Aunque todos sabemos que algún día nos enfrentaremos a la muerte, casi nunca deja de sorprendernos, y más, cuando aparece de manera sorpresiva. Encontremos juntos un lugar, donde albergar, saludablemente, la incertidumbre que la inesperada muerte puede traer. Lo vi en la mañana, salió a trabajar como siempre, un poco tarde, con las prisas solo me grito «Adiós», mientras yo me terminaba de arreglar en el baño, dos horas más tarde me dijeron que le había dado un infarto, tenía 32 años sabes? El no estaba enfermo, no se había sentido mal, se veía muy bien, no comprendo cómo la gente puede morir así, sin previo aviso fue lo que me comento hace algunos años una paciente, que a 8 meses de casada enviudo, así, de la nada como ella decía. Las muertes inesperadas suelen romper con nuestra fantasía de que la mortalidad solo ocurre de la puerta de nuestra casa para afuera y que cuando toca en nuestro hogar, lo hará solo con los ancianos. Mueve todos los estándares y en todos los sentidos, nos obliga a encarar la dualidad de la existencia: vida y muerte.
Lo arraigado de esta fantasía a niveles inconscientes, es quizá el principal elemento que nos obstaculiza el proceso de aceptación de la pérdida, la realidad que construimos todos los días, alejados de la muerte, negándola, no viéndola, nos dice: esto no es real, esto no ocurre así pues la vida que nos han contado no transcurre de esta manera. La muerte inesperada o súbita, son aquellas que suceden entre 24 y 48 horas. En su mayoría se presentan en forma de accidentes, pero también en enfermedades fulminantes, suicidios, eventos violentos, así como desastres naturales. Su característica básica es el elemento sorpresivo, no esperado. Es importante señalar que pueden existir muertes repentinas sin ser inesperadas, un ejemplo es la cantante Amy Winehouse, su fallecimiento debido a su conocido estilo de vida, fue repentino más no inesperado, tanto que se sabe, existían trivias para atinarle al día y hora de su muerte. La falta de un antecedente que denote la proximidad de la pérdida origina un shock inicial, que además, tiene toda una intensión saludable, una especie de protección emocional y mental que nos ayuda a asimilar
el evento, poco a poco. Este mecanismo, hace la delgada línea entre sentía que me iba a volver loco/a y el volverse realmente. Por otro lado la necesidad de enfrentar una situación emergente, nos obliga a atender otros asuntos, como papeleos, cuidar a otras personas, tramites de ritos funerarios, etc. girando nuestra atención a otro lado e impidiéndonos vivir los primeros momentos del duelo. Este estado es de aparente calma, objetividad y ecuanimidad, sin embargo, es una especie de piloto automático que nos ayuda a resolver lo inmediato. Se necesita tiempo para asimilar una muerte de este tipo, esperar a que el shock cumpla con su función y comience a desactivarse cuando considere que ya es seguro enfrentar la realidad, y que nuestras actividades nos permitan dedicarle espacio necesario al dolor. El tiempo que transcurre entre estos momentos, suele causar algo llamado: Duelo Retardado, que se caracteriza por ser una reacción diferida, desfasada del momento. Distintos motivos impiden vivir el suceso que finalmente, tiene que ocurrir, ahora o después.
Todos los días, cada momento, tu, yo, las personas que amamos, podemos morir, si aviso, y nada podemos hacer para evitarlo, por más precauciones, la muerte ocurre, sin embargo, no es motivo de angustia o desesperanza, al contrario, tener presente esta posibilidad inesperada nos activa, nos orienta a mirar a un horizonte donde es preciso poner atención, actuar. Si tú has perdido a alguien de forma inesperada, recuerda que siempre, existe la posibilidad de recuperarse, si tu así lo quieres, puede ocurrir como diría Neruda: Aprende a nacer desde el dolor y a ser más grande que el más grande de los obstáculos Eveline González Dublán Eveline ha acompañado a muchos pacientes que han perdido a alguien de forma inesperada, y uno de los mayores consuelos que ha observado en los demás, es la grata sensación de saber que el dolor de quien falleció, ha sido tan inmediato que no dio paso al sufriiento. PROXIMO BOLETIN: APRENDIENDO DE LOS CELOS Si deseas conocer más sobre nosotros o tienes alguna duda, puedes consultar nuestra página www.centroliber.com o escríbenos a centroliberhgo@centroliber.com El lector es el único responsable del uso de las ideas, conceptos y contenidos que este boletín semanal propone en su información. Si deseas darte de baja envía un correo con asunto baja boletín.
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