AGRICULTURA DE PRECISIÓN: DRONES Producción agrícola desde las alturas Anahí Castro Zelaya Conforme con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), dentro de nueve años, en el 2025, el planeta Tierra albergará a otros 1.000 millones de habitantes, y que se tendrán unos 9.600 millones de personas para el 2050, previéndose la cantidad de 16.600 millones para el inicio del próximo siglo. Para ello se debe producir alimentos, y con la tecnología de la información y comunicación se puede lograr una producción de precisión, gracias a los drones. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) sostiene que entre el 20% y 40% del rendimiento de las cosechas mundiales se reduce, por año, a consecuencia de los daños causados por las plagas y las enfermedades de las plantas. Teniendo en cuenta los mencionados datos qué medidas se toman para abastecer con alimentos a una población que solo aumenta con el paso del tiempo y pierde el poder ante plagas?
Lograr cumplir con este enorme reto que enfrenta la agricultura solo es posible con la incorporación de la tecnología. Atrás quedaron los días en los que el arte de cultivar la tierra fuese una labor artesanal. El productor actual busca alternativas para atender las exigencias de responsabilidad social, la preservación ambiental y la producción saludable, a la vez que maneja la reducción de costos productivos. Todo esto es posible gracias a ciertas prácticas que cargan con el peso y brindan al empresario rural la manera de organizarse mejor. Las TIC en la producción Estamos en un proceso en que se da una irrupción de las nuevas Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) dentro de la toma de decisiones y su consecuente ejecución de forma precisa, en la producción en general. Cualquier tarea que forme parte del establecimiento, desarrollo y explotación de un cultivo puede ser realizada con alguna de las técnicas y herramientas que conforman a la Agricultura de Precisión (AP). En el año 1916, el profesor y militar científico Archibald Low creó un torpedo aéreo, manejado a través de un control usando frecuencias de radio. El invento falló. Sin embargo, dio inicio a futuros diseños. Al llegar la Segunda Guerra Mundial surgieron modelos de aeronaves controlados por radio que sirvieron con el propósito de bombardear objetivos alemanes, a distancia segura para las tropas aliadas. Vietnam fue escenario para la introducción de una nueva idea: un vehículo no tripulado, con una cámara de fotos para espiar al enemigo. El desarrollo de esta tecnología llegaría a un nuevo nivel de la mano de General Atomics, contratista de defensa californiano, que añadió cámaras de vídeo al invento. Así, la era de los drones se iniciaba. Su utilización fue
extendiéndose a varios ámbitos: en la forestación, minería, vigilancia e inspección de infraestructura, en gestión de emergencia, en medio ambiente y en catastro urbano y rural, hasta llegar a la agricultura. Drones para la producción El trabajo de estas aeronaves no tripuladas es el de obtener información visual desde las alturas, mediante fotografías o vídeos, logrando así el control de la parcela sin necesidad de que el productor recorra las distancias largas entre los cultivos. Estos aparatos no solo permiten sobrevolar las cosechas sino también extraer muestras de las mismas que el ser humano no podría. A través de las imágenes generadas por los equipos se pueden verificar desde apariciones de manchas, el crecimiento y cobertura de la siembra. Gracias a las cámaras infrarrojas montadas en los drones, también llamados Vehículos aéreos no tripulados (VANT), hasta aquello que pasaría desapercibido ante el ojo humano es detectable, lo que facilita la adopción, a tiempo preciso, de las medidas correctivas que correspondan.
Al analizar las imágenes captadas se logra apreciar el tono rojizo en la vegetación en buen estado y el negro, en aquella que por alguna razón se encuentra con problemas de salud y crecimiento. Aplicaciones de los drones La aplicación de los drones en la agricultura podría mejorar los siguientes aspectos: El manejo del agua: los sensores permiten conocer las necesidades hídricas de cada planta. Con esto, se aplica la cantidad adecuada de agua, ahorrando el recurso y la energía. Tratamientos con herbicidas: se detectan las malas hierbas en la fase temprana de la producción, diferenciándolas del cultivo por su composición y densidad. La administración de herbicida es localizada. Uso de fertilizantes: así como se detecta el estrés hídrico, el estrés nutricional es expuesto, permitiendo la utilización de fertilizantes solo en donde se requiere. Detección de enfermedades y plagas: se identifican los cambios fisiológicos que las enfermedades causan en estados tempranos antes que afecten al conjunto, y las medidas de control se toman en el momento preciso. Entre otros aspectos, los drones ofrecen la información necesaria para conocer la calidad del cultivo, generar un inventario, conteo de plantas, la supervisión de áreas fumigadas y hasta pueden arrojar los pesticidas y fertilizantes. También sirven como espanta pájaros. Uno de los países más avanzados en la utilización de drones es Japón, donde desde hace dos décadas el Yamaha RMAX trabaja en los campos. Se encarga de lanzar pesticidas y fertilizantes. La Corporación, a pedido del Gobierno, desarrolló, en los años 90, modelos de drones que pudieran ayudar en las tareas agrícolas. En la actualidad, un 40% de los arrozales del país cuenta con al menos un dron encargado.
Margarita Ruiz Olazar, egresada de la Facultad de Ciencias y Tecnología de la Universidad Católica de Asunción (UC), y doctora en ingeniería eléctrica por la Universidad Federal de Río de Janeiro, Brasil, explica que los vehículos aéreos no tripulados cumplen el rol de satélite. Los satélites y las imágenes que proveen son utilizados para el monitoreo de cultivos, pero debido al alto precio que demandan, se eligen los drones. Ruiz Olazar indicó también que tanto satélites como drones pueden tener los mismos sensores, pero que para la agricultura el dron debe ser estable, porque una imagen movida no es utilizable. Cada vez más al acceso de todos Los sistemas de drones son cada vez más fáciles de operar y su viabilidad para dentro del campo les da la oportunidad de ser considerados como una de las herramientas más útiles dentro de la AP. Se manejan gracias al Sistema de Posicionamiento Global (GPS, por su sigla en inglés) y al Sistema de Información Geográfica (SIG), con el autopiloto en donde opera un software especializado. Un detalle a tener en cuenta es que las baterías de los drones superan a duras penas los 60 minutos de vuelo. Otra limitación viene del campo legal, ya que se necesita una autorización para el uso en la mayoría de los países en los que la tendencia está surgiendo, ya que de otra manera viola las leyes sobre la privacidad. Drones en Paraguay Nuestro país se añade a la agricultura de precisión ante el nivel crítico de gestión que empresas del ámbito agronómico sufrieran unos años atrás. Debido a la necesidad de soluciones aplicables de forma rápida, se opta por invertir en las TIC.
La interrogante es la siguiente: se podrá conseguir el mismo o hasta un mejor resultado con la producción? La respuesta, según el ingeniero Agrónomo Juan Ignacio Beyhaut, es sí. La misma tierra podrá rendir un mayor volumen gracias a la eficiencia de esta nueva tecnología. Beyhaut explicó que, una vez reunida la información por parte del dron (imágenes y video, cartografía del área y modelo digital del terreno, curvas de nivel y monitoreo del cultivo.), unos programas especiales se encargan de procesar los datos recaudados y corregir ciertas características de las imágenes (inclinación, desplazamiento por relieve) para darles una apariencia planimétrica y comparar con otras fuentes de información el terreno en cuestión. Si bien en los primeros años solo empresas dedicadas exclusivamente al trabajo eran quienes contaban con esta tecnología, debido al costo elevado de las máquinas, hoy es posible contar con drones para controlar y analizar la producción de las parcelas agrícolas. Y se hace algo común. Con variedad de modelos y precios, estos equipos se abren paso rápidamente en el mercado y ya representan no solo el presente sino el futuro de la agricultura mejorada y mejor controlada. En cuanto al precio, hace una década la tecnología costaba alrededor de 400.000 dólares, pero actualmente ha disminuido considerablemente el precio, que depende de la variedad, tamaño, potencia y, principalmente, de los sensores que poseen las maquinarias. Aquellos drones más sencillos oscilan entre los 1.000 a 1.500 dólares americanos, mientras que los avanzados podrían ser adquiridos por un promedio mínimo de 5.000 dólares. Incluso hay drones para uso de principiantes, muy pequeños, que se adquieren en menos de 20 dólares, en Ciudad del Este.
La utilización de los drones en la agricultura es la tendencia actual. No es una moda sino una necesidad para los productores, y es la respuesta a muchos problemas que por años estuvieron dando dolor de cabeza. Su capacidad de ver desde arriba aquello que el hombre no puede regularmente le brinda el título de complemento perfecto para esta labor. Los drones simplifican el trabajo, y acercan a quienes están lejos. En gran medida la tecnología de estos vehículos aéreos ha podido llevar a la agricultura de precisión a un nuevo nivel: equilibrar los costos y garantizar calidad productiva para abastecer a la población mundial, que cada año tiene más boca por alimentar.