«RECONOCER EL PASADO, CONSTRUIR EL FUTURO»

Transcripción

1 PALABRAS DEL SEÑOR BRUNO MORO «RECONOCER EL PASADO, CONSTRUIR EL FUTURO» Informe violencia contra sindicalistas y trabajadores sindicalizados Señor Vicepresidente de la República, Angelino Garzón -Señor Julio Roberto Gómez, presidente Confederación General de Trabajadores -Señora Rosa Flórez, Secretaria General Confederación de Trabajadores de Colombia -Señor Víctor Malagón, Vicepresidente Responsabilidad Empresarial de la Asociación Nacional de Empresarios -Señor Carlos Miguel Ortiz, coordinador del informe Reconocer el pasado, construir el futuro. -Señores ministros y demás miembros del Gobierno -Señores embajadores y miembros del cuerpo diplomático -Señores Agencia para la Cooperación Española -Señores Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional -Señores organizaciones sociales y de derechos humanos, la academia, el sector privado.

2 -Señoras y señores. Para el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo es de suma importancia este encuentro con todos ustedes en el que presentaremos el informe Reconocer el pasado, construir el futuro: violencia contra sindicalistas y trabajadores sindicalizados » Se trata de un logro que ha sido posible gracias al interés, la voluntad y el compromiso decidido de tres importantes actores de la sociedad colombiana: el Gobierno, las centrales y confederaciones sindicales y la organización del empresariado. Sin el concurso de estos tres sectores, esta iniciativa no hubiera nacido ni, mucho menos, se hubiera mantenido a lo largo de más de un año. Su participación en esta iniciativa ha sido para el PNUD una muestra irrefutable de su compromiso y disposición de avanzar hacia la construcción de acuerdos. Hoy, como resultado de este esfuerzo, apoyado por ocho países cooperantes y el PNUD, se ha logrado generar instrumentos para el diálogo constructivo entre los actores interesados en el tema y que se ve reflejado en este estudio: Reconocer el pasado, construir el futuro. La situación de violencia contra los sindicalistas y los trabajadores sindicalizados ha sido una preocupación compartida tanto por el Gobierno nacional como por organizaciones sindicales, gremios empresariales y la comunidad internacional. Las cifras sobre violencia contra sindicalistas provistas por las diferentes fuentes son

3 motivo de inquietud. Muchos de los datos, en particular de violencia constituida por los homicidios han podido ser rastreados y comparados en este Informe. El informe es solo una parte de un proceso que ha estado guiado por el interés de todos los actores para buscar una solución conjunta a un problema que ha enlutado al país durante varias décadas: las muertes, desapariciones, desplazamiento y amenazas contra los sindicalistas y trabajadores sindicalizados. Durante los 27 años del período en el que fue hecho el informe, entre 1984 y 2011, se reportaron cifras de homicidio de sindicalistas por encima de Además de otras expresiones de violencia, tan graves o más como desapariciones forzadas, las torturas y los secuestros. Se ha hecho este estudio con el propósito de reconocer lo acontecido a los sindicalistas y a los trabajadores sindicalizados en esos 27 años. Pero se quiso ir más allá con el fin de aportar un mejor conocimiento y reconocimiento de lo que ha sucedido, y construir un mejor futuro de libertad sindical, de dignificación y reconocimiento ciudadano. En el contexto del respeto por los Derechos Humanos, el reconocimiento del sindicalismo como parte sustancial de la democracia es una preocupación central para las acciones de la comunidad internacional de y de las Naciones Unidas. Sabemos que el análisis y los aportes que dejará esta investigación serán de

4 gran relevancia para la agenda del gobierno y de enorme impacto en la comunidad internacional. Hoy es urgente apoyar y respetar la protección de los derechos humanos de los sindicalistas. Apoyar los principios de la libertad de asociación y sindical y el derecho a la negociación colectiva. La presencia hoy del Vicepresidente de la República, Angelino Garzón, es una prueba de ello. En ese sentido, la aspiración del PNUD y todos los aliados de este proyecto, es que los actores de la sociedad civil (en particular las organizaciones sindicales y el empresariado) así como el Estado en sus distintos órganos y poderes, consideren las propuestas derivadas de los análisis, y a partir de las mismas encuentren fórmulas jurídicas, organizativas, comunicativas y prácticas para contribuir a la reducción de esa violencia. Nos preocupa el alto grado de impunidad que a lo largo de las últimas décadas ha rodeado las mùltiples violencias contra los sindicalistas. A partir del diagnóstico de la situación, debemos preguntarnos por qué las medidas de protección a los trabajadores sindicalizados no han sido suficientes para garantizar el ejercicio pleno de sus actividades, e incluso sus vidas? Por qué aún muchos colombianos ven con cierta desconfianza a los trabajadores sindicalizados? De dónde viene la estigmatización al sindicalismo? Aunque estos interrogantes deben interpelar a todos los actores y a la sociedad en conjunto, aquí están dirigidos sobre todo al Estado,

5 como lugar de convergencia de los actores y garante de los derechos de todos los ciudadanos. Un balance de lo mucho o poco logrado hasta ahora es el punto de partida necesario para llegar a identificar lo que puede hacerse como contribución a la superación del fenómeno, en especial desde la perspectiva de los derechos de las víctimas y de sus organizaciones, a la verdad, la justicia, la reparación, la no repetición y la protección frente al riesgo. Por eso, más allá de brindar estadísticas, el informe sugiere que entre todas las partes se ayude a la superación del problema. En ese sentido incluye a cada uno de los actores. Entre las principales recomendaciones está la reparación individual y colectiva; la concertación de una política pública frente al crimen; el fortalecimiento de los entes encargados de la investigación de las violaciones de derechos humanos contra sindicalistas; un proceso de memoria histórica que restablezca el bueno nombre de los sindicalistas; mejorar la información en cuanto las violaciones; y finalmente apoyo para el fortalecimiento del sindicalismo y el esclarecimiento de la verdad. Tanto el PNUD como los ocho países que han apoyado esta iniciativa, queremos generar un debate con miras a formular propuestas y configurar acuerdos que nos permitan a todos, finalmente, erradicar esta forma de violencia en Colombia. Está en manos de todos nosotros que así lo sea.

6 La iniciativa que hoy nos reúne se fundamenta sobre 2 pilares: análisis y diálogo. En esa línea, Gobierno, centrales sindicales y empresarios han venido alimentando este proceso con sus aportes, sugerencias y debates, en unas mesas de discusión que hemos llamado conversatorios, de los cuales se realizaron 12 en total, entre los meses de marzo y octubre de Gobierno, centrales de trabajadores y la ANDI hicieron que una idea inicial, surgida hace cerca de tres años, se convirtiera en el Proyecto sobre violencia contra sindicalistas y trabajadores sindicalizados que fue el punto de partida para iniciar un proceso de análisis interdisciplinario, plural y riguroso sobre el fenómeno de la violencia contra sindicalistas en el país y que hoy se refleja en este estudio. El PNUD agradece a todos y cada uno de los actores que han hecho que este proceso se materialice. Merecen mi reconocimiento y respeto los seis centros de investigación cuyos insumos han sido el centro de la discusión: el Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos; el Centro de Investigación y Educación Popular; la Corporación Nuevo Arco Iris; la Fundación Ideas para la Paz; el Centro de Estudios de Derecho, Justicia y Sociedad (DeJusticia) y la Universidad Externado de Colombia. Igualmente, los aportes y las sugerencias de dos reconocidas organizaciones vinculadas con el mundo sindical colombiano: la Escuela Nacional Sindical y la Comisión Colombiana de Juristas.

7 No podría dejar de destacar el apoyo y la actitud en todo momento cooperante y propositiva, de las Embajadas y Agencias de Cooperación de los ocho países a los que me he referido en mi intervención: Canadá, España, Estados Unidos, Francia, Noruega, Países Bajos, Reino Unido y Suecia, quienes financiaron este estudio. Finalmente, agradecer a los actores interesados: el Ministerio de Relaciones Exteriores, el Ministerio del Trabajo y la Vicepresidencia de la República de parte del Gobierno Nacional ; la Confederación de Trabajadores de Colombia y la Confederación General del Trabajo de parte de las centrales obreras ; y la Asociación Nacional de Empresarios de parte del mundo empresarial. Después de este proceso nos queda claro que el diálogo constructivo que se ha logrado prefigura lo que los colombianos, así como la comunidad internacional, quisiéramos que fuera el modo de relacionarse entre los sindicatos y los empresarios. Esto es una muestra de que sí es posible lograr consensos, valorizar los disensos, y tener diferencias profundas, todo lo cual es propio de una democracia y en ésta, el sindicalismo tiene que ser una pieza fundamental. A todos ellos y a todos ustedes muchas gracias por su asistencia y que sea este un escenario propicio para que construyamos caminos y acuerdos hacia la erradicación de todas las formas de violencia en Colombia.