POR QUÉ LA POBREZA PROVOCA MÁS DAÑOS EN LA INFANCIA. UNA PROPUESTA PARA CONSIDERAR SUS IMPACTOS
POR QUÉ LA POBREZA PROVOCA MÁS DAÑOS EN LA INFANCIA. UNA PROPUESTA PARA CONSIDERAR SUS IMPACTOS 1 Perspectivas para valorar los impactos 3 2 Por culpa de la pobreza 5 3 Afecta de formas muy diversas 6 4 Empobrecimientos de rebote 7 5 Todos los tiempos infantiles quedan afectados 9 6 Los impactos dependen también de las protecciones disponibles 10 2
Qué ocurre en la vida de un niño, de un adolescente, cuando su entorno es permanentemente pobre, o cuando todo entra en crisis porque no hay el dinero necesario? Ayudar a los niños y niñas que tienen que vivir en pobreza siempre significa, en primer lugar, facilitar recursos económicos para que su familia salga del empobrecimiento. Pero, como esta lógica de justicia hoy en día no suele estar demasiado disponible y puesto que, en determinadas situaciones de pobreza grave consolidada, es posible que no sea suficiente, estamos obligados a pensar cómo evitar los daños, cómo llenar las carencias, cómo compensar los sufrimientos, cómo fortalecer los niños y niñas para que puedan protegerse..., sin dejar de esperar que (y luchar para que) la pobreza monetaria vaya desapareciendo. Deberíamos ocuparnos de las situaciones de pobreza porque son una injusticia e ilegalidad pero, por lo menos, tenemos que 1 Perspectivas para valorar los impactos Para poder ayudar, atender, necesitamos saber cómo va quedando afectada su existencia. Deberíamos ocuparnos de las situaciones de pobreza porque son una injusticia e ilegalidad pero, por lo menos, tenemos que ocuparnos de lo que pasa en sus vidas cuando todo se empobrece. Ello significa pararse a pensar en los efectos que genera la pobreza en los niños y adolescentes. ocuparnos de lo que pasa en sus vidas cuando todo se empobrece, pensar en los efectos que genera la pobreza en los niños y adolescentes. En diferentes escritos del proyecto se explican los efectos en las oportunidades educativas, en la construcción de la personalidad o en las posibilidades de sentirse formar parte de una comunidad, etc. Este texto no está destinado a hacer una lista completa de todos ellos sino a poner en relieve que primero son las perspectivas con las que tenemos que considerar los efectos de la pobreza, las perspectivas con que intentamos descubrir sus impactos. Hemos escrito un texto sobre las perspectivas para evitar que las respuestas sigan un modelo de medicina social. Los efectos son identificados a menudo como expresiones de una enfermedad (en el presente o en el futuro) que hay que curar y prevenir. Así, las respuestas acaban ocupándose de las nuevas 3
sintomatologías (engorde, fracaso escolar, aumento de los trastornos, conductas socialmente complicadas, etc.) en lugar de pensar en medidas que puedan modificar los entornos en los que se desarrolla su vida, mientras llega el dinero. En este texto nos gustaría destacar que la observación y estudio de los impactos de la pobreza sobre los niños debe considerar, para practicar o evitar, cinco perspectivas: 1 No puede hablarse de la pobreza como causa que produce unos efectos, como simple variable dentro de un modelo causal de salud, personal o colectiva (enfermedades sociales o personales de origen social). 2 Empobrecer tiene multiplicidad de efectos interrelacionados que no son uniformes y no afectan siempre del mismo modo. 3 No existen tiempos o ámbitos de la vida del niño que sean más importantes que otros. La pobreza puede afectar a todo el mundo. No existen impactos secundarios (no tener afecto es igual de importante que comer mal). 4 A veces, la pobreza impacta en la infancia porque primero ha empobrecido las instituciones en las que transcurre su vida. Son efectos de una pobreza de rebote (le va mal el colegio también porque el colegio no tiene tiempo de descubrir qué le pasa). 5 La pobreza afecta mucho más si la persona está a la intemperie (social, emocional, de posibilidad de acceder a los recursos...). Los efectos también tienen que ver con la existencia o no de estructuras de apoyo y ayuda. La pobreza no afecta igual si, por ejemplo, hay un espacio de apoyo que puede complementar o suplir a la familia que en un determinado momento no puede aportar todo lo que sus hijos o hijas necesitan. Los efectos de la pobreza son mucho menores cuando existe una red social de apoyo, cuando puede recurrirse a recursos educativos complementarios, 4
cuando son accesibles espacios de escucha, cuando la salida de la dificultad puede realizarse con acompañamientos profesionales próximos. 2 Por culpa de la pobreza Es preciso dejar claro que la pobreza no es causa de nada, ni produce siempre los mismos efectos. No podemos convertirla en una variable única que afecta directamente y de manera uniforme a las personas. No provoca insania mental, no produce delincuencia. La pobreza genera situaciones inhumanas en las que aparecerán multiplicidad de efectos, por carencias, por adaptación, por reacción a las miradas de los demás o a las formas de recibir atención. Las pobrezas son diversas y los componentes de cada situación son múltiples. Lo que debemos hacer es describir con todas las matizaciones posibles los daños que la situación empobrecida va produciendo, sin inventarnos nuevas etiquetas simplificadoras para obres. La pobreza no es causa de suicidio, pero está meridianamente claro que hace aumentar las situaciones vitales insostenibles, aquellas en las que algunas personas consideran que no existe más salida que la autodisolución. Además, es posible que los argumentos para vivir sean pocos, por ejemplo, si la propia identidad tiene grandes componentes asociados al consumo, si los deseos, la dignidad, el reconocimiento social están asociados a tener. La pobreza no es causa de nada. Genera situaciones inhumanas en las que aparecerán multiplicidad de efectos, por carencias, por adaptación, por reacción a las miradas de los demás o a las formas de recibir atención. Hemos leído, por ejemplo, estudios en los que se destaca que la pobreza perjudica el desarrollo del cerebro en la infancia. En una sociedad como la actual en la que todo debe tener diagnóstico, pronto leeremos que los niños pobres son más tontos porque su materia gris está mucho menos desarrollada. La afirmación adecuada sobre este tipo de efectos debería ser, en primer lugar, que incluso aspectos profundamente biológicos del desarrollo se ven afectados si el entorno está empobrecido. Está demostrado que en un entorno pobre el clima emocional, las seguridades relacionales, los estímulos educativos, la alimentación, etc., 5
crean unas condiciones de privación infantil en que las estructuras neurológicas también se verán afectadas. La pobreza crea una situación en la que el sano desarrollo queda comprometido. Las situaciones de empobrecimiento no tienen nunca un solo tipo de efecto. No podemos separar, por ejemplo, la alimentación del clima del hogar donde comen o no. No podemos definir los efectos de las situaciones en las que una familia debe vivir (por ejemplo, padres e hijos en una habitación pequeña) como efectos de la pobreza puesto que, si el hogar fuera diferente a pesar de ser pobre, es muy probable que los efectos (por ejemplo, la confusión emocional del niño pequeño) no aparecerían. La pobreza sí podemos definirla como causante de un gran efecto: obliga a vivir a las familias en unas condiciones que impactan significativamente sobre la vida de los niños. A menudo muchas de las dificultades son el producto de la exclusión que genera la pobreza y no de ella misma. Son los efectos de estar solo, del no poder formar parte de, que provocan una manera de considerar socialmente la pobreza. Es la exclusión la que destruye y el problema es que ser pobre es contar con una alta probabilidad de exclusión. 3 Afecta de formas muy diversas También deberíamos tener mucho en cuenta la homogeneización. Como mínimo, siempre será necesario considerar la edad, las historias vitales desarrolladas hasta llegar a la crisis del empobrecimiento. No podemos dejar de banda las diferencias entre chicos y chicas, la diversidad de reacciones condicionadas por la realidad de género. En situaciones económicas similares, los impactos y vivencias pueden ser diferentes. Las necesidades, reales o construidas, también cuentan. No es lo mismo no poder comprar un determinado juego que no poder pagar la excursión. Las vivencias infantiles es posible que sean diferentes a las adultas ante una misma privación. 6
Para describir la complejidad y diversidad de impactos que hay que tener en cuenta podemos utilizar el ejemplo de la escuela. Si consideramos los efectos sobre los rendimientos escolares de los niños y niñas, resulta muy simplificador hablar tan solo del aumento del fracaso escolar a causa de la pobreza. Más simplificador resulta aún que la respuesta, en barrios donde parte del alumnado vive en pobreza, sea proponer medidas de lucha contra el fracaso escolar. La pobreza sí es causa de un gran efecto: obliga a Tenemos que pensar, por ejemplo, de qué modo queda afectada la capacidad y disponibilidad de las personas adultas del grupo familiar per dar un apoyo cotidiano a la actividad escolar del hijo o hija. Pero también debemos interrogarnos sobre las tensiones del empobrecimiento percibidas por los hijos, así como de la capacidad de dichas tensiones para bloquear los procesos de aprendizaje. vivir a las familias en unes condiciones que impactan significativamente sobre la vida de los niños. Si el análisis considera esta complejidad de los efectos, las respuestas deberán hacer lo mismo. Las respuestas posibles deberían estar relacionadas, por ejemplo, con cómo ayudar a mantener o cómo suplir las capacidades familiares para ayudar a aprender. Igualmente tenemos que trabajar para hacer de la escuela un espacio de satisfacción que compense infelicidades o, al menos, intentar preservar el espacio escolar de las contaminaciones emocionales que vive el alumno y a las que hay que dar alguna vía de salida en la vida escolar. Debe tenerse en cuenta la homogeneización. Siempre será necesario considerar 4 Empobrecimientos de rebote Tampoco podemos mirar solo a los niños para descubrir los efectos de la pobreza. A veces sufren una pobreza de rebote. Su entorno familiar es pobre y, además, las instituciones a las que acuden parece también que hayan entrado en una fase de empobrecimiento o les complican la vida con las reacciones que provoca la pobreza. la edad, las historias vitales desarrolladas, las diferencias entre chicos y chicas, sus vivencias diferentes a las adultas... 7
Si seguimos con el ejemplo de la escolarización, tenemos que pensar qué ocurre cuando empobrecerse comporta cambiar de piso y, de paso, cambiar de colegio. Pasar de un colegio concertado a uno público, o del de un barrio al de otro. Aún puede ser mucho más complejo el impacto si el cambio se produce a mitad del curso escolar y exige al niño o adolescente un proceso de adaptación que tiene una alta probabilidad de no salir bien. Si pensamos en los efectos, como mínimos tendríamos que pensar en los que provoca la reacción, la respuesta que habitualmente no mira todos los impactos. Para evitar algunos de estos efectos de un desahucio, por ejemplo, la medida mínima parece clara: si una familia se empobrece tiene derecho a que su hijo o hija no se vea obligado a cambiar de colegio a medio curso escolar. Pero también es preciso reflexionar sobre cómo los empobrecimientos familiares van haciendo variar los contextos de relación cotidiana, cómo la pobreza modifica entornos educativos. En el caso escolar, cómo va cambiando la población que ocupa las aulas de cada colegio. Si en el colegio de un barrio ya predominaba un alumnado que vive en familias con alta probabilidad de exclusión y marginación, con la crisis la probabilidad debe de haberse hecho real y en muchas clases ya no quedarán chicos y chicas que lo tengan fácil para pertenecer a la comunidad. La pobreza no ha producido directamente marginación pero ha obligado a escolarizar en unas condiciones en las que será especialmente difícil la incorporación social. Si pensamos en los efectos rebote, tenemos que afirmar que cuando una familia se empobrece debe tener derecho a que su hijo o hija no se vea obligado a cambiar de colegio a medio curso escolar, por impago o por cambio de hogar. El efecto del empobrecimiento para un niño es que la pobreza ha cambiado su colegio. Los empobrecimientos hacen más marginal la población de algunos colegios. Desplazan poblaciones escolares y agravan la complejidad educativa de las escuelas que siempre han sido receptoras del alumnado que otras escuelas seleccionan. En el caso del colegio, los nuevos empobrecimientos hacen que sea más fácil la segregación, que las instituciones seleccionen la clientela. La pobreza sirve para no admitir a aquellos que el colegio considera que no van bien. 8
Las medidas de lucha contra los efectos escolares de la pobreza significan, por ejemplo, repensar las zonas escolares. Igualmente significan observar cómo va variando la composición del alumnado de cada clase y trabajar para que conserve un mínimo nivel de diversidad. Como el empobrecimiento familiar tiene diferentes aspectos sobre la vida de los niños y niñas, tenerlos en cuenta significa también ver cómo queda afectada la complejidad educativa de un aula. Si educar y enseñar significa considerar la diversidad de sujetos educativos y la diversidad de situaciones, la escuela y el sistema escolar deben pararse a pensar en las nuevas diferencias que genera la pobreza, observar y tener presente qué nuevas variables aparecen en sus vidas que pueden ser significativas en el proceso de enseñar y aprender. Los efectos son ahora cambios en la lógica escolar (razones para ir, razones para aprender) del alumno. También debe contrarrestarse la pobreza inducida. Por ejemplo, tomar medidas de lucha contra los efectos de la pobreza significa repensar las zonas escolares. Significa observar cómo va variando la composición del alumnado 5 Todos los tiempos infantiles quedan afectados La pluralidad de impactos del empobrecimiento sobre las vidas infantiles y adolescentes nos obliga a pensar en todos los ámbitos, en todos los contextos. Uno de los empobrecimientos de los discursos sobre la pobreza es el que tiende a considerar importantes tan solo los tiempos o espacios obligatorios y regulados. Acabamos de poner ejemplos solo del colegio, pero los tiempos infantiles son muchos más. La misma reflexión deberíamos hacerla, por ejemplo, sobre los espacios o actividades de juego. Garantizar el juego es exactamente igual de necesario que garantizar la escuela. Considerar cómo queda afectado por la pobreza (cómo van variando sus formas de entender y hacer suyo el mundo a partir de las relaciones lúdicas) es exactamente igual de imprescindible que pensar en los efectos sobre la escolarización. de cada clase y trabajar para que conserve un mínimo de diversidad. Por ello, por ejemplo, tendríamos que preguntarnos si el empobrecimiento familiar comporta una reducción de las posibilidades de jugar, una modificación 9
del tipo de juego o un cambio singular en los círculos de relación lúdica del niño o adolescente. Pensamos en los procesos de aislamiento, en las delegaciones del entretenimiento o en la ocupación del tiempo ante todo tipo de pantallas. La lectura simplista seguro que nos habla del desproporcionado impacto de la televisión en la infancia debido a la pobreza. Rápidamente alguien piensa en respuestas destinadas a prevenir y reducir este consumo. Pero lo que nos cuenta el estudio de los efectos de la pobreza sobre el juego es que tenemos que poner al alcance de quien hemos condenado a no hacer otra cosa que mirar una pantalla oportunidades para poder acceder a diversidad de juegos y espacios lúdicos. Evitar que el empobrecimiento familiar comporte un empobrecimiento de las herramientas de comprensión del mundo que facilita el juego es tan importante como evitar que la tensión en el hogar complique el aprendizaje de la lectura. Pensar en ayudar a una familia no es simplemente apoyarla para que eduque bien. Supone imaginar cómo se la puede ayudar para que los padres puedan ir al cine en compañía de sus hijos. Pensar en los impactos de los empobrecimientos es pensar también en cómo se modificará, con la pobreza, el ocio y la diversión de un adolescente el fin de semana. Evitar que el empobrecimiento familiar comporte un empobrecimiento de las herramientas de comprensión del mundo que facilita el juego es tan importante como evitar que complique el aprendizaje de la lectura. 6 Los impactos dependen también de las protecciones disponibles En cualquier caso, siempre debe considerarse que los impactos no son una realidad que hay que medir observando simplemente al sujeto, ni tan solo las estructuras de relación más próximas, como el grupo familiar. Siempre debemos tener presente qué recursos de apoyo tiene a su alcance, si no accesibles, si pueden servir de contrapeso a los sufrimientos o insuficiencias. Como hemos comentado en otro texto, el primero de los efectos que provoca el empobrecimiento es que, además, atrapa a las personas en una sociedad, unas administraciones, que han empobrecido también los recursos y sistemas 10
de atención (que a menudo ya eran escasos y débiles). Un sistema de salud mental recortado, por ejemplo, tiene largas listas de espera y pierde buena parte de la capacidad de dar la respuesta adecuada. Igual que con el colegio, deberíamos No es directamente la pobreza la que crea el sufrimiento o la angustia. Estos crecen o se consolidan cuando ningún recurso puede dar respuesta, tener un tiempo mínimo para acoger a la persona. La magnitud del sufrimiento, del malestar que puede provocar una carencia es también una variable dependiente de los recursos de apoyo de los que pueda disponerse (por ejemplo, de espacios de acogida flexibles y abiertos en una red de salud mental comunitaria). preguntarnos, también, si el empobrecimiento familiar comporta una reducción de las posibilidades de jugar, una modificación del tipo de juego o un cambio singular en los círculos de relación Las pobrezas siempre tienen que ser analizadas en función de los contrapesos de apoyo que existen en cada entorno. Podemos hablar de las dificultades emocionales que sufrirá un niño viendo sufrir a su padre en el paro desde hace tiempo. Sin embargo, no podemos olvidar que su grado de incidencia o el etiquetaje del sufrimiento como trastorno dependerán de si el niño tiene a su alcance alguien que le escuche, que le haga sentirse seguro, otras experiencias estimuladoras y compensadoras (adultos cercanos y disponibles, espacio de juego e interacción compensadores, etc.). lúdica del niño o adolescente A veces, los efectos son el agravamiento de otras dificultades y sufrimientos. La ausencia de respuestas y la falta de servicios para atenderlas convierten dificultades transitorias en sufrimientos crónicos. Algunas crisis de los adultos con los que convive el niño o niña (por ejemplo, la recaída en el consumo de drogas o una descompensación emocional grave) se convierten en crónicas, permanentes, porque los recursos (laborales, económicos, etc.) que ahora serían necesarios han desaparecido. Lo que encontramos son infancias familiarmente empobrecidas que carecen de los recursos de apoyo básicos para atenuar y superar los impactos del empobrecimiento. No podemos medir solo los impactos, en abstracto. Tenemos que medir las capacidades o impotencias de los sistemas de apoyo a la infancia para dar respuesta cuando aparecen las crisis. Lo que encontramos son infancias familiarmente empobrecidas que carecen de los recursos de apoyo básicos para 11
atenuar y superar los impactos del empobrecimiento. Lo que encontramos es el resultado de la injusticia de la pobreza impactando sobre la infancia, sumada a la injusticia de no contar con recursos de atención básicos que se ocupen de forma habitual de la infancia. Los impactos de las pobrezas siempre deben ser analizados en función de los contrapesos de apoyo que existe en cada entorno. 12
El proyecto Reflexiones: La pobreza vista desde la infancia es una iniciativa del Palau Macaya y CaixaProinfancia Organización: Palau Macaya Dirección científica: Jaume Funes Redacción: Jaume Funes a partir de las reflexiones y debates de los seminarios La pobreza vista desde la infancia, coordinados por Anna-Bel Carbonell, Marta Comas, Josep Torrico y Jordi Bernabeu, que también han hecho aportaciones a las redacciones finales. Estos agrupan temática y libremente ideas aportadas por una sesentena de profesionales, a lo largo de veinticinco encuentros de debate. Igualmente resumen ideas de las investigaciones e informes sobre pobreza infantil aparecidos en los últimos dos años. 13