Lo primero es la familia

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Julio Villalobos Botella
hace 8 años
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1 Más de tres mil niños sin familia viven alojados en instituciones del Estado (unos 1.200) o en hogares no gubernamentales (otros dos mil).1 La soledad, el aislamiento y la baja autoestima son algunas de las marcas que esos niños cargarán durante toda la vida. Las familias sustitutas, los tíos, abuelos, vecinos y hasta cuidadoras de bebés son las alternativas propuestas a la institucionalización de niños que no tienen la fortuna de ser protegidos por sus padres. Todo niño tiene, sin embargo, el derecho a ser cuidado en un ámbito familiar mientras un juez decide su destino definitivo. La necesidad urgente de aplicar estas alternativas, y de que el inau delegue parte de esa responsabilidad a las organizaciones sociales, es abordada por la nueva Red por el Derecho a la Convivencia Familiar y Comunitaria,2 un proyecto regional recientemente presentado en Uruguay. Matilde Luna, psicóloga argentina experta en temas de niñez y derechos,3 fue invitada para profundizar en la realidad de niños sin familia y a desarrollar el concepto de convivencia familiar y comunitaria. En pocas palabras: defender el derecho del chico a crecer en una familia, sea la suya, una del entorno u otra de alternativa. La especialista remarcó que la internación en instituciones de cuidados tiene que ser el último recurso. "Venimos de un sistema que consideró durante mucho tiempo esa medida como lo mejor, y era lo único que se podía hacer cuando un chico estaba privado de su familia. Por eso la gran mayoría de los niños en los países latinoamericanos están en hogares." La extensa permanencia de los niños en las instituciones es considerada violatoria de derechos, afirma la especialista. Se viola el derecho a vivir en familia y en comunidad, a la libertad, a la expresión y participación, el derecho a la intimidad y a la educación, entre otros. Los niños institucionalizados se ven afectados por un sentimiento profundo de soledad, incomprensión, aislamiento, desarraigo e incertidumbre frente a su futuro, al no saber quién los va a apoyar, proteger, acompañar; experimentan además sentimientos de rechazo y baja autoestima. En Uruguay, la reciente ley de adopciones vigente desde fines de 2009 establece que la situación de los niños de 0 a 2 años debe resolverse en 45 días, mientras que para los de 3 a 7 el juez debe resolverla en 90 días. Existen marcos regulatorios nuevos y mejorados, pero la verdad es que no se cumplen. 1 / 5

Las familias sustitutas, los tíos, abuelos, vecinos y hasta cuidadoras de bebés son las alternativas propuestas a la institucionalización de niños que no tienen la fortuna de ser protegidos por sus

2 "Cada poco nos enteramos en las noticias respecto a esos hogares por hechos aberrantes de violación o maltrato a alguno de los niños, pero esas situaciones se dan regularmente hace mucho y la gente no se entera", concluyó Luna. BEBÉS Y ROLES. Uno de los aspectos más críticos en este tema es la necesidad de definir con urgencia un hogar para el niño. Según Luna, al bebé le genera un daño en el desarrollo de por vida no tener un cuidado personalizado temprano, del tipo materno o de alguien que sustituya a la madre pero con una modalidad materna continua. Contemplando esta realidad, una iniciativa promovida por la unicef para América Latina y el Caribe busca erradicar la internación de los niños menores de 3 años. En Paraguay, por ejemplo, se cerró el año pasado un hogar de bebés con más de 80 internos (en un país que cuenta con 5 mil niños en instituciones). El trabajo consistió en tomar la historia individual de todos los bebés internados y agilizar su adopción; además se ayudó a las familias de origen y los niños fueron ubicados en un sistema de familia extensa o con cuidadoras especializadas. Según explica Luna, hay acuerdo en que la mejor opción de cuidado alternativo es dentro de una familia, pero esa tarea no la puede ejercer cualquier familia: tiene que ser una que esté preparada y entrenada para cuidar al bebé, muy consciente de su rol, y que no lo quiera adoptar. Debe "desarrollar la capacidad de cuidar y amar a otro, sin la pretensión de 'poseerlo', renunciando para que el niño logre adaptarse, integrarse y ser feliz en el hogar que ha sido designado como definitivo para él", indica uno de los boletines de la Relaf.4 La experta argentina señala que es muy significativo para esos niños enterarse, en su vida adulta, de que hubo una familia que los cuidó mientras sus padres no pudieron hacerlo: "Cuando apelamos al acogimiento sabemos que las familias no se van a ver realizadas y que van a sufrir con el desprendimiento, pero a su vez van a tener un lugar fundamental en la vida de esos niños, los han habilitado como personas saludables, como sujetos sanos en condiciones de seguir adelante con sus vidas". Cuando han sido buenas la relación y la separación, suelen visitarse y quedan enlazados de por vida. La psicóloga asegura que se necesita claridad en el rol de estas familias sustitutas, pero sobre todo en quienes van a conducir esta experiencia, ya sea desde el gobierno o desde la sociedad civil. Actualmente el inau cuenta con 350 familias cuidadoras, en el programa Familia Amiga, 2 / 5

Según Luna, al bebé le genera un daño en el desarrollo de por vida no tener un cuidado personalizado temprano, del tipo materno o de alguien que sustituya a la madre pero con una modalidad materna

3 que se encargan de unos niños; pero en América Latina hay numerosos programas a cargo de distintas ONG que responden a este formato, convocan a familias cuidadoras y hasta las seleccionan. Son programas profesionalizados, con personal pendiente de las familias y del niño, en una supervisión que "no es persecutoria o controlatoria, sino de acompañamiento constante". Las organizaciones barriales también pueden ayudar mucho a la solución del drama de los niños sin familia. Según Luna, la mayoría de los chicos bonaerenses abandonados por sus padres que hoy viven con algún pariente o con amigos se acercaron y manifestaron sus conflictos en las defensorías de derecho del barrio, integradas por abogados, psicólogos y otros profesionales. Esos niños intervinieron activamente para ir a vivir con las familias que deseaban, y proporcionaron información sobre las personas con las que querían vivir. Una vez detectada la situación de crisis familiar, fueron esos mismos equipos profesionales los encargados de salir a buscar vecinos, familiares o alguna familia afín que pudiera hacerse cargo del niño. Las ONG tienen buen prestigio en este trabajo y una "llegada" con la sociedad que a veces el Estado no tiene: "Cuesta dejarse convocar por el Estado, porque éste todavía tiene que atravesar un fortalecimiento de sus cuadros técnicos, generar políticas continuas y regionales", dijo Luna. Es ese mismo Estado el que debe garantizar, además, la transparencia en los procesos vinculados a la adopción, la equidad en las evaluaciones y la ayuda económica para las familias que se decidan a adoptar. Luna cree que hay buenos síntomas e iniciativas en los países de la región. Están comprendiendo que hay que hacer algo, no porque dos por tres salga en los medios algún caso bochornoso de violación o maltrato en un hogar de niños, sino porque la actual situación de los pequeños sin familia es violatoria de derechos en forma permanente. Se tardó décadas en construir este sistema basado en la institucionalización de los niños y adolescentes ya demasiado aceptado en la sociedad, sostiene Luna. La construcción de un nuevo esquema basado en la familia, el barrio y la comunidad también llevará su tiempo, pero es necesaria, afirma la especialista. n 1. Niños, niñas y adolescentes sin cuidados parentales en América Latina. Contextos, causas y consecuencias de la privación del derecho a la convivencia familiar y comunitaria. Aldeas 3 / 5

Las organizaciones barriales también pueden ayudar mucho a la solución del drama de los niños sin familia.

4 Infantiles sos y Relaf, Buenos Aires, La Red por la Convivencia Familiar y Comunitaria de Niños, Niñas y Adolescentes se lanzó el pasado 20 de abril, con el auspicio del inau, la Facultad de Ciencias Sociales (Udelar) y la Bancada Bicameral Femenina, y el apoyo de unicef. 3. Magíster en minoridad y familia, refe rente en la temática del derecho a la convivencia familiar y comunitaria y líder de la Red Latinoamericana de Acogimiento Familiar (Relaf). Luna viene a asesorar al inau sobre el cambio de modelo hacia una desinstitucionalización y la operativa del programa Familia Amiga. 4. En el contexto del "caso Mia", en Uruguay. Véase también "El largo camino a casa", de Mariana Contreras, en Brecha 27-I-12. Historias Un objetivo de la recientemente formada Red por la Convivencia Familiar y Comunitaria de Niños, Niñas y Adolescentes es alejar lo menos posible al niño de sus ámbitos naturales de desarrollo, del entorno comunitario y cultural al que pertenece. Durante mucho tiempo, señaló la experta Matilde Luna, se destinaba a los niños a hogares ubicados a muchos quilómetros de su lugar de nacimiento sólo porque allí había vacantes. Se actuaba más en razón de "lo que tiene el sistema, antes que las necesidades del niño". Hoy es deseable que se facilite la cercanía geográfica con las familias de origen, con el barrio, los amigos, el equipo de fútbol, porque los niños padecen esa lejanía. Mantener o no el vínculo con la familia de origen también depende de la causa de separación: en las "situaciones sin retorno", como el maltrato grave o acoso sexual, no se duda en separar al niño de la familia de origen. n Sano, lindo y blanco 4 / 5

La Red por la Convivencia Familiar y Comunitaria de Niños, Niñas y Adolescentes se lanzó el pasado 20 de abril, con el auspicio del inau, la Facultad de Ciencias Sociales (Udelar) y la Bancada

5 Las dificultades a la hora de adoptar un niño se presentan generalmente en toda la región ante las "adopciones especiales": niños de edad más avanzada, con discapacidad, parejas de hermanos, niños con vih, etcétera. Este tipo de adopción suele ser problemática porque los chicos requieren un cuidado especial. Según Matilde Luna, de a poco se está logrando convencer a la sociedad de que no todos los niños que están para adoptar son bebés "sanos, lindos, blancos, como la gente fantasea". De todas formas, "tenemos una deuda con el tema adopción asegura la especialista, vemos con gran preocupación que todavía falta mejorar mucho las prácticas. En la medida que no tengamos afinados los equipos y los recursos humanos, no nos va a ir bien". n 5 / 5

Según Matilde Luna, de a poco se está logrando convencer a la sociedad de que no todos los niños que están para adoptar son bebés "sanos, lindos, blancos, como la gente fantasea".

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