Reporte Semanal 13 de octubre de 2017 Volumen 2, N 247
Inflación limitará el consumo interno La inflación en septiembre fue de 6.3% en términos anuales. De enero a julio la inversión fija bruta acumuló una caída anualizada de 1.4% A pesar del ritmo acelerado de la inflación, la creciente incertidumbre sobre las políticas comerciales del presidente Donald Trump y la débil confianza de los consumidores, la economía mexicana se mantiene en terreno positivo. Uno de los factores que han contribuido a lo anterior es la evolución favorable que ha mostrado el consumo privado. Tan solo durante el segundo trimestre del presente año su tasa de crecimiento anualizada fue de 4.4%,; sin embargo, éste podría moderar su desempeño en los próximos meses debido a que los niveles inflacionarios permanecerán por encima de la meta del Banco de México (2-4%) por lo que resta del 2017. Durante septiembre el Índice Nacional de Precios al Consumidor registró un aumento de 6.3% a tasa anualizada. Nuevamente, el precio de los energéticos ha sido uno de los elementos de mayor impacto en la evolución de la inflación. El incremento observado en el mes en cuestión fue de 15.3% en términos anuales y se dio como consecuencia de los crecimientos porcentuales de doble dígito en los precios del gas doméstico LP (24.4%), la gasolina de alto (21.6%) y bajo octanaje (16.1%), y el gas doméstico natural (12.8%). Lo anterior se ha visto traslado a los costos de transportación de las materas primas, de los productos finales, así como en la movilidad de las personas, ya que el incremento en el nivel de precios de los servicios de transporte fue de 10.1%. Ante tal escenario, el Banco de México optó por no realizar modificaciones a la política monetaria ya que durante su última reunión efectuada el 28 de septiembre pasado, el Banco Central decidió mantener la tasa de interés de referencia sin cambios en 7.0%. Al parecer, dicha decisión se mantendrá por lo que resta del año a la espera de que en 2018 la inflación converja hacia sus niveles objetivo. No obstante, las expectativas en torno a un posible incremento de 25 puntos base en la tasa de interés por parte de la Reserva Federal en diciembre han cobrado fuerza y, de concretarse, éste incidente podría provocar modificaciones en la estrategia del Banco de México. Un alza en las tasas de interés sin duda tendría un impacto desfavorable en la evolución del consumo interno. Los consumidores mexicanos han podido sortear los altos niveles inflacionarios que se han mantenido desde principios de 2017 debido a que el crédito, particularmente el destinado para el consumo, continúa fluyendo aunque de manera menos dinámica (9.5% en junio pasado luego de un aumento de 13.3% durante el mismo mes del año pasado). Por lo tanto, un incremento en las tasas de interés tendería a encarecer las deudas futuras, mermando la adquisición de bienes y servicios no solo de los consumidores, también de las empresas. De hecho, la inversión fija bruta acumuló una caída anualizada de 1.4% de enero a julio del año en curso y es altamente probable que dicha variable culmine el 2017 en terreno negativo. Para lo que resta del año, uno de los principales desafíos que enfrentará la economía de nuestro país será mantener bajo control los incrementos en la inflación derivados del abrupto ajuste en los precios de los combustibles cuya liberalización continuará en los meses siguientes. Es de esperar que la inflación cierre 2017 en un nivel cercano al 6.0% y que logre alcanzar la cifra objetivo del Banco de México hacia mediados del próximo año. Adicionalmente, la confianza del consumidor ha repuntado luego llegar a su punto más bajo a principios de año, pero todavía su recuperación no es lo bastante sólida. Estos dos factores tendrán un impacto en la evolución del consumo interno, que si bien se mantendrá en terreno positivo, su tasa de crecimiento tenderá a desacelerarse en los próximos trimestres.
Inflación El pasado mes de septiembre el índice Nacional de Precios al Consumidor registró un crecimiento de 6.3% con respecto al mismo mes del año pasado. Dicho comportamiento fue impulsado por el total de la inflación no subyacente que mostró un aumento de 11.3% motivada por los fuertes incrementos en el precio de los energéticos y en el de algunos alimentos de consumo frecuente. De hecho, la inflación pertinente a los productos de la canasta básica sufrió un aumento de 8.1%, cifra por encima del 1.6% reportado durante el mismo mes de 2016. Por el contrario, los precios al productor aumentaron en una magnitud inferior a la observada hace un año (4.5% comparado con 6.4%); de tal forma que con éste van ya cuatro meses consecutivos en los que su variación anualizada presenta una desaceleración en su ritmo de crecimiento, luego de que enero de 2017 había alcanzado su nivel más elevado (9.8%). Por otro lado, de las 46 ciudades del país que se toman como muestra para medir el comportamiento de la inflación, en 22 de ellas se presentó un incremento más alto con respecto a la cifra obtenida a nivel nacional. Las localidades con los aumentos más significativos del período fueron Ciudad Acuña (8.7%), Ciudad Jiménez (8.4%) y Mexicali (8.1%); mientras que las ciudades con las variaciones de menor magnitud en su nivel de precios fueron San Andrés Tuxtla (4.9%), Tehuantepec (5.2%) y Acapulco (5.3%).
En lo que respecta al objeto del gasto, los servicios de transporte exhibieron el nivel inflacionario más elevado (10.1%) como consecuencia de los incrementos en los precios de los combustibles. Por su parte, los alimentos (8.3%) se ubicaron en segundo lugar afectados por los aumentos derivados de algunos productos de consumo frecuente, mientras que los servicios de salud (5.3%) ocuparon la tercera posición. En contraste, la vivienda (4.0%) y la ropa (4.4%) fueron los bienes con los ajustes menos significativos en su nivel de precios. En materia de alimentos, los productos de origen animal mostraron mayores variaciones inflacionarias más moderadas en comparación con los de origen vegetal. La leche (8.2%), el huevo (6.8%) y el pollo (6.7%) mostraron incrementos que superaron los observados en el maíz (3.9%) y el arroz (5.8%); mas no aquellos que exhibieron el frijol (10.3%) y el jitomate (11.4%), éste último con la tasa de crecimiento más elevada de los productos analizados como consecuencia de la pérdida de cosechas por factores climatológicos diversos.
Una de las variaciones más significativas se presentó en los energéticos cuyo incremento ascendió a 15.3%, luego de que durante septiembre de 2016 no se había exhibido variación alguna en términos anuales (0.0%). El producto con el aumento más significativo fue el gas doméstico LP (24.4%), lo cual llama particularmente la atención ya que el año pasado había exhibido una tasa de crecimiento negativo (-7.5%). Por su parte, la gasolina de alto octanaje (21.6%), la de bajo octanaje (16.1%) y el gas doméstico natural (12.8%), reportaron incrementos de doble dígito que contribuyeron al alza general en el nivel de precios de los energéticos. Solamente la electricidad presentó un aumento anualizado moderado (2.5%). En cuanto a la inflación por nivel de ingresos, se aprecia nuevamente que las personas que obtienen los salarios más bajos se vieron afectados por los incrementos en el nivel de precios más elevados. De esta forma, aquellos trabajadores que ganan cuando mucho un salario mínimo al día registraron una inflación de 7.1%, mientras que las personas que devengan más de 6 salarios mínimos registraron un nivel inflacionario de 6.1%. Tal fenómeno podría hallar su explicación en que los individuos que se ubican en el rango salarial más bajo destinan la mayor parte de sus recursos en la adquisición de productos básicos para la alimentación, de manera que la inflación de 8.1% de la canasta básica tiene un impacto mayor en dicho sector de la población en comparación con aquellos que obtienen ingresos más elevados y una mayor diversificación en la adquisición de productos.
Confianza del consumidor Durante septiembre el Índice de Confianza del Consumidor aumentó 6.1% en términos anuales, debido a que todos los elementos que lo conforman registraron un mejor desempeño en comparación con los resultados obtenidos en el mismo mes del año pasado. El componente que mostró el avance más significativo fue el que mide las posibilidades en el momento actual de los integrantes del hogar comparadas con las de hace un año, para realizar compras, tales como muebles, televisor, lavadora y otros aparatos electrodomésticos, el cual reveló un incremento anualizado de 9.3%. Por el contrario, el elemento con la tasa de crecimiento de menor magnitud fue el que contempla el sentir de los consumidores mexicanos en torno a la situación económica del país hoy en día, comparada con la de hace 12 meses, con un aumento de 2.8%. Adicionalmente, las cifras desestacionalizadas revelan que este es el octavo mes consecutivo en el que la tasa de crecimiento de la confianza de los consumidores se ubica en terreno positivo, aunque es apenas el tercero al hilo en el que todos sus componentes registraron una variación mensual positiva. De esta forma, el indicador de confianza mostró un avance de 1.0% de manera mensual en donde el incremento más relevante se presentó en el elemento que toma en cuenta las posibilidades en el momento actual de los integrantes del hogar comparadas con las de hace un año, para realizar compras, tales como muebles, televisor, lavadora y otros aparatos electrodomésticos, con un aumento de 2.2%. Por su parte, el componente que cuantifica las opiniones sobre el sentir de la económica del país dentro de 12 meses, respecto a la situación actual, fue el que exhibió el ritmo de crecimiento menos acelerado al aumentar 0.1%.
De esta forma, los resultados favorables del indicador de confianza a lo largo de los últimos 8 meses han permitido que su tendencia muestre una trayectoria positiva. Tal escenario podría implicar que los niveles de confianza del consumidor mantengan cifras positivas en los meses por venir; sin embargo el incremento en el nivel de precios podría limitar su evolución, afectando particularmente al indicador que registra las posibilidades de adquisición de los bienes durables.
Inversión fija bruta El desempeño de la inversión fija bruta continúa a la baja y no se vislumbra una recuperación en el corto plazo. Durante el mes de julio, la tasa de crecimiento mensual de la inversión fija bruta de nuestro país fue de -1.5%, de tal forma que en los primeros 7 meses de 2017 solo se ha presentado una variación positiva en un par de ocasiones. A diferencia de períodos anteriores, en esta ocasión el desempeño mensual de la inversión en maquinaria y equipo se ubicó en terreno negativo (-0.7%) afectada por los malos resultados de las adquisiciones importadas (-4.5%). Por su parte, la inversión en construcción registró una variación positiva (0.5%), la cual no fue suficiente para compensar la caída obtenida durante junio pasado (-2.5%). En términos acumulados, la inversión fija bruta acumuló cifras negativas de enero a julio del año en curso (-1.4%). Si bien la maquinaria y equipo exhiben resultados favorables (2.6%), el mal desempeño de la inversión en construcción (-4.0%) ha tenido un mayor impacto más severo en términos generales. No obstante, se espera que en los últimos meses de 2017 dicho rubro comience a recuperarse como resultado de las labores de reconstrucción que se llevarán a cabo en varias zonas del país tras los sismos ocurridos el 7 y 19 de septiembre pasados. En lo que respecta las tendencias, se observa que la correspondiente a la inversión fija bruta total presenta una trayectoria a la baja, influenciada principalmente por los resultados desfavorables de la inversión en construcción. De hecho, la tendencia de este rubro muestra también una tendencia a la baja, pero su caída es más profunda, por lo que las cifras negativas podrían seguir siendo una constante en la inversión en construcción al menos durante los meses previos de que inicien las obras de reconstrucción.
Por otro lado, la tendencia de la inversión en maquinaria y equipo se encuentra estancada debido a que el desempeño favorable que mostró la adquisición de bienes importados comienza a atenuarse, además de que el componente nacional exhibe una tendencia negativa. Lo anterior podría implicar que la inversión en maquinaria y equipo mantenga un ritmo de crecimiento similar al observado en los meses anteriores. De esta forma, la inversión fija bruta total podría exhibir una evolución negativa en los meses por venir, la cual podría moderarse ante una mejora en la inversión en construcción. No obstante, lo más probable es que el 2017 el acumulado de la inversión fija bruta termine en terreno negativo. Esto porque tanto a nivel público como privado la inversión estará restringida. Por un lado, los recursos destinados a inversión en el presupuesto de egresos fueron ajustados a la baja; y por otro, las expectativas de los empresarios con respecto al momento adecuado para invertir muestran el nivel más bajo en comparación con el resto de los componentes del indicador de confianza empresarial.
Dra. María F. Fonseca Paredes Decana - Región Sur Directora del CIEN Escuela de Negocios Tecnológico de Monterrey Tel.: +52 1(55) 2737 5691 maria.fonseca@itesm.mx Máster Héctor Manuel Magaña Rodríguez Coordinador de Análisis e Investigación del CIEN Tel.: +52 (55) 5864 5630 hector.magana@itesm.mx Dr. Leovardo Mata Mata Colaborador del CIEN Cien Itesm @cien_itesm Blog http://cienitesm.blogspot.mx Derechos Reservados 2012 Tecnológico De Monterrey, Campus Estado De México Prohibida Su Reproducción Parcial O Total Por Cualquier Medio O Método Sin Autorización Previa Por Escrito Del Tecnológico De Monterrey