por baja capacidad de servicio. También las vaquillonas que se supone no se van a poder entorar, ya que no alcanzarán el peso mínimo para entrar en servicio o porque exceden en número a la reposición necesaria o porque no se adaptan al criterio de selección (tipo de animal) que requiere la empresa, deben ser vendidas. Los terneros de destete o de recría que no se puedan mantener en el campo con suplementación o con un pastoreo diferencial o no se puedan encerrar en un corral de mantenimiento es otra categoría a salir del establecimiento. Si existen novillos próximos a terminación, habrá que decidir si vale la pena agregar los últimos kilogramos con grano o venderlos. Todo animal gordo (salvo vacas con cría al pie o con preñez muy avanzada) debe ser vendido. Esta, quizás sea una de las primeras medidas a tomar para reducir la carga animal. Es especialmente importante si se tiene en cuenta que la venta permite contar con recursos líquidos para comprar insumos, trasladar la hacienda, pagar pastajes, arrendar un campo en otra zona o para reponer los animales en cuanto pase la contingencia, mientras que dejar esas cabezas en el campo crea un problema financiero (Carrillo, J., 1997). Si se decide la permanencia de los animales restantes en el campo y la situación se agrava, se puede lograr un aumento de la receptividad, suplementando con distintos alimentos. Los alimentos por utilizar en una situación de crisis forrajera pueden dividirse en tres rubros: voluminosos, granos y subproductos. Su utilización y combinación 145

147 dependerá de cuál sea el objetivo por lograr (mantenimiento o, en algunos casos muy especiales, terminación). Los voluminosos pueden subdividirse en rollos, silos de pasturas y silos de maíz y/o sorgo. En épocas de escasez de forraje, el rollo pude ser elaborado con paja de trigo, de avena o de cebada, incluso también con rastrojos de maíz o de soja, que son recursos cuya función más importante es estimular la rumia y, como consecuencia de ello, generar salivación para lograr un rumen sano y capaz de incorporar diversos alimentos sin inconvenientes. Otros rollos aportan proteínas. Incluso, si son elaborados con leguminosas que se encuentran en un estado aceptable, pueden llegar a ofrecer cierto nivel de minerales (tal es el caso de los rollos de alfalfa o de pradera mezcla). En lo que respecta a los granos, pueden emplearse avena, maíz, sorgo, cebada y a partir de febrero de cada año, también semilla de algodón en las zonas de producción o cercanas a ellas. Esta última es la que posee la mayor cantidad de energía y proteína, y además cuenta con niveles elevados de fibra, lo que la hace especialmente recomendable en casos de crisis forrajeras (ver cuadro 1) Cuadro o 1: 1 : Granos, valores comparados de proteína y energía. Proteína Energía Maíz Baja (7-10%) Alta Sorgo Baja (7-10%) Media Cebada Baja (7-10%) Media Semilla de algodón Alta (18-22%) Alta Fuente: Ledesma Arocena, M., La cáscara de algodón también es un buen recurso para una situación de falta de forraje. Tiene el inconveniente del flete caro para la Pampa Húmeda por tratarse de un material voluminoso, pero es un material fibroso y con buen aporte de energía que puede consumirse a un costo razonable en planteos ganaderos de Formosa, Chaco, Corrientes y Santiago del Estero. Entre los subproductos que pueden emplearse se encuentran el afrechillo, el rebacillo de avena, el pellet de citrus, el pellet de malta, la burlanda de sorgo, el gluten feed, el pellet de girasol y el pellet de soja (ver cuadro 2). En el caso del pellet del girasol, en el mercado se consigue uno denominado Profaf, que cuenta con niveles más altos de grasa y proteína (37-39%) y por ende es más caro. En los pellets de soja, el nivel de proteína también puede variar mucho (entre el 42 y el 48%). Entre otros subproductos alternativos, pueden mencionarse el gluten meal (48-55% de proteína), el rebacillo de maíz (12-13% de proteína con alto aporte de energía) y la harina de plumas (más del 60% de proteína con baja energía). Otra 146

148 Cuadro o 2: 2 : Subproductos, valores comparados de proteína y energía. Proteína Energía Afrechillo Media (15-20%) Media Rebacillo de avena Baja (4-5%) Baja Pellet de citrus Baja (4-5%) Media Pellet de malta Alta (25-27%) Media Burlanda de sorgo Alta (22-25%) Alta Gluten feed Alta (22-25%) Alta Pellet de girasol Alta (29-37%) Baja/Media Pellet de soja Alta (42-48%) Alta Fuente: Adaptado de Ledesma Arocena, M., posibilidad es la cáscara de soja, que tiene un 10-12% de proteína y un nivel de energía un poco más bajo que el del afrechillo. Composición de la dieta Los terneros deben consumir entre un 3 y un 3,3% de su peso vivo en materia seca. Estos valores deben ser de entre un 2,5 y un 2,7% del peso vivo en un vacuno adulto, pero muchas veces con dichos porcentajes pueden observarse ganancias de peso. No hay que olvidarse que en situaciones de emergencia crítica sólo hay que tratar de salvar a los animales, por tal motivo ante la observación de un aumento importante de peso y no tener la seguridad de cuándo se normalizará la situación, se debe bajar el nivel de suplementación. En términos generales, un animal adulto puede ser mantenido con la provisión de un 1-1,5% de su peso vivo con una mezcla de 40% de rollo y un 60% de grano (en caso de que el bovino no tenga otro recurso para consumir). Estas cantidades pueden variar, incluso ser menores, dependiendo del estado de la hacienda y de la disponibilidad de forraje en los potreros. La materia seca total de una dieta para vacunos debe estar integrada por tres componentes: voluminosos, extendedores (subproductos) y grano. En el caso de un ternero, si se ofrece una dieta integrada con estos tres elementos, la composición de los voluminosos puede llegar a mínimos del 7-10% del requerido diario del 3-3,3% del peso vivo. Pero si los componentes voluminosos se ofrecen por separado del conjunto de la dieta, en ese caso deben alcanzar del 15 al 20% diario del total del 3-3,3% del peso vivo. 147

149 Esto es así porque una cosa es ofrecer un alimento único y mezclado adecuadamente, y otra distinta es que los animales coman rollo por un lado y granos por otro, porque en este último caso habrá, por ejemplo, animales que coman mucho rollo y tengan el rumen sano pero sin evolucionar, y otros que presenten el rumen desmejorado por alimentarse con mucho grano pero sin el aporte necesario de fibra. Los extendedores, por su parte, deberían integrar entre el 25 y el 35% de la dieta. Los granos representarían entre el 45 y el 55% del total restante. En el caso de una vaca, preñada o vacía, no puede suministrársele menos del 20 al 30% de voluminosos, un 35 a un 45% de extendedores y granos en un 25 a un 35% del total de la ración. Pero si el objetivo es una vaca rechazo, a la que se la quiere cambiar de categoría y venderla gorda ya que se encuentra empulpada y se la pretende terminar en días, deberá reducirse el nivel del extendedor y aumentar la cantidad de grano. Respecto al suministro de minerales, en el caso de los terneros, la dieta debe incluir un suplemento mineral que represente aproximadamente un 3% del total requerido del 3-3,3% del peso vivo. El mismo debe aportar calcio, potasio, magnesio, cloruro de sodio, cobre, zinc, selenio, yodo, cobalto y manganeso. Además se recomienda agregar entre 1,5 y 2 gramos diarios de monensina dentro de ese 3%. Si los terneros no tienen acceso a pasto, el suplemento mineral debe cubrir el 100% de los requerimientos minerales. En animales adultos, el suplemento mineral debería representar aproximadamente el 1,5% del total requerido del 2,5-2,7% del peso vivo, pero el nivel ofrecido de monensina tendría que ser de 2 a 2,5 g/animal/d (incorporados dentro del suplemento). También se deben ofrecer sales con minerales, dado que su carencia puede llevar a problemas de pica (gusto alterado), donde el animal roe huesos de epidemias u otros elementos, con la posibilidad de contagiarse enfermedades como el carbunclo. Un punto a tener en cuenta es que el animal no produce vitamina A, la que se encuentra en los pastos verdes. Los pastos secos no la contienen. La vitamina A, necesaria para la reproducción, se acumula en el hígado; pero debe ser repuesta dentro de los 15 a 30 días; por tal motivo si no hay forrajes verdes - debe ser suministrada por vía inyectable. Etapas La incorporación de una dieta debe ser llevada a cabo en tres etapas, en condiciones normales. Ahora bien, ante situaciones de emergencia, puede que no sea posible. Aún así es importante no realizar cambios bruscos en la alimentación. 148

150 La primera etapa es la adaptación, que requiere entre 14 y 21 días. Es necesario empezar por ofrecer cantidades mínimas y aumentarlas progresivamente cada 48 a 96 horas, hasta llegar al objetivo. Para empezar, puede ofrecerse el 20% de la dieta y cubrir el 50% restante con el material voluminoso, para después ir incorporando el extendedor hasta llegar finalmente al agregado del grano. Esto debe hacerse gradualmente. Para una buena adaptación es importante el correcto diseño de la superficie del comedero, además de la cantidad de litros de agua disponible (especialmente en verano), ya que por lo menos los animales necesitan el 15% del peso vivo en agua y con altas temperaturas ese porcentaje es aun mayor. Otro aspecto fundamental es la colocación de los comederos en lugares altos en los que corra el aire. A veces es preferible colocarlos donde no hay sombra, pero los animales deben estar en lugares con buenas corrientes de aire porque, de lo contrario, la presión de los insectos deprime el consumo. La segunda etapa es la de la nivelación (que se extiende del día 22 al 28 en caso de que la adaptación haya requerido 21 días). La última etapa depende de cuál sea el objetivo final por lograr: supervivencia de los animales o la terminación de algún lote que convenga engordar. En la recría y el mantenimiento, los niveles de fibra ofrecida deben aumentar, al tiempo que debe bajar la concentración de grano, con niveles de subproductos y fibra del orden del 50% y grano por el 50% restante. En los planteos de terminación el aporte del grano en la dieta deberá ser superior. Cuando al ganado se le suministra grano u otros concentrados o subproductos, no conviene desparramar el alimento directamente sobre el suelo, debido a las pérdidas que se ocasionan por pisoteo, bosteo, orín o por las dificultades que se les presentan a los animales para aprehenderlos. Existen diversos tipos de comederos para granos que pueden adquirirse en comercios o pueden construirse en el mismo establecimiento, con elementos que se encuentran comúnmente. Por ejemplo, pueden utilizarse como comederos cuerpos de bebidas y tambores de 200 litros que se cortan al medio en sentido longitudinal a los que se les agregan patas. También se pueden realizar con cubiertas de tractor cortadas. Algunos de estos comederos tienen la ventaja adicional de que se pueden trasladar por el campo sobre patines, evitando de esta manera, la zona de pisoteo y barro y la acumulación de fertilidad por heces y orina sólo en un lugar de los potreros. Adecuar el manejo del rodeo Se tiene que clasificar y separar el rodeo por categorías. Un primer paso básico sería clasificar las vacas de cría, separando las que se ven más sufridas, las de preñez adelantada y las recién paridas para ofrecerles alimentación diferencial. 149

151 Esta puede estar constituida por rollo y grano de maíz, entre otras alternativas. Habría que suministrar alrededor de 8 kg totales por día y por vientre para cubrir los requerimientos de mantenimiento y de a poco lograr su recuperación. Si se dispone de grano de maíz solamente, habría que suministrar alrededor de tres a cuatro kg por día y por vientre. En aquellas vacas que presentan una mala condición corporal se podrá recurrir al destete precoz o al superprecoz, para mantener aceptables niveles de fertilidad. Esto incrementa el trabajo, los costos de producción y los riesgos para los terneros, pero favorece la fertilidad. Para la implementación de la técnica de destete superprecoz es muy importante que los terneros no tengan menos de 25 días de vida, ni pesen menos de 40 kg. En un corral se les suministrará un alimento extrusado con alta concentración de proteína (25%) que posibilita el desarrollo temprano del rumen. Las experiencias llevadas a cabo por la EEA INTA Concepción del Uruguay en grandes rodeos en situaciones de carencia de forrajes por sequías, empleando Ruter, producto desarrollado por la División Nutrición Animal de ACA, tuvieron resultados satisfactorios. La técnica de destete precoz, también fue ideada y desarrollada por la EEA INTA Concepción del Uruguay, y hoy es una de las tecnologías que ha tenido gran aceptación por parte de los ganaderos. Se parte de terneros con 60 días de vida y 70 kg de peso como mínimo. A los que se les suministra a corral, un alimento iniciador para terneros con un 18% de proteína. Como la escasez de forraje, generalmente, impide alimentar bien a todas las categorías restantes de animales que quedan en el predio, se puede establecer la siguiente diferenciación: a) Novillos próximos a la terminación minación. Estos animales son los que consumen más pasto y sobre los que se deberían hacer los máximos esfuerzos para acortar su estadía en el campo. Si la empresa no vende novillos para exportación, la opción más sencilla es encerrarlos en un corral para alimentarlos con alimento balanceado o con una ración formulada en el campo, hasta alcanzar el peso de faena. Si el campo tiene como objetivo producir animales para exportación - lo que no permite el confinamiento, pero sí la alimentación pastoril con suplementación con grano - los animales podrían pastorear, por horas, el mejor recurso forrajero del establecimiento y complementar la dieta con maíz. b) Novillitos de peso intermedio medio. Estos animales, si no se decidió su venta, pueden consumir recursos forrajeros de inferior calidad y recibir una suplementación de mantenimiento con rollo o algún concentrado. c) Ter erner neros os destetados o de recría ecría. Si no se quieren vender, esta categoría se debe cuidar para no comprometer la productividad del campo cuando se normalice la situación. Pueden recibir buenas praderas por horas y grano a razón del 1,3-1,5% del peso vivo para que no se afecte su desarrollo. 150

152 Se deben organizar pastoreos por hora sobre los recursos forrajeros existentes, tanto pasturas, como verdeos, campos naturales o rastrojos. En el caso de inundaciones hay que permitir que los animales permanezcan en los lugares más altos, para pastorear o dormir, o donde menos daño causen por pisoteo. En la Provincia de Formosa, las inundaciones pueden durar largos períodos. Si los animales pueden descansar en un lugar seco, sobreviven comiendo las plantas que asoman de la superficie del agua (profundidades de 20/30 cm). Si no tuvieran ese lugar seco donde pernoctar los animales morirían, pues si están varios días en el agua, se les desprende la piel (cuero) de las patas. Por ello, en campos con alta probabilidad de inundación es aconsejable hacer terraplenes en los potreros. Además de mejorar la alimentación, en condiciones de estrés del rodeo, hay que reforzar la sanidad y cumplir con todas las vacunaciones de rutina y no olvidar las desparasitaciones. Se debe prestar mucha atención a los insectos chupadores (mosquitos, tábanos, mosca de los cuernos, etc.), cuya incidencia puede llegar a restar hasta 150 gramos diarios de ganancia de peso por vacuno. Adecuar el manejo de los recursos forrajeros Este aspecto está estrechamente vinculado a los dos anteriores, ya sea por la disminución de la carga (venta de animales), por el aumento de la receptividad debido a la suplementación y la adecuación del manejo del rodeo, al organizar los pastoreos por horas o en franjas empleando alambrado eléctrico (teniendo cuidado de no compactar en demasía al suelo), etc. En caso de tener que sobrepastorear potreros, conviene que sea campo natural ya que tiene más piso, o rastrojos que luego se van a sembrar en convencional, cuidando de sobremanera las pasturas de producción otoño-inverno-primaveral, que serán las que más rápidamente reaccionarán ante una mejora de las condiciones ambientales. Es importante recorrer los potreros, previa la entrada de los animales y luego de su ingreso, tratando de detectar plantas que puedan producir daños e incluso la muerte de animales por intoxicación. Estas son plantas que normalmente el vacuno no consume, pero ante situaciones de extrema necesidad puede llegar a hacerlo. También pueden resultar afectados con cierta frecuencia, animales jóvenes que proceden de zonas donde esas plantas no existen y al no conocerlas las ingieren. Un encierre prolongado puede aumentar la voracidad de los animales y al soltarlos, y no encontrar disponibilidad de forraje adecuada, pueden consumir estas plantas tóxicas. Las heladas pueden cambiar las características organolépticas de estas plantas y también al no reconocerlas por el olfato, pueden comerlas. Algunos ejemplos: yuyo colorado (Amaranthus sp.), cardo asnal (Sylibum marianum), cicuta (Conium maculatum), flor amarilla (Senecio burchelli), sunchillo 151

153 o yuyo sapo (Wedellia glauca), sorgo de alepo (Sorghum halepense), romerillo o mio-mio (Baccharis coridifolia), duraznillo negro (Cestrum parquii) y duraznillo blanco (Solanum glaucophyllum). Manejo del rodeo de cría durante una sequía La posibilidad de sequía aparece anualmente en algunas zonas con mayor frecuencia que en otras, y ante la imposibilidad de prever su intensidad y duración, se debe contar siempre con el conocimiento del mejor manejo de los pastizales y las pasturas, de la carga animal, de los animales y de las reservas forrajeras para tal contingencia. La primera medida que se debe tomar en caso de sequía, es realizar un correcto balance forrajero, analizando las cantidades y calidades de forraje disponible. Además, se debe planificar el consumo de cada categoría que quedará en el establecimiento. Para esto hay que evaluar cuánto alimento se tiene o se puede comprar, y cuánto se necesita. Esto último basado en el número de animales en existencia, y sus requerimientos actuales y futuros. En las manifestaciones de la sequía intervienen, además de la falta de agua, una serie de factores: el tipo de suelo y manejo previo y la presencia o no de broza (o mulch). Todo tiene gran influencia en el germinado de semillas y emergencia de plántulas. El sobrepastoreo produce compactación superficial del suelo. La falta 152

154 de broza que retenga agua en los potreros y el exceso de labores que altera la estructura de los suelos por la reducción del número de poros, dificultan la posterior penetración del agua de lluvia, con el consiguiente menor aprovechamiento. Es por eso que se aconseja, aunque no se ignora la dificultad, sobre todo en épocas de sequía, dejar un remanente en las pasturas o pastizales, con el fin de evitar la presencia de suelo desnudo que favorece la evaporación. Esta provoca un secado mayor en las capas superiores del suelo, situación que empeora si se produce erosión eólica o hídrica. Con la sequía, los pastizales y las pasturas disminuyen o detienen su crecimiento y, en casos extremos, mueren. De tal manera, se altera su composición botánica y se reduce la cubierta vegetal. Así es posible que aparezcan zonas de suelo desnudo que en el futuro se cubrirán con plantas de mayor resistencia a las sequías, pero de menor valor forrajero. El estado de plántula es el más sensible a la falta de humedad. En el caso de los verdeos se pueden perder más fácilmente o no rebrotar tras el primer pastoreo, mientras que las pasturas recién implantadas se pueden perder durante el primer año de crecimiento. Otro aspecto no muy tenido en cuenta es que, cuando el pasto está corto como consecuencia del sobrepastoreo en épocas de sequía, los parásitos gastrointestinales pueden no ser problema, pero en cuanto comienza a llover y las pasturas están cortas, se produce una eclosión parasitaria que afecta sobre todo a los terneros. Continuando con el aspecto sanitario, durante sequías prolongadas - que obligan al ganado a sobrepastorear tanto campos naturales como pasturas - la incidencia de enfermedades como carbunclo, mancha, gangrena gaseosa y enterotoxemia se incrementa notoriamente En aquellas zonas donde existe una época seca en una parte del año, la siembra de pasturas resistentes a la sequía y su uso como reservas forrajeras en pie, pueden ser parte de la solución. Con ese fin, por ejemplo, se ha introducido el pasto llorón, el sorgo negro, la grama Rhodes o el Panicum maximum. Carga animal Teniendo en cuenta la interacción animal-pastura, hay que observar la carga animal que está soportando el campo, en relación con el tipo de manejo del pastoreo que se está haciendo. Conviene hacer un pastoreo moderado, dejando un remanente de la pastura en el campo. Ello se consigue por medio de la disminución de la carga, del uso de reservas forrajeras y de un correcto manejo del pastoreo. Durante la sequía, el animal que no recibe ración pierde peso a medida que la alimentación disponible disminuye en cantidad y calidad. Esto sucede también en potreros 153

155 grandes o donde se abren las tranqueras para que busque su comida, ya que el vacuno aumentará el gasto de energía al recorrer mayores distancias que lo habitual. Por otro lado, se incrementan las posibilidades de que coman plantas tóxicas y, por ende, aumente la mortandad. La pérdida de peso lleva a un debilitamiento del bovino y, si es extrema, puede conducirlo a la muerte cuando ésta alcanza a más del 40% del peso. Los bovinos que más sufren las consecuencias son las vaquillonas y las vacas preñadas y/o con crías al pie que, en caso de sobrevivir, mostrarán un celo muy atrasado. Este puede aparecer hasta 140 días más tarde, lo que explica por qué algunos animales paren cada dos años en zonas de sequías invernales habituales, sin reservas alimenticias. El manejo del rodeo durante época de sequía requiere una reducción del estrés, sobre todo si ocurre en el verano. Algunas de las medidas a tomar son: Cercar las zonas que, con agua, se vuelven pantanosas, ya que ayuda a evitar el riesgo de que las vacas más débiles se empantanen y mueran antes de que puedan ser sacadas por arrastre. Por otro lado se minimizan los riesgos de salud del animal al reducir los accesos a zonas de aguas estancadas. Hay que permitir que el ganado tenga acceso a lugares con sombra. 154

156 Recursos (verdeos, pasturas) y reservas forrajeras (henos y silajes) como medidas para paliar la sequía. Una medida a tomar es aumentar la superficie de verdeos de invierno e incorporarles toda la tecnología disponible, a pesar de los altos costos. En algunos campos en los que no es posible implantar las avenas temprano en forma convencional por falta de humedad, se deben sembrar en directa. El objetivo es tener el verdeo en condiciones de ser pastoreado de manera anticipada. El uso del diferido de pasturas (gramíneas tropicales) en el norte argentino es una alternativa para superar los déficit forrajeros producidos por sequías invernales. Esta técnica, también, es de uso habitual desde hace 40 años en la Reserva 6 del INTA Balcarce en el manejo del rodeo de cría y se realiza con gramíneas templadas y alguna leguminosa como el trébol blanco, para alimentar a las vacas en invierno. Qué es un diferido? Es una pastura que no se pastorea en otoño y se le permite completar su ciclo, con la finalidad de transferir dicho recurso forrajero en pie para ser utilizado en el invierno y, a veces, parte de la primavera. Es una forma de transferir forraje del período de gran producción al período de escasez de alimento. La decisión de diferir en el tiempo el uso de una forrajera, se asocia a la transferencia de cantidad de materia seca, ya que la calidad es baja. Para obtener un buen diferido, las pasturas deben conservar parte de su calidad y palatabilidad. Dentro de las especies tropicales más difundidas, Brachiaria spp., es la menos indicada para ser utilizada como forraje diferido, por ser altamente sensible a las heladas, perder gran parte de su calidad y por su muy baja palatabilidad en este estado. Una de las pasturas de mejor adaptación al uso como diferido es grama Rhodes, especie más tolerante al frío (con lo que conserva por más tiempo parte del forraje verde), buena palatabilidad y facilidad de consumo (cañas blandas y delgadas). Especies de Panicum spp. presentan comportamientos intermedios entre ambas pasturas. Aún así, dentro de las distintas especies se presentan diferencias considerables de calidad. Por ejemplo, una Brachiaria diferida tendrá un 3,5% de proteína y grama Rhodes un 5,5%. La digestibilidad rondará en valores inferiores al 40% para Brachiaria y 45% para grama Rhodes, presentando los Panicum spp., para ambos casos, comportamientos intermedios. En cuanto a las especies templadas, se pueden diferir tanto agropiro, como festuca, raigrás o pasto ovillo con muy buenos resultados pues conservan gran parte de su calidad original. Los cereales de verano que se difieren secos en pie (generalmente sorgo y maíz), para el invierno en la Región Pampeana, ayudan a paliar la situación, pero son pobres en proteína y tienen una baja digestibilidad. 155

157 Se aconseja no pastorearlos en forma directa, debido al desperdicio que realizan los animales: plantas que se quiebran y se pisan, lugares donde duermen o rumian echados, depositan estiércol y orina. Por ello lo indicado es el uso de la corta-picadora, pudiéndose así suministrar el producto cosechado en forma diaria y medida, siempre que las condiciones del suelo permitan el uso de maquinarias y que resulte económico. En caso de tener suficiente forraje pasado, también se puede pensar en el agregado de urea, como nitrógeno no proteico, para que los animales puedan sintetizar proteínas, además de aumentar el consumo voluntario. Hay que tener presente que la urea es tóxica - en ciertas cantidades - y su consumo debe limitarse a lo aconsejado y bajo el estricto control de un profesional que determine las cantidades diarias a suministrar y la forma de llevarlo a cabo. En todos los establecimientos deberían existir reservas forrajeras: henos para consumo anual o bianual y silajes (de pradera, sorgo o maíz) para emergencias extremas. Los silos de forraje pueden durar sin perder la calidad muchos años, a condición de mantenerlos herméticos y libres de malezas y cuevas de animales. Los rollos empleados en establecimientos de cría no deben ser necesariamente de calidad similar a los utilizados para la invernada, pueden tener menor digestibilidad y deben ser suministrados en porta rollos en corrales próximos al agua, con el fin de hacerles ahorrar energía a los animales. De menor calidad, pero también útiles si son empleados con precaución, son los rollos de rastrojo de soja. El INTA Balcarce analizó una serie de muestras de este material, que promediaron: 87,5% de materia seca (MS). 4,4% de proteína bruta (PB). 73,5% de fibra detergente neutro (FDN). 1,37 Mcal/kg de MS de aporte energético. Estos valores son pobres en PB y aporte energético, pero excesivamente altos en FDN comparados con rollos de pastura o moha. En consecuencia, los rollos de rastrojo de soja no son aptos para ser usados como único alimento. Pueden utilizarse con muchas precauciones en baja proporción de la ración, complementados con fuentes de proteína y energía, como por ejemplo expeller de girasol y grano de maíz. Es importante diversificar la siembra de cultivos para silo, y sembrar sorgo forrajero además de maíz. El primero tiene como ventajas el menor costo de implantación, mayor tolerancia a la sequía y mayor producción de materia verde que el maíz, además de dos o tres rebrotes según clima y zona, en pastoreo directo o en corte mecánico. La incorporación en los distintos planteos de sorgo granífero como cultivo doble propósito, para ser utilizado como grano o silo, es un recurso interesante, so- 156

158 bre todo en aquellas zonas donde el maíz presenta dificultades para su cultivo exitoso. La suplementación con pequeñas cantidades de granos de sorgo molido por cabeza y por día puede llegar a satisfacer los requerimientos de mantenimiento de la hacienda. Como medida adicional siempre es conveniente la protección del frío, y sobre todo el viento, por medio de cortinas de árboles, a fin de disminuir el gasto energético por parte de los animales. Manejo del rodeo de cría durante una inundación Aquí puede ocurrir que el sacar los animales a pastoreo o capitalización sea la única alternativa posible. En más de una oportunidad debe hacerse con cierta premura para no arriesgarse a perder un alto número de cabezas, tal como puede suceder si se trata de vacas con cría al pie. Lógicamente, si se cuenta con un potrero alto, loma cortada o un albardón, tiene vigencia la retención de animales en el establecimiento. Ante esa posibilidad, la conservación de la totalidad o parte del ganado dependerá de la intensidad del fenómeno y del estado de la superficie no inundable que haya en el predio. En el caso de los suelos destinados a ganadería, habrá que programar las cargas en función del estado de la cobertura vegetal y de la humedad del suelo, para evitar pisoteos que agraven la situación. 157

159 Si se observa alta mortandad de plantas y aparición de especies hidrófilas, se debe clausurar el lote y, en casos de parcelas de alta calidad forrajera, fertilizar a dosis bajas y dirigidas a los mejores desarrollos de pastizales naturales con nitrógeno y fósforo. En terrenos muy deteriorados, se aconseja implantar pasturas cultivadas de especies adaptadas a excesos de agua y realizar, al menos a nivel de potreros, alguna obra sencilla de conducción de excesos hídricos. En lo que tiene que ver específicamente con el manejo de rodeos en campos anegados, lo primero que se recomienda es cuantificar la superficie utilizable, partiendo de la base que en un potrero bien empastado se calculan dos vacas/ha, en uno regular entre 1 y 1,5 vacas y en uno pobre de 0,5 a 1. Asimismo se debe calcular la cantidad de forraje disponible para eventuales suplementaciones y hacer una clasificación del rodeo. Una vez realizado el cálculo de superficie utilizable, reservas y animales, se estará en condiciones de decidir con qué categorías se pasará la catástrofe y cuáles se destinarán a la venta, salida a pastaje, capitalización o contratación de servicio de engorde a corral. Se debe tender a preservar los vientres y entre ellos, los que cuenten con mejores posibilidades de mantenerse o volver a la producción en el menor plazo posible. Una de las herramientas prioritarias en campos de cría para ordenar el rodeo es el tacto rectal. El tacto permite clasificar los vientres en preñados (que pueden estar con cría al pie o secos) y en vacíos (que pueden estar con cría al pie o secos). Manejo sanitario Las situaciones de emergencia o desastre naturales como las inundaciones, originan numerosas pérdidas económicas en las explotaciones pecuarias, y sus consecuencias perduran durante mucho tiempo. El deterioro sanitario de los rodeos está entre los perjuicios que comienzan a apreciarse a mediano o largo plazo. Cuando ocurren estos fenómenos hay tendencia a concentrar animales, reunirlos en zonas altas o seguras para evitar su muerte y luego organizar su traslado a otros campos o establecimientos donde se continuará con la actividad. Estas concentraciones aumentan el contacto entre animales de diferentes establecimientos y, por consiguiente, los riesgos de presentación de brotes epidémicos de enfermedades. Aspectos sanitarios El aumento obligado de la carga animal en condiciones de inundación con temperaturas moderadas de primavera, tiene repercusiones sanitarias adversas 158

160 que son imprescindibles de considerar. En general la crítica situación climática y alimenticia repercutirá en la respuesta inmune de los animales. Pueden afectarse también los aspectos hormonales, con retrasos en el ciclo estral de las hembras. La experiencia de inundaciones anteriores en la zona de cría indica un aumento notable de ciertas enfermedades que se enumeran a continuación: a) Parasitosis externas e internas, por nematodos o coccidiosis. b) Enfermedades carenciales, mayor ocurrencia de muertes por hipomagnesemia. c) Enfermedades ocasionadas por el consumo de sustancias o plantas tóxicas que normalmente el animal no consume. Las micotoxinas producidas por algunos hongos en el alimento para suplementación (granos o forraje húmedo) o en los pastos, también son causa de intoxicación. d) Enfermedades infecciosas como diarrea neonatal en terneros, colibacilosis y leptospirosis. Además, es esperable un aumento de las afecciones respiratorias de origen vírico o bacteriano, neumonías y pietín. e) Enfermedades clostridiales: gangrena gaseosa, enterotoxemia, hemoglobinuria, hepatitis infecciosa necrosante, tétanos y carbunclo. f) Enfermedades venéreas: trichomoniasis y campylobacteriosis genital bovina, es de esperar una mayor implicancia en los establecimientos donde no se realiza control de toros. g) Otras enfermedades. Normas preventivas: a) El aumento de la carga instantánea, forzada por las inundaciones, trae aparejada la mayor oferta de larvas parasitarias por unidad de superficie. En animales jóvenes retrasará la evolución del peso corporal, aumentará el consumo de larvas, que entrarán en inhibición, por ejemplo Ostertagia spp. y también se retrasarán los servicios. Considerar muy seriamente el tratamiento de las vaquillonas de primer parto. Si son vacas adultas, pero en mal estado, el antiparasitario las ayudará a recuperarse más rápidamente. Es recomendable el tratamiento con endectocidas de calidad, por su larga acción y alta eficacia en larvas inhibidas. Un tipo de parásito que desarrolla en estas condiciones es el Paramphistomum spp. Produce una gastroenteritis parasitaria aguda que cursa con alta morbilidad y mortalidad. Su control responde a tratamiento en base a antiparasitarios (closantel al 10% a razón de 1cc/10 kg de peso vivo) a todo el lote, dos dosis con 30 días de intervalo. Se esperan aumentos de casos de coccidiosis en terneros, ya que estaría muy favorecida por el hacinamiento y la coprofagia (consumo de materia fecal). Por ello se recomienda el uso de sulfas en tomas durante cuatro o cinco días, (hay inyectables también) y repetir luego de una semana otros tres días. En lo posible poner los animales más débiles y jóvenes en la parte más alta del campo. La monensina agregada a la ración tiene efecto de control contra el coccidio. Con respecto a las parasitosis externas como sarna y piojo, tienden a disminuir 159

161 entrada la primavera. La sarna se controla bien tratando con un endectocida (controla parásitos internos y externos). Para el caso de piojos además del endectocida (de buen control en piojos chupadores), para el adecuado control de piojos masticadores, se pueden emplear tratamientos pour on. Para el control de mosca de los cuernos, el empleo de pour-on o de caravanas insecticidas da un buen resultado. De cualquier manera no se deben implementar tratamientos hasta que las moscas sean más de doscientas por animal. b) La hipomagnesemia, cuya expresión patológica más severa es la tetania, tiene un índice de mortandad en vaca adulta del 4% en el SE de la Provincia de Buenos Aires. La hipomagnesemia es una enfermedad multifactorial y en el estudio de su etiología se deben tener en cuenta 4 factores: clima, suelo, planta y animal. Como prevención se debe considerar: Aporte diario de 50 g de oxido de magnesio (MgO) por animal adulto durante el período susceptible, que equivalen a 30 g de Mg conjuntamente con rollos, fardos, etc. También se han empleado melazas líquidas con MgO, siendo menos convenientes que suplementos secos, porque se aglomeran en condiciones de humedad, sin embargo aumentan la palatabilidad y aportan energía, lo que mejora la absorción de Mg. Uso de mezclas minerales o piedras para lamer que contengan MgO. Si se utilizan bateas o comederos para administrar las sales comerciales, distribuirlas de tal forma que todos los animales tengan acceso a ellas. Es importante aclarar que, los macroelementos, en particular el magnesio, deben siempre ser suministrados por vía oral para que tengan una acción preventiva. Los productos inyectables, aún los de acción prolongada, permanecen en circulación como máximo tres días, siendo eliminados por orina. Sólo pueden utilizarse para el tratamiento de animales con signos de hipomagnesemia y no se aconseja su uso con fines meramente preventivos. c) Las plantas tóxicas en condiciones normales no son consumidas por los animales, salvo raras excepciones. Sin embargo, ante situaciones límites como las descriptas en este capítulo, estas plantas se transforman en un recurso forrajero inesperado y por ende en una causa de muerte significativa. Los vegetales que contienen sustancias tóxicas manifiestan su acción en mayor porcentaje en ciertos estadios de su desarrollo y en distintas partes de su planta como por ejemplo el cotiledón en el abrojo grande; las semillas en el nabillo o mostacilla y en los lupinos o en las hojas como el duraznillo blanco. Al grado de toxicidad que presentan los vegetales se le debe sumar la resistencia que poseen los animales herbívoros a los venenos, que es variable según la especie, raza, edad, estado sanitario y cantidad ingerida. No deben descartarse las condiciones de suelo y clima que tienen mucha influencia, ya sea aumentando o disminuyendo la liberación de estas sustancias tóxicas. 160

162 Las sustancias contenidas en los vegetales pueden originar intoxicaciones desde leves a fatales o simplemente causar deficiencias. Se pueden clasificar basándose en su composición química o actividad enzimática como los alcaloides, glicóxidos, resinas, pigmentos fotosensibilizantes, fitotoxinas, ácido oxálico y sus sales, minerales y enzimas; y basándose en los trastornos y envenenamiento que originan y su actividad fisiológica, como los que afectan la coagulación de la sangre, provocan gastroenteritis, la muerte por asfixia, fotosensibilidad, daños en el sistema respiratorio, alucinaciones, trastornos nerviosos y locomotores, hepatotóxicas o afecciones cutáneas. En términos generales, las intoxicaciones por malezas son sobreagudas y agudas con una cabeza de la población afectada. Este núcleo suele durar unos pocos días y progresivamente se detiene la aparición de nuevos enfermos o muertos, en tanto se hace visible una cola de animales sobrevivientes cuyo pronóstico productivo es desfavorable. Esta es la dinámica accidental clásica, con morbilidad y mortalidad dependientes de las posibilidades de exposición, época del año, grado de ayuno, desconocimiento de la flora regional y especies involucradas. En general, la capacidad de recuperación de los animales afectados por intoxicaciones con malezas mediante tratamientos es reducida, salvo escasas excepciones. El efecto tóxico de algunas plantas se potencia en relación con el manejo posterior que se hace de los animales. La acción de ciertas plantas que producen fotosensibilidad, tiene mayor impacto negativo si los animales que las ingieren quedan expuestos luego a largas horas al sol, sin la posibilidad de contar con sombras naturales o artificiales. Estos vegetales, entre los que pueden mencionarse la cegadera (Heterophyllaea pustulata), la roseta (Tribulus terrestres), la morenita (Kochia scoparia) y la viznaga (Ammi visnaga), presentan agentes fotodinámicos que en las zonas de piel carente de pigmento, o poco pigmentadas, provocan en el animal una reacción de hipersensibilidad ante la acción de los rayos ultravioleta provenientes del sol. Afortunadamente, no se producen tantos casos de intoxicaciones como malezas tóxicas existen. Esto responde a una serie de motivos. En parte a que el ganado propio de una determinada región reconoce instintivamente aquellos vegetales nocivos y no los come (salvo casos de extrema hambruna, o cuando se introducen animales de otros lugares que no están familiarizados con las plantas nocivas de la zona). En otros casos, los animales no tienen más remedio que ingerir estos vegetales por quedar encerrados en corrales o potreros donde la única alimentación disponible es alguna planta tóxica. Las altas temperaturas o la acción de las tormentas pueden llevar a los animales a buscar reparo debajo de montes o entre matorrales donde muchas veces hay abundancia de alguna maleza tóxica. Esta es una causa frecuente de intoxicación por duraznillo negro (Cestrum parqui). En los animales la experiencia de los años es fundamental para la prevención de 161

163 intoxicaciones ya que contribuye al reconocimiento de las plantas tóxicas. Por esta razón son precisamente los animales más jóvenes, y no familiarizados con las hierbas tóxicas, los que con mayor frecuencia sufren problemas. Todos estos factores que participan en la aparición de un cuadro de intoxicación, conllevan a que el consumo de plantas tóxicas por parte del ganado, sea considerado básicamente como un hecho circunstancial. Wedelia glauca, llamada comúnmente sunchillo o yuyo sapo, es una maleza que crece en las zonas más altas de los potreros que serán refugio de animales en un caso de inundación. Senecio selloy, flor amarilla o primavera, es otra maleza muy difundida. Si bien no produce muerte aguda, su consumo traerá aparejado una disminución productiva futura y por ser hepatotóxica, inevitablemente llevará a la muerte del animal. Otras plantas a tener en cuenta son: romerillo o mio-mio (Baccharis coridifolia), duraznillo negro (Cestrum parqui), cicuta (Conium maculatum), cardo asnal (Sylibum marianum), chamico (Datura ferox) y duraznillo blanco (Solanum glaucophyllum). Cómo evitar intoxicaciones por plantas tóxicas? Debido a la gran variedad de plantas tóxicas existentes, y los tantos mecanismos de acción, no se puede hablar de un único método de prevención de intoxicaciones. No obstante, existen ciertas recomendaciones generales de manejo. La erradicación definitiva de un campo de la planta tóxica en cuestión, sería la medida ideal pero debido a razones prácticas y económicas rara vez es factible. Otras alternativas pueden ser: Cerrar el paso de los animales a los potreros peligrosos del campo. Destrucción de la mayor parte de las malezas tóxicas mediante cortes, aradas profundas o la aplicación de herbicidas selectivos. Tomar precauciones como dar al ganado alimentación adicional durante períodos de sequía, inundaciones o inviernos muy severos (evitar que entren muy hambrientos a los potreros donde abunda una planta tóxica). Vigilar con particular atención los animales que vienen de otros lugares y que pueden desconocer los vegetales tóxicos del lugar. Evitar la sobrecarga de los potreros. No dejar que los animales pastoreen inmediatamente en un campo después de una lluvia, riego, cortes de rebrotes de las plantas. Con respecto a los alimentos a suplementar, conviene siempre realizar el estudio toxicológico del mismo mediante remisión de muestras a laboratorio, ya que pueden hallarse hongos productores de micotoxinas, que podrían disminuir la performance de los animales y hasta producir su muerte. d) Diarrea neonatal: el hacinamiento de los rodeos en zonas inundadas favorece la presentación de cuadros de enteritis y posiblemente neumonías en terneros de pocos días de vida. Se recomienda la observación de animales afectados, tratamiento con antibióticos y rehidratación por vía oral de terneros con diarrea. 162

164 Las condiciones de extrema humedad e inundaciones, hacen que enfermedades infecciosas como la leptospirosis, se presenten con mayor número de casos que lo habitual y con mortandad en categorías no frecuentemente afectadas como novillos y bovinos adultos. Aún los establecimientos que no sufren anegamiento total y pueden seguir produciendo, estarán predispuestos a padecer algún brote de leptospirosis. Es una enfermedad infecciosa que afecta a los animales y al hombre. Es considerada la zoonosis más común en el mundo. El agente causal es una bacteria (leptospira). Formas de contaminación La leptospira es diseminada por la orina de animales contaminados, la infección es adquirida por contacto directo o indirecto con dicho material, suelo, o agua contaminada. Con respecto al ambiente existen ciertos factores que aseguran la mayor supervivencia de la bacteria en el medio, entre ellos está la neutralidad del ph del suelo, las lluvias y las temperaturas templadas. En orina la supervivencia puede llegar a 35 días. El agua es absolutamente esencial para la sobrevivencia de estos microorganismos, por lo tanto es de esperarse un aumento de su presentación en épocas de abundantes lluvias. En agua, la leptospira puede permanecer viable hasta 6 meses, el contacto con piel o mucosa puede derivar en infección. Otra posibilidad de contraer la enfermedad es durante el servicio con residuos de orina en el tracto genital, o semen contaminado. Signos clínicos La severidad de la leptospirosis en vacunos puede variar desde una forma leve, inaparente, hasta una infección aguda que lleva a la muerte del animal. Esta forma aguda en general se presenta en animales jóvenes, aunque puede afectar a animales de cualquier edad. Los signos clínicos característicos son: alta temperatura, depresión, pérdida de apetito, debilidad, caída en la producción láctea, hemoglobinuria, anemia e ictericia. Otro signo, a veces el único, es el aborto, que se manifiesta de 2 a 5 semanas después de haber comenzado la infección. La mayoría se presenta en el último tercio de la gestación. En establecimientos sin antecedentes de la enfermedad, los abortos pueden afectar entre un 10 y un 30% de los animales y en rodeos con antecedentes la tasa de abortos no debería superar el 3 al 5%. Es característica la presentación de tormentas de abortos. 163

165 Tratamiento Si la enfermedad es detectada en forma temprana, el tratamiento con antibióticos resulta eficaz. Control La vacunación es el método más eficaz para el control de esta enfermedad, siempre que en la vacuna empleada esté incluida la serovariedad a la que el animal está expuesto. Las distintas serovariedades no producen inmunidad cruzada. La vacunación protege contra la infección pero no libera al animal de la infección adquirida previamente a la vacunación. El animal vacunado sigue siendo portador y eliminador de la bacteria por orina, por lo tanto lo ideal es vacunar al animal antes que tenga contacto con la enfermedad. En áreas donde la enfermedad está continuamente presente, es necesaria la aplicación de dos dosis con intervalo de 21 días y una revacunación semestral. Donde la enfermedad es esporádica, una vacunación anual es suficiente. En casos de brotes de leptospirosis, lo indicado es la aplicación de la vacuna conjuntamente con el uso de antibióticos. e) Es muy importante tener en cuenta el riesgo de ocurrencia de enfermedades clostridiales (mancha y/o gangrena gaseosa en terneros, carbunclo en todas las categorías animales), por no haberse podido cumplir el plan sanitario normal del establecimiento, debido a la inundación. La enterotoxemia y la hepatitis infecciosa se produce en un rodeo sin protección o con baja inmunidad específica a causa de: a) Falta de vacunación o deficiente aplicación de las dosis o del calendario de vacunas. b) Rodeo con inmunidad deprimida por estado nutricional deficiente, estrés, etc. En el caso de tétanos y gangrena gaseosa, es necesaria la presencia de una herida en el animal, que tendrá el doble papel de ser puerta de entrada y nicho adecuado para la proliferación del clostridio. f) Respecto a las enfermedades venéreas, considerando la imposibilidad de realizar controles en los toros preservicio, por estar los rodeos en campos inundados, es de esperar que se presenten problemas, los que se detectarán sólo al hacer el tacto rectal al finalizar el servicio. Se recomienda, vacunar todos los toros contra campylobacteriosis (dos dosis con 20 a 30 días de intervalo) aunque estén ya en servicio. De esta forma se dará algún grado de protección contra esta enfermedad y con un bajo costo. Las vacunas existentes para trichomoniasis bovina no tienen, todavía, efecto preventivo ni curativo en toros. Para aquellos productores que tienen servicio estacionado de 3 meses, se sugiere prolongarlo a 4 meses. De esta forma existen chances para las vacas que 164

166 eventualmente se hayan infectado con cualquiera de las dos enfermedades, se autoinmunicen al final del período de servicio y se preñen nuevamente. Esto podría mejorar en un 5% el índice de preñez, aunque el atraso del servicio traerá otros inconvenientes. Se recomienda no emplear toros que hayan estado ya 4 años en servicio, por su mayor riesgo de adquirir enfermedades venéreas. No utilizar toros de alto valor económico en los rodeos que puedan tener problemas de estas enfermedades, dado su alto costo de reposición y escasa vida útil. Pueden infectarse durante el servicio. En el mejor de los casos no hay que esperar una preñez superior al 80% en los rodeos infectados, Se deben hacer los diagnósticos de enfermedades venéreas en los toros un mes después de terminado el servicio y vender todos los animales positivos. Utilizar siempre el doble caravaneado como sistema de identificación en los toros. Eliminar, enviando a faena, las vacas vacías al tacto. Si se quiere reciclar a este animal, hay que considerar el riesgo de vacas que quedan positivas durante más de 300 días. No obstante, siempre será importante consultar al veterinario para descartar la presencia de enfermedades venéreas en el rodeo. g) Otra enfermedad es la pasteurelosis o enfermedad del transporte, que origina muertes de animales luego de su traslado durante largas horas en vehículos. Se reconocen como predisponentes a algunos virus y el estrés producido por el transporte, que hace decaer las defensas, favoreciendo la acción de las bacterias Pasteurella haemolytica y Pasteurella multocida. Si bien se puede producir en situaciones normales de transporte, los bovinos de zonas anegadas que son objeto de traslado, seguramente ya tienen una dosis importante de estrés. Manejo nutricional Con respecto a la alimentación, dado el deterioro del pasto natural o pasturas implantadas, muchos productores improvisan corrales de encierre en las partes altas del campo. Con toda intención no se usa el nombre corrales de engorde, ya que la mayoría de las veces el objetivo es lograr la supervivencia de los animales con la menor pérdida posible y no buscar ganancias de peso. Estos son algunos modelos, desarrollados por la EEA INTA Rafaela, de dietas para mantenimiento, en situación de emergencia climática por inundación, de novillitos de recría de alrededor de 200 kg, teniendo como base rastrojos, heno de baja calidad y concentrados (ver cuadros 4 y 5). Se puede acotar que con esta base forrajera, en el INTA Rafaela se probaron bloques de melaza solidificada que contienen urea y minerales (hay varias marcas 165

167 Cuadro o 4: 4 : Base forrajera rastrojo de soja (en forma de rollos o molido). Rastrojo de soja Grano de sorgo o Grano de maíz Sojilla o Semilla de algodón 2,5 kg/animal/día 1,0 kg/animal/día o 0,9 kg/animal/día 1,0 kg/animal/día o 0,5 kg/animal/día Fuente: EEA INTA Rafaela, Cuadro o 5: 5 : Base forrajera pastura de baja calidad o rollo de moha o rollo de alfalfa de baja calidad. Pastura o rollo Grano de sorgo o Grano de maíz Sojilla o Semilla de algodón 5,0 kg/animal/día 0,5 kg/animal/día o 0,45 kg/animal/día 0,5 kg/animal/día o 0,25 kg/animal/día Fuente: EEA INTA Rafaela, comerciales) puestos a disposición como único suplemento con muy buenos resultados (ganancias de peso de alrededor de 200 g/día). Manejo de los recursos forrajeros luego de la inundación La presencia del agua, no sólo es un problema presente, sino que una vez retirada, la imposibilidad de recuperar inmediatamente esos suelos es el segundo problema a resolver. La alimentación de los animales retenidos en los establecimientos se realizará, fundamentalmente, en base al pastoreo directo de una proporción restringida del área disponible de pasturas sembradas y pastizales naturales. Por tal razón, estos recursos se verán necesariamente sometidos a una alta presión de pastoreo. Es decir, habrá una mayor cantidad de animales en una menor superficie de pastoreo. 166

168 En consecuencia, cabe preguntarse, cuál será el estado de los recursos forrajeros luego que cese la inundación? Es de esperar que las pasturas perennes, dominadas por especies rústicas como agropiro alargado o festuca alta, no sufran efectos negativos marcados por la inundación en sí misma. En cambio, si las aguas alcanzaron terrenos más altos, donde normalmente se implantan especies que requieren suelos más profundos, por ejemplo, pasto ovillo, cebadilla criolla, falaris, trébol rojo o alfalfa, es probable que ocurran pérdidas importantes en la cantidad de plantas, y por lo tanto las pasturas sufrirán un fuerte deterioro, difícilmente reversible a través del manejo. Daños semejantes pueden producirse en las áreas menos afectadas por la inundación, debido a las excesivas cargas que debieron soportar. En lo que se refiere a pastizales naturales, éstos constituyen un recurso dominado por especies forrajeras mejor adaptadas para sobrevivir frente a condiciones de anegamiento. Por tal razón, existen menores riesgos de que se deterioren ante esta contingencia. Por otro lado, es posible aseverar que puede mejorar su aptitud forrajera, ya que a diferencia de lo que ocurre en las praderas implantadas, períodos prolongados de inundación disminuyen la cantidad de malezas. Para manejar adecuadamente estos recursos es aconsejable: 1) De ser posible, ubicar áreas centrales, topográficamente altas para concentrar animales, las que servirán de distribuidor hacia pasturas sembradas o pastizales naturales cuya utilización se realizará durante el día. 2) El tiempo de permanencia se ajustará de acuerdo al grado de encharcamiento, al recurso forrajero disponible y al número de animales a pastorear, teniendo como indicador que la superficie sea utilizada en forma pareja y sin producir un pisoteo excesivo. 3) Se podrá flexibilizar el ajuste del tiempo de permanencia, previendo áreas pulmón de libre acceso para los animales. 4) Las áreas pulmón, podrán ubicarse en aquellos suelos que aún bajo agua presenten buen piso, por ejemplo, pasturas de festuca alta o potreros que hubiesen sido destinados para realizar agricultura y que no pudieron sembrarse. 5) Las pasturas más deterioradas serán más adecuadas como áreas de concentración, dado que en ellas no importará que se sacrifique su futuro forrajero. Rehabilitación de suelos de aptitud ganadera Durante el anegamiento más o menos prolongado, ocurre en un primer momento el reemplazo del aire contenido en el suelo por el agua. Esta falta de aire, tiene efecto sobre la vegetación presente y sobre las propiedades del suelo. Este será diferente según se trate de: Suelos que estuvieron bajo agua. Suelos que permanecieron con una capa de agua cercana a la superficie. 167

169 Suelos que permanecieron con un contenido de humedad cercano al punto de saturación. Suelos bajo agua En este caso la falta de oxígeno es casi total, durante un tiempo relativamente prolongado. Esto ocasionará la muerte (por anoxia) de la vegetación presente excepto, tal vez, algunas especies resistentes. Resulta importante distinguir el origen y la composición del agua de anegamiento. Si se trata de agua superficial que no contiene sales en exceso, es de esperar que el movimiento en el suelo sea descendente. La laguna así formada, irá desapareciendo lentamente (a medida que el agua se infiltra hacia capas más profundas), a menos que nuevos aportes determinen un aumento de nivel. Esta circulación de agua hacia abajo, provocará el lavado de sales, de elementos nutritivos para las plantas y también de partículas finas (arcilla y limo). La permanencia de las condiciones que provocaron la falta de aire producirá cambios en la materia orgánica y el suelo, por otra parte, se volverá ligeramente más ácido. En ambos casos se afecta la disponibilidad de algunos nutrientes. El filtrado de partículas finas, por parte de alguna capa de suelo más densa (un piso de arado, por ejemplo), puede aumentar aún más su densidad (los pisos de arado se harán entonces más fuertes). Si bien en forma general, el principal efecto de esta situación es una pérdida de fertilidad química del suelo, estudios realizados por la EEA INTA Rafaela, indican que una vez restablecidas las condiciones normales, el suelo recupera en forma aproximada, sus propiedades iniciales. Si el agua de escurrimiento contiene concentraciones importantes de sales (por contaminación o aportes de agua freática o de lagunas saladas), puede determinar cierto grado de salinización en los suelos. Este será tanto mayor, cuanto más importante resulte el aporte de agua salobre. El agua freática suele contener cantidades variables de sales. Estas podrán quedar retenidas en el suelo, aumentando su concentración y ocasionando problemas de salinidad o alcalinidad. Suelos con agua cerca ca de la superficie En este caso es probable que no toda la vegetación haya desaparecido, al no existir una falta absoluta de aire. Al finalizar el período lluvioso, se produce la eliminación del agua mediante evaporación e infiltración y comienza la desecación de las capas superiores del 168

170 suelo. Al intensificarse el proceso, sucede el ascenso capilar del agua freática que, al evaporarse, enriquece de sales todo el perfil y, principalmente, la porción superior del suelo, fenómeno denominado salinización. La intensidad del mismo está en íntima relación con la profundidad y concentración salina del agua freática, mientras que la composición de sales determina la naturaleza del fenómeno, que puede ser de alcalinización, salinización o alcalinización salinización, según prevalezcan o no sales de sodio (álcali). En función del grado de salinización y de la altura de la napa freática, se pueden plantear alternativas para acelerar el grado de recuperación de los lotes afectados: En suelos donde la napa tiene valores mayores a 4 mmhos hay que tratar de manejarlos con cobertura, sin labranzas, para evitar la evaporación de los primeros centímetros y por lo tanto, que las sales se acumulen en la superficie (se puede ver este efecto blanco en los caminos). En los lotes con agua donde los valores son menores, es posible realizar una roturación, si fuera necesario. Se sugiere la toma de muestras y el análisis de conductibilidad y ph para evitar procesos negativos que podrían costar varios años revertir. Para estimar la salinidad de un suelo, se mide la conductividad eléctrica (CE) de una solución extraída de una pasta de suelo saturado con agua y se expresa en milimhos por centímetro (mmhos/cm) o en decisiemens por metro (ds/m), mientras que la determinación del ph da una idea de la presencia de sodio en exceso, cuando se obtienen valores superiores a 8. Visualmente puede establecerse la naturaleza e intensidad del problema observando el estado del suelo y la vegetación. Cuando la CE se aproxima a 8 mmhos/ cm, la vegetación presenta menor desarrollo y modificaciones en la composición florística. Cuando la CE es superior a 14 mmhos/cm se inhibe el desarrollo de las plantas y aparecen manchones desnudos. Eflorescencias salinas en superficie ( salitre blanco ) denotan conductividades superiores a 20 mmhos/cm, mientras que la presencia de manchones oscuros ( salitre negro ) indican la presencia de humatos sódicos producidos por la dispersión de la materia orgánica y la existencia de un ph próximo a 10. Las sales ejercen sobre la vegetación varios efectos nocivos. Por un lado, al aumentar la presión osmótica de la solución del suelo, disminuye el agua aprovechable por las plantas. También existe la toxicidad específica de algunos iones y las carencias condicionadas, provocadas por el exceso de algunos cationes que impiden la absorción de otros. El proceso de recuperación de estos suelos es lento, dificultoso y altamente dependiente de las condiciones climáticas. La salinización es un proceso parcialmente reversible. Cuando ocurren ciclos climáticos normales para la región, el agua de lluvia puede lixiviar las sales a horizontes profundos, dando lugar a una recuperación natural. Este proceso a veces es muy lento, pero puede ser acelerado si se practica la remoción superficial del 169

171 suelo manteniendo la cobertura vegetal, con lo que se impide la incidencia directa de la energía evaporante, evitando la concentración de sales en superficie. Para que ello ocurra es necesario evitar el pastoreo continuo, que intensifica la pérdida de cobertura vegetal del terreno y provoca compactación superficial. Básicamente pueden darse dos situaciones en lotes recuperables: a) Suelo totalmente o en su mayor parte desnudo, con algunas matas de jume (Salicomia ambigua). b) Suelo totalmente o en su mayor parte cubierto con especies nativas tolerantes como gramón (Cynodon dactylon), espartillo (Spartina spp.) y pelo de chancho (Distichlis spp.) con algunos espacios desnudos o peladales. Los sectores carentes de vegetación son los más críticos en cuanto a posibilidades de recuperación. En ellos es necesario realizar la cobertura de la superficie del suelo con rastrojo o paja de cualquier origen, para lograr un mulch que la proteja. Previamente puede realizarse alguna tarea de remoción que favorezca la infiltración y el lavado de sales. Si el lote se encuentra muy afectado, es conveniente su clausura para permitir la implantación de vegetación natural colonizadora, o tratar de cubrir los sectores más afectados con rastrojos o cualquier tipo de vegetación disponible. En caso de contar con vegetación desarrollada espontáneamente en el lote a recuperar, se podrán intersembrar especies tolerantes a salinidad tales como agropiro, trébol de olor, y Lotus tenuis. La festuca es una especie con buen comportamiento en suelos de salinidad moderada. Otra metodología sugiere que previo a la siembra directa, aplicar un herbicida total a los efectos de secar la vegetación natural, manteniendo la cobertura. Suelos casi saturados Aquí los suelos no llegaron a inundarse, pero mantuvieron (o mantienen) un contenido de humedad tal que los hace intransitables (falta de piso ). Esta circunstancia puede haber sido originada por el ascenso del nivel freático, sin embargo, generalmente se produce como consecuencia de la acumulación, en sectores planos o ligeramente deprimidos, de agua libre de sales que escurre de las zonas vecinas. Estas condiciones se mantienen por la frecuencia de las precipitaciones, o bien por la existencia de alguna capa en el suelo que limita la infiltración del agua. Dado que la provisión de aire al suelo resulta más o menos normal, no cabe esperar aquí mayores cambios ni deterioros en sus propiedades, a menos que el manejo durante este período haya sido inadecuado. En este sentido, el tránsito de maquinaria o animales sobre la superficie de un suelo muy húmedo, producirá el amasado y compactación de los horizontes superficiales. 170

172 Este fenómeno se produce cuando, bajo presión o rozamiento, las partículas minerales que componen el esqueleto del suelo, se encajan unas con otras. Generalmente las más pequeñas (limo y arcilla) se cuelan entre los granos de arena formando una masa sólida, con muy pocos espacios vacíos entre ellas. La presencia de agua favorece el proceso, porque lubrica el movimiento de las partículas. Todo suelo tiene una alta resistencia a la compactación cuando se encuentra seco. Esta resistencia disminuye a medida que aumenta el contenido de humedad. Con altos contenidos de agua, superiores al denominado límite plástico, el suelo se comporta como un fluido, resultando muy sensible al amasado y la compactación. Finalmente, cuando se supera el punto de saturación, pasa a comportarse como un líquido. Si en estas condiciones se lo somete a presión, la estructura se destruye totalmente. El suelo así amasado y compactado, al secarse forma una costra muy resistente de varios centímetros de espesor. Esto tiene importantes implicancias en la práctica: el apresuramiento en entrar al lote, ya sea con los animales o con las herramientas, puede ser en este caso más perjudicial que el anegamiento propiamente dicho. Recomendaciones para el manejo de suelos inundados Al retirarse el agua, deberá observarse el estado del suelo y de la vegetación. Simultáneamente se deberá tomar una muestra de suelo para analizar, con lo que se ajustará el diagnóstico realizado visualmente. Si se detecta una CE próxima, igual o superior a 20 mmhos/cm y la napa está muy cercana a la superficie, con falta de piso se deberá clausurar el lote afectado hasta que mejoren las condiciones. Si por el contrario, la CE es la misma pero hay piso, la napa está a 1 m o más de profundidad y no hay vegetación natural, puede clausurarse el lote en espera de que las especies tolerantes colonizadoras cicatricen las playas desnudas o efectuar una cobertura o mulch en primavera con cualquier material, preferentemente que contenga semillas viables y sembrar, mediante siembra directa o intersiembra especies tolerantes en marzo o abril. Si la salinidad es mediana y hay presencia abundante de especies colonizadoras como quínoas, morenitas, salicornias, etc., se puede pasar una segadora o picadora, dejando la broza esparcida sobre el piso e intersembrar especies tolerantes en otoño. Si el suelo está totalmente cubierto por vegetación graminosa, tipo gramón o pelo de chancho, puede escarificarse el suelo en primavera, con una labor sub-superficial que no limite la cobertura e intersembrar en otoño con especies tolerantes o directamente sembrar estas especies controlando la vegetación natural con herbicidas totales. El princi- 171

173 pal criterio para la selección de especies es su adaptación al medio, es decir, adaptadas al hidromorfismo (inundación prolongada) y a halomorfismo (alta salinidad en el perfil). Si la salinidad es baja no habrá inconvenientes en implantar una pastura, sin exponer la superficie del suelo a la incidencia de la energía evaporante y realizando un manejo adecuado de la misma. Han manifestado buen comportamiento ante salinidad, gramíneas como agropiro alargado, agropiro criollo y festuca, destacándose entre las leguminosas, tréboles de olor blanco y amarillo y alfalfa. Cuando la salinidad no es muy alta (CE= 8) y el ph es elevado (ph= 8,2), se han logrado excelentes resultados con la siembra de agropiro alargado y Lotus tenuis. En todos los casos deberá evitarse el pastoreo, por lo menos un año a partir de la siembra para permitir el buen arraigamiento, fructificación y resiembra de las plantas logradas. En el verano puede pasarse una desmalezadora, cuando la semilla de las especies valiosas sea viable, dejando la broza en el lugar cuando sea necesario o haciendo alguna reserva (rollos o fardos) en los casos más favorables. El pastoreo debe ser moderado y de corta duración (rotativo), permitiendo el descanso y posterior rebrote y debe iniciarse con piso seco, evitando la compactación que produce el pisoteo cuando el suelo está húmedo. Reacondicionamiento de las obras de sistematización: es imprescindible aprovechar el evento negativo para observar los mejores desagües naturales, limpiarlos y acondicionarlos, contemplar cambios en la dirección de siembra y/o establecer terrazas que corten la pendiente principal. Respecto a la fertilización, esta debe apoyarse en análisis de suelos. Es muy importante considerar el efecto de lavado, fundamentalmente del nitrógeno. 172

174 Recuerde: En una situación en la que se espera reducción de ingresos por varios meses, es preciso disminuir todas las erogaciones que no tengan impacto sobre la producción. La variable de ajuste debe ser el nivel de vida del productor. El que procede en sentido inverso puede entrar en una espiral de baja producción, iliquidez y endeudamiento de la que no es fácil salir, aunque se retire el agua o afloje la sequía. En las situaciones extremas en las que sea necesario desprenderse de una parte sustancial de la hacienda por carecer de alimentación, habrá que preservar el capital de manera segura. Tampoco debe utilizarse esa liquidez para atender requerimientos de vida que no pueden mantenerse en los niveles previos a los de la catástrofe. Bibliografía Bernal, Julio. Los peligros de las yerbas malas en Super Campo Nº 38, año IV, Bs. As., Ed. Perfil, noviembre de 1997, pp Carrillo, Jorge. Manejo del rodeo de cría en situaciones de emergencia, en Manejo de un rodeo de cría, 2ª Edición, Cap. XVII, Ed. CERBAS INTA, 1997, pp Carrillo, Jorge y col. Algunas normas de emergencia por sequía, en Información para Extensión Prod. Anim. Nº 1 (134), Ed. EEA INTA Balcarce, p. 6. Casas, Damián. Estrategias de recuperación post-emergencia de los suelos afectados por las inundaciones en la Región Pampeana en Corva, Amilcar. Manejo y alimentación del ganado en situaciones de emergencia en Producción de ganado bovino para carne, Cap. V, Bs. As., Ed. El Ateneo, 1985, pp Covas, Guillermo. Informaciones sobre el sorgo azucarado Sugar Drip como pastura diferida de uso invernal en la región Semiárida Pampeana en Descarga, Carlos; Piscitelli, H. y Zielinski, G. Intoxicaciones en vacunos en Rev. de los CREA Nº 281, año XXXVI, Bs. As., Ed. AACREA, mayo de 2004, pp Deseö de, Gustavo. Sugerencias de manejo de suelos con anegamiento en Dillon, José. Qué hacer en un año con poco pasto, en Rev. de los CREA Nº 283, año XXXVI, Bs. As., Ed. AACREA, mayo de 2004, pp Fernández, Marcelo. Un mal ligado a las inundaciones, en La Nación, 25 de septiembre de Gallo Guillermo. Plantas tóxicas para el ganado en el Cono Sur de América, 2ª Edición, Bs. As., Ed. Hemisferio Sur. 173

175 Grecco, Alberto. Manejo de pasturas y pastizales luego de las inundaciones en Grupo de Sanidad Animal. Consideraciones a tener en cuenta respecto a la prevención de enfermedades de los animales en situación de emergencia por inundación en Guaita; María. Calidad de los rollos de rastrojo de soja, en Boletín INTA Informa Nº 300. Herrero María e Indelicato, Luis. Una maleza tóxica, en Super Campo Nº 32, año III, Bs. As., Ed. Perfil, mayo de 1997, pp. 106 y 107. Krüger, Hugo. Manejo de suelos que sufrieron inundación temporaria, en Boletín Divulgación Nº 31, Pro-Suelos, 1992, EEA INTA Bordenave. Ledesma Arocena, Mario. Prioridad: cuidar el capital vacas, en Rev. de los CREA Nº 279, año XXXVI, Bs. As., Ed. AACREA, enero de 2004, pp Monje, Ariel. Destete precoz y sequía, en Marca Líquida Agropecuaria Nº 137, año XV, Córdoba, febrero de 2005, pp Odriozola, Ernesto. Leptospirosis y su relación con el anegamiento, en Carta Agropecuaria Nº 39, Bs. As., Ed. Merial, julio de 2003, p. 7. Odriozola, Ernesto. Intoxicación por monensina en Ricci, Hugo. Diferidos: preparándonos para el invierno, en Rev. de la Soc. Rural de Jesús María Nº 138, Córdoba, pp Príncipe, Carolina. Recuperación de suelos inundados, en Marca Líquida Agropecuaria Nº 74, año 8, Córdoba, pp Salerno, J. Substancias tóxicas en plantas cultivadas, en Super Campo Nº 53, año V, Bs. As., Ed. Perfil, febrero de 1999, pp Servicio Técnico de Elanco Argentina. Seguridad del Rumensin vs. toxicidad en Simonetti, J. Una enemiga silenciosa, en Chacra, tecnología, empresa y mercados Nº 865, año 72, Bs. As., diciembre de 2002, p.40. Zamolinski, Alejandro. Experiencias en recuperación de suelos salinizados, en Publicación Técnica Nº 31, EEA INTA Gral. Villegas, 2001, pp El Ing. Agr. Jorge Carrillo es Magister Scientiae del Inst. Interamericano de Ciencias Agrícolas OEA (Colonia, Uruguay) y Turrialba (Costa Rica). Es autor del libro Manejo de un rodeo de cría. Su dirección electrónica es jmcarrillo@copetel.com.ar 174

176 Resistencia: puede hacer fracasar al control antiparasitario? 1 Pérdidas económicas Los parásitos internos conocidos como nematodos gastrointestinales constituyen una de las limitantes productivas más comunes en los sistemas de pastoreo directo. Los animales menores de dos años de edad, desarrollando aún inmunidad, son los más afectados por estas parasitosis, cuyos síntomas varían desde manifestaciones subclínicas como la disminución de la ganancia de peso (15 a 40 kg/ animal en la recría, con una permanencia extra en el campo de 2 a 3 meses), cuadros clínicos que incluyen diarreas (la cual conlleva de 40 a 60 kg menos por animal), hasta la muerte de los animales severamente parasitados (1-2% o más de la población total, según lo citado por Entrocasso en 1998). Sin embargo, se debe considerar que los adultos pueden perder temporalmente esa capacidad inmunitaria protectora adquirida frente a los parásitos, ante situaciones de estrés nutricional y, sobre todo, en el período de parto y en los primeros meses de lactancia. En la recría de vaquillonas para reposición el impacto de los parásitos sobre la ganancia de peso es similar al indicado para los animales de invernada, pudiéndose observar diferencias de peso entre 42 y 54 kg, situación que afecta el desarrollo corporal y la actividad reproductiva, tal lo demostrado por Fernández et al, 1994 y Descarga et al, Revisado y corregido por el Dr. G. Mauricio Bulman. 175

177 Entre los primeros estudios demostrando esta productividad comparada y actividad reproductiva menor de los animales afectados por parasitosis, se destaca, él que se realizó durante tres años seguidos, en vaquillonas de reposición cola de parición en la zona de Mercedes (Corrientes), donde se midió a los 15 meses de edad el desarrollo, la abertura pélvica y porcentaje de preñez (Bulman et al, 1988). Ambrústolo et al, 1990, señaló nuevamente esta íntima relación entre los parásitos gastrointestinales con los parámetros de aptitud reproductiva en vaquillonas de la Pampa Húmeda. Las vaquillonas de 15 meses parasitadas, presentan un menor desarrollo de los órganos genitales y falta de madurez sexual, que las hace no aptas para el servicio. En vaquillonas de 27 meses que entran a servicio con buen peso y madurez sexual, se ha observado que presentan reducción del desarrollo óseo a nivel del área pélvica, la cual genera un mayor índice de partos distócicos, como consecuencia de parasitosis sufridas (Steffan, 1991; Steffan y Fiel, 1994). En novillos cruza Brahman/Hereford, sobre praderas mejoradas en el centro-norte de Entre Ríos, se alcanzó el peso de faena en un porcentaje significativamente mayor, en grupos con control antiparasitario estratégico, con el cual el período total de engorde se redujo en varios meses, debiendo postergar en otros, lograr el peso y terminación fijadas para faena hasta la primavera siguiente (Bulman et al, 1990). Ciclo de vida de los nematodos gastrointestinales El ciclo de vida de estos parásitos internos se cumple con una particularidad biológica importante, ya que poseen una fase de vida libre en las pasturas y otra parasitaria en el hospedador, con la capacidad de pasar de una a la otra en una secuencia cronológica. Justamente este cambio de fases en la cadena generacional se denomina ciclo de vida, durante el cual se pueden diferenciar un total de 5 etapas: la de fecundación, de oviposición, larva infectante, de infección del hospedador y de desarrollo a adulto. La fecundación se cumple en el hábitat interno del hospedador, y salvo Strongyloides spp., mediante la cópula y fertilización de la hembra por el macho. La fase siguiente es la oviposición, con producción de huevos. En condiciones favorables de temperatura y humedad, dentro de las primeras 24 horas, el embrión que presenta cada huevo en su interior, evoluciona completamente formándose una larva de primer estadio (L1), que eclosiona. La L1 se alimenta de bacterias y luego de una fase de menor actividad, en 1 o 2 días muda a larva de segundo estadio (L2), que también se alimenta de bacterias y crece durante 2 a 3 días, mudando finalmente a larva de tercer estadio (L3) o larva infectante, que tiene una actividad intensa cuando su microhábitat es favorable. Las lluvias, la humedad ambiente y las temperaturas medias moderadas son los factores que más favorecen la sobrevida de las larvas en las pasturas. Durante 176

178 las horas de luz difusa (amanecer y atardecer), las L3 migran de la bosta verticalmente por la hierba hasta no más de 15 o 20 cm de distancia y se concentran en las gotas de rocío en las hojas. No obstante, no permanecen inmóviles en éstas, movilizándose por el pasto con un geotropismo marcado para protegerse de la luz y el calor solar. Favorecen esta migración original las lluvias y la rotura de las tortas de materia fecal. Cuando la larva infectante es ingerida por el animal junto al pasto, se alimenta intensamente y crece, mudando a larva de cuarto estadio (L4) en 2 o 3 días. La L4, de acuerdo a la especie parasitaria, toma contacto más o menos íntimo con las células que tapizan la mucosa gastrointestinal, se alimenta, crece y desarrolla y comienzan a visualizarse en su interior los esbozos de los órganos genitales. Luego de un período variable (en general 14 a 23 días), muda evolucionando a larva de quinto estadio (L5), que es una etapa de larva adulta inmadura o un estadio preadulto. En la L5 tiene lugar el desarrollo completo del aparato genital y se produce la cópula, transformándose en parásito adulto. Las hembras fecundadas oviponen y el ciclo se reinicia. El período prepatente, es decir, el período que media desde que el animal ingiere las L3 infectantes, hasta que aparecen los huevos en las heces, es variable en los diferentes géneros, pudiendo abarcar, salvo en los casos de hipobiosis (demora en la evolución de las larvas), entre 15 y 55 días aproximadamente, según las condiciones ambientales y la especie (Fiel et al, 1987). Respecto a cómo influyen las condiciones climáticas en el ciclo biológico de los parásitos gastrointestinales, se señala que una temperatura de 26º C, en presencia de suficiente oxigeno y humedad, son condiciones óptimas, tanto para la eclosión de los huevos como para la evolución de las larvas. El frío y la desecación, contrariamente, inhiben su movimiento, pero aún bajo estas condiciones sobreviven varios meses, lo cual tiene gran importancia desde el punto de vista epizootiológico. Generalizando, se puede afirmar que con el calor se produce una evolución más rápida de los huevos y de las larvas, pero hay una menor supervivencia, mientras que con el frío, la evolución es más lenta, pero la sobrevida es mayor. Dinámica de los estadios parasitarios en sistemas de cría En los planteos de cría organizados, las pariciones ocurren a fines de invierno/ principios de primavera, destetándose los terneros al final del verano/principios de otoño. En los años considerados normales (clima, lluvias, oferta alimenticia), los terneros tienen un bajo riesgo, dado que la inmunidad de las madres reduce la contaminación de las pasturas, sumado al efecto de la dilución de la infectividad, ocasionado por la mayor dispersión de L3 con el crecimiento del pasto y la mortandad de las larvas durante el verano. 177

179 En terneros al pie de la madre, se encontraron parásitos entre los 45 y 60 días de edad, momento en el cual pierden la protección calostral y comienzan a ingerir pasto (Fiel y Steffan, 1994). Suárez, en 1990, observó una diferencia de peso de 25 kg, en los terneros de destete en el mes de mayo, entre los tratados mensualmente y los no tratados, hallando esta disparidad de ganancias de peso a fin del verano y principios del otoño; pero no detectó diferencias de peso entre las vacas. Bulman y colaboradores en 1988 determinaron la importancia del parasitismo en esta categoría en el nordeste argentino. Durante la época del parto, en el denominado período periparto, se produce una relajación del sistema inmune en las vacas, que va permitir el desarrollo de las larvas ingeridas hasta adultos, aumentando los conteos de huevos en la materia fecal y la contaminación del forraje. En las vacas sin tratamiento se produce un aumento de la eliminación de huevos durante el periparto, originando larvas que sobreviven en las bostas hasta las primeras lluvias al término del verano. En ese momento hay una gran eclosión de L3 en las pasturas y es allí cuando los terneros son gravemente infectados, apareciendo las diferencias de peso en el otoño. Esta situación puede verse agravada en aquellos años en que, por sequías durante el invierno, se traslada la mayor infectividad de las pasturas a la primavera. Los animales acumulan un elevado número de larvas en hipobiosis, llegando a producirse casos clínicos de ostertagiasis Tipo II durante el verano (Fiel y Steffan, 1994). Todo lo antes expuesto, justifica el control parasitario al parto, intentando evitar la contaminación de las pasturas, sobre todo cuando los terneros son destetados a mediados de otoño. Los estudios realizados en vaquillonas de primera parición, indican que en otoño y principios del invierno, los valores de huevos por gramo de materia fecal aumentan levemente, junto a la carga de L3 de las pasturas, debido a que la inmunidad de estos animales no es adecuadamente efectiva como para evitarlo. Al llegar al parto hay un rápido aumento de la puesta de huevos, debido a la relajación del sistema inmune, ocasionando un marcado incremento de los conteos de huevos en las heces. La inhibición primaveral de Ostertagia ostertagi, en vaquillonas y sus terneros con 3 o 4 meses de edad, puede ocasionar algunos casos clínicos hacia fines del verano. Los toros tienen una alta susceptibilidad a los parásitos condicionada por sus hormonas sexuales, albergando medianas a altas cargas parasitarias que comprometen su condición corporal y/o producen casos clínicos (Fiel y Steffan, 1994). Una medida de manejo correcta consiste en desparasitarlos tanto, cuando concluyen como también previo a la temporada de servicio. Resistencia Por su practicidad y eficacia, en la última década se generalizó el uso de los 178

180 antiparasitarios conocidos como endectocidas (lactonas macrocíclicas), porque controlan no solamente a los nematodos gastrointestinales, sino también los parásitos externos, como larvas de bicheras, sarna, piojos picadores y garrapatas. La aparición de genéricos impulsó una disminución en el precio relativo de estos insumos y un incremento de su aplicación sobre los vacunos, muchas veces en forma indiscriminada, que dio como resultado una mayor presión de selección sobre las poblaciones parasitarias, favoreciendo la aparición de resistencia. Puede definirse a la resistencia antihelmíntica, como la capacidad heredable de la población parasitaria de reducir su sensibilidad a la acción de una o más drogas. Esta reducción se expresa en un aumento significativo de individuos, dentro de una misma población de parásitos, capaces de tolerar dosis de droga que han probado ser letales para la mayoría de los individuos de la misma especie. La resistencia de los parásitos a una droga tiene su origen en los cambios genéticos que ocurren continuamente en las poblaciones de éstos. Estos cambios (mutaciones) ocurren al azar y dan origen a individuos diferentes al resto de la población, debido a un funcionamiento distinto en sus órganos y sistemas. La resistencia no debe ser confundida con tolerancia, que en parasitología se refiere a la falta de respuesta innata de la población parasitaria para cada droga, independientemente de la exposición previa, y que en términos prácticos corresponde al valor que queda por fuera de la eficacia declarada para cada género y especie parasitaria. Por ejemplo, cuando se evalúa un antihelmíntico se habla del 98-99% de eficacia, donde el 2-1% son tolerantes. Por otra parte se puede señalar que una especie parasitaria es resistente cuando transcurridos días de la aplicación, el antihelmíntico no es capaz de eliminar más del 90% de la población parasitaria. Generalmente ocurren 3 fases en el desarrollo de la resistencia: a) Establecimiento de genes resistentes esistentes. Existen dos poblaciones de parásitos, una resistente a un antihelmíntico que es pequeña y una mayor no resistente (susceptible). Si se continúa con el uso de esa droga, desaparecerán los individuos susceptibles y quedarán solamente los resistentes. b) Difusión de individuos resistentes esistentes. Debido al traslado de animales infestados con parásitos resistentes, se difunden esos individuos resistentes a otras zonas. c) Aparición de la resistencia clínica. Cuando los parásitos resistentes componen el 10% de la población se manifiesta clínicamente la resistencia, apareciendo fallas de eficacia de los antiparasitarios. Expansión de la resistencia La resistencia antihelmíntica se está desarrollando y expandiendo rápidamente en la Argentina. Los primeros hallazgos de nematodos bovinos resistentes a 179

181 antihelmínticos fueron informados en forma casi simultánea durante el segundo semestre del 2000 en las provincias de Santa Fe y Buenos Aires. El 1º de ellos, realizado con bovinos provenientes de la Provincia de Corrientes, establece la resistencia de Cooperia pectinata a los principios activos ivermectina y doramectina en base a reducciones del conteo de huevos en materia fecal inferiores al 75%. En el otro caso, sobre la base del Test de Reducción del Conteo de Huevos (TRCH) y el Test de Eficacia Controlada (TEC), se establece la resistencia a avermectinas de Cooperia oncophora, Trichostrongylus colubriformis y Trichostrongylus longispiculans, en novillitos y vaquillonas de invernada del oeste de la Provincia de Buenos Aires. Desde entonces, se presentaron nuevos casos de resistencia en varias provincias del Litoral (Corrientes, Entre Ríos y Chaco) y de la Pampa Húmeda y Subhúmeda (Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y La Pampa). Hasta hace sólo dos años, el problema aparecía como emergente y restringido a los parásitos de los géneros Cooperia y Trichostrongylus que parasitan en el intestino (Pazo, R., com. pers.), pero actualmente se ha extendido también a géneros que se ubican en el cuajar y presentan mayor patogenicidad como Haemonchus y Ostertagia. Principales factores que contribuyen a la aparición de resistencia antihelmíntica Si bien se citan una serie de causas que inducen la aparición de resistencia antihelmíntica, sin lugar a dudas las principales se centran en la alta frecuencia de desparasitaciones, el uso indiscriminado de antiparasitarios, el tratamiento siguiendo programas sin el diagnóstico previo (hpg) y la falta de rotación de principios activos, a lo que podría agregarse el riesgo que representan, en las condiciones antedichas, las drogas o formulaciones de efecto prolongado. La mayoría de los antihelmínticos imidazotiazoles y bencimidazoles disminuyen rápidamente su concentración plasmática, dando poca oportunidad de tomar ventajas a los parásitos que presentan genes de resistencia sobre los susceptibles. Las dosificaciones frecuentes son particularmente riesgosas cuando el intervalo entre dosificaciones más cerca esté del período prepatente, teniendo en cuenta además el período de persistencia de efecto de los principios activos, en donde las drogas de mayor persistencia seleccionarán más sostenidamente que las menos persistentes. En bovinos se ha desarrollado resistencia antihelmíntica a bencimidazoles con regímenes de desparasitaciones de 12 tratamientos al año. Las mismas consecuencias se esperarían de un régimen de 5-6 desparasitaciones anuales con endectocidas, especialmente si se continúan aplicando durante el verano e inicios 180

182 de otoño, cuando las poblaciones en refugio (materia fecal y pasturas) son escasas. El uso intensivo de un mismo principio activo seleccionará aquellos especímenes que son genéticamente resistentes, los que transmitirán esta característica a su descendencia. Posteriores tratamientos continuarán seleccionando progresivamente e incrementando el nivel de resistencia, pero ésta no será detectada hasta que haya alcanzado un alto nivel. A esta altura los antiparasitarios serán marcadamente ineficaces en la disminución de la carga parasitaria. En las condiciones citadas, el tamaño de las poblaciones en refugio a la acción directa de los antihelmínticos (especialmente estadios de vida libre), condicionará la manifestación más o menos rápida de resistencia. Cuando la población en refugio es menor (praderas seguras y/o fines del verano) el uso de antihelmínticos puede llevar a una rápida selección de resistencia y por el contrario la selección de resistencia es menor cuando la población en refugio es grande (praderas con alta infectividad en otoño, en invierno y en principios de primavera), debido a que los parásitos susceptibles producirán un mayor efecto de dilución. Planteada la resistencia antihelmíntica en vacunos y hasta tanto no se conozca su real magnitud, el uso inapropiado de los productos basado en desparasitaciones empíricas y/o oportunistas deberá ser abandonado. En este sentido los ganaderos deberán consultar a los veterinarios el manejo del control parasitario. Es importante, diferenciar claramente entre resistencia antihelmíntica y la falta de eficacia del producto utilizado. Esta última puede estar originada en la calidad del producto o más frecuentemente en subdosificaciones derivadas del manejo deficiente del antihelmíntico (ajuste de dosis por estimación errónea del peso vivo, pérdida de producto durante la aplicación, calibración de pistolas y jeringas, etc.). Respecto a la deficiente calidad del producto, ésta no sólo atañe a la concentración de la droga sino también a la calidad del excipiente o diluyente que, si no está dentro de los estándares, será responsable que la droga, aún estando en la concentración justa, no se distribuya correctamente. Esto último crearía un perfil farmacocinético muy pobre, que puede determinar una falta de eficacia, o lo que es peor, el acostumbramiento a la droga (selección de cepas resistentes). Métodos para la detección de resistencia antihelmíntica Ante la presencia de signos clínicos como diarreas, pérdida de peso o estado o deficiencias en la productividad de los bovinos regularmente tratados con antihelmínticos, se debería incluir la posibilidad de resistencia en el diagnóstico diferencial de estos problemas. Cualquiera sea el método utilizado para la detección de resistencia antihelmíntica, la correcta anamnesis se impone como un elemento imprescindible para establecer la posibilidad cierta de resistencia. Es primordial la información 181

183 acerca de la categoría animal, manejo del pastoreo, plan sanitario, pero por sobre todo resulta fundamental el historial de desparasitaciones, abarcando los últimos 2 o 3 años, y donde se detalle minuciosamente la frecuencia de uso, los principios activos, el nombre comercial y las dosis utilizadas (Fiel et al, 2001). Hasta hoy, el método más utilizado en todo el mundo para detectar la resistencia de nematodos es el Test de Reducción del Conteo de Huevos (TRCH) que compara los valores del número de huevos por gramo de heces (hpg) antes y después del tratamiento (14-15 días postratamiento). Se asocia la presencia de resistencia antihelmíntica cuando la reducción entre ambos valores del hpg resultan inferiores al 90%. El método es práctico y sencillo para realizarse bajo condiciones de campo, sin embargo, no puede identificar el problema en su etapa inicial y sólo lo hace, cuando las fallas al tratamiento ya ocurrieron. Establecida una disminución de la sensibilidad de las poblaciones parasitarias a través del TRCH, el Test de Eficacia Controlada (TEC), permitirá saber cuál es el grado de resistencia antihelmíntica. Se basa en las diferencias entre los conteos de vermes de grupos de animales tratados y no tratados, permitiendo establecer la eficacia sobre adultos y formas inmaduras. Como desventajas pueden citarse su alto costo, laboriosidad y tiempo que demanda. Si se requiere la identificación de los parásitos resistentes, una forma práctica sería sacrificar 2-3 animales por cada grupo del TRCH. La necropsia de animales del grupo control no tratado permitirá establecer el nivel de infección, así como la composición de la población parasitaria al nivel de género y especie. En tanto que el sacrificio de igual número de animales sería necesario para cada grupo sospechado de resistencia antihelmíntica. Las necropsias deberán realizarse entre las 2 y 3 semanas de aplicados los tratamientos antiparasitarios. Estrategias para demorar la aparición de la resistencia 1) Uso de la dosis correcta ecta. Se recomienda pesar un lote de animales y dosificar por el animal más pesado de todo el rodeo. Otra forma es hacer 3 lotes, los más pesados, los de peso medio y los livianos, y en cada lote dosificar por el más pesado. Así se evitarán las subdosificaciones. 2) Reducir la frecuencia de tratamientos. Se aconseja sacar las muestras de materia fecal para realizar un análisis de recuento de huevos de parásitos por gramo de materia fecal (hpg) antes de desparasitar. Si la técnica indica que no hay huevos o hay muy pocos (menos de 100 huevos para vacunos) no conviene desparasitar y se espera unos 20 a 30 días para el próximo recuento de hpg. Los hpg varían según la categoría, la época del año (especies predominantes) y la oferta de pastura, factores que deben considerarse para determinar si los hpg son significativos o no. 182

184 3) Evitar desparasitar siguiendo un programa. El diagnóstico (hpg) es primordial. La desparasitarión de categorías adultas (vacas) debe evitarse, ya que éstas serán el reservorio de la población heterocigota susceptible, evitando así la dispersión exclusivamente de una población homocigota (resistente) de parásitos. El concepto a primar es que el productor - y el veterinario asesor - acepten que enfrentan un problema muy serio, y el ganadero deberá convivir inexorablemente con un grado de parasitismo en sus rodeos donde, si bien la producción se mantiene en niveles aceptables, distan en buena medida de los óptimos que se lograban hasta hace un tiempo con animales libres de parásitos. 4) Rotar grupos antihelmínticos. Se deben usar antihelmínticos de diferentes formas de acción. En la actualidad, la mayoría de los antihelmínticos disponibles corresponden a tres grupos químicos: los imidazotiazoles (levamisoles), los bencimidazoles y las lactonas macrocíclicas (avermectinas/milbemicinas). Conviene consultar al veterinario para que indique qué droga usar. Hay que tener en cuenta que una misma droga se comercializa con distintos nombres comerciales según cada laboratorio productor, por lo que hay que considerar el principio activo y no el nombre comercial. 5) Emplear control ol integrado de animales y pasturas. Tratar de pastorear los potreros intercambiando distintas especies (ovinos, bovinos y equinos) o distintas categorías de las mismas especies (ovejas, corderos, etc). Control integrado de parásitos (CIP) El uso de un solo método de control de los parásitos ha demostrado que es poco sustentable y de baja relación costo-eficiente en el largo plazo. El control integrado de los parásitos combina varias herramientas de control (tratamientos antihelmínticos tácticos o estratégicos, con medidas de manejo que permitan brindar a los animales pasturas poco contaminadas), a efectos de desestabilizar la formación de poblaciones parasitarias con mayor proporción de individuos genéticamente resistentes, manteniendo un nivel adecuado de producción. Manejo del pastoreo Basándose en conocimientos epidemiológicos, donde las variaciones estacionales y la disponibilidad de larvas en las pasturas son elementos claves, es factible el manejo del pastoreo, para obtener un control parasitario. El objetivo de las estrategias que se desarrollan a continuación, consiste en la obtención de pasturas seguras que son aquellas que presentan bajos niveles de contaminación parasitaria y por ello no representan un riesgo parasitario inmediato para los animales. 183

185 1) Descanso de pasturas. Se debe realizar en el momento adecuado y el tiempo necesario para obtener pasturas seguras (con muy baja carga de larvas). El descanso de las pasturas, no es igualmente eficaz en distintos climas, estaciones del año, suelos y topografías. Por ejemplo, el descanso es sensiblemente superior en climas tropicales, durante el período seco, en suelos de mayor permeabilidad y drenaje y en áreas fuertemente onduladas de buena infiltración. Como ventaja presenta que puede ser instrumentado eficazmente en rotaciones agrícolas y es relativamente sencillo de implementar. Lamentablemente presenta desventajas de manejo, ya que las pasturas deben estar libres semanas o meses, produciéndose la pérdida de la calidad nutricional del forraje. El reservar pasturas durante la primavera para la realización de reservas forrajeras (rollos, fardos, etc.) donde se acumularán larvas, es una alternativa de control ya que, luego al ser cortado el forraje, se reduce la cobertura en el verano, y la acción del sol y las altas temperaturas, hacen que ocurra una gran mortandad de larvas. 2) Pastoreo eo alterno no. Busca obtener pasturas seguras, alternando distintas especies en el potrero o distintas categorías de la misma especie. Los resultados obtenidos son muy alentadores, incluso en áreas de clima templado. Su principio de empleo está basado en 3 hechos biológicos: La tendencia a desarrollar nematodos en bovinos y ovinos es diferente. Se mantiene libre la pastura del huésped/categoría motivo de control, por lo cual no se permite ciclar durante ese período las especies parasitarias específicas. Los vacunos en pastoreo directo, logran una buena protección contra nematodos gastrointestinales luego de los meses de edad. Estos pueden actuar como aspiradoras de larvas, que al ser consumidas no podrán desarrollar y contaminar las pasturas. 3) Hongos patógenos (una tecnología aún en validación). Son hongos que destruyen a las larvas de los parásitos que están en los pastos. Es un agente biológico en el control de los parásitos. Existen más de 200 especies de hongos capaces de utilizar nematodos como fuente de nutrientes. Dentro de éstos, revisten especial importancia los hongos atrapadores, los cuales han desarrollado órganos especializados, para atrapar larvas en movimiento. En términos prácticos, para que una especie de hongos nematófagos pueda ser utilizada como agente de control biológico, tiene que ser capaz de pasar el tracto gastrointestinal del rumiante sin ser destruido, germinar, crecer, atrapar y destruir nematodos en las heces. Últimamente los mayores esfuerzos de investigación han sido puestos en Duddingtonia flagrans, una especie de amplia distribución mundial, cuyas esporas han demostrado tener una capacidad superior para atravesar el tracto gastrointestinal de los rumiantes. 4) Especies forrajeras. Se debe favorecer el uso de Lotus sp. ya que tienen taninos que afectan a los parásitos y mejoran la digestibilidad de la proteína vegetal (Entrocasso, 2005). 184

186 Manejo de los animales Destinado a incrementar la resistencia y/o la tolerancia natural a los parásitos del rodeo, a través de la mejora del estado fisiológico (por medio de la suplementación), de la selección genética y de vacunas. 1) Suplementación. La subnutrición y la malnutrición crónica es común en muchas zonas ganaderas del mundo. Por definición, los antiparasitarios no han sido desarrollados para solucionar problemas nutricionales sino para eliminar poblaciones parasitarias, cuya acción se confunde con la subnutrición. Una vez empleado el antiparasitario, si éste es efectivo, es imperioso insistir en mejorar la cantidad y calidad de la dieta. Es bien conocido, el hecho que la nutrición es un componente importante en la respuesta de los animales al parasitismo, afectando el desarrollo y establecimiento de los parásitos y también influenciando la magnitud de sus efectos patogénicos. Mejorar el plano nutricional es una recomendación válida para el control de casi cualquier parásito. La suplementación con minerales y nitrógeno no proteico, puede mejorar sensiblemente la fisiología del rumiante, llevando a un mayor consumo de la pastura y a un aumento de la producción de proteínas por parte de la flora microbiana. En consecuencia, existirá una mayor disponibilidad de proteína para la digestión y absorción a nivel del intestino. 2) Animales resistentes esistentes. Un número importante de evidencias han demostrado que en nematodos gastrointestinales existen diferencias genéticas entre razas y poblaciones de animales, en términos de su habilidad para responder a desafíos larvarios desde la pastura. Es conocido el hecho de que una vez establecida la resistencia a nematodos gastrointestinales, se mantiene de por vida y es efectiva para distintas especies de parásitos. Estas razas o poblaciones de bovinos requieren un mínimo de tratamientos antiparasitarios. Los animales resistentes tienen la habilidad de resistir, tal lo indica su denominación, al establecimiento y subsecuente desarrollo de la infección parasitaria. Los animales tolerantes tienen la capacidad de mantener su producción en forma independiente del grado de infección parasitaria. La heredabilidad de la resistencia a helmintos se encuentra en valores medios de 0,25 y 0,35. La heredabilidad de la tolerancia a los nematodos es menor y todavía no se dispone de marcadores eficaces para detectar aquellos animales superiores en esa característica. Se deben desarrollar programas de cría para la selección de animales resistentes/tolerantes y de esa manera aumentar la resistencia global del rodeo, reduciendo la dependencia a los antiparasitarios. El aumento de la resistencia de los animales reduce globalmente la contaminación de las pasturas y en consecuencia, la disponibilidad de larvas infestantes. En el caso de un aumento en la tolerancia en animales infectados con nematodos gastrointestinales, la tasa de contaminación puede no estar disminuida y afectar aquellos animales más susceptibles. La tendencia actual es tratar de seleccionar para las dos características. 185

187 3) Vacunación (una tecnología aún en validación). Se están estudiando, pero es muy difícil por la complejidad de la respuesta inmune de los animales y por la elección de los antígenos adecuados para la producción de la vacuna. Lamentablemente, los resultados obtenidos hasta el momento no son alentadores, como para producir vacunas comercialmente viables. Las vacunas irradiadas han caído lentamente en desuso y hoy son consideradas más bien como herramientas que ayudarán a definir mejor la respuesta inmune y el desarrollo de nuevas vacunas contra nematodos. Recuerde: Si aparece resistencia antihelmíntica en un campo hay que seguir una serie de recomendaciones: Utilizar productos bien formulados y de calidad. Ajustar la dosis por el animal más pesado. Reducir al mínimo, con criterio, el número de dosificaciones. Solamente desparasitar a las categorías más expuestas. Desparasitar preferentemente con diagnóstico previo (hpg). El ayuno de 12 horas pre y postratamiento es importante para mejorar la eficacia de los productos de buena calidad. Controlar los equipos como jeringas, agujas y la correcta aplicación. Rotar los tratamientos con base de droga diferentes. Utilizar los productos de larga acción cuando mayor cantidad de larvas haya en la pastura (refugio grande). Combinar tratamientos con manejo (pasturas seguras, verdeos, etc.). Es conveniente desparasitar a los animales antes de ser ingresados a pasturas nuevas, de bajo riesgo, verdeos y/o rastrojos que todavía no han sido pastoreados. Utilizar drogas de espectro reducido cuando se pueda. Bibliografía Ambrústolo, R. R.; Bulman, G. M.; Segura, E. J.; Beckwith, B. y Guerrero, J. El control parasitario y su relación con parámetros de aptitud reproductiva en vaquillonas de reposición en la Pampa Húmeda, en Veterinara Argentina, Nº 62, año VI, 1990, pp Anziani, O.. Resistencia química a los antiparasitarios, en Anziani, O. El problema de la resistencia, en Rev. Nuestro Agro, p.3. Anziani, O. Resistencia de los nematodos gastrointestinales de los bovinos a los antihelmínticos, en Mem. 11º Encuentro de Veterinarios Endoparasitólogos Rioplatenses, Tandil, Argentina, 22 al 24 de mayo de

188 Anziani, O. y Fiel, C. Estado actual de la resistencia antihelmíntica (nematodes gastrointestinales) en bovinos de la Argentina, en Bulman, G. M.; Vázquez, R.; Bulman, J. M.; Ambrústolo, R. R. y Fiel, C A. Productividad comparada en vaquillonas de reposición: resultados del control de endoparásitos durante 3 años, en el área subtropical argentina, en Mem. VIº Congr. Arg. de Ciencias Veterinarias, Bs.As, agosto de p Bulman, G. M.; Vázquez, R.; Bulman, J. M.; Fiel, C. A. y Ambrústolo, R. R. Evaluación del control parasitario con ivermectina en terneros predestete en el área subtropical argentina, en Veterinaria Argentina, Nº 44, pp , Bulman, G. M.; Ingouville, E.; Fiel, C. A. y Ambrústolo, R. R. Productividad de novillos Brahman/Hereford desde el destete hasta la faena, sobre praderas mejoradas del centro de Entre Ríos (San Salvador), comparando diferentes estrategias de control parasitario, en Veterinaria Argentina, Nº 65, año VII, Cetra, B., Rivero, L. y Pereira, M. Resistencia a los antiparasitarios en rumiantes, en Carascostantogolo, J. Noticias sobre resistencia a los antihelmínticos, en Rev. de Medicina Veterinaria, Nº 4, Vol. 85, Bs. As., 2004, pp. 164 y 165. Entrocasso, C. Pocos productores tienen conciencia de las pérdidas económicas reales, en Motivar, Mercado, opiniones y tendencias de la industria veterinaria argentina, Nº 29, año 3, Bs. As., mayo de 2005, pp. 6 y 7. Entrocasso, C. Capacidad de resistencia de parásitos a las drogas, en Fiel, C. A.; Steffan, P. E.; Vercesi, H. M.; Ambrústolo, R. R. y Bulman, G. M. El fenómeno de la hipobiosis en el contexto de la endoparasitosis bovina, en SIMVECOR, FCV UNNE, Actas, p. 39, Fiel, C. y Anziani, O. Resistencia a los antihelmínticos en hacienda en engorde, en Rev. de los CREA, Nº 289, año XXXVI, Bs. As., Ed. AACREA, noviembre de 2004, pp Fiel, C. Resistencia antihelmíntica en bovinos: causas, diagnóstico y profilaxis, en Meana Irigoyen, G., Lützelschwab, C. y Fiel, C. La epidemiología como base para el control de los nematodes gastrointestinales del bovino, en Nari, A. y col. Control de la resistencia a los antiparasitarios a la luz de los conocimientos actuales, en Servicios Técnicos de Merial Argentina S.A. Resistencia antihelmíntica, en Merial Vet, Nº 8, julio de 2003, pp Núñez, J. Gastroenteritis verminosa de los rumiantes (G.E.V.), en Fundamentos de Parasitología Veterinaria, Cap. 2, Bs. As. Ed. Hemisferio Sur, 1992, pp , El Dr. G. Mauricio Bulman es Presidente de la Comisión Directiva de AAPAVET (Asociación Argentina de Parasitología Veterinaria). Su dirección electrónica es gmbulman_medvet@fibertel.com.ar 187

189 Inseminación artificial en rodeos de cría 1 Se puede definir a la inseminación artificial como la técnica mediante la cual es posible extraer semen a un reproductor, diluirlo y conservarlo, con el propósito de llevarlo al lugar ideal del aparato genital de la hembra (útero), a fin de fecundarla, realizando esto en el momento oportuno (celo) y con el instrumental adecuado. La inseminación artificial (IA), es una técnica por la cual el hombre actúa de intermediario entre el macho y la hembra, llevando el semen hasta la cercanía del óvulo. Con esta técnica ha sido posible el mejoramiento genético en forma rápida y masiva de los rodeos de cría y tambo, lo que ha contribuido al aumento de la producción animal. Breves nociones de su historia Los orígenes de la IA se remontan a la época pastoril, de acuerdo con citas presentes en la Biblia. Las mismas hacen referencia a prácticas mediante las cuales se inseminaron ovejas en celo con semen de carnero dador, pero no se conocen los métodos empleados. Ya en el siglo XIV, cuenta la leyenda que un árabe extrajo, en un paño, semen de un padrillo famoso, para luego introducirlo en la vagina de una yegua en celo, consiguiendo fecundarla. 1 Revisado y corregido por el Dr. Ricardo A. Pazo. Foto: Gentileza del Dr. Sergio A. Marcantonio. 188

190 Pero en realidad, es el año 1779, él que marca un hito fundamental en la historia de la IA, con el comienzo de las investigaciones sobre bases científicas, iniciada por el italiano Lázaro Spallanzani, quién obtuvo, por IA, la primera camada de cachorros caninos. Luego los prejuicios morales de Europa prohibieron durante mucho tiempo su difusión y llegaron a penar su práctica. A principios del siglo XX, Rusia, con el profesor Elías Ivanov y su escuela, fue uno de los países que más influyó en el progreso de esta técnica. Durante mucho tiempo marcó las pautas de la IA en el mundo, pasando luego al resto de Europa y, más tarde, a América. En 1914, el profesor Amantea, científico italiano, inventa la vagina artificial, facilitando de esa forma la extracción de semen en las mejores condiciones, en las grandes especies domésticas. Es en este momento que la IA toma un impulso definitivo. En 1942, Salisbury, de la escuela americana, idea un diluyente a base de citrato de sodio y yema de huevo, que resulta de fundamental importancia y al que se debe la difusión de la IA en el ganado vacuno, ya que posibilitó ampliar el volumen del eyaculado y mantenerlo durante 72 horas entre 2 y 5º C con el uso de hielo y conservadoras de poliestireno expandido. Polge y Rowson, de la escuela inglesa, en 1952 experimentaron con éxito la adición de glicerol como medio de protección del esperma a bajas temperaturas de conservación. Esto permitió mantener al semen con vida indefinidamente sin alterar su capacidad fecundante. El semen era conservado en recipientes térmicos de vidrio. Se utilizaba como elemento refrigerante alcohol etílico y hielo seco que lograba una temperatura de -72º C. Posteriormente mediante el empleo de conservadoras a nitrógeno líquido, la temperatura de conservación descendió a -196º C. La posterior incorporación de antibióticos a los diluyentes, mejoró aún más los resultados obtenidos. Por último, se puede afirmar que fue Cassou, en Francia, quién ideó un método de conservación del semen a base de leche en polvo descremada, base actual del diluyente empleado en la fabricación de semen congelado en pajuelas (pailletes). Ventajas de la inseminación artificial Enumerar las ventajas de la inseminación artificial, significa hablar de: Rápido progreso genético por el uso de toros superiores y probados, es decir, de genética superior. Vence algunas formas de esterilidad, principalmente en la hembra, siempre que no sean de carácter hereditario. Bien realizada, evita la propagación de enfermedades venéreas entre las hem- 189

191 bras y mantiene a los toros libres de las mismas, al evitar la cópula natural (trichomoniasis y campylobacteriosis). Aprovecha reproductores en el tiempo y el espacio, pues permite fecundar un mayor número de hembras con el semen de un mismo toro y transponer el semen a zonas donde un toro mejorador no podría ser llevado. Utiliza intensivamente reproductores de mérito genético, economizando y permitiendo emplearlos a productores que de otra manera no podrían hacerlo. Permite apareamientos difíciles a causa de diferente conformación de los reproductores a emplear (disimilitud de tamaño entre las razas macho y hembra). Uso de toros con facilidad de parto para las vaquillonas. Aprovecha padres incapacitados para la monta, pero de gran calidad genética y todavía fecundos. Elimina a los toros en empresas ganaderas pequeñas. Deja en manos de un centro especializado el mejoramiento zootécnico. Permite efectuar un control más severo y beneficioso de la actividad sexual del rodeo, llevar mejores registros de servicios, el diagnóstico y control de la fecundidad, y por lo tanto, lograr mejores porcentajes de parición. Facilita efectuar pruebas de progenie. Gracias al comercio nacional e internacional de semen congelado, se puede cambiar en pocos años la fisonomía de los rodeos de cría de un país, sin necesidad de grandes inversiones en la adquisición de reproductores, instalaciones y aclimatación de los mismos, riesgos de transporte y rendimiento funcional posterior. Facilita el manejo de los cruzamientos, logrando terneros con mayor vigor híbrido. Disminuye el número de toros para repaso y la consecuente compra de toros, permitiendo trabajar con una mayor carga por hectárea de hembras, ya que se emplea menor cantidad de reproductores. Inconvenientes y precauciones en el uso de la inseminación artificial Requiere de sistemas de explotación de buen manejo y organización. Antes de hablar de la implementación de la técnica es conveniente realizar algunas consideraciones, es decir que esta biotécnica debe ser utilizada en establecimientos que cumplen con pautas mínimas de manejo como, por ejemplo, el servicio estacionado de tres meses (según curva forrajera), la óptima recría de las vaquillonas, la correcta categorización de los vientres, el control de las enfermedades venéreas y un planteo forrajero básico. Ciertos rodeos pueden elevar algo un índice de concepción bajo, si se los pasa de IA al servicio natural. Ello es explicable, si se tiene en cuenta que, la monta natural cuenta con alguna ventaja (mayor dosis seminal, repetición de servicios durante el mismo celo por uno o varios toros, siembra de semen natural, repetición incontrolada de servi- 190

192 cios en distintos celos, etc.), pero esto no puede considerarse como un defecto de la técnica de inseminación artificial. Necesita personal de campo debidamente capacitado y consciente de su responsabilidad, sobre todo en la observación del celo y en el acto de inseminar. Deben ser permanentemente controlados por los veterinarios. Es indispensable conocer la sanidad y el poder fecundante del toro dador del semen. Es imprescindible trabajar con toros probados, de los cuales no se tenga la menor duda que son mejoradores por lo menos con respecto al promedio de la raza y del rodeo donde se van a emplear. Se necesita contar con potreros chicos de acuerdo al tamaño del rodeo, de alta receptividad, para poder concentrar las hembras durante la inseminación. En vacas con cría al pie hay una disminución del peso al destete de los terneros y dificultades en el manejo del rodeo. Más adelante se desarrollará como, con el empleo de la técnica de inseminación artificial a tiempo fijo (IATF), muchos de estos inconvenientes se superan. Situación de la inseminación artificial en la Argentina La composición del rodeo bovino argentino, según el Censo Nacional Agropecuario de 2002 comprende un stock de cabezas de las cuales son vacas de cría y son vaquillonas para el mismo tipo de producción. El Dr. Sergio Marcantonio, comunicó recientemente en el curso de Iniciación a la Ganadería Vacuna, que la cantidad de vientres inseminados alcanza a , o sea el 4,5% del total, estando esta cantidad compuesta por vacas (1%) y vaquillonas (25%). Las causas de tan baja adopción de esta técnica mejoradora se deben a: El personal que debe detectar a las vacas en celo, es el principal problema con que tropieza la IA, en rodeos generales. Otro problema es la conservación de los suelos en las cercanías de los corrales, dada la gran cantidad de animales que deben moverse dos veces por día. Otro inconveniente son las crías, que dificultan los movimientos del rodeo y pierden estado. Celo o estro El celo es el momento en el cual la hembra acepta la monta del toro o de otras compañeras de su rodeo. Su duración es de 18 horas. El celo se repite a los 21 +/ - 4 días, durante todo el año, por lo cual se considera, a la hembra vacuna, poliéstrica continua. 191

193 Síntomas del celo Característica primaria Pasividad a la monta. Es el signo más evidente que la vaca está en celo. Esta característica es específica de este período, es decir que no se presenta en otro momento. Consiste en la inmovilidad de la hembra durante 5 a 7 segundos. Características secundarias Estas características no son específicas del celo, las manifiestan las hembras durante el celo pero también algunas horas antes y después del mismo. Doce a 18 horas antes de comenzar el celo, estas actitudes aumentan su intensidad, alcanzando su máximo durante el celo, y disminuyendo durante las 12 a 18 horas posteriores a su terminación. Actividad de monta. Solamente el 30 al 40% de las hembras que montan están en celo. Estas montas pueden ser craneales o desorientadas. Inquietud. Las hembras se encuentran inquietas, caminan más y mugen con más frecuencia. Olfateo y lamido. Los animales olfatean y lamen los genitales de otras hembras. Signos físicos Descarga vulvar. Es el signo más constante del celo. Es una descarga de mucus cervical a través de la vulva. Es de aspecto límpido y transparente similar a la clara de huevo. Se hace más evidente cuando una vaca monta a otra. Esta descarga puede quedar pegada en la cola y en los cuartos traseros. Vulva hinchada. Esta edematización es debida a la acción de estrógenos que aumentan la irrigación de la vulva. Se encuentra enrojecida, tumefacta, hinchada y húmeda. Peladuras y pelos despeinados en la grupa. Por efecto de las sucesivas montas. Aumento de la temperatura corporal. La temperatura corporal aumenta 0,3 a 1,1º C. La duración del celo puede variar con la raza (en las razas índicas es más corto), con la edad (las vaquillonas tienen celos más cortos), con el factor ambiental, con el factor social y por el factor individual. Los porcentajes de celos diarios en rodeos en buen estado nutricional se observan en el cuadro

194 Cuadro o 1: 1 : Porcentajes de celos diarios. Vaquillonas 3 a 5% Vacas secas 3 a 5% Vacas con cría al pie 2 a 2,5% Fuente: CLIA, Detección de celo Antes de desarrollar el tema en cuestión, es importante aclarar que se hará referencia a técnicas y a métodos auxiliares que se emplean comúnmente en la producción lechera, ya que es posible extrapolar y adoptar una tecnología similar en los rodeos de cría, en muchos casos. La detección del celo y la inseminación en el momento oportuno, es uno de los pasos fundamentales para el éxito de la IA. Es preciso entrenar a conciencia al personal y controlarlo permanentemente, ya que por la índole del trabajo, el veterinario no puede realizar personalmente la selección y aparte de las vacas para la siembra. La detección de celo debe realizarse por medio de la observación visual. Este método consiste en que una persona, responsable de la tarea, observe el rodeo para identificar a aquellas hembras que presenten el único indicador específico del celo: la pasividad a la monta. Detección por observación visual Lugar de observación Durante la detección deben crearse las condiciones adecuadas para que los animales expresen el celo. Uno de los aspectos fundamentales en este sentido es considerar el lugar donde se va a llevar a cabo la observación, ya que determina en gran medida el éxito o el fracaso de la tarea. El lugar ideal es el propio potrero, en una esquina del mismo, juntando o rodeando a los animales a fin de favorecer la interacción del Grupo Sexual Activo (G.S.A.). Es muy importante que estén juntos pero no apretados, para interpretar correctamente la pasividad a la monta. En el caso de un rodeo de cría, es preferible realizar la observación en un potrero cercano a la manga para acortar las distancias a recorrer. Asimismo, es necesario parar rodeo al menos una semana antes del comienzo de la inseminación para ir acostumbrando a los animales a esta rutina y evitar el estrés. En el tambo, también es conveniente realizar la observación en los potreros. Varios trabajos han demostrado que la duración y la intensidad del celo se ve 193

195 afectada por el tipo de superficie sobre la que se encuentran los animales. El piso de los corrales, de cemento y generalmente mojado, disminuye la exteriorización del celo. Por otra parte, al estar las vacas más apretadas en los corrales aumenta la posibilidad de error de interpretación de la pasividad a la monta. Frecuencia y duración de la observación No cabe duda que lo ideal sería observar a los animales las 24 horas del día. Pero en las condiciones de manejo normales, esto no es posible. Debido a ello, se recurre a la observación periódica. Realizando dos o tres observaciones diarias de 50 minutos de duración cada una, es factible detectar el 70 al 90% de los celos. Dicho tiempo debe tomarse a partir que los animales ya han sido rodeados y no desde que se va al potrero o se comienza a juntarlos. Es así que lo recomendable es llevar a cabo al menos dos observaciones por día, a intervalos los más uniformes posibles. Esto es, a primera hora de la mañana y a última hora de la tarde. Durante la época del año de mayor cantidad de horas de luz por día, es factible detectar celo con un intervalo de aproximadamente 12 horas. En tanto que en los meses de menos horas de luz, generalmente el tiempo transcurre entre la detección de la tarde y la mañana siguiente puede ascender a horas. Este largo período en general provoca que la eficiencia de detección de celo en esta época sea menor. En caso de realizar tres detecciones diarias, deberían hacerse a primera hora de la mañana, alrededor del mediodía y a última hora de la tarde. Con respecto al momento, para favorecer la expresión de celo, la detección no debe realizarse cuando el animal tiene como prioritaria otra actividad, como por ejemplo comer. Esto cobra especial importancia en el tambo. Tanto es así, que nunca se debe observar celo cuando los animales entran a una nueva parcela luego del ordeño o tras el cambio de la misma. En ese momento, las vacas priorizan la comida al sexo. En el caso de un rodeo de cría, una situación similar se observa cuando las vacas se manejan mediante pastoreo rotativo, al entrar a una parcela nueva. Rodeo de los animales y aparte de las hembras en celo Las hembras deben ser juntadas de a caballo en la esquina del potrero. Esto debe hacerse al paso, sin corridas, gritos, golpes ni perros. Todo lo que estrese a los animales irá en desmedro de las manifestaciones de celo. Es ideal que la persona responsable cuente con la ayuda de una o dos personas más. Esto si bien es relativamente común en los rodeos de cría, no lo es en los tambos en los que la tarea generalmente se hace en forma individual. Durante el período de observación deben anotarse los números de las hem- 194

196 bras en celo, por lo que es imprescindible contar con una libreta. En los rodeos de cría, recién al final del mismo se procederá a apartarlas. No conviene sacarlas durante la observación, porque esto reduce el número de animales que interactúan y además el movimiento continuo altera la formación de los G.S.A. Ambos disminuyen la probabilidad de detectar celo. En el caso que alguna hembra sea la favorita y reciba la mayoría de las montas del G.S.A., sí podría apartarse, para dar la posibilidad que otra menos atractiva sea montada. Es útil anotar también las hembras que forman el G.S.A. y no están en celo, para prestar especial atención en ellas en los siguientes períodos de detección. En caso de hacerlo, es necesario llevar a cabo anotaciones muy claras y bien diferenciadas para no dar lugar a confusiones. Problemas de la detección de celo Sustituir al toro, quien se encuentra las 24 horas con las vacas y utiliza todos sus sentidos para detectar hembras en celo, no es tarea sencilla. Mas aún si se considera que el estro en las hembras bovinas es relativamente corto, siendo inferior a 8 horas en una proporción importante (25-30%). Como es esperable, la duración del celo influye directamente sobre la eficiencia de su detección (ver cuadro 2). Cuadro o 2: 2 : Duración del celo y su efecto sobre la tasa de detección. Duración (horas) % del rodeo % de celos detectados Fuente: Smith, 1980, citado por Marcantonio, Si esto se suma el hecho que hay una clara tendencia a manifestar el celo con mayor frecuencia e intensidad en horas de más difícil observación, entre las 18 y las 6 horas, la situación se complica. Esta mayor actividad en las horas nocturnas no obedece a una razón fisiológica sino al manejo, ya que las rutinas durante el día, incrementan las manifestaciones durante la noche, con la excepción del tambo, en que la práctica de ordeño incrementarían las manifestaciones (cuadro 3). Como si esto no fuera suficiente, se debe recordar que dentro del conjunto de características y signos físicos del celo, sólo debe ser tomado como indicador la pasividad a la monta. Esta manifestación, además de ser muy breve, no se presenta en forma permanente. Si se analiza un ejemplo sencillo se podrá tomar mayor conciencia de lo especialmente complicado que es detectar una vaca en celo. 195

197 Cuadro o 3: 3 : % de manifestación del celo según las horas del día. Horas % de manifestación de celo Fuente: CLIA, a a a a 0 25 Una hembra presenta un celo de 18 horas de duración y durante el mismo acepta la monta 50 veces. Si cada pasividad a la monta dura unos 5 a 7 segundos, la hembra manifiesta el único signo propio de celo solamente 4 a 6 minutos. Es decir que el celo, no sólo es corto, sino que la hembra manifiesta el indicador específico menos del 1% del tiempo que está en estro. Asimismo existe una gran variación en la intensidad del celo, habiendo en muchos casos celos débiles. Por otra parte, las características del celo (duración e intensidad) son muy poco repetibles, es decir que varían marcadamente en la misma hembra celo a celo. Esto hace que potencialmente cualquier vaca o vaquillona puede ser un problema para la detección. Todas estas razones hacen que la detección de celo sea complicada. A estos inconvenientes que aporta la fisiología reproductiva del bovino, se debe sumar aquellos generados por el propio manejo. En los rodeos de cría, la actividad compartida en muchos casos con otras personas, se termina transformando en un momento apropiado de reunión, no prestándose la atención debida al rodeo. También suele advertirse el acortamiento del tiempo de detección, más aún cuando las condiciones climáticas son desfavorables. Un segundo aspecto dentro de las causas de manejo que llevan a una mala detección, es la falta de conocimiento preciso por parte del responsable para determinar cuándo una vaca está en celo. Esto que parece una obviedad constituye muchas veces una importante causa de fallas en la detección. Frecuentemente existen confusiones acerca de qué es lo que debe utilizarse para definir que una vaca está en celo, tomándose como vaca alzada a cualquier integrante del G.S.A. Mucha más gente de la que se supone no tiene claro este aspecto. Un tercer punto a remarcar como causa de error, es la falta de una correcta y visible identificación de los animales. Es bastante frecuente el uso de caravanas chicas. En otras ocasiones las mismas se han perdido, están dadas vuelta o su número no es legible (sucio con barro o bosta o borrado por las condiciones climáticas). Esto complica o imposibilita la identificación. 196

198 Finalmente, muchas veces se va a detectar celo sin una libreta donde anotar los números de las hembras a apartar. Esto genera equivocaciones. Algunas consideraciones para mejorar la observación visual Uno de los puntos clave es concienciar al responsable de la detección de celo de la importancia de su tarea. La valorización de esta actividad se ve reflejada en forma directa en una mejora en la eficiencia. Comprender que al detectar celo se está haciendo una tarea tanto o más importante que lo que se deja para después y que la manera en que se lleva a cabo repercute enormemente en todo el sistema, es el paso inicial para mejorar. Si el responsable sabe esto ya no hará una pasadita por los animales, ni aprovechará otras actividades para de paso observar. Tampoco salteará o acortará los períodos de detección. Es necesario, por lo tanto, hacer entender que la detección de celo tiene que ser una tarea por si misma en la rutina del establecimiento. Incluso, la valorización de la tarea quizás tenga que ser acompañada de una bonificación económica. Un segundo aspecto prioritario es la capacitación del personal. Que el responsable conozca con exactitud cómo saber que una hembra está en celo. Quienes desconocen esto cometen errores tanto en defecto como en exceso. Si el profesional expresa claramente cuál es el indicador de una hembra en celo, los errores se reducen. En ocasiones el asesor puede suponer que el responsable de la detección tomaría a mal que se le explicase cómo saber que una vaca está en celo, ya que es algo simple y es él quien convive con los animales. De todas maneras vale la pena correr el riesgo y explicarlo claramente. La capacitación también debe abarcar la metodología de detección en lo que se refiere a lugar, momento, frecuencia y duración de la observación y forma de rodear y apartar las hembras en celo. Un tercer punto destacable es la necesidad de una clara y visible identificación de los animales y adecuados registros. En lo posible la utilización de caravanas grandes y en ambas orejas para evitar adivinar el número. Quien detecte celo debe estar munido de una libreta para anotar los números de las vacas en celo y no llevarlos en la memoria, porque esa es otra causa de equivocación. Los datos tomados detección a detección deben ser volcados en planillas simples y de fácil manejo. Métodos auxiliares a la detección de celo Existen métodos auxiliares para la detección del celo que complementan la observación visual. 197

199 Para evaluar y calificar la efectividad de estos métodos de detección de celo, Pennington y Callahan en 1986 introdujeron los conceptos de Eficiencia y Exactitud. El término Eficiencia se refiere a la proporción de celos que son detectados del total de celos que se producen en el rodeo. Exactitud, en cambio, indica qué proporción del total de celos detectados corresponde a un diagnóstico correcto. Eficiencia = número de celos correctamente detectados x 100 número total de celos Exactitud = número de celos correctamente detectados x 100 número de celos correctos + falsos positivos Por ejemplo, un rodeo en el que ocurren 100 celos en un período determinado y el método diagnostica correctamente 90 e incorrectamente 20. Eficiencia = 90 x 100 = 90% 100 Exactitud = 90 x 100 = 82% La eficiencia evalúa en forma indirecta los falsos negativos, es decir la proporción de celos no detectados, en tanto que la exactitud, los falsos positivos, aquellos celos diagnosticados erróneamente. Las ayudas a la detección de celo por lo general mejoran la eficiencia pero no la exactitud de la detección. No obstante, el costo por ineficiencia es considerablemente mayor que el de inexactitud. Se han ideado numerosos métodos con el objeto de mejorar la tasa de detección de celo. Es importante señalar que los mismos son ayudas a la detección, es decir complementan pero no reemplazan a la observación visual. Las ayudas a la detección pueden ser clasificadas en: Métodos detectores de pasividad a la monta. Métodos basados en la medición de la actividad física. Métodos detectores de cambios no visuales. Métodos basados en el control del ciclo estral. Métodos detectores de pasividad a la monta Este grupo de ayudas, cuenta con la ventaja de basarse en el único indicador específico de celo reflejo de pasividad-, lo que les otorga, en términos generales, una mayor exactitud. 198

200 Dispositivos detectores es de la presión de monta. Son dispositivos sensibles a la presión de la monta, que se colocan en la base de la cola de la hembra. Estos sensores indican la ocurrencia de la monta a través de: a) Cambio de color del dispositivo. b) Cambio de color del dispositivo y emisión de luz. c) Emisión de señal de radiofrecuencia hacia una computadora. Según diferentes autores, la eficiencia de estos métodos es del 66 al 98%, siendo variable la cantidad de resultados falsos positivos, por vacas que son montadas en aglomeraciones sin estar en celo. Pintura en la base de la cola (tailpaint). Los neocelandeses desarrollaron un método basado en pintar una franja de cm de largo por 5 cm de ancho en la base de la cola. El fundamento es que con las sucesivas montas que recibe durante el celo, la vaca pierde gradualmente la pintura, evidenciando de esta manera la pasividad a la monta. El punto clave de este método es aprender qué grado de pérdida de pintura es compatible con el celo. Si bien existe una escala de pérdida de pintura (5, intacta 0, borrada completamente), estos porcentajes dicen poco y es necesario hacerse el ojo. La eficiencia del método es del 81-95%, dando 3-31% de falsos positivos. Animales detectores es. Pueden utilizarse: a) Toros preparados quirúrgicamente (retajos): conservan la líbido pero no pueden realizar la intromisión del pene (ej., con desviación de pene) o no pueden preñar a pesar de copular (ej., con vasectomía). b) Hembras androgenizadas o novillos estrogenizados. En ambos casos, se les coloca un bozal marcador ( chin ball ) que tiene en su parte inferior un recipiente con tinta, funcionando como un bolígrafo (tiene una esfera que al ser presionada permite la salida de la tinta). Al apoyar el bozal sobre la hembra receptiva (fundamentalmente al bajar después de la monta) pinta una franja sobre el lomo. También se mejora la intensidad de la detección de celo cuando, los animales detectores, son utilizados en combinación con pintura en la base de la cola, o de detectores de presión en la base de la cola. La eficiencia del método es del 78-96%. Un aspecto fundamental a considerar es la correcta elección del retajo, que tiene que ser un animal con un adecuado estado sanitario general y genital (para evitar transmisión de enfermedades venéreas en aquellos que realizan intromisión de pene) y excelente libido (natural o inducida en el caso de hembras o novillos). Los problemas de este método radican en su interpretación, para evitar falsos positivos, y la necesidad de preparar y mantener los retajos, lo que lo transforma en un método costoso. Pueden utilizarse para entrenar al personal, para controlar su labor o para descubrir hembras en celo. 199

201 Métodos basados en la medición de la actividad física Dispositivos automatizados detectores es del incremento de activi- dad. La informática y la automatización encontraron un área fértil en este campo, originando una tecnología basada en detectar el incremento de la actividad de la vaca, coincidente con el celo. Se utilizan dos tipos de dispositivos: a) Podómetros. Miden y registran automáticamente la cantidad de pasos. Se basan en la medición de la intensidad de los movimientos de las vacas. Es sabido que estas aumentan sus hábitos de ambulación cuando están en celo. Son sensores que deben ser cambiados de una vaca a otra cuando quedan preñadas. Esto los hace poco prácticos. Van a ser más útiles cuando sean censores implantados. b) Collares. Miden y registran los movimientos del cuello. En algunos sistemas este dato es leído automáticamente y registrado en la computadora cuando el animal ingresa a la sala de ordeño, en el caso de una explotación lechera. De esta manera, la cantidad de pasos o movimientos de cuello que da la vaca entre ordeños es registrada y comparada con los datos propios de los últimos días y los del rodeo. Incluso hay disponibles equipos que cuentan con un software que toma este dato y lo compara con el nivel de producción de leche individual, con la conductividad de la leche, nivel de alimentación y fecha del último celo o parto. La eficiencia de estos sistemas es del %. En tanto que la exactitud es extremadamente variable (22-100%). La razón de esto es que se basa en una característica que presenta cualquier miembro del G.S.A., lo que ha llevado a la necesidad de sumar al incremento de actividad otras variables como nivel de producción, conductividad de la leche, nivel de alimentación y fecha del último celo. Métodos detectores de cambios no visuales Cambios a nivel cérvico-vaginal. Existen diferentes métodos basados en los cambios que ocurren a nivel cérvico-vaginal a lo largo del ciclo estral. Dentro de este grupo se encuentran: a) Medición del contenido de materia seca del mucus. b) Prueba de cristalización o del helecho. c) Medición de la resistencia eléctrica vaginal. En términos generales, se caracterizan por no tener alta exactitud, producto de basarse en cambios que ocurren gradualmente durante el periestro. Es decir van produciéndose desde unas horas antes del celo hasta unas horas después de finalizado el mismo. La eficiencia y exactitud son del orden del 50 al 80% y del 35 al 80%, respectivamente. Cambios en las temperaturas vaginal y de la leche. Se basan en 200

202 medir el aumento de estas temperaturas coincidente con el celo. La hembra en celo aumenta su temperatura vaginal en 0,3 a 1,1º C, en tanto que la temperatura de la leche sufre un incremento menor: 0,2 a 0,4º C. Se han desarrollado sistemas automatizados que miden estos incrementos. El problema es el grado de aumento, la gran variabilidad en el dato en y entre animales y la presencia de una gran cantidad de factores que afectan la temperatura. La eficiencia y exactitud de estos sistemas es alrededor del 50 y 55%, respectivamente. Medición de progester ogesterona ona. Otra alternativa de ayuda es la medición de la concentración de progesterona en sangre o en leche, basándose en que durante el celo los niveles de progesterona son basales. No obstante, hay que considerar que estos niveles se mantienen basales durante 5-6 días del ciclo y no sólo durante el celo. Esto significa que si los valores son altos, se está seguro que la hembra no está en celo, pero si son bajos no se puede afirmar lo contrario. Métodos basados en el control del ciclo estral La utilización de programas de control del ciclo estral efectuados mediante el uso de hormonas simplifica o elimina (en caso de la inseminación artificial a tiempo fijo) el problema de la detección de celo. El empleo de esta metodología será desarrollado más adelante. Técnica de inseminación La ovulación se produce de 10 a 14 horas luego del celo. La vida del óvulo luego de la ovulación es corta y la de los espermatozoides es de 24 horas. El momento óptimo de la inseminación es entre las 12 y las 18 horas de los signos externos de celo. Lo correcto será inseminar las vacas que presentaron celo en la tarde, por la mañana y las que presentaron el celo en la mañana por la tarde, es una regla empírica denominada AM-PM, universalmente aceptada. Un sistema práctico es parar el rodeo a la caída del día, encerrando la hacienda en corrales amplios. Se efectúa una exploración con la última luz, apartándose todas las vacas alzadas. Al amanecer, se vuelve a revisar el rodeo, apartándose las vacas que aparecen en celo antes de largar la hacienda al potrero. Las vacas que han sido descubiertas en celo por la tarde, son inseminadas a primera hora del día siguiente, en tanto las detectadas a la mañana, quedan encerradas y son inseminadas a la tarde. Con esto se logra que la mayoría reciba el semen en la vecindad de la ovulación. La técnica utilizada universalmente es recto-vaginal. 201

203 Consiste en introducir una mano por el recto para palpar y fijar el cuello del útero y con la otra mano introducir la pipeta o jeringa a través de la vagina. La mano que se introduce en el recto, puede ser la derecha o la izquierda. Si una persona es diestra le conviene introducir en el recto la derecha. Para introducir el brazo en el recto, este debe estar enguantado y lubricado. La mano debe estar con forma de cuña y luego se introduce en el recto. Una vez introducida se coloca la palma hacia abajo y se comienza a palpar hasta reconocer el cuello uterino que se encuentra generalmente sobre el piso de la cavidad pélvica, cerca del borde anterior. Deslizando los dedos encorvados de un lado a otro de la pelvis y sobre el piso, es fácil atrapar el cuello y reconocerlo por su estructura cilíndrica y firme. Se deben evitar demasiados movimientos dentro del recto porque puede entrar aire y distenderse las paredes del recto, tornándose rígidas. Una vez localizado el cuello del útero, se debe tomar y fijar firmemente. El catéter se introduce por la vulva (antes de introducir la otra mano en el recto) en un ángulo de 35 a 45º hasta que se encuentra con el techo de la vagina y entonces se lo coloca en posición horizontal y se lo lleva hasta el orificio cervical externo. Hay que tener en cuenta de no introducir el catéter en la uretra o divertículo suburetral. Si esto sucede se debe retroceder con el catéter y dirigirlo nuevamente. Luego, el catéter puede que se trabe en un pliegue vaginal, en este caso se retrocede nuevamente y se vuelve a dirigir o se puede estirar el cuello uterino (con la mano que se encuentra en el recto) hacia delante y desaparecen los pliegues. Cuando se llega al coliflor, con movimientos suaves, se comienza el enhebrado del catéter, con la ayuda de la mano que se encuentra en el recto. Esta mano debe mover suavemente el cuello. Luego de pasados los anillos del cuello uterino, se llega al límite entre cuello y cuerpo uterino, allí se detiene al avance del catéter mediante una ligera presión hacia abajo con el dedo índice en la parte anterior del cuello. El semen debe depositarse suavemente. Luego de la deposición del semen se extrae el catéter lentamente y con la mano que está en el recto se realiza un masaje en el cervix. Hay que descargar el semen pasando el cuello uterino. El lugar recomendado es el cuerpo uterino. En teoría, la descarga del semen en los cuernos uterinos reduciría las pérdidas espermáticas por los flujos uterinos, facilitaría el transporte a los oviductos y mejoraría las tasas de preñez a la IA. Sin embargo, los estudios realizados para comparar la fertilidad luego de realizar inseminaciones en los cuernos o en el cuerpo uterino no han brindado resultados concluyentes. No obstante se realizó, un estudio de la Washington State University para comparar los índices de concepción cuando el semen se depositaba en el cuerpo del útero o en ambos cuernos. Se entrenó a nueve inseminadores en cuatro tambos para que durante seis meses depositaran el material seminal en el cuerpo. Pasados esos seis meses, se los instruyó para que sembraran media dosis en un cuerno y media en el 202

204 otro. En la evaluación de servicios, la tasa de concepción fue de 44,7% para la siembra en el cuerpo y 64,6% cuando se sembró en ambos cuernos. Los resultados sugieren que la inseminación cornual mejora los resultados de la inseminación en el cuerpo, no obstante esto aún se haya en una etapa de estudio. No está claro por qué, algunos pocos estudios han demostrado ventajas en la fertilidad luego de inseminar en los cuernos y otros no. Una posible explicación puede estar vinculada con la minimización o eliminación de las descargas cervicales en la colocación del semen dentro del cuerno. La descarga cervical representa aproximadamente el 20% de la descarga realizada en el cuerpo uterino. Manejo a campo del semen congelado El éxito de la inseminación artificial en un rodeo depende de varios factores. Uno de ellos está relacionado con el manejo que se hace del semen congelado cuando se trabaja a campo. En condiciones normales dicho material puede preservarse por muchos años, sin problemas, almacenado en forma conveniente. Para ello se lo conserva a muy bajas temperaturas, - 196º C, en pequeños tubitos cilíndricos llamados pajuelas o en forma de pastillas, dispuestos en el interior de termos con nitrógeno líquido. No obstante, es común que una vez que el semen sale de un centro de inseminación pase por muchas manos, no siempre cuidadosas, antes de llegar al útero de la vaca. Lo más probable es que primero vaya a una firma distribuidora quien se encargará de comercializarlo a los productores. Cada uno de estos pasos de la ruta del semen implica un nuevo trasvasado del material de un termo conservador a otro, con los consiguientes riesgos de exposición a temperaturas críticas para su viabilidad. Al mismo tiempo durante las maniobras de inseminación artificial, el semen también se expone a peligrosas variaciones de temperatura. En particular si el técnico responsable de esta operación no toma ciertas precauciones en su rutina de trabajo. Estos golpes de calor pueden dañar los espermatozoides congelados e incluso provocar la pérdida de la fertilidad de una dosis de semen. Cuando se los somete a repetidas elevaciones de temperatura, estos se deterioran debido a ciertos cambios que se producen en el interior de las células espermáticas. Así, el productor malogra la oportunidad de alcanzar la mejora económica buscada a través del uso de un toro con buena genética. Muchos productores, e incluso más de un técnico inseminador experimentado, no tienen suficiente conciencia sobre la importancia de cuidar la temperatura adecuada de conservación del semen. Suele pensarse que, mientras este material se mantenga congelado, no existen mayores riesgos de afectar su viabilidad. Nada más falso. Varios estudios previenen acerca de los riesgos de daño celular 203

205 que pueden sufrir los espermatozoides cuando la temperatura de conservación supera los 130º C, es decir cuando el semen se calienta. Un hecho que juega a favor de aquella idea errónea es que, a veces, el material seminal mal conservado mantiene aún su capacidad fértil ya que no se afectan todos los espermatozoides. Por este motivo, el inseminador puede restarle importancia al tema de la temperatura adecuada de almacenaje debido a que igual preña. Claro que, a la hora de hablar de eficiencia reproductiva, no es lo mismo lograr 55% de preñez que alcanzar, por ejemplo, 61%. Allí es donde radica la diferencia en el manejo que repercute sobre el bolsillo del productor. Existen variables que pueden condicionar la calidad de conservación del semen congelado. Algunas de ellas son la forma de presentación de una dosis, es decir si se trata de una pajuela o de una pastilla; el modelo de termo utilizado; la altura y tiempo de elevación de los canastillos donde se disponen las dosis, el intervalo entre las elevaciones o extracciones y la temperatura ambiente con la que se trabaja. El semen congelado se presenta en dos formas: Pastillas o pellets. Pajuelas o paillets. En el cuadro 4 se señalan algunas diferencias de procedimiento, según se trate de pastillas o de pajuelas. Cuadro o 4: 4 : Diferencias encias de procedimiento según la presentación del semen congelado. Pastillas Pajuelas Redilución SI NO T en ºC de descongelado 37º C 34-35º C Tiempo de descongelado 1 minuto 30 segundos Tiempo máximo para inseminar 15 minutos 15 minutos Pastillas o pellets Es una forma de presentación del semen difundida en la Argentina y no utilizada en otras partes del mundo. Su tamaño es el de una aspirina y su color es amarillo. La identificación del toro es en conjunto, en el canastillo del termo, ya que su identificación individual (por pastilla) es muy dificultosa. Por este motivo su mani- 204

206 pulación debe hacerse con cuidado, evitando confusiones y el mezclado de las mismas. Se diferencia con la pajuela en su tamaño y forma, que permite almacenar más cantidad de dosis por canastillo. Pajuelas o paillets Esta forma de presentación del semen es utilizada en todo el mundo. Es un tubo de plástico de diámetro variable (0,5 o 0,25 cm). Tienen la ventaja de la identificación individual según la raza, nombre y HBA del toro dador, fecha de congelación, país de origen e identificación del centro de inseminación artificial. Se almacenan en gobelets, que son tubos de plástico de diámetro variable, y estos en los canastillos del termo. En la actualidad, la pajuela constituye la forma de presentación más usada comercialmente para fraccionar una dosis de semen. No obstante, su forma la hace muy susceptible a los cambios de temperatura debido a que presenta una alta relación superficie-volumen. Dicho de otra forma: resulta más fácil enfriar o calentar un líquido distribuido a lo largo de un cilindro fino, como es la pajuela, que concentrado en una esfera. En este sentido la pastilla de semen corre con ventajas frente a aquella, por su mayor resistencia a los cambios de temperatura. Debido a la mencionada susceptibilidad, las pajuelas deben manejarse con mayor precaución para conservar el semen en condiciones adecuadas. Por eso, cada vez que el técnico realiza la extracción de una pajuela del interior del termo con nitrógeno debe evitar exponer las restantes dosis a variaciones peligrosas de temperatura. Esto puede desencadenar el llamado efecto aditivo. Este fenómeno se da por sucesivas exposiciones de las pajuelas a la temperatura ambiente durante períodos de un minuto o más, en el momento de ascender el canastillo. Si el termo no contiene un nivel de nitrógeno adecuado, dichas pajuelas sufren un aumento de temperatura y no logran reenfriarse debido a las sucesivas exposiciones. Así, la temperatura de las dosis va aumentando hasta alcanzar valores críticos. Este problema suele ocurrir en programas de sincronización de celos, cuando el inseminador extrae del termo muchas dosis en poco tiempo, o cuando tarda demasiado en manipular las pajuelas debido a fallas en su identificación o sobrecarga de dosis del termo. El peligroso efecto adictivo puede evitarse exponiendo el semen durante menos de un minuto en la boca del termo, y aguardando a que las restantes pajuelas vuelvan a alcanzar las temperaturas de conservación originales antes de una nueva extracción. Se recomienda, en consecuencia: a) El canastillo nunca debe superar la línea de escarcha del cuello al ser elevado para extraer una dosis de semen congelado. b) Utilizar pinzas para la extracción de pajuelas ayuda a no elevar en exceso los canastillos. 205

207 c) El canastillo no debe permanecer en el cuello del termo por más de 10 segundos. d) Mantener actualizado el inventario de semen para evitar exposiciones innecesarias al buscar la dosis deseada. e) Al pasar semen de un termo a otro, acercar los termos y es deseable que los gobelets (vasos que contienen las pajuelas) estén llenos de nitrógeno líquido. Para manejar el semen congelado, hay que conocer qué cosas le hacen bien y cuáles le hacen mal al semen antes de la aplicación en la hembra bovina en celo. Para ello hay que tener bien claro varios conceptos claves: A) La luz solar daña irremediablemente al semen. B) El paso por 0º C tanto al congelarlo como al descongelarlo debe ser lo más rápido posible. C) Los cambios de temperatura de descongelado, hacia el 0º C también dañan al semen. Partiendo entonces de estos conceptos es claro comprender, cómo se debe manejar el semen congelado. El termo con nitrógeno líquido mantiene al semen a -196º C y en la oscuridad. Ya allí se cumplen las 3 condiciones enumeradas, mientras este contenga nitrógeno líquido en su interior. Si por cualquier causa este quedase sin nitrógeno líquido, todo el semen que contenga en su interior quedaría inutilizado en pocos minutos. Por lo tanto, es fundamental que el termo nunca baje su nivel de nitrógeno a menos de la mitad de su contenido total. El semen no debe exponerse a temperatura superior a -80º C. Esta temperatura de riesgo se puede producir por: Cambio de canastillo de un termo a otro. Demora en la identificación de una dosis de semen en particular. Para el descongelado de semen, cualquiera sea su forma, deben tomarse las precauciones necesarias para lograr el éxito de la técnica: Cambios en la temperatura. Contacto con el agua. Contacto con desinfectantes, jabones y detergentes. Retornando el tema del descongelamiento del semen, es necesario contar en la manga, por donde pasarán las hembras en celo, con un yugo para la inmovilización de las mismas y una puerta lateral para la entrada del inseminador. Cerca de esta es conveniente que haya una casilla para que el termo quede allí dentro y no sea movido cada vez que haya que inseminar una vaca. En la mencionada casilla hay que contar con dos termos más: Uno para el descongelado del semen, que cuenta con una tapa grande para el llenado con agua, y otra más pequeña que da a un orificio con un tubo con un filtro en su extremo para que penetre el agua tibia por abajo, sin permitir que escapen las pajuelas o tubos con pastillas. El otro termo, en cambio, es uno común que se llenará con agua caliente. Apar- 206

208 te se contará con un termómetro de alcohol de temperatura variable, del tipo de los usados para medir la temperatura ambiente, de escala grande y columna de color, preferentemente rojo. Este se inserta adentro del termo para el descongelado. De esta forma, una vez que la vaca o vaquillona detectada en celo 8 a 12 horas antes del momento de la inseminación artificial es embretada e identificada, recién allí, se podrá elegir cual es el canasto que contiene el semen que corresponda a dicho animal y de ahí en más recién, se pone en marcha todo el mecanismo de descongelado del mismo. El primer paso es que la pinza con la cual se va a tomar la pastilla, o pajuela debe ser sumergida en el nitrógeno algunos segundos antes, para que se enfríe y cuando toque la pastilla o la pajuela, no sufra esta última schock térmico alguno. Una vez enfriada la pinza, se saca el canasto elegido al centro de la boca del termo y sin sacarlo afuera, se toma la pastilla o pajuela elegida. Descripción de la técnica de descongelado de pastillas Para el descongelado de pastillas, hacen falta los siguientes materiales: tubo de redilución, rediluyente, agua caliente (37º C), jeringa con intermediario, catéter o pipeta para inseminar, termómetro, pinza o cuchara para extraer el semen del termo y termo o caja de tergopol para la descongelación. En un tubo de redilución se coloca el rediluyente (1 cm o 20 gotas). El tubo se deja en el termo con agua a 37º C. Con la cuchara o pinza se extrae del termo una pastilla (evitando que el termo quede mucho tiempo abierto). Se coloca la pastilla extraída en el tubo con rediluyente, que se encuentra en el agua a 37º C, se espera un minuto (hasta su dilución), luego de un minuto se homogeiniza con movimientos rotatorios y se procede a cargar la pipeta de inseminación artificial. Se debe tener en cuenta la distancia entre el lugar de descongelación y el lugar de inseminación. Si esta distancia es grande, hay que cubrir el semen de la pipeta para evitar que la acción de los rayos solares lo perjudique. Descripción de la técnica de descongelado de pajuelas Para el descongelado de pajuelas, hacen falta los siguientes materiales: termo de descongelación, pinza para extraer la pajuela del termo, termómetro, agua caliente (34-35º C), jeringa para inseminación artificial para pajuelas Cassou, vainas verdes, tijera o cortapajuelas, papel descartable y trapo franela. En el termo de descongelación se coloca el agua a 34-35º C (que se controla con el termómetro). Luego de retirar la pajuela de la conservadora de nitrógeno líquido con la pinza y antes de colocarla en el termo de boca ancha para su descongelación es conveniente sacudirla enérgicamente en un solo movimiento, 207

209 como descender la temperatura de un termómetro clínico. Este movimiento ayuda a que se desprenda de la misma, una gota de nitrógeno líquido que puede haber quedado en la parte posterior del tapón de algodón. Eliminar el nitrógeno reduce las posibilidades de estallido de la pajuela al ser colocada a baño maría para su descongelamiento. Luego se coloca en el termo de descongelación durante treinta segundos. Mientras se espera, precalentar la jeringa de inseminación con el trapo franela. Pasados los treinta segundos y descongelada la pajuela, se seca esta con papel descartable antes de ser abierta y se controla nuevamente la identificación impresa. Una vez que la pajuela ha sido descongelada y secada y antes de cortarla, es conveniente sacudirla nuevamente con un movimiento seco tomándola desde el extremo a cortar, con la finalidad de que la burbuja de aire se desplace bien hacia dicho extremo. La pajuela, debe ser secada, antes de ser abierta, ya que el agua del termo de descongelado es espermicida. Es decir que si se queda húmeda antes de ser abierta esa agua matará los espermatozoides que entren en contacto con ella. En caso de trabajar con pajuelas es necesario cortar la punta de ellas con una hoja muy filosa, que por lo general la proveen los mismos centros de inseminación artificial. Este corte debe ser neto y bien perpendicular a la pajuela, para que no queden aristas por donde podría escapar el semen hacia atrás antes que entre en el lugar de depósito, es decir, al cuello del útero. Cada pajuela tiene 0,5 ml de semen y de 20 a 30 millones de espermatozoides. Si en lugar de cortar sobre la burbuja se corta sobre la columna de semen, se pierde parte de la dosis inseminante. Recordar que en cada gota de semen puede haber entre 1 y 2 millones de espermatozoides. Los centros de inseminación artificial argentinos, hacen las pajuelas con sobrada dosis de espermatozoides. En cambio cuando se trabaja con semen importado, la cantidad de espermatozoides por pajuela es mucho menor y por lo tanto todos estos detalles son de suma importancia, ya que el semen es más caro y trae la dosis de espermatozoides más ajustada que el semen argentino. Entonces, ya descongelada la pajuela, se coloca dentro de la jeringa con el extremo sellado hacia fuera, para poder cortar ese extremo. Luego se coloca la vaina hasta el tope de la jeringa. Observar que la pajuela cortada se halle encastrada en el adaptador de la vaina. Seguidamente se ajusta con el anillo de plástico, la vaina al cono de la jeringa. Es conveniente no descongelar más pajuelas que las que pueden ser utilizadas dentro de los 10 a 15 minutos y mantener la temperatura de la pajuela y la higiene a lo largo de todo el proceso de IA. Luego de la descongelación, los espermatozoides comienzan a utilizar sus limitadas reservas energéticas. Por lo tanto, es importante que el semen sea depositado en la hembra tan pronto como sea posible tras la descongelación. En los centros de IA recomiendan que el inter- 208

210 valo máximo sea 10 a 15 minutos desde la descongelación hasta la recarga. Para los técnicos promedio, esto representa 3 o 4 pajuelas. Las tasas de concepción pueden ser maximizadas cuando el inseminador se concentra en aspectos específicos o directos del manejo y calidad del semen. Estos incluyen: a) Descongelar pajuelas en baño maría a 35º C por un mínimo de 30 segundos. b) Evitar el contacto directo pajuela-pajuela durante la descongelación, porque el contacto puede llevar a la recongelación, lo que puede llevar a ocasionar daño espermático con menor motilidad. c) Implementar un apropiado proceso de protección térmica e higiénica para mantener la homeostasis térmica (35º C) y la limpieza durante el armado de la jeringa y traslado hacia la vaca. d) Inseminar dentro de los 10 a 15 minutos posteriores a la descongelación. Cumpliendo estas recomendaciones parecería que descongelar varias pajuelas a la vez y el orden en la secuencia de inseminación no impactaría sobre la eficiencia reproductiva. No obstante, los técnicos que no cumplen estas premisas, lograrán menores tasas de concepción en función del número de dosis descongeladas simultáneamente. Es fundamental cumplir con adecuadas normas de higiene a lo largo de todo el proceso. Un grupo dirigido por J.C. Dalton de la Universidad de Idazo, investigó los posibles efectos que podían tener sobre la tasa de concepción, un descongelamiento múltiple de pajuelas. Se buscaron tres objetivos: Medir las consecuencias de descongelar 4 pajuelas de 0,5 ml simultáneamente y ver si había diferencia entre la tasa de concepción entre la primera vaca inseminada y la cuarta. Evaluar si los resultados diferían cuando la técnica era aplicada por profesionales o por los productores. Determinar la importancia que tiene el lapso que media entre el inicio del descongelado y la cuarta inseminación sobre la tasa de concepción. Se concluyó que: La tasa de concepción no se vio modificada por el orden en el que se inseminaba a las vacas ya que se preñó igual la primera que la cuarta. Los profesionales fueron más eficientes para lograr preñeces: 45% vs. 27%. Los profesionales tardaron en promedio 7,6 minutos, mientras que los productores tardaron 10,9 minutos en completar la inseminación de las cuatro vacas. De todos modos, no se puede atribuir esta diferencia de tiempo la causa de los diferentes resultados de preñez, ya que dentro de cada grupo, hubo distintas duraciones que no se asociaron con la tasa de preñez. En el caso de tener que inseminar en el mismo momento con pastillas y pajuelas a más de dos hembras en celo, es conveniente pasar primero a las hembras que 209

211 van a pajuelas y luego las que van a pastillas, dado que es más fácil subir la temperatura del termo de descongelado que bajarla, una vez ajustado todo el sistema. Otro detalle importante a tener en cuenta, es que cuando se comienza la inseminación artificial del día, el termo de descongelado está frío y por lo tanto es conveniente observar la temperatura de su interior en los primeros 5 minutos hasta que el mismo también se caliente, ya que si se ajusta desde el comienzo y luego no se observa más, cuando se preste atención, la temperatura del interior del mismo estará en 32º C. Manejo del termo o conservadora a nitrógeno líquido El semen debe mantenerse a través del tiempo en termos que permitan una temperatura de -196º C. El termo consiste en una cubierta exterior de acero inoxidable o aluminio, sin partes móviles, lo que lo hace más resistente. Interiormente se encuentra suspendido del cuello el verdadero recipiente de nitrógeno líquido. Entre ambos el vacío es un aislante perfecto, evitando la pérdida de frigorías al exterior y la entrada de calorías al interior. El punto débil lo constituye el cuello donde están unidas la superficie interior y exterior con un espesor de tan sólo 2 mm, por lo que requiere un trato cuidadoso, ya que una sacudida fuerte o un golpe puede provocar una fisura con pérdida de vacío. Debe prestarse particular atención al cuello y a la válvula de vacío. La acumulación de escarcha en esas áreas indica que el aislamiento por vacío se ha perdido y que el nitrógeno líquido se está evaporando rápidamente, El termo posee un tapón diseñado para aislar el nitrógeno y el semen del medio externo. Este tapón no es hermético, sino que permite la salida de gases producidos por el nitrógeno líquido, evitando así una explosión del termo. El recipiente interno tiene el nitrógeno y es en el que se encuentran los canastillos con semen. Estos canastillos quedan sujetos al cuello del termo. Debido a la gran diferencia de temperatura entre la parte interior (-196º C) y la exterior (+20 a 30º C) se produce la condensación en el termo, lo que dificulta la visualización de los canastillos. La identificación del semen se realiza en la parte superior de los canastillos (la que se encuentra afuera del cuello del termo). Por lo frágil que es una conservadora a nitrógeno líquido, debe ser sometida a un manejo adecuado para que la misma tenga una vida útil duradera. En todos los casos se aconseja que la misma sea protegida por un cajón de madera o metal forrado con goma espuma de unos 4 cm de espesor. Si no fuera gomaespuma podría ser telgopor, o en su defecto llenar los espacios con aserrín o viruta de madera. Con ello se la protegerá de los golpes que pueda recibir al ser trasladada de un lugar a otro sobre vehículos. 210

212 Características físicas del nitrógeno El nitrógeno es un gas incoloro, inodoro e insípido. Es apenas soluble en agua y es un mal conductor del calor y de la electricidad. Es el principal elemento del aire (78%). No produce vapores tóxicos o irritantes pero si sofocantes. Es uno de los productos más fríos (-196º C) que se consiguen en el mercado. Hierve a -160º C. Licua a -174º C. Expansión de líquido a gas 696 a 1. El vapor que aparece cuando se destapa un termo es humedad condensada, no el gas en sí, que es invisible. Manejo del termo Como recomendación básica se sugiere mantener siempre el termo con un nivel de nitrógeno líquido por encima de la mitad de su capacidad (3/4). Si bien clásicamente la literatura recomienda mantener el nivel de nitrógeno del termo encima de un mínimo de 10 cm, existen claras evidencias sobre la conveniencia de trabajar con termos que tengan altos niveles de nitrógeno líquido. Cuanto más lleno está el termo, menos peligroso resulta elevar el canastillo por más tiempo, muchas veces en un intervalo breve entre exposiciones o en días calurosos. Condiciones de conservación El efecto del nivel de nitrógeno líquido del termo sobre las condiciones de conservación del semen congelado se advierten en el cuadro 5. Cuadro o 5: 5 : Efecto del nivel del nitrógeno sobre e las condiciones de conservación del semen. 211 Nivel alto 3/4 Nivel bajo 1/4 Zona crítica del termo Menor Mayor Efecto negativo de temperatura y humedad ambiente Menor Mayor Tolerancia de exposición a la zona crítica Mayor Menor Probabilidad de efecto aditivo Menor Mayor Fuente: Marcantonio, S., Este aspecto es particularmente importante para las dosis ubicadas en los gobelets colocados en la parte superior de los canastillos. Más aún en los casos

213 de inseminaciones sincronizadas en las cuales las elevaciones de canastillos se producen más frecuentemente, por lo que el desafío es mayor. Por lo tanto se recomienda: Minimizar la altura y el tiempo de elevación del canastillo. Nunca debe elevarse el borde superior del canastillo más arriba de la boca del termo ni por más de un minuto. Minimizar la cantidad de exposiciones a la zona crítica. En el caso de tener más de un riel portagobelets de un toro en un mismo canastillo, siempre deben utilizarse primero las dosis de los gobelets superiores de todos los rieles y luego las de los inferiores, para minimizar las exposiciones a la zona crítica. En este sentido también ayuda, siempre que sea posible, almacenar una cantidad de dosis por gobelet menor a su capacidad. En caso de utilizar gobelets de 100 pajuelas, si está lleno se tendrá que exponer la última pajuela 100 veces a la zona crítica. Es preferible tener dos gobelets con 50 dosis cada uno. Por otro lado, al no estar completos los gobelets y al encontrarse las pajuelas más sueltas se hace más rápida la maniobra de extracción de las primeras dosis. Asegurar un intervalo mínimo de un minuto entre las elevaciones del canastillo. Es importante para evitar el efecto aditivo de la temperatura de las pajuelas, es decir, el aumento gradual de temperatura que experimentan las dosis como consecuencia de elevaciones muy frecuentes de canastillos. Un intervalo mínimo entre elevaciones posibilita el reenfriamiento de las dosis. Este aspecto se debe contemplar especialmente en las inseminaciones con sincronización de celos, en las que el inseminador extrae muchas dosis del termo en poco tiempo. Controlar que los gobelets no estén perforados en su base. Esto permite que las pajuelas continúen bañadas en nitrógeno al elevar el canastillo, reduciendo el estrés provocado por la exposición a la zona crítica. En algunas ocasiones, los gobelets plásticos tienen un orificio en la base por imperfección de la unión y en otras, los propios inseminadores los perforan para facilitar la entrada de nitrógeno, a semejanza de los canastillos. Esto no es correcto. Si bien los canastillos son cribados, los gobelets no deben tener perforaciones. Muchas veces quienes manejan el semen no tienen verdadera conciencia de la importancia de mantener una adecuada temperatura de conservación. El hecho que un semen mal conservado pueda ser capaz de fecundar una vaca, ya que normalmente no se afectan todos los espermatozoides, colabora en una confusión en este sentido, creando el riesgo de pensar que aún sin ser cuidadoso, las vacas se preñan. Lo importante es comprender y recordar mientras se trabaja, que no es lo mismo lograr altos que bajos índices de preñez y que la mayoría de las veces la diferencia, es producto de un inadecuado manejo del semen congelado. 212

214 Manejo del nitrógeno y cuidado del termo A continuación se enumeran algunos aspectos prácticos para manejar adecuadamente el nitrógeno y cuidar correctamente el termo: 1) Guardar y usar nitrógeno líquido sólo en lugares ventilados. Si se evapora suficiente gas del líquido en un ambiente cerrado, el porcentaje de oxígeno en el aire baja, a un punto peligroso. Cuando la concentración de oxígeno en el aire es suficientemente baja un hombre puede perder el conocimiento sin darse cuenta. Si permanece en este ambiente por algún tiempo, puede morir. El porcentaje de oxígeno en el aire nunca debe ser menor al 16%. 2) Evitar todo contacto con la piel y especialmente con los ojos para eludir quemaduras por congelación en el sitio de contacto. Usar en lo posible guantes de lona, anteojos y botas con los pantalones fuera de estas. 3) Guardar el termo en un lugar fresco. En caso de dejarlo dentro del vehículo de transporte, este debe estacionarse a la sombra en verano y en invierno protegerlo del agua para evitar la formación de escarcha o hielo superficial en el tapón. Hay que recordar que si el tapón por esta razón queda herméticamente cerrado, puede ocasionar explosión violenta al aumentar la presión dentro del recipiente. 4) Proveer al termo de una capa acolchada para amortiguar golpes durante el transporte. Atarlo a la caja del vehículo o asiento evitando que pueda desplazarse o volcarse. 5) Se deberá mantener siempre colocado el tapón aislante, el que al retirarse se levantará con suavidad colocándolo nuevamente, cuidando la coincidencia de las varillas. 6) Los canastillos se retirarán de a uno por vez, levantándolos y moviéndolos en dirección opuesta al diámetro del cuello. Para instalarlo nuevamente, se inclinará para el fondo de la canastilla se ubique en el lugar que le corresponde en la estrella del fondo. Se los debe mover con cuidado y sin violencia, a fin de no dañarlos o torcer el soporte. 7) Un conservador totalmente vacío y caliente, deberá ser cargado con precaución, evitando choques térmicos. Para ello se enfriará con repetidas cargas de nitrógeno líquido distanciadas pocos minutos. Cuando el agregado de nitrógeno no produce elevada o violenta emisión de vapor, puede seguirse cargando en forma más apresurada. Lo ideal es cargar el termo con un embudo metálico, tan largo como el cuello del mismo, volcando el nitrógeno hasta completar el tanque inferior. Es muy peligroso para la vida útil del termo, volcar el nitrógeno sobre el exterior del mismo, pues el borde exterior ha sido diseñado para permanecer a temperatura ambiente. 8) Se debe vigilar periódicamente el nivel de nitrógeno, en caso de haber descendido con exceso (menos de 10 cm) deberá reponerse a la mayor breve- 213

215 dad. Se debe medir con una varilla de madera o de plástico negra (nunca hueca). Introducirla en el conservador hasta el fondo. Dejarla en posición vertical 20 segundos. Secarla y agitarla al aire. La zona de color blanco, donde se condensa el vapor de agua atmosférico (forma de U escarchada), indica la medida del nitrógeno existente en el termo. La frecuencia de recarga de un termo depende de varios factores. El tipo o modelo de conservador y la intensidad de su uso, son los de mayor peso. 9) Es conveniente disponer en el termo solamente las canastillas necesarias, suprimiendo las que no se usan en forma inmediata, a fin de reducir la conductibilidad térmica al exterior, lo que ocurre a través de las manijas de los canastos. 10) Mover el termo solamente cuando sea necesario. Hacerlo con las dos manos y colocarlo sobre el piso, suavemente sin golpear. 11) En establecimientos donde su utilización es temporaria, es muy importante la higiene del termo. En el termo que ha concluido su última carga de nitrógeno y no será usado por algún tiempo, se deberán efectuar los siguientes pasos: a) Una vez que la conservadora está vacía y a temperatura ambiente, colocar boca abajo sobre un apoyo, lavar con agua limpia caliente y detergente con una manguera, la que llegará al fondo, dejándola un rato con agua. Luego agitar para que se despeguen los residuos que puedan estar en el fondo y volcar el agua, cuidando de arrastrar todos los restos de material orgánico y basuras (residuos de pastillas, algodón, etc.) depositadas que corroen con facilidad y en poco tiempo los materiales. Con frecuencia no es posible la reparación, con lo que se pierde la unidad. b) Enjuagar nuevamente con agua limpia y desinfectarlo, en particular si se usan pastillas, donde el semen se encuentra al desnudo sin ningún tipo de cubierta que lo proteja del medio. c) Dejar secar boca abajo, si es posible al sol para que seque por completo. Si no es posible el secado por aire, se dejará escurrir boca abajo, cuidando los golpes. d) Guardar en lugar seco hasta la próxima temporada. No se tiene que colocar el termo sobre piso de cemento o concreto o superficie húmeda a fin de evitar la corrosión. Hacerlo sobre tablas o piso de madera. 12) Al adquirir un conservador nuevo o usado, interiorizarse de la duración de la carga estática (sin mover), considerando que la misma se reduce con el uso (por ejemplo, 180 días de autonomía estática se reducen a 120 días de autonomía en trabajo normal). 13) En caso que el inseminador notara un nivel excesivamente bajo de nitrógeno se recomienda: a) Solicitar a otro inseminador que proporcione un poco de nitrógeno hasta el próximo reabastecimiento. b) Acudir sin demora a la planta de nitrógeno para su recarga. 214

216 c) Informar a la persona encargada de la inseminación sobre lo ocurrido para coordinar la solución del problema. d) Aunque el problema sea de poca importancia informar a los superiores. 14) En caso de quemaduras con nitrógeno líquido lavar el área afectada inmediatamente con agua fría y aplicar compresas de agua helada hasta la intervención del médico. Inseminación artificial a tiempo fijo El éxito de los programas de inseminación artificial, se sustenta en el conocimiento de tres áreas fundamentales: la fisiología del ciclo estral de la vaca, los productos farmacológicos y sus efectos sobre el ciclo estral de la vaca y los factores de manejo del rodeo. Los planteos de inseminación artificial tradicionales consisten en la observación de los animales en celo dos o tres veces por día y la inseminación artificial a las 12 horas después. Estos programas duran entre uno y dos meses, pero tienen el gran inconveniente que se necesitaban por lo menos dos personas entrenadas dedicadas casi exclusivamente a la inseminación artificial. La necesidad de parar rodeo dos veces por día para la observación de celos produce un gran deterioro de las pasturas por el pisoteo. Por último, la detección de celos no es eficiente y muchos celos pasan desapercibidos, especialmente en animales cruza cebú. Para mejorar este último punto, surge la sincronización de celo, una herramienta práctica y económica utilizada en programas de inseminación artificial. La alternativa para aumentar significativamente el número de animales inseminados es la utilización de protocolos o rutinas que permitan realizar la inseminación artificial sin detección de celos, llamada comúnmente IAFT (Inseminación Artificial a Tiempo Fijo) o IAS (Inseminación Artificial Sistemática). Los nuevos programas de sincronización de las ovulaciones permiten manipular la función ovárica de manera tal que el 90% de los animales esté ovulando en un lapso de 24 horas. De esta forma es posible realizar las inseminaciones de un gran grupo de animales sin detección de celo y obtener porcentajes promedios de preñez superiores al 55%. Con el uso de los programas de sincronización de celos se minimizan los inconvenientes en gran medida responsables de la baja tasa de inseminación en la Argentina, permitiendo al productor acceder a los beneficios que otorga esta poderosa herramienta de mejoramiento genético. 215

217 Ventajas adicionales de un programa de sincronización con inseminación artificial a tiempo fijo (IATF) respecto de la inseminación artificial tradicional (IA) Facilita la incorporación de la inseminación artificial. Corto período de inseminación y menor costo que la forma tradicional. Menor uso de horas hombre. Mayor cabeza de parición con un 20% más de kilos de ternero logrado. Menor cola de parición con un aumento del 70% de kilo de ternero logrado en esa categoría. Mayor intervalo al siguiente servicio (asegura la preñez). Acortar el período de servicios, aplicado en la mejor época del año, de acuerdo al estado de los potreros y al calendario comercial. Menor y mejor atención al parto por acortamiento del período de parición, (menor pérdida de terneros y vientres). Mejora la eficiencia en la utilización de los recursos forrajeros. Disminución del pisoteo de los potreros y movimiento de los rodeos. Facilita el destete precoz por disponer de un lote más homogéneo. Permite obtener mejor precio al vender un lote homogéneo y de un solo origen paterno. Posibilita una recría e invernada más eficiente. En vacas posparto, ayuda a anticipar la salida del anestro y el retorno al celo, acortando el intervalo parto primer servicio. Los intervalos entre partos pueden acortarse 20 días. Esto es importante para las vacas cola de parición y en vacas de primera parición. El punto de partida del análisis es cuantificar los beneficios productivos y económicos de la IA para conocer el retorno de la inversión. Si bien cada planteo requiere un análisis individual, resulta orientador el trabajo realizado por Lucas Cutaia y colaboradores en 2003, que permitió cuantificar los beneficios productivos de la IA, al comparar el peso al destete de los animales nacidos por esta técnica, con el de los nacidos por servicio natural. Según los resultados de este trabajo, los terneros nacidos por IATF, fueron más pesados al momento del destete que los originados en el servicio natural (ver cuadro 6). La diferencia en promedio fue de 34 kg (20% más pesados al destete). Parte de esta diferencia (20 kg) fue atribuida a que los terneros del grupo IATF nacieron más temprano en la época de parición y parte al incremento en el peso de los terneros (14 kg), debido a que en la IATF, se utilizaron toros superiores a la media del rodeo para peso al destete, lo que produjo un avance genético. 216

218 Cuadro o 6: 6 : Diferencia encia de peso al destete. Terneros machos Terneras hembras Peso al Peso Peso al Peso Nº destete (kg) ajustado Nº destete (kg) ajustado a 205 días (kg) a 205 días (kg) IATF ,4 201, ,8 185,0 Servicio natural ,4 184, ,6 174,1 Diferencia 36,0 16,5 33,2 10,9 Fuente: adaptado de Cutaia, L. y col. Taurus, año 5, Nº 19, Baja detección de celo en los rodeos de cría: sus motivos La baja detección de celo es el verdadero cuello de botella de la inseminación artificial, en rodeos de cría. Varios factores contribuyen a lo difícil de la tarea, como ya se ha explicado y además, muchas hembras son menos activas en demostrar su celo, y solo se dejan montar 1 o 2 veces. Esta actitud de monta también está muy influenciada por el porcentaje de celo diario (ciclicidad o funcionalidad de las vacas en íntima relación a su condición corporal), manejo del rodeo: estrés por malos tratos, brusquedad para hacer rodeo, presencia de perros agresivos, rigurosidad del clima: frío, calor, tormentas, lluvia, granizo, nieve, etc. Cuanto más vacas estén en celo por día, más fácil es la detección por la formación del grupo sexualmente activo. El anestro posparto de la vaca con cría es la falta de estro o celo y se lo considera un problema cuando está presente después del día 45 posparto. Dos causas provocan y alargan el anestro posparto: Condición corporal del vientre. Amamantamiento. La vaca de primer parto y especialmente la que viene de un servicio de vaquillona de 15 meses, expresará fuertemente este anestro posparto, siendo esta categoría de vientre donde habrá más dificultad para la detección de celo. El desplazamiento de los rodeos de cría hacia las zonas marginales, coloca a las vacas en un ambiente desfavorable para sus necesidades nutricionales, con pérdida de su condición corporal, que prolonga el anestro posparto y demora la fecha de concepción. Consecuentemente, un importante número de vacas quedan vacías al final de la época de entore, que incrementan el refugo (rechazo) y disminuyen la producción de carne. 217

219 Una deficiente condición corporal en la vaca y el amamantamiento de su cría, provocan para el hombre, una seria dificultad en la detección de celo, especialmente en programas largos de inseminación, que se caracterizan por tener una baja eficiencia en la detección, muchas horas de trabajo del personal, gran movimiento del rodeo, intenso pisoteo de pasturas y una baja tasa de preñez final. Se debe siempre utilizar personal idóneo y capacitado para cada tarea. Integrar el grupo con personas capaces de sumar esfuerzos para desarrollar correctamente un programa de inseminación y no insistir con aquellas personas que por su responsabilidad y dedicación, nunca podrán tener buenos resultados, ellos, deberán ser destinados a otras actividades. Es muy importante que alguien (encargado, veterinario) con suficientes conocimientos del tema, controle al personal para que cada una de las tareas del programa se hagan correctamente y especialmente estar dispuesto a colaborar en la resolución rápida de los problemas, esto significará que el personal no sienta que está solo. La inseminación artificial con detección de celos naturales, necesita como mínimo de uno a dos meses de duración para lograr una razonable tasa de preñez, ello requiere una cantidad suficiente de potreros por el intenso movimiento del rodeo (pisoteo) y especialmente para momentos críticos (lluvia, sequía, etc.). Estas, más otras causas, son responsables de la baja eficiencia en la detección de celo en vacas de cría y consecuentemente, cuando se lo compara con el servicio natural, se observa una disminución del porcentaje de preñez de cabeza, y/o menor preñez general. Por todos los inconvenientes enumerados y el riesgo de disminuir la tasa de preñez, el productor sostiene que el servicio natural, es más sencillo, eficiente, económico y consecuentemente no utiliza la inseminación artificial, aceptando seguro sus ventajas. La situación descripta no sucede solamente en la Argentina. La detección del celo, para poder inseminar, es el inconveniente común para la mayoría de los productores de carne del mundo. Hoy la inseminación artificial, en rodeos de carne, y especialmente en la vaca de cría, puede realizarse mediante un programa corto, que ayuda a mejorar la detección de celo, disminuye la mano de obra y los movimientos del rodeo, es decir que minimiza los inconvenientes más importantes que se habían planteado. Dos metodologías de inseminación artificial de programa corto son posibles: Con detección de celo: Sincronización de celos. Sin detección de celo: Sincronización de celos y ovulación, Inseminación Artificial Sistémica (IAS) o Inseminación Artificial a Tiempo Fijo (IATF). La inducción y/o sincronización de los celos es una metodología que permite la incorporación de la IA y un agrupamiento de la parición con el consecuente incremento de la cantidad de kilos de ternero destetado. La mayor cantidad de kilos de ternero destetado se logra por el incremento en 218

220 la tasa de preñez al principio de la temporada de servicio (mayor cabeza de preñez), y un desplazamiento de la preñez en las vacas cola de parición hacia mitad de la temporada de servicio. La suma de ambos efectos, produce un mayor peso promedio de los terneros al destete. La estacionalidad de los servicios en cría, requiere una alta eficiencia reproductiva, porque cuanto más tarde paren las vacas en la temporada programada, tienen menos tiempo para empezar a ciclar en el próximo año, consecuentemente habrá menos preñez, menos terneros, más vacas vacías y más rechazos. A medida que se atrasa la parición se va reduciendo en forma proporcional el tiempo de servicio efectivo, y así, los animales que paren el último mes (cola de parición), disponen tan solo de 33% de posibilidad de preñarse, si se los compara con la cabeza de parición. Con los programas de sincronización de celos, se puede mantener y hasta reducir la estacionalidad de los servicios, incrementar la cabeza de preñez y aumentar el número de oportunidades de servicio en las vacas cola de parición. La sincronización de celos, adelanta la fecha de concepción al inicio de la temporada de servicio en el 40-50% de las vacas sincronizadas, con ello, es posible incrementar aproximadamente, 25 kg de carne por hectárea. Ciclo estral de la vaca El ciclo estral de la vaca dura aproximadamente 21 días (cuadros 7 y 8). Cuando la vaca se aproxima al celo, se produce en la adenohipófisis, la liberación de una hormona, llamada folículo estimulante (FSH), que es la responsable del desarrollo de los folículos ováricos, especies de ampollas, en los cuales se encuentra el óvulo. También la FSH estimula la producción de una hormona llamada estrógeno, liberada por las células del folículo, responsable de producir todos los síntomas del celo. Simultáneamente en la adenohipófisis se libera otra hormona llamada luteinizante (LH), encargada de la ruptura del folículo maduro. Cuando la LH alcanza su máximo nivel en sangre, se produce la ovulación. Luego de esta, las células del antiguo folículo cambian su forma y se llenan de grasa, formando el cuerpo lúteo o cuerpo amarillo, el cual se mantiene funcionalmente maduro entre los 5 y 16 días después de iniciado el estro o celo. La progesterona es una hormona, formada por las células del cuerpo lúteo y su función es inhibir la producción de otras hormonas. A los 16 o 17 días del ciclo se produce la muerte celular del cuerpo lúteo y un rápido descenso en el nivel de progesterona. Cuando esto ocurre se eleva el nivel de estrógenos, se estimula la formación de folículos maduros y la ovulación. 219

221 Cuadro o 7: 7 : Características internas nas y externas del ciclo estral vacuno. Hallazgos clínicos Ciclo estral Palpación rectal Utero Signos externos CL 20 a 25 mm Discreto aumento Ausencia de Folículo 8 a 10 mm de tono al final signos de estro CL 10 a 15 mm Presencia de Proestro: vulva Folículo 12 a 15 mm tono poco turgente, vestíbulo ligeramente congestionado 0 CL menos de 10 mm Marcada Estro: turgencia vulvar, Foliculo 20 a 22 mm. Suaves tonicidad vestíbulo hiperémico, y lisos. Después ovulación. descargas copiosas Area suave y de moco cristalino cráter de ovario 1-4 CH que alcanza Edema Metaestro: 1º día 15 mm al 4º día después del estro, discreta descarga mucosa, puede presentarse el sangrado metaestral 4-15 CL del 8º día Fisiológicamente Discreta congestión mm flácido de la mucosa CL del 10º vestibular al inicio día mm de este período Sincronización de celos El objetivo primordial de la sincronización de celos, es la capacidad de controlar el ciclo estral, lo que facilita establecer programas de inseminación artificial, eliminando los trabajos en la detección visual de celo. La metodología para la sincronización de celos es distinta según se trate de vaquillonas y vacas secas que estén ciclando o de vacas con cría al pie, como se desarrollará oportunamente. Es interesante destacar que, la sincronización de celos, se realiza con diferentes hormonas y en distintas combinaciones. Se administran mediante implantes subcutáneos, dispositivos intravaginales o inyectables. 220

222 Cuadro o 8: 8 : Manifestaciones externas del ciclo estral. Proestro Estro Metaestro Diestro (1-3 días) Vulva y vestíbulo ligeramente congestionado. Se acerca y huele a otras vacas. Manifiesta principios de inquietud. (10-12 horas) Reflejo de aceptación, presente. Monta de otras vacas y se deja montar. Hiperemia del vestíbulo vaginal. Se percibe una disminución en la producción de leche. Se manifiesta la presencia de moco estral que es transparente y limpio (cristalino) a veces en hilos muy grandes que fluyen de la vulva. Para los efectos de la inseminación artificial, la observación del moco estral es fundamental para detectar la presencia de sangre, pus o estrías blanquecinas junto con el moco lo que imposibilita la fecundación. (1-3 días) Discreta descarga mucosa. La vulva regresa a su circulación. Puede presentarse sangrado metaestral. (4-18 días) No existen manifestaciones externas de celo, pues se encuentra bajo la influencia de la progesterona Estas hormonas actúan sobre la fisiología del ovario, adelantando, atrasando o induciendo el celo (sincronización) y algunas estimulando la ovulación, permitiendo inseminar a tiempo fijo. Diferentes programas se han propuesto, todos con la misma finalidad: inducir y sincronizar celo y/o ovulación, con mínimos días de detección e inseminación, con menor movimiento del rodeo y de horas de trabajo, con la máxima fertilidad y al menor costo posible. La buena respuesta a un programa de sincronización depende de la fertilidad de los vientres, de su estado corporal al tratamiento, y del uso de un correcto programa de sincronización, acorde a la categoría de vientre a sincronizar. La vaca de primera parición y especialmente aquella que viene de un servicio como vaquillona de 15 meses, representa la categoría con menor respuesta a la sincronización y menor tasa de fertilidad, debido a sus elevados requerimientos de producción y crecimiento. Las razas índicas y sus cruzas, tienen una menor respuesta a los programas de sincronización, con tasas de fertilidad menores que si se las compara con las razas británicas y/o continentales. Muy importante, un programa de sincronización, no deberá ser utilizado como 221

223 oportunidad para realizar otros trabajos en la manga. El manejo del rodeo durante la sincronización debe realizarse con el mínimo estrés posible. Sincronización de celos en vaquillonas y en vacas secas El programa de sincronización de celos más utilizado en vaquillonas y en vacas secas, por su simplicidad y bajo costo, se basa en la aplicación de una hormona denominada prostaglandina (PGF). Este tratamiento puede ser empleado con distintos protocolos, que incluyen 1 o 2 dosis por animal seguidas, por la inseminación con o sin previa detección de celo. Los resultados de fertilidad obtenidos en vaquillonas y en vacas secas con estos programas son muy buenos, siempre y cuando se realice una adecuada selección de los animales a incorporar a la inseminación. El requisito fundamental para que las hembras respondan adecuadamente a los protocolos con PGF es que se encuentren ciclando, es decir que presenten celo regularmente cada 21 días en promedio. Razón por la cual, este programa no es recomendado para ser empleado en vacas con cría al pie, debido a que una proporción variable de las mismas está en anestro (no está ciclando) al comienzo del servicio. Sincronización de celos en vacas con cría al pie y de vaquillonas que no ciclan El anestro posparto significa además de la falta de celo en el rodeo, un alargamiento del período parto-concepción. Por lo tanto, muchas de las vacas que forman parte de un esquema de servicio estacionado de tres meses, corren el riesgo de quedar vacías al momento de retirar los toros. En consecuencia, muchos productores para corregir esto, deciden alargar el período de servicio, con lo que obtienen más vacas cola de preñez. Posteriormente esto se refleja en los destetes que, presentan mayor desuniformidad de los lotes logrados y menos kilogramos de terneros destetados. La sincronización de celos adelanta la fecha de concepción al inicio de la temporada de servicio en el 40 al 50% de las vacas sincronizadas, con lo que es posible incrementar la producción en unos 25 kg de carne por hectárea. Dentro de un esquema ideal, las vacas de un rodeo tendrían que entrar en celo 45 días después de paridas, situación que en general no se cumple, siendo este período mucho más largo. Las metodologías para acortar el anestro son netamente de manejo y los tratamientos son hormonales con progestágenos. Entre las primeras se encuentran el destete temporario, la restricción del amamantamiento, el efecto macho y el destete precoz. 222

224 En el segundo caso, se trata de implantes subcutáneos, que se colocan en la base de la oreja (contienen un progestágeno sintético) y de dispositivos intravaginales (los cuales contienen progesterona natural). Estos a su vez, pueden combinarse o no, con estrógenos y prostaglandinas. Los progestágenos actúan como un depósito de la hormona progesterona, la cual es liberada lentamente por el dispositivo y absorbida por el organismo, de esta forma se mantiene un nivel de progesterona en sangre, que inhibe la liberación de las hormonas luteinizante y foliculoestimulante, encargadas del desarrollo y de la maduración de los folículos ováricos. Al retirar este dispositivo, la progesterona cae abruptamente (en 6 horas) provocando que la hembra entre en celo entre las 30 y las 60 horas posteriores al retiro. La inducción a la ovulación contribuye a reducir los períodos improductivos (consecuencia de los procesos de reposo sexual). De acuerdo con diferentes estudios, el acortamiento de los servicios se traduce en una mayor productividad de los rodeos de cría y por ende en una mayor rentabilidad. Un ejemplo de ello es el estudio realizado por Wiltbank en Estados Unidos en 1985, quien al comparar la productividad de dos rodeos con servicios de 2 y 5 meses y utilizando en el primero tratamientos de inducción y sincronización de celos, logró en el primero, una mejora del margen bruto del orden del 18% con respecto al de 5 meses. En un análisis semejante al realizado por Wiltbank, pero llevado a cabo en la Argentina por Butler y Alberio en 1997, han podido comprobar que la incorporación de la inducción y la sincronización de celos e IATF en un rodeo de cría para acortar los servicios de 90 a 50 días, puede producir mejoras importantes en el sistema productivo. Este estudio se hizo comparando la eficiencia productiva de un rodeo de 90 días de servicio natural cuando es manejado en forma muy ajustada (90% de parición con un 45% ocurrida el primer mes), con la eficiencia de un rodeo con 50 días de servicio (93% de parición, con un 70% parido en la primera mitad, es decir alrededor de los 25 días) en el cual se realizó la inducción y sincronización de celos e IATF. La mejora de un 8,3% del margen bruto (medido en kg de ternero producido) en el servicio de 50 días con respecto al de 90 días, estuvo dada no sólo por el mayor peso al destete por el agrupamiento de las pariciones, sino también por la mejora genética. Esto fue posible al haber realizado una sincronización de los celos y una IATF preñando a la mitad de un rodeo con un toro mejorador. Otra alternativa es el uso estratégico de esta metodología en las vacas cola de parición. Esto motivó un estudio similar al anterior, en el cual se consideró una duración del servicio de 30 días que es lo que podría ocurrir en estas vacas y se observó un incremento del margen bruto en las vacas tratadas e inseminadas que superó en un 54% al de las vacas no tratadas. Por último, es de suma importancia tomar en cuenta una serie de consideracio- 223

225 nes higiénicas en el uso de dispositivos intravaginales para sincronizar celo, ya que su empleo y su reutilización, puede constituir una fuente de infecciones en el aparato genital femenino. Piccinali, R. y Trinidad, J., en 2003, realizaron un diagnóstico macroscópico y bacteriológico de los dispositivos intravaginales utilizados en un rodeo de vacas con cría. El 98% de los mismos fue recuperado al cabo de 7 días. El 50% mostró algún tipo de contaminación fecal. Del 50% restante, el 75% presentó algún tipo de exudado purulento. Una muestra de los mismos resultó bacteriológicamente positiva en cultivos sobre agar sangre, donde se pudo identificar Staphylococcus aureus, Satphylococcus albus y Pseudomonas aeruginosa. Con relación a los hallazgos presentados, considerando la importancia que pudieran tener (tanto la inflamación por causas traumáticas inespecíficas, la respuesta vaginal al cuerpo extraño, la presencia de materia fecal y la flora bacteriana normal o esporádica) en el éxito de la técnica de inseminación artificial, es que reviste trascendental importancia realizar el manejo de cualquier dispositivo intravaginal, de manera responsable y a través de un minucioso proceso higiénico. Inseminación de vaquillonas y de vacas secas La sincronización con prostaglandina (PGF) es económica y pueden hacerse programas de 1 o 2 aplicaciones. El programa de una sola aplicación de PGF, induce entre el 60 y el 70% de celo, con una dispersión de 2 a 4 días. Por ello es necesario inseminar con detección. Mientras que con dos aplicaciones de PGF separadas por 11días, inducen el 90-95% de celo, con una dispersión menor (48 a 72 horas) y esto permite inseminar con o sin detección de celo. Resultados de diferentes programas de sincronización con PGF En todo programa de sincronización, cuando se insemina con detección de celo, se logra un mayor porcentaje de preñez, pero requiere más días de trabajo (ver cuadros 9 y 10). Cuadro o 9: 9 : Tasa de preñez en vaquillonas con dos dosis de PGF e inseminadas con y sin detección de celo. Celo Inseminación % de preñez al 1º servicio Sin detección Sistemática 47,5 Con detección 4 días 63 Fuente: Sara, R.,

226 Cuadro o 10: : Porcentaje de preñez en vaquillonas sexualmente cíclicas (púberes), es), tratadas con dos dosis de PGF, e inseminadas a tiempo fijo (IAS) y a celo detectado (IACD). Tipo de IA Número de animales % de preñez promedio Rango IAS % IACD (3 días % de trabajo) Fuente: Sincrovac, 1998, citado por Sara, R., En la inseminación artificial sistemática (IAS), se puede hacer con una o dos inseminaciones. El leve incremento de la preñez con la segunda inseminación, no supera los costos de la doble dosis de semen (ver cuadro 11). Cuadro o 11: : Tasa de preñez con dos dosis de PGF y una o dos inseminaciones a tiempo fijo en vaquillonas y vacas secas. Categorías Momento de IAS (horas) % de preñez Vaquillona y Vaca seca y Fuente: Sara, R., El tratamiento de prostaglandina de dos aplicaciones combinado con otras hormonas (GNRH) permite realizar inseminación artificial sistemática (IAS). Las vaquillonas de 15 meses tienen que cumplir con la premisa de poseer el 70% del peso adulto, para integrar los programas de sincronización de celo e inseminación sistemática con dos aplicaciones de PGF. Una vez que están seleccionadas por peso, se descartan las que les falta desarrollo genital. Obviamente se trata de las terneras cola, las más chiquitas o que no tuvieron una recría adecuada (mala alimentación o parasitosis importante), de insuficiente desarrollo ovárico y reducido diámetro pélvico. En el caso de las vaquillonas de 18 a 24 meses de edad, con un peso equivalente al 75% del peso de la vaca adulta (peso de la vaca vacía gorda para venta), el número de hembras descartadas es generalmente inferior y son animales que han tenido algún problema en su recría y que nunca se recuperarán. Una metodología utilizada en esta categoría de animales y con personal para detectar celo e inseminar durante 12 días, se inicia con detección e inseminación 225

227 durante 6 días, inyectando PGF al sexto día los animales no inseminados y continúa con la detección e inseminación durante seis días más. Este programa reduce la dosis de PGF y logra altos porcentajes de preñez, siempre que la tasa de celo diario previo al tratamiento sea buena (4,5-5%), ver cuadro 12. Si el porcentaje de celo es muy bajo, puede ocurrir que el lote no esté cíclico, que la gente que detecta celo no haga bien el trabajo o la existencia de un porcentaje importante de hembras preñadas por robo. Cuadro o 12: : Porcentaje de preñez en vaquillonas de 24 meses de edad, después de 6 días de inseminación y PGF al sexto día a las no inseminadas, con detección e IA durante otros os 6 días. Nº de vaquillonas % celo diario pretratamiento % de % de preñez celo final al 1º servicio , Fuente: Sara, R., También se usan combinaciones de PGF y GNRH (método Ovsynch). El método Ovsynch (apócope en inglés de sincronización de ovulaciones), ideado en los Estados Unidos, consiste en inyectar GNRH (hormona liberadora de LH- FSH) el primer día de tratamiento, a los 7 días se da PGF y dos días más tarde se aplica una segunda dosis de GNRH, inseminando en forma sistemática al día siguiente. Los resultados esperables con este tratamiento, dependen en gran medida de la ciclicidad de los vientres. En hembras cíclicas es de esperar un 60 a 75% de preñez, en tanto que en vientres acíclicos la respuesta cae prácticamente a la mitad (30 a 35% de preñez). Inseminación de vacas con cría al pie y de vaquillonas que no ciclan Los progestágenos pueden usarse en animales cíclicos y no cíclicos. Son especialmente indicados para vacas con cría, por su efecto inductor, sincronizador de celos y ovulación. Provocan celos con poca dispersión y permiten la inseminación artificial sistémica en un solo día. Los progestágenos también son efectivos en vientres cíclicos, pero es una metodología de mayor costo. El tratamiento consiste en la colocación de los dispositivos con progestágeno 226

228 (subcutáneos en la oreja o intravaginales) en el día de comienzo del tratamiento (día 0). Junto con el dispositivo se administra una inyección intramuscular de progesterona y estradiol. La acción del dispositivo más el estradiol será la de inducir, vía supresión de las gonadotropinas circulantes, el crecimiento de una nueva onda de desarrollo folicular (aproximadamente 4 o 5 días después). A los 7 o 9 días (según el dispositivo que se utilice) se quita el progestágeno y alternativamente se podría administrar prostaglandina F2 para inducir la luteólisis. A las horas de retirados los dispositivos se puede administrar 1 mg de benzoato de estradiol o un análogo de la GNRH para inducir a la ovulación. Los animales son inseminados artificialmente a las horas después del retiro del dispositivo, en forma sistemática. Es imprescindible, que las vacas a sincronizar tengan un buen estado corporal (ver cuadro 13). Cuadro o 13: : Relación entre e la condición corporal (escala 1-5) y el porcentaje de preñez, al tratamiento con progestágeno. Condición corporal % de preñez al 1º servicio 2,5 38,8 3 42,6 3,5 53,8 Fuente: Witt, A. y col., citado por Sara, R., Bragliatti, G., empleando la escala tradicional (1-9) para medir la condición corporal en razas de carne, encontró que los resultados con animales de condición corporal 3 son de entre el 25 y el 35% de preñez, mientras que animales de condición corporal 5 o más, los porcentajes oscilan entre el 55 y el 65% de preñez. Con vacas de condición corporal 7 y con un posparto de más de 4 meses y sin ternero al pie, se lograron resultados del 71,2% de preñez. El programa requiere de 3 a 4 movimientos del rodeo y puede combinarse con un destete temporario por 48 horas. Esta separación se realiza en el momento de retirar el dispositivo intravaginal. Si la condición corporal (3-3,5) y el intervalo parto-tratamiento (más de 45 días) son los adecuados, el porcentaje de preñez a la IATF se ubicará entre el 40 al 60%, tal como se observa en los cuadros 14 y15. Una de las indicaciones del uso del progestágeno es inducir la actividad ovárica en vacas y vaquillonas en anestro (sin celo). Siempre tiene una menor respuesta en los animales índicos y sus cruzas. El cuadro 16 muestra como el progestágeno induce el inicio de la actividad ovárica en vacas de cría, acortando el anestro posparto, cuando el tratamiento es realizado más allá del día 45 después del parto y lógicamente en un estado corporal no crítico. 227

229 Cuadro o 14: : porcentaje de preñez en vaquillonas de 15 meses (peripuberales) tratadas con progestágenos e inseminadas a tiempo fijo. Vientre Número de animales % de preñez promedio Rango Vaquillonas , % Fuente: Sincrovac, 1998, citado por Sara, R., Cuadro o 15: : porcentaje de preñez en vacas con cría tratadas con progestágenos e inseminadas a tiempo fijo. Vientre Número de animales % de preñez promedio Rango Vacas con cría % Fuente: Sincrovac, 1998, citado por Sara, R., Cuadro o 16: : Porcentaje de preñez en vacas en anestro, con y sin tratamiento con progestágeno. % de celo % de preñadas al 1º servicio Preñez general No tratadas % Tratadas 76, % Fuente: Scena, C., citado por Sara, R., Esta respuesta inductora de la actividad ovárica es marcadamente menor en razas índicas (cuadro 17). Cuadro o 17: : Porcentaje de preñez en vacas Brahman en anestro, con y sin tratamiento con progestágeno. % de preñez No tratadas 10,5 Tratadas 45 Fuente: Scena, C., citado por Sara, R.,

230 En el cuadro 18, se observa el efecto del progestágeno en la actividad ovárica de vaquillonas en anestro, donde se observa un fuerte efecto iniciador de la funcionalidad sexual, logrando un buen porcentaje de preñez final. Cuadro o 18: : Porcentaje de preñez en vaquillonas Angus en anestro, con y sin tratamiento con progestágeno. % de celo % de celo % de preñez en 12 días en 50 días en 50 días No tratadas 0 66,6 33,3 Tratadas ,7 Fuente: Scena, C., citado por Sara, R., También, se advierte una respuesta menor en las cruzas con razas índicas (ver cuadro 19). Cuadro o 19: : Porcentaje de preñez en vaquillonas Braford en anestro, con y sin tratamiento con progestágeno. Resincronización El progestágeno permite realizar una resincronización de los vientres inseminados por IATF, a los 16 días posteriores a la inseminación, con lo cual las vacas vacías (50% aproximadamente), vuelven a ser sincronizados sus celos y ovulación, recomendando una inseminación con detección de celo durante tres días. Esta metodología, tal se advierte en el cuadro 20, permite aumentar la preñez del rodeo por IA al 70-75%. Cuadro o 20: : Porcentaje de preñez en vacas con cría tratadas con progestágeno, inseminadas a tiempo fijo y resincr esincronizadas. Vientre Número de animales % de preñez promedio Rango Vacas con cría , Fuente: Sincrovac, 1998, citado por Sara, R., % de preñez No tratadas 9,5 Tratadas Fuente: Scena, C., citado por Sara, R.,

231 En vacas con cría de 9 establecimientos, ubicados en diferentes zonas del país, con diferente condición corporal, se obtuvo un promedio del 49,31% (34,48-62,50) a primo inseminación, sin detección de celo y a tiempo fijo (realizada en un solo día). Se aumentó el porcentaje de preñez realizando un repaso con inseminación artificial 18 días después, con una preñez final promedio del 93,06%. Se observa, en el cuadro 21, el efecto negativo de la baja condición corporal (en una escala 1-5) sobre el resultado de preñez en la IATF (lote 6). Cuadro o 21: : Porcentaje de preñez en vacas con cría tratadas con progestágeno e inseminadas a tiempo fijo. Condición Destete Nº de Nº de % de Nº de % de corporal 48 horas vacas vacas preñez vacas preñez preñadas por IA preñadas total Lote 1 3,25 Si , ,37 Lote 2 3,00 Si , ,70 Lote 3 3,50 Si , ,02 Lote 4 3,25 Si , ,25 Lote 5 2,50 No , ,01 Lote 6 2,25 No , ,21 Lote 7 3,75 No , ,50 Lote 8 3,00 No , ,23 Lote 9 3,25 No , ,33 Totales , ,06 Fuente: Paramidani, E. y Péndola, C., El costo de la IAFT El servicio de IAFT se compone del costo de las hormonas, la mano de obra y el material seminal. El costo total del tratamiento es de aproximadamente 8 kilos de novillo, con reutilización de los dispositivos intravaginales de progesterona, más el estradiol y una dosis de prostaglandina por animal. La mano de obra es de 5 kg de novillo por animal inseminado y el semen varía entre 4 a 8 kg de novillo dependiendo de la genética a utilizar. Como conclusión se puede decir que la implementación de programas de IATF en rodeos de cría es una herramienta económicamente viable, que produce retornos económicos inmediatos, basados fundamentalmente en las diferencias de kilos obtenidos al destete y un ahorro en la cantidad necesaria de toros. Es importante resaltar que, a diferencia de lo que muchos productores creen, el servicio natural no es gratis. 230

232 Al costo de producción o de compra de los toros expresado en la cuota de amortización, hay que sumarle el costo de alimentación y sanidad, el costo de oportunidad de tener toros en el campo (un toro representa una vaca y media) y los fletes y comisiones de compra y venta. Se trata de una cifra nada despreciable, que en muchas ocasiones iguala al costo del servicio por inseminación artificial. Recuerde: La detección de celo es el verdadero cuello de botella de la inseminación artificial en los rodeos de cría. Bibliografía Alberio, Ricardo y Butler, Horacio. Inseminación artificial y trasplante embrionario, en Cuaderno de Actualización en Cría, Cap. 9, Ed. AACREA, 2004, pp Agrocor. Curso teórico práctico de inseminación artificial en bovinos, en Arreseigor, César. Inseminación artificial a tiempo fijo. Cómo aumentar el índice de preñez con los menores inconvenientes?, en Ganadería Subtropical en el Siglo XXI, Bs. As.,Ed. Difusión ganadera, 2002, pp Bavera, Guillermo. Inseminación artificial, en Bavera, Guillermo. Sincronización de celos, en Ben, G. y col. Programa de inseminación artificial a tiempo fijo, manual de procedimientos, en Hereford Nº 628, año 65, Bs. As., 2002, pp Bernal, Julio. Manejo del semen congelado, en Super Campo Nº 46, año IV, Bs. As., Ed. Perfil, julio de 1998, pp Brogliatti, Guillermo. Inseminación artificial a tiempo fijo, en Rev. Brangus Nº 46, año XXV, Bs. As., 2003, pp CLIA. Curso de Inseminación Artificial, 2005, Nogoyá, Entre Ríos. Cutaia, Lucas y Bó, Gabriel. Efecto de la condición corporal de los vientres sobre los porcentajes de preñez obtenidos en programas de inseminación artificial a tiempo fijo, en Marca Líquida Agropecuaria, Separata Rural, 3ª ed.: Nutrición animal, DeJarnette, J. y col. Efectos del número de pajuelas descongeladas simultáneamente y el orden de utilización sobre las tasas de concepción logradas con semen bovino congelado, en Taurus Nº 18, año V, Bs. As., junio de 2003, pp De la Sota, R. Detección de celos: cómo calcular su intensidad y exactitud, en Taurus Nº 7, año II, Bs. As., 2000, pp Marcantonio, Sergio. Cómo detectar celo, en Marcantonio, Sergio. Métodos auxiliares a la detección de celo, en

233 Marcantonio, Sergio. Aspectos reproductivos a la orden del día, en Super Campo Nº 49, año V, Bs. As., Ed. Perfil, octubre de 1998, pp Marcantonio, Sergio. El secreto está en el manejo del termo, en Super Campo Nº 54, año V, Bs. As., Ed. Perfil, marzo de 1999, pp Marcantonio, Sergio. Camino al acceso masivo, en Super Campo Nº 75, año VII, Bs. As., Ed. Perfil, diciembre de 2000, pp Marcantonio, Sergio. El síndrome del ternero fantasma, en Super Campo Nº 108, año IX, Bs. As., Ed. Perfil, septiembre de 2003, pp Marcantonio, Sergio. Cuánto cuesta inseminar, en Super Campo Nº 122, año XI, Bs. As., Ed. Perfil, noviembre de 2004, pp Nebel, Ray. Factores que afectan las tasas de concepción en inseminación artificial, en Taurus Nº 22, año VI, Bs. As., junio de 2004, pp Nebel, Ray. Detección de celo: debemos cambiar de criterio?, en Taurus Nº 24, año VI, Bs. As., diciembre de 2004, pp Peralta, Rodolfo y col. La inseminación artificial en los rodeos de cría, en Taurus Nº 7, año II, Bs. As., 2000, pp Mapletoft, Rubén. Inseminación a tiempo fijo, en Super Campo Nº 57, año V, Bs. As., Ed. Perfil, julio de 1999, pp Péndola, Carlos. y Pería, J. Progreso genético con inseminación artificial, en Super Campo Nº 41, año IV, Bs. As., Ed. Perfil, febrero de 1998, pp Péndola, Carlos. y Paramidani, Eduardo. Terneros en tiempo récord, en Super Campo Nº 49, año V, Bs. As., Ed. Perfil, octubre de 1998, pp Piccinali, R. y Trinidad, J. Consideraciones higiénicas en el uso de dispositivos intravaginales para sincronizar celo en bovinos para carne, en Veterinaria Argentina Nº 200, año XX, Bs. As., 2003, pp Sánchez, Alberto. Encuentro de especialistas en reproducción, en Super Campo Nº 97, año IX, Bs. As., Ed. Perfil, octubre de 2002, pp Sara, Raúl. Inseminación artificial, usted lo puede hacer ahora, en Las Soluciones del Siglo XXI, Bs. As.,Ed. Difusión ganadera, 2000, pp Scena, C. Trabajos sucesivos de sincronización de ovulación e IATF en diferentes lotes de vacas con cría al pie de un mismo rodeo, en Taurus Nº 22, año VI, Bs. As., junio de 2004, pp Scena, C y col. Efecto de un progestágeno y del destete temporario sobre la eficiencia reproductiva de vacas cruza cebú con baja condición corporal, en Taurus Nº 24, año VI, Bs. As., diciembre de 2004, pp El Dr. Ricardo A. Pazo es Titular de Genética Nogoyá y miembro directivo de la Asociación Argentina de Criadores de Jersey. Su dirección electrónica es rpazo@arnet.com.ar 232

234 Cómo lograr los novillos que el mercado requiere? 1 Las cabañas se dedican a la producción y venta de reproductores de una raza definida o pura, los rodeos comerciales pueden producir animales de una sola raza o de la cruza entre dos razas o más. En general venden su producto como animales para engorde (invernada) o para faena (terminados). La selección y los cruzamientos son tecnologías, que correctamente aplicadas permiten, en el tiempo, el mejoramiento del potencial productivo de una población. Las cabañas utilizan como herramienta para el progreso o mejoramiento genético solamente la selección. En cambio en los rodeos comerciales de cría de ganado, se puede trabajar con selección y cruzamientos. La cabaña y el rodeo comercial pueden coexistir dentro de una misma empresa. Selección La selección de reproductores dentro de un rodeo, durante varias generaciones, deriva en una población en la que un elevado número de individuos posee las características (genes) por las cuales se seleccionó. Además de la selección que se realiza en animales propios, se puede incorporar genética (semen, reproductores) 1 Revisado y corregido por el Ing. Agr. Norberto A. Speroni. 233

235 seleccionada en otros rodeos (cabañas) con las particularidades de producción o adaptación deseadas. El progreso o retroceso en los valores promedios obtenidos en los diferentes caracteres por los que se seleccionó, será el resultado del aumento proporcional de determinados genes (frecuencia génica) que estaban presentes en la población original, más el aporte de genética (adición genética) de los reproductores incorporados de afuera. Se entiende como mejoramiento genético, un proceso en el que los valores promedios de las diferentes características productivas van cambiando hacia metas, fijadas por los técnicos o productores y que significarán un aumento eficiente en la producción y/o adaptación de los animales al ambiente. La expresión de la genética es dependiente del medio ambiente. El desempeño, comportamiento o performance (que equivale al fenotipo) de un individuo o población es el resultado de su carga genética (genotipo), del efecto del ambiente (clima, nutrición, etc.) y de la interacción entre ambos. El bagaje genético de un individuo es aportado en partes iguales por su padre y su madre. La velocidad con que se logra un progreso genético mediante selección, depende de los siguientes factores: Tamaño de la población. Intervalo generacional. Rasgos a seleccionar involucrados en el programa: Cantidad. Variabilidad dentro de la población. Heredabilidad. Correlación positiva o negativa entre ellos. Capacidad técnica y económica de la empresa. Los rasgos o características productivas cuantificables de un individuo pueden ser referidas a los valores promedios del grupo al que pertenece y así determinar la posición que ocupa el animal dentro de la población. Se lo conoce como índices. Se pueden identificar dentro de un rodeo a reproductores con índices positivos, es decir que, para una determinada característica, su comportamiento es superior al de su promedio o negativos si es inferior al promedio. Cuando el valor del carácter (por ejemplo, peso al destete) se calcula independientemente de la influencia del medio y se correlaciona con mediciones obtenidas de la progenie del reproductor y de la de sus parientes cercanos, es posible predecir con un cierto grado de exactitud el desempeño de su descendencia para esa característica. A esta forma de evaluar el potencial genético de un reproductor se lo denomina diferencias esperadas en su progenie o con la sigla DEP o EDP en inglés. Es de destacar que cuanto mayor es la cantidad de rasgos o características involucradas en un programa de selección, más lento será el progreso hacia la obtención de metas. 234

236 Cuando se trabaja dentro de una población o raza, es fundamental que exista amplitud en los valores (variabilidad genética) del carácter por el cual seleccionar, si no el progreso será muy lento o nulo. Debe haber un número importante de individuos con valores extremos (en más o en menos) para los rasgos elegidos. La heredabilidad señala qué proporción de las diferencias observadas entre individuos son debidas a razones genéticas y no al ambiente (nutrición, sanidad). La heredabilidad varía entre las diferentes características, por ejemplo, es baja para fertilidad y alta para ganancia de peso. La mayoría de los rasgos de importancia económica están correlacionados entre sí. La interacción puede ser positiva o negativa. En primer caso, cuando se modifica una característica, se influye en otra en el mismo sentido. Por ejemplo, si se selecciona por alta ganancia diaria de peso, aumenta el peso al nacer, el peso al destete y el peso adulto o viceversa. Seleccionar por mayor área de ojo de bife está correlacionado con menor capacidad de engrasamiento. Aplicaciones prácticas de los DEP Cada rasgo se cuantifica en la unidad a la que se refiere el DEP. Por ejemplo, para peso al nacer, peso al destete o a los 18 meses, se usan kilogramos, para circunferencia escrotal, centímetros y para edad a la pubertad, días. La unidad está precedida por un número con un signo positivo o negativo, por ejemplo DEP para peso al nacer igual a + 1,5, esto significa que con un cierto grado de certeza la descendencia de este individuo pesará 1,5 kg más que el promedio de la población a la que pertenece el reproductor evaluado. La certeza, confiabilidad o exactitud del valor DEP se expresa con un número entre paréntesis, que generalmente se escribe debajo del DEP, el valor oscila entre 0,1 y 0,9 siendo este último una probabilidad del 90% de que se cumpla la predicción en la descendencia. La certeza del valor DEP de un reproductor aumenta según la cantidad de hijos y parientes evaluados. No siempre altos valores DEP son mejores o más convenientes. Selección del rodeo por fertilidad Los problemas de infertilidad o de subfertilidad se pueden considerar esencialmente como problemas de selección, cuando se trata de causas no infecciosas y no alimentarias. Una gran variedad de los disturbios que afectan la fertilidad son hereditarios. De tal manera que cada vez que se hace un tratamiento para lograr obtener una cría de un animal de baja fertilidad, lo único que se obtiene, en caso de dar resul- 235

237 tado, es una cría que lleva en sí muchas posibilidades de perpetuar el defecto en el rodeo. Como la fecundidad es resultado de un cúmulo de factores diversos, es difícil determinar en casos particulares cuál de éstos es el responsable de la esterilidad. No es fácil obtener porcentajes de heredabilidad en este campo. Los estudios realizados sobre heredabilidad de la capacidad reproductora no han dado resultados convincentes. Los porcentajes obtenidos han oscilado entre 0 y 0,32 (baja a media). Dos de los datos más tenidos en cuenta al tratar de determinar la capacidad de reproducción son: a) El número de cubriciones requeridas para alcanzar la preñez. b) Los meses transcurridos entre dos partos consecutivos. Ambos factores están influidos de una manera esencial por circunstancias como el empleo de machos de baja fecundidad, el estado de salud de los animales y los sistemas de alimentación y manejo. Todos estos factores deben ser descartados y maximizar el manejo para no encubrir los resultados. Existen varios caracteres hereditarios que causan esterilidad o reducen la tasa de fecundidad. En algunos rodeos se ha demostrado una propensión hereditaria al desarrollo de quistes ováricos y otras anomalías capaces de producir por lo menos esterilidad temporal. Desde luego, existe cierta selección natural de la fecundidad y longevidad, ya que animales estériles no se pueden reproducir, por lo que su influencia sobre el rodeo es nula. De igual modo, los individuos de fecundidad reducida dejan un número menor de descendientes que puedan propagar el bajo nivel reproductor y los animales más longevos dejan mayor descendencia. El hecho que la heredabilidad de la fertilidad sea baja, indica que la mayoría de las variaciones observadas en la capacidad reproductora son de naturaleza extragenética (ambiental). Es decir, que la selección que debe efectuar el productor para eliminar los animales infértiles o subfértiles debe ser continua para obtener buenos resultados. El mejoramiento más rápido de la fertilidad dentro del rodeo se logra mediante una adecuada atención de los factores ambientales, tales como la nutrición y el tratamiento y control de las enfermedades. Es muy necesario que los centros de inseminación artificial, las cabañas y las asociaciones de criadores efectúen esfuerzos en conjunto para mejorar la fertilidad de los bovinos. Esto es de particular importancia en ciertos defectos anatómicos, en que se hace necesario eliminar parientes de los animales estériles, ya que son los que perpetúan el defecto. Hay un incremento gradual de la fertilidad de la vaca hasta los 6-7 años de edad, comenzando, ésta, luego a descender. La decisión de eliminar una vaca del rodeo no depende exclusivamente de su edad, sino de una serie de factores, tales como la cantidad de vaquillonas de reemplazo disponibles, valor productivo y 236

238 zootécnico del vientre, estado del mismo, dentición, valor de la comercialización de la vaca vieja, fertilidad demostrada hasta el momento, posibilidades de alimentarla adecuadamente, sanidad, etc. De todos modos, es fundamental retirar la vaca vieja del rodeo cuando aún su dentadura le permite engordar en un plazo relativamente corto. La magnitud de la influencia de la edad en la fertilidad puede variar en virtud de factores tales como el nivel nutritivo y el estado fisiológico de la vaca. Incluso, el efecto de la edad es muchas veces enmascarado por dichos factores. En un rodeo normalmente constituido, las vaquillonas y las vacas de primera y segunda parición, cuyas edades oscilan entre los 2 y 4 años, representan casi el 50% del total del rodeo y por lo tanto, adquieren una importancia fundamental en la determinación del porcentaje promedio de fertilidad del rodeo en conjunto. Las vacas viejas, de más de 8 o 9 años, constituyen una muy pequeña fracción del rodeo y por lo tanto, el que su fertilidad sea baja, no tiene la importancia de la de las vaquillonas y vacas de primera y segunda parición. Dar una segunda oportunidad de servicio a una vaquillona, es el medio más seguro para perpetuar en el rodeo, a las vacas que paren en años alternados. El descarte inexorable de las vacas vacías es el único procedimiento que solucionará estos problemas. El reemplazo de todas las vacas vacías por vaquillonas llevará, en pocos años, a una situación óptima en la que el rodeo de cría estará constituido únicamente por vacas productoras de un ternero todos los años de su vida útil, más las vaquillonas vírgenes de reposición descendientes de estas mismas vacas. El potencial genético inadecuado para la fertilidad no podrá subsistir en el rodeo con la aplicación del rechazo sistemático de las vaquillonas y vacas vacías. El descarte se efectúa por tacto rectal, con lo que se eliminan las vacas que producen un ternero cada dos años y que son probablemente las responsables de la baja fertilidad del rodeo. Con esta práctica se asegura un potencial genético que brinda un óptimo porcentaje de fertilidad, ya que sólo las vacas altamente fértiles permanecen en el rodeo. Además del tacto rectal se deben aplicar, en la selección, los signos externos de fertilidad y subfertilidad en machos y en hembras y el examen reproductivo completo de los toros. La importancia de la fertilidad también se relaciona con los kilos de ternero destetados. Las vacas que queden preñadas al inicio de la temporada de servicio, destetarán terneros más pesados. Se debe ser muy estricto en la aprobación de un toro para servicio, ya que la importancia de los toros en el diferencial de selección es enorme con respecto a las hembras, dada la relación macho/hembra. En servicio natural esta relación es de 1:30 a 50 y en inseminación artificial de 1: Se ha demostrado ampliamente que las características reproductivas en ma- 237

239 chos poseen mayor heredabilidad que las correspondientes en hembras, con lo cual responderían más satisfactoriamente a la selección directa. A su vez, podrían llegar a producir un mejoramiento sobre las características reproductivas en hembras, ya que distintos autores han estimado correlaciones genéticas favorables entre las mismas. En consecuencia, la selección indirecta a través de las características en machos sería una herramienta que podría mejorar la fertilidad en hembras. Parámetros genéticos de características reproductivas en machos Una gran circunferencia escrotal (CE) está correlacionada favorablemente con un incremento en la producción de semen, mayor tamaño testicular a la madurez y una disminución en la edad a la pubertad tanto en machos como en hembras. De hecho, ha sido estudiado desde hace varios años que la CE está altamente correlacionada (0,81) con la producción de semen. En general, se observó que la CE posee heredabilidades de moderadas a altas. En un estudio en el cual se analizaron datos de toros Angus de un año de edad se concluyó que la CE está correlacionada positivamente con características de crecimiento como peso al nacer, peso al destete y peso al año. Además en el mismo estudio, se concluyó que toros genéticamente superiores para crecimiento, tendrían hijos con mayores CE y con la capacidad de producir mayores cantidades de semen de mejor calidad que el promedio de la población. En resumen, puede indicarse que las correlaciones genéticas observadas entre CE y pesos hasta el año de edad han sido positivas, siendo la correlación entre CE y peso al año la de mayor magnitud. Esto indica que seleccionando por crecimiento se esperaría un aumento de la CE y viceversa. Sin embargo, aumentos en el potencial de crecimiento resultarían en mayores requerimientos energéticos y si los mismos no fueran cubiertos, la fertilidad podría verse comprometida. Debido a ello, es importante no perder de vista, en qué condiciones productivas se desarrollarán los individuos seleccionados. Parámetros genéticos de características reproductivas en hembras La edad a la pubertad en hembras (EP) ha sido estudiada extensamente por varios autores. Se han reportado estimaciones de heredabilidades para esta característica que varían desde muy bajas hasta altas. En un trabajo, utilizando 779 vaquillonas de carne (Hereford y Angus) se estimó una heredabilidad de 0,10 para EP, debiéndose considerar que en ese análisis el año de nacimiento de las vaquillonas fue una importante fuente de variación. 238

240 Una estimación más elevada fue observada en otro trabajo, en el cual se analizaron datos de vaquillonas cruzas provenientes de vacas puras Hereford y Angus con toros puros Simmental, Hereford, Angus, Jersey, South Devon, Limousin y Charolais, estimando una heredabilidad promedio de 0,61. Con respecto al porcentaje de preñez (PR), numerosas son las investigaciones que han comunicado bajas estimaciones de heredabilidades para porcentajes de preñez. En otros trabajos, se encontraron estimaciones mayores (0,21 y 0,30), los cuales concluyeron que el PR en vaquillonas posee una heredabilidad moderada y sería de suma utilidad incluirla en programas de selección y evaluaciones genéticas de razas para mejorar la fertilidad de las vaquillonas al segundo servicio. Correlaciones genéticas entre características reproductivas en ambos sexos Correlaciones genéticas entre circunferencia escrotal y edad a la pubertad, en hembras, de magnitud moderada (0,30 y 0,25) han sido publicadas por distintos autores. En otros estudios fueron halladas estimaciones mayores (0,39 y 0,60) a partir de datos provenientes de rodeos Brahman, Hereford, Angus y sus cruzas. Utilizando datos de toros Limousin se determinó que, si se selecciona genéticamente a favor de CE al año, podría reducirse la edad a la pubertad en las hembras (selección indirecta). Circunferencia escrotal y porcentaje de preñez Se han informado estimaciones de correlaciones genéticas entre CE y porcentaje de preñez (PR) en vaquillonas de 0,53 y entre CE y PR para esas hembras en sucesivos años de 0,34 en un rodeo Angus, indicando una significativa relación genética entre estas características reproductivas en ambos sexos. Sin embargo, debe considerarse que correlaciones genéticas de menor magnitud han sido publicadas para CE y PR en vaquillonas a los 15 meses de edad (0,14), en hembras de dos años de edad (0,25) y en vacas adultas (0,07). Estas últimas correlaciones sugieren una escasa relación genética entre estas características reproductivas. Circunferencia escrotal y crecimiento Como se indicó antes, seleccionando por tamaño testicular, se podría mejorar la fertilidad en hembras como así también las características seminales y las de crecimiento. 239

241 En una publicación basada en el análisis de datos de toros Hereford entre los 330 y 430 días de edad, se obtuvieron correlaciones genéticas de 0,19; 0,43 y 0,31 entre CE y edad a la pubertad, peso y altura, respectivamente. A partir de estos resultados se sugirió que las relaciones genéticas favorables entre tasa de crecimiento y el potencial reproductivo son compatibles en toros a edad temprana. Relación entre la selección por fertilidad, crecimiento y conformación Se ha mencionado que seleccionando por fertilidad se podría mejorar el crecimiento. Sin embargo, incrementos en el potencial de crecimiento podrían crear un aumento de los requerimientos nutricionales y en consecuencia verse afectados los costos de producción, debido a una mayor superficie por vaca. Por tal motivo, bajo situaciones o ambientes restrictivos o estresantes, la selección por el mejoramiento de la fertilidad podría llegar a provocar un detrimento en la tasa de crecimiento. A la importancia económica de la fertilidad se le puede adjudicar un índice de 10, comparada con el índice de crecimiento que es de 2 o la calidad de res, que es 1. Si bien la fertilidad es considerada clásicamente 10 veces más importante que la conformación y 5 veces superior al peso al destete (cuadro 1), en EE.UU. y en Canadá, esta relación económica ya cambió hace algunos años, habiéndose duplicado la importancia relativa de la conformación de los terneros. Hoy en día también se vislumbra este cambio en la Argentina, asignándole mayor importancia a la calidad, según exigencias del mercado. Cuadro o 1: 1 : Relación de importancia económica entre e fertilidad, peso al destete y conformación. Característica Fertilidad Peso al destete Conformación Importancia Heredabilidad 0,15 0,40 0,40 Fuente: Peralta, R., Selección por longevidad Los animales que tienen una vida larga y productiva son los que deben em- 240

242 plearse como fuente de reemplazo de reproductores siempre que sea posible. Estos animales demuestran que poseen alta heredabilidad para longevidad y que probablemente no lleven genes perjudiciales de dominancia parcial ni genes perjudiciales que se expresen tarde en la vida. Tener un rodeo longevo permite eliminar menos animales por año por vejez, con una reducción del costo anual de los reemplazos. Esto permite a su vez aumentar la presión de selección para otros caracteres. También al incrementarse la longevidad del rodeo, hay un incremento del peso promedio del ternero destetado como resultado de una mayor proporción de vacas, sobre vientres totales en el rodeo. Hay un cierto grado de selección automática por longevidad, ya que los animales que permanecen más tiempo en los rodeos tienen más descendencia. La importancia de la longevidad como contribuyente a la eficiencia total del rodeo ha recibido poca atención, pero este rasgo es uno de los factores importantes que determina el número de terneros para la venta que produce el rodeo. Para la longevidad se ha encontrado un índice de heredabilidad de 0,37. Selección por peso En la producción de carne, después de la fertilidad, el peso representa la medida más importante con relación a la productividad. El peso, como expresión de eficiencia productiva debe ser juzgado siempre en relación con la edad. En esta forma la relación entre kg de peso y tiempo necesario para adquirirlos se convierte en una expresión de productividad. Selección por peso al destete El peso al destete tiene una gran importancia para el criador y representa combinaciones de factores ambientales a través de la nutrición por pasturas o suplementos, de la capacidad de producción de leche de la madre, aptitud materna en general, y de la constitución genética del ternero. La influencia materna en teoría, termina con el destete, pero puede existir un crecimiento compensatorio posdestete, cuya magnitud tendrá diferentes expresiones según el genotipo del ternero. Resueltos o mejorados los problemas de nutrición de la madre y su ternero, las contribuciones que puede hacer la selección genética son considerables. O sea que para lograr un buen peso al destete, se necesita material genético, alimentación, sanidad y manejo. La heredabilidad del peso al destete es marcadamente inferior que la del peso 241

243 al nacer. Esto resulta bastante natural ya que el índice de crecimiento depende en gran parte de la capacidad materna. Se ha calculado entre 0,25 y 0,50 lo que puede considerarse prometedor para el progreso de la selección individual o masal por este carácter. En general, los mismos genes influyen sobre el peso al nacer, al destete y al año de edad. En consecuencia, la selección para alcanzar mayor peso al destete determinaría automáticamente pesos más altos posdestete, lo que es beneficioso, pero lamentablemente también al nacimiento, lo que puede traer problemas de distocias. Las correlaciones entre el peso al nacer y la tasa de crecimiento antes del destete son elevadas. Es deseable una rápida ganancia hasta el destete, pero las consecuencias en términos de un incremento en el peso al nacer y sus efectos asociados, como la distocia, no deben olvidarse. Por lo tanto, cuando se selecciona por peso al destete, es necesario intensificar la selección por facilidad al parto. Las ganancias de peso hasta el destete están correlacionadas negativamente con la ganancia posdestete. Esto ocurre debido al crecimiento compensatorio, por lo que un mejoramiento simultáneo de las ganancias de peso antes y después del destete necesitarían una selección simultánea. Los pesos al destete tienen una repetibilidad de aproximadamente 0,46. Esto significa que el peso al destete de la primera cría de un vientre es una buena indicación del peso de las crías posteriores. El desechar vaquillonas o vacas que destetan crías de poco peso tenderá a mejorar el promedio general del rodeo en los años siguientes en igualdad de los otros factores. El hecho que los valores medios de la repetibilidad sean mucho mayores que los de la heredabilidad, indica que la influencia materna de la vaca es una fuente de variación importante de los pesos al destete de las crías. Esta influencia es tanto ambiental como genética. El aspecto ambiental incluye la nutrición del embrión en el útero y la influencia sobre la cría después del nacimiento, principalmente por la producción de leche de la vaca. Al seleccionar reproductores para gran peso al destete, todas las crías deben ser comparadas sobre bases que sean lo más parecidas posibles y las que den pesos más altos al destete deberán ser retenidas en el rodeo. El método más recomendado para determinar el mérito del animal es el registro del peso ajustado del ternero (por sexo, edad de la madre y del ternero) al momento del destete, lo que actúa también como índice de fertilidad, aptitud materna y capacidad de producción de leche. En la práctica, el mejor método sería usar continuamente toros que hayan sido probados como capaces de dar mayor peso a sus crías al destete, y que además tengan facilidad al parto; conservar las crías de mayor peso al destete como reemplazos y eliminar las vaquillonas de primera parición cuando sus crías tengan un bajo peso al destete, pero dominando todo esto, prestar especial importancia a la eliminación del rodeo de los vientres que tengan problemas al parto, no conservando tampoco sus crías, aunque estas sean de alto peso al destete. 242

244 Las crías más pesadas al destete en su mayoría son las que forman parte de la cabeza de parición. Por lo tanto, al seleccionar por peso al destete también se está seleccionando por fertilidad, ya que las vacas preñadas al principio de la estación de servicio son las más fértiles. El peso de las crías de vacas de primera parición, vacas de segunda parición y vacas adultas debe ser tomado en cada categoría por separado, ya que las primeras dan pesos al destete menores que las vacas adultas y no pueden ser comparadas con estas. Una vez pesadas y seleccionadas las crías que se van a dejar para reemplazos (machos y hembras por separado por su distinto peso) y si las mismas alcanzan para la reposición, se pueden elegir las crías más livianas para eliminarlas del rodeo junto a sus madres. Elegidas las mismas y después de estar varias horas separadas de sus madres, se les ensucia el morro y la cara con grasa con un colorante y se las junta con ellas en un corral amplio. Al mamar, la cría ensucia la ubre de la madre y así se conocen cuáles vacas se deben eliminar. Selección por res en canal El objetivo final de la selección del ganado debe ser la producción, no sólo de mayor cantidad, sino de una mejor calidad de carne que demande el mercado. Por lo tanto, la evaluación de la res representa el último eslabón de toda la cadena de producción de carne. Varias características de la canal presentan índices elevados de heredabilidad y por lo tanto son susceptibles de mejoramiento por métodos selectivos, como por ejemplo, el rendimiento (0,73), el área del ojo del bife (0,60 a 0,70), el espesor de la grasa de cobertura (0,38 a 0,50), la terneza de la carne (0,60) y la tipificación en canal (0,16 a 0,67). Estos índices no dejan dudas sobre las posibilidades de seleccionar por mejor calidad de carne, mayor rendimiento y mayor proporción de músculo sobre grasa. La res ideal será la de un animal que nació fácilmente y sin ayuda, creció hasta su edad madura rápida y económicamente, fue resistente a las enfermedades propias del medio en que se desarrolló y tiene hermanas y hermanos fértiles y sin problemas en sus órganos reproductivos. Una vez alcanzados estos objetivos, recién se buscará de producir el tipo de animal según el mercado en que se debe comercializar. Existe un tamaño ideal para una vaca adulta? Esta es una pregunta que se hacen regularmente los criadores de ganado vacuno para carne, tal vez inducidos por la presión del mercado, que paga más algunas categorías comerciales en determinados momentos del año. 243

245 El tamaño de un vientre adulto está determinado por los siguientes aspectos: 1) El potencial genético. 2) La influencia ambiental, que comprende: Factores climáticos. Cantidad y calidad de la alimentación. Factores de estrés asociados a la producción, por ejemplo: hacinamiento, movimientos excesivos, etc. Factores condicionantes del tamaño ideal de la vaca: 1) La relación del tamaño con caracteres productivos, como ser: a) Reproducción. b) Habilidad materna. 2) Costo de mantenimiento del vientre. 3) Potencial genético para el crecimiento en la descendencia. Reproducción Algunos estudios han encontrado ventajas, en las tasas reproductivas, para vacas más grandes cuando se comparaban con animales más pequeños (compactos). Sin embargo debe señalarse que el tamaño genético es muy probable que no haya sido el factor causal de las diferencias encontradas. El mayor tamaño puede ser asociado con una mayor adaptabilidad al medio. Asimismo el grado de compacto puede estar relacionado con un balance fisiológico desfavorable para la reproducción. Sin embargo basado en numerosas observaciones es razonable conjeturar que el tamaño genético no está relacionado con la performance reproductiva. Un buen comportamiento reproductivo puede darse tanto en razas de animales grandes o pequeños. Por lo tanto, se pueden encontrar problemas reproductivos en razas de variados tamaños genéticos. Habilidad materna Ante la ausencia de evidencia experimental y sobre la base de observaciones, es posible decir que la habilidad materna no está relacionada con el tamaño genético. Aún dentro de las razas de tamaño grande o chico, hay razas que son notoriamente buenas y otras malas para criar un buen ternero. En el Estado de Florida (EE.UU.) estudiando un grupo de vacas de la misma edad se encontró un aumento significativo en el peso al destete de los terneros a medida que aumentaba el tamaño de la madre. La interpretación más lógica es el pensar que el mayor tamaño estaba asociado con una mayor habilidad materna. En contraste, en una experiencia realizada en el Estado de Georgia (EE.UU.), no se encontró una relación lineal entre el peso 244

246 de la vaca y el peso del ternero, siendo las vacas de tamaño intermedio, las que produjeron terneros más pesados. En síntesis, tanto la poca evidencia experimental como la observación directa, indicarían que dentro del rango de tamaños en que se mueven la generalidad de los productores, el tamaño genético de la vaca tiene poca o ninguna relación con la habilidad materna. Tamaño genético y costo de mantenimiento Los costos de mantenimiento están positivamente correlacionados con el tamaño corporal debido a los requerimientos de alimentación. Sin embargo, hay tres factores que en cierta medida contrapesan el mayor costo de los animales más grandes: 1) El tamaño genético de la vaca (a menos que esté confundido con otros factores) está positivamente correlacionado con el peso del ternero producido. 2) Algunos costos son en una base por cabeza, por ejemplo vacunas, y al producir más kg de ternero, ese costo se diluye. 3) La venta de las vacas de refugo deja más dinero. Tamaño de la vaca y potencial para el crecimiento del ternero La tasa de crecimiento está determinada en mayor medida por el tamaño genético. La vaca contribuye con el 50% de los genes del ternero para el crecimiento, proviniendo el otro 50% del toro utilizado. Dado que, el tamaño genético del vientre influye poco en el costo de la unidad de peso de ternero destetado, el potencial genético para el crecimiento del ternero será entonces el principal factor que determinará el tamaño ideal de la vaca. Si se consideraran también los genes contribuidos por el toro, la vaca deberá ser de un tamaño genético tal como para balancear los genes del padre y obtener el ternero del potencial deseado. Estimativamente el tamaño genético equivalente de un toro en relación a una vaca de tipo similar es de 1,5 veces el tamaño adquirido o peso de la vaca adulta. Así para una raza o grupo de vacas de 450 kg de peso adulto el tamaño equivalente de un toro será del orden de los 680 a 700 kg. Tamaño ideal del ganado No hay ningún tamaño que pueda ser recomendado como el mejor para todas las circunstancias. Este va a variar con las condiciones ambientales (disponibili- 245

247 dad de forraje invernal, etc.), prácticas de manejo, edad a la que se comercializa el ganado y las preferencias del mercado por un determinado tamaño de res. De esta manera, uno debe definir una serie de metas o parámetros antes de tomar la decisión apropiada. Sin embargo se puede hacer una generalización. El tamaño debe ser dimensionado de tal forma que el ganado para faena mantenga una alta tasa de crecimiento en la etapa de terminación (o engorde) hasta alcanzar el tamaño y condición de faena. En algunas experiencias realizadas en los EE.UU. donde los novillos pastoreaban sobre campo natural hasta cerca de los 18 meses de edad y luego pasaban a ser invernados por unos 90 días, vacas de tamaño adulto de aproximadamente 450 kg, bajo estas condiciones, eran del tamaño apropiado. Gran parte de la ganancia de los novillos era adquirida sobre pastos de baja calidad y luego, en poco tiempo, con el adicional de un crecimiento compensatorio y capacidad de engrasarse rápidamente cuando pasaban al engorde, se constituía en un sistema eficiente. Los novillos se terminaban con aproximadamente 400 kg. Más recientemente, donde la tendencia es la de terminar el ganado a edades más tempranas, la situación ha variado bastante. En un sistema, donde los terneros comienzan su invernada o etapa de engorde, apenas destetados, el novillo deseado sería uno que mantenga un ritmo constante de aumento de peso hasta lograr el peso y condición de faena a los 450 kg aproximadamente. Para lograr ello las vacas deben tener un tamaño adulto del orden de los 500 kg. El principio envuelto en este concepto es el de que al llegar el novillo a cerca del 90% del peso adulto de la madre, su ganancia de peso se torna cada vez más costosa. Estos dos ejemplos son ilustrativos del rango aproximado entre los que fluctúan los pesos de las vacas para producciones consideradas eficientes. Esto puede variar con el tiempo. En todo caso, el tamaño del ganado va a estar determinado por el tamaño de los toros requeridos para satisfacer las demandas del productor y del mercado y teniendo en cuenta las relaciones antedichas. Aspectos complementarios por considerar en un plan de cruzamientos El mercado hacia el cual se apunta es extremadamente importante en la planificación de los cruzamientos. El mercado doméstico consume aproximadamente el 90% de la producción nacional. Requiere cortes chicos o sea pesos de faena livianos (desde terneros de 250 kg, pasando por una gama de novillitos hasta novillos de 420 kg) y demanda carnes muy tiernas. Para abastecer este mercado las razas británicas de carne son las que más se adaptan por su facilidad de terminación y carne más tierna. Si es necesario utilizar 246

248 al cebú por razones de adaptación, su porcentaje no debe exceder de 3/8. En este nivel es perfectamente aceptable. Pero para llegar cómodamente a un peso de terminación liviano deben comer abundantemente desde el destete. Para este mercado, los toros padres de los novillos no deberían pesar más de 700 kg y se debería apuntar hacia vacas de 400 a 430 kg. Los toros a usar deben tener buena facilidad de terminación para asegurar un peso de faena liviano a mediano. En cambio, si la política es de abastecer al mercado de exportación este admite novillos de 460 hasta más de 600 kg y es mucho menos exigente en cuanto a las razas o cruzas de novillos, en tanto y en cuanto estén bien terminados, salvo si se considera a la Cuota Hilton que tiene características especiales. Ello se debe al largo período de maduración que la carne exportada tiene en las cámaras de frío (hasta 30 días), en contraste con 2 a 3 días en el consumo interno. Los cortes se tiernizan mucho más y las diferencias entre edades, razas y cruzas se hacen menos palpables. En el mercado de exportación, ingresan novillos británicos pesados, todas las cruzas índicas, las cruzas con las razas continentales europeas y el Holando. Para este mercado, las vacas del rodeo pueden pesar hasta 600 kg y los toros hasta 900 y 1000 kg. Sin embargo, la experiencia indicaría que llegar a extremos tan altos no sería lo más indicado en términos de eficiencia de producción por hectárea. Cruzamientos Cruzamiento es el apareamiento de animales de diferentes razas o de cruzas de razas. Las dos razones básicas que los criadores de ganado carnicero han buscado con el cruzamiento son: 1) Vigor híbrido o heterosis. 2) Complementariedad de razas. El primer y mayor beneficio conocido del cruzamiento es el vigor híbrido. Este, es el porcentaje en más, obtenido por la progenie, producto del cruzamiento, respecto al promedio de las razas de sus padres. Se mide en porcentaje. Se refleja de manera directa en la performance de crecimiento del ternero cruza de dos razas puras o maternalmente cuando la madre es cruza. El vigor híbrido es mayor cuando los padres están menos relacionados genéticamente, por ejemplo, una cruza Brahman (Bos indicus) con Hereford (Bos taurus) va a demostrar un mayor vigor híbrido que una cruza de Hereford con Angus (Bos taurus). El segundo gran beneficio del cruzamiento, es el efecto complementario de los caracteres de las diferentes razas, por ejemplo, cruzar un padre Charolais, que 247

249 tiene alto crecimiento y buenas características de rendimiento con una vaca Angus que tiene excelentes características maternales. Sacar provecho de la complementariedad entre las razas, puede permitirle al criador adaptarse más rápidamente a los requerimientos del mercado o superar las limitaciones del ambiente. Las características o rasgos se pueden clasificar en cualitativos y cuantitativos. Los rasgos cualitativos son determinados por uno o unos pocos genes y prácticamente no son influenciados por el medio ambiente. Ejemplo de rasgos cualitativos son: Color de pelo. Presencia o ausencia de cuernos. Defectos hereditarios, por ejemplo, enanismo. Los rasgos cuantitativos se encuentran manejados por muchos pares de genes. Ejemplos de rasgos cuantitativos de importancia económica: Fertilidad. Eficiencia de conversión de alimento. Producción de leche. Composición de la leche. Conformación. Resistencia a enfermedades. Peso al destete. La influencia combinada de muchos genes y el efecto del medio ambiente en los rasgos cuantitativos hacen que sea mucho más difícil el determinar el mérito genético de un individuo. Los individuos poseen una carga genética que resulta de la combinación de las de sus progenitores para cada característica. Es lo que se conoce como genética aditiva (heredable). Cuando los padres pertenecen a razas diferentes se genera, además, un fenómeno denominado vigor híbrido, es la genética no aditiva o heterosis (no heredable). Vigor híbrido El vigor híbrido es el desempeño superior que manifiesta el animal cruza con respecto a la performance promedio de las razas paternas que le dieron origen. Se mide en porcentaje y es mayor cuanto menor es la relación genética entre las razas parentales. Está inversamente relacionado al nivel de heredabilidad de cada característica. El cuadro 2 muestra la comparación entre la heredabilidad y la respuesta al vigor híbrido. 248

250 Cuadro o 2: 2 : Comparación entre e el vigor híbrido y la heredabilidad. edabilidad. Característica Heredabilidad Vigor híbrido Fertilidad Habilidad materna Supervivencia del ternero Baja (0 a 20%) Alto (5% o más) Peso al nacimiento y peso al destete Habilidad lechera Ganancia diaria Media (20 a 40%) Media (2 a 5%) Peso a la madurez Calidad de la res Alta (40% o más) Baja (0 a 2%) Fuente: ASA. En la zona subtropical con la cruza de razas europeas y cebuinas se obtienen valores de heterosis individual y heterosis materna (cualidades de la madre cruza) máximos. Mediante el vigor, los híbridos entre razas europeas aumentan su porcentaje de preñez o de parición, la producción de leche y el peso al destete entre un 3 y un 5% (ver cuadro 3). Cuadro o 3: 3 : Manifestación del vigor híbrido con respecto al destete. Razas parentales Peso al destete de los hijos (kg) Toro Vaca Fuente: Rovira, J. Hereford Hereford 182 Angus Angus 186 Angus Hereford 184 Hereford Angus 197 Para su determinación no solamente se necesita conocer la producción de cada una de las razas parentales, sino también la de los hijos cruza a través de cruzamientos recíprocos, esto es, que las dos razas deben intervenir como padre y como madre. De ahí, entonces, el porqué de las cruzas: Angus x Hereford y Hereford x Angus. De acuerdo con la definición se estima: 249

251 Promedio de los terneros puros: 184 kg. Promedio de los terneros cruza: 191 kg. Superioridad de los terneros cruza: 7 kg. Vigor híbrido: 3,7% (surge de dividir 7 kg por 184 kg y multiplicarlo por 100). Este tipo de vigor híbrido exhibido y medido en el hijo se le llama vigor híbrido individual. En el caso de la cruza con razas índicas los porcentajes son el doble o más. En el cuadro 4 se advierte el efecto maternal respecto al peso alcanzado a la pubertad. Cuadro o 4: 4 : Efecto maternal con respecto al peso a la pubertad. Padre Madre Peso a la pubertad (kg) Hereford Shorthorn 276 Shorthorn Hereford 232 Diferencia 44 Fuente: Wiltbank et al., citado por Rovira, J. Se puede explicar esta diferencia por una mayor aptitud lechera de las vacas Shorthorn, que provoca un crecimiento más acelerado de sus hijas. Esto constituye un ejemplo típico de lo que se denomina efecto maternal. Existe también el vigor híbrido maternal. El cuadro 5 clarifica cómo se manifiesta. Cuadro o 5: 5 : Manifestación del vigor híbrido maternal con respecto al peso al destete. Toro Razas parentales Vaca Peso al destete de los hijos (kg) Shorthorn Hereford 188 Shorthorn Angus 193 Shorthorn Hereford - Angus 197 Shorthorn Angus - Hereford 202 Fuente: Rovira, J. Como se observa, el vigor híbrido maternal mide la superioridad de las madres cruzas sobre las madres puras, en el peso ajustado al destete. Promedio de las vacas cruzas: 200 kg. Promedio de las vacas puras: 191 kg. Superioridad de las vacas cruzas: 9 kg. Vigor híbrido: 4,8%. 250

252 Esta superioridad de las vacas cruzas sobre las puras, medida en el peso de sus hijos, es el reflejo de una habilidad materna superior, especialmente debida a su mayor producción lechera. En los ejemplos mencionados, se utilizó la característica peso al destete de los terneros, pero existen otras tan o más importantes, como lo son aquellas relacionadas con la reproducción, tales como velocidad de concepción, precocidad sexual, porcentaje de nacimientos, sobrevivencia al parto y porcentaje de destete. La investigación ha demostrado que las vacas cruzas superan en estas características a las de raza pura. Por lo tanto, la vaca cruza es una excelente madre a la que hay que emplear para mejorar la eficiencia del rodeo. El máximo potencial de vigor híbrido se logra cuando una hembra cruza F1 (1ª generación o Filial 1) es apareada con un toro de una tercera raza. Gaines et al., citado por Rovira, J., empleando vacas cruza F1 que fueron servidas por toros de una tercera raza, observó que los terneros machos fueron 11 kg y 24 kg más pesados que los cruza simple y las hembras 13 y 18 kg más pesadas. El vigor híbrido de un padre cruza no se transmite a su progenie, por lo tanto, lo que se ve no siempre es lo que se obtiene cuando se compra o se utiliza en el servicio un toro cruza. Las vacas F1 poseen un rendimiento alto comprobado, pero con requerimientos energéticos altos también comprobados. Esto ha quedado demostrado con claridad a través de estudios exhaustivos como los realizados en la estación de investigación sobre vacunos más grande del mundo, el Centro de Investigación sobre Carne Animal de los Estados Unidos, Clay Centre, Nebraska, EE.UU. (ver cuadro 6). Cuadro o 6: 6 : Relación entre e la raza vacuna y el requerimiento relativo de energía. Raza vacuna Requerimiento relativo de energía (%) Hereford 100 Cruza Charolais 114 Cruza Simmental 133 Fuente: Clay Centre, EE.UU. Se demuestra que los animales cruza consumen mayor cantidad de forraje, de manera que hay que reducir la carga animal por hectárea en comparación con los animales puros. La edad a la pubertad de los machos y de las hembras (precocidad) disminuye y aumenta la longevidad productiva de las madres. La mayor parte de los efectos benéficos del vigor híbrido se manifiestan en la fertilidad, la supervivencia de los terneros, en el crecimiento temprano y no tanto 251

253 en el tamaño adulto o en los caracteres de la res. Una madre cruza con un ternero cruza al pie incrementa la producción en un 33%. Más del 60% del beneficio de la heterosis se obtiene de la retención de las hembras cruza. La vaca cruza, por ejemplo la vaca careta o pampa negra, producto de la cruza Angus con Hereford, es una excelente madre debido al vigor híbrido maternal. El productor tiende a guardar a la hembra cruza, ya que muchas veces se encuentra en mejor estado y condición corporal que la vaca pura y demuestra una eficiencia reproductiva superior a la de las razas que le dieron origen. Además, posee una mayor capacidad para criar el ternero. Estas vacas al ser retrocruzadas con cualquiera de las razas paternas producen terneros superiores en supervivencia, peso al destete y peso final. A través de la inseminación artificial y con todo el paquete tecnológico disponible en la actualidad, en aquellos planteos con objetivos claros y en forma planificada incluso se puede incorporar una tercera raza, lo cual permitiría aún más la manifestación del vigor híbrido. Es necesario conocer acerca de las características genéticas de las diversas razas de carne, los valores de vigor híbrido que se obtienen con los diferentes sistemas de cruzamientos y planificar programas que se adapten a determinadas regiones, sistemas productivos y mercados. En síntesis, en ganado vacuno para carne, los rasgos de importancia económica que pueden ser modificados por el vigor híbrido y aprovechados en la formación de compuestos son: Reproducción (% de preñez). Supervivencia del ternero (% de destete). Habilidad materna producción de leche (peso al destete). Tasa de crecimiento (peso a los 18 meses). Longevidad (número de partos en la vida). Aumento en los kg de ternero destetado por vaca expuesta a servicio. Complementariedad Si bien los cruzamientos constituyen una herramienta gratuita y al alcance de todos los productores, se debe remarcar que cruzar no es mezclar. Los cruzamientos deben ser planificados previamente y evaluados correctamente para minimizar los errores. Hay que rescatar el aporte que pueden hacer las distintas razas pero eligiendo correctamente el tipo de animal para cada sistema de producción. Por eso hay que tener objetivos claros, hay que planificar, ejecutar y evaluar el trabajo realizado. Las zonas de cría de la Argentina difieren unas de otras por el tipo de forraje, por la disponibilidad forrajera, por factores climáticos y por la incidencia de enfermedades. 252

254 No es sencillo que una raza se adecue a todas esas circunstancias y si bien puede parecer que así ocurre, cabe plantearse si desde el punto de vista productivo la eficiencia que se logra es la óptima. Por medio de la complementariedad racial es factible lograr la adaptación de los vientres a situaciones climáticas extremas y que resultan muy difíciles para reproductores de una raza pura. Cuando se cruzan razas, en el producto se manifiestan las características de las razas cruzantes (genética aditiva) como por ejemplo tolerancia al calor y ectoparásitos (índicas, Senepol, Tuli, Bonsmara, etc.), el mayor peso a faena con menos grasa en sistemas de engorde a grano de las continentales o la precocidad sexual y la rusticidad del Angus y la facilidad de engorde y la docilidad del Hereford. La mayoría de las razas aportan características productivas pero ninguna de ellas reúne a todas estas características en su máxima expresión. En el cuadro 7, se señala el aporte que hacen en forma general tres grandes grupos de razas bovinas, las tradicionales británicas, las continentales y las cebuinas para ciertas características productivas. Cuadro 7: Aporte de las distintas razas en programas de cruzamiento. Característica Razas Continentales Cebuinas Británicas Tamaño Crecimiento con comida Crecimiento sin comida Facilidad de terminación con comida Facilidad de terminación sin comida Músculo Precocidad sexual Fertilidad con comida Fertilidad sin comida Mercado consumo Resistencia al calor Rusticidad Longevidad Calificación del aporte en escala creciente de 1 a 5. Fuente: Peralta, R., Sin duda la complementariedad racial constituye, una herramienta muy útil para cualquier planteo de producción de carne. Pero, una vez más, es muy importante elegir correctamente el biotipo más adecuado dentro de cada una de las razas utilizadas. 253

255 Resulta difícil entender la defensa del mantenimiento de las razas puras en la totalidad de los rodeos comerciales. Hace ya muchos años que se demostró la ventaja gratuita de la que disponen todos los criadores para mejorar la productividad de los rodeos por medio de los cruzamientos. Sistemas de cruzamientos Los cruzamientos pueden mejorar la eficiencia de producción de los rodeos de cría, pero no todos los establecimientos agropecuarios pueden estar capacitados para capitalizar su utilización. Exige mayor dedicación del criador, individualizar los animales por año de nacimiento y por raza del padre, mayor número de potreros, por mayor subdivisión de los rodeos (depende del sistema de cruzamiento empleado) y compra de reemplazos (también depende del sistema), y una posible mayor incidencia de partos distócicos si se utilizan razas de muy diferente tamaño. En segundo término, hacer cruzamientos de ninguna manera implica usar toros de mala calidad. Se debe aplicar un criterio similar al que se aplica en las razas puras. Se debe tener en cuenta que cuanto más seleccionadas sean las razas puras, mejores serán las cruzas. Al cruzar se debe buscar potenciar al máximo posible el vigor híbrido y la complementariedad entre las razas cruzantes. Y finalmente, en tercer término, puntualizar que los cruzamientos constituyen una herramienta muy útil para mejorar la productividad, pero por si solos no pueden resolver problemas de ineficiencia en el manejo de los rodeos de cría, como ser, la mala alimentación. Por practicar cruzamientos no necesariamente se va a tener mayor productividad que aquellos que no los utilizan. No hay ningún sistema que sea a la vez el que produzca más y sea fácil de manejar. Generalmente estos dos objetivos son antagónicos. El sistema elegido siempre es el resultado de un balance entre cuánta más producción y cuántas más dificultades de manejo están implícitas. Los sistemas de cruzamiento describen distintos modos de uso de las razas que lo componen. Existen tres grandes categorías: Rotacionales. Terminales. Razas sintéticas y compuestas. Rotacionales Consisten en emplear en forma ordenada, generación tras generación, y en rotación, a los toros de las distintas razas utilizadas sobre las vacas del rodeo. Los 254

256 toros son de raza definida y las madres son las vacas cruza que se van generando en el propio programa. El caso más sencillo aplicado es el cruzamiento alternado de dos razas, conocido también como criss-cross. Por ejemplo: un rodeo de vacas Angus, se cruza con toros cebú. Las hembras que nacen son Angus cebú. Se entoran con Angus. Las hembras que nacen son 3/8 Angus cebú. Se entoran con cebú. Las hembras que nacen son 3/8 Angus 5/ 8 cebú. Se entoran con Angus. Las hembras que nacen son 5/8 Angus 3/8 cebú. Se entoran con cebú y así se continúa alternando a los padres de las dos razas, indefinidamente. Este sistema obliga a dar dos servicios diferenciados: uno a las vacas con mayor porcentaje de cebú, que van con toros Angus y otro, a las de mayor porcentaje de Angus, que van con toros cebú. Tal política se complica cuando se maneja por separado el servicio de vaquillonas y el de vacas adultas, porque cada vez se necesitan más potreros de servicio. Una forma no tan perfecta pero que no obliga a efectuar entores diferenciados, es usar toros de una de las dos razas por cuatro o cinco años, y luego cambiarlos por la otra por un período similar y así sucesivamente. Aparte de los problemas organizativos, otro inconveniente que poseen los cruzamientos en rotación es que, si se usan razas muy distintas (caso del cebú y las británicas), los terneros que provienen de cada uno de los dos entores, son muy distintos entre sí y ello lleva a dificultades de manejo de rodeos que tienen distintos requerimientos nutricionales y de adaptación y a dificultades de comercialización, como lo es la venta de los terneros más acebuzados del criss-cross. Aún en mercados con gran proporción de animales cruza, la uniformidad en tipo racial y color del lote es considerada como un factor de valor comercial. La composición racial entre generaciones es fluctuante y puede generar gran variabilidad en la performance de vacas y terneros para los rasgos de mayor importancia comercial, a menos que las razas usadas en la rotación sean de características semejantes. Pero en ese caso, se restringe el beneficio que puede ser obtenido de un sistema de cruzamiento rotacional. El cruzamiento rotacional de tres razas es más adecuado para rodeos más grandes y más beneficioso para un mejor aprovechamiento de la heterosis y la complementariedad de razas. Terminales Son aquellos en los que el rodeo se cruza con toros de una raza distinta y toda la producción (machos y hembras) se vende para faena. El cruzamiento industrial, es el mejor ejemplo de ello. Todo esto, obliga a comprar la reposición afuera, o en su defecto, a dividir en dos el rodeo y entorarlo en una mitad con toros iguales a las 255

257 vacas originales, para poder obtener de allí la reposición de hembras y la otra mitad recibe servicio con la nueva raza, vendiéndose toda la producción que surge de esta mitad del rodeo. Un ejemplo sería: vacas Brangus entoradas por mitades con Brangus y con Hereford. Los machos Brangus y los machos y hembras cruzas Hereford son destinados a producir carne. Las hembras Brangus son destinadas a reposición. Estos sistemas no han resultado muy populares en la Argentina. Si el rodeo debe ser cruzado sólo en una mitad, es poco el beneficio que se obtiene frente a la complicación de tener que hacer un entore diferenciado. Razas sintéticas y compuestas Hoy en día, muchos productores están utilizando razas sintéticas o compuestas para simplificar los sistemas de cruzamiento, simplificar el manejo del rodeo de vacas y aumentar la uniformidad, mientras que se retiene la heterosis. Las razas sintéticas son el producto del cruzamiento de dos razas, estabilizado en el tiempo. Han tenido gran aceptación en el país por su productividad y adaptación a la Región Subtropical. Se destacan en dicha región Braford, Brangus y Santa Gertrudis, mientras que en la Región Pampeana está teniendo cada vez mayor preponderancia Limangus. Una raza compuesta es ganado comercial obtenido por el cruzamiento de tres, cuatro o más razas. También se las denomina razas sintéticas multirraciales, por ejemplo Bonsmara. En la formación de poblaciones compuestas, la composición genética deseada se logra con el empleo de toros cruza sobre rodeos de vacas cruza o puras. Como los conceptos de razas sintéticas y de compuestas se encuentran muy vinculados, se desarrollará solamente el tema de las compuestas, haciendo la salvedad que muchos conceptos vertidos también hacen referencia a las sintéticas. En primer lugar, sólo requieren el empleo de una raza de toros en el campo. O sea, los toros del rodeo pertenecen siempre a la raza compuesta. En segundo lugar, los terneros que nacen son mucho más uniformes que en un cruzamiento alternado o terminal, porque pertenecen a un solo tipo genético. Sin embargo, con respecto a las compuestas hay que diferenciar dos procesos totalmente distintos: la utilización comercial de la raza compuesta, que es una tarea sencilla para los productores y la formación de la raza compuesta que es una tarea larga y compleja y es propia de los cabañeros. Nunca se deben confundir estos roles. Las razas puras contribuyentes se eligen por las características en las que están especializadas y se seleccionan por funcionalidad de los individuos dentro de ellas. La selección entre razas es altamente efectiva para lograr un óptimo nivel de 256

258 performance con una composición genética apta para cada uno de los variados ambientes de producción y/o requerimientos del mercado. Con el desarrollo de razas compuestas es posible lograr rápidamente y por adición genética, ganado comercial mejor adaptado a una determinada situación de producción. Obtenerlo mediante la selección dentro de la raza es un a tarea que puede llevar muchos años. Para la fundación de razas compuestas es necesario efectuar la caracterización de las razas candidatas. La principal causa del éxito limitado de algunos esfuerzos para desarrollar compuestos, seguramente haya sido el uso de razas que contribuyeron con características inadecuadas o la falta de criterio en la selección de individuos. El proveedor de la genética componente, la que formará parte de los compuestos, debe provenir de una amplia base poblacional y un segmento de razas puras de reserva. Esto es esencial para que la ventaja inicial de aumento de heterosis no sea disipada por la consanguinidad o inbreeding. La endogamia (consanguinidad) debe ser evitada a fin de retener altos niveles de heterocigosis (heterosis) en la raza compuesta. Es necesario tener un profundo conocimiento sobre caracterización racial (ventajas y desventajas de las razas contribuyentes) para proveer las opciones de aditivo genético más favorable al papel destinado a cada compuesto. A continuación se detalla la formación de una raza compuesta derivada de cuatro razas puras (cuadro 8). Cuadro o 8: 8 : Formación de una raza compuesta derivada de cuatro o razas puras. Toro A x Vaca B Toro C x Vaca D F1 AB F1 CD Toro AB x Vaca CD Toro CD x Vaca AB F1 ABCD Toro ABCD x Vaca ABCD F2 ABCD Raza Compuesta El uso de razas compuestas basadas en una fundación multirracial (tri o cuatrihíbridos), es una alternativa para obtener altos niveles de heterosis sobre una base continua, en vez de usar un complicado sistema de cruzamiento rotacional, que implica, además, la presencia de reproductores de varias razas puras en el campo. La formación de razas compuestas permite aprovechar el fenómeno de heterosis (vigor híbrido) y lograr y mantener una composición racial óptima, obtenida por la adición directa de genes. Las características logradas por adición genética tienen una heredabilidad igual a 100%. 257

259 Una vez que una nueva raza compuesta es formada, se la puede manejar como una población pura y sin ninguna complicación del manejo. Otra ventaja de un compuesto es que no existen fluctuaciones del biotipo entre generaciones, como ocurre en el sistema de cruzamiento criss-cross. En los apareamientos entre sí de generaciones avanzadas de poblaciones compuestas de cuatro razas existe alta retención de la heterosis lograda en la primera cruza, tanto individual como maternal combinadas. La utilización comercial consiste en dar servicio al rodeo (cualquiera sea su composición genérica) en forma continua a través de las generaciones con toros de las razas compuestas. Si se eligió, por ejemplo, Montana, poco a poco el rodeo se va a ir haciendo Montana por un proceso de absorción (cruzamiento absorbente). La formación de la compuesta, en cambio, consiste en efectuar los cruzamientos con animales destacados de las razas originales, hasta llegar a las proporciones que se quieren de cada una de ellas. Luego viene una etapa denominada de avance generacional, que se continúa indefinidamente y consiste en el cruzamiento entre sí de los integrantes de la raza compuesta. Por ejemplo: Montana por Montana. Aquí, se requiere mucho trabajo de selección para uniformar al producto y aprovechar al máximo las combinaciones genéticas que se van presentando permanentemente. Son ejemplos de razas compuestas que incluyen africanas adaptadas en su composición Belmont Red en Australia, Hotlander y South Poll, en EE.UU., Tropicarne en México y Montana en Brasil, Argentina y Paraguay. Uso y ventajas de este tipo de razas La mayor producción que deriva del uso de este tipo de razas compuestas se debe a la oportunidad de: Lograr y mantener una óptima composición racial para diferentes situaciones de producción, requerimientos o exigencias del mercado. Usar la heterosis en un sistema fácil de manejar aún en rodeos de tamaño reducido. Retener altos niveles de heterosis en las sucesivas generaciones, si se sabe evitar la consanguinidad. Lograr y mantener niveles de performance y uniformidad entre una generación y otra. El compuesto resultante, por ser mezcla de material genético de varias razas no relacionadas entre si, está provisto de una diversidad genética adicional. Por lo tanto, el progreso que se puede obtener por selección dentro de la compuesta es mayor. El cruzamiento de componentes sobre sintéticas de dos razas (Braford, Brangus, etc.), genera un Compuesto Cuatrihíbrido en la primera generación. 258

260 Las razas compuestas ofrecen la oportunidad de usar las diferencias genéticas existentes entre las razas para lograr y mantener óptimos niveles de performance en rasgos tales como: Adaptabilidad a condiciones climáticas, sanitarias y nutricionales. Edad y peso a la pubertad. Peso al nacer y facilidad de parto. Producción de leche, estado corporal posparto y peso al destete. Tamaño adulto y peso, edad de faena, duración de la invernada y edad de entore. Rendimiento de la res, composición de la ganancia de peso. Tasa de crecimiento, sistema de engorde. A continuación se describen las características de las razas sintéticas y compuestas más empleadas en la Argentina y de otras novedosas. Braford: patrón racial El macho debe ser musculoso, bien balanceado, con mayor desarrollo en su parte anterior, cuartos delanteros y profundidad del costillar anterior en relación a su parte trasera. Se discrimina contra los individuos hipermétricos, excesivamente altos y de costillar poco profundo, lo que generalmente está asociado a desbalances hormonales que afectan la fertilidad. La hembra presenta cuello fino y alargado. Vista de lateral, tendrá un balance opuesto al del macho. Más liviana en su pecho y costillar delantero, que en el desarrollo de su parte trasera. La ubre debe estar bien insertada y balanceada. Para ambos sexos se exigen aplomos funcionalmente correctos, aunque se tratan con mayor severidad los defectos en aplomos traseros que en delanteros, dada su mayor relación con la efectividad de la monta natural. El pelo debe ser corto y lustroso. Los animales más fértiles son los mejor adaptados, por lo que pelecharán siempre más temprano. Son indeseables, en este sentido, aquellos que tengan el pelo largo e hirsuto o crespo y los atrasados en su peleche. En cuanto al color, siempre que la característica pampa (cara blanca) esté presente señalando el aporte del Hereford, el color del pelaje tostado en variada intensidad o atigrado, es aceptado. Entre las características que dan cuenta de su rusticidad puede mencionarse la resistencia a los fuertes calores, a los ectoparásitos, a enfermedades (pietín y queratoconjuntivitis), a la menor selectividad para levantar alimentos y su mayor eficiencia de conversión de pasto en carne. Otra de las cualidades que caracteriza a esta raza es la fertilidad de sus vacas, que se traduce en altos porcentajes de preñez y parición. Además tienen una gran facilidad de parto, habilidad materna y buena producción lechera. Estos factores la identifican como un vientre muy adecuado en condiciones desfavorables. 259

261 Respecto de la producción del animal para faena, se logra un novillo de rápido engorde a pasto, alta precocidad y con una terminación a campo dentro de los veintidós a veinticuatro meses de entre 440 y 460 kg. Los novillos por su peso y conformación se encuadran en todas las categorías de comercialización. La res Braford se caracteriza por su carne de color rosado y reconocida terneza, por sus cortes de gran volumen, sobre todo en sus cuartos traseros, por su poca tendencia a la deposición de grasa y por su rinde al gancho que oscila entre el 58 y el 60%. Brangus: patrón racial Las hembras deben tener aspecto femenino, cabeza y cuello refinados y ser más livianas en el cuarto delantero. Las ubres y pezones estarán bien insertados y balanceados. Los machos deberán presentar un porte viril con un desarrollo muscular adecuado. El prepucio deberá ser de corto a mediano. El tamaño del biotipo varía según las condiciones ecológicas. El pelo debe ser corto y lustroso, aunque es permisible un aumento de largo en el invierno. El color debe ser negro distribuido uniformemente a lo largo de todo el cuerpo. Aunque así como hay Angus y cebú colorados, está también el Brangus colorado. A pesar de que estos no llegan al 5% de la población total, tienen gran demanda en el norte correntino, Misiones, Paraguay y Brasil, zona de influencia de un ectoparásito llamado ura (Dermatobia hominis), que ataca más al negro que al colorado. En términos generales, debe ser un animal simétrico, ancho, largo y con costillas bien arqueadas. Tiene buen desarrollo óseo y miembros fuertes, con gran soltura de movimientos y aplomos correctos. Los novillos pueden alcanzar un peso de terminación de 470 kg entrando en la categoría exportación. Con un sistema intensivo de alimentación se pueden producir terneros bolita de kg para el mercado interno. Santa Gertrudis: patrón racial Es una raza de gran tamaño, algo que se evidencia en los buenos campos, pero, sobre todo en las zonas de cría situadas en el norte y en el oeste del país. Los toros adultos, que presentan una leve giba en la cruz, pesan alrededor de 750 kg a campo, mientras que las vacas de cría promedian los 500 kg. Su esqueleto es fuerte y se halla cubierto de grandes masas musculares, con preponderancia en su parte posterior. 260

262 Se adapta con facilidad a los climas subtropicales y a las regiones semiáridas. Su cuero abundante y el pelo corto favorecen la irradiación del calor intenso. Sus miembros tienen la longitud necesaria como para permitir recorrer largas distancias hasta las aguadas con agilidad y soltura y un menor gasto de energía. La rusticidad es una ventaja invalorable en sistemas extensivos. Requiere muy pocos cuidados, lo que significa un menor movimiento de los rodeos y por ende, menos personal. En épocas de sequía se mantiene en buen estado aunque el forraje sea poco o de mala calidad. Los terneros son sanos y grandes, favorecidos en este sentido por la buena producción lechera de sus madres. Son animales muy precoces. Este factor es de gran importancia dado que permite que los criadores puedan vender un ternero al destete con 30, 40 o más kilos (que los logrados con las razas tradicionales británicas) y que los invernadores terminen sus novillos prontamente. Su carne es de muy buena calidad y tiene escasa cantidad de grasa. Por lo general su res corresponde a la clasificación grasa 1, con una pequeña proporción de grasa 2, cuando se trata de novillos muy pesados. Además, brinda mayor porcentaje de cortes valiosos que las reses tradicionales ya que sus cuartos posteriores son proporcionalmente más pesados. Bonsmara: patrón racial Bonsmara tiene 5/8 de sangre Afrikánder (Bos taurus de origen europeo, Sanga) y 3/8 de razas británicas (Hereford, Shorthorn, Red Angus, Sussex y South Devon). Dentro de sus características cabe destacar: Efectiva capacidad de adaptación. Su pelo colorado, corto, la piel pigmentada, un cuero bien vascularizado y subcutáneo móvil, lo hacen un animal adaptado a condiciones de altas temperaturas. Posee una eficaz repelencia a garrapatas y resistencia natural a parásitos internos. Fertilidad. Por su real capacidad de adaptación a ambientes desfavorables, las vacas no tienen problemas de parto y logran un ternero por año durante quince a veinte años de vida productiva. Los toros de excelente libido y semen congelable a los doce meses de edad (pubertad temprana), son capaces de servir vacas en servicio corto y tienen años de vida útil. Productividad y eficiencia. El tamaño es moderado (frame 5). Las vacas destetan terneros, que en años normales, a los 7-8 meses pesan kg. Temperamento. El Bonsmara es un animal tranquilo, lo cual facilita el manejo y el engorde tanto a campo como a corral. Facilidad de terminación. Gracias a su tamaño moderado y a su real capacidad de adaptación a diferentes ambientes, los novillos Bonsmara engordan fácilmente a campo y pueden producir un novillo tanto para consumo interno como para exportación. 261

263 Calidad de carne. Estudios comparativos realizados por el Instituto de Producción Animal de Irene, en Sudáfrica, demostraron que el Bonsmara tiene una calidad de carne comparable a la de las razas británicas. Compuesto Montana: patrón racial El Compuesto Montana se hace cruzando madres: Brangus, Braford o media sangre cebú con británicas o continentales, con toros óptimos de razas taurinas adaptadas: Senepol, Senangus, South Poll, Bonsmara, Belmont Red y Tuli entre otras. Contiene: Hasta 25% cebú. 25 a 50% razas taurinas adaptadas al calor y a pastos de menor calidad. 25% razas británicas. 25% razas continentales europeas. Posee ventajas importantes, entre las cuales se destacan: Reduce el porcentaje de cebú a un máximo del 25%. Ello aumenta la terneza de la carne haciéndola aceptable al más exigente consumidor. Mantiene adaptación al medio incorporando a las razas taurinas de origen africano. Es muy precoz sexualmente. Posibilita el entore a los 14 meses. Retiene al menos el 85% del vigor híbrido de la vaca cruza F1 índica por taurina, que es exponente de la máxima productividad en el trópico y en el subtrópico. Compuesto Ranquel: patrón racial El Compuesto Ranquel se caracteriza por poseer: Un 50 a un 75% de razas británicas de carne (Angus y Hereford, mayoritariamente y algo de Red Poll y Shorthorn), para mantener el biotipo carnicero. Hasta un 12% de razas continentales, muy precoces sexualmente y de alto rinde carnicero, como son Gelbvieh y Simmental. Un 25 a un 50% de varias razas taurinas africanas, como Bonsmara, Belmont Red, Senepol, South Poll y otras, de alta adaptación al árido y a los pastos de baja proteína, muy dóciles y longevas, de terneza de carne idéntica a las británicas y caracteres externos similares. 0 a 15-20% de varias razas cebuinas. Cuando los rodeos que producen toros Ranquel provienen de cruzas cebú, los toros retienen una porción de genética índica, que se busca en algunos ejemplares para mejorar su adaptación al árido. Alrededor de 8 o más razas integran al Compuesto Ranquel. Dentro de sus características se destacan: 262

264 Mantiene el vigor híbrido a lo largo de las generaciones en niveles próximos al 85%. Esto asegura altos niveles de comportamiento en cría e invernada. Mejora o mantiene la adaptación al medio, incorporando razas taurinas de origen africano. Es muy precoz sexualmente. Permite el entore a los 15 meses. Reduce el porcentaje de genética cebú en los rodeos base Brangus o Braford a un máximo del 15-20%. Esto resuelve los problemas de terneza de la carne, la indocilidad y el castigo en el precio a la comercialización de animales acebuzados. Presenta gran uniformidad de tipo, mayor que la que se logra en cruzamientos rotacionales. Presenta un biotipo bien carnicero. Conclusión Mediante los cruzamientos se puede obtener, en forma simultánea, aumentos en la producción, adaptación al medio y un nuevo biotipo requerido por el mercado. Por cruzamiento entre razas se logra avanzar más rápido (en menos tiempo), hacia las metas productivas o de adaptación fijadas que usando selección dentro de la misma raza. Pero para hacer cruzamientos y obtener resultados positivos son necesarios individuos de razas puras seleccionadas con criterio productivo y de adaptación al medio. Las metas productivas deben ser claramente definidas antes de concebir el plan de mejoramiento genético. No olvidar que se está trabajando para satisfacer mercados de distintos requerimientos y que además tienen distintos gustos y preferencias cambiantes. Recuerde: La selección dentro de una raza permite un continuo mejoramiento en las características deseadas de mediana a alta heredabilidad. Los cruzamientos permiten combinar buenas características en un mismo animal en forma rápida y también sacar provecho del vigor híbrido. Sus resultados inmediatos son mucho más importantes en su magnitud que los que se logran mediante la selección dentro de una raza. Los cruzamientos son herramientas útiles para aumentar la productividad y la renta de las explotaciones, pero para sacarles la máxima ventaja es necesario planificarlos cuidadosamente. Es conveniente recordar que la selección y los cruzamientos son una parte de las variables que afectan la productividad y la rentabilidad de una empresa ganadera. El manejo del recurso forrajero, la sanidad, el manejo reproductivo, la estrategia de comercialización y los aspectos económicos de la explotación son tan o más importantes. 263

265 Bibliografía Bavera, Guillermo. Selección del rodeo por fertilidad, longevidad, peso, peso al destete y res en canal en Carrillo, Jorge. Empleo de cruzamientos para aumentar la eficiencia del rodeo de cría, en Manejo de un rodeo de cría, 2ª Edición, Cap. XVI, Ed. CERBAS INTA, 1997, pp Gargantini, Guillermo. Parámetros genéticos de características reproductivas en machos y hembras de la especie bovina, en Taurus, Nº 23, año 6, septiembre de 2004, pp Kress, Don. Una técnica para aumentar la producción, en Simmental, pp.6-9. Lagos, Fernando. Cruzamientos entre bovinos de carne, en Lagos, Fernando. El futuro de los cruzamientos y las razas compuestas, en La ganadería que viene, Ed. Difusión ganadera, 2001, Bs. As., pp Lagos, Fernando. Una herramienta sin costo para producir más carne en forma natural: razas compuestas, en Ganadería Subtropical en el siglo XXI, Ed. Difusión ganadera, 2002, Bs. As., pp Lagos, Fernando. Compuesto Ranquel, en Ganadería de Vanguardia, Nº 1, año 1, Bs. As., Ed. Leachman Cattle S.A., agosto de 2004, p. 3. López, Daniel. La formación de razas compuestas, en Sumario Ganadero, Bs.As., Ed. Perés Monteagudo S.A., 2000, pp López, Daniel. Selección vs. Cruzamientos, en Sumario Ganadero, Bs.As., Ed. Perés Monteagudo S.A., 2003, pp López, Daniel. Razas bovinas africanas, nueva herramienta genética para aumentar la producción de carne en el trópico y subtrópico, en Mezzadra, Carlos. El porqué y para qué de los cruzamientos, en Hereford Nº 634, año LXIX, Bs. As., julio de 2004, pp Peralta, Rodolfo; Péndola, Carlos; Paramidani, Eduardo; Scena, Carlos. La inseminación artificial en los rodeos de cría, en Taurus Nº 7, año 2, Bs. As., 2000, pp Pourrain, Alexis. Qué tamaño debe tener la vaca? Existe un tamaño ideal?, en Hereford Nº 628, año LXV, Bs. As., julio de 2002, pp Rovira, Jaime. Los cruzamientos en los rodeos de cría, en Reproducción y manejo de los rodeos de cría, Cap. 16, Bs. As., Ed. Hemisferio Sur, pp Rovira, Jaime. Cruzamientos, en Manejo nutritivo de los rodeos de cría en pastoreo, Cap. 17, Bs. As., Ed. Hemisferio Sur, pp El Ing. Agr. Norberto A. Speroni es Director de Difusión ganadera. Su dirección electrónica es speroni@elsitio.net 264

266 Terneros bolita: otro destino de la cría Introducción Adrián De Benedetto 1 Muchas veces, en determinadas épocas del año, el productor agropecuario se encuentra que vende su cosecha (sea de grano y/o animales) a un precio que no representa el esfuerzo realizado durante todo el año. Gracias a la tecnología disponible, hoy en día, existe, la posibilidad de independizarse del momento de venta, como por ejemplo, el uso del acopio de granos en silos bolsa donde, si no se necesita vender parte o toda la cosecha, se puede guardar y esperar hasta que su valor sea más conveniente. En el caso del criador, con el ternero no se podría hacer lo mismo, ya que en invierno, el campo se empieza a achicar (o sea la oferta de pasto empieza a disminuir) y se ven obligados a sacar del campo, la mayor cantidad de animales posible. En primer lugar, la producción de terneros y luego todos los animales que por algún motivo dejan de ser productivos, como por ejemplo vacas vacías, vacas viejas, etc. En esas circunstancias, el productor vende sus animales, y por lo general el precio, no está pasando por su mejor momento en el año. Una alternativa para esto, es realizar en el mismo establecimiento un pequeño encierre, obteniendo las siguientes ventajas: 1 Ing. Agr. Técnico de Productos Leydi. 265

267 1. Una diferencia en promedio de un 10% en el precio de mercado de un animal terminado a corral vs. a pasto. 2. Vender un animal listo para consumo, es decir darle un valor agregado a la producción. 3. Tener hacienda especial, no solamente terneros sino de otras categorías, que van surgiendo y que permite estar mejor posicionados a la hora de vender. 4. Independizarse del factor climático, al no verse obligado a vender cuando baja la producción de pasto y la oferta de terneros es grande y en consecuencia, el precio obtenido será bajo. Se mejora el resultado económico de la empresa. 5. Permite en algunos casos realizar negocios de oportunidad, comprando animales faltones que en días se pueden vender como hacienda especial o hacer lo mismo con todo el descarte anual del rodeo. 6. Si a su vez se cuenta con cereal propio, es posible darle al mismo un valor agregado, transformándolo en kilos de carne. Qué conviene engordar? Si bien la terminación a corral permite engordar cualquier categoría, hay que tener presente que uno de los puntos más importantes, dentro de este tipo de producción, es la alimentación. Por lo tanto, se debería encerrar en principio aquellas categorías de animales que, fisiológicamente, permitan obtener el máximo beneficio (lo que comúnmente se llama eficiencia de conversión). Partiendo de una misma calidad genética a medida que se va desarrollando el animal, va disminuyendo su eficiencia de conversión (ver cuadro 1). Cuadro o 1: 1 : Relación entre e la categoría animal y la eficiencia de conversión. Categoría Eficiencia de conversión 1 Terneros 5:1 Novillitos 6:1 Novillos 7,5:1 Eficiencia de conversión 1 : cantidad de kilos de alimento que precisa un animal para formar un kilo de carne. Fuente: De Benedetto, Adrián, Es por ello que, la categoría que permite obtener un mayor beneficio desde este punto de vista es el ternero de 140 a 150 kilos de peso vivo. Para el caso de animales más chicos, si bien la conversión sería menor, no convendría encerrar, ya que se debería hacer una pequeña recría antes de realizar la terminación. En cambio sí se encierran animales más grandes (todo el descarte), desde 266

268 este punto de vista, la conversión es antieconómica, pero no se debe olvidar que lo que se busca en este caso es un cambio de categoría, es decir no salir a vender una vaca de conserva sino una vaca de consumo cuyo precio es superior. Ubicación La ubicación dentro del establecimiento, tiene que ser en el lugar más alto del campo (en una loma) y de fácil acceso, ya que se debe poder llegar en cualquier momento y/o poder sacar los animales ya terminados, cuando se disponga. Respecto al lugar más alto se debe a que hay que tener presente que, una de las mayores pérdidas que pueden ocurrir, es la formación de barro dentro del corral, el cual disminuye entre un 15 a un 30% la ganancia diaria de peso. Un ejemplo clarificador se analiza en el cuadro 2. Cuadro o 2: 2 : Comparación de resultados productivos en corrales con y sin barro. Corral 1 con problema de barro Peso de Peso a los entrada (kg) 49 días (kg) GDPV 1 (kg/día) Hembras 198, ,27 Machos 203,5 279,9 1,45 Corral 2 sin problema de barro Peso de Peso a los entrada (kg) 49 días (kg) GDPV 1 (kg/día) Hembras ,57 Machos 169,6 249,37 1,62 GDPV 1 : ganancia diaria de peso vivo. Campo: ubicado en la localidad de Norberto de la Riestra, Partido 25 de Mayo, Pcia. Bs.As. Fuente: De Benedetto, Adrián, Dentro del potrero y teniendo presente lo anterior, otro punto que define la ubicación es la aguada. Si se quisiera evitar un gasto, se podría aprovechar una aguada para realizar un solo corral o una aguada para dos corrales, lo importante es que la misma esté a una distancia no mayor de 10 o 15 metros del comedero. Si hay que realizar una aguada nueva, se deberá calcular en base a 2 cm por animal con una salida de 2 a 2,5 pulgadas del caño que descarga el agua en el bebedero ya que asegura una buena renovación, para que el animal tenga agua fresca y limpia siempre. 267

269 Respecto al comedero, su ubicación dentro del corral que se diseñe, deberá estar en el lugar más alto posible y a la distancia del bebedero ya comentada. Los comederos se pueden colocar dentro o fuera del corral. Si se colocan dentro del corral la única ventaja que se tendrá, es que se van a precisar menos metros de comederos. Si se los coloca por fuera del corral con alambre de por medio, se va a precisar el doble de metros de comederos, pero no se necesitará entrar al corral con el tractor (generando mucho barro). Además se facilita el trabajo de la gente, ya que la persona encargada de alimentar los animales no tendría que bajar a abrir y cerrar la tranquera cada vez que va a dar de comer. Para colocar los comederos del otro lado del alambre se deben cortar dos o tres hilos a una altura de 30 o 40 cm del suelo, para que el animal saque la cabeza y pueda llegar a comer. La cantidad de comederos necesarios es la equivalente a 25 a 35 cm lineales por animal. Deberían comer en forma instantánea el 80% de los animales encerrados. Los comederos pueden estar construidos de distintos materiales. Los hay de lona, tambores de plásticos, de madera o de cemento, siendo estos últimos los más aconsejables. La cara interna de los mismos deberá ser redondeada y lisa, para evitar la acumulación de comida y favorecer su mantenimiento. Es aconsejable que el lado del comedero que está opuesto al animal sea un poco más alto para evitar que desperdicie comida con su cabeza, cuando coma. Maquinarias La cantidad y el tipo de maquinaria dependerá de las dimensiones que se quieran dar al corral de engorde. Los hay de los más sencillos donde el alimento se da a mano, hasta los más tecnificados mixers. Lo importante (se suministre en forma manual o con un mixer) es que el alimento que se le ofrezca al animal sea igual a los valores nutricionales recomendados por el nutricionista y se mantenga constante en toda la etapa de engorde. El uso de maquinaria para el suministro en forma manual es casi nulo; no hace falta más que un carro tirado por un caballo. Si se emplea algún tipo de maquinaría podrá ser un carro distribuidor o un mixer. El primero recibe todas las materias primas que componen el alimento ya mezclado y lo distribuye, en cambio al segundo se le podrán colocar las distintas materias primas por separado. El mixer las mezcla y distribuye el alimento. En el mercado existen aquellos que cargan una tonelada hasta aquellos que pueden cargar hasta 5 toneladas o más. Para su uso es necesario contar como mínimo con un tractor de 100 a 120 CV. Alimentación La alimentación es un punto que en esta actividad tiene una alta incidencia en el costo de producción, por eso es importante contar con un asesoramiento profe- 268

270 sional que oriente, para ofrecerle al animal la dieta que cumpla con el objetivo preestablecido: engordar los animales lo más económicamente posible y en el período más corto. Hay que tener presente que la dieta más económica no siempre llega a cubrir las expectativas de engorde en tiempo y forma. Dependiendo de la escala y del nivel de complejidad que se le de al sistema se puede, formar la dieta con distintas materias primas. Junto con el alimento balanceado (comprado o propio), es importante que el animal consuma un porcentaje que oscile entre un 5 a 10% del total de la dieta, durante todo el período de engorde de pasto seco (rollo o fardo). La idea es que el animal consuma de 0,2 a 0,5 kg/día de pasto seco. Si no se cuenta con qué medir todos los días, lo que se puede hacer es pesar por única vez una bolsa de pasto y utilizarlo como referencia. Entonces, cada vez que se va a dar de comer el balanceado, se necesita cierta cantidad de pasto reflejado en determinada cantidad de bolsas. Con esto se previene en gran parte riesgo de acidosis y se obtendrá una mejor calidad de carne. Lo ideal es mezclar el pasto junto con el balanceado, con la idea de que el animal al consumir el alimento, vaya con él, el porcentaje de pasto considerado. Una alternativa es colocar primero el pasto seco en el comedero y arriba el balanceado, lo cual por el mismo peso de éste último, o provocando un movimiento del comedero, o con la mano sobre el comedero, se logra que se vaya mezclando con el pasto. Estas dos alternativas serían las más convenientes, ya que diariamente se suministraría la cantidad justa de pasto para cubrir los objetivos y se evitaría que el animal elija, pero también se requiere un alto grado de compromiso por parte del personal. Otra alternativa es colocar un rollo dentro del corral (lo más cerca posible del comedero). Esto es más fácil, ya que no se necesita más que ir a colocar el rollo y sacarle el hilo y esperar a que se termine para poner otro. La desventaja que posee este manejo es que existe la posibilidad que el animal elija y convivirán tres tipos de animales dentro del mismo corral: Aquellos que consumen solamente pasto y quizás algo de balanceado, por lo tanto su período de engorde será muy prolongado (no cumpliendo con la idea que el animal durante el período de terminación, se vaya los antes posible). Aquellos que se auto balancean, consumiendo alimento por un lado y un poco de rollo. Aquellos animales que consumen solamente balanceado cuyo riesgo de acidosis y obtención de conversiones poco aceptables será alto. Otra de las desventajas que tiene colocar el rollo dentro del corral es en algunos casos, el alto costo que tiene el rollo, ya que el consumo de éste se incrementará. Por último, otra alternativa derivada de esta última, es reponer el rollo cada vez que se termine (cada 24 hs), se amortiguará algo su consumo. 269

271 Respecto a la calidad del rollo, no es necesario contar con pasto de excelente calidad nutricional ya que la calidad de la dieta está dada por el balanceado y la función del pasto es cumplir solamente con una cuestión fisiológica. Respecto al balanceado, una alternativa es que se compre el alimento listo para dárselo a los animales, agregando sólo un poco de pasto. La ventaja que tiene, es la comodidad, ya que solamente se compra un solo producto y lo que se necesita no es más que un lugar donde guardarlo, un silo, si es a granel o un tinglado si viene embolsado. Como desventaja, se puede mencionar su costo, que siempre va a ser más alto respecto a otra alternativa y también se podría agregar que se depende un poco de la calidad de alimento que pueda ofrecer el proveedor. Una segunda opción es que el productor siembre su maíz y recurra a comprar solamente un concentrado (conocido comercialmente como concentrado proteico) donde, al mezclarlo con el maíz en las proporciones recomendadas por el fabricante, se llegará a los mismos valores nutricionales, que si se compra el alimento totalmente preparado. Dentro de la presentación de los concentrados existen con un porcentaje de proteína del 10, 15, 20, 25 o 30%. Las ventajas que tiene esta opción es que el costo total de la dieta es más bajo que el anterior, ya que se compraría solamente una parte de la dieta, pues el maíz sería de producción propia y se ahorrarían los gastos de comercialización por la venta del cereal. Dentro de las desventajas es que se tiene que contar con alguna mezcladora que una el concentrado con el maíz. Una tercera alternativa es que teniendo maíz propio se compre, por un lado, la fuente de proteína y por otro, los macro y microminerales necesarios en la dieta. En este caso la ventaja es que se siguen disminuyendo los costos de la dieta y la desventaja es que se debe comprar más de un elemento de la misma, contar con una persona que lo mezcle y, obviamente, con una mezcladora. A veces, por la cantidad de animales a engordar, no se justifica comprar la fuente de proteína y minerales por separado, ya que se encarecerían los costos de compra y convendría adquirir directamente el concentrado. Dentro de las materias primas que se pueden ofrecer a los animales, las hay húmedas y secas. Las primeras son derivados en su mayoría de la industria de la alimentación para humanos; y si se decide incorporarlas a la dieta, se deben sacar bien su costo ya que todas tienen un alto porcentaje de humedad; por lo tanto, transportar agua es muy caro. Lo que se realiza en la práctica, cuando se quiere evaluar su incorporación a la dieta, es llevar su precio a valor de materia seca y a valor de energía y/o proteína que aporta dicho insumo. Otro de los puntos a evaluar es si se tiene la suficiente cantidad de animales que permitan consumir, antes que se eche a perder el alimento. Ya que, por su alta cantidad de agua y junto con altas temperaturas, el valor nutricional cae en poco 270

272 tiempo y, por lo tanto, el porcentaje de desperdicio aumenta, el cual se deberá incorporar al costo del producto puesto en el campo. Otra cuestión a tener presente en la utilización de estos insumos, es que se tiene que contar como mínimo con un carro distribuidor, siendo lo óptimo el mixer, una pala frontal para cargarlo y un lugar donde acopiarlo (bateas). Hay que tener en cuenta que al usar dentro de la dieta muchos materiales húmedos, el valor total de la materia seca de la dieta es menor, y sabiendo que los consumos de los animales se basan en materia seca, se van a ir incrementado los viajes de distribución de la comida a los animales. Dentro de las materias primas húmedas se pueden citar gluten feed, hez de malta, burlanda de sorgo, descarte de papa, okara (derivado de la industria de la soja), orujo de citrus, etc. También se puede utilizar como materia prima, dentro del encierre, los insumos secos, como ser los cereales, básicamente maíz, sorgo, cebada, etc.; o derivados también de la industria alimenticia: pellets de soja, pellets de girasol, pellets de trigo, etc. Las ventajas que tienen respecto a los húmedos es que se pueden acopiar por más tiempo, su carga en el mixer o carro distribuidor es más sencilla, ya que con un simple sin fin puede hacerse y existe menos desperdicio. Otro integrante de la dieta es el aporte de fibra, que si bien no es una tarea fácil, es necesario, ya que fisiológicamente el animal funciona mejor y se evitarán problemas de acidosis (muy común dentro del encierre). Las fibras pueden ser secas como los rollos, fardos, etc., o silajes de maíz, sorgo, pastura, soja, etc. En el caso de la fibra seca es importante no molerla demasiado, es decir tratar de obtener una fibra de 8 a 10 cm (lo que comúnmente se llama fibra efectiva) y para el caso de los silos, en lo posible, que sea picado grueso. Tampoco hay que olvidar de incorporar a la dieta los macro, microminerales y aditivos, para lo cual se debe recurrir a los proveedores confiables que aseguren una buena calidad, ya que su incorporación a la dieta no es alta y permiten cubrir los minerales que el animal precisa. Respecto al agua, es tan importante como la proteína, la energía y los minerales. La calidad de la misma puede influir sobre el consumo cuando el contenido de sólidos totales supera los 4000 mg/l. Niveles superiores a 2 g/l de sulfato pueden provocar diarrea y valores de mg/l de nitrito pueden ser tóxicos. Como conclusión se debe decir que todos los ingredientes que conforman la dieta sean húmedos o secos, cereales o subproductos, fibra y minerales, deben ser ofrecidos al animal lo más mezclados posible y en las proporciones indicadas por el nutricionista, para evitar la selección por parte del animal y obtener el máximo beneficio posible de la dieta. Hay que tener presente que a veces coexisten tres tipos de dieta para un mismo animal: a) La dieta formulada. b) La dieta ofrecida. c) La dieta consumida. 271

273 El objetivo será, a través de la supervisión, que estas tres dietas sean solamente una. Manejo Para este tipo de actividad que es intensiva, es muy importante contar con una persona que realmente esté comprometida con su tarea. Se pueden tener las mejores instalaciones, la mejor dieta y los mejores animales, pero si a la gente que está a cargo no le interesa su trabajo, el engorde fracasa. Es por ello que antes de decidir realizar esta actividad se debe elegir bien a la/ s persona/s que va/n a estar a cargo. Uno de los puntos claves es el manejo de la comida. La persona que está a cargo deberá tener en cuenta: a) Que la dieta formulada por el nutricionista sea la misma que van a consumir los animales. b) Que realmente se cumpla con el período de adaptación que deben experimentar los animales cuando ingresan a los corrales, cuya duración no es menor a 2 o 3 semanas; y es de suma importancia, ya que puede definir los engordes para el resto del período. Hay que tener presente que se va a pasar de una dieta con un 90% de fibra y resto de balanceado, a un 10% de fibra y resto de balanceado en un período que a lo sumo tendrá 21 días. c) Luego del período de adaptación la cantidad de alimento ofrecida deberá ser ad-libitum (el animal debe consumir todo lo que quiera para que se vaya lo antes posible). Cada vez que la persona vuelve a dar de comer debería encontrar en el comedero, resto de comida anterior, lo que indica que no se está haciendo restricción de consumo. Tampoco se debe ir al otro extremo, superponer comida nueva sobre vieja. d) Evitar el mínimo de desperdicio de comida posible. En relación con el punto anterior, superponer comida vieja sobre nueva provoca rechazo en el animal, producto de la fermentación (los rumiantes tienen más desarrollado el sentido del olfato que el hombre, así que cuando se percibe el olor de la comida en mal estado, el animal ya hace tiempo que lo hacía, lo que provocará una caída en el consumo), y se termina tirando toda la comida. Un tema relacionado con la dieta y su manejo es la acidosis, problema muy frecuente en los animales. En el 80% de los casos se debe a un problema de manejo de la alimentación, como puede ser una mala adaptación, restricción en el consumo, el no agregado del porcentaje de fibra necesario, etc. Uno de los síntomas que puede indicar que se está frente a este problema es la disminución del consumo en más de un 10%. Como primera medida habrá que ver qué es lo que ha provocado dicho problema y luego, agregar un porcentaje más de fibra por un tiempo determinado o recurrir a un antiácido. Otra de las manifestaciones por par- 272

274 te del animal con problema de acidosis es la diarrea, por ello es importante que la persona recorra los corrales 1 o 2 veces al día y reconozca y estime qué porcentaje de diarrea encontró durante la recorrida, si supera el 5% hay que tomar las medidas antes mencionadas. Asimismo, debido a problemas de acidosis, pueden aparecer problemas de laminitis (problemas circulatorios en las extremidades), muerte violenta, etc. Otra de las cosas muy importantes es el manejo sanitario del rodeo y es algo que se debe realizar indefectiblemente cuando se desarrolla esta actividad. Cuando se encierra un animal en un corral se tiene que tener en cuenta que ese animal pudo haber tenido un viaje largo, se lo pone en un lugar totalmente desconocido, por lo general se lo separa de la madre, etc., lo que le provoca una situación de estrés, que hace que sus defensas desciendan y esté susceptible a cualquier enfermedad. Por ello es necesario que cuando los animales lleguen al lugar de encierre, se les realice el plan de vacunación aconsejado por el profesional que, básicamente, consta de una desparasitada, una vacunación contra mancha, gangrena y enterotoxemia (triple), una vacunación contra las virales IBR, DVB, y Pi 3 y una aplicación de vitamina AED 3. Es aconsejable, y de hecho se realiza en mucho lugares, una segunda vacunación contra las virales dentro de un plazo de los 20 días. Por lo general, en varios sitios, una vez que los animales ingresan al encierre, se los deja durante 24 horas, con rollo y agua fresca y limpia, para luego realizar todas las aplicaciones juntas y, a partir de ese día, se comienza con el primer día del plan de adaptación respecto a la comida. Recuerde: A veces coexisten tres tipos de dieta para un mismo animal: a) La dieta formulada. b) La dieta ofrecida. c) La dieta consumida. El objetivo debe ser que a través de la supervisión, estás 3 dietas sean sólo una. El Ing. Agr. Adrián De Benedetto es técnico de Productos Leydi. Su dirección electrónica es adriandebenedetto@ciudad.com.ar 273

275 Cómo disminuir las pérdidas económicas proporcionando bienestar al animal? 1 Por qué ocuparse del bienestar de los animales? El bienestar animal no es un problema de los europeos, ni de los frigoríficos exportadores: es un problema de los animales, y por ende, de sus propietarios. La razón es muy simple: si los animales sufren, los ganaderos pierden dinero, al margen de lo que digan o hagan los servicios sanitarios o los clientes extranjeros. La cadena ganadera soporta cotidianamente pérdidas causadas por el manejo inadecuado de la hacienda. Los eslabones de la cadena de valor, del campo de cría al frigorífico, ejercen o toleran el mal trato sobre los vacunos, que es la materia prima del negocio ganadero. Desde el potrero hasta el cajón de noqueo se destruye valor de muchas maneras, simplemente porque no se advierte el problema, y en consecuencia, no se le busca solución. El bienestar animal, antes que una reglamentación externa o una barrera paraarancelaria, es sinónimo de buen manejo, de adopción de las mejores prácticas disponibles, de mejora permanente en la calidad, y por último, de reducción de costos. 1 Revisado y corregido por el Dr. Marcos Giménez Zapiola, Ph.D. 274

276 El costo de descuidar el bienestar animal Hace ya varios años que el bienestar animal dejó de ser una discusión intelectual entre veterinarios, organizaciones no gubernamentales, productores, industriales y funcionarios de la Unión Europea, los Estados Unidos, Australia, Canadá y Nueva Zelanda. No sólo circula abundante información sobre el impacto del maltrato de la hacienda en la calidad de los productos, sino que existen normativas que atraviesan las fronteras políticas. Esta legislación se apoya a la vez en la exigencia de garantías de seguridad por parte de los consumidores y en las estimaciones del perjuicio económico que generan las malas prácticas de manejo ganadero. En los Estados Unidos, la industria cárnica pierde al año US$ 114 millones (según datos de la Nacional Beef Quality Audit., 2000); en Australia, los hematomas en los cortes cárnicos provocan al sector una caída en sus ingresos de US$ 30 millones anuales (sobre la base de datos de 1987); en Brasil, se calcula que los daños en carcasas (26 millones), la pérdida de peso en los viajes (112 millones) y las muertes en tránsito (6 millones), generan un perjuicio superior a US$ 144 millones anuales; por último en el Uruguay, las auditorías en las plantas exportadoras de carne vacuna señalaron una merma de ganancias de US$ 58 millones en Investigaciones realizadas en Chile demuestran que existe una asociación positiva entre la frecuencia de las lesiones y la distancia de transporte desde el campo hasta la planta faenadora, como así también entre la gravedad y el número de lesiones y la duración del viaje. La situación argentina En la Argentina no existen estimaciones oficiales del daño que causan en la cadena cárnica las contusiones, los cortes oscuros (ph que superan los valores normales), abscesos por inyecciones mal aplicadas, lastimaduras que pueden afectar los cueros, o enfermedades que provocan pérdidas animales durante el proceso de producción o el traslado al frigorífico. Sólo algunas industrias cuentan con análisis parciales de sus pérdidas. Juan Carlos Repetto, tal como lo comunica en su libro Cortes vacunos de calidad, observó en 1972 que sobre una población de vacunos, el 30% presentaban machucones que desvalorizaban el producto final. Más recientemente, el Consorcio de Exportadores de Carnes Argentinas (ABC) ha informado que, en una muestra de medias reses, el 40% tenía lesiones en el cogote y en los bifes, por inyecciones intramusculares mal efectuadas; y un 10% registró golpes en los mismos cortes. Otro análisis que efectúan las empresas asociadas a ABC, revela que el mayor daño en la hacienda se produce durante el preembarque y el traslado al frigorífico. 275

277 El bienestar y el conocimiento del animal El principal enemigo del bienestar del ganado es el estrés. La reducción del estrés animal durante los trabajos rurales tiene la doble ventaja de aumentar la productividad animal y mejorar la calidad de la carne, además de otros beneficios indirectos que van desde la seguridad laboral a la conservación de las instalaciones. Dado que en las explotaciones comerciales los hábitos de vida natural de los bovinos pueden verse fuertemente modificados, es imprescindible conocer su comportamiento. Esto permite elaborar técnicas adecuadas para manejar de un modo racional a los vacunos, atendiendo al mismo tiempo el bienestar de los animales y el de los humanos. Si bien muchas actitudes y conductas del bovino pueden ser consideradas instintos que nacen con el animal, la manera de llevarlos a cabo depende de su experiencia previa y de su estado de ánimo, y hoy se sabe que los animales no sólo actúan por instinto sino que también pueden aprender con la edad. Los primeros naturalistas denominaron instintos a estos patrones de comportamiento y los especialistas modernos en conducta animal los llamaron pautas fijas de acción. Algunos esquemas instintivos de conducta son muy rígidos e inamovibles, pero otros pueden ser modificados por el aprendizaje. La reacción de flehmen, por la que el toro frunce el labio superior, es un ejemplo de pauta fija que no requiere aprendizaje. Otros comportamientos instintivos, como los que afectan el movimiento de los animales durante el proceso productivo, pueden modificarse a través de la experiencia. Las personas que trabajan con el ganado y que a la vez cuentan con conocimientos del comportamiento animal pueden cumplir con sus objetivos con un mínimo de alteración y de estrés. Se analizarán a continuación algunos elementos de manejo de los bovinos que pueden reducir pérdidas por maltrato y elevar la rentabilidad de los establecimientos ganaderos. El estrés y sus causas La reacción del bovino frente a amenazas externas, al igual que en todo ser vivo, es el estrés, que por acción hormonal está caracterizado, en un primer momento por el descenso de la glucosa en sangre, por el aumento de la presión sanguínea, de la temperatura, congestión de las mucosas, etc. Si bien el estrés es un estado normal de todo ser viviente, el estrés excesivo en el bovino produce mermas, tanto en la producción cárnica como lechera, una menor rumia, el crecimiento de las glándulas suprarrenales y una mayor secreción de adrenalina. 276

278 Hay tres factores determinantes del estrés: 1) Grado de contacto con la gente. 2) Genética. 3) Calidad del manejo (brusco o suave). La hacienda debe estar acostumbrada a convivir con el personal rural. No debe ser una novedad para los animales, por ejemplo, advertir la presencia humana en el potrero donde se encuentran. Las recorridas frecuentes, a pie, a caballo o en vehículos, sin ruidos amenazantes ni perros agresivos, harán que los animales no sientan temor ante la cercanía de personas. En consecuencia, el contacto frecuente y suave reduce el estrés. Los criadores, invernadores y engordadores a corral pueden prevenir el problema de los animales descontrolados, si acostumbran al ganado a ser trabajado tanto por gente a pie como por gente a caballo. De esa forma los vacunos no enfrentarán situaciones novedosas que les pueden resultar estresantes. La genética también es un factor relevante. Algunas razas son más calmas y menos propensas al pánico que otras. En general, las razas británicas (Hereford, Angus y Shorthorn), son más mansas que la mayoría de las razas originadas en el continente europeo, y sobre todo, que las índicas. Por qué las razas británicas son más mansas que las continentales? Es una combinación de selección y manejo. Los científicos franceses Le Neindre, Boivin y Boissy, publicaron un artículo donde sostienen que los animales que han sido mansos bajo un sistema intensivo, pueden volverse indómitos cuando se los larga en campos abiertos. Esto puede tener que ver con la manera en que los primeros criadores de ganado vacuno seleccionaron animales en Gran Bretaña y en el continente. Las razas citadas anteriormente fueron desarrolladas en Gran Bretaña como razas productoras de carne que eran criadas en pasturas. No tenían un trato cotidiano con la gente. Como había que trabajar con ese ganado en las instalaciones existentes en aquellos tiempos, los animales que se descontrolaban o se ponían agresivos eran descartados. Seguramente hubo una fuerte presión selectiva a favor de los animales mansos. En contraposición, las razas continentales originarias de Francia, Italia y Alemania, fueron desarrolladas desde el comienzo para cumplir con varios propósitos. Mientras que los Hereford, Angus y Shorthorn fueron seleccionados para producir carne, las razas de los países del continente debían proveer vacas lecheras, animales de trabajo y también producir carne. Es posible que el ganado continental se haya criado en medio de una asociación mucho mayor con la gente que el ganado británico. Hay razas europeas como la Salers y la Simmental que todavía son utilizadas como ganado lechero en la actualidad. La búsqueda de la carne magra también puede haber contribuido a los problemas de temperamento. Se ha observado que dentro de una misma raza, los animales magros y delgados, con huesos finos, son mucho más propensos a entrar en pánico o a ponerse nerviosos que los animales de esqueleto más pesado. 277

279 Si un animal es conducido todos los días por la gente y se cría en un ambiente lleno de personas y de actividad, estas experiencias se convierten en algo cotidiano. Todavía hoy en día, los británicos crían a sus animales en pasturas, mientras que muchos vacunos de razas carniceras criados en países del continente europeo viven en pequeños galpones y tienen una asociación muy estrecha con sus dueños. Cuando los animales se crían de esta manera, hay mucho menos descarte por mal temperamento, pues éste queda enmascarado por el alto grado de amansamiento que surge del manejo y del contacto. Siguiendo con la teoría de los investigadores franceses, los animales acostumbrados a vivir confinados, cuando se encuentran en grandes superficies pueden variar su temperamento, resultando menos dóciles. La hacienda de temperamento excitable tardará más tiempo en responder de manera positiva al manejo suave que los animales de temperamento calmo. La mayoría del ganado bovino reduce el nivel de estrés y se calma cuando se lo trata con suavidad. A pesar de ello, siempre hay una pequeña cantidad de individuos de mal temperamento que quizá nunca se tranquilicen y resultan difíciles de confinar y manejar. Suele convenir rechazarlos, ya que su porcentaje rara vez supera el 1%. El orden jerárquico La productividad de los bovinos se ve afectada por una serie de factores, entre los cuales las interacciones sociales de los miembros del grupo juegan un papel esencial. Los vacunos se reúnen voluntariamente en grupos y mantienen un contacto visual que facilita el conocimiento entre individuos y consecuentemente, el establecimiento de las posiciones sociales necesarias para la estabilidad del grupo. La forma en que se logra la jerarquización del grupo puede variar con la raza, el tamaño, el sexo, el peso corporal, la presencia o ausencia de cuernos y la edad. Las condiciones de manejo influyen en el establecimiento de jerarquías. Así por ejemplo, la introducción de animales a un rodeo de un modo inadecuado, puede producir conductas agresivas. Esto suele observarse cuando se incorporan toros provenientes de otro establecimiento, al rodeo de toros propios. Es importante que alguien los vigile hasta que estén acostumbrados ya que las peleas que se generan entre ellos, pueden producir lesiones de importancia. Respuesta natural de fuga del bovino Es preciso conocer un concepto básico del comportamiento instintivo del vacuno: su impulso de fuga. La primera reacción del bovino ante el humano es alejar- 278

280 se, y esta reacción se produce en un contexto espacial definido como la zona de fuga. Entender lo que significa la zona de fuga es un punto clave para lograr un manejo fácil y tranquilo. Para determinarla, hay que caminar lentamente hacia el vacuno. Cuando éste comience a desplazarse, se habrá alcanzado el límite de la zona de fuga. La definición del perímetro de la zona de fuga es muy simple: cuando uno entra en la zona de fuga, los animales se moverán. Cuando uno se retira de esa zona, los animales cesarán de moverse. La superficie de la zona de fuga está determinada por varios factores, como el carácter doméstico o salvaje de los animales y el ángulo y velocidad de acercamiento de la persona que los maneja. Será mayor cuando la persona se acerca de frente y se hará más pequeña cuando el animal está confinado dentro de la manga. Si hay una barrera entre la persona y la hacienda, la zona de fuga se hace más pequeña. Una vaca que pasa al costado de la persona que la está manejando tendrá una zona de fuga más pequeña, que si la vaca se aproxima de frente. Si el bovino se excita, la zona de fuga se hará más grande. Los animales totalmente mansos no tienen zona de fuga y la gente los puede tocar. Resulta fácil mover a los animales si se trabaja desde el borde de la zona de fuga. La persona debe ubicarse lo suficientemente cerca del animal como para hacerlo caminar, pero no tan cerca como para provocarle pánico y hacer que huya o que se le enfrente. Si la hacienda empieza a moverse demasiado rápido, habrá que retroceder y salir de la zona de fuga. La idea es usar alternativamente la presión y la distensión. Cuando las vacas van donde uno desea, se debe salir de la zona de fuga. Cuando se detienen, hay que ingresar una vez más. Ese es el manejo correcto. Si la persona se acerca demasiado, penetrará en una segunda zona, más pequeña, que es la zona de lucha. En ese caso, en vez de fugarse los bovinos tienden a virar y ponérsele de frente, manteniendo una distancia segura o enfrentando al intruso, según el nivel percibido de agresión humana. Al igual que la tendencia a alejarse cuando se invade la zona de fuga, esta tendencia a darse vuelta para mirar de frente al ganadero es una reacción instintiva de defensa ante una invasión de su espacio de seguridad, que es más reducido (figura 1). La distancia de fuga, que define el tamaño de la zona de fuga, y la distancia de defensa, que define el tamaño de la zona de lucha, tienen una base genética que es afectada en gran medida por la experiencia y por el manejo concreto a que están sometidos los animales. Cuanto más se los agrede o maltrata, mayores serán ambas zonas. Es sabido que los Bos taurus (razas inglesas, europeas continentales y sus cruzas), más mansas, tienen reacciones diferentes a los estímulos externos que los Bos indicus (cebuinos y sus cruzas), que son más ariscas. En particular, el tamaño de la zona de fuga varía en función de la mansedumbre de los animales. 279

281 Límite de la zona de fuga Límite de la zona de lucha Figura 1: Zonas de fuga y de lucha del bovino. La mansedumbre tiene un componente genético, lo que hace que las razas índicas y sus cruzas tengan una zona de fuga bastante más grande que las razas carniceras británicas y continentales, y éstas, que las lecheras. Así, cualquiera que haya entrado en un potrero donde se encuentran vacas lecheras o de cría pastando sabe que, la respuesta de estos a la presencia humana es la indiferencia. Los vacunos siguen pastoreando o rumiando (sobre todo si ya conocen al vehículo o a la persona que vaya caminando o a caballo) siempre que no se invada la distancia mínima que ellos consideran su territorio (al que se denomina zona de fuga), en cuyo caso se retiran. El instinto gregario Otro principio básico de comportamiento del bovino es su instinto gregario: la vaca es un animal de manada que no se adapta naturalmente al aislamiento y tiende a agruparse con sus congéneres. Este principio va de la mano del instinto de fuga, y se debe a que el bovino, en la naturaleza, ocupa un lugar como presa, no como predador. Los perros son predadores, y los vacunos les temen, como al hombre. Procuran alejarse de ellos, y lo hacen juntándose con la manada. 280

282 El comportamiento de manada parece ser más acentuado en los cebúes que en las razas europeas. Los animales aislados tienden a agitarse mucho porque quieren volver con sus compañeros de rodeo. Los animales de temperamento excitable se agitan más que los de temperamento tranquilo cuando se los separa del grupo. Esto es importante cuando se deben realizar determinadas prácticas rurales, por ejemplo, curar algún animal. Para llevar un animal a la manga, siempre hay que llevarlo con 2 o 3 animales más, aunque éstos estén sanos, para que el enfermo no trate de volverse hacia donde se encuentra el rodeo. También en los corrales, cuando por algún motivo hay que separar algún animal, es conveniente dejarlo en compañía de uno o dos más, que luego se volverán a juntar con el lote original, para que el vacuno que ha quedado separado permanezca tranquilo y no trate de saltar alambrados o atropellar tranqueras. Si un animal aislado se rehúsa a entrar en la manga deben ponerse más animales junto con él. Muchas lesiones serias a los trabajadores ocurren porque no se respeta este instinto. A campo abierto, se corre al galope al animal que se refugó, y esto genera numerosos y graves accidentes debido a las caídas. En los corrales, los peores accidentes, a veces mortales, se producen cuando una o más personas se meten al toril para embretar a un animal que ha quedado solo. Un animal aislado ataca y lastima con mayor asiduidad al trabajador, porque se siente más amenazado que cuando está en un grupo. No importa que el operario monte un caballo: esto, que le da una sensación de poder frente al animal, constituye su mayor debilidad, pues si el caballo cae queda atrapado por él y expuesto a golpearse o a ser lesionado por el vacuno enfurecido. Limitaciones en la visión El bovino es un animal que responde a estímulos visuales. Pero su visión es muy distinta de la del humano. Es una visión adecuada para una especie animal que debe sobrevivir en un mundo de predadores: muy amplia, capaz de detectar movimientos y contrastes muy pequeños, pero a la vez difusa. El vacuno ve con precisión hacia delante, imprecisamente hacia los costados, y muy poco hacia atrás, pues detrás de la cola tiene un punto ciego. Tiene sus ojos adecuados para detectar amenazas perimetrales (figura 2). La zona de trabajo o presión ideal para aprovechar el impulso de fuga del bovino es el flanco, donde no puede precisar la envergadura del operario, de modo que tiende a escaparse en la misma dirección en que está encaminado. A medida que el operario queda rezagado detrás del animal, entra en su zona ciega y lo estimula a darse vuelta para verlo mejor. De ahí que cueste tanto trabajo empujar al ganado: no sólo se penetra en su zona de lucha, sino que se lo hace en la zona ciega, de modo que es natural que el animal, en vez de marchar hacia adelante, se dé vuelta y marche hacia atrás. La posición detrás del animal es una de 281

283 Figura 2: Campo visual del bovino. las más difíciles para trabajar la hacienda, y sin embargo suele ser preferida por muchos, quizás atendiendo a que es la mejor posición para un predador frente a su presa. La zona delantera del bovino tampoco es la mejor para moverlo, salvo que se quiera que se escape hacia las espaldas del operario. Además, es la más riesgosa, porque el bovino sólo puede determinar el tamaño y la distancia cuando mira de frente, y eventualmente atropellar al operario. La mirada frontal es de especial cuidado en el caso de los toros, pues es una de sus maneras de proponer un enfrentamiento. Cuando el toro fija la mirada en un humano, éste debe evitar devolverle la mirada, pues esa conducta significa que acepta el desafío. Las líneas de balance del bovino Según la posición relativa del operario, el bovino presenta distintas respuestas: se detiene, gira hacia uno u otro lado, marcha hacia adelante o se da vuelta. Para graficar estas reacciones típicas del animal, se ha desarrollado el concepto de líneas de balance (figura 3). 282

284 Figura 3: Líneas de balance del bovino. Estas líneas operan como si fueran el fiel de una balanza, volcando al animal hacia uno u otro lado de ellas según la posición del operario o el origen de la presión. La más importante es la línea de balance de la cruz: si el trabajador se ubica delante de ella, el bovino se detendrá o retrocederá, como se suele observar a la entrada de la manga cuando alguien se queda parado mirando al animal que avanza; si el trabajador camina hacia atrás, una vez que pasa la línea de la cruz hace que el animal avance. Esta presión sobre la línea de la cruz, levemente hacia adelante o atrás de ella, opera en cualquier situación de manejo, al margen de que el animal esté en un brete o a campo abierto. La línea de la cadera es importante para hacer virar al animal: una vez que el operario queda detrás de ella, entrando en la zona ciega, el bovino gira para mantenerlo a la vista. Si el operario, en ese momento, se adelanta, hará que el animal enderece su marcha. Dentro del flanco del bovino, la zona ideal para lograr un buen movimiento es la que se sitúa entre ambas líneas de balance, adelantándose y retrasándose pero sin quedar al frente del animal ni en su zona ciega. La línea media sirve para orientar al animal hacia uno u otro lado. Si el trabajador está adelante del vacuno, bastará que se mueva hacia un lado para que éste gire hacia el otro. Cuando el trabajador está detrás, esta línea opera al revés: si se desea que el animal gire hacia un lado, hay que hacerse ver desde ese mismo lado, para que gire procurando verlo. 283

285 La memoria del bovino Memoria del miedo es indispensable para una especie como la bovina, pues la experiencia de los riesgos vividos le sirve para sobrevivir. Como otros mamíferos, incluido el hombre, almacena sus experiencias en la zona límbica del cerebro. Entre las situaciones de manejo que generan miedo en el vacuno, sobresalen los arreos, los trabajos en la manga y los malos tratos por parte de los humanos, que deberían ser elegidos por su capacidad de trabajar con los animales y no contra ellos. Las experiencias anteriores del animal afectarán su reacción al sistema de manejo. La hacienda tiene memoria de largo plazo. Los animales que recibieron un manejo brusco, tendrán más estrés y serán difíciles de manejar en el futuro. La primera experiencia de un animal con algo nuevo puede tener un efecto muy duradero en su comportamiento futuro. Los animales tienden a reaccionar ante cada situación según haya sido su primera experiencia. Si la primera experiencia de un ternero con la gente es mala, ya sea de a pie o a caballo, es probable que ese animal sea difícil de manejar por el resto de su vida. El ganado aprende del maltrato que recibe, por eso existen problemas como: Resistencia del ganado a entrar a los corrales y sobre todo a la manga. Resistencia de las vacas a ser juntadas y arreadas a los corrales. Enseñanza de comportamientos defensivos a sus crías (escaparse para el monte, saltar cercos, atropellar tranqueras, etc.). El aprendizaje del buen manejo Aquellos animales a los que se ha tratado con suavidad y se han acostumbrado a los procedimientos del manejo, presentarán un nivel de estrés muy bajo en esas situaciones. El principio básico del buen manejo es evitar que la hacienda se excite. La hacienda se puede excitar en cuestión de segundos, pero el ritmo cardíaco tarda entre 20 y 30 minutos en volver a su situación normal en animales muy agitados. En un estudio realizado en feedlots en los Estados Unidos, la hacienda que venía de campos famosos por el manejo brusco de los animales, era más salvaje y resultaba más difícil de manejar en el matadero. Otras investigaciones realizadas en Colorado State University indican que los animales que se agitan y se ponen nerviosos durante el trabajo en la manga tienen menores ganancias de peso en el corral de engorde y producen un porcentaje más alto de carne oscura y dura. Los investigadores australianos también han comprobado que los terneros habituados a que la gente se mueva entre ellos, tanto a pie como a caballo, se convierten en animales más mansos cuando crecen. 284

286 Pero no bien comienza el arreo con gritos, golpes, galopadas, sobre todo con la intervención de perros sin preparación adecuada, los vacunos tratarán de alejarse, buscando refugio adonde sea. De esta forma, se contrarresta el instinto natural de manada y se enseña al bovino que es preferible dispersarse a juntarse. El silencio y la calma Los gritos y silbidos les aceleran el ritmo cardíaco en mayor medida que el sonido de una tranquera que se cierra con un golpe. Los animales que pastan son extremadamente sensibles al movimiento rápido y repentino. Las personas que agitan los brazos y hacen movimientos bruscos y abruptos asustan a la hacienda. El movimiento descontrolado y alocado del ganado provoca estrés a los animales, desgasta y rompe las instalaciones y los alambrados, y genera una mayor incidencia de lesiones tanto en el personal como en los animales. Los movimientos lentos y continuos tienen menos posibilidades de activar una reacción de miedo. El estrés fisiológico En el sistema productivo extensivo de los bovinos que caracteriza a la Argentina, las situaciones de incomodidad o estrés excesivo de los animales están relacionadas a algunos de los siguientes puntos, y la respuesta se traduce en una menor producción. Falta de sombra en épocas de calor que sitúan al animal en un ambiente desfavorable. Hay que tener en cuenta que la temperatura de confort de las razas británicas está entre los 0 y los 16º C; la de los cebuinos y sus cruzas es un poco superior. Esta temperatura de confort debe relacionarse con la humedad ambiente y la velocidad del viento. El animal compensa en parte esta falta de sombra (menor confort) a comiendo de noche o reduciendo el consumo. En caso de poseer sombra, su producción es mayor. La sombra es preferible que sea natural, provista por medio de árboles. Alimentación. Desde la insuficiente cantidad de nutrientes, hasta la alimentación desbalanceada, y la cantidad, calidad y temperatura del agua de bebida, afectan al comportamiento animal. La lactancia, el consumo de pastos fibrosos, la temperatura ambiente, el fin de la gestación, el tamaño corporal (de la madre y de su feto), la cantidad de sal en el alimento y la falta de sombra, son factores que alteran el bienestar de los animales. Largas caminatas, la cercanía de animales predadores (entre ellos, perros cimarrones o cazadores) y la presencia de parásitos externos e internos, también alteran los patrones de consumo y generan estados de estrés. 285

287 Los arreos Aquél que conoce el trabajo con el ganado, buscará la forma de sacar a los bovinos del potrero con una cantidad mínima o nula de gritos, sin perros y respetando el orden jerárquico de la tropa, que en los establecimientos que no incorporan animales está correlacionado con la edad más que con el tamaño o la fuerza física. En aquellos establecimientos que introducen vacunos, como los campos de invernada o los corrales de engorde, existen más peleas por la jerarquía, que en esas circunstancias está muy correlacionada con el tamaño, la fuerza física y la presencia de cuernos. Los bovinos reconocen un orden social: lo establecen en cada grupo nuevo y lo respetan aún a una distancia de 30 m en los corrales. El ordenamiento social más importante para el mantenimiento de la estabilidad del rodeo es el de las jerarquías de dominancia, donde el más fuerte se impone sobre el más débil. Pero existe otro tipo de ordenamiento social que se manifiesta en los movimientos, y es el de liderazgos. Este tiene a su vez dos componentes: El liderazgo en los movimientos voluntarios, llamado orden de desplazamiento: se observa en los animales que se desplazan libremente en una pastura, hacia la bebida, por ejemplo. Por lo común, lo hacen en fila india. Un animal actúa como líder y es el que generalmente encabeza la columna. Los líderes pertenecen al rango social alto, pero no son los animales más dominantes. El liderazgo en los movimientos forzados, similar al anterior, pero en este caso los animales que lideran el grupo son diferentes según la situación y por lo general pertenecen a distintos rangos sociales dentro de la jerarquía de dominancia. Cuando se arrean vacunos por un camino, sea interno del establecimiento o por la calle, se observa que a medida que los animales pasan de la parcela al camino, el rodeo se va transformando en una fila. La tropa se divide naturalmente en tres lotes: los líderes, los dominantes y los dominados. Los dominantes tienden a encontrarse dentro del sector medio de la fila. Los líderes, que están en el segundo orden de dominancia son los que van adelante, y los dominados van atrás. Para distinguir dominancia de liderazgo, en un rodeo de cría el toro de más edad es el dominante, pero nunca va a encabezar la marcha: deja ese trabajo a las vacas o a otros toros jóvenes. Cuando llegan a un bebedero o comedero, el animal dominante desplaza, a veces sólo con la mirada, a los líderes que se le anticiparon. Y los dominados son fáciles de distinguir, porque marchan a la cola: son los animales viejos, los enfermos, los lastimados o los muy jóvenes (figura 4). Durante el arreo, si el bovino camina aproximadamente a 5 km/h y el caballo lo hace a 6 km/h, por lo que es conveniente ir conteniendo al equino para que avance cerca de los vacunos o en zig-zag, evitando que entre en contacto directo con la tropa. 286

288 Los animales seguidores evitan tocarse con los líderes, incluso si están muy amontonados. Esto se debe al efecto que producen los animales dominantes. Si un dominante decide parar, el que sigue se detiene. Los líderes, que van adelante, también tienden a disminuir su marcha y parar, aparentemente esperando. Toda la tropa hace un alto por diez o quince segundos y luego los dominantes se desplazan nuevamente. Los primeros de la fila inmediatamente advierten la situación con un pequeño movimiento de su cabeza y avanzan, mientras que los últimos parecen ser arrastrados por el movimiento de avance de los dominantes. El arriero que empuja de atrás influye muy poco en la velocidad general de desplazamiento de una tropa de vacunos. Su efecto está restringido al grupo trasero y sólo si va dentro de la distancia de reacción de estos. Pero este grupo posterior de bovinos, por ser los de menor dominancia, produce muy poco efecto de empuje. El grupo de atrás se compacta si es apurado por el tropero, hasta que llega un momento en que algunos de sus integrantes optan por refugarse hacia afuera de la manada. La velocidad general del rodeo apenas cambiará, ya que ella está dada por el grupo de animales dominantes. Un buen arriero sólo se ocupará de presionar desde lejos al grupo dominante, dejando que el resto de la tropa se ocupe de seguirlo. Entonces, para tropear hacienda, es mejor no apurarla, no agredirla y mantener la distancia. Si se la empuja de atrás, se termina con animales refugados y grandes galopadas para volverlos a juntar (con el riesgo de una rodada). Esta situación se agravará si intervienen perros sin entrenamiento para realizar dicha tarea, pues en lugar de atajar y mantener junta la tropa tratarán de moverla atacando directamente a sus miembros dominados, que marchan a la cola. Instalaciones y manejo La rutina de trabajo en los corrales comprende los siguientes temas: a) El mantenimiento de corrales y manga (instalaciones). b) El encierre de los animales en los corrales. c) El trabajo en los corrales. d) El movimiento de los vacunos en el embudo y la manga. e) La inmovilización en la casilla de operar (yugo o cepo). f) El regreso al potrero. a) El mantenimiento de corrales y manga (instalaciones) Previo a los trabajos en la manga conviene revisar todas las instalaciones para ver si hay: 287

289 Figura 4: Zona de fuga y líneas de balance de una tropa Barro, y sobre todo, pozos. Bulones flojos que sobresalen de las maderas. Puntas de alambres salientes. Maderas astilladas. Trancas y puertas rotas, ya sea dentro de la manga, en los costados o en la salida. Hay que comprobar también el correcto funcionamiento del yugo o cepo y del apreta-vacío, y de los cerrojos de las puertas, que pueden abrirse al ser golpeadas por el paso de los animales. Los corrales deben ser recorridos con tiempo, para reparar alambres, estirarlos, reemplazar varillas o palos quebrados, eliminar pantanos en las tranqueras, en el embudo, en la salida de la manga o en su interior cuando carece de piso de cemento. 288

290 b) Encierre de los animales en los corrales Hay que juntar la hacienda en forma tranquila (nunca al trote ni al galope), sin gritos, sin perros, abriendo las tranqueras por donde deba pasar la hacienda con anterioridad. El proceso de mover el ganado en pasturas grandes comprende tres aspectos: 1) Juntar los animales en un grupo holgado Este paso es el más importante. La mayor parte del rodeo debe haberse juntado en un grupo abierto antes de intentar moverlo hacia algún lado. Según el tamaño del lote de animales, el carácter arisco o manso de los mismos y la topografía, se necesitarán entre 5 y 20 minutos para incitar a la tropa a formar un grupo holgado. Esto se consigue aplicando una presión muy leve en el límite de la zona de fuga colectiva, para inducir a los individuos a juntarse en un grupo holgado. El operario deberá localizar el núcleo mayoritario del rodeo y comenzar a hacer una serie de movimientos hacia una punta y hacia la otra, contra el borde de la zona de fuga de la manada. El movimiento se debe ser recto y tangencial, como el de los perros ovejeros que mantienen unida a una majada mientras ésta avanza. No hay que avanzar directamente hacia los animales, porque se dispersarán. El alcance del movimiento en zig-zag debe ser suficiente como para incluir a todos los animales dispersos. No hay que dar vueltas alrededor de los animales ni hacer movimientos curvos, porque éstos inducirán al ganado a girar en lugar de marchar derecho. El peón puede persuadir a moverse a los animales que están en la parte de atrás de la tropa clavándoles la mirada con una postura de predador. Esto simula la conducta inicial del predador al acecho, que le toma las medidas a la manada. Al mismo tiempo, la persona debe mantenerse en constante movimiento hacia un lado y hacia el otro, pues si se deja de moverse o permanece demasiado tiempo en el punto ciego de los animales, estos tratarán de darse vuelta para tenerlo a la vista. En campo abierto, es importante tomarse todo el tiempo necesario. Para juntar la tropa en un grupo holgado, se pueden necesitar entre seis y veinte movimientos amplios de zig-zag. Los patrones de movimiento de un tropero en una pastura grande o en otro tipo de espacio abierto son mucho más amplios que los de una persona que trabaja en espacios reducidos, como en los callejones de los corrales de engorde. Los animales dispersos en grandes superficies requieren movimientos mayores que los que ya están juntos en espacios pequeños. Los movimientos de ida y vuelta del ganadero deben ser constantes y deben extenderse hacia los costados lo suficiente como para que puedan verlo los animales que van adelante (figura 5). 289

291 Figura 5: Movimiento indicado para juntar y orientar un rodeo. Los animales que están apartados hacia los costados de la pastura serán atraídos por la tropa a medida que se va formando el grupo holgado. Los animales escondidos en el matorral o el monte también van a ser atraídos, pues buscarán la seguridad que les ofrece la manada. No hay que salir a perseguir a los animales dispersos. Es muy importante que el ganadero resista la tentación de presionar al ganado para que agrupe rápidamente. Es bueno recordar que en esta etapa se procura causar una ansiedad leve a los animales mediante la simulación de una conducta predatoria de acecho. Esta conducta provoca ansiedad y esta hace que los animales busquen juntarse para estar seguros. Hay que tomarse el tiempo necesario para permitir que los animales se junten y que los terneros encuentren a sus madres. Para que el estrés del ganado se mantenga en el mínimo absoluto, la inducción a juntarse debe hacerse a paso lento. El ganadero también debe evitar que el ganado se deje llevar por la tendencia a amontonarse en un grupo cerrado. 2) Iniciar el movimiento de la tropa Una vez que la mayor parte de la tropa se ha juntado en un grupo abierto, se puede aumentar la presión sobre la zona colectiva de fuga para iniciar el movimiento en la dirección deseada. El arriero prosigue su movimiento de ida y vuelta, pero presiona a la tropa desde más cerca para incitarla a moverse hacia delante. Este movimiento hará que la manada comience a extenderse a lo largo. 290

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