Revista cultural electrónica La Iglesia bendice condones Arturo Quispe Lázaro A diferencia de algunas iglesias que se sienten con el derecho de regir la vida sexual de todas las personas, como la Iglesia Católica que aún sostiene que los jóvenes deben de llegar vírgenes al matrimonio, la Misión San Juan Bautista de la iglesia Episcopal ubicada en el sur del Bronx (Nueva York) brinda información para que el ejercicio de la sexualidad sea libre y responsable. Del mismo modo, en contraste con la mayoría de las iglesias cristianas, la iglesia Episcopal no discrimina por género a los miembros de la jerarquía religiosa. Es así que quien está a cargo de la Misión San Juan Bautista es una mujer, la Reverenda María Isabel Santiviago. Para contrarrestar las muertes causadas por el SIDA y las infecciones del VIH, la Reverenda María Isabel señala que una forma de ayudar a salvar vidas es proveyendo información sobre cómo La Reverenda María Isabel Santiviago bendiciendo condones, Bronx, Nueva York. Foto: Hyden RogerCelestin.
2 protegerse responsablemente y evitar el contagio de las enfermedades de transmisión sexual. Una de las formas efectivas para salvar vidas es que las personas se protejan a través del uso del condón. Frente a la eventualidad de una relación sexual, la Reverenda María Isabel propugna el uso del condón como una alternativa de protección. Nuestra misión es salvar vidas y el uso del condón es el mejor medio para ello, nos dice, y tiene que ser de látex, nos recuerda, porque son los más adecuados y resistentes ante cualquier circunstancia amatoria. La Reverenda oficia misas en la Misión San Juan Bautista todos los domingos para sus feligreses del Sur del Bronx. En plena misa dominical, ella tiene al lado izquierdo del altar una canastilla en la que contiene condones bendecidos. Ella los bendice para que pueda proteger la vida de los que sostienen relaciones sexuales y así evitarles cualquier infección que pueda poner en riesgo su salud y sus vidas. La Reverenda María Isabel también reparte condones cuando va a desarrollar su trabajo pastoral en las calles del Bronx. En su trabajo comunitario en Westchester Square, en el Bronx, donde los trabajadores jornaleros esperan ser recogidos/contratados por un posible empleador, ella les reparte condones diciéndoles tengan estos condones, están bendecidos, para que se protejan y eviten cualquier riesgo en su salud. Los jornaleros -la mayoría mexicanos, también hondureños, guatemaltecos, nicaragüenses, algunos dominicanos, puertorriqueños, y pocos peruanos- la ven con cierta extrañeza porque no es frecuente ver que una Reverenda con cuello blanco (característico de la iglesia) vaya entregando condones por las calles, y mucho menos saber que los condones que reciben están bendecidos. Se trata de algo doblemente inusual. La cara de incertidumbre de los jornaleros es evidente, pero con el transcurrir de los minutos, ellos se convencen efectivamente que es una Reverenda y que está entregando condones. Entre risas y bromas entre los trabajadores, algunos piden que se les dé unos cuantos más, algún otro un tanto más renuente decía yo no necesito, yo no los uso. Es que la tarea de repartir condones tiene un significado mucho más profundo que toca la fibra más sensible e íntima de las personas: la sexualidad. La Reverenda sabe perfectamente que va a encontrar reacciones de ese tipo y en todos los niveles, porque el tema de la sexualidad o no se habla, o se habla en voz baja, o se le ha restringido al ámbito privado. Mientras tanto, mucha gente sigue muriendo de SIDA porque no se protege y es renuente al uso del condón. Ella es la primera en reconocer que la iglesia ha jugado un papel no muy bueno en ese sentido. La iglesia Católica, se mantiene aun a espaldas de la realidad, sigue prohibiendo el uso del condón aun sabiendo que sus propios feligreses católicos también están en riesgo de infectarse de alguna enfermedad de transmisión sexual y que muchos han muerto de SIDA. Pero la idea de bendecir los condones no ha sido fácil. Incluso los primeros días que la Reverenda María Isabel llegó a la iglesia San Juan Bautista y mencionó la palabra condón, se le escarapeló el cuerpo a muchos de los presentes en las misas que oficiaba. Fue todo un proceso de concientización de la gente que hoy va teniendo buenos resultados. La Reverenda nos cuenta con entusiasmo y satisfacción su trabajo: La bendición de condones fue un proceso gradual. Cuando llegue a mi iglesia no comencé así. Primero hablar y decir la palabra condón durante el servicio, ya sea en una reflexión, etc., ponía nerviosa a la gente. Después traía información sobre el VIH en los periódicos murales
3 informativos, en las ferias de salud que organizábamos con otras instituciones traíamos personas que hacían la prueba del VIH. Luego hubo un camino más largo, que al mismo tiempo comencé, fue a poner en mi oficina los frascos con condones. Inicialmente eran los condones de colores que llamaban la atención de los niños que creían que eran caramelos y me los pedían y yo les decía que no eran caramelos que eran condones y que no eran para niños/as sino para los adultos. Los dejábamos allí en mi oficina y tenían el letrerito con el nombre condones. Luego como hacíamos los 7 días de oración y otros servicios, un día trajimos Los condones bendecidos son ubicados al lado izquierdo del altar mientras la Reverenda María Isabel Santiviago oficia la misa dominical en la Misión San Juan Bautista en el Sur del Bronx, Nueva York. Foto: Yanira Arias (de LCOA) el canasto al altar, junto con las demás ofrendas y lo dejábamos en el altar durante la consagración y hasta terminar la misa. Cuando los poníamos después a disposición de todos, nadie los cogía, entonces yo les decía que no tuvieran vergüenza si los cogían no los íbamos a juzgar o chismear, diciendo "mira María, cuantos cogió, o algo así, sino que al contrario podían llevarlos para hablar con otras personas y a jóvenes sobre el problema del VIH y del sexo seguro. Así les fui ofreciendo los condones. Entonces, medio en broma y en serio, yo les decía que eran los mejores condones de la ciudad de Nueva York porque estaban bendecidos. De esa manera empezamos a bendecir los condones. La Reverenda María Isabel es paraguaya de nacimiento y desde algunos años radica en Nueva York. Brinda servicios en dos iglesias: La Misión San Juan Bautista en el Sur del Bronx, y la iglesia para sordos St. Ann s Church for the Deaf, en Manhattan. Ella está muy comprometida en la defensa de los derechos de los inmigrantes en Nueva York. Una de sus iglesias, la Misión San Juan Bautista, forma parte del movimiento Santuario, grupo de organizaciones que se han constituido para defender los derechos de los inmigrantes en los Estados Unidos.
4 La Misión San Juan Bautista, La casita como la llaman, es el lugar donde la Reverenda María Isabel impulsa y desarrolla actividades a favor de la comunidad del Sur del Bronx, uno de los lugares más pobres de E.U. En la Misión, nos dice, desarrollamos varios programas como el Proyecto Vida, educación sobre el VIH/SIDA donde proveemos servicios prácticos y sin prejuicios sobre reducción de riesgo del VIH a mujeres y hombres del Sur del Bronx. Nuestro lema es: Dejemos que Dios salve almas, nosotros salvaremos vidas. Ese lema los llevamos a cabo a través de dos iniciativas, brindamos la oportunidad de examinar los roles sexuales y de género comunes, y considerar la mejor manera de integrar una intimidad y sexualidad más saludable en nuestras vidas La Casita. Misión San Juan Bautista, Iglesia Episcopal, Sur del Bronx. 948 East, 156th Street, Bronx, New York. Foto: Arturo Quispe L. La Misión San Juan Bautista también desarrolla un programa para jóvenes llamado Zona de Paz, que es una alternativa para enfrentar la violencia juvenil. En es un programa de negociación de conflictos para jóvenes de 13 a 17 años. Zona de Paz ha creado un espacio neutral donde jóvenes que pertenecen a diferentes grupos pandilleros que viven en confrontación pueden relacionarse positivamente y sin conflictos. De la misma manera, la Misión tiene otro programa dirigido a mujeres, Hablando Claro; y otro dirigido a varones, Hablando Sin Rodeos. En el programa para varones se desarrolla el taller Pene Saludable y Feliz. Este es un taller en el que se habla sobre masculinidad, género y sexualidad, y está dirigido a la población latina del Sur del Bronx. Nos cuenta que el taller Pene Saludable y Feliz se desarrolla tanto en la propia iglesia, Misión San Juan Bautista, como en otras instituciones donde lo requieran.
5 En todos sus programas aplican el lema Salvar vidas, y por ello promueven el uso de condones. La Reverenda nos dice mientras otras organizaciones dan estampitas para que la gente ore o dan medallitas para que el santo/a les proteja, nosotros les damos los condones benditos para salvar vidas. Ese es nuestro compromiso. Luego Dios y ud.se arreglarían en lo referente a la salvación. La Reverenda María Isabel en la clausura del taller Salud Sexual y Prevención del VHI/SIDA, Bronx, New York. La mayoría de participantes fueron mexicanos, un ecuatoriano y un peruano. [Foto: Arturo Quispe] Toda la experiencia de vida de la Reverenda María Isabel Santiviago en su tierra natal Paraguay, y como hispana en Nueva York, la vuelca en su trabajo de apoyo y contribución a la población del Sur del Bronx, en especial a los latinos. Finalmente agrega es en realidad una forma radical de decir nosotros no te juzgamos, nosotros te aceptamos, y como iglesia vamos a caminar contigo ". En definitiva, en los tiempos actuales algunas iglesias se encuentran más cerca de la gente y de sus necesidades que otras. Mientras tanto, los condones bendecidos estarán ahí, al lado izquierdo del altar de la Misión San Juan Bautista esperando por alguien que desee protegerse y salvar su vida.