El dolor agudo en El Quijote



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(Rev. Esp. Anestesiol. Reanim. 2003; 50: 346-355) ARTICULO ESPECIAL El dolor agudo en El Quijote J. R. Fraile* -1, A. de Miguel* -1, A Yuste* -2 *Servicio de Anestesiología, Reanimación y Terapéutica del Dolor. Hospital Gregorio Marañón. Madrid. Resumen JUSTIFICACIÓN Y OBJETIVOS: Análisis descriptivo de las referencias al síntoma dolor en El Quijote desde el punto de vista lingüístico, literario, clínico y costumbrista. MATERIAL Y MÉTODOS: Lectura del texto haciendo una ficha de cada traumatismo o enfermedad descrito (grupo T) y de los comentarios relativos a la medicina (grupo C). Se completó la información con una búsqueda informática, utilizando la raíz de las palabras que designaban el síntoma dolor seguida de asterisco para incluir todas las variaciones gramaticales. Se analizaron las fichas que incluían alusiones al dolor; en el grupo T se recogió en cada caso: pacientes, localización, características, causas, trastornos asociados, remedios, sanadores y tiempos de recuperación; en el grupo C el texto completo. RESULTADOS: Total 91 fichas (64 T, 27 C). Referencias al doloren 37 (29 T, 8 C). Las palabras más utilizadas provienen de las raíces: dol (52) y moli (19).Todos los dolores son de causa traumática. Lesionados 42 (Don Quijote: 14, Sancho: 9, otros: 19). Lesiones 51 (costillas: 5, espalda: 5, varios: 15, no precisado: 26). Se citan remedios y sanadores de la época y otros fantásticos. Trastornos asociados: insomnio, ansiedad, furor, hipoventilación, melancolía, impotencia funcional y sexual. Tiempos de recuperación: 0 a 8 días. CONCLUSIONES: Las referencias al dolor se supeditan a consideraciones literarias, el lenguaje es sencillo y son verosímiles para la época, pero no se ajustan a criterios clínicos. Se tratan aspectos de interés científico actual: umbral y sensibilidad, sociología, efecto placebo, trastornos afectivos. Palabras clave: Dolor agudo. Literatura y medicina. Don Quijote. Acute pain in Don Quixote Summary OBJECTIVE: A descriptive analysis of references to pain symptoms in Don Quixote based on linguistic, literary, clinical, and mannerist features. METHODS AND MATERIAL: Don Quixote was read and an entry was created for each description of an injury or illness (group I/I). A second group of entries was created for each medical commentary (group C). This information was complemented using a computersearch forthe roots of words referring to pain symptoms, with an asterisk placed after each root to locate all word forms used. Data entries with pain references were analyzed in group I/I by examining patient, location, characteristics, causes, associated disorders, remedies, caregivers, and recovery times and in group C by examining the full text. RESULTS: Ninety-one entries were made (64 in group I/I, 27 in group c). References to pain were found in 37 entries (29 in group I/I, 8 in group C). The most commonly used words came from the roots dol (the Spanish root for dolor, orpain, among otherrelated words) (52) and moli (for forms related to Spanish idiomatic uses of molido, suggesting severe injury) (19). All pains were due to injuries. Forty-two occasions of injury (Don Quixote 14, Sancho 9, others 19) and 51 lesions (ribs 5, back 5, other 15, unspecified 26) were mentioned. Known remedies and caregivers of the period were described, but other invented ones were also present. Associated disorders were insomnia, anxiety, rage, melancholy, functional impotence and other sexual dysfunctions. Recovery times ranged from 0 to 8 days. CONCLUSION: Pain references are subject to literary considerations. The style is simple and the descriptions are credible for the period depicted but do not meet clinical standars. Issues of current interest are treated: pain threshold and sensitivity, social influences, the placebo effect, and affective disorders. 1 Médico Adjunto. 2 Médico Residente. Correspondencia: Dr. José Ramón Rodríguez Fraile. Servicio de Anestesiología, Hospital Gregorio Marañón. Doctor Esquerdo, 46. 28007 Madrid. Aceptado para publicación en julio 2003 Palabras clave: Acute pain. Literature and medicine. Don Quixote Introducción El dolor es uno de los síntomas de enfermedad o lesión más ricos y complejos de cuantos se han descrito. 346 38

J. R. FRAILE ET AL. El dolor agudo en El Quijote De ello da cuenta la dificultad que existe para definirlo y más aún para objetivarlo y cuantificarlo 1,2. La International Association for the Study of Pain lo define como: An unpleasant sensory and emotional experience associated with actual or potential tissue damage, or described in terms of such damage 3. Esta definición aúna elementos sensoriales y afectivos con daños reales o potenciales, considerando incluso lo meramente "descrito" en términos de tales daños. El dolor es una experiencia íntima y privativa de cada uno, pero también es algo que todo ser humano conoce, y como experiencia común trasciende al plano social y cultural: lenguaje, arte, filosofía, religión. Su estudio atañe a las ciencias experimentales, pero también a las humanidades. El hecho de que podamos identificar una lesión o un trastorno orgánico como causa del síntoma no evita la influencia del entorno social sobre el individuo, ni aminora la complejidad de la percepción, ni los cambios que ésta puede inducir en la manera de vivir del sujeto. Las revistas médicas especializadas recogen con asiduidad estudios humanísticos de tipo histórico 4, filológico 5, ético 6 o literario 7. Las relaciones entre literatura y medicina han sido objeto de intensos debates que han puesto de manifiesto las aportaciones mutuas entre ambas disciplinas 8-10. El Quijote es la novela publicada en lengua castellana de mayor difusión en el mundo, y se mantiene en un primer plano de la actualidad cultural pese a sus casi cuatrocientos años de historia. De ello da cuenta la inagotable bibliografía específicamente literaria que genera y también su aparición como referencia culta 11,12, o como objeto de análisis en estudios médicos sobre distintas materias 13-16. Pese a ello, no hemos encontrado ninguno centrado en el campo de la anestesiología y la terapéutica del dolor. Asumiendo la idea de que la literatura, y el Quijote en particular, pueden ser de utilidad a los profesionales para mejorar sus conocimientos sobre el dolor, se planteó como objetivo de este trabajo estudiar la presencia y la importancia del síntoma dolor en la obra de Miguel de Cervantes: El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, llevando a cabo un análisis descriptivo de las referencias al dolor desde el punto de vista lingüístico, literario, clínico y costumbrista. Material y métodos En primer lugar, se llevó a cabo una lectura del texto 17 con objeto de realizar una ficha de cada trauma o enfermedad descrito en la historia (grupo T), así como de cualquier referencia o comentario relativo al mundo de la medicina (grupo C). Tras identificar las palabras utilizadas para designar el síntoma dolor, la información se completó con una búsqueda informática mediante el programa DBT de gestión de texto 18. Se identificó la raíz (conjunto de letras que contiene el significado) de las palabra, y la búsqueda se llevó a cabo explorando cada una de las raíces seguida de asterisco, con objeto de incluir todas las variaciones gramaticales posibles. Cada búsqueda generó una familia de palabras, de la cual eliminamos las que no incluían en su campo semántico (conjunto de significados posibles para una misma palabra) el síntoma dolor. Las palabras restantes, aquellas que sí incluían entre sus significados el dolor somático, fueron analizadas registro por registro en el contexto del párrafo, para distinguir los casos en los que fueron utilizadas con el significado buscado de los casos en que fueron utilizadas con significados distintos. Así, por ejemplo, la palabra dolorida, que aparece en 37 ocasiones (37 registros), nunca es utilizada con el significado de dolor físico, sino como nombre propio, "la dueña Dolorida", o como sinónimo de tristeza, pérdida o sufrimiento espiritual. Una vez concluida la lectura y la revisión informática del texto, procedimos al análisis de las fichas de ambos grupos (T y C), seleccionando sólo aquellas en las que se hacía referencia al dolor de causa orgánica. En las fichas del grupo T se anotaron para cada dolor: el paciente o pacientes, las referencias al mismo suceso en otros lugares del texto, las causas, la localización, las características, los remedios citados, los sanadores, los trastornos asociados al dolor y los tiempos de recuperación. En las fichas del grupo C se anotó el texto completo para analizar las opiniones sobre el dolor que el autor quiso incluir en el libro. El uso de las palabras se cotejó con los diccionarios de la época, y su evolución hasta nuestros días con los diccionarios normativos (1726-2001). Resultados En total se hicieron 91 fichas, 64 del grupo T y 27 del C; el número de fichas no se vio afectado por la revisión informática posterior a la lectura de la obra. Se encontraron referencias al dolor somático en 29 del grupo T (Tabla I) y en 8 del grupo C. Encontramos seis raíces en las palabras utilizadas en el Quijote para referirse al dolor somático: dol, duel, maltrech, fatig, quebrant, moli. La Tabla II recoge todas las palabras que incluían el dolor somático entre sus posibles significados, el número total de registros de cada una, y el número de veces que se utilizan en el texto con este significado. En dos ocasiones el dolor es aludido mediante elipsis (sin utilizar ninguna palabra específica). Un pastor confiesa no poder andar por el garrancho (rama rota desgajada de un árbol o arbusto) que el otro día me pasó este pie *(página 129) 17 ; se entiende que es el dolor del pie (debi- 39 347

Rev. Esp. Anestesiol. Reanim. Vol. 50, Núm. 7, 2003 TABLA I Sucesos traumáticos que determinan alusiones al dolor 1º) Muchacho (Andrés) azotado por su amo. Capítulo: I/4, Ref: I/31. 2º) Don Quijote arremete contra mercaderes toledanos, cae con Rocinante, y es apaleado por un acemilero. Capítulo: I/4. 3º) Batalla de Don Quijote con los molinos de viento. Capítulo: I/8. 4º) Batalla de Don Quijote con el vizcaino. Capítulo: I/8 y IX. Ref: I/10, I/11, I/12, I/15. 5º) Un pastor alude al garrancho que le atravesó un pie. Capítulo: I/12. 6º) Batalla de Don Quijote y Sancho con los arrieros yangüeses. Capítulo: I/15. Ref: I/16. 7º) Don Quijote es golpeado por el arriero que aguardaba a Maritornes. Capítulo: I/16. Ref: I/17. 8º) Pelea entre Sancho, Maritornes, el arriero y el ventero. Capítulo: I/16. Ref: I/17. 9º) Don Quijote es golpeado por un cuadrillero con un candil. Capítulo: I/17. 10º) Manteo de Sancho. Capítulo: I/17. Ref: I/18, II/2. 11º) Don quijote es apedreado con hondas por unos pastores. Capítulo: I/18. 12º) Don Quijote queda colgado de una mano por una ventana. Capítulo: I/43. 13º) Batalla de Don Quijote con unos disciplinantes. Capítulo: I/52. 14º) Una borrica espoleada en exceso derriba a una labradora. Capítulo: II/10. 15º) Un hombre de la compañía de Angulo el Malo golpea al rucio Sancho. Capítulo: II/11. 16º) Batalla de Don Quijote con el Caballero de los Espejos. Capítulo: II/14. Ref. II/15, II/65. 17º) Suicidio (fingido) de Basilio. Capítulo: II/21. 18º) Batalla de Don Quijote y Sancho con vecinos del pueblo del rebuzno. Capítulo: II/27. Ref: II/28. 19º) Batalla de Don Quijote con un gato. Capítulo: II/46. Ref: II/47, II/48, II/51. 20º) El marido de Dª Rodríguez es herido por su señora con un punzón. Capítulo: II/48. 21º) Don Quijote y Dª Rodríguez son agredidos en la oscuridad por desconocidos. Capítulo: II/48. 22º) Sancho cae al suelo y es pisoteado en Barataria. Capítulo: II/53. 23º) Caída de Sancho con su rucio en una sima. Capítulo: II/55. 24º) Muerte de Vicente por las heridas que le infligió Claudia. Capítulo: II/60. 25º) Un grupo de mujeres baila con violencia a Don Quijote en el palacio ducal. Capítulo: II/62. 26º) Sancho es volteado por la chusma de una galera. Capítulo: II/63. 27º) Batalla de Don Quijote con el Caballero de la Blanca Luna. Capítulo: II/64. Ref: II/65. 28º) Una piara de cerdos arroya a Don Quijote, a Sancho y a sus cabalgaduras. II/68. 29º) Mamonas pellizcos y alfilerazos a Sancho para la resurrección de Altisidora. Capítulo: II/69. Ref: II/70. Sucesos narrados en la novela que se acompañan de alusiones al dolor físico. Se especifica el capítulo en el que sucede el hecho principal y su aparición como referencia al dolor en otros capítulos del libro. Ref: referencia. Los capítulos se indican "parte" (I o II) con números romanos y "capítulo" en arábigos, separados por /. TABLA II Palabras utilizadas en El Quijote para referirse al síntoma dolor Palabra Total Síntoma dolor Raiz: dol* Dolencia 4 0 Doler 1 1 Dolerá 1 0 Dolerme 2 1 Dolerse 3 2 Dolet 1 1 Dolía 4 2 Dolían 1 1 Doliendo 2 2 Doliente 9 0 Dolientes 1 0 Doliera 3 2 Dolieran 1 1 Doliese 1 1 Dolor 60 35 Dolores 1 1 Dolorida 37 0 Doloridas 4 0 Dolorido 1 1 Dolorosa 2 0 Dolorosamente 1 0 Dolorosísima 1 0 Doloroso 8 1 Dolorosos 3 0 Raiz: duel* Duela 8 3 Duélase 1 0 Duele 7 6 Duelen 9 4 Duelo 6 0 Duelos 5 0 Raiz: maltrech* Maltrecha 1 0 Maltrecho 9 1 Maltrechos 1 1 Raiz: fatig* Fatiga 13 0 Fatigaba 8 1 Fatigaban 5 0 Fatigábase 1 0 Fatigado 5 0 Fatigados 1 0 Fatigalles 1 0 Fatigar 2 0 Fatigarnos 1 0 Fatigaron 1 0 Fatigo 1 0 Fatigó 1 0 Fatigose 1 0 Fatigue 2 0 Fatigues 1 1 Raiz: quebrant* Quebranta 2 0 Quebrantada 2 1 Quebrantado 8 5 Quebrantamiento 2 1 Quebrantamientos 1 0 Quebrantan 1 0 Quebrantáredes 1 0 Quebranto 1 0 Quebrantos 1 0 Raiz: moli* Molida 2 1 Molido 37 15 Molidos 5 1 Molimiento 6 2 Molimientos 1 0 Se especifica la raíz que se utilizó seguida de asterisco para la búsqueda informática 18. De la familia de palabras generada para cada raíz se han eliminado aquellas que no incluían en su campo semántico el significado de dolor somático. De las restantes se indica el número total de veces que aparecen en el texto (total) y el número de veces que son utilizadas con el significado buscado (síntoma dolor). 348 40

J. R. FRAILE ET AL. El dolor agudo en El Quijote TABLA III Sujetos implicados en los sucesos que determinan referencias al dolor Sujeto Número de veces Don Quijote 14 Sancho 9 Rocinante 5 Asno de Sancho Panza 2 Muchacho (Andrés) azotado por su amo 1 Vizcaíno 1 Un pastor 1 Maritornes 1 Un arriero de la venta 1 Ventero 1 Un asno 1 Bachiller Sansón Carrasco 1 Basilio 1 El marido de Doña Rodríguez 1 Doña Rodríguez 1 Vicente 1 Total sujetos: 16 Total lesionados: 42 TABLA IV Localización de las lesiones en los sucesos que determinan referencias al dolor Localización Número de veces Costillas 5 Lomos 3 Espalda 2 Hombro 2 Cabeza 2 Quijada, dientes 2 Ijadas 2 Oreja 1 Pie 1 Dedos de la mano 1 Muñeca 1 Nariz 1 Cara 1 Brazos 1 Generalizado o no precisado 26 Total lesiones: 51. do a la herida) lo que le impide caminar, aunque el término ha sido sustituido metonímicamente por la causa. Tras la batalla con los disciplinantes Don Quijote pide ser llevado nuevamente al carro encantado porque no estoy para oprimir la silla de Rocinante (página 588); se omite decir que se lo impiden los dolores, puesto que la lesión principal se sitúa en el hombro y no le impediría cabalgar. Todas las fichas del grupo T con alusiones al dolor contienen sucesos traumáticos; ninguno de los protagonistas experimenta dolor de causa médica. Los distintos lesionados y la localización de sus lesiones se muestra en las Tablas III y IV. Como trastornos asociados al dolor se citan: ansiedad, melancolía, furor, insomnio, hipoventilación, impotencia motora y sexual. Como remedios tópicos encontramos: hilas, estopas, tablillas, bizmas, vendas, emplastos, ungüento blanco, romero y sal, vino, aceite de Aparicio, y el imaginario ungüento para pegar barbas. Como remedios sistémicos se citan el agua de virtud, el entretenimiento (conversación), el reposo, los buenos alimentos, y preparados mágicos o fantásticos: bálsamo de Fierabrás y bebida del Dr. Recio. Los sanadores citados en el libro son: sabia Urganda, médicos, cirujanos, algebristas y barberos. En cuanto a los tiempos de recuperación sólo se especifican en tres traumatismos de Don Quijote: 1) después de ser apaleado por un acemilero de los mercaderes toledanos permanece dos días en cama; 2) cuando es atacado por un gato en el palacio ducal guarda cama entre 6 y 8 días; 3) tras ser derribado en Barcelona, el Caballero tarda 8 días en ponerse nuevamente en camino. Discusión Resulta aventurado explicar porqué profesionales tan diversos han analizado "El Quijote" buscando conocimiento y respuestas a sus preocupaciones. Podemos entenderlo como una forma de evadirse de la realidad laboral a través de la cultura, pero también en el sentido contrario como prefiere Andrés Trapiello: El Quijote sigue siendo ese lugar en el que cada uno de nosotros cree hallar solaz y respuesta a sus más íntimas tribulaciones, y no porque nos saque de la vida, sino porque nos devuelve a ella 19. Este último planteamiento es el que nos movió a completar el trabajo, a comunicar los resultados, y el que entendemos como principal justificación del estudio. El objetivo básico se estableció de forma amplia: contribuir a un mayor conocimiento de la experiencia dolorosa a través de la lectura de El Quijote, efectuando un análisis descriptivo desde diferentes puntos de vista. La ausencia de trabajos anteriores hacía imposible estimar de antemano el tipo y la cantidad de información sobre el dolor contenida en el libro y, por tanto, definir objetivos más concretos. Metodológicamente se consideró prioritario garantizar el carácter exhaustivo de la recopilación de información. La relectura del libro podía pasar por alto numerosos detalles, lo que justifica que se llevara a cabo un análisis informático tras poder definir con exactitud los límites de la búsqueda. La lectura y la revisión informatizada se hicieron del total de la obra (incluyendo título, prólogos, dedicatorias, etc.) editada por el Instituto Cervantes, y dirigida por Francisco Rico 17. Edición que reproduce la primera editada en Valladolid y Madrid en el año 1605. Pese a todo, algunas referencias al dolor somático podrían haber escapado a nuestro análisis, bien porque se basen en palabras distintas a las revisadas, o porque no utilicen ninguna palabra específica para este significado. En todo caso, el hecho de comprobar que la revisión informática no identificó referencias al dolor que hubiesen pasado desapercibidas en la 41 349

Rev. Esp. Anestesiol. Reanim. Vol. 50, Núm. 7, 2003 lectura inicial, nos lleva a pensar que las omisiones, de haberlas, deben ser escasas y poco significativas. El Quijote es una novela de amor y de aventuras en la que prima la acción de la historia frente a los elementos descriptivos, tanto del ambiente como de las sensaciones y sentimientos de los personajes. Podríamos decir que éstos son y sienten aquello que se cuenta que hacen o les sucede. Esta consideración estilística es importante para entender la manera que tiene el autor de tratar el síntoma dolor en la novela. Cervantes atiende más a su influencia en el curso de los acontecimientos (como determinante de gestos, actitudes y sucesos), que al análisis pormenorizado de las sensaciones vividas por los protagonistas, dejando éstas al entendimiento del lector. Sancho Panza, comentando las desventuras del oficio de escudero, alude de forma imprecisa a los dolores padecidos: estamos sujetos a mucha hambre y mala ventura, y aún a otras cosas que se sienten mejor que se dicen (página 367). En términos relativos el dolor no ocupa un lugar destacado en la narración. El sustantivo dolor aparece en 60 ocasiones (y sólo 35 con el significado de dolor físico) (Tabla II), pocos registros si lo comparamos con otros sustantivos más próximos a los temas centrales de la novela y de la época: libertad (84 registros), amor (126 registros), amigo (250 registros), Dios (530 registros). Cuantitativamente las referencias al dolor también resultan escasas si consideramos que las hay en menos de la mitad de los sucesos traumáticos recogidos (29 de 64). El dolor no constituye un asunto principal de la novela, pero tampoco lo fue en la medicina española de finales del siglo XVI, aunque la sociedad lo padeciera en gran medida. La ausencia de novedades terapéuticas 20 y la visión moral, contrarreformista, del sufrimiento, pueden explicar la actitud resignada y el aparente desinterés por el tratamiento del dolor. También, el hecho de que la Inquisición mirara con recelo los comentarios elogiosos de las sustancias con mayor poder analgésico (opio, beleño, cáñamo), poniendo en dificultades incluso a humanistas y médicos de prestigio como Porta o Laguna 21, este último citado en El Quijote como traductor de Dioscórides (página 197). En la mente y en las costumbres de la sociedad cervantina, medicina y hechicería se encuentran todavía demasiado próximas 22, y es posible que el autor de El Quijote eludiera deliberadamente este tipo de asuntos: con la iglesia hemos dado, Sancho (página 696). 1. Las palabras Cervantes utiliza principalmente la voz "dolor" para referirse al dolor de causa orgánica. Esto se corresponde con el uso habitual del castellano que tomó este término del latín (dolor-is) 23. El campo semántico de esta palabra se extiende más allá de las sensaciones desagradables ocasionadas por una lesión o enfermedad, y abarca prácticamente cualquier sensación, afecto, percepción o circunstancia displacentera o negativa para el individuo. Este abanico de significados apenas ha variado en los últimos cuatrocientos años. El diccionario de Covarrubias y Orozco de 1611, contemporáneo del Quijote, define dolor como: "el sentimiento que se hace de todo lo que nos da desplacer y disgusto" 24. Años más tarde, el primer diccionario normativo, el Diccionario de Autoridades (1732) 25 recoge la voz dolor de la siguiente forma: Dolor. Es una acción viciada y triste sensación, causada en las partes sensitivas por objetos que dañan y molestan el asiento u órgano de los sentidos externos. Su causa es un material sensible dentro u fuera del cuerpo, que en llegando a dañar, molestar o alterar el órgano o asiento del sentido, causa el dolor, que es lo que nos inquieta y desplace. Dolor. Vale también angustia, congoja, sentimiento y pena. Dolor. Se toma también por arrepentimiento. Dolor. Vale también despecho, rabia, pesadumbre y envidia. En esta definición, de corte ilustrado, se apuntan nociones de fisiopatología y se establecen las distintas acepciones del término. La edición del Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (DRAE) de 1791 redefine la voz sin modificaciones semánticas: Dolor. Sensación aguda, molesta y aflictiva de alguna parte del cuerpo por causa interior, o exterior que altera y perturba su asiento y estado natural. 2. El sentimiento, pena y congoja que se padece en el ánimo. 3. Pesar y arrepentimiento de haber hecho alguna cosa 25. Esta edición es la primera que recoge el término agudo como calificativo de la experiencia dolorosa. En El Quijote Cervantes nunca utiliza dicho término como calificativo del dolor, lo que parece adecuarse al lenguaje de la época. De hecho el diccionario de Covarrubias registra la voz "agudo" sólo con el significado de inteligente, ingenioso, aunque cita la expresión: dar de agudo, lastimar con palabras que penetran hasta el coraçon como el que hiere de punta 24 que parece anticipar la extensión de su uso al campo del dolor, pero ésta no debió producirse hasta bien entrado el siglo XVII. La edición del DRAE de 1837 simplifica la primera acepción: Sensación aguda, molesta y aflictiva de alguna parte del cuerpo por causa interior, o exterior 25, manteniendo las restantes. En las siguientes ediciones del DRAE no hay ninguna otra modificación hasta la del año 2001, en la que se elimina la tercera acepción 25. Cervantes utiliza las palabras derivadas de las raíces dol y duel con el significado de dolor somático en 65 ocasiones; en las 123 restantes se utilizan con otros 350 42

J. R. FRAILE ET AL. El dolor agudo en El Quijote significados, principalmente pena, tristeza y arrepentimiento (Tabla II). En varias ocasiones encontramos las palabras molido y quebrantado con el significado de dolorido (cinco veces las dos palabras juntas, siempre en ese orden). Hemos aceptado dicho significado cuando en el texto podía utilizarse cualquiera de los términos sin alterar el sentido de la frase. Así por ejemplo nos parece sustituible cuando Sancho se deja caer del rucio: todo ansioso, todo molido (dolorido) y todo apaleado (página 862); pero no cuando Don Quijote declara: don Roldan me ha molido (dolorido) a palos con el tronco de una encina (página 88). Maltrecho aparece en dos ocasiones en clara alusión a la sensación dolorosa, aunque esta voz no aparece en los diccionarios revisados hasta la edición de 1803 del DRAE 25. También dos veces aparece la palabra fatiga como sinónimo de dolor. La palabra fatiga figura en el Diccionario de Autoridades como sinónimo de dolor en su primera acepción, donde también aparece fatigar las ijadas como: apretar al caballo, hiriéndole con la espuela repetidamente, para que camine 25, vale decir: causarle dolor al caballo hiriéndole con la espuela para que camine, y en este sentido emplea la palabra Cervantes en los dos casos, cuando: la borrica sentía la punta del aguijón que le fatigaba más de lo ordinario (página 708), y en los primeros versos de la maldición de Altisidora: no fatigues las ijadas / de tu mal regida bestia (página 1090). No existía en la época de Cervantes, y sigue sin existir, un término específico para el dolor de causa orgánica, síntoma dolor o dolor enfermedad. Cabe pensar que la sociedad (generadora del idioma) sólo constata la identidad de "lo percibido", con independencia de las posibles causas, y que el dolor "sensación" y el dolor "sentimiento" no pueden entenderse como hechos independientes. La escasez de palabras, e incluso la no alusión directa al dolor, no resta expresividad al ingenio de Cervantes a la hora de "sugerir" en el lector, incluso con extrema viveza, la experiencia del dolor físico. Podemos comprobarlo en la maldición que la fingidamente despechada Altisidora lanza sobre Don Quijote: Si te cortares los callos, / sangre las heridas viertan, / y quédente los raigones, / si te sacares las muelas. (página 1092). 2. El dolor y sus características La descripción de los dolores Cervantes apenas utiliza adjetivos para describir las calidades o tipos de dolor. Pensamos que se trata de una cuestión de estilo. En el español actual existe una gran variedad de palabras que pueden ser utilizadas como descriptores del dolor; el diccionario de uso María Moliner registra más de veinte 26 y JA Marina 27 las clasifica en tres grupos o tipos básicos de dolor: quemante, punzante, dislacerante. No conocemos análisis semejantes en el castellano de principios del siglo XVII. Pero en cualquier caso, la utilización de adjetivos calificativos del dolor podría requerir términos demasiado cultos, resultar fría, y aportar poca vida a la historia. En lugar de ello, Cervantes prefiere contarnos los diferentes dolores mediante imágenes, símiles y a través de las actitudes y conductas de los doloridos protagonistas de la historia. Una vez más prima la acción. Para expresar que Don Quijote sintió un dolor dislacerante, al quedar colgando de una mano de la ventana de la venta, Cervantes prefiere decir: creyó o que la muñeca le cortaban o que el brazo se le arrancaba (página 511), y como casi podía ayudarse estirándose para pisar el suelo, el autor compara la situación con el tormento de la garrucha: puestos a "toca no toca", que ellos mesmos son causa de acrecentar su dolor, con el ahínco que ponen en estirarse (página 511). Con todo esto el texto adquiere mayor fuerza expresiva, mayor belleza y más claridad al aportar imágenes que, aunque crueles, no resultaban inusuales para la época. Otra imagen extraña y sugerente es la que nos da Sancho Panza de su dolor tras ser apaleado por los vecinos del pueblo del "rebuzno": no estoy para responder -respondió Sancho-, porque me parece que hablo por las espaldas (página 863). Como último ejemplo de la hipótesis avanzada en estos párrafos tenemos la elegante descripción de la lumbalgia aguda de Sancho después de la batalla con los yangüeses: se levantó, quedándose agobiado en la mitad del camino, como arco turquesco, sin poder acabar de enderezarse (página 166). Umbral, sensibilidad e intensidad del dolor La evaluación objetiva de ambos parámetros, así como su cuantificación constituyen uno de los problemas básicos para la investigación médica del dolor, y la única vía para comunicar y comparar resultados terapéuticos 28. Sin embargo, la naturaleza del síntoma casa mejor con la imprecisión de los adverbios y con las referencias subjetivas que con cualquier forma descrita de transformación analógico/digital. Don Quijote se queja en varias ocasiones del dolor de las heridas que le inflijió el vizcaíno y lo hace de manera adverbial: que me va doliendo mucho la oreja (página 117), pero también aludiendo a un impreciso umbral del dolor que le hace solicitar tratamiento: que la oreja me duele más de lo que yo quisiera (página 115), y más 43 351

Rev. Esp. Anestesiol. Reanim. Vol. 50, Núm. 7, 2003 adelante: que me va doliendo más de lo que es menester (página 127). El umbral del dolor es más bajo en la gente noble, según explica Don Quijote a Sancho tras recibir ambos el varapalo de los yangüeses en sus espaldas: -Aun las tuyas Sancho -replicó Don Quijote-, deben de estar hechas a semejantes nublados; pero las mías, criadas entre sinabafas y holandas, claro está que sentirán más el dolor de esta desgracia (página 163). A estos lances la gente plebeya estaría más habituada y mejor preparada. Fenotípicamente diríamos ahora. La mayor debilidad física de los caballeros a la hora de sentir el dolor es compensada por una mayor fuerza moral a la hora de soportarlo y aceptarlo sin queja; tras la batalla con los molinos de viento dice Don Quijote: y si no me quejo del dolor, es porque no es dado a los caballeros andantes quejarse de herida alguna, aunque se les salgan las tripas por ella, a lo que Sancho replica: De mi se decir que me he de quejar del más pequeño dolor que tenga (página 97). En el libro, como en la vida, como en la práctica clínica: el dolor es cosa del cuerpo, pero también del alma, si cosa distinta fuera, que puede ser entendida como órgano de asiento del dolor. Cuando Don Quijote es bailado por las damas en el palacio ducal, nos dice Cervantes: que le molieron no solo el cuerpo, pero el ánima (página 1137). Más aún, también el alma de quien contempla el sufrimiento de otro puede verse afectada, y esto refleja la importancia de la gestualidad del dolor como elemento de comunicación afectiva; Don Quijote dice a Sancho cuando éste no cesa de lamentarse por el manteo sufrido en la venta: más dolor sentía yo entonces en mi espíritu que tú en tu cuerpo (página 642). La intensidad del estímulo doloroso puede bloquear otras experiencias sensoriales, incluso la propia conciencia. De Sancho Panza, tras recibir los palos en el incidente del rebuzno se dice: desde la punta del espinazo hasta la nuca del celebro le dolía de manera que le sacaba de sentido (página 863). Nada extraño puede resultar para el clínico la percepción dolorosa que, más allá de su intensidad, se vive como sensación de muerte inminente. Tal expresión, u otras similares, aparecen en tratados clásicos de cardiología referidas al dolor coronario. También Cervantes entiende de esto. Basilio, fingiendo su muerte nos cuenta: el dolor que tan apriesa me va cubriendo los ojos con la espantosa sombra de la muerte (página 805); al éxito de la burla debió contribuir una expresión tan rotunda. En el capítulo LX Claudia y Roque alcanzan la comitiva del que fuera amante de aquella, Vicente, quien les pide: que le dejasen allí morir, porque el dolor de las heridas no consentía que más adelante pasase (página 1122). 3. El dolor agudo y el comportamiento social Ningún planteamiento científico negaría que el dolor puede inducir en quien lo padece cambios en su conducta social. La idiosincrasia psicológica modifica la respuesta del paciente al estímulo doloroso, y ésta a su vez condiciona el tono afectivo y la conducta 29. El dolor crónico se asocia con frecuencia a estados depresivos que complican notablemente la terapéutica 30. Cervantes nos refiere con claridad algunas de estas interacciones dolor/conducta; valga citar dos extremos de gran relevancia: 1) Pérdida de la compostura, hiperactividad, furor. Don Quijote atacado por un gato: por cuyo dolor don Quijote comenzó a dar los mayores gritos que pudo (página 1002), lo cual, conociendo el talante del protagonista es una gran alteración de su actitud habitual ante el sufrimiento. Sancho Panza, cuando es pinchado con alfileres y escarnecido por las dueñas, coge un hacha encendida y las persigue diciendo: Afuera, ministros infernales, que no soy yo de bronce, para no sentir tan extraordinarios martirios! (página 1189). El bachiller Sansón Carrasco, como Caballero de los Espejos, es derribado del caballo por Don Quijote y sólo piensa en la venganza porque: el dolor grande de mis costillas no me deja hacer más piadosos discursos (página 748). De Maritornes dice Cervantes, en un guiño socarrón al lector, que: sentida del dolor echando a rodar su honestidad dio el retorno a Sancho (página 175), enzarzándose ambos en reñida pelea. 2) Tendencia a la inmovilidad, silencio y aislamiento. En el capítulo LXX de la segunda parte nos apena saber de un Sancho solitario, esquivo y poco conversador tras que le tocaran dueñas porque: los dolores de los martirios pasados, los tenía presentes y no le dejaban libre la lengua (página 1190). También lamentamos el ánimo de Don Quijote cuando se nos dice que tras combatir a desconocidos agresores en la oscuridad de su alcoba del palacio ducal: doloroso y pellizcado, confuso y pensativo, se quedó solo (página 1022); o cuando tras ser vencido en Barcelona queda en el lecho, marrido, triste, pensativo y mal acondicionado (página 1163). Cada paciente puede reaccionar ante el dolor de una manera o de la contraria, incluso cada paciente reaccionar de una u otra manera según el momento o las circunstancias. Cosas del síntoma. 4. Trastornos asociados al dolor La integridad del sistema algésico es esencial para el hombre, pero el dolor agudo tiene unas 352 44

J. R. FRAILE ET AL. El dolor agudo en El Quijote repercusiones fisiopatológicas potencialmente lesivas que pueden complicar el curso clínico de cualquier enfermedad. De hecho uno de los objetivos de la analgesia postoperatoria es reducir la morbimortalidad al eliminar el dolor como causa de estrés, y los trastornos que éste conlleva 31,32. Cervantes no sabe de fisiopatología, se limita a tratar en tono jocoso las disquisiciones eruditas. Tras ser Sancho apaleado por rebuznar, Don Quijote le explica: La causa dese dolor debe de ser, sin duda -dijo don Quijote-, que como era el palo con que te dieron largo y tendido, te cogió todas las espaldas, donde entran todas esas partes que te duelen, y si más te cogiera, más te doliera; el escudero replica: tan encubierta estaba la causa de mi dolor, que ha sido menester decirme que me duele todo aquello que alcanzó el palo? (página 863). La llaneza de Sancho no quiere circunloquios barrocos y menos aún atender a simplezas. Sin embargo, para la medicina de entonces, sumida en la teoría humoral de la enfermedad, este somero apunte humorístico podría significar un acercamiento a teorías anatómicas y fisiológicas iatromecánicas que verían la luz años más tarde 33. Acierta Cervantes al dar cuenta de que el dolor, por localizado que esté, afecta a todo el organismo, y aporta una cita en latín: quando caput dolet... (página 642), para explicar que cuando algo duele todo el cuerpo se resiente. El escritor alcalaíno refleja con abundancia otros trastornos añadidos que el dolor causa en sus personajes: 1) Hipoventilación: Don Quijote siente que el dolor de una costilla le quita el aliento: para poder hablar un poco descansado (página 162). 2) Impotencia funcional: al acudir Sancho Panza a socorrer a su señor tras la batalla con los molinos de viento se dice que: cuando llegó halló que no se podía menear (página 96). 3) Insomnio: una vez acomodados en sus lechos tras ser atendidos por las venteras, Sancho Panza: aunque procuraba dormir, no lo consentía el dolor de sus costillas, y Don Quijote: con el dolor de las suyas, tenía los ojos abiertos como liebre (página 172). 4) Ansiedad: en el capítulo XVIII de la primera parte, leemos que al noble hidalgo el dolor de las quijadas: no le deja sosegar ni atender a darse prisa (página 198). 5) Trastornos sexuales. Con independencia de sus consecuencias neuroendocrinas, el dolor perturba la sexualidad, y así lo expresa el caballero cuando en la venta cree ser requerido para estos fines por una desorientada Maritornes, a quien él toma por enamorada princesa: que aunque mi voluntad quisiera satisfacer a la vuestra fuera imposible (página 174), así de dolorido se siente. 5. Personajes doloridos, causas y localización de su dolor En El Quijote no se hace mención de ningún dolor de causa médica. Los personajes sólo refieren dolor de causa traumática. De hecho, a lo largo de la novela se alude con poca frecuencia a procesos médicos. Cervantes utiliza, como recurso literario típicamente renacentista, la idea de que el dolor espiritual (la pena, el desamor) puede llegar a causar la muerte del sujeto. Tal fue el caso de Anselmo quien: dejó la vida en las manos del dolor que le causó su curiosidad impertinente (página 422), del marido de doña Rodríguez tras ser despedido por su ama (página 1020), y del General Pedro Puertocarreño tras perder La Goleta: que de pesar murió en el camino de Constantinopla (página 458). Cervantes reafirma esta idea en palabras de Teresa Panza a su marido: ya sabes tú que dicen que así mata la alegría súbita como el dolor grande (página 1059), afirmación que al carecer de un contexto concreto podría abarcar todos los significados de la palabra dolor, incluido el dolor físico; aunque más bien parece que la palabra dolor se utiliza aquí como antónimo de alegría. Podemos asegurar que el autor conoció bien el dolor traumático, lo conoció en propia carne, como soldado, como mutilado de guerra, como prisionero en Argel. Pero tampoco hubieron de faltarle conocimientos sobre enfermedades dolorosas, por la profesión de cirujano que ejerció su padre, y porque su tormentosa vida se las mostraría. Cervantes nos deja abundantes sentencias y comentarios sobre la medicina que reflejan su conocimiento, su sentido común, su capacidad de observación y sus críticas a la medicina de entonces. Si no habla de dolor médico, sólo cabe pensar que es porque no le cuadra en la historia, sencillamente, mientras que los traumas entran a formar parte de ella con total naturalidad. Las Tablas III y IV recogen los lesionados en los sucesos con referencias al dolor, y las principales lesiones. Sin duda es Don Quijote el personaje más perjudicado por las lesiones, como él mismo argumenta a Sancho cuando éste se queja del manteo recibido en la venta: si a ti te mantearon una vez, a mí me han molido ciento (página 641). 6. Sanadores, remedios y tiempos de recuperación Cervantes vierte en la novela numerosos comentarios sobre los oficios médicos de su tiempo, con opiniones bastante moderadas (incluso benévolas), pero el único médico que entra a formar parte de la historia es el Dr. Recio. Éste es parte importante de la burla a Sancho en la ínsula de Barataria y tras hacer pasar 45 353

Rev. Esp. Anestesiol. Reanim. Vol. 50, Núm. 7, 2003 hambre y sed al falso gobernador, pretende curarle de sus dolores y heridas con una bebida suya: contra caídas y molimientos que luego le vuelva en su prístina entereza y vigor (página 1066). Sancho prefiere abandonar el cargo y recurrir a remedios caseros: bizmarse las costillas. El escaso predicamento de los médicos entre los plebeyos, podemos deducirlo de las palabras de Sancho cuando intenta dar ánimos a su señor tras ser éste derrotado en la playa de Barcelona: dé una higa al médico, pues no le ha menester para que le cure en esta enfermedad (página 1163). A lo largo de la obra, a medida que se suceden los traumatismos, Don Quijote, y aún el pobre Sancho apelan a sanadores y remedios mágicos, como la sabia Urganda, el bálsamo de Fierabrás, o el ensalmo para pegar barbas; pero finalmente acuden a los remedios habituales para el pueblo en aquella época: hilas, estopas, tablillas, vendas, bizmas, emplastos, ungüentos y sustancias naturales como romero, sal, vino y aceite. El autor no alude en ningún momento a remedios analgésicos o anestésicos más refinados y eficaces, dispensados por los médicos de su tiempo. Estos remedios no estaban al alcance de las clases populares y, como se ha comentado anteriormente, resultaba peligroso glosar las virtudes de analgésicos y tranquilizantes mal vistos por la Inquisición, incluso utilizados como medicinas 21. Ambas razones pueden explicar que Cervantes evitara referirse a estas drogas. Todas las alusiones a remedios, sanadores, y al estatus social de estos, se atienen a la realidad cultural y social de la época 22 y a la verosimilitud como elemento estilístico esencial de la novela. Sorprende la sagacidad de Cervantes al considerar la importancia de los aspectos psicológicos en la terapéutica del dolor. Nos da cuenta de cómo la conversación (la distracción, el entretenimiento) puede aliviar el síntoma. Después de los palos que les propinan los del pueblo del rebuzno, Don Quijote escucha los airados comentarios de Sancho y le hace ver cómo por el hecho de ir hablando ya no siente dolores, compadecido le dice: Hablad, hijo mío,...que a trueco de que a vos no os duela nada, tendré yo por gusto el enfado que me dan vuestras impertinencias (página 864). La fisiopatología del efecto placebo sigue siendo intensamente investigada por la medicina científica 34, pero más allá de ello está claro que la fe, o al menos la esperanza en el alivio que puede aportar una medicina, potencia su efecto farmacológico 35. La fe irracional de Don Quijote en el bálsamo de Fierabrás, hace que éste obre milagros en su maltrecho cuerpo y le permite salir a caballo de la venta incorporado y con buen porte. En Sancho Panza, ansioso y crédulo, pero más observador y atento, el brebaje (compuesto de aceite, vino, sal y romero como elementos materiales) sólo ocasiona vómitos y una monumental diarrea. Don Quijote, claro, justifica la diferencia de efectos en la condición plebeya de aquel. Con todo Cervantes, en su afán de ser verosímil, entiende que la curación "psicológica" no elimina las heridas físicas y nos cuenta cómo el Hidalgo, en el mismo lance pero ya fuera de la venta, impedido por el dolor no puede subirse a las bardas de la tapia, ni aún bajarse del caballo, para ayudar a Sancho que está siendo manteado. Los tiempos de recuperación sólo se reflejan en tres ocasiones, y se relacionan más con las necesidades de la historia que con la gravedad de las lesiones. Basamos esta idea en el hecho de que Don Quijote continúa su camino pese a sufrir lesiones graves y muy dolorosas (como ocurre tras la batalla con el vizcaíno y después de ser apedreado con honda por unos pastores), lo cual, pese a parecer verosímil en la historia, resulta clínicamente poco aceptable. Por otra parte en los tres casos en que sí guarda cama para recuperarse, parecen también más claras las razones literarias que las clínicas: 1º Después de ser apaleado por un acemilero de los mercaderes toledanos, al finalizar su primera salida, permanece dos días en cama; en este tiempo tiene lugar, entre otras cosas, el escrutinio que de la biblioteca del Hidalgo hacen el cura y el barbero. 2º Cuando en el palacio ducal Don Quijote es arañado y mordido por un gato, se describen lesiones de escasa importancia, pero se dice que le obligan a guardar cama durante un tiempo que Cervantes nos refiere con descuido, diciendo que: el incidente le costó cinco días de encerramiento y de cama (página 1003); no sanó en ocho días (página 1013); y finalmente que estuvo: seis días sin salir en público (página 1014); consideramos que lo importante es retenerle en cama el tiempo necesario para dar noticia de las aventuras de Sancho en la ínsula de Barataria. 3º También se ve obligado a guardar cama (seis días) después de ser derribado por Sansón Carrasco en la playa de Barcelona; las lesiones sin embargo tampoco parecen graves, de hecho Sancho le habla de la suerte que ha tenido: alégrese, si puede, y dé gracias al cielo que, ya que le derribó en la tierra, no salió con alguna costilla quebrada (página 1163) Cervantes en esta ocasión centra su interés en resaltar la fractura moral del personaje, finalmente vencido y comprometido al abandono de sus aventuras. En conclusión, aunque el dolor agudo no es un tema cuantitativamente importante en la narración, abundan en ella referencias, descripciones y comentarios de gran interés para los profesionales. La verosimilitud es un elemento básico del estilo narrativo de Cervantes en esta novela. Esto nos da una imagen sugestiva de la sociedad y de la medicina de su época, pero sobre 354 46

J. R. FRAILE ET AL. El dolor agudo en El Quijote todo, nos da una imagen humana del dolor que resulta enormemente actual pese a sus cuatro siglos de historia. El lenguaje es siempre llano y correcto, eludiendo términos y usos cultos. Los especialistas podrán encontrar en este trabajo (mejor aún directamente en el Quijote) citas y referencias de gran valor para fines académicos o pedagógicos. Numerosos aspectos clínicos y psicológicos del dolor agudo: sensibilidad, umbral, efecto placebo, trastornos asociados, factores sociológicos, etc., que son hoy día objeto de investigación por parte de la medicina científica, son tratados por Cervantes con la naturalidad y la sencillez propias de quien los entiende y los narra como parte de la vida cotidiana. En este sentido entendemos que su lectura nos devuelve a la vida, tal y como afirmara A. Trapiello 19. BIBLIOGRAFÍA 1. Anand KJS, Craig KD. New perspective on the definition of pain. Pain 1996; 67: 3-6. 2. Torrubia R, Baños JE. 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