AGRICULTURA CAMPESINA ANDINA JULIO VALLADOLID RIVERA La agricultura andina es la crianza cariñosa de la diversidad de plantas en las chacras y el paisaje, para que todo el ayllu se alimente y tenga buena salud. El ayllu, no sólo está conformado por los humanos o runas, sino también por las plantas, animales, cerros, ríos, puquios, vientos, heladas, granizadas, qochas, estrellas, etc, etc, que viven en el territorio o pacha de cada comunidad campesina y a quienes se les considera como personas que son nuestros familiares con los cuales vivimos compartiendo el mismo pacha y que en conjunto integran lo que llamamos naturaleza o sallqa, también el ayllu está integrado por las deidades o huacas que nos protegen y acompañan (la madre tierra o Pachamama, los cerros u Apus o Taita wamanis, Achachilas, el sol la luna, las estrellas y ahora también los santos y vírgenes de las iglesias de nuestros pueblos). Esta crianza cariñosa y respetuosa es muy antigua por lo menos tiene 14,000 años y en este largo periodo de tiempo se han producido varios cambios climáticos; unos fríos y otros cálidos, como el que estamos viviendo ahora. Entonces, nuestras plantas (tubérculos como la papa, oca, olluco, mashua; granos, como el maíz, la quinua, la achita, la cañihua y demás plantas alimenticias que se ha originado en los andes) ya están acostumbradas a estos cambios climáticos y por lo tanto, juntamente con los saberes andinos son una alternativa de adaptación al cambio climático actual. Por otra parte, en este largo periodo de 14,000 años, también se han desarrollado saberes de crianza de esta gran diversidad de plantas (señas: como el mayor o menor brillo de las estrellas, la mayor o menor floración de ciertas plantas silvestres y el cambio de comportamiento o coloración de la piel o pelaje de animales silvestres como el zorro, el sapo, etc, etc). Estos cambios nos dicen si el año va a ser con poca o mucha lluvia; y para una agricultura bajo lluvia (agricultura de secano) este dato es muy importante para que el campesino decida que sembrar, donde sembrar y cuando sembrar. De esta manera los astros, las plantas y los animales-señas, están haciendo ayni con nosotros y por lo tanto en la época de cosecha debemos hacerles probar los primeros frutos de las chacras (ritual de agradecimiento). También son parte de esta sabiduría los secretos, como la influencia de las fases de la luna sobre el crecimiento de las plantas y la reproducción de los animales, como las llamas y 1
alpacas, que también son originarias de los andes. Un buen criador de plantas o animales siempre está mirando la luna para realizar sus labores de cultivo; él sabe muy bien, en que luna debe sembrar o cosechar y en que luna no debe trabajar la chacra o hacer el empadre de las llamas y alpacas. Esta sabiduría es solo un ejemplo de los muchos secretos de crianza que sabe un buen criador. La agricultura andina, está llena de secretos de crianza. Hay secretos, no solo para la crianza de plantas y animales, sino también para realizar prácticas de curación, no solo de los animales sino también de los humanos. También hay secretos para la preparación de la diversidad de comidas sabrosas, sanas y curativas. Otra sabiduría milenaria son las diferentes prácticas de cultivo (barbecho, siembra, deshierbo, aporque, cosecha, almacenamiento y transformación de los productos de las chacras). Por ejemplo, se hacen los surcos de una determinada manera, cuando las señas nos dicen que el año va a ser seco, y de otra manera, cuando el año va a ser con mucha lluvia. Una práctica de cultivo importante, es la siembra en mezcla de especies y variedades de plantas en una misma chacra; Por ejemplo, sembrar mezclas de variedades de maíz, juntamente con mezclas de variedades de quinua, achita, calabaza, caihua y otras plantas más. En estas mezclas de especies y variedades, unas son resistentes a sequía y otras a excesos de humedad, otras a heladas, a granizadas que son los fenómenos atmosféricos que todos los años se presentan con mayor o menor intensidad y frecuencia en los andes. Una misma familia tiene varias chacras, situadas en diferentes lugares de la comunidad, de tal manera que puede sembrar mezclas de granos andinos en varias chacras situadas a diferentes alturas y en diferentes momentos, es así, que se tiene una siembra muy temprana en el mes de agosto; antes de que empiece la época de lluvias, a esta siembra, en quechua se le llama mishka o mahuay y en aymara milli. Cuando comienzan las lluvias, se siembra un mayor número de chacras. A estas siembras se les conoce como hatun tarpuy (siembra grande), que a su vez se hace en tres momentos: una siembra temprana (ñawpa tarpuy), otra intermedia (chaupi tarpuy) y otra tardía (qepa tarpuy). Esta gran sabiduría, de sembrar en cada chacra mezclas de especies y variedades, en chacras situadas a diferentes alturas y en diferentes momentos, permite siempre obtener de las chacras, suficiente comida para todo el ayllu (runas, sallqa, wakas) sea el año con poca lluvia o con mucha lluvia. Esta siembra en mezclas en diferentes lugares y diferentes momentos, sólo es posible hacerlas, mediante un trabajo comunitario en ayni o minka. Cada comunidad campesina tiene su propio Pacha, que viene a ser la casa donde vive el ayllu, el cual como ya dijimos está constituido por los humanos, deidades y naturaleza, por las cuales se siente un respeto y cariño de familia, así la Pachamama es nuestra madre que nos cría, alimenta, cura y protege, por la cual se siente el mismo respeto y cariño, que un hijo siente por su madre biológica; también somos hijos de nuestra madre - agua (Yacu Mama); de la madre - 2
semilla (kawsay Mama), de la madre - luna (Mama Killa); del Padre - Sol (Taita Inti) también los Apus o Taita Huamanis (cerros sagrados que nos protegen y amparan) ellos son nuestros abuelitos. En el idioma Aymara, a los cerros sagrados se les llama Achachila, que quiere decir abuelito, y los humanos, somos sus allchis (nietos o nietas). Las Wakas, Sallqa y los Runas, que viven en una misma comunidad o Pacha, son nuestra familia o ayllu. Todos sabemos hacer chacra y entre todos (runas, Wakas, sallqa) hacemos ayni para criar las chacras con sus señas, secretos y prácticas de cultivo; realizando antes de comenzar cada práctica de crianza, un ritual, pidiendo permiso o licencia en señal de respeto. Solamente así cosecharemos las diferentes semillas que sembramos, con su ánima o qamasa fortalecida, de tal manera que duren, no se acaben pronto en el taqe (almacén familiar) y nos alimenten y nutran bien. Ahora que se avecinan momentos difíciles, debido al cambio climático, debemos recordar y practicar estos saberes de crianza, conversando con nuestros mayores (campesinos que tienen buena mano para criar diversidad de plantas y también con los abuelos).estos saberes de crianza de las chacras (señas, secretos y prácticas de cultivo) son los que permiten tener diversidad de semillas que son la base para preparar la diversidad de comidas que tanto nos gusta, no solo a los runas sino también a las huacas y la sallqa. Cultivar la diversidad y variabilidad de semillas, en mezclas de cultivos en varias chacras, por más pequeñas que estas chacras sean y con sus propios saberes de crianza (señas, secretos, prácticas de cultivo) no es suficiente; es necesario pedir a nuestras deidades, tanto andinas como católicas, mediante los llamados rituales que nos acompañen y protejan, para tener cosechas para compartir entre todos (runas, huacas, sallqa). Los rituales, en este sentido, no son actos de hechicería, brujería, o superstición, como llaman los que no ven con buenos ojos a nuestra cultura, sino, son manifestaciones de respeto y cariño a nuestra madre naturaleza y a todas las deidades que la integran. El campesino que le gusta hacer chacra, siempre está ritualizando, así antes de iniciar el barbecho, siembra, cosecha, almacenamiento, siempre está pidiendo licencia o agradeciendo mediante un ritual a las deidades. Poner un quinto de hojitas de coca, con chicha o vino, siempre que se haga con todo el corazón; nuestras deidades lo recibirán con sumo agrado. No es necesario hacer grandes y costosas mesas rituales, lo que es importante aquí es el cariño con que se le entrega a la Pachamama, a los Taita Huamanis, Apus o Achachilas. Cuando se cultivan las chacras con todos sus rituales, señas, secretos y prácticas de cultivo, siempre tendremos suficiente comida para compartir entre todos (runas, sallqa, huacas) a esto es lo que ahora estamos llamando Suficiencia Alimentaria. Hay grandes rituales, que los abuelos de nuestros abuelos, es decir, que en el tiempo de las culturas pre hispánicas (Chavín, Wari, Tiahuanaco, Inca) se realizaban en los ahora denominados restos arqueológicos (Chavín de Huantar en Ancash; Vegachayoq Moqo Wari en Ayacucho; Kalasasaya en Bolivia; Qoricancha, Sacsayhuaman, Raqchi, Moray, Tipón, Vilcabamba. en Cusco); Las evidencias, cada vez más claras, que ahora encontramos en estos 3
lugares sagrados, nos están diciendo, que son centros rituales, es decir, son lugares de mucho respeto, donde se realizaban los grandes rituales de invocación a todas las deidades, para que las chacras crezcan bien y también los grandes rituales de agradecimiento por las cosechas obtenidas. En los grandes patios rituales de estos centros ceremoniales, no solo se efectuaban los rituales, sino también el intercambio cariñoso de la diversidad de semillas (Watunakuy), que para esos momentos, traían las diferentes comunidades, que concurrían en peregrinación a estos lugares sagrados; de tal manera que después de estas ceremonias, cada comunidad regresaba a sus lugares de origen llevando mayor diversidad de semillas, para compartirlas con los otros miembros de su comunidad, pues sabían muy bien, que sembrando diversidad de semillas en mezclas, con sus señas, secretos, prácticas de cultivo y sobre todo con sus rituales, siempre tendrían Suficiencia Alimentaria, que en palabras de un campesino de la comunidad de Jocos (Cajamarca) es: Sembrar de Todo, para Comer de Todo, entre Todos (runas, sallqa, huacas). En estos tiempos de cambio climático, donde los expertos dicen que cada vez vamos a tener menor cantidad de agua de lluvia para nuestros cultivos, es necesario, volver a peregrinar hacia nuestros centros sagrados que nos han dejado los abuelos de nuestros abuelos, para seguir invocando que no nos falte agua de lluvia para nuestras chacras, y también para intercambiar ritualmente la diversidad y variabilidad de semillas,que son nuestro respaldo para tener Suficiencia Alimentaria sea el año con poca lluvia o con mucha lluvia y en un contexto de cambio climático. Cada vez más, hay que recordar una y otra vez, que la diversidad de nuestras semillas y también animales originarios de los andes, ya están adaptados a los cambios climáticos que han ocurrido en el pasado (14,000 años) y que esta gran diversidad sembrada en mezcla con sus rituales, saberes, secretos y prácticas de cultivo, es ahora nuestra alternativa económicamente más viable para tener Suficiencia Alimentaria en un contexto de Cambio Climático Cálido como el que estamos vivenciando ahora. En esta crianza ritual es también importante recuperar y fortalecer nuestra buena costumbre de trabajar comunitariamente en ayni y minka. Solo trabajando en ayni y minka, podremos hacer que brillen nuestras chacras y también el paisaje que las rodean, pues, no puede brillar la chacra si no brilla también el paisaje para lo cual debemos criar agua (siembra y cosecha de agua de lluvia en las qochas, puquiales); para que no les falte agua a nuestras plantas, a nuestros animales y sobre todo a las familias que viven en nuestras comunidades. También para que brille el paisaje debemos criar suelo, mediante andenes, cercos de piedra o sembrando alrededor de nuestras chacras, árboles, arbustos y hierbas nativas, para de esta manera, también criar en nuestras chacras microclimas favorables para el crecimiento y desarrollo de las plantas y para protegerlas de las heladas, granizadas y vientos fuertes que pueden tumbarlas. También es muy importante recuperar y recrear el respeto a nuestras Autoridades Tradicionales para la crianza de las chacras y el paisaje, el cuidado de animales de la comunidad (Hatun Alcalde, Campo Alcade, Sallqa Alcalde, Varayoq, Marani, Jilacata ) ellos son nuestros Padres Madres que nos guían para que la crianza de las chacras vaya bien. Ellos crían a todo el Ayllu, a toda la comunidad, y al Pacha. También armonizan la vida en la 4
comunidad, mediante rituales comunitarios, cuando hay dificultades que afectan a toda la comunidad (fuertes heladas, granizadas, fuertes daños a nuestras plantas causados por insectos y enfermedades o líos, peleas entre los miembros de la comunidad). Si no respetamos a nuestras autoridades, es difícil criar en nuestras chacras la diversidad de semillas con su ánima fortalecida. También es necesario recordar y volver a transitar los caminos de la sabiduría campesina para criar diversidad de nuestras semillas. Estos caminos van más allá de nuestras comunidades, van desde la costa, pasando por la sierra hasta la selva alta y aún selva baja. Los antiguos criadores llevaban y traían diversidad de semillas y sus saberes de crianza, visitando otras comunidades donde hacían el intercambio ritual (Trueque) de la diversidad de semillas. Este intercambio ritual y cariñoso de semillas (Watunakuy), como ya expresamos anteriormente, se realizaban en los centros ceremoniales pre hispánicos, ahora llamados restos arqueológicos, donde nos reuníamos para invocar a nuestras Wakas, para que nos acompañen haciendo ayni con nosotros, para tener Suficiencia Alimentaria para todos (humanos, naturaleza y deidades). Sólo teniendo Suficiencia Alimentaria, podemos seguir vivenciando, el ahora denominado Allin Kawsay (vivir bien). En el sentimiento de los campesinos, el vivir bien, es Vivir Bonito en Familia. Ayllupy Sumac Kawsay, vivir respetándonos entre humanos, naturaleza y deidades; solo así vivimos con bienestar, no solo material sino espiritual, aferrándonos a nuestras milenarias costumbres, esto no quiere decir que nos aferremos al pasado, nosotros siempre estamos criando cualquier innovación que desde afuera, la modernización nos trae, y si esta innovación contribuye a nuestro bienestar material y espiritual, lo incorporamos como una más de nuestras costumbres, en caso contrario, simplemente lo olvidamos. En los andes hacer rituales para criar la diversidad de semillas en la chacra y el paisaje, es recuperar el respeto a la naturaleza es decir a nuestra Pachamama, a los Taita Huamanis o Apus y demás deidades dentro de las cuales se incluyen también a Jesucristo a quien consideramos nuestro padre, a las vírgenes que son nuestras madres y los santos de la iglesia católica a quienes también los hemos criado con mucho cariño y respeto, para que ahora nos ayuden a criar las chacras, es decir en 500 años los hemos vuelto chacareros (San Isidro Labrador, San Santiago, que en España era un santo guerrero, ahora en el valle del Mantaro es Taita Shanti que protege y cría el ganado). En los andes, sin rituales, no hay crianza de la diversidad y variabilidad de las semillas que sustentan y sustentarán la Suficiencia Alimentaria para todos (runas, sallqa, wakas). Mientras los campesinos crían con respeto y cariño la diversidad y variabilidad de plantas y animales, el técnico agrícola maneja, en base a conocimientos tecno- científicos, la uniformidad de plantas genéticamente mejoradas, es decir maneja monocultivos con criterios de rentabilidad y competitividad en función al mercado. Aquí no hay lugar para las expresiones de cariño y respeto (rituales) a nuestras Kawsay Mama. Entonces, es diferente la manera como el campesino cría con respeto y cariño la diversidad de sus plantas en sus 5
chacras y como el técnico maneja la uniformidad de plantas mejoradas (monocultivo) utilizando fertilizantes y pesticidas (remedios químicos). Para el campesino las plantas que cultiva con cariño y dedicación, cuando recién brotan en la chacra, son sus hijos o hijas. Son sus hermanos o hermanas, cuando florecen y entonces baila con ellas en la fiesta de los carnavales y son su madre (Kawsay Mama) cuando después de la cosecha y luego de ser guardada en el almacén, nos alimentan de la misma forma como una madre alimenta a sus hijos. Debemos cuidar la naturaleza que crece en nuestras comunidades, allí viven las plantas y animales señas que nos dicen sobre las condiciones del clima. Debemos también defender nuestras costumbres porque de ellas depende nuestra Vida Dulce. Ayllupi Sumac Kawsay. 6