Reporte Semanal 4 de mayo de 2018 Volumen 2, N 267
Empleo de bajo valor agregado para la economía En febrero el Indicador Global de la Actividad Económica aumento 2.4% en términos anuales. La tasa de desocupación en marzo fue de 2.9%. La economía de nuestro país exhibió un mejor desempeño durante el segundo mes del año en curso ya que, a diferencia de lo ocurrido durante el mismo período de 2017, las tres principales actividades económicas se ubicaron en terreno positivo. Por su parte, las cifras en torno a la desocupación continúan evolucionando favorablemente al considerar que durante el mes de marzo pasado se presentó una de las tasas más bajas desde que se tiene registro; sin embargo, las condiciones actuales del mercado laboral reflejan que la calidad de los puestos de trabajo continúa siendo deplorable en la mayoría de los casos. El Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) durante febrero pasado mostró una tasa de crecimiento anualizada de 2.4% como resultado de que sus tres componentes manifestaron una evolución positiva. El mayor incremento se registró en el desempeño de las actividades primarias cuya tasa de crecimiento fue de 8.3%, seguidas por las actividades terciarias que exhibieron un aumento de 2.9%. En el último lugar se ubicaron las actividades secundarias con un incremento de solo 0.7%, nivel que si bien contrasta con la cifra obtenida hace un año (-2.3%) aun refleja debilidad en el desempeño del sector secundario, particularmente porque las manufacturas han moderado su ritmo de crecimiento. Por otro lado, el incremento en el número de trabajadores registrados en el Instituto Mexicano del Seguro Social y la cantidad de personas ocupadas contabilizadas por la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo reflejan que el mercado laboral ha exhibido una tasa de crecimiento de mayor magnitud en comparación con la registrada por el IGAE. De esta forma, las cifras sugieren que la economía de nuestro país se encuentra prácticamente bajo la condición de pleno empleo, es decir, que la mayor parte de la población económicamente activa que busca un trabajo lo encuentra. Sin embargo, el problema que no se ha podido abatir es que las plazas laborales ofrecen condiciones salariales que resultan insuficientes para satisfacer las necesidades básicas de la población, situación que impide un crecimiento de mayor magnitud para la economía nacional. Del total de la población económicamente activa, solamente el 2.9% se encuentra desocupada. Sin embargo, el 48% de los desocupados son personas que cuentan con escolaridad de al menos nivel medio superior, lo cual implica que en la búsqueda de una oportunidad de trabajo es altamente probable que tengan que ocupar una posición laboral que no exija la aplicación de su preparación académica. Esto conlleva a que los ingresos provenientes del trabajo no sean del todo adecuados, de ahí que la tasa de subocupación sea de más del doble que la de los desocupados (7.3%); pero también implica que la producción económica se vea limitada. Crear plazas laborales que carecen de un alto grado de especialización provoca una menor generación de valor agregado para la economía nacional. Por más baja que sea la tasa de desocupación, el crecimiento de la economía no podrá abandonar su ritmo inercial si más de la mitad de la población ocupada se encuentra en la informalidad, sector que resta productividad y castiga a los trabajadores privándolos de prestaciones significativas como el acceso a las instituciones de salud y fondos para el retiro. La tarea pendiente no es generar la mayor cantidad de empleo en la historia de nuestro país, sino incrementar las fuentes de trabajo de calidad que se traduzcan en bienestar y desarrollo económico para la población.
Indicador Global de la Actividad Económica En febrero el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) registró un incremento de 2.4% en términos anuales, luego de que durante el mismo mes de 2017 su desempeño fue apenas marginal (0.4%). La mejora en el IGAE obedece a que todas las actividades económicas presentaron tasas de crecimiento positivas. El incremento más significativo se registró en las actividades primarias con un avance de 8.3%, seguidas por las actividades terciarias que aumentaron 2.9%. Por su parte, las actividades secundarias también se ubicaron en terreno positivo, pero su avance fue poco significativo al crecer solo 0.7%, cifra insuficiente para contrarrestar la caída observada hace un año (-2.3%). En lo que respecta a las tendencias, las trayectorias del IGAE y de la mayoría de sus componentes reflejan un comportamiento positivo. La única excepción se presenta en las actividades primarias cuya tendencia muestra señales de estancamiento. Un panorama similar se aprecia en los ciclos en donde los correspondientes al IGAE y a las actividades terciaras exhiben un movimiento favorable por encima del potencial; en contraste, el ciclo de las actividades primarias permanece a la baja y el pertinente a las actividades secundarias se encuentra estancado, ambos localizados por debajo de la tendencia de largo plazo. Lo anterior implica que el IGAE mantendrá un ritmo de crecimiento favorable en los meses por venir, limitado por el desempeño moderado de las actividades primarias y secundarias.
El repunte observado en las actividades terciarias obedece a que algunos de los subsectores de mayor participación en el sector de los servicios manifestaron un crecimiento más elevado en comparación con el que habían obtenido durante el mes de febrero de 2017. El ejemplo más significativo se presentó en el comercio al por mayor el cual logró recuperar parte del terreno perdido el año pasado al alcanzar una tasa de crecimiento anualizada de 5.9%. Un comportamiento similar se presentó en el comercio al por menor (2.7%) y en los servicios de transporte (2.8%), que si bien en 2017 se habían ubicado en terreno positivo, su tasa de crecimiento alcanzó una mayor magnitud en el año en curso. Por otro lado, aun cuando la mayoría de los componentes de las actividades terciarias alcanzaron un mejor desempeño, hubo algunos subsectores que reportaron una tasa de variación más pequeña en relación a la observada en febrero de 2017. Tal fue el caso en los servicios financieros (2.7%) y los servicios profesionales (2.8%), pero el desempeño menos favorable del período se presentó en los servicios de esparcimiento, único subsector que presentó una caída con respecto a los resultados obtenidos hace un año (-0.7%).
En lo que respecta a las tendencias, la mayoría de las actividades terciarias muestran una trayectoria al alza con excepción de los servicios de alojamiento y los servicios de esparcimiento ya que en ambos casos se aprecian señales de estancamiento. Por su parte, los ciclos presentan un panorama más heterogéneo ya que solo el comercio al por menor, las actividades legislativas y los servicios educativos manifiestan un comportamiento positivo que se ubica por encima de la tendencia de corto plazo, de tal forma que se espera que su desempeño sea favorable durante los próximos períodos. Otras actividades que muestran un movimiento positivo en su ciclo son los servicios financieros y los servicios profesionales, pero estos se ubican todavía por debajo del potencial por lo que su crecimiento podría ser más moderado en los meses por venir. Finalmente, las actividades que exhibieron ciclos con trayectorias negativas fueron los servicios de transporte, los servicios de esparcimiento y los servicios de alojamiento, actividades que podrían exhibir un menor ritmo de crecimiento en los próximos períodos.
Desocupación Durante el mes de marzo pasado la tasa de desocupación a nivel nacional fue de 2.9%, cifra ligeramente por debajo del 3.2% alcanzado durante el mismo período de 2017. En el caso de los hombres, su tasa de desocupación reportó una magnitud similar a la obtenida a nivel nacional (2.9%), en tanto que para las mujeres la magnitud fue ligeramente más alta (3.0%). La tendencia de la tasa de desocupación permanece a la baja, condición presente en el mercado laboral de nuestro país desde el último trimestre de 2011, además de que la misma situación se ve reflejada en los niveles de desocupación tanto para los hombres como para las mujeres. De esta forma, es probable que en los próximos meses la tasa de desocupación mantenga una magnitud similar a la de los períodos recientes ubicándose en los niveles más bajos desde que se tiene registro, aunque ello no implica una mejora en las condiciones del mercado laboral.
A nivel estatal se aprecian diferentes condiciones a lo largo de todo el territorio nacional. Los niveles de desocupación más altos se presentaron en Tabasco (7.6%) como consecuencia de la crisis que sufre la industria de la fabricación de los productos derivados del petróleo, una de las principales actividades económicas de la entidad. En contraste, las tasas de desocupación más bajas a nivel nacional se reportaron en Guerrero (1.2%) y en Oaxaca (1.3%) como resultado principalmente de la migración de la fuerza de trabajo hacia otras entidades debido a la falta de infraestructura y mejores condiciones salariales, así como los problemas inherentes a cada entidad en materia de inseguridad y calidad de vida. En lo que respecta a las condiciones del personal desocupado, no se observan avances importantes durante el último año. En materia de la desocupación por antecedente laboral, se presentó prácticamente el mismo porcentaje de 2017 en relación al personal desocupado que cuenta con experiencia laboral previa (88.6%), de tal forma que continúa siendo más complicado encontrar una fuente de empleo para aquellas personas que cuenta con destreza profesional previa que para aquellas que carecen de dicha condición.
Lo anterior también se ve reflejado analizar la estructura de la desocupación con base en el nivel de instrucción de la población. El 48.2% del personal desocupado posee un grado de escolaridad de al menos nivel medio superior, escenario que contrasta con tan solo el 3.1% del total de los desocupados cuyo nivel de preparación no alcanza los conocimientos equivalentes a la primaria completa. Lo anterior implica que los puestos de trabajo que se están generando no requieren de personal altamente capacitado o con experiencia previa, de manera que las remuneraciones para dichos puestos de trabajo no sueles ser tan elevadas e incluso el valor agregado que aportan a la economía suele ser muy bajo. Por otro lado, la tasa de subocupación que mide el porcentaje de la población ocupada que tiene la necesidad y disponibilidad de ofertar más tiempo de trabajo de lo que su ocupación actual le demanda, representó el 7.3%, cifra ligeramente más alta a la registrada en marzo de 2017 (7.0%). Adicionalmente, la tendencia de la subocupación ha detenido su trayectoria a la baja y actualmente se encuentra estancada, por lo que luce probable que la magnitud de la tasa de subocupación se mantenga en niveles similares a los observados recientemente.
Dra. María F. Fonseca Paredes Decana - Región Sur Directora del CIEN Escuela de Negocios Tecnológico de Monterrey Tel.: +52 1(55) 2737 5691 maria.fonseca@itesm.mx Máster Héctor Manuel Magaña Rodríguez Coordinador de Análisis e Investigación del CIEN Tel.: +52 (55) 5864 5630 hector.magana@itesm.mx Dr. Leovardo Mata Mata Colaborador del CIEN Cien Itesm @cien_itesm Blog http://cienitesm.blogspot.mx Derechos Reservados 2012 Tecnológico De Monterrey, Campus Estado De México Prohibida Su Reproducción Parcial O Total Por Cualquier Medio O Método Sin Autorización Previa Por Escrito Del Tecnológico De Monterrey