LECTURA DE LA IMAGEN Desde el punto de vista del creador una imagen puede entenderse como una representación o interpretación de algo que no está presente. Como observadores, atribuimos a las imágenes significados que pueden estar presentes o no, o cuya finalidad es o no es la misma que la que el creador pretendía. Hay ciertas características que nos permiten saber cómo está conformada una imagen. Algunas son: Iconicidad-abstracción Todos los mensajes tienen un nivel de abstracción (o bien de concreción). El mayor grado de abstracción posible sería una ecuación o fórmula matemática. Lo contrario de la abstracción es la iconicidad, es decir, al menor grado de abstracción le corresponde el mayor grado de iconicidad. Éste sería el del objeto en sí mismo. Entre un extremo y otro existen unos doce grados. Los ejemplos que siguen son 5 de estos grados, ordenados de mayor a menor iconicidad, (o de menor a mayor abstracción): Fotografía del objeto real Pintura del objeto real Esquema en blanco y negro Esquema a líneas y contornos Manchas en blanco y negro 1
A medida que la imagen deja de parecerse al objeto representado, podemos tener dificultades en su decodificación. La publicidad utiliza signos que no tienen una analogía directa con el objeto pero sí un sentido simbólico compartido por la mayoría de los receptores. Un ejemplo de uso del grado de iconicidad es el de los pictogramas, que pierden iconicidad pero ganan en concreción respecto al significado, extrayendo lo esencial del objeto. Simplicidad-complejidad Las imágenes complejas requieren del espectador más atención y tiempo para su análisis. La complejidad no es sinónimo de cantidad de elementos; pueden darse ambos extremos con muchos o pocos elementos. Imagen simple, pocos elementos Imagen simple, muchos elementos La información que aportan estas imágenes es fácil de decodificar, por lo que podemos afirmar que su grado de complejidad es bajo. G. Seurat 2
Imagen compleja, pocos elementos Imagen compleja, muchos elementos S. Dalí En cambio en éstas existe un alto grado de complejidad. El nivel de complejidad dependerá básicamente del grado de iconicidad, del sentido abierto o cerrado de lo representado, del valor cultural de los objetos que aparecen, de la relación de los objetos entre sí, de elementos anacrónicos, del contexto y de la organización perceptual. P. Bruegel Monosemia-polisemia las imágenes que tienen un significado obvio y único se llaman monosémicas. No ofrecen al espectador la posibilidad de descubrir otros sentidos diferentes al representado. Normalmente se juega con la alternancia de significados, evidentes y ambiguas, que son imágenes polisémicas. Éstas conforman la mayoría de las imágenes. La combinación de elementos provoca en el receptor distintas asociaciones de ideas. Generalmente, modificando un único elemento se altera el sentido de la totalidad. En la fotografía de la izquierda tenemos una imagen monosémica; representa una campana y en ella no hay elementos que induzcan a interpretarla como otra cosa. En cambio, en la de la derecha, se establece un juego de significados, al sustituir el badajo por una nota musical. Foto: Chema Madoz 3
Otro ejemplo similar es el de estas cerillas. La primera serviría para ilustrar, por ejemplo, un libro de ciencia; en cambio la segunda ofrece un juego de significados, basado en la s relaciones entre el fuego y la madera, el parecido plástico entre las vetas y las llamas, la horizontalidad y la verticalidad y los elementos de la composición, etc. Foto: Chema Madoz La publicidad suele utilizar imágenes polisémicas pero reduciendo el nivel de ambigüedad según el grupo social al que van dirigidas, buscando un comportamiento concreto, que es la venta del producto. Un ejemplo típico de imágenes polisémicas son las ilusiones ópticas: 4
Originalidad-redundancia Una imagen formada por elementos nuevos es original; si son repetitivos es redundante. La originalidad es difícil de definir y de conseguir, ya que la producción de imágenes es ingente y, al componer una, es posible que, sin saberlo, estemos utilizando estereotipos ya establecidos. La redundancia no tiene por qué ser algo negativo; la publicidad la utiliza con frecuencia, como es el caso reproducido debajo. Leonardo de Vinci: La última cena Cuando la redundancia se utiliza para establecer modelos de comportamiento reconocibles y fáciles de asumir por el espectador nos hallamos ante el estereotipo. Son los casos de los modelos de belleza masculina o femenina, de familia, de persona inteligente o sofisticada, etc. A continuación se presentan algunos estereotipos y contra-estereotipos utilizados a veces con objetivos de crítica, comerciales, etc. Estereotipo hombre-mujer utilizado en el cómic Estereotipo de mujer sofisticada Albert Einstein y su caricatura. El estereotipo de científico se basa en gran medida en su imagen. 5
Estereotipo de familia feliz, y el mismo utilizado de forma irónica. Contra-estereotipo utilizado en serie de televisión. Denotación-connotación La denotación es lo que literalmente muestra la imagen, descrita de la forma más objetiva posible, sin que intervengan valoraciones personales, sentimientos, ideas, etc. Está conformada por todos y cada uno de los elementos observable: puntos, líneas, manchas, colores, texturas... La connotación, en cambio, no se muestra directamente ni es igual para todos los observadores. Está ligada a un nivel subjetivo de lectura. Ciertas imágenes pueden tener o transmitir un sentido similar, incluso en culturas muy diferentes, en cambio otras ofrecen interpretaciones muy distintas. En esta fotografía, la lectura denotativa sería: primer plano en blanco y negro de dos mujeres de raza blanca, tocadas con pañuelos en la cabeza. Una se apoya en el hombro de la otra con los ojos cerrados y sostiene un pañuelo contra su mejilla, la otra llora. La/una lectura connotativa es/podría ser: es una imagen triste, representa el dolor de dos mujeres de un país oriental, probablemente por la muerte de alguien. Aunque la realidad podría ser bien diferente, parece evidente que la idea de tristeza estará presente en la mayoría de los espectadores. Foto: Javier Bauluz 6
Normalmente otorgamos a los mensajes valores connotativos en función de nuestra ideología. La lectura connotativa puede reforzar el mensaje y nuestra propia ideología o, por el contrario, entrar en contradicción con ella. Para reforzar la connotación y, por tanto, inducirnos a pensar en cierto sentido, se utilizan métodos tales como: El trucaje: poner o quitar elementos para modificar el significado. Actualmente, con la infografía es relativamente fácil engañar al espectador de esta manera, ya que puede ser prácticamente imposible de detectar. En esta foto con Hitler, Franco salía con los ojos cerrados. Para no dar aspecto cómico se le trucaron, así como los dedos de la mano derecha. Los objetos que acompañan la escena crean un contexto significativo: no es lo mismo rodear al personaje de libros que hacerlo de detergentes. En la fotografía de la izquierda, podría sustituirse el chocolate por otro producto como champú, champán o colonia y el efecto sería similar. La iluminación: crea ambiente según su intensidad, dirección, color. Por ejemplo, la iluminación cenital (1ª del esquema) sugiere misterio. 7
La comparación y el contraste de imágenes puede acrecentar determinadas sensaciones. La pose: es decir, la gestualidad de los individuos transmite sensciones como alegría, odio, tristeza, etc. Aquí observamos a un mismo actor con cuatro expresiones totalmente diferentes, algunas de interpretación más abierta que otras. El texto: una misma imagen puede adquirir significados completamente diferentes si se acompaña de un texto que fije uno de los significados posibles. La imagen inferior podría servir para muchos otros productos únicamente cambiando el texto. 8