La liga inglesa, la más atractiva para los inversores El futuro del deporte rey Cómo será el fútbol de los próximos años? La Premier League de Inglaterra es la competición que está señalando las pautas que marcarán el futuro del fútbol profesional en sus dos vertientes, la deportiva y la económica. Quien quiera unirse al club de los negocios multimillonarios, todavía está a tiempo; quien decida esperar, tal vez esté dejando escapar su último tren. 20 IESE ABRIL - JUNIO 2007 / Revista de Antiguos Alumnos
En la lista de compradores de equipos ingleses hay tres americanos, a los que esto del fútbol les cae un poco lejos, pero que saben cómo ganar dinero con el deporte. a fondo Fabio Herrera. 2. Mano fl echa. Ediciones Polígrafa El Liverpool FC ha sido uno de los últimos equipos ingleses que ha cambiado de dueño, uniéndose a la lista de históricos equipos ingleses que ya han pasado o cambiado de manos. Finalmente, los compradores han sido George Gillet, propietario de los Montreal Canadiens, equipo de la liga norteamericana de hockey sobre hielo (NHL), y Tom Hicks, dueño del equipo de béisbol Texas Rangers y del equipo de hockey sobre hielo Dalla Stars. Se cierra así una operación en la que también interesaron la Dubai Investment Company (DIC), controlada por la quinta familia más rica del mundo, o Robert Kraft, propietario del equipo de fútbol americano New England Patriots. Con la compra por parte de los americanos, el equipo más laureado de Inglaterra, los históricos Red Devils, se han unido a la lista cada vez más extensa de equipos ingleses de propiedad extranjera. Esta relación está encabezada por el todopoderoso Chelsea de Roman Abramovich, una de las fortunas más grandes de Rusia; el Manchester United, controlado por Malcom Glazer, un hombre de negocios que también es dueño del equipo de fútbol americano Tampa Bay Buccaneers; el Aston Villa, comprado por Randolph Lerner, propietario al mismo tiempo de los Cleveland Browns también de la liga de fútbol americano, y el West Ham, en manos de un consorcio islandés liderado por Bjorgolfur Gudmundsson que posee una fortuna superior a los mil millones de dólares. Y todo parece indicar que otros equipos están en camino: Manchester City, Tottenham Hotspur, Blackburn Rovers y hasta tal vez el mismo Arsenal. Resumen del artículo La liga inglesa está recibiendo en los últimos años inversiones multimillonarias y sus equipos cambian de manos. Los nuevos propietarios han visto la oportunidad de convertir a algunos de los más clásicos equipos europeos en auténticos negocios. En la actualidad, Inglaterra está liderando el cambio a muy buen ritmo. Si otras ligas de primer nivel no asumen el más que posible cambio de modelo en el deporte europeo, corren el riesgo de convertirse en competiciones de segundo nivel. Antonio Dávila Profesor Agregado, IESE, Iniciativa Emprendedora, Contabilidad y Control adavila@iese.edu Jan Simon Profesor Ayudante, IESE, Dirección Financiera jsimon@iese.edu IESE ABRIL - JUNIO 2007 / Revista de Antiguos Alumnos 21
Los nuevos dueños del fútbol inglés están convencidos de que la Premier League es un negocio en la actualidad y que cuenta con un enorme potencial en el futuro. Estos nuevos inversores son inversores activos que no invierten por la rentabilidad en sí, sino por la rentabilidad del negocio una vez que hayan cambiado la empresa. Tantos movimientos en la liga de fútbol más antigua y prestigiosa del mundo nos conducen a preguntarnos por qué razones estas grandes fortunas de todo el mundo han invertido e invertirán en un futuro en el fútbol. Es probable que este afán responda a la pasión de estos inversores por el fútbol y, del mismo modo que una persona aficionada a las motos se compra la que más le gusta, ellos se hacen con un equipo de fútbol, pero que sea inglés. Sin embargo, aunque nos pueda gustar esta respuesta, no parece ser la correcta. En la lista de compradores de equipos ingleses hay tres americanos, a los que esto del fútbol les cae un poco lejos, pero que saben cómo ganar dinero con el deporte. Los demás son personas que se encuentran en las listas de los más ricos del planeta, de modo que deben saber cómo ganar dinero. Por otra parte, los vehículos y estructuras financieras que están utilizando son complejos y están diseñados con el objetivo de obtener rendimientos competitivos. Por ejemplo, la compra del Manchester United es, en realidad, un Leverage Buy Out (LBO, compra apalancada en deuda), en la que una tercera parte de los 700 millones de libras está suscrita por tres de los hedge funds más grandes del mundo. Uno de los principales candidatos para adquirir el Liverpool fue la Dubai Investment Company, que siempre busca en sus inversiones rendimientos superiores al 15% anual. Estos ejemplos nos llevan a concluir que los nuevos dueños del fútbol inglés están convencidos de que la Premier League es un negocio en la actualidad y que cuenta con un enorme potencial en el futuro. Estos nuevos inversores son inversores activos que no invierten por la rentabilidad en sí, sino por la rentabilidad del negocio una vez que hayan cambiado la empresa. Al parecer, estos inversores, después de analizar las diversas ligas, han visto en Inglaterra una relación riesgo-retorno superior a la de las ligas americanas. Ven posible transformar la liga inglesa en un negocio mucho más rentable de lo que es hoy día. Un negocio de números estratosféricos El fútbol en Inglaterra es un negocio que requiere cada vez más dinero para poder participar. El trato con que se ha cerrado la compra del Liverpool por parte de Gillet e Hicks, incluye aproximadamente 342 millones de dólares para los accionistas, 89 millones para cubrir las deudas del club y el compromiso de invertir otros 393 millones en la construcción de un nuevo estadio... Las cantidades de dinero que manejan los mejores equipos ingleses ya son inalcanzables para los dueños tradicionales, de ahí la necesidad de vender a personas con gran capacidad de inversión. La rentabilidad del negocio es segura, a tenor de algunos datos y del casi infalible olfato de los inversores. Los nuevos contratos de televisión en la liga inglesa son un 40% más lucrativos que en otras ligas de primer nivel. La asistencia media a los partidos ha aumentado un 50% en los últimos diez años (aunque en la actualidad ya se ha estabilizado), un dato que contrasta con el estancamiento del número de espectadores que acuden a ver los partidos, por ejemplo, de la liga española. El número de seguidores extranjeros está creciendo rápidamente. Los equipos se están lanzando a la construcción de nuevos estadios, que resultan mucho más rentables que los antiguos, como saben desde hace tiempo las ligas americanas incluyendo su pequeña liga de fútbol y, cómo no, el fútbol inglés lo está empezando descubrir y a aplicar: el nuevo estadio del Arsenal, por ejemplo, atraerá más del doble en ventas que el estadio anterior. Tras los pasos del modelo americano Que el deporte es un negocio, y un negocio lucrativo, lo han demostrado las ligas americanas desde hace ya bastantes años. La liga de fútbol americano (NFL) es la liga más rentable del mundo. En esta competición, en la que los cambios de propiedad de los equipos son relativamente frecuentes, un equipo vale cerca de 1.000 millones de dólares y proporciona unos retornos superiores al 15% anual. Esta concepción del deporte profesional está entrando en Inglaterra y, en menor medida y a otro ritmo, en Europa continental. La gestión del deporte profesional se encuentra en una época de cambios radicales y, como consecuencia, cada vez resulta más compleja. La globalización de la demanda es un hecho. El Manchester United, por ejemplo, vende más camisetas fuera de Inglaterra que en su país. Los partidos de la liga inglesa se siguen en más de 150 países. Las nuevas tecnologías de telecomunicaciones permiten llevar las imágenes a cualquier punto del mundo y a cualquier aparato, desde el televisor tradicional que ya dispone de cientos de canales al ordenador o el teléfono móvil. Se trata, en definitiva, de un mercado que está todavía en 22 IESE ABRIL - JUNIO 2007 / Revista de Antiguos Alumnos
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La globalización de la demanda es un hecho. El Manchester United, por ejemplo, vende más camisetas fuera de Inglaterra que en su país. Los partidos de la liga inglesa se siguen en más de 150 países. Las nuevas tecnologías de telecomunicaciones permiten llevar las imágenes a cualquier punto del mundo y a cualquier aparato. Se trata, en definitiva, de un mercado que está todavía en sus inicios, pero que cuenta con un potencial enorme. sus inicios, pero que cuenta con un potencial enorme. El reto al que se enfrentan las diferentes ligas y cada uno de sus equipos es cómo transformar esta demanda en recursos que les permitan fichar el mejor talento y ofrecer el mejor producto. Más complejidad, mejores gestores Las cifras de inversión que se mueven y la complejidad del negocio demandan directivos tan bien o incluso mejor pagados que directivos de empresas en industrias tradicionales. De hecho, estos directivos gestionan los clubes como empresas. Así lo demuestra la mentalidad del actual director general del Chelsea y del Manchester United a finales de los noventa, Peter Kenyon, que ha dejado bien claro que su objetivo es hacer del Chelsea el mejor equipo del mundo en el año 2014 y obtener beneficios ya en 2010. Este directivo se ha marcado un objetivo a largo plazo y una estrategia para alcanzarlo. No se deja llevar por el corto plazo, sino por una meta a la que debe llegar en los próximos años. Y cuando se refiere a convertirse en el mejor equipo no se refiere únicamente al plano deportivo, sino sobre todo a la vertiente económica. Por tanto, está tratando de convertir al Chelsea en un gran negocio. Con este fin viaja a menudo por Estados Unidos y Asia, los dos mercados con mayor crecimiento, cerrando alianzas para construir la marca Chelsea. Por esta razón, los 140 millones de libras que perdió el año pasado no dejan de ser una inversión dentro del plan que su dirección se ha fijado. Y el resto de Europa? Desde la perspectiva española, la pregunta es: por qué estos inversores están comprando en Inglaterra y no en España? La respuesta es importante, porque si el dinero se va a Inglaterra, y en menor medida a Francia y Alemania, pero no a España, el futuro del fútbol español es cuanto menos preocupante. Todos sabemos que los equipos más ricos pueden fichar a los mejores jugadores, técnicos y directivos para ofrecer el mejor fútbol en el mundo. Si el dinero se va a otras ligas, es más que posible que España deba resignarse a dejar de ser como piensan y aseguran algunos una de las mejores ligas de Europa y convertirse en una competición de segundo nivel. Si el dinero se va a otros países debe ser porque el mercado es más atractivo. Los equipos ingleses trabajan de forma conjunta para crear la mejor liga de fútbol del mundo. Trabajan como profesionales atrayendo y pagando el mejor talento directivo que puedan encontrar. Trabajan conscientes de que el fútbol es una industria como cualquier otra, a la que difícilmente vendrá el sector público a socorrer en caso de dificultad. Trabajan sabiendo que compiten contra otros equipos como ellos no sólo en el terreno de juego, sino también en el campo de la gestión. Es decir, la liga inglesa ha entendido que para ser la mejor liga del mundo tiene que verse a sí misma como una industria que, además de establecer las reglas en el campo, tiene la responsabilidad de crear unas reglas de mercado. Por el contrario, las ligas europeas están plagadas de ejemplos de mala gestión de instituciones deportivas. En Francia, el caso del Saint-Etienne es paradigmático: era el equipo de referencia de los años sesenta y setenta. Entre 1967-1977 ganó ocho ligas y cinco copas. Sin embargo, una gestión deficiente provocó la llegada de una sequía de títulos y resultados, que arrastraron al equipo a la zona baja de la clasificación y, más tarde, a perder la categoría. Sólo ha vuelto a un nivel de alta competición en 2004. En la actualidad, la magnitud de las inversiones que se realizan llevan a los inversores a asegurar que al frente del negocio estén los mejores gestores, porque un fracaso por mala gestión sería letal. La incertidumbre de los resultados en el terreno de juego supone ya asumir suficiente riesgo como para no atar bien el cabo de la gestión. No cabe duda de que estamos comenzando a vislumbrar un nuevo modo de gestionar el fútbol profesional, en el que los jugadores y los técnicos continuarán siendo uno de los pilares de los equipos. Sin embargo, acumular talento deportivo en el terreno no servirá de gran cosa si entre bastidores no se gestiona bien la institución. Las semillas de este nuevo modelo de gestión deportiva se están plantando en estos momentos y los resultados no se verán hasta dentro de varios años. Si se reacciona cuando las inversiones que estamos viendo en Inglaterra empiecen a dar sus frutos, el coste para adaptarse será prohibitivo. La cuestión es si el fútbol español va a trabajar en equipo y con la vista puesta en el medio plazo o continuará con actitudes más individuales con una perspectiva centrada en el futuro inmediato. La gestión del fútbol está en plena fase de transición. En el caso del Liverpool como dicen sus seguidores, you ll never walk alone (nunca andarás solo), el club está saltando al nuevo mundo donde las reglas de juego han cambiado. 24 IESE ABRIL - JUNIO 2007 / Revista de Antiguos Alumnos
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