MIS MEMORIAS CAPITULO 10. Después de 42 años de servicios educativos

Transcripción

1 Después de 42 años de servicios educativos Cumplí 42 años de enseñar. Ya me cansaba mucho enseñar. No podía más. Me jubilé el 1 de enero de Aguanté [sólo] un año después del gobierno de López Mateos. No soporté estar agarrándome las quijadas con [Agustín] Yáñez. De plano, yo era ya la Presidenta del Instituto de Amistad e Intercambio Cultural México-URSS. Entonces, me dediqué completamente al periodismo y al Instituto. Allí seguí trabajando. También, dejé el Partido Comunista Definitivamente, me retraje. Fue precisamente entre [los años] sesenta y dos y sesenta y cuatro que me retiré definitivamente del Partido Comunista. Se lo avisé a López Mateos [el presidente de la República], quien me dijo: -- Después de veinticinco años, en que has dado toda tu juventud, te sales [del Partido]? -- Sí, le dije. -- Por qué? -- Porque ese no es Partido. Ya había un chinismo La doctora Esther Chapa, que se dejaba matar por los soviéticos, siendo vicepresidenta del Instituto México- URSS, se decidió por ser vicepresidenta de la organización chinista, a ese grado! Y, pues, había que combatirlo. Y todo eso se fue mezclando hasta hacer la bola terrible Y con todos los problemas del Instituto, [con] el asedio constante de los comunistas en mi contra, de las envidias y de que no pertenecía a ninguna organización política, de que fue una década igual a la anterior, viajé mucho al extranjero, a la URSS. Para mí, esa etapa del Instituto, entre que yo no tenía dinero, en que la primavera de Checoslovaquia, la invasión de las fuerzas del Pacto de Varsovia; que no fueron los soviéticos, como dicen, fueron los del Pacto de Varsovia, que era un pacto de ayuda mutua y de defensa de las fronteras. Y todo eso se fue mezclando hasta hacer la bola terrible. Todo esto entre los años Luego, había que preparar dos cosas: nuestro trabajo lateral a la olimpiada [de octubre de 1968 en México] y la presencia de los atletas soviéticos, que traían, además, temas culturales. Algunas tuvieron que realizarse por la gestión de la embajada [soviética], porque era una cosa 356

2 Trajeron cosas culturales. Había todo el aspecto del movimiento femenil en el mundo, la protesta. Vino la primavera de Praga. Aquí, lo de Tlatelolco. Me pusieron bombas en el Instituto. Además, preparar el año Lenin, porque la ONU, ese año [1969, proclamó a 1970] el Año [del centenario del nacimiento] de Lenin. Así que todos los países pertenecientes a la ONU lo celebraron oficialmente. El gobierno de Díaz Ordaz Cuando me jubilé, Díaz Ordaz tenía como dos años de presidente. Para mí, la Secretaría de Educación Pública es una cosa muy significativa. Te voy a decir las características del período de Díaz Ordaz. Él pertenecía a un grupo de abogados y políticos de Puebla. Y acabó trabajando en el despacho de todas las cosas jurídicas de los Jenkins 1 (unos americanos que eran dueños de fábricas, de tierras ). Y aprendió todas las mañas de ellos; también, las de los políticos. Para mí, la entrada de él significa el entronizamiento de la burguesía revolucionaria ambiciosa no solo del poder sino del dinero. Este señor [Díaz Ordaz] era secretario de Gobernación. Su candidatura no tuvo grandes simpatías, pero es eso de lo que dijo Vargas Llosa: La dictadura muy disimulada del poder económico-político que está dentro del PRI. Y eso es lo que determina, porque ya en el PRI estaban capitalistas, políticos capitalistas. López Mateos le entregó todo a Díaz Ordaz, a quien ni por aquí [por la mente] le pasaba seguir manteniendo la situación de la línea cardenista, porque él no representaba al cardenismo. Él representaba a la parte ya muy caracterizada de la burguesía que emergió de la revolución, que comenzó a formar monopolios y [tener] tratos con los Estados Unidos, en fin, una cosa que hasta internacionalmente dolía. Díaz Ordaz no podía suprimir la nacionalización de la Industria Eléctrica, no podía suprimir lo de Petróleos, no podía suprimir lo de las escuelas rurales, pues se quedó así. Y el Plan de Once años [emprendido por Torres Bodet], peor. La gente que trabajaba en Educación era muy negativa. Se mantuvo, eso sí, porque vivían las gentes que respetaban la línea de [las] relaciones internacionales de México y la no intervención en los asuntos ajenos; y la política de paz, en fin. 1 William Oscar Jenkins Biddle ( ) fue un empresario multimillonario de origen norteamericano que amasó una de las más grandes fortunas de México. Su ámbito empresarial abarcó las ramas textil, azucarera, alcoholera, la industria del cine, entre muchas otras. 357

3 Su gobierno fue represor. Hubo gente que fue a dar a la cárcel, hubo gente Bueno, lo que él hizo en la Universidad [la UNAM]: quería el ejército violar la autonomía y Barros Sierra no lo permitió. Entonces, con todas las cosas de terror, de violación a la Constitución, con presos políticos, [con] lo del 68, de la Universidad, etcétera, le creó un desprestigio tal a Díaz Ordaz, que la gente ya no quería que estuviera pero ni un día más. Aguantó porque no había otra. Yo no me acuerdo que [Díaz Ordaz] haya hecho nada bueno. La finanza se mantuvo más o menos quieta y todo por tu abuelo [Antonio Ortiz Mena] y su discreción. Además, porque, pues, había círculos políticos muy serios, aun dentro del PRI, que apoyaban a tu abuelo. Díaz Ordaz acabó de coronar las cosas con lo del 68. Esto se conjugó un poco con la influencia de la primavera de Praga y de París, en que los líderes, todo el juego del imperialismo estaba allí, iban y venían en un esfuerzo conjugado. Inventaban secuestros. Allanaban bancos, hasta en el puerto de Acapulco, allanaron un banco. Y, pues todo eso [Gustavo] Díaz Ordaz arranca [su gobierno] con una represión increíble. En la época de [Miguel] Alemán, había muchos presos políticos, aprovechando aquella ley que se expidió cuando la guerra: el 145 constitucional [se refería al delito de disolución social]. Era [un artículo] transitorio, pero no lo borraron de la Constitución. No permitía manifestaciones, huelgas, protestas. Inclusive se fiscalizaban mucho las reuniones pensando en las conspiraciones. Se estrena con los médicos Bueno, pues, entra Díaz Ordaz [empieza su gobierno] y se estrena con los médicos que hacen un paro en el Seguro [Social], en el ISSSTE, en el Hospital General, porque el presupuesto era muy restringido, [aunque] muchos de ellos tenían que trabajar horas extras. El movimiento [estuvo] jefaturado por una gente intachable: Ismael Cosío Villegas 2, que quedó congelado casi de por vida. Era 2 Ismael Cosío Villegas ( ). Médico. Graduado en 1926 por la Universidad Nacional Autónoma de México. Se especializó en Tisiología, que fundó en México. Jefe del Servicio de Tuberculosis en el Hospital General ( ); catedrático de la Facultad de Medicina de la UNAM ( ); fundador y director de la Campaña Nacional Antituberculosa realizada en tres ocasiones de los años 1943 a 1948; Jefe de Servicios de Tuberculosis del Hospital Huipulco de 1938 a 1964; presidente de la Academia Nacional de Medicina en 1961; y director del Hospital de Huipulco (1956 a 1965), hoy Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias Dr. Ismael Cosío Villegas. Durante el movimiento médico iniciado en 1964, estuvo comprometido con los médicos y 358

4 director del sanatorio de Huipulco, fue el fundador de la especialidad de Neumología en México, era un maestro adoradísimo. Y, por el estilo, a muchos los metieron a la cárcel. Mucha culpa tuvo [Francisco] Galindo Ochoa. Sí, había represión extrema con Díaz Ordaz. Era muy reaccionario Díaz Ordaz era una gente muy reaccionaria. El despacho de Díaz Ordaz había sido el apoyo total a Jenkins, un americano que no sabes de él no?, de Puebla, y quería llegar su reino hasta Morelos y ahí no lo dejaron meterse y punto. Pero este señor [Jenkins] era un incondicional de Maximino Ávila Camacho. Díaz Ordaz era muy inteligente, pero muy arbitrario. Duro, duro, duro ni un minuto dejé de luchar por las mujeres Entonces, en medio de todo eso, quiero decirte que el grupo de las mujeres que persistieron en la lucha por los derechos de la mujer no dejó de ser ajeno a mí ni un minuto. Aunque ya no fuera miembro del Partido [Comunista], aunque ya no dirigiera la Comisión Nacional Femenil del sindicato [del SNTE], como periodista era una cosa de duro, duro, duro, duro. Comencé a estar mejor, porque encima de todo esto, aunque yo no participaba directamente en la lucha femenina, pues a veces no me podía negar a tomar parte en actos en el movimiento que, la verdad, se fue así, se clavó. La expansión de la intervención de los Estados Unidos, sobre todo en los medios de comunicación era total. Yo trabajaba en El Día y entonces teníamos que escribir con un cuidado terrible. Mundo Femenino en El Nacional Aparte, yo escribía en [el periódico] EL Nacional una columna a la semana que se llamaba Mundo Femenino. Por eso pude comprar la casa. residentes del Sanatorio Huipulco. En 1965 dejó el cargo de director del Sanatorio con dignidad absoluta, estricto sentido ético y sin parpadeos haciendo frente a las fuerzas armadas que tomaban las instalaciones sanitarias del país y la ciudad universitaria. Debido a la negativa de retractarse a las críticas al gobierno de Díaz Ordaz y a su apoyo a los movimientos médicos del 64 y estudiantil del 68 fue obligado a dejar su cátedra en la UNAM. 359

5 Tú no sabes lo que nos hacían a nosotras [por estar] pidiendo el voto. Bueno, era una persecución! Nos cesaban de los empleos Por eso, (por estar en el Partido Comunista) más de la mitad de lo que yo escribí en esa época está firmado con pseudónimo o no tiene firma. Pues, la cosa fue que entré al Partido [Comunista Mexicano] en el año [19]37. Tenía 30 años de edad. Claro que yo había leído y había estudiado a Marx y a Engels, a Hegel, y conocía todo el avance de la URSS. Yo no entré como mensa a aprender el marxismo, al contrario, a enseñarlo, porque casi nadie sabía nada de marxismo. Y, pues, la gente creía que yo iba a hacer revueltas entonces, por eso escribí tanto sin mi nombre, porque una gente que [se] pregonaba de revolucionario, [Fernando] Benítez me dijo: el que escribe, malescribe : firma con tu nombre. Y comencé a hacer la columna El mundo de la mujer con mi nombre. Lo mandaron llamar de gobernación y no sabía cómo decírmelo. Baboso!, yo te dije que con pseudónimo. Se acabó: [de hoy en adelante] Soy Victoria Miranda. Y no le quitamos la cabeza a la columna, simplemente firmé Victoria Miranda. Martín Luis Guzmán aceptó todo al principio; pero, como tenía tres militantes abiertos del Partido, quería quitar de la cartelera los nombres de reporteros, redactores, columnistas, los nombres de todos, para [también] quitarnos a nosotros. Pero, no pudo pues estábamos sindicalizados. Durante muchos años, yo hice, sin poner mi nombre, el boletín de información de los servicios sociales de Hacienda. Yo era la jefa de redacción, lo hacía todo. Porque cuando yo entré estaba [Antonio] Carrillo Flores [de secretario], y nunca le importó que yo pusiera mi nombre, pero tu abuelo No dijo que no, el era alemanista, alemanista, alemanista. Cuáles han sido los pseudónimos? Tantos! Yolía, a los 18 años en El Día; Victoria Miranda, muchos años en El Nacional ; en otras revistas, firmé varias veces como Ventura Tiempo. Y había un problema: que, a veces, yo hacía toda una página y hacía un artículo firmado, otro anónimo y otro con pseudónimo. A veces Ahora entre los papeles que estoy tirando que digo: yo para qué guardo esto? Me pongo a leer y: Ay! qué raro. Quién escribiría esto? De repente digo: Pero, si es mío. En El Día mantuve la columna Ellas y la vida En El Día, el pseudónimo era Yolía De hecho, yo era fundadora de El Día. En [mil novecientos] setenta, tenía yo ocho años de trabajar en El Día. No sólo hacía mi columna. A veces, hacía dos tres páginas del suplemento, sobre Fray Servando Teresa de Mier 3, sobre Gregorio 3 Servando Teresa de Mier ( ). Sacerdote dominico, escritor de numerosos tratados sobre filosofía política en el contexto de la independencia de México. 360

6 Torres Quintero 4 Aprovechábamos las fiestas, las celebraciones cívicas. Hice Frida Kahlo en la preparatoria, cuando cumplió, no me acuerdo si veinte años o diez años de muerta, porque murió en cincuenta y seis o en sesenta y seis? Otras veces era para personas destacadas, premiados, en fin. Eso me lo pagaban bien. Yo entré con planta a trabajar a El Día para hacer, con pseudónimo, una columna dos veces por semana que se llamaba Ellas y la Vida, porque le expliqué a Enrique [Ramírez y Ramírez, el director fundador] que no iba a poner mi nombre en razón de que en cuanto me vieran las líderes me iban a caer encima para pedirme que yo hablara de este lío, de este chisme, y yo quería hacer una cosa de altura. Él lo entendió muy bien. Y era secretísimo de que yo era la autora de eso. Mi pseudónimo era Yolía, que en maya quiere decir corazón de mujer. El Gallo Ilustrado y otras publicaciones También hacía reportajes y entrevistas para El Gallo Ilustrado, a veces ocupaba hasta cuatro planas del suplemento cultural. Hice lo de Fray Servando Teresa de Mier; Teresa, la de Alzate; la de don Gregorio Torres Quintero; la de Frida Kahlo, bueno la de muchos. No me pagaban gran cosa, pero ser amiga de Enrique era una gloria, pues en cuanto al dinero él era una desgracia porque comenzaba: No hermana, no tengo. Sin embargo, en el suplemento sobre todo, cuando él pedía que yo fuera la entrevistadora, siempre me pagaban bien, a veces tan alto como Excélsior paga en los suplementos a sus colaboradores. Yo estaba muy contenta con mi trabajo porque estaba entre amigos, sobre todo mientras vivió Pepe Alvarado 5 y el Negro Dorantes, que fue el primero que se murió. Después, quedaron Aiwami Romero y Paulino Velázquez Toraya; algunos habían sido compañeros míos de escuela y juntos irrumpimos en el periodismo. Otros, pues, los había encontrado en el camino de periodista. En ese período, escribía también con pseudónimo en otras partes. Escribía mucho sobre Educación y [el periódico] Novedades publicó también colaboraciones mías en primera plana. 4 Gregorio Torres Quintero ( ) Profesor colimense, pedagogo, cuentista, e innovador en sistemas de enseñanza. 5 José Alvarado Santos ( ). Periodista, narrador y ensayista. Escribió para varios periódicos del país. Fue reconocido a nivel nacional. A principios de los 60, fue electo rector de la Universidad Autónoma de Nuevo León, teniendo que renunciar pocos años después por motivos políticos. 361

7 El libro, La Mujer en la intervención Francesa Yo me había echado a cuestas escribir el libro de La Mujer en la Intervención Francesa, porque José Domingo Lavín 6, ay!, me traía frita. Si usted no lo hace no lo va a hacer nadie, me decía. Y las mujeres tomaron parte muy destacada contra la invasión francesa. Y dale y dale. Sabes que lo escribí en veinte noches? No dormí en 20 noches. Bueno, en 1962 escribí Mujeres en la Intervención Francesa, con un aspecto muy interesante porque dividí a las mujeres en dos partes: en las buenas y las malas. Era muy interesante hablar de las malas. Y saqué a luz, por ejemplo una cosa que casi no se conoce: Tenemos constitución gracias a la intervención de Josefa Ocampo de Mata. La tenemos porque esa mujer visitó a los seis diputados que no habían querido firmar el proyecto de la constitución del cincuenta y siete que, dentro del liberalismo, era muy avanzada. Separaba a la iglesia del estado. Entre ellos estaba Valentín Gómez Farías 7 que, siendo liberal, era muy católico. Josefa, consiguió la firma de cada uno de esos seis. Hubo gente, como Valentín, que la firmó hincado y persignándose; pidiendo clemencia, perdón, a Dios de lo que iba a hacer. Pero la firmó. Ahora hay una furia horrible porque [Salinas] De Gortari ha pisoteado la Constitución Mira, el día que llegó el Papa, yo me levanté muy temprano y me fui a oír y a ver todo. Vi que la iglesia desplegaba hasta lo que no, hasta que llegó el papa. Y vi a De Gortari esperándolo en el aeropuerto [Benito] Juárez de la ciudad de México. Me regresé a llorar. Porque la separación de la iglesia del estado le costó a México la intervención francesa. Le costó ataques terribles. Eso y las leyes de Reforma. Y ahora se recibía al papa a bombo y platillo. Disimulando como que era el representante de un estado, porque según ellos, el Vaticano es un estado. Y Tú has estado en Roma? De qué tamaño es el Vaticano? Tiene representante en el congreso de Italia?... Bueno, y lo dejaron que oficiara a cielo abierto y todo lo que prohíbe la constitución. 6 José Domingo Lavín Revilla ( ) Ingeniero civil nacido en Ciudad Victoria, Tamps. Colaboró en periódicos y revistas. Se distinguió por sus alegatos en defensa de la riqueza nacional del subsuelo, especialmente la del petróleo, y a favor de una estricta reglamentación de las inversiones extranjeras. 7 Valentín Gómez Farías ( ). Jalisciense, médico y político presidente de México en cinco ocasiones. En 1856 fue electo diputado por Jalisco y más tarde, presidente del Congreso Nacional Constituyente que promulgó la Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos de

8 López Mateos nos regaló diez mil pesos a cada uno de los autores, parece que fueron treinta o eso te lo digo después, porque es muy fácil; yo tengo toda la colección. A mí, se me quedaron en el platillo muchas mujeres, pero, yo ya no podía seguir escribiendo. Lavín había corrido detrás de mí como dos meses: Si usted no escribe ese libro, nadie lo va a escribir!. Eran como folletos. Se publicó. Desde luego toda la gente asistente a la conmemoración de la Invasión Francesa, organizada por la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística, tuvo ejemplares regalados. La edición era muy vasta. Te advierto que el primer folleto que se consumió [se agotó] fue el mío. Porrúa lo tuvo a la venta como todos los otros; la mayor parte se fue al sur de los Estados Unidos. Qué interesante, verdad? Vinieron y lo compraron de allá. Quedan cinco en el archivo de la Sociedad de Amistad, y dos que yo tengo. Lo buscan mucho todavía. Se pensaba hacer otra edición. Los diez mil pesos que López Mateos nos regaló a cada autor, pues, no eran despreciables. Yo tenía el problema de la casa, comprada con dinero [de la Dirección de] pensiones. Cualquier centavo que me caía, me hacía feliz. Y nos homenajearon, en fin. Se comentó mucho. A mi modo de ver, [el folleto] está mal escrito, porque te imaginas la carrera con que lo hice? Yo no tenía tiempo para hacerlo. Además la tarea de la intervención se extendió por todas partes. Y la Secretaría de Educación hizo una conmemoración muy buena. Hicimos cien mil ejemplares de un folleto. Aparte, [hicimos] el boletín del consejo, que yo hacía, también era la intervención. Y aunque, en forma general, planteábamos el problema, luego lo tomamos en particularidades. Allí, yo tenía colaboradores, por ejemplo: Ermilo Abreu Gómez, René Avilés (no Avilés Favila sino su padre), Germán Lizarsubide, [Arturo] Arnáiz y Freg; gente de mucho Bueno, terminó eso. El boletín de Hacienda y los servicios sociales de Hacienda Ya estaba jubilada. Sólo trabajaba en Hacienda, por honorarios, haciendo el boletín. Y, al cambio de gobierno, la cambiadera fue espantosa, porque el señor que entró, que era más publicista que periodista, hizo un papasal [algo insubstancial, superficial] del boletín. De sacar artistas de cine en la portada, de romper todo el servicio social. Porque era un boletín de trabajo social en que se debía enseñar y explicar, pero al detalle, qué eran los servicios sociales de Hacienda; los que eran muchos y muy buenos. Tu abuelo [don Antonio Ortiz Mena] incrementó sobre todo la atención a los niños. Era la mejor guardería que había en México. Y una escuela primaria, pegada a la guardería, fantástica. Aparte, se creó pues creo que fue la primera-- tienda de abarrotes y cosas. Y había una característica: que todo lo que se agarraba de contrabando iba a dar a nuestra tienda: y encontrabas ropa y todo. Magnifico y muy barato. 363

9 Entonces, era también entender, hacerlos entender, que no debían abusar y que el servicio social era recíproco: del patrón al protegido, y del protegido, al buen uso. El sanatorio era magnifico. En la época de Raúl Noriega, fue la obsesión de él. Y tenía especialistas a todo dar. En una vieja casona que está en Lago San Lorenzo, con jardín y todo. Que ahora pertenece al ISSSTE. Historia de la relaciones México-URSS Sobre la URSS y la conveniencia del intercambio cultural, de llevar nuestra pintura allá y de traer la de ellos acá. Lo pensé porque en la época de Calles, de esas casualidades así, que yo era muy amiga de Luis Monzón (un diputado comunista), del maestro Ramos Pedroza (que era un buen historiador) del que fui su ayudante y suplente como maestra de Historia en la escuela secundaria. Él había ido con el primer embajador, Basilio Badillo, y había estado una buena temporada allá. Y un día, platicando, me dijo: -- Mire usted: para que la balanza en las relaciones de México frente a nuestros vecinos se quede así, esto de haber establecido relaciones del gobierno revolucionario ha sido un paso muy atinado del general Obregón. Entonces pues, [aunque] a pedazos el me iba contando cosas Pero, supe que México había tenido relaciones con los zares en el siglo pasado, en la época de Porfirio Díaz. Éstas se rompieron. Y la URSS estaba muy interesada en el henequén, porque tú sabes que los cables de los barcos no tienen mejor material que el henequén? Yo no lo sabía y viajé varias veces en barco. A Europa fui y vine en barco. Había hecho viajes a Yucatán por barco. Entonces, comencé a fijarme en los cables. Hasta hice un viaje a Veracruz para irlos a ver. Fue cuando vino Davinov, un biólogo, quien se quedó azorado de ver la flora de México, de plantas que él ni conocía ni sabía que existieran. Y la forma en que los antiguos mexicanos se alimentaban: con frutos, plantas y raíces. Él se llevó una buena colección de cactus y de agave (el agave son los magueyes). Quiso aclimatar algunos y no se aclimataron. Cuando me operaron del oído en todos los son varios hospitales así. En el hospital central del Kremlin. Yo estaba en una de las secciones y fui a ver el invernadero y allí vi, todavía, plantas que Davinov había llevado [de México]. Hay una [planta] muy interesante, que ellos usan todavía ahora, un cactus muy chistoso, redondo, que da floresitas amarillas y rojas, pero por dentro, así. Ese [cactus] no se da más que en San Luis Potosí, en la parte desértica. De allí sacan un jugo que tiene mucho calcio en suspensión y lo usan para inyectar las encías descarnadas de los diabéticos y no se les vuelven a descarnar. Y trataron de llevar arena, tierra de aquí, y nunca 364

10 Él, Davinov, hizo un recorrido por la zona de cactáceas en África y no la encontró en ninguna parte. Es como el tejocote que no se da más que aquí. Como los capulines, que son de la familia de las cerezas, que tampoco no se dan en ninguna parte, más que aquí. Y todo eso me volaba y, además, como todos éramos tan afectos a leer la nueva literatura revolucionaria, uf!, nos leímos a Gorki; Sachka Yegulev, de Leonid Andreyev; a Pushkin. Y yo escribía mucho sobre todo eso, pero también era una abanderada. Después de lo que me dijo el viejito Ramos Pedroza, que la relación con la Unión Soviética era muy importante para poner así el fiel de la balanza, yo la defendía, pero así, ciega. Era interesante porque fui sabiendo poco a poco que aunque la URSS tenía algún desarrollo industrial, la verdad es que la Revolución comenzó desde cero. No tenían Industria pesada, propiamente dicha. No tenían Industria ligera. Su agricultura no abastecía a toda la población. Y el primer paso de Lenin (el grupo estudió mucho lo que Lenin había planteado: que había que electrificar a la Unión Soviética; y que podían hacerlo porque [el país] era muy rico en ríos y en caídas de agua). Y entonces comenzó allá el desarrollo industrial. La agricultura. Cuando fui, me quedé azorada de ver unos tractores enormes, que uno de ellos tenía un tamaño de aquí a allá. Con eso, removían la tierra y además esos mismos iban después a la siega, a recoger el trigo, y bueno Cuando me metí en el grupo de marxistas, que encabezaban José Zapata Vela, Ricardo Cebada, Mario Sousa, Martínez Adame, González Aparicio yo a veces me río mucho, porque pues tenía trece, catorce años o quince, y ellos, pues, ya estaban en Leyes. Cuando yo entré a la prepa, todavía alcancé al grupo de tu abuelo y de Carillo flores, al de todos ellos. Bueno, entonces, pues el siete de noviembre de 1924, Obregón recibió las credenciales del primer embajador. Ya había ido una delegación mexicana de gente revolucionaria. La habían invitado, pues, lo que iba a hacer el intercambio. Entre ellos fue Germán Lizarsubide. Para ese día, nosotros organizamos (un grupo de estudiantes preparatorianos, yo era la única mujer metida en el lío junto con nuestros maestros) la celebración del siete de noviembre 8 en el anfiteatro Bolívar. Se paró el tránsito porque los obreros, los campesinos (entonces había muchos campesinos en el Distrito Federal), intelectuales, asistieron al acto. Lo presidió el embajador [ruso]. Ya podía hacerlo, en la mañana había presentado sus cartas credenciales. A partir de entonces, en donde fuera, aunque fuera en un cuarto cerrado, escondidos por allá, celebrábamos el siete de noviembre. Sobre todo cuando vino 8 El 7 de noviembre de 1917, Lenin y un grupo del movimiento bolchevique ruso tomaron el Palacio de Invierno de Petrogrado. 365

11 la represión por el asesinato de Obregón, en que México suspendió, rompió relaciones, con la Unión Soviética. Ya había estado aquí [Alexandra] Kollontai, la primera mujer embajadora en el mundo. Y bueno nos quedamos así. Supe que, en 1931, Mario Gil fundó en Guadalajara una sociedad de amigos de Rusia, no decía URSS sino Rusia, en momento muy peligroso por lo de los Cristeros. Yo no sé, toda esta gente de la que me rodeé era atrabancada y audaz, pero del demonio! Yo no sé cómo Mario pudo sostener y mantener la sociedad, creo que durante cuatro años, porque después vino a vivir a México. Cuatro o cinco años más tarde se fundó la Sociedad de Amistad [México-URSS] en Jalapa, con Mancisidor, [Manuel] Maples Arce 9, Germán Lizarsubide, no me acuerdo si Arqueles Vela 10, escritor y gran maestro de literatura, entraba en el lío. Entonces, con motivo de la guerra, nacieron los Amigos de la URSS en Guerra. Se reunieron todos los grandes luchadores: Bassols, Lombardo, Pliego, Siqueiros, una bola [número considerable] de gente en que había varias mujeres: Eulalia Guzmán, la maestra Guadalupe Cejudo, Esther Chapa, Matilde Rodríguez Cabo, yo, que era la más joven de las mujeres. Pero de los hombres había gente muy destacada eh?: Enrique González Martínez 11, el general Tomás Sánchez Hernández, el sabio Manuel Sandoval Vallarta, el historiador Chávez Orozco Todos querían presidirla, todos. No de los mafiosos. Y, además, era el encuentro, así de frente, entre lombardistas y bassolsistas. Lombardo, sabiendo lo que significaba que hubiera ese órgano, se retiró muy silenciosamente, y dejó que decidieran Víctor Manuel Villaseñor y Ay! yo no sé, yo los tengo todos enlistados! Entonces, pues yo era realmente una escuincla y ante señores tan así Lo único que hacíamos Ernesto Madero, [Enrique] Ramírez y Ramírez, Dorantes y Lagunas; incluso Octavio Paz eh?, [estaba] muy metido; Fernando Gamboa, que hizo una primera exposición fabulosa de timbres rusos cuando se inauguró el Instituto (en la continuación de Avenida Juárez, que tenía terrenos baldíos) Ay qué maravilla! Y cómo los colocó él eh?, y cómo nadie los tocaba. Iban a 9 Manuel Maples Arce ( ). Veracruzano, de Papantla, fue un poeta, abogado, diplomático y escritor mexicano, fundador del Estridentismo a principios de los años Es considerado uno de los próceres del vanguardismo latinoamericano del siglo XX. 10 Arqueles Vela Salvatierra ( ). Escritor, académico y periodista. Solía usar el seudónimo Silvestre Paradox para escribir algunos artículos en el periódico "El Universal Ilustrado". Hay indicios de que otros periodistas escribían también bajo ese seudónimo. 11 Enrique González Martínez ( ). Jalisciense, poeta, editorialista y diplomático. Uno de los "siete dioses mayores de la lírica mexicana", en palabras del crítico Pedro Henríquez Ureña. 366

12 comprar sobrecitos en que venían [las estampillas] y era lo que queríamos para tener dinero. Bueno, se fundó el Instituto Y yo lo fundé de Quita, pon, trae, lleva, habla con éste. Muy agradable porque la gente así como Alfonso Reyes 12, como el doctor González Guzmán 13, todos me recibían y me oían y yo los convencía, a veces, y acababan aceptando. Así es que la primera junta directiva del Instituto, fue una directiva de glorias nacionales, esa es la verdad. Ni cuando iba yo a pensar que un día sería la presidenta, ni por aquí me pasaba. Yo lo que más deseaba, sobre todo cuando la expropiación petrolera, era que se fortalecieran los lazos económicos y culturales con la Unión Soviética, porque eso hacia el contrapeso de los americanos, contra los americanos. No se me olvidaba nunca lo que me había dicho el viejito Rafael Ramos Pedrueza 14. Había dos generales: el general Tomas Sánchez Hernández, que era subsecretario de Educación; y el general Jara, que fue siempre fiel al Instituto. En esa etapa yo trabajé mucho en el Instituto. Ya era yo miembro del Partido y a la vez era yo dirigente nacional del sindicato [de maestros]. Lo fundamos el catorce de marzo de 1944 y entonces, pues, ocuparon la directiva esas gentes, trabajaron muy bien. Se hizo una revista preciosísima. El acta constitutiva, cuando yo la leía o la leo, me da mucha risa porque cada quien va diciendo su posición, y Cebada puso: Banquero, ya era banquero. Esta gente siempre me trató muy bien. Yo di ahí dos conferencias: una La educación en la Unión Soviética y otra que se llamó La Guerra: delincuencia infantil y juvenil, que fue traducida a varios idiomas, especialmente la de la guerra. Porque yo trabajaba en [la revista] Tiempo, y había ido reuniendo en las revistas que nos llegaban de fuera los datos sobre el estrago que la guerra había hecho en los países imperialistas, en los Estados Unidos, y además cómo ese estrago se afirmaba y se consumaba y creaba delitos juveniles y suicidios terribles 12 Alfonso Reyes Ochoa ( ). Poeta, ensayista, narrador, diplomático y pensador. Se le conoce también como el regiomontano universal. 13 Ignacio González Guzmán ( ). Médico, biológo, investigador y académico, especializado en el tratamiento de púrpuras, en hematología de la lepra y en la oncocercosis.. 14 Rafael Ramos Pedrueza ( ). Se dedicó al magisterio. Fue profesor de historia y geografía económica en la Universidad Nacional de Literatura de la Esc. De Verano y en el Conservatorio Nacional. Enviado por la SEP, estudio en Rusia y recorrió la mator parte de los países europeos. 367

13 en los Estados Unidos, por la continuación de lo de Corea y de Chipre, te acuerdas? Bueno, además porque ya habían puesto su patota en Vietnam. Francia había dejado Vietnam y ellos fueron y se plantaron allí. Fue una época muy conflictiva, tanto o más conflictiva que la de hoy, porque ahora no ha habido guerra. Cierto que estaba la Guerra Fría. Cierto que las armas nucleares y la amenaza terrible, constantemente. Pero, la crisis de ahora es Por donde voltees la cara, corres. El inicio del Instituto México-URSS El nombre completo era Instituto de Amistad e Intercambio Cultural México-URSS, cuando se fundó era México-Rusia. Bueno, ya para entonces, lo que te voy a contar es muy interesante, muy importante de cómo llegue al Instituto de Amistad México-URSS y por qué acepté estar en el Instituto porque eso coincide con mi salida del Partido Comunista, de donde nunca me expulsaron, sino que yo me largué porque ya no aguantaba más, después de 25 años. En 58 o 59, Manuel Meza llegó de presidente al Instituto. Él formaba parte del grupo que desayunaba, por lo menos cada tercer día, en Sanborn s. Una mañana me dijo: -- Ay Adelina, cómo eres? Se murió Diego y no has vuelto al Instituto. -- Pero estás tú, le dije. -- Yo he tenido mucho trabajo, [Manuel]. -- Aunque sea ve de vocal, pero ayúdame!, Adelina. Mira casi no tenemos dinero, el Instituto se está muriendo. Él era chinista eh?, como Chapa, que se volvió chinista. Entonces le dije: -- Bueno, voy a ir, por lo menos a las juntas y ver en qué te puedo ayudar. Éste [Manuel Meza] era representante oficial, con sueldo y todo, de México en la FAO; y constantemente lo llamaban porque era una potencia como agrónomo. Conocía, pero de cabo a rabo, la tierra del país: dónde se podía dar esto, dónde no se podía dar; cuáles eran las zonas que se debían irrigar con arroyos pequeños, lo que se podía sembrar, lo que no se podía sembrar, los animales que se debían criar... Pues, él fue el del plan de las escuelas agrícolas experimentales que funcionaron en la época de Bassols y luego a la entrada del general Cárdenas, que fue una experiencia magnífica; y de las escuelas normales rurales, que tenían además una parte de agronomía. Él era bassolsista. Pues, un día se fue uno de los lombardistas y, pas!, que me mete de vicepresidenta. 368

14 Me dejaba en funciones de presidenta Y, entonces, allá por los años 60, 61, el señor [Manuel Meza] iba a las asambleas o a las conferencias o a la revisión de métodos de cultivo en Australia o a donde fuera y me dejaba a mí en funciones de presidenta. Pues fíjate que qué bien hice en aceptarle [la invitación] porque yo ya no militaba en el partido, ya no podía ser miembro del sindicato de maestros y las organizaciones de mujeres estaban hechas polvo, así que andaba volando; y llegué y me entregué íntegramente quince años al Instituto. Reorganicé todo en el Instituto porque Manuel se jubiló, en el 65 ya me dejó de presidenta en funciones. De hecho, yo lo era. Muchas veces me llamaba y me decía: Pues invité a una conferencia así y yo no voy a ir. Cómo que no vas a ir?, le dije. Yo tengo un compromiso (Ya andaba con los chinitas) y no puedo faltar y he dicho que tú me vas a sustituir. Pues, ahí iba yo. Y que esto y que lo otro. Pues fíjate que tengo que ir a Sonora, mira que tengo que ir acá y me dejaba a mí. El Instituto tenía muy poco dinero. Estaba en un edificio que se estaba cayendo, tenía tantas deudas que para qué te cuento. La librería era un desgarriate, caminaba con puros números rojos, se debían rentas Ay Dios mío! No tenía muebles sino palos viejos. Era un edificio cuya fachada, estilo francés, a él le fascinaba, pero que se había hundido y además, con el cimbreo [movimiento] producido por los camiones que entonces pasaban por las laterales de Reforma, era llover polvito como talco. Acababan de limpiar y todo se ponía blanco. Tenía unos mingitorios [como] para correr. Las aulas eran horribles. Y, allí, pues yo padecía muchas cosas de agresión y de persecución. Estuve en el Instituto realmente desde el año 59, comencé a ser vicepresidenta en 60, a veces me quedaba en funciones de presidenta durante largos períodos, una vez [por un periodo de] seis meses, porque Manuel Meza, el presidente, fue a un seminario y cosas de estudio a Australia. Y cuando él pensó en jubilarse y en irse a vivir a Chilpancingo pidió una licencia, pero él ya se iba, y dijo que me dejaba de presidenta interina. Que él había movido ya todo para que la presidenta fuera yo. Me quedé en el Instituto. Yo tenía mucho miedo de aceptar, porque no había dinero. Por más que Manuel le había metido ganas al Instituto, no podía alzarse así, aquello era terrible, a veces no teníamos para pagar la renta, se acumulaban dos, tres rentas. No teníamos para pagar a los maestros porque no era suficiente. Los cursos eran buenos pero no había forma de hacerles propaganda. Entonces, comencé a organizar y a poner líneas que le dieran proyección hacia afuera, como eran las funciones de cine que se daban jueves y sábado, no se cobraba nada. Rehíce la revista como pude y el boletín que el Instituto hacía y que se había parado. Inventé una forma, pues, muy hábil, para que tuviéramos publicidad: cada 369

15 mes planeábamos las películas que se iban a dar, así que cada semana hacíamos un boletín para las secciones culturales de los periódicos, que ya ves que sacan [publicitan] conferencias para que fueran allí y me fui a hablar con todos los compañeros. El señor Gómez me ayudaba mucho. Él iba periódico por periódico y entregaba lo que habría el jueves. Celebramos fechas fastos [venturosas], es decir, que señalaban acontecimientos para la URSS y para nosotros, días patrióticos, y, por ejemplo, celebramos el Año Hidalgo. Entonces, todavía era yo vicepresidenta. Amalia Caballero de Castillo Ledón había dado una conferencia magnifica sobre Hidalgo. Su marido, ya fallecido, había hecho un libro precioso sobre toda la biografía de Hidalgo, son dos tomos así, que no solamente es su biografía sino la historiografía de la vida de Hidalgo, desde que comenzó a pensar en la Independencia. Amalia aceptó ir, entonces ella era Subsecretaria de Educación. Y, así, yo buscaba gentes de mucho prestigio para dar conferencias, sobre la ciencia, la educación en la URSS, las relaciones con la URSS desde que se habían tenido en la época del zarismo. México fue el segundo país en el mundo que estableció relaciones con la URSS. De esa manera, yo jalaba de aquí y de allá y [siempre] encontraba quien me ayudara. Reanudé la publicación de la revista del Instituto, muy pobrecita porque no teníamos nada de dinero, pero salía. Tomé el plan y el programa que Manuel Meza había trazado, lo examiné muy bien, porque en mis funciones de vicepresidenta y sustituta de Manuel, (cada viaje, a veces de un mes, a veces de tres, y uno de seis meses, en Australia) yo me había dado cuenta de todo lo que hacía falta y que no tenía casi salida y, pues, los conflictos que se desataban entre comunistas, pepesistas y la gente que no pertenecía a ningún partido. Pero ahí íbamos. Y comenzamos a organizar lentamente el archivo de fotografía y lo de las películas. Atendíamos, como se podía, a las filiales de Guadalajara, Morelia y Monterrey. Actividades del Instituto Aquello se llenaba, pero se apretaba de gente cuando había conferencias o venían conjuntos rusos, yo siempre hacía que vinieran al Instituto, o hablaban personalidades científicas. Cuando el primer Spootnik tripulado por Gagarin, un químico famoso, que ya murió, fue y explicó científicamente cómo habían podido construir el artefacto y hacer dentro del famoso cohete la atmósfera que permitiera a quien iba manejando ir en la atmosfera nuestra. También vinieron Valentina 15 y 15 Valentina Vladimirovna Tereshkova es la primera mujer de la historia que viajó al espacio exterior, lo hizo el 16 de junio de 1963 a bordo de la nave Vostok

16 Gagarin 16 (Manuel era todavía el presidente), los recibimos en el Instituto que Heberto Castillo le había dicho: En este salón de actos no puede usted admitir más de 200 personas, porque si admite más se va a derrumbar. Y aquella noche, bueno, hubo hasta trancazos, la gente se nos echaba encima porque querían verlos. Estuvieron muy en contacto con nosotros y, después, ya vinieron otros. Y allí, en ese local pequeño, organizamos todo para los atletas soviéticos cuando la olimpiada [del 68]. Ese año abrimos la filial [del Instituto] de Mexicali. Yo viajaba en camión, en Pullman [tren], en lo que fuera. Nunca con comodidades. Poniendo todo de mi dinero, que pedía prestado, pues quién sabe cuándo lo pagaría y sólo si había ayuda. Sí, hubo mucha gente que me ayudó. Y volvimos a la normalidad, pero la represión no se acababa. Se había quedado así. Entonces, así se cerró el año setenta. Esto no lo hicieron mexicanos Me pusieron una bomba. Hubo una conferencia técnica de carácter económico y los americanos acababan de invadir Santo Domingo, que no llegaron a plantarse y poner gobierno, pero sí influyeron y mataron mucha gente. Díaz Ordaz, indignado, en su intervención metió una protesta contra el imperialismo americano. Y que me ponen la bomba! Se cimbró la gasolinera que estaba en la esquina. Estaba en Reforma donde después fue el Salón Fru Fru, o no me acuerdo, un cabaret junto al Hotel Montejo, y se cimbró toda la calle. Afortunadamente, la bomba que echaron directo contra un tanque de 300 litros de gas que estaba en la escalera para subir al primer piso (toda la construcción en el interior era muy francesa) se chorreó si no todo hubiera volado y hubiera volado la gasolinera de la esquina. Eran las 5:30 cuando el conserje, el profesor De Gante, me llamó por teléfono. Me fui volada: dije, esto no lo hicieron mexicanos. La librería se había destrozado, era ésa una casa vieja, vetusta, que se estaba cayendo, con una humedad horrible porque se había hundido. Teníamos las obras de Pushkin en papel cebolla. La edición era preciosa y se echó a perder. Y llegaron los agentes de gobernación. Venía el jefe, un rumano asilado en México. Para mí, un espía muy entregado a los americanos. Le dije: -- Eso no es obra de mexicanos sino totalmente de extranjeros. -- A dónde voy primero?, le pregunté: A la delegación o a la presidencia? Porque esto no lo hicieron ni a mí ni a la Unión Soviética, sino que esto es el pago 16 Yuri Alekséyevich Gagarin ( ), cosmonauta soviético. El 12 de abril de 1961, Gagarin fue el primer ser humano en viajar al espacio exterior a bordo de la nave Vostok

17 por lo que dijo el presidente [Díaz Ordaz] en la Conferencia de Santo Domingo reprobando la invasión a América porque se salió del tema y protestó. Entonces, me fui corriendo a la presidencia. El jefe de Prensa era Galindo Ochoa, entré [a su oficina] y me dijo, riéndose: -- Qué pasó vieja? Ya sé lo que te hicieron. -- Mire, necesito hablar con el presidente. -- Cómo?, si, claro, [Alfredo Ríos] Camarena me dijo que hablara primero con usted, pero quiero hablar primero con Joaquín Cisneros [Molina]. Él [Joaquín Cisneros] había sido compañero mío de escuela. Y ahora era el secretario particular de [Gustavo] Díaz Ordaz. Entonces, Galindo Ochoa le dijo a [Alfredo Ríos] Camarena: -- Pero cómo voy a llevarla con Joaquín? -- No, [primero] la tengo que anunciar. Por fin, llegué con Joaquín y le dije: -- Tengo que ver al presidente! -- Sí, ya sé lo que te hicieron. Entonces, me iban acompañando un par de comunistas: Oscar Frías y Germán Lizarsubide, y les dije: -- Espérenme! Oscar se puso furioso, pero si a mí me costó tanto trabajo entrar, si entro con los dos señores menos me dejan entrar. -- Mira Joaquín, lo tengo que ver! -- No Adelina, [el presidente] está muy ocupado. -- Pues, va a estar más ocupado si no hablo con él. Y que me voy a la puerta y que agarro así (ya Galindo Ochoa ya se había ido porque tenía miedo de lo que yo hiciera). Entonces, [Joaquín que] me agarra la mano y le dije: -- Suéltame! Y que abro la puerta, entro, veo a Díaz Ordaz, y él me recibe Cómo le va a usted maestra? -- Muy mal, le contesté, pero a usted también, porque eso [lo de la bomba] no me lo hicieron a mí, esa es la contestación que esos bandoleros dan por lo que usted dijo de Santo Domingo. (Desde antier, estaban reparando el edificio que estaba junto, remodelándolo y había una cortina de madera y decía: Puercos! Comunistas! Bolcheviques! 372

18 El MURO era una agrupación de jóvenes del PAN, sinarquistas y de toda la reacción.) -- Mi apuro más grande, le dije a Díaz Ordaz, es que no lo hicieron sólo mexicanos sino extranjeros metidos en esto; o son puros extranjeros y mi apuro es que usted debe tener cuidado de los templetes a donde lo suben a hablar, porque un día le meten una bomba debajo. Mire licenciado [Díaz Ordaz], se chorreó una de las bombas de TNT, un explosivo alemán, la bolsita trae todo el sello alemán. Eso viene de allá del norte, se chorreó porque fue a dar debajo de un tanque de 300 litros de gas y si la que aventaron abajo hizo que vibrara el piso de [las calles] Milán a General Prim, usted se imagina si hace explosión el tanque, vuela todo. Necesito que usted me dé seguridad porque el Instituto no pertenece a la Embajada. El Instituto lo hicimos mexicanos y lo gobernamos mexicanos. De milagro, porque yo no sé como salimos de apuros. Entonces me hizo así: -- No se preocupe, maestra, todo se va a arreglar. Vaya a levantar el acta. De lo demás me encargo yo. Bueno salí y les dije [a mis acompañantes] Vámonos a la delegación. Llegué y levanté el acta. Regresé [al Instituto] y era un tumulto de periodistas. Ya eran como las 12:30 o la una del día. Si Gobernación puso vigilantes en la noche, sólo había dos porque a todo el mundo le intrigaban las bolsitas del explosivo. El [periódico] El Día sacó una información muy buena; Excélsior, también. Y comenzaron a correr los días. Me llamaron dos veces. Fuimos, yo hice que fuera toda la junta y nos turnábamos: No dejábamos al Instituto solo para nada. Un día me mandaron llamar de la Procuraduría y me preguntaron: -- Por qué dice usted que son extranjeros? -- Porque no soy muy vieja, pero esto no lo hacen los mexicanos. El magnicidio, que yo sepa, sólo ha matado a Obregón y eso de aventar bombas así a instituciones, no lo hacen. Entonces el subprocurador me dijo: -- Es posible que usted tenga razón. De quién sospecha? -- Mire, México les ha estado dando asilo a muchos gusanos cubanos. Esos van y vienen a Miami. Es posible que sean también agentes del gobierno de Santo Domingo. -- Sí, por ahí ya estuvimos buscando. Pero esas bombas no las hay en México. Santa Fe hace otras cosas pero eso del plástico La que tronó no dejó más que 373

19 pedacitos quemados que no les decía nada. La otra, la que se chorreo, era el mejor testimonio. Bueno Al otro día, llega Germán y dice: -- Sabes que ya se sabe quién fue? -- No me digas, de veras? -- Sí, pero cállatelo, te lo vengo a avisar. Fueron gentes mandadas por el ejército. -- No es cierto Germán, yo hablé ayer con el subprocurador y están igual que el primer día, no tienen pistas. Esa bomba es material sobrante de la época de Hitler. -- Dale con lo extranjeros, me dijo, son estos de aquí. Una gente que trabaja en Santa Fe me dijo. -- Pues te dijo mal, Germán, en la procuraduría no tienen pista clara. Bueno toda la tarde y a la media noche, el teléfono: Adelina, echaron dos bombas en El Día Qué?! Igualitas a las tuyas (el periódico El Día salía [ocupaba un espacio que iba] de Insurgentes a Sadi Carnot. Es un edificio con departamentos arriba y abajo estaban [el periódico] los talleres y todo, pero agarraron al que las aventó. Es un muchacho Cubano. Entonces, pues Enrique [Ramírez y Ramírez] y toda la gente de la dirección se presentó y yo fui como a las nueve y media de la mañana y me contaron todo el lío: Que uno de los muchachos había pedido permiso para salir a comprar una torta, porque casi ni había comido y no había cenado y tenía mucha hambre y el jefe del taller le dijo que no salía. Y éste aprovechó que el director Enrique Ramírez y Ramírez había mandado llamar al jefe del taller y él [el muchacho] aprovechó, se escabulló y se salió por la puerta de Sadi Carnot, ahí era Alfonso Caso, y en el momento en que regresaba venía corriendo uno diciendo la eché, la eché, la eché, entonces éste se puso a perseguirlo, se quería subir a un taxi y le dijo [al taxista]: Acaba de echar la bomba!, porque él escuchó el estallido. Entonces, el chofer lo soltó, pero estábamos a una cuadra de la Central de Alarmas y ya venían. Porque del periódico habían avisado y ya venían. Debe de haber sido como la una de la mañana. También, ahí se le chorreó una de las bombas que se fue debajo del coche de Javier Romero, lo dañó, pero no lo desbarató. Afortunadamente traía muy poca gasolina, porque si ha traído gasolina, hijo!, el edificio puede que no hubiera volado pero sí se hubiera dañado mucho. No hubo muertos en ningún bombazo. Agarraron al muchacho cubano y confesó: Que sí, que él la había puesto, no quiso decir por orden de quien. Él era un patriota y el periódico estaba del lado de Fidel Castro y, además, ahora ya estaban defendiendo a Santo Domingo de que allá habían parado lo sucedido en Cuba. Bueno un montón de contradicciones 374

20 Lo del Instituto fue porque, dijo, que los rusos tenían su centro de espionaje ahí. Lo condenaron y todo, pero a los que pensaban que lo del Instituto era el gobierno mexicano, les dije: Qué tal! Qué pasó? Quién tenía razón? Tú porque dijiste? Les dije: -- Por la sencilla razón que esta gente siempre nos está acusando a nosotros, a los que mantenemos la amistad con la Unión Soviética, comenzaron por ahí. Y luego como el periódico se ha declarado defensor absoluto de la Revolución Cubana y también ha condenado la invasión a Santo Domingo, que no se consumó completamente, pero rodearon a la isla completa, pues y el presidente, con la tradición de la política exterior mexicana, condenó eso y México fue de los dos o tres países latinoamericanos que condenaron la invasión a Santo Domingo, entonces no pudieron hacer nada aquí. Y lo condenaron [al muchacho cubano] creo que a 8 o 10 años de cárcel, luego le rebajaron porque se portó bien. Su familia toda estaba en Miami. Y claro, la vigilancia de parte del gobierno se volvió mas estrecha. Creíamos que vivíamos en jaula (La jaula es donde todo te lo dan, todo es precioso y bueno ) Al cabo del tiempo, nos llamaron para pagar daños y perjuicios. Desde luego que a Javier le dieron más dinero que a nosotros. Creo que a nosotros nos dieron dos mil pesos, fíjate tú, por todos los destrozos que nos hicieron. Entonces, mandé poner una reja y mandé emparejar para que ni se pudieran subir, ni se pudieran brincar, ni aventar más bombas. Esta es una de las cosas que pasaron después del gobierno de López Mateos. El último viaje a Cuba en 1966 Un día, ya no era presidente, López Mateos me dijo: -- Ven acá Adelina. Después de eso creo que tú vas a tener que escoger: o sigues siendo tan amiga de Cuba y viajando tanto como viajas allá o dejas el Instituto porque te van a acusar de que traes directivas de Cuba a México. Cuba todavía no tenía relaciones con la Unión Soviética, estaban en eso. Entonces, con todo el dolor de mi alma escribí una carta (que mandé a mis amigos) diciendo: Blas siempre me decía: Lo primero es defender la amistad con la Unión Soviética, porque eso garantiza que nosotros tendremos siempre su ayuda. Y poquito después de eso, cuando lo de playa Girón, se hizo el Pacto de Defensa y de Ayuda Mutua. 375