EFECTOS DIRECTOS Y RESIDUALES DE LA FERTILIZACIÓN EN TRIGO/SOJA EN LA REGION CREA SUR DE SANTA FE Boxler M. 1 ; F.García 2 ; J.Minteguiaga 1 ; R. Pozzi 1 ; L. Firpo 1 ; G. Deza Marín 3 ; y Berardo A. 4 1 CREA Sur de Santa Fe, Venado Tuerto, Santa Fe, miguelboxler@arnet.com.ar; 2 INPOFOS Cono Sur, fgarcia@inpofos.org; 3 ASP División Norte, gdezamarin@asparg.com.ar; y 4 Laboratorio Fertilab, aberardo@laboratoriofertilab.com.ar. Introducción La adecuada nutrición de los cultivos permite optimizar la eficiencia de uso de los recursos e insumos utilizados en la producción. Generalmente, las respuestas a la fertilización se evalúan considerando los efectos directos para un ciclo de cultivo. Sin embargo, los efectos de las fertilizaciones no se circunscriben estrictamente al cultivo fertilizado sino que también se expresan en efectos residuales en cultivos subsiguientes, como ha sido observado para fósforo (P) o azufre (S) en diversas experiencias en la región pampeana argentina (Berardo et al., 1997; Salvagiotti et al., 2005). En la campaña 2000/01, la región Sur de Santa Fe del movimiento CREA implantó una red de ensayos a largo plazo con un protocolo común, cuyos objetivos son i) determinar respuestas directas y residuales de los cultivos dentro de la rotación a la aplicación de nitrógeno (N), P, S y otros nutrientes (potasio, magnesio, boro, cobre y cinc) en diferentes ambientes de la región y ii) evaluar algunas metodologías de diagnóstico de la fertilización nitrogenada, fosfatada y azufrada en maíz, trigo/soja y soja de primera. En este trabajo se sintetizan los resultados obtenidos en los primeros seis años de la Red en el doble cultivo trigo/soja. Materiales y Métodos En la campaña 2000/01 se establecieron once ensayos de fertilización en lotes bajo siembra directa de varios años ubicados en establecimientos de distintos grupos CREA de la región Sur de Santa Fe en las provincias de Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires. A partir del cultivo de maíz inicial en 2000/01, los ensayos se dividieron en dos grupos: un grupo con rotación maíz-trigo/soja (M-T/S, 5 sitios) y otro grupo con rotación maíz-soja-trigo/soja (M- S-T/S, 6 sitios). En este trabajo se sintetizan los resultados obtenidos en el doble cultivo
trigo/soja en 4 campañas: 2001/02, 2003/04 y 2005/06 para la rotación M-T/S, y 2002/03 y 2005/06 para la rotación M-S-T/S. Las dosis de nutrientes de los seis tratamientos de fertilización se establecieron como las necesarias para cubrir la extracción de nutrientes en grano (Tabla 1), y variaron año a año según los rendimientos de los cultivos. Cuando el cultivo fue soja de primera no se incluye N en ningún tratamiento. Los tratamientos se realizan anualmente siempre sobre las mismas parcelas. En todos los sitios, los tratamientos se dispusieron en un diseño en bloques completos aleatorizados con tres repeticiones en parcelas de 25-30 m de ancho por 65-70 m de largo. Tabla 1. Rangos de dosis de nutrientes aplicadas a los cultivos anualmente en los seis tratamientos establecidos en los sitios experimentales. En soja de primera no se aplica nitrógeno. Tratamiento Testigo PS NS NP NPS Completo -------------------- Nutrientes (kg ha -1 ) -------------------- N 10-20 90-175 90-175 90-175 90-175 P 20-46 20-46 20-46 20-46 S 19-25 19-25 19-25 19-25 K 0-18 Mg 0-13 B 1 Cu 2 Zn 2-4 En pre-siembra de trigo, se muestrearon tratamientos selectos para determinar P Bray 1 en capa superficial (0-20 cm); y N-nitratos y S-sulfatos a 0-20, 20-40 y 40-60 cm de profundidad. En trigo, en los tratamientos PS y NPS, se determinaron la concentración de nitratos en jugo de base de tallos (NO 3 JBT) utilizando un equipo Nitrachek en pleno macollaje, y el índice de verdor (IV) en la última hoja expandida utilizando un Minolta SPAD 502 en macollaje y antesis. A cosecha se determinaron el rendimiento y la humedad de grano. Los rendimientos reportados se han corregido al 14% para trigo y 13.5% para soja. Resultados y Discusión Los rendimientos de trigo variaron entre campañas de acuerdo a las condiciones climáticas y la incidencia de enfermedades (Tabla 2). Los rendimientos en las campañas 2001/02 y 2002/03 fueron afectados por la incidencia de enfermedades como Fusarium y roya. Las campañas 2003/04 y 2005/06 presentaron condiciones climáticas excelentes para alcanzar rendimientos elevados. Se encontraron diferencias significativas entre tratamientos en 23 de
los 25 sitios-año evaluados. Las respuestas fueron significativas a N, P, S, NPS y otros nutrientes (Completo vs. NPS) en 10, 19, 6, 13 y 3 sitios-año, respectivamente. Los rendimientos de soja de segunda variaron en forma inversa a los de trigo, con mayores rendimientos en las campañas 2001/02 y 2002/03 que en las campañas 2003/04 y 2005/06 (Tabla 2). Los tratamientos difirieron significativamente en 22 de los 24 sitios-año. Las respuestas fueron significativas a N, P, S, NPS y otros nutrientes (Completo vs. NPS) en 3, 6, 17, 8 y 1 sitios-año, respectivamente. Tabla 2. Rendimientos de trigo y soja de segunda para los seis tratamientos evaluados según la rotación en las cuatro campañas de trigo/soja. Promedios de 5 sitios para la rotación M-T/S y 6 sitios para la rotación M-S-T/S. 2001/02 2002/03 2003/04 2005/06 Tratamiento M-T/S M-S-T/S M-T/S M-T/S M-S-T/S Trigo Soja Trigo Soja Trigo Soja Trigo Soja Trigo Soja ---------------------------------------- kg.ha -1 ---------------------------------------- Testigo 2319 3243 1952 34444 2213 2649 2650 2314 2461 1954 PS 2999 3422 2417 3876 3610 3050 3741 3195 3878 2658 NS 3023 3359 2093 3871 3266 2818 3379 2881 3136 2516 NP 3592 3020 2359 3797 4337 2430 4288 2547 3802 2194 NPS 3552 3437 2368 3990 4605 2974 4967 3436 3939 2698 Completo 3773 3448 2454 4017 5061 3116 5132 3416 4039 2771 Las respuestas promedio a N, P y S fueron de 506, 854 y 184 kg.ha -1, respectivamente, para los 25 sitios-año en trigo, y de 63, 201 y 481 kg.ha -1, respectivamente, para los 24 sitiosaño en soja de segunda. La frecuencia y nivel de las respuestas a N, P y S se incrementó en las últimas campañas probablemente debido a las diferencias en fertilidad acumulada entre tratamientos. En términos relativos, la fertilización NPS en trigo incrementó el rendimiento del Testigo en 53% y 87% en las campañas 2001/02 y 2005/06, respectivamente, en la rotación M-T/S, y en 21% y 60% en las campañas 2002/03 y 2005/06, respectivamente, en la rotación M-S-T/S. En soja de segunda, la fertilización NPS incrementó los rendimientos respecto del Testigo en 6% y 48% en las campañas 2001/02 y 2005/06, respectivamente, en la rotación M-T/S, y en 16% y 38% en las campañas 2002/03 y 2005/06, respectivamente, en la rotación M-S-T/S. Estas diferencias en fertilidad acumulada son parcialmente explicadas por los efectos residuales de la fertilización fosfatada, verificados en los incrementos significativos en los niveles de P Bray, pero no se determinaron incrementos significativos de disponibilidad de N- nitratos o S-sulfatos en los análisis de suelos. La reposición anual de los nutrientes extraídos por los granos podría promover un ambiente edáfico de mejor calidad para el crecimiento de
los cultivos que podría explicarse, entre otros aspectos, por 1) el logro de mayores rendimientos en grano que están asociados a mayores acumulaciones de rastrojo y, por lo tanto, a una mayor incorporación de carbono (C) al suelo; y 2) un mayor crecimiento y proliferación de raíces. Con respecto a las relaciones entre las variables de suelo y planta, y las respuestas a los nutrientes, debe tenerse en cuenta que las respuestas incluyen el efecto directo de la fertilización de cada campaña más el efecto residual de las aplicaciones de años anteriores. Excluyendo los seis sitios de la campaña 2002/03, muy afectada por enfermedades y condiciones climáticas adversas, y un sitio en 2005/06 muy afectado por heladas, se estimó una relación significativa entre la disponibilidad de N a la siembra (N-nitratos en el suelo a la siembra, 0-60 cm de profundidad, + N fertilizante) y los rendimientos de trigo (Rendimiento=1297 N disponible (0.224) ; R 2 =0.40; n=36). Si bien la variabilidad de la relación es alta, permitiría estimar necesidades de 100 kg/ha de N (suelo + fertilizante) para alcanzar rendimientos de 3600 kg.ha -1. La concentración de nitratos en jugo de base de tallos al macollaje se relacionó con la respuesta a la fertilización nitrogenada, excluyendo los seis sitios de la campaña 2002/03 (Respuesta a N = 4141-520.8 Ln (NO 3 JBT); R 2 =0.35; n=19). Las respuestas en rendimiento superaron los 500 kg.ha -1 con concentraciones de nitratos JBT menores de 1000 mg kg -1. La respuesta a N no se relacionó con el índice de verdor al macollaje o antesis (datos no mostrados). La relación entre el rendimiento relativo de trigo (rendimiento tratamiento NS/rendimiento tratamiento NPS) y la concentración de P Bray indica que el 93% de los sitios con P Bray menor de 15 mg kg -1, presentaron rendimientos relativos menores del 90%. De los 6 sitios con P Bray entre 15 y 20 mg kg -1, el 57% presentó rendimientos relativos menores del 90%, y por encima de 20 mg/kg solamente uno de los tres de los sitios presento un rendimiento relativo menor del 90%. En soja de segunda, el rendimiento relativo se relacionó significativamente con el nivel de P Bray en pre-siembra de trigo (Rendimiento relativo = 0.67+0.091Ln(P Bray); R 2 = 0.44; n = 22). Niveles de P Bray de 13 mg/kg permiten alcanzar el 90% del rendimiento máximo, y el 95% del rendimiento máximo se alcanza con P Bray de 22 mg kg -1. Las respuestas a S en trigo se relacionaron parcialmente con la concentración de S-sulfatos a 0-20 cm, y esta relación no mejoró cuando se considero la disponibilidad de S-sulfatos a 0-60 cm. En general, los niveles de S-sulfatos a la siembra fueron muy bajos, menores de 10 mg kg -1 a 0-20 cm, por lo que no se pudo manejar un rango adecuado para explorar este tipo de relaciones. Sin embargo, la concentración de S-sulfatos a 0-20 cm y la cantidad de S-sulfatos
a 0-60 cm en la pre-siembra de trigo tienen una mejor relación con la respuesta a S y los rendimientos absolutos y relativos de soja de segunda. Conclusiones Las respuestas promedio a N, P y S fueron de 506, 854 y 184 kg.ha -1, respectivamente, para los 25 sitios-año en trigo, y de 63, 201 y 481 kg.ha -1, respectivamente, para los 24 sitios-año en soja de segunda. La frecuencia y nivel de las respuestas a N, P y S se incrementó en las últimas campañas probablemente debido a las diferencias en fertilidad acumulada entre tratamientos. La aplicación de otros nutrientes (potasio, magnesio, boro, cobre y cinc) afectaron los rendimientos de trigo solamente en 3 de los 25 sitios/año, y de soja en 1 de los 24 sitios/año. Los rendimientos de trigo se relacionaron significativamente con la disponibilidad de N- nitratos a 0-60 cm en pre-siembra, estimándose rendimientos de 3600 kg.ha -1 con 100 kg.ha -1 de N disponible a la siembra (N suelo + N fertilizante). La respuesta a N en trigo se relacionó con la concentración de nitratos en jugo de base de tallos al macollaje, pero no se encontraron relaciones significativas entre el IV determinado en V6 o a floración con los rendimientos o respuestas a N. Los niveles de P Bray 1 a la siembra de trigo permitieron diferenciar sitios con mayor o menor probabilidad de respuesta a la fertilización fosfatada en trigo y soja de segunda. La disponibilidad de S-sulfatos en pre-siembra de trigo se relaciono parcialmente con la respuesta a la fertilización azufrada en trigo, pero la relación fue mas estrecha con respecto a la respuesta en la soja de segunda. Agradecimientos A todos los productores y personal de los establecimientos que implantaron los ensayos y participan en este proyecto. A Agroservicios Pampeanos (ASP) por su permanente apoyo en la realización de esta Red de Nutrición. Bibliografía Berardo A., F. Grattone, R. Rizzalli y F. García. 1997. Long-term effects of phosphorus fertilization in wheat yields, efficiency and soil test levels. Better Crops International. Vol. 12 No. 2, 18-20.
Salvagiotti F., G. Gerster, S. Bacigaluppo, J. Castellarín, C. Galarza, N. González, V. Gudelj, O. Novello, H. Pedrol, y P. Vallote. 2005. Efectos residuales y directos de fósforo y azufre en el rendimiento de soja de segunda. Ciencia del Suelo 22(2):92-101.