EL ISLAM César Tenorio Gnecco

Transcripción

1 1 EL ISLAM César Tenorio Gnecco Islam significa sumisión, y musulmán el que se somete a Dios. El Islam es una interpretación peculiar del universo y de la vida humana, más que una fe que no puede ser interpretada solo como un credo religioso; es una forma de vida cuyos principios regulan aspectos del hombre y de la sociedad, tanto espirituales como materiales, principios que en gran parte están definidos en la Sharia, la ley musulmana. La Sharia no es solo una recopilación del Derecho criminal y civil, es un código de ética, moralidad y obligaciones religiosas; elaborada por la ciencia religiosa islámica entre la segunda mitad del siglo VIII y el siglo IX, sobre la base de el Corán y de los Hadits, tradiciones del Profeta, se sistematizaron los principios que en estas dos fuentes estaban dispersos y faltos de orden; en ella se definen los dogmas en que los musulmanes deben creer y los deberes o prescripciones que deben observar. En los deberes definidos por la Ley se destacan dos grupos, uno de ellos incluye una serie de actos culturales que son llamados los Cinco Pilares de la Religión sobre los que se sostiene la fe musulmana: - La profesión de la fe. - La oración ritual que debe realizarse cinco veces a lo largo del día y cuyas horas, fijas, son voceadas por el almuédano, oración que exige la previa limpieza ceremonial y la colocación del cuerpo en dirección a la Kaaba, en la Meca. La oración consiste en una serie de gestos corporales y en un conjunto de formas coránicas, que tiene como emplazamiento idóneo la mezquita y especialmente la aljama, donde se celebra la oración solemne del viernes al medio día, dirigida ésta por el imán 1 ; el imán inicia la oración pronunciando un sermón en pie sobre el minbar y colocándose luego ante el mihrab recita las formas coránicas y ejecuta los gestos que son imitados por los asistentes. - La limosna, convertida prácticamente desde Mahoma en un sistema fiscal. - El ayuno obligatorio durante el mes del Ramadán, el noveno del calendario lunar islámico. - La pereginación a la Meca, que tiene dos modalidades, la pequeña peregrinación o Umra en la que solo se visita el Santuario de la Kaaba, y la gran peregrinación o Hajj, en la que además de la Kaaba se visitan los santuarios de Arafa, Muzdalifa y Mina, próximos a la Meca. Junto a estos Cinco Pilares, está la Guerra Santa, las prohibiciones alimentarias y la circuncisión. El segundo grupo de prescripciones incluye un cierto número de reglas sociales que inciden sobre la represión de delitos, la organización de la vida familiar y las limitaciones del derecho de propiedad. Todas estas prescripciones han permanecido uniformes, no obstante las divergencias que ofrecen las distintas escuelas del Derecho islámico. 2 Partiendo de la Ley y paralelamente a la elaboración de la Sharia, los teólogos y juristas definieron el cuadro de las instituciones públicas en las que se desarrollan la organización social, familiar y 1 guía, generalmente es un musulmán versado en las ciencias religiosas. 2 ROMERO GAMUZA María Rosa El Islám Historia del Arte y la Cultura, tomo 8, Editorial La Muralla, S. A. Madrid, 1984

2 económica, que pese a las variaciones de las escuelas del Derecho, países y épocas, principalmente en lo que respecta al ejercicio de la autoridad, ofrece un aspecto global de uniformidad a lo largo de la historia musulmana. 3 El Islam... es una fraternidad, una cofradía universal, de todos los creyentes. Todas las religiones han insistido en que los verdaderos hermanos son los que creen en una misma doctrina, pero este concepto de hermandad se mantiene sólo durante los períodos de predicación y persecución. En el Islam se sostuvo durante la época de su mayor apogeo y continúa manteniéndose en la actualidad. Un mahometano, especialmente si va camino de La Meca, entrará en la casa de cualquier creyente y será recibido como hermano, se sentará a la mesa y recibirá indefinida hospitalidad sin que por ello tenga que pagar posada. La peregrinación habituaba a los mahometanos a la vida; una vez cumplido el deber de visitar los lugares santos, se sentía el deseo de conocer otros países, ver gentes extrañas y ciudades lejanas, siempre dentro del área religiosa del Islam [...] En tierras de creyentes, el árabe del Corán era y es un idioma internacionalmente más difundido en todas las clases sociales que el latín en Occidente. Así, tanto la sinceridad con que creen los musulmanes como el deber de la peregrinación explican la semejanza estilística de los monumentos islámicos. Los relieves planos, sin formas salientes, indicadísimos para una pared de muralla expuesta al sol del desierto, se aplican asimismo al interior de las mezquitas y hasta en la decoración de los mihrabs, de los muebles y objetos de arte suntuario. Los temas son también semejantes. Así, tanto en el norte de África como en la India, los arabescos consisten en la intersección complicada y profusa de tallos y hojas estilizadas; pero las plantas peculiares del desierto, las hojas de parra a medio abrir, las granadas y las palmas se intercalan con pequeños tigres y leones, gacelas y pájaros de Oriente. Estas formas de estilo árabe se encuentran en los frisos de los castillos mesopotámicos, y es curioso advertir que, hasta en los más lejanos países, persiste el gusto por las lacerías semivegetales y geométricas. El artista musulmán siente repugnancia instintiva a las formas vivas en el estado en que se encuentran en la naturaleza, y llega al extremo de que, cuando puede disponer de frisos antiguos y capiteles corintios con hojas de acanto tiernas y jugosas, los corta en líneas secas y abreviadas, los labra de nuevo, abriendo con el trépano agujeros que reducen a esqueleto la flexible masa de las hojas frescas. Los capiteles romanos y griegos así rectificados abundan en las mezquitas que se levantan por el norte de África y en la de Córdoba; en cambio, los secos capiteles visigóticos casi nunca son deformados por los artistas musulmanes, quienes los colocan sobre las columnas satisfechos de su bárbara estilización geométrica [...]. 4 Mahoma al predicar el Corán en Arabia, donde el único arte era la poesía lírica cantada, apenas menciona las otras artes, si no es para desdeñarlas. 5 Las obras realizadas en la época preislámica por los árabes en Arabia y los territorios por ellos conquistados carecieron de toda pretensión artística, como son la Kaaba, en la Meca, perteneciente a la época anterior a Mahoma. Es el santuario por excelencia, la residencia de Dios en la Tierra; según 2 3 ROMERO GAMUZA María Rosa, El Islam, op. cit. 4 OTERO RIVERA, Miguel Salvador El Mundo Islámico, Trujillo Ediciones, Lima PIJOAN, José Arte islámico.

3 el Corán, fue construida por Adán para colocar en ella la Piedra Negra que sacó del Paraíso, la que está incrustada en el ángulo suroccidental de la Kaaba desde el 608; reconstruida por Abraham después que fuera destruida por el Diluvio, es un edificio sin decoración ni ventanas, cubierto con un tejado de troncos de palmera. A su alrededor, en la explanada que servía para ferias y reuniones tribales, había varios ídolos de piedra que, según la leyenda, el Profeta destruyó milagrosamente un día sin bajar del camello, con sólo señalarlos con el bastón. La casa que Mahoma levantó en Medina, adonde emigró el año de la Hégira 6, el 622; es un edificio de planta cuadrada con un patio central, enmarcado al sur por un cobertizo soportado por doble hilera de troncos de palmera, y al norte por otro más pequeño, con cámaras en sus costados para vivienda de sus esposas. 7 Refiriéndonos a Muhammad, bendito sea, Mahoma. Las únicas fuentes de que se dispone, aunque tomadas con reservas, para el conocimiento de Mahoma son los Hadits ( tradiciones hechos y dichos del Profeta, trasmitidos primero oralmente y después de forma escrita). 8 Hacia el 570 Mahoma nació en la Meca, en el clan de los Hashimíes de la tribu de Kuraysh. En los albores de su vida y practicando la ancestral religiosidad arábiga, trabajó en el comercio de las caravanas, casándose luego con Kadija. Tras una crisis religiosa se retiró al monte Hira durante un mes, donde recibió la primera revelación del Ángel Gabriel, desde ese momento hasta su muerte sintió la influencia divina de dos formas, la revelación propiamente dicha, que era la Escritura, el Corán, y la inspiración de Dios que le enseñaba a dirigir su conducta para transmitirla a sus fieles seguidores, la que se transmitiría a la posteridad a través de los Hadits. Tras su regreso del monte Hira 9 predicó en la Meca, ganando adeptos en su familia, su esposa Kadija, su primo Alí, el comerciante Abu Bark,y entre muchos libertos y esclavos que fueron atraídos por su doctrina, la que proclamaba la igualdad de todos los hombres. 10 Estos mismos presupuestos y el monoteísmo extremo del Islam fueron rechazados por los Kuraysh, cuya oposición hizo que Mahoma marchara a Yathrib, más tarde llamada Medina al- Nabi (Ciudad del Profeta). Su partida, la Hégira ( expatriación ), tuvo lugar el 16 de julio del 622, fecha que el califa Omar tomó como origen de la Era musulmana. En Medina, Mahoma unió a su actividad profética una acción política, centrando sus esfuerzos en la organización de la comunidad islámica (Umma), de la que era jefe espiritual y temporal, en el adoctrinamiento de las tribus judías de Medina y de los beduinos, y en los ataques a los kuraysh de la Meca. Con objeto de atraerse a los judíos, cuya religión completaba el Islam, adoptó varias de sus formas culturales, destacando la orientación de la orientación, que él impuso estuviera en dirección a Jerusalén. Por el rechazo judío, Mahoma les persiguió y modificó en el 624 las normas anteriores, 3 6 Era de los mahometanos, que empieza el 16 de julio de 622, día de la huida de Mahoma de la Meca a Medina. 7 En una de ellas fueron enterrados Mahoma, su hija Fátima y los dos primeros califas. 8 ROMERO GAMUZA María Rosario, op. cit. 9 Algunos dicen que allí oró 40 días y cuarenta noches. 10 Un poco de historia, necesaria para entender el inicio del Islam.

4 cambiando así la orientación de la oración hacia la Kaaba. Contra los Kuraysh emprendió numerosas razzjas (expediciones en busca de botín) para cubrir las necesidades materiales de los musulmanes y para desgastar la economía de la Meca. Desde el 630, en que conquistó la Meca, y hasta su muerte en 632 en Medina, intensificó la conquista territorial y la sumisión de los beduinos, hechos que le permitieron unificar casi toda la Península bajo su autoridad. A la muerte de Mahoma, el Islam se enfrentó a tres acontecimientos que imprimiría en él y en la civilización que de él emanó su carácter propio. Estos fueron: la sucesión de Mahoma, la conquista de un imperio y la evolución del Islam. La sucesión de Mahoma era un difícil problema para el que ni el Corán ni el propio Mahoma habían establecido ninguna reglamentación. Fue elegido Abu Bakr ( ) como Klalifa Rasul Allah ( sucesor del enviado de Allah ); con él, el primero de los cuatro califas inspirados, el Islam inició la conquista fuera de la Península, que prosiguieron con Omar ( ) y con Utmán ( ), cuya muerte por asesinato fue fruto de las conspiraciones surgidas por la aspiración al califato de Alí, primo y yerno del Profeta (casado con Fátima), y por ciertas acusaciones que se le hicieron de no estar conforme con la Ley en su gestión del Imperio. Estas conquistas, con las que dominaron Siria, Mesopotamia, Armenia, Irán, Egipto y la tripolitana, a costa de los imperios bizantino y sasánida, al que destruyeron, se obtuvieron mediante la dominación de ciudades y territorios, sometiéndolos por la fuerza o por tratados de capitulación, con lo que los vencidos tenían un trato mejor que el que recibían los dominados por las armas. Con la capitulación, los musulmanes aseguraban a los conquistados, a cambio de sumisión, libertad de cultos, la conservación de su ley privada y la libre disposición de sus bienes, esto último mediante un estatuto de tributarios protegidos y el pago de una tasa anual, que sería el origen de los impuestos omeyas, el de la Renta de las Tierras y el de la Capitación. El Islam mantuvo en estos territorios el aparato estatal y administrativo de los imperios bizantino y sasánida en aquellas zonas que les habían pertenecido, aunque puso al frente de cada provincia un gobernador árabe. En el califato de Alí ( ) surgió la gran ruptura de la comunidad islámica, apareciendo tres posiciones que, con el tiempo, se enriquecerían con contenidos que hicieron de ellas doctrinas. Su desencadenante fue Moavia, gobernador de Siria y primo de Utmán (miembro, como él, del clan de los Omeyas de la tribu de Kuraysh), quien asumiendo la venganza de la muerte del Califa, en la que consideraba implicado a Alí, se enfrentó en la batalla de Siffin (657), cuya resolución se efectuó por el arbitraje de dos jueces. Éstos, juzgando de acuerdo con la Ley, condenaron el asesinato d Utmán. Con esta sentencia Alí se retiró a Iraq, donde fue asesinado, y Moavia se proclamó califa en 660. Las tres posiciones surgieron con el arbitraje: un grupo partidario de Alí no aceptó el recurso y se retiró de sus filas, llamándose sus componentes, desde entonces, jariyíes ( salientes ). El grupo de los partidarios de Alí que le permanecieron fieles, no obstante la sentencia, fueron llamados siíes, por formar el partido (sia) de Alí y de su familia. El resto, los que asumieron el juicio y aceptaron sin reservas la proclamación de Moavia, fueron denominados, con el tiempo, suníes. En el fondo de estas tres posiciones subyacían diferentes respuestas a dos cuestiones fundamentales para el Islam, que giraban en torno a la concepción y definición del poder y que estaban establecidas en los siguientes términos: a la muerte de Mahoma, habían quedado fijadas las bases del Islam? cuál debía ser el 4

5 5 sistema de nombramiento del califa y cuáles sus funciones?. 11 Nacen entonces en el Islam varias doctrinas 12 : - La Doctrina Sunní, Tradicional u Ortodoxa: El contenido de esta doctrina, definido bajo los abasíes, se correspondía con el del Islam de los califas inspirados, para el que las bases del Islam habían quedado definitivamente fijadas en lo que fueron las dos fuentes de la Sharia: el Corán y la Sunna ( costumbres del Profeta), que estaba constituida por los Hadits. Pero como la Ley no proveía de soluciones para algunas cuestiones (como las que nos ocupan) y sus prescripciones resultaron insuficientes, desde los primeros tiempos, para orientar a los gobernantes en la práctica del Imperio y en las nuevas necesidades de la vida pública, se hizo necesaria una interpretación de la Ley y surgieron: la ciencia de la Ley y su especialista (Ulama); el Derecho, su especialista (Fuqaha); quien lo aplicaba (Cadi), y las cuatro principales escuelas del Derecho, aparecidas en la segunda mitad de s. VIII y en el s. IX, y conocidas cada una con el nombre de su fundador (Malikí, Hanafí, Chafí y Hanbalí). Se diferenciaban por los métodos empleados en el razonamiento sobre la Ley y divergían apenas más que en detalles de las prescripciones sociales y del culto, que son competencia del Derecho. Para esta doctrina, las condiciones más destacadas para la nominación de un califa eran: la pertenencia a la tribu de los kuraysh (la de Mahoma) y la elección de la comunidad. Las atribuciones del califa eran espirituales y temporales: según las primeras, era el guardián de la fe, el encargado de protegerla y custodiarla; respecto a las segundas, tenía, con las limitaciones impuestas por la Ley, poderes absolutos, aunque con el tiempo hubo de ceder algunos en delegados. - La Doctrina de la Sia: Desde fines del s. VII y tras la muerte trágica de al-husayn (segundo hijo de Alí) en el 680, en Karbala, comenzaron a surgir corrientes divergentes que se planteaban cuestiones que irían definiéndose posteriormente, tales como la de la elección del imán, que para cualquier rama sií es el jefe de la comunidad, que necesariamente debe descender de Alí y Fátima, porque fuera de su descendencia no existe ningún sucesor legítimo de Mahoma. De las diferentes ramas siíes, la principal tendencia es la del Imanismo Duodeciano, de la que se separó la Ismailí o Septiana. En el Imanismo, la lista de los imanes que sucedieron a Alí, designados por denominación de los predecesores, se cerró en el duodécimo, Muhammad, que se ocultó (desapareció) en el 874. Según esta doctrina, precisada en el s. X y XI, desaparecido el duodécimo imán se inició el período de la pequeña ocultación, en el que este imán sólo tenía relación con sus representantes, a los que comunicaba sus directrices, que ellos transmitían a los creyentes. En el 942, a la muerte del cuarto y último representante, se inicio la gran ocultación, que culminará al final de los tiempos, cuando el imán regrese a la Tierra como Mahdi ( el guiado ) para inaugurar el Reino de Dios. Los doce imanes poseyeron cualidades extraordinarias y gozaron de la amistad de Dios, por la que Él les revelaba los secretos y verdades profundas, esotéricas, subyacentes en el Corán, completándose con ellas la revelación exotérica constituida por la letra del Corán; por ello, según el Imanismo, la revelación no terminó con Mahoma, sino que prosiguió con los imanes, cuyas enseñanzas fueron, con el Corán y la Sunna, las fuentes de la Sharia sií. Esta doctrina no incluye, como la sunní y otras ramas siíes, prescripciones políticas, aunque su propaganda favoreció su adopción oficial en fases 11 ROMERO GAMUZA María Rosa, op. cit. 12 Sigamos entonces con María Rosa Romero Gamuza.

6 6 históricas diversas, por monarcas y dinastías de Irán e Iraq, especialmente. El Siísmo Septimano se separó del Imanismo con la designación del séptimo imán. A la muerte del sexto, Yapar, en 765, esta rama consideró como séptimo y oculto imán a Ismail, que había muerto antes que su padre, Yapar. Para esta doctrina, la lista de los imanes visibles se detuvo en el séptimo, pero continuaba con imanes ocultos que, llegado el caso, podían manifestarse y adoptar la jefatura político-religiosa de sus fieles. Paralelamente a esta línea, los septimanos conformaron la línea de los imanes parlantes o depositarios, constituida por personas no necesariamente descendientes de Alí, a los que se dio la cualidad de imanes, que representaban a los ocultos y que, por los cometidos doctrinales del Ismailismo, podían asumir la dirección política de los creyentes. Tal fue el caso de Ubayd Allah, quien, nomiándose mahdi y califa, fundó en Túnez, a principios del s. X, el califato fatimí sobre las bases doctrinales de la secta más importante del Ismailismo Septimano, la fatimí. La doctrina septimana clásica coincide con la imanista en las altas cualidades y la amistad de Dios de los imanes, pero difiere en las creencias de que la totalidad del sentido oculto de la Revelación sólo sera desvelado por el último de la línea de los imanes ocultos, cuando regrese como mahdi al final de los tiempos, y en el hecho de que las creencias esotéricas de esta doctrina, a las que se llegaba por medio de la alegoría, fueron más allá que en la duodecimana, configurando una concepción cósmica del mundo, de la que derivó la existencia de un orden fundado sobre el espíritu de autoridad y sobre grados de iniciación. Tal concepción hizo de esta doctrina un sistema abierto solo a unos pocos, que se iniciaban en él tras un largo período de enseñanzas secretas. Las sectas importantes del Ismailismo Septimano fueron: la fatimí (actual Buhra de la India); las dos que se desgajaron de ésta: la de los drusos y la de los nazaríes o asesinos, cuyos fundamentos doctrinales los mantienen hoy los nazaríes o Joyas de la India, que reconocen por jefe al Aga Jan, y la de los Karmatas. - La Doctrina Jariyí: Los contenidos de esta doctrina se derivan de la creencia de que la Ley ha sido definitivamente dada, lo que obliga a su obediencia sin reservas a todos los creyentes, incluso el imán, que únicamente debía velar por su aplicación, mereciendo la muerte en el caso de extralimitarse en su conducta privada o pública. El imán tenía que ser investido por el acuerdo unánime de la comunidad, que elegía al mejor, al más digno de entre sus miembros, sin que pesaran en dicha elección condicionamientos raciales o de nacimiento. Estos presupuestos de igualdad hicieron que tuviera gran éxito entre los bereberes del norte de África, donde logró fundar, en los primeros siglos del Islám, pequeños estados. Por lo demás, esta doctrina, que representa la línea intransigente y dura del Islam, ha tenido poco arraigo entre los musulmanes. 13 En los alrededores de la Meca no existen ruinas preislámicas, pudiéndose calificar como únicos objetos artísticos algunas estelas funerarias con relieves carentes de belleza, ya que... los jinetes del desierto no parecen haber tenido gran avidez de lujo; su tienda, su caballo, su amada, son los motivos predilectos, casi exclusivos, de las poesías árabes antes de la predicación del Corán, que se recitaban en las fiestas tribales. 14 En Medina tampoco encontró Mahoma arte autóctono ni importado de la cercana Siria helenística y bizantina, saturada de arte, mas sus habitantes vivían como puros árabes, sin 13 ROMERO GAMUZA, María Rosa op. cit. 14 PIJOAN, José op. cit.

7 necesidad de cosas bellas; en su origen, la mezquita del Profeta en Medina constaba de un solo patio con un escabel sobre una tarima desde la que predicaba todos los viernes; pronto se construyeron soportales de palmera alrededor del patio y en uno de los lados se multiplicaron las crujías hasta formar una sala con muchas filas de columnas que protegía del calor, pero abierta enteramente hacia el patio; este tipo de lugar para la oración, como se llamaba a las mezquitas primitivas, se reprodujo en las tierras que el Islam fue conquistando. Las primeras mezquitas de al-boshra y al-kufa, en el desierto mesopotámico, eran simples patios donde se congregaban los creyentes para la oración, espacio que se convirtió en parte indispensable de las mezquitas posteriores como lugar para preparar el espíritu y facilitar las abluciones en el aljibe central. La casa que el Profeta levantó en Medina en el 622, presentaba planta cuadrada con un patio central enmarcado al sur por un cobertizo de doble fila de troncos de palmera, al norte otro más pequeño y con cámaras en su costado para vivienda de sus esposas, en una de los cuales fueron enterrados Mahoma, su hija Fátima y los dos primeros califas. Fuera de Arabia, los árabes emplearon como mezquita lugares de culto antiguos y nuevas construcciones muy rústicas, concretamente en las ciudades que fundaron, Basora en el 635, Kufa, 638, al-fustat, 643 y Kairuán en el 670. El arte islámico comienza con el califato omeya 15, tribu a la que perteneció Muhammad, Mahoma, inaugurado con Moavia en el 660, quien desplaza la corte de Medina al-nabi, la ciudad del Profeta, a Damasco. Este califa continúa las conquistas territoriales que extendieron el imperio desde el valle del Indo y la Transoxiana 16 al este, hasta España y norte de África al oeste. El arte omeya es trascendental en la historia del arte universal por la calidad de sus obras y porque con él inicia el arte islámico, el cual, fruto de la civilización, cuyos presupuestos materializa, dio entidad propia a realizaciones artísticas muy alejadas temporal y geográficamente, de formulaciones muy diferentes y emprendida por gentes [sic] de diversas razas. Los principales presupuestos de ésta civilización, que incidieron en el nacimiento y desarrollo del arte islámico, fueron: 1) la inseparable alianza de lo espiritual y temporal en los detentadores de la autoridad, quienes fueron sus principales mecenas y los propulsores de los dos tipos de obras que constituyen su máximo exponente: mezquitas aljamas, y palacios y ciudades áulicas, cuya realización estaba orientada a cubrir inmediatas necesidades y proporcionar prestigio al constructor y al Islam; 2) la búsqueda de su propia identidad frente a las grandes civilizaciones contemporáneas o que le precedieron. 17 Los árabes del califato omeya no tenían una tradición artística propia, razón por la cual para realizar su arte se inspiraron en el de los pueblos por ellos dominados; morfológicamente, este arte presenta características arquitectónicas y decorativas estrechamente ligadas a las riquísimas tradiciones de Siria y Palestina, de origen helenístico, romano, paleocristiano y bizantino, y al extenderse las conquistas del Islam hacia Mesopotamia y Egipto, los árabes se relacionaron con gente y escuelas artísticas más orientales y por lo tanto más afines a su espíritu que las de Constantinopla y aún de Siria, tan 7 15 Clan de la tribu de los Kuraysh. 16 Territorio entre los ríos Amu Daria y Sir Daria. 17 ROMERO GAMUZA, María Rosa El Islam.

8 fuertemente helenizada; al atravesar el Éufrates, que era la frontera de Persia, los árabes se encontraron con una civilización que había heredado todas las experiencias artísticas de Oriente 18, con toda su carga de fantasía, asociándolas con gusto exquisito a cierto sentido de regularización y simetría tomados del clasicismo helenístico o bizantino. Los elementos vegetales o zoomórficos están esquematizados de tal suerte, que a veces es difícil reconocerlos; acaso porque el fuerte contraste de sol y sombra del desierto no permitía distinguir los matices en el claroscuro ni los trazos secundarios en los perfiles. 19 Crearon un arte ecléctico al seleccionar las formas pertenecientes a otros repertorios artísticos, que más les convenían, utilizándolos y modificándolas. En esta búsqueda de su identidad artística, los omeyas incorporaron a sus obras un elemento formal que nunca faltará en el arte islámico y es el que por si mismo es suficiente para catalogar una obra artística como islámica, la escritura monumental árabe. Bajo el mandato de Abd al-malik el arte omeya surgió súbitamente, con la construcción de la Cúpula de la Roca y a continuación se desarrolló en su doble manifestación, la mezquita y el palacio. La Cúpula de la Roca, Qubbat as-sakhra, de Jerusalén o mezquita de Omar, es la obra más importante de las construcciones omeyas, erigida por Abd al-malik en el Haram ash-sharit, el lugar donde estuvo el templo de Salomón y sobre la roca donde la tradición suponía que Abraham intentó el sacrificio de Isaac. Iniciado en 643, es un edificio de carácter conmemorativo, realizado para contener una roca desde la cual, según la creencia musulmana, Muhammad ascendió a los cielos tras su viaje nocturno de la Meca a Jerusalén; de estructura octogonal 20, presenta una cúpula que se levanta a modo de baldaquino 21 sobre la roca a partir de una arquería circular, realizada por maestros locales al servicio del califa, por sus similitudes con la Rotonda del Santo Sepulcro de Jerusalén, posiblemente sirios o bizantinos. Esta bellísima construcción, a pesar de sus reconstrucciones y reparaciones, conserva parte de su primitiva decoración en la que sobresalen los mosaicos de vidrio traídos de Constantinopla, que cubrían gran parte de los muros interiores y exteriores, conformando un tema de ataurique 22 sin ningún símbolo o alusión al lugar y al destino del edificio, con joyas entremezcladas en el follaje, y otro epigráfico con textos en caracteres cúficos (mayúsculas) del Corán, y la fecha en que fue terminada la obra, el Las dinastías partas y sasánidas habían coincidido en establecer en las llanuras de Mesopotamia reyezuelos feudatarios fronterizos que montaban la guardia de los pasos del Éufrates a cambio de un máximo de autonomía. Eran más bien concesiones de contrabando y de pillaje que lugares de policía y aduana. Cada uno de estos gobernadores de frontera tenía su corte y una guardia personal en un castillo-fortaleza con muchas dependencias dentro de un recinto de muralla, a menudo construido sobre la colina artificial o tell de una antigua ciudad mesopotámica. Desde allí el príncipe parto o sasánida vigilaba los castros militares bizantinos y visitaba sus guarniciones en los largos períodos de paz o, mejor dicho, de armisticio entre el emperador de Constantinopla y el gran monarca parto o sasánida. PIJOAN, José op. cit. 19 PIJOAN, José op. cit. 20 Siguiendo el esquema de planta centralizada bizantino, como San Vital en Ravena o los Santos Sergio y Baco en Constantinopla, edificadas un siglo antes. 21 Pabellón del altar; palio de un trono. 22 Decoración que representa elementos vegetales tales como hojas y flores, dispuestos en forma uniforme cubriendo un paño de muro o formando frisos.

9 9 En el período omeya se configuró el tipo más antiguo de mezquita aljama, el hipóstilo, que perduró con algunas variantes en el Islam mediterráneo hasta la llegada de los otomanos, formándose desde entonces el programa arquitectónico de toda aljama, aunque varíe su tipología; la aljama es la mezquita donde se celebra la oración solemne del viernes al medio día, dirigida ésta por el imán. Se cree que el origen de este tipo de mezquita es la Casa del Profeta en Medina. El tipo hipóstilo, también llamado clásico o sirio, de planta cuadrada o rectangular se compone de dos ámbitos espaciales diferentes: - el haram, o sala de oración cubierta, que se estructura mediante naves paralelas o perpendiculares a la qibla 23. Las filas de columnas, que conforman las crujías o naves, corresponden a la casi necesidad litúrgica de orar los musulmanes alineados; con el tiempo, desde la Casa del Profeta, estas naves van aumentando y aislándose gradualmente del patio, en cuya fachada se abren numerosas puertas. - el sahn, o patio porticado; cabe aclarar que la diferencia de ámbitos no conlleva una diferenciación de significado, ya que ambos espacios son válidos para hacer la oración. La mezquita 24 aljama presenta como partes esenciales: - la qibla: muro que se orienta hacia la Kaaba, punto focal hacia el que deben dirigirse todos los oradores. - el mihrab: nicho flanqueado por columnitas situado en el centro de la qibla, ante el cual se coloca el imán 25 para dirigir la oración. Indispensable en todas las mezquitas y su parte más decorada. - el minbar: silla con gradas de aspecto monumental situada a la derecha del mihrab, o púlpito, sobre el que el imán lee el Corán y da el sermón. Algunos son preciosas obras de talla y otros destacan por su meritorio adorno de taracea. - la macsura: recinto reservado a las autoridades, situado ante el mihrab y el minbar, delimitado por un cerramiento. - el alminar o minarte: torre o torres de número y localización variables en el edificio, elemento esencial de la mezquita desde donde el almuédano vocea las cinco horas diarias de la oración obligatoria; la salmodia o exhortación que hace desde lo alto sustituye el repicar de las campanas la fuente de abluciones: ubicada en el sahn o en las inmediaciones de la mezquita. Todas estas partes carecen de una interpretación formal única, y, salvo el mihrab y la qibla, las mezquitas que no tienen la categoría de aljama pueden o no tener todos estos elementos. Mientras en su primera conquista, Jerusalén, los árabes respetaron los venerables santuarios del 23 Qibla significa orientación. 24 Lugar de prosternación. 25 Guía. Generalmente es un musulmán versado en las ciencias religiosas. 26 Los alminares omeyas más antiguos, como los de la mezquita de Damasco, son de planta cuadrada con pisos superpuestos;... su forma parece derivar de las pirámides escalonadas de Asiria y Caldea. No hay duda que los árabes, al ocupar el valle del Éufrates, debieron de sentirse impresionados por las torres que se destacan sobre las ruinas de las antiguas ciudades caldeas. Algunos creen que los alminares conservan algo de la superposición de pisos de los zigurats caldeos [...] Pero hay arqueólogos que insisten en que el alminar musulmán empezó a emplearse en Egipto y reproduce la torre escalonada del Faro de Alejandría, con sólo tres pisos. PIJOAN, José op. cit.

10 Santo Sepulcro y la Ascensión, en Damasco ya aprovecharon para mezquita una iglesia dedicada a San Juan Bautista, acaso de la época de Teodosio. Tenía forma de basílica, con tres naves divididas por columnas, y aprovechaba los muros de una ágora antigua. Fue relativamente fácil, a partir del año 707, transformar aquel edificio en una mezquita de tres naves, reservando un patio en la fachada lateral. En las arcadas de este claustro o patio, artistas también sirios o bizantinos labraron una decoración de mosaicos con representaciones de jardines fantásticos, que no manifiestan ninguna característica árabe si no es por la ausencia de representaciones figuradas. Por tanto, los mosaicos de la mezquita de los Omeyas de Damasco, como los de la llamada mezquita de Omar, en Jerusalén, no son árabes o islámicos más que por el lugar en que están. Por su estilo y técnica son bizantinos. 27 Entre las mezquitas omeyas sobresalen las erigidas por Walid I entre el 705 y 715: la de Medina, levantada sobre la Casa del Profeta. La de Aqsa, en Jerusalén, en la que se definió el tipo de mezquita hipóstila llamada aqsa. La de los Omeyas en Damasco 28, en la que para la construcción de sus muros se emplearon los que pertenecieron al recinto sagrado o temenos de un templo romano, cuyas torres se conservaron para conformar los alminares, inspirados en las primeras torres religiosas sirias; presenta patio porticado y haram con tres naves paralelas a la qibla, y una axial que desemboca en el mihrab, más alta y ancha que las demás, presentando una cúpula. De su primitiva decoración se conserva gran parte del mosaico, de vidrio bizantino, en arquerías y paredes, con representaciones de árboles y edificaciones de interpretación clásica que recuerdan las pinturas murales de Pompeya. El alminar de sección cuadrada se inspira en las primeras torres religiosas sirias. Los omeyas construyeron innumerables palacios como residencias de placer, originalmente rodeados por áreas de explotación agrícola 29, siendo la residencia del príncipe la obra capital de la arquitectura civil de los árabes, como en todos los pueblos orientales; para su edificación se inspiraron en las construcciones abovedadas de los palacios de Persia, desarrollando construcciones cuadradas dotadas con torreones semicirculares, inspiradas en los campamentos romanos; se levantaban en medio de maravillosos jardines con grandes estanques, bordeados de mirtos y rosales, regados con ingeniosos juegos de agua, y con lugares retirados llenos de plantas raras de entre las cuales surgían elegantes quioscos de mármol. Interiormente, las habitaciones se desarrollan en torno a un patio central porticado, decoradas con relieves en yeso dorados y policromados, el único ornato de las paredes; posteriormente decoraron también el techo de las salas, cubriéndolas al principio con armazones de madera de ingeniosas formas, cuyos casetones revestían de oro y vidrios esmaltados. 30 Junto a los palacios, pero separados de ellos, se levantaba el edificio de baños 31, que inspirados en los romanos, varían en su concepto, son de vapor y no de inmersión; conformados por tres cámaras principales, la fría, la templada y la caliente, bajo la cual estaba el hipocastum, que corresponden a las romanas frigidarium, tepidarium y caldarium. Los omeyas tuvieron también una primera sala de placer 27 PIJOAN, José op. cit. 28 Ha sufrido muchas restauraciones. 29 Actualmente en el desierto o en sus límites. 30 A partir del siglo XI todas las residencias árabes adoptan este mismo tipo, como los construidos por los monarcas árabes de Sicilia en las afueras de Palermo, que no difieren en gran cosa de los palacios del Oriente musulmán. 31 Desde este momento en la civilización islámica se generalizó el uso de los baños en las mansiones de la nobleza, constituyéndose también en un elemento urbano accesible para toda la población. 10

11 11 o primer apoditerium, elemento que existió en algunos baños señoriales. Algunos de estos palacios omeyas son el Qasr al-hair al-gharbi, en Siria. El alcázar-palacio de Qusayr- Amra, en Jordania, construido por al-walid entre el 712 y es un pabellón real de caza en el desierto. al-mafjar, en Israel. M'schatta fue una residencia omeya con corte y guarnición permanente, proyectada como mansión en el desierto de uno de los príncipes omeyas de Damasco desterrado por los abasidas o quien se retiró allí para gozar la vida real del árabe nómada de los tiempos preislámicos, con el esplendor de un magnate. Fue construido en el siglo II de la Hégira, finales del siglo VIII de nuestra era. La decoración es uno de los aspectos más destacados de los palacios omeyas, en la que utilizaron todas las técnicas conocidas de las culturas clásicas, paleocristiana y sasánida, tales como la pintura al fresco, el mosaico de piedra y de cristal, la escultura en piedra y en estuco realizada en bajo, medio o altorrelieve, con un riquísimo y variado repertorio temático extraído de fuentes mediterráneas y orientales, en el que destaca el figurativo plasmando imágenes de la vida cortesana que se perpetuará en el arte islámico, en representaciones del califa, escenas de cacerías, de danzas, en una exaltación total del monarca y del poder califal. Desde el arte omeya quedó plasmada para el Islam la problemática de la representación de los seres vivos, cuya prohibición fue fijada definitivamente desde el siglo III, aunque desde Abd al-malik se eludió el uso de estas imágenes en las monedas y en los edificios religiosos, ya que en estos últimos podrían recibir adoración, el mayor de los pecados, ya que en el Islam sólo Allah puede ser adorado; posiblemente desde entonces existió una prohibición tácita. En los palacios y ambientes cortesanos, la decoración figurativa tuvo un valor ornamental y suntuario, que no entrañaba peligro de idolatría. El Califato omeya emprendió importantes realizaciones en el ámbito imperial y sufrió virulentas disensiones internas, principalmente de la oposición sií y jarikí, que, unidas a las luchas dinásticas y al descontento social, provocaron la ruina y desaparición de la dinastía. 33 Al caer el califato omeya en 749 bajo el ejército abasida, se inicia con Abu al-abbas 34 una nueva dinastía, que perduraría desde el 750 hasta 1258, cuando los mongoles conquistaron Bagdad y le pusieron fin. Las grandes y profundas transformaciones introducidas por el nuevo régimen en su primera etapa configuraron la sociedad y culturas musulmanas. 35 En este período nace una tipología arquitectónica islámica, el ribat, conventos fortaleza para la defensa de las fronteras donde vivían voluntarios de una armada profesional, que llevaban una vida semiguerrera y semireligiosa Fecha que se ha podido precisar porque en uno de los frescos que decoran las bóvedas está el rey Rodrigo de Toledo entre los vencidos por el Islam. 33 ROMERO GAMUZA, María Rocío, El Islam, op. cit. 34 Descendiente de al-abbas, tío de Muhammad. Abu al-abbas hizo asesinar a todos los miembros de la familia omeya, excepto a Abd al-rahman, quien fundaría el Emirato de Córdoba en al-andalus. 35 ROMERO GAMUZA, María Rosa op. cit. 36 Instituidos por Harum al-rashid ( ).

12 Con los abasíes se acrecentó de manera poderosa la cultura árabe-islámica; su arte, desarrollado desde mediados del siglo VII, en el siglo IX se constituye en la fase clásica del arte islámico, cristalizándose los ideales urbanos e imperiales que pronto irradiarían sobre todo el Islam. La civilización islámica tuvo por excelencia como marco la ciudad 37, cuyos elementos fundamentales fueron evolucionando lentamente desde los omeyas para precisarse sobre los abasíes. Estos son: - La residencia del monarca o gobernador, que se ubica en el centro urbano o en una qasha 38 contigua a la ciudad. - La mezquita aljama, en el centro de la ciudad y numerosas pequeñas mezquitas más. - Los zocos 39 designación extensiva a cualquier lugar con comercios o tiendas; estos bazares colosales se edificaban a manera de una calle cubierta. - La kaysariya, o institución en que se vendían mercancías suntuarias. - La fundaq o alhóndiga, institución destinada al almacenamiento, venta y hospedaje de los mercaderes de un determinado producto. - Los haman, baños. Elemento indispensable de las ciudades musulmanas son los baños, que cumplen el doble servicio de higiene y de recreo. Son como las termas romanas, lugares de reunión y entretenimiento [...] Por esto son edificio de carácter público, a veces construidos con gran lujo. Generalmente tienen una piscina en el centro y están cubiertos por una cúpula con claraboya. Tienen dependencias para las fiestas y las bodas, que los orientales acostumbran celebrar en estos lugares Las madrasas, escuelas que surgen en el siglo XI con el fin de impartir la enseñanza de las ciencias religiosas del Derecho sunní 41 ; dado que la ciencia islámica está basada en la interpretación del Corán y del Hadith 42, las madrasas son más bien lugares de meditación y concentración que de estudio. Suelen estar paredañas a una mezquita y cobijan también la tumba de su fundador; tienen paredes altas que las aíslan del tumulto exterior, con un patio interior que permite la entrada de una luz oblicua y apagada, en los que el estudiante puede canturriar las suras del Corán sin distraerse durante los años que permanece allí encerrado. Algunas madrasas tienen alcobas para los cuatro sistemas de interpretación del Corán y del Hadith 43, en tanto que otras tan sólo aceptan uno de los ritos, presentando una sola alcoba en el patio. - Los maristan, hospitales y leproserías, que en otro tiempo debieron estar cuidados con gran esmero. - El convento de órdenes místicas. - Los mausoleos, que aparecen desde el siglo IX, para grandes señores y santos sufíes Que en árabe es medina. 38 Ciudadela. 39 Mercados. 40 PIJOAN, José op. cit. 41 Su nombre deriva de sunna, colección de preceptos atribuídos a Mahoma y a los cuatro califas ortodoxos. El derecho sunní comprendía cuatro escuelas principales, aparecidas en la segunda mitad del siglo VIII y en el siglo IX, conocidas cada una con el nombre de su fundador, Malikí, Chafí, Hanbalí y Hanafí; se diferenciaban entre sí por los métodos empleados en el razonamiento sobre la ley y divergía apenas más que en detalles de las prescripciones sociales y del culto, que son competencia del Derecho islámico. 42 La tradición de los dichos memorables de los compañeros del Profeta. 43 Los cuatro ritos musulmanes que se distinguen por la mayor o menor libertad de interpretación simbólica que se concede al comentar estos textos. 44 El sufismo es un movimiento místico ascético surgido en Oriente en el siglo VIII y cuya doctrina interioriza el

13 13 En todos los países musulmanes, las obras públicas y de comunicación eran sumamente primitivas; el Islam no necesitó de edificios de administración y recreo, como circos y teatros, en cambio las obras hidráulicas fueron de extraordinario ingenio. 45 El fasto imperial exigido por el carácter casi sagrado del monarca, la concentración de poderes en sus manos y la cristalización del aparato gobernativo encontraron su adecuado marco en las ciudades aúlicas 46 y palacios urbanos, edificados unos y otros como ostentación del prestigio y poder de los monarcas. 47 La manifestación por excelencia de la arquitectura califal fueron los palacios, por sus dimensiones, esplendor y por su proliferación. Parte de estos inmensos palacios estaba destinada a la vida oficial del Califa y la administración del Estado; una más amplia para el alojamiento y jardines privados del monarca, su familia y próximos, cuya vida se rodeaba de un lujo inusitado en el que se conjugaban el goce sensual y espiritual, ya que a los objetos preciosos que conformaban el amoblamiento de estancias y jardines, provistos éstos de vegetación, agua, animales, pabellones, se sumaban reuniones de poetas y oradores, discusiones de doctores y filósofos, festines, cantos, orgías. Los palacios fueron muy numerosos, ya que el deseo de los califas de expresar su poder mediante obras grandiosas los llevó a construir más de uno de estos edificios. La ciudad Redonda de Bagdad es ejemplo de estos palacios, 48 construida por al-mansur entre el 762 y 766, cuando trasladó a ella la capital del Estado. Fue un gran conjunto palaciego imperial con doble muralla exterior circular y una tercera que aislaban el palacio, la mezquita, los edificios administrativos y otras residencias, del anillo habitacional del pueblo. 49 En la ciudad de Racca, fundada en 722 por Mansur, y en Samarra, fundada por Mutasim en 833 y abandonada en 892, se conservan restos de palacios; Racca ostenta una puerta de su recinto, conocida como la Puerta de Bagdad en la que por primera vez en el mundo islámico se usó el ladrillo como técnica decorativa de revestimiento, y el arco lobulado. En Samarra, además de los palacios se conservan ruinas de dos grandes mezquitas hipóstilas con sendos alminares helicoidales 50, y el primer mausoleo del Islam sunní, cuya organización, en torno a contenido espiritual del Corán para alcanzar la perfecta sumisión y unión con Dios: los sufíes o marabus (en el norte de África) viven eremíticamente, en pequeñas comunidades o formando parte de cofradías. En el contexto sufí hizo su aparición el culto islámico de los santos. El gran auge del sufismo tiene lugar durante el Imperio Almohade. 45 Muchas acequias de irrigación y presas en los ríos de España son del tiempo de los árabes. En Egipto retomaron el Nilómetro antiguo, una construcción habilísima que sirve para medir la crecida de las aguas del Nilo. 46 Aúlico, relativo a la corte; palaciego. 47 ROMERO GAMUZA, María Rosa op. cit. 48 Núcleo primigenio de la ciudad medieval; destruida casi totalmente en la guerra civil del Es de destacar la aparición, por primera vez, de las puertas en acodo en los cuatro ejes del recinto, que influyeron en el Islam Occidenta.l ROMERO GAMUZA, María Rosa op. cit. 50 Sin duda inspiradas en las zigurats mesopotámicas.

14 14 una planta central con cúpula, va a ser una invariante del mundo islámico. En todas las obras conocidas se constata la asimilación de la tradición arquitectónica y decorativa de los sasánidas, que pervivirá posteriormente en Iraq e Irán. 51 Tal influjo se manifiesta en el empleo del adobe y el ladrillo, el pilar, los iwanes, los abovedamientos, los salones del trono con cúpula, éstas siempre sobre trompas; la organización interior de los palacios en tres alas longitudinales, destinadas las laterales para la vivienda íntima de los monarcas y la central para los usos oficiales y administrativos; el jardín crucero o jardín islámico, que hizo su aparición en el Palacio de Balkuwara, en Samarra, siguiendo la inspiración de los Chab-Bagh sasánidas, y cuyo influjo se extenderá a todo el Islam. Estos jardines, de los que se ha dicho que simbolizan el Paraíso Coránico, se caracterizan por su rigor geométrico, siendo lo frecuente en ellos dos canales de agua dispuestos en los dos ejes del patio rectangular y una fuente o pabellón en el centro; los arriates, delimitados por los canales, se cubren con vegetación extremadamente elegida por su aroma, frutos, color y altura. Para la decoración monumental se empleó la escultura de escaso relieve en estuco, con temática vegetal muy estilizada y con... un criterio estético denso y abigarrador 52 ; para las estancias íntimas se utilizó la pintura, reservada exclusivamente para ellas, cuyos temas de carácter cortesano pertenecen al repertorio formal de la pintura sasánida. Las ansias de conquista del primer islamismo no se limitaron a Oriente, sino que Egipto fue conquistado en el siglo VII y un siglo después los ejércitos musulmanes se abrían camino por el norte de África, llegando en el 711 a Toledo. 53 En España, como en las comarcas de Oriente ocupadas por las árabes, éstos aprendieron mucho de los estilos arquitectónicos y decorativos tradicionales; en los albores de la ocupación musulmana los árabes aprovecharon los monumentos visigodos existentes en el país, para servicios de administración y culto 54 ; en los primeros edificios de nueva cuenta construidos en la península ibérica, los árabes aprovecharon los materiales y las enseñanzas de los constructores visigodos, advirtiéndose gran diferencia entre los ejecutados poco después de la conquista y los realizados posteriormente. Encontraron el arco de herradura, que se convirtió en elemento característico de los monumentos árabes en tierras mediterráneas. 55 El imperio abasida comienza a desintegrarse siendo el primer territorio en separarse del poder califal de Bagdad al-andalus; 56 este califato omeya, teniendo por capital primero a Sevilla y luego a Córdoba, ROMERO GAMUZA, María Rosa op. cit. 52 ROMERO GAMUZA, María Rosa op. cit. 53 BORRÀS, Maria Luïsa y SERRANO, María Dolores Comentarios documentación gráfica a la Historia del Arte Salvat. 54 En algunos lugares la vieja catedral fue transformada en mezquita, reservándose en otras una mitad para los cristianos. 55 Aunque en los primeros monumentos árabes de Egipto predomina el arco peraltado y hasta se encuentran algunos ejemplos de arco de herradura, éste es apuntado o califal, en España el arco de herradura es circular; esta forma de arco que pasa del medio punto se extendió después al norte de África, que dependía del califato de Córdoba, y ha continuado usándose en las construcciones modernas de Marruecos, Túnez y Argelia. 56 Nombre que se le dio desde la conquista islámica a este territorio de la península Ibérica, integrado al imperio omeya en 711, cuando el ejército musulmán venció al visigodo don Rodrigo, siendo casi dominada la totalidad de la península hacia el Ciudad que ya era importante en la época goda.

15 se convierte en la máxima autoridad musulmana, pero con una relativa independencia de Damasco, siendo bajo el mandato de Abd al-rahman III 58 que al-andalus llega a la cima de su grandeza cuando en 929 el califa se independiza de cualquier autoridad política islámica, forjándose así uno de los focos políticos y culturales más importantes del Islam que habría de repercutir decisivamente en el despertar de Occidente. 59 Su más importante obra y la primera, es la mezquita aljama de Córdoba, la obra capital de estilo árabe español de los primeros siglos después de la invasión; iniciada en por Abd al-rahman I 60, edificación que presenta sucesivas ampliaciones hasta fines del siglo X, debido al aumento de población musulmana en Córdoba. Esta mezquita marca el inicio del arte cordobés, cuya culminación se logra en el siglo X. Encontramos en la primera fase de construcción de esta edificación una mezcla de elementos tradicionales hispanoromanos y sirios, que luego se fusionaron con nuevos conceptos arquitectónicos y decorativos, hacia el siglo X, propios de Bizancio, Siria e Iraq, sin olvidar el elemento personal aportado por la creatividad de los artistas califales cordobeses; está llena de gran cantidad de relieves, frisos y capiteles de viejos edificios visigodos, que los conquistadores desmontaron para construir la casa de oración de la capital del califato. 15 Sobre el solar de la basílica de San Vicente, compartida hasta entonces por las dos comunidades, Abd al-rahman I edificó su mezquita, del tipo hipóstilo aqsa, conformada por un patio y haram de 11 naves perpendiculares a la qibla, siendo más ancha la central que remata en el mihrab; separadas por arquerías con ordenes de arcos superpuestos, esta organización constituye uno de los aspectos más originales y creativos del arte hispanomusulmán, inspirado en el los acueductos romanos como el de Mérida. Esta organización de gran belleza y única en su género en el Islam, resuelve tres problemas impuestos a las mezquitas hipóstilas, la altura del edificio, la estabilidad de los soportes y la luminosidad de las partes altas, levantando sobre las columnas de un edificio preislámico pilares sobre los que arrancan los arcos sustentantes del muro que recibe la techumbre adintelada del interior y los tejados a dos aguas, y al atirantar los altos soportes con arcos de herradura, los cuales, por estar construidos exentos, al aire libre, son los primeros de toda la arquitectura universal y los iniciadores de una concepción del arco en la que se conjugan valores arquitectónicos y decorativos, hecho que fue trascendental para el devenir del arte hispanomusulmán, cuya inspiración en las tradiciones locales se pone de manifiesto en el uso de la piedra y del ladrillo en las dovelas 61 de los arcos y en los arcos de herradura. En esta obra de Abd al-rahman I destaca la llamada fachada de San Esteban, donde se desarrolló un tipo de fachada de tres calles, inspirada en el arte romano, cuyas líneas generales se perpetúan hasta el arte nazarí; Muhamad I 62 modificó su puerta, afectando su encuadramiento o alfiz, la decoración de ROMERO GAMUZA, María Rosa op. cit. 60 Abderramán I. 61 Piedra labrada en forma de cuña con que se forman los arcos o bóvedas

16 16 éste y de las dovelas, inspirada en el arte tardorromano y bizantino. Las ampliaciones posteriores hicieron de ella un edificio complejo con múltiples innovaciones, sin que perdiera su unidad estilística y sus valores estéticos absolutamente extraordinarios. Hixem I le añadió otras naves laterales, edificó el actual alminar y decoró el sahn con una magnífica pila de abluciones; Abd al-rahman II prolongó el haram hacia el sur al tumbar el muro de la qibla; Hixem II le añadió once naves más o filas de columnas; Abd al-rahman III amplió el sahn hacia el norte y construyó el alminar 63 que tuvo dos cuerpos, el inferior de grandes dimensiones, y el superior conformado por un pabellón, elemento que perduró en al-andalus. al-hakam II realiza la obra cumbre en esta mezquita; tira de nuevo la qibla ampliando el haram hacia el sur y ordena cambiar todas las columnas; se modifica la planta, adquiriendo la forma de T, mediante la decoración de la nave axial con pilastras adosadas a los pilares y la elevación de las cuatro cúpulas 64 dos en los extremos de la nave axial, a los pies de la mezquita y ante el mihrab respectivamente, y otras dos flanqueando ésta última, en forma de veneras; aparecen en esta obra nuevos tipos de arcos, el de herradura califal 65, y los arcos entrecruzados o encabalgados 66, verdadera creación cordobesa en la que se conjugan valores funcionales 67 y decorativos. Al edificarse las cuatro cúpulas, obras maestras en el orden decorativo, su compleja estructura exigió dos fases constructivas; primero se construyeron los ocho arcos y después los elementos abovedados, independientes los unos de los otros, enganchados en las roscas de aquellos. Estas cúpulas, creadas por los maestros cordobeses, pues no existe ejemplo anterior idéntico que pudiera haberlas influido, inspiraron obras posteriores hispanomusulmanas, en las que perduró el aspecto ornamental sobre el constructivo; se creó un nuevo tipo de mihrab, a manera de pequeña cámara de planta poligonal, que pervivió en todo el arte de al-andalus. 68 En su decoración, cabe destacar los mosaicos de vidrio 69, que ornaban tres de sus fachadas interiores, la del mihrab, la del Sabat 70 y la del Tesoro; además con estos mosaicos se decoró la cúpula que se desplanta ante el mihrab. La macsura, especie de antesala del santuario, ostenta una rica decoración estando cerrada con arcos lobulares entrecruzados. 63 Oculto hoy por el revestimiento renacentista y barroco. 64 Obras maestras en el orden decorativo, cuya compleja estructura exigió dos fases constructivas; primero se construyeron los ocho arcos, y después los plementos abovedados, independientes los unos de los otros, enganchados en las roscas de aquellos. Creación de los maestros cordobeses, inspiraron obras hispanomusulmanas, en las que predominó el aspecto decorativo sobre el constructivo. 65 Más cerrado que el de herradura anterior, y lobulados. 66 Los más bellos ejemplos de éste tipo de arco se encuentran en la llamada Capilla de Villaviciosa, o tramo cupulado a los pies de la nave axial. 67 Al reforzar las arquerías que soportan las cúpulas. 68 ROMERO GAMUZA, María Rosa El Islam, op. cit. 69 Enviados por el emperador bizantino a solicitud de al-hakam. 70 Era usada exclusivamente por el monarca para entrar a la mezquita.

17 A fines del siglo X, por causa de la inmigración bereber faltaba espacio en la mezquita y Almanzor la amplía, afectando al sahn y al haram, añadiéndose ocho naves más. En tiempos de Abd al-rahman I se levantó en el califato de Córdoba un primer palacio, el suburbano de Ruzafa 71, del que se desconoce hasta el lugar donde estuvo emplazado. El palacio de los califas en el interior de la capital fue mandado edificar por Abd al-rahman II, en el sitio que ocupa el actual palacio episcopal. Medina al-zahra, es la segunda obra magna del arte cordobés, edificada cerca de Córdoba al pie de la sierra, en el sitio llamado Córdoba la Vieja. Iniciada por Abd al-rahman III en el 936,... para proporcionarse el fasto de las cortes orientales y el marco digno de su poder, 72 algunos afirman que el califa lo construyó para una de sus favoritas, al-zahra, de la cual tomó el nombre con que se conoce este palacio. Aunque destinado a servir de residencia a la favorita, fue una ciudad áulica al estilo de los abasíes, conformada por la residencia del monarca, parte del aparato político administrativo del Estado, la residencia de la corte, cuarteles para la numerosa guardia personal del califa, grandes y fantásticos jardines para los que el emperador de Constantinopla envió fuentes, habitación para sirvientes y artesanos, contando además con todos los elementos urbanos, tales como la mezquita aljama, zocos, baños, industrias suntuarias, etc. Desarrollada dentro de un recinto fortificado rectangular, cuya parte norte, más alta al levantarse en la ladera de una montaña, estaba destinada propiamente a la zona palatina, conformada por una serie de edificios yuxtapuestos para diversos usos, o sucediéndose unos a otros sin un plan ordenador previo. En ella se conjugaron influencias de las culturas clásicas y orientales, que fueron de trascendental importancia para la arquitectura doméstica y palaciega hispanomusulmana. En Medina al-zahra Abd al-rahman III colocó la estatua de su favorita, siendo éste un caso excepcional de escultura islámica de bulto entero entre los creyentes de la ortodoxia sunnita en Occidente, ya que los musulmanes de España respetaron la prohibición coránica; consta también que este califa encargó en Córdoba doce animales de oro rojizo para adornar las fuentes de esta ciudad áulica. Obra cumbre del arte escultórico cordobés e inicio de la evolución posterior de la decoración monumental es el llamado Salón Rico, salón de audiencias, de planta basilical clásica que fue construido entre el 953 y el 956; su decoración realizada en piedra es obra de diferentes maestros 73. El palacio de Mérida, situado en las riberas del Guadiana, fue reconstruido en el año 835 sobre los muros del alcázar visigodo Que significa del camino. 72 ROMERO GAMUZA, María Rosa op. cit. 73 Sus características técnicas y temáticas, geometría y ataurique, denotan la influencia del arte tardorromamo y bizantino.

18 Medina al-zahra fue una ciudad de corta vida, ya que Almanzor luego se construyó su propia ciudad áulica, Medina al-zahira, a la que trasladó todos los servicios cortesanos y estatales 74. El impulso civilizador de los monarcas cordobeses permitió a las ciudades del mundo hispanomusulmán un renacimiento y crecimiento extraordinario, afectando a las ya existentes como a las de reciente fundación, que bajo el mandato de los omeyas se levantaron catorce, adoptaron desde entonces la fisonomía propia de muchos centros islámicos medievales, como Córdoba, Almería y Toledo, por nombrar algunos. Almería alcanzó el rango de ciudad, medina, en 955, cuando fue dotada por Abd al-raham II con alcazaba, recinto urbano y mezquita aljama. El desenvolvimiento de estas ciudades exigió la construcción de elementos urbanos de todo orden, de los que solo han subsistido pocas obras, exclusivamente de carácter religioso y termal, destacando entre ellas la mezquita del Cristo de la Luz, de Toledo 75. Edificada en el 999, es ejemplo de las no aljamas que proliferaron en las ciudades hispanomusulmanas; estructurada mediante una planta cuadrada, con cuatro columnas centrales que reciben arcos en las dos direcciones, compartimentando el espacio interior en nueve tramos cupulados Los árabes fueron también maestros en el arte de la fortificación, de quienes los cruzados aprendieron muchas estratagemas para la defensa de castillos y ciudades, que luego se aplicaron en Occidente. 77 La defensa de ciudades, caminos y fronteras determinó una importante arquitectura militar: recintos urbanos, alcazabas, como la de Mérida de Abd al-rahman II y castillos, siguiéndose en ella la tradición clásica, salvo en los arcos de herradura. 78 De la infraestructura necesaria para el mantenimiento y conservación del Estado sobresalen los puentes, algunos de origen romano pero restaurados por los musulmanes, y otros magníficos edificados por ellos, como el puente sobre el Henares, en Guadalajara, y el puente de Córdoba. El califato cordobés se disuelve en 1031, dando comienzo al período llamado de los reyes de partidos, los Mulûk al-tawaif, uno de los períodos más atrayentes y brillantes de al-andalus, en el que la vida cultural se dispersó al amparo y mecenazgo de los monarcas, que, fascinados por el esplendor del Califato cordobés, del que se consideraban herederos espirituales, promovieron en sus respectivas cortes 79, Toledo, Sevilla, Zaragoza y Córdoba principalmente, generando un impulso cultural en el que se continuaba, llegando a su culminación, el arte califal cordobés. La riquísima producción del arte taifa es más conocida por la literatura que por los restos conservados; el impulso de los monarcas afectó especialmente a las letras, siendo ésta la Edad de Oro de la 74 Pocos años después, ambas ciudades sucumbirían en las guerras civiles a principios del siglo XI. 75 Única obra religiosa que, junto con la mezquita de Córdoba, se ha conservado casi íntegra. 76 Hecho que responde a la influencia abasí recibida por Túnez y a la asimilación de las formas propias cordobesas como el uso de arcos y cúpulas. 77 La mayoría de los nombres usados en las construcciones militares de la Edad Media son árabes, tales como almena, barbacana ROMERO GAMUZA, María Rosa op. cit. 79 ROMERO GAMUZA, María Rosa op. cit.

19 poesía hispanomusulmana, pero también las ciencias religiosas y especulativas, favorecidas por la libertad que dispensaban los monarcas, contaron con importantes representantes, destacando el poeta, jurista y teólogo ibn Hazm, e ibn Hayyan, uno de los primeros historiadores hispanomusulmanes. 80 El arte taifa se desarrolló principalmente en la arquitectura palatina, ya que sus monarcas desearon rodearse de ámbitos suntuosos, más sus escasos medios económicos los llevaron a seleccionar de entre el riquísimo repertorio cordobés las formulas que se adecuaran a sus posibilidades, para crear los grandes conjuntos ornamentales para satisfacer las necesidades suntuarias de los monarcas, dándose entonces un arte pobre referente a los materiales empleados, tales como el ladrillo y el estuco, pero riquísimo en la forma y apariencia resultante de la extraordinaria capacidad imaginativa de los artistas taifas, que dieron un impulso a la evolución del arte andaluz emanando de Córdoba. Nombremos, entre las obras que se conservan, las más importantes: - La Alcazaba de Málaga, poderosa construcción conformada por tres recintos: * el superior, en cuyo interior se levantó el palacio taifa o Alcázar. 81 * rodeando al anterior. * adosado al segundo en su costado oriental, con el fin de dificultar su acceso, que ha de hacerse por un camino encajado entre muros e interceptado por puertas sucesivas. 82 De su palacio taifa sólo quedan una sala con un vano triforo, inspirado en las obras cordobesas y un mirador. - El Bañuelo del Darro, en Granada, ejemplo de los baños públicos urbanos musulmanes, del que se conservan en perfecto estado sus tres salas principales: fría, templada y caliente, cuya organización repite la de los cordobeses 83 según la cual las salas fría y caliente son rectangulares, con atajos en los extremos, cubiertos con bóveda de cañón; la templada, más espaciosa, con un espacio central rodeado por arquerías y cubierto con bóveda esquifada La Aljafería de Zaragoza, es la obra que ofrece el mejor conjunto decorativo, exponente de la evolución del arte cordobés y de lo que se ha llamado barroquismo taifa. 85. Fue construida por Abu Chafar Ahman 86 como palacio de placer, extramuros de la ciudad, en un llano que tuvo que fortificarse artificialmente con murallas y torres; construcción casi cuadrada con torres semicirculares, excepto la llamada del Trovador, cuyo aljibe propio la convierte en torre del homenaje. Interiormente este palacio se estructura en tres alas longitudinales, destinándose la central 87 a las funciones públicas y oficiales del ROMERO GAMUZA, María Rosa op. cit. 81 De el sólo se conservan una sala con un vano triforo, inspirado en Córdoba, y un mirador. 82 La complejidad de ésta fortaleza, en uso hasta principios del siglo XIX, ha hecho suponer que fue edificada sobre los restos de una fortaleza bizantina, de la que se adoptaron sus líneas generales. 83 De ellos quedan restos en Córdoba, Toledo y Jaén. 84 O de cañón. 85 Restaurada en tiempo de los Reyes Católicos, fue después transformado en convento y más tarde en cuartel Única que conserva parte de su organización pese a las reformas y destrucciones que sufrió esta Aljafería en la época cristiana.

20 20 monarca, y las laterales a la zona privada. El aspecto exterior y la estructuración tripartita (también los arcos mixtilíneos) son de influencia tunecina, en tanto que heredó de Medina al-zahra la ordenación del ala central en torno a un patio rectangular en que se dio una versión simplificada del jardín crucero abasí, enmarcado en sus