INFORMACIONES TÉCNICAS PRODUCTOS DE HORMIGÓN I P 4 LAJAS DE HORMIGÓN En toda casa que posea jardín, especialmente si el mismo ha sido proyectado como parque inglés, es decir, con grandes extensiones de césped, el disponer un camino de lajas contribuye no sólo a realzar el aspecto decorativo del mismo, sino que constituye un elemento de gran utilidad, ya que al par de evitar que se estropee el césped, facilita el tránsito en épocas de lluvia. Pero no es sólo ésta la única aplicación de las lajas, ya que es posible emplear las mismas para construir pasos y veredas. Estas lajas pueden fabricarse en hormigón, obteniéndose así un producto resistente, durable, de agradable aspecto y que a su sencillez de ejecución une la economía que significa el poder ser -fabricadas por el mismo usuario en el lugar de su utilización. Describiremos a continuación distintas formas de fabricar las lajas de hormigón para ser utilizadas en jardines. Figura 1. Camino de lajas irregulares de hormigón Tipo y dimensiones de las lajas Del destino a dar a las lajas, dependerán su forma y dimensiones. Para veredas, pasos y caminos rectilíneos se aconsejan las lajas cuadradas p rectangulares, no debiendo
sobrepasar su mayor dimensión los 0,50 m con el fin de que no resulten demasiado pesadas. Para lajas cuadradas, las dimensiones aconsejables son 0,50 m x 0,50 m, variando su espesor según sea la forma de colocación de las mismas. Si la laja se apoya directamente sobre el terreno compactado, se recomienda dar a las mismas un espesor de 6 cm, que se puede reducir a 4 cm cuando se apoyan sobre un contrapiso de hormigón pobre, asentándose con interposición de una capa de mortero. Las lajas que se moldean en el lugar deberán tener un espesor mínimo de 6 cm. Si se desea obtener un aspecto más decorativo, conviene alternar las lajas cuadradas con otras rectangulares, o combinar lajas rectangulares de diversas dimensiones. Cuando se trate de construir un camino de trazado sinuoso, conviene fabricar las lajas de formas irregulares, siempre desde un punto de vista decorativo. Construcción de las lajas En la fabricación de las lajas debe cuidarse de utilizar un hormigón de calidad, de gran compacidad y resistencia, tanto mecánica como al desgaste. Estando estos elementos expuestos a la acción continua de la intemperie, como a la del desgaste del tránsito, o también eventualmente a cargas de ruedas de vehículos, requieren que el hormigón que los constituya sea de buena calidad. Para alcanzar esta condición, la relación agua-cemento a utilizar no debe ser superior a 0,50, es decir, que por cada bolsa de cemento portland de 50 kg, no debe utilizarse para la preparación del hormigón más de 25 l netos de agua; o sea que en esa cantidad debe estar incluida la humedad superficial de los agregados. Prácticamente, para esta clase de construcción la cantidad de agua que debe agregarse al pastón se regulará de manera que la consistencia sea mediana, es decir, que se obtenga una mezcla plástica fácilmente moldeable, pero que requiera alguna compactación para colocarla. Los agregados fino y grueso deberán ser sanos y limpios, es decir, libres de impurezas. Como agregado fino, se aconseja emplear arena gruesa a ser posible. El agregado grueso puede estar constituido por piedra partida o canto rodado, cuyo tamaño máximo no debe ser mayor que la tercera parte del espesor de laja. Así, para lajas de 6 cm de espesor, el tamaño máximo aconsejable sería 1.9 mm y para las de 4 cm, 13 mm. Se recomienda utilizar un hormigón cuyas proporciones medidas en volumen sean 1:2:2,5, es decir, una parte de cemento portland, dos partes de arena y dos y media partes de agregado grueso. Estas mismas proporciones, referidas a una bolsa de cemento (50 kg) resultan ser de aproximadamente:
Cemento Arena Agregado grueso 1 bolsa 75 l 90 l El agua se regulará en la forma indicada, la cual para agregados secos deberá ser de unos 25 l, y cuando éstos se encuentran en condición húmeda, especialmente la arena, dicha cantidad podrá disminuir a 20 l o aún menos. En caso que la fabricación corresponda a un número grande de lajas, es decir, que tenga un carácter industrial, conviene proyectar la dosificación de las mezclas más cuidadosamente, para lograr la calidad necesaria con la mayor economía. Cuando se deseen fabricar lajas coloreadas, deben agregarse pigmentos, los que se mezclan previamente en seco con el cemento. Sólo deben emplearse colorantes minerales, ya que los de origen orgánico pueden afectar el fraguado del cemento. Los pigmentos utilizados corrientemente son los siguientes: - verde - óxido de cromo - amarillo o crema - óxido amarillo de hierro con el agregado de pequeñas cantidades de óxido rojo de hierro - gris - óxido de manganeso, óxido negro de hierro o pequeñas cantidades de negro de humo - rojo y rosado - óxido rojo de hierro en mayor o menor proporción. Para la obtención de lajas blancas debe emplearse cemento blanco y utilizar agregados claros, de origen cuarcítico. La mayor o menor intensidad del color depende de la cantidad de pigmento que se agregue a la mezcla. Conviene siempre efectuar ensayos previos hasta determinar el porcentaje adecuado a la tonalidad deseada, el que en ningún caso debe superar el 7% en peso sobre la cantidad de cemento. Los moldes, muy sencillos de construir, deben ser de madera dura, a efectos de evitar deformaciones. Conviene sean fáciles de desarmar para que, al efectuarse esta operación no sufran los elementos moldeados. Previamente a cada utilización, los moldes deben lubricarse, empleando para ello una mezcla de kerosene y aceite mineral, en partes iguales. Dispuestos los moldes sobre una superficie perfectamente alisada, que puede ser de madera, hormigón o simplemente el terreno natural bien nivelado, se procede al hormigonado de las lajas. Una vez llenado el molde, se nivela y compacta perfectamente la superficie de la laja mediante sucesivas pasadas de una regla de madera, apoyándola en los bordes del molde. En los bordes contra el molde se pasará perimetralmente y en sentido vertical una llana, de manera de asegurar su terminación lisa y libre de oquedades. Antes de que el hormigón haya endurecido, se
efectúa el terminado superficial utilizando un fratás de madera, que se reemplaza por llana metálica si se desea obtener superficies lisas. También pueden obtenerse superficies rugosas terminándolas con un cepillo. Cuando los moldes se apoyen sobre una superficie de hormigón debe aplicarse a la misma una mano de cal, con el fin de evitar que adhieran las lajas. Con el mismo objeto, si el hormigonado es sobre la tierra, conviene colocar papel impermeable o una capa de unos 2 cm de arena. Las figuras 2 y 3 muestran, respectivamente tipos de moldes para una y varias lajas, éstas últimas de distintas dimensiones. En la fig. 4 puede verse la fotografía de un molde sencillo, fácil de ejecutar. Figura 2. Molde para lajas rectangulares
Figura 3. Molde para lajas de diversos tamaños Un aspecto que conviene cuidar en la ejecución de lajas es el de las aristas. Con el objeto de mejorar u terminación de las lajas conviene biselar sus bordes para lo cual puede utilizarse un pequeño fratás metálico, que se hace correr apoyándolo en los bordes del molde, cuando el hormigón aún no ha endurecido. Las lajas una vez hormigonadas, deben cubrirse con arpillera, lona, paja, o tierra, las que se mantendrán constantemente húmedas un período no menor de 7 días, transcurridos los cuales las lajas pueden ser colocadas en su lugar de destino. Construcción de caminos y veredas Como se dijera antes, para la construcción de caminos, pasos y veredas pueden emplearse tanto lajas prefabricadas como moldeadas en el lugar, sea colocadas al tope o bien dejando juntas de 3 cm a 4 cm, las que posteriormente se sellan con mortero o bien se rellenan con tierra, sembrándose césped en las mismas. Cuando se utilicen lajas prefabricadas, éstas pueden colocarse directamente sobre el terreno nivelado, con interposición de una capa de poco espesor de tierra o arena suelta. Otra forma de hacerlo es apoyarlas en contrapiso de hormigón de cascote en forma similar a los mosaicos. Si las lajas se construyen directamente sobre el suelo del lugar destinado a su utilización, se comenzará por apisonar y nivelar el suelo, distribuyendo luego los moldes sobre el mismo. Para fijarlos se emplearán estacas o clavos de hierro de 1 cm de diámetro y 20 cm de largo, colocados cada 1,50 m. Tratándose de tramos curvos la distancia se reducirá para poder dar a los listones la curvatura necesaria.
En este caso, las piezas interiores deberán poder retirarse con facilidad una vez llenado el molde, siendo por lo tanto aconsejable construirlas de sección trapecial y tomar además la precaución de moverlas ligeramente antes que el hormigón haya endurecido, para evitar que éste adhiera excesivamente. El curado debe efectuarse en forma similar a la indicada para las lajas premoldeadas. Cuando se trate de lajas coloreadas de 6 cm o más de espesor, pueden construirse en dos capas: una capa base, sin pigmento, y la capa de terminación coloreada, con el fin de que resulten más económicas. Esta segunda capa de mortero de sólo 2 cm de espesor, se moldea inmediatamente luego de ejecutada la capa base para que la adherencia entre ambas sea perfecta. La dosificación aconsejada para esta capa es de 1 parte de cemento portland y 3 partes de arena, medidas en volumen, proporciones que conviene reducir a 1:2 si la arena de que se dispone es muy fina. Figura 4. Distribución del hormigón con la llana en una laja moldeada en el lugar. En este caso se ha empleado un molde sencillo, constituido por cuatro listones ensamblados en sus extremos Figura 5. Emparejando la superficie de la laja mediante un listón que apoya en los costados del molde