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1 Número suelto 1,00. Número atrasado 2,00 L O S S E RVATOR E ROMANO EDICIÓN SEMANAL Unicuique suum EN LENGUA ESPAÑOLA Non praevalebunt Año XLVII, número 35 (2.429) Ciudad del Vaticano 28 de agosto de 2015 En el Ángelus el Papa recuerda que Jesús no regatea y obliga a hacer una elección clara A quién iremos E invoca el respeto de los compromisos para alcanzar la paz en Ucrania Jesús «no regatea» y «obliga a hacer una elección clara: o estar con Él o separarse de Él». Lo dijo el Papa Francisco en el Ángelus del domingo 23 de agosto en la plaza de San Pedro, recordando la confesión de fe de Pedro «Señor, a quién vamos a acudir? y que «todo lo que tenemos en el mundo no sacia nuestra hambre de infinito». Queridos hermanos y hermanas, buenos días! Hoy concluye la lectura del capítulo sexto del Evangelio de san Juan, con el discurso sobre el «Pan de vida» que Jesús pronunció el día después del milagro de la multiplicación de los panes y los peces. Al final de su discurso, el gran entusiasmo del día anterior se desvaneció, porque Jesús había dicho que era el Pan bajado del cielo y que daría su carne como alimento y su sangre como bebida, aludiendo así claramente al sacrificio de su misma vida. Estas palabras suscitaron desilusión en la gente, que las juzgó indignas del Mesías, no «victoriosas». Algunos veían a Jesús como a un Mesías que debía hablar y actuar de modo que su misión tuviera un éxito inmediato. Pero, precisamente sobre esto se equivocaban: sobre el modo de entender la misión del Mesías. Ni siquiera los discípulos logran aceptar ese lenguaje inquietante del Maestro. Y el pasaje de hoy relata su malestar: «Este modo de hablar es duro! decían Quién puede hacerle caso?» (Jn 6, 60). En realidad, ellos entendieron bien el discurso de Jesús. SIGUE EN LA PÁGINA 5 Así era Pa l m i r a Pensar en las ruinas es recordar a Khaled al-asaad, el arqueólogo asesinado por el Estado islámico, y reavivar así la atención acerca de la destrucción del patrimonio histórico y cultural. Coloquio con el cardenal Vegliò Más allá de los miedos y egoísmos En primera línea en el socorro y la acogida de los inmigrantes están las comunidades cristianas: lejos de las luces de los reflectores mediáticos, cada día responden con la realidad concreta de la solidaridad a los desafíos que la llegada de los refugiados plantea a la conciencia personal y colectiva. Por ello la voz de la Iglesia es «una palabra profética» que en el testimonio encuentra su fuerza. Al día siguiente del anuncio del tema de la Jornada mundial de 2016 «Emigrantes y refugiados nos interpelan. La respuesta del Evangelio de la m i s e r i c o rd i a» el cardenal Antonio Maria Vegliò, presidente del Consejo pontificio para los emigrantes e itinerantes, recuerda a nuestro periódico que acerca de la cuestión de los inmigrantes «no se puede permanecer en silencio e indiferentes», si bien «no es fácil dar una respuesta satisfactoria para to dos». El martes 1 de septiembre se celebrará la Jornada mundial de la oración por el cuidado de la creación Por un estilo de vida coherente El Papa invitó a participar en la Jornada mundial de oración para el cuidado de la creación. El martes próximo, 1 de septiembre, en comunión de oración con nuestros hermanos ortodoxos y con todas las personas de buena voluntad, queremos ofrecer nuestra aportación para superar la crisis ecológica que está viviendo la humanidad. En todo el mundo, las diversas realidades eclesiales locales han programado oportunas iniciativas de La comunicación al servicio del Evangelio según el arzobispo Celli El Papa fenómeno comunicativo Debate sobre la encíclica del Papa Francisco «Laudato si» Una única crisis Ensayo del escritor español Pablo D O rs PÁGINA 10 oración y reflexión, para hacer de dicha Jornada un momento fuerte también con vistas a la asunción de estilos de vida coherentes. Con los obispos, sacerdotes, personas consagradas y fieles laicos de la Curia romana nos encontraremos en la basílica de San Pedro a las 17, para la Liturgia de la Palabra, a la cual invito a participar, ya desde ahora, a los romanos, a los peregrinos y a cuantos lo deseen. Bases de la confianza PÁGINA 3 PÁGINA 5 LU C E T TA SCARAFFIA EN PÁGINA 7 PAGINA 11

2 página 2 L OSSERVATORE ROMANO viernes 28 de agosto de 2015, número 35 En Estados Unidos se espera al Pontífice Los carpinteros de Francisco Una silla sencilla, en madera de roble, pero de enorme valor simbólico, es la que el Papa Francisco usará para la misa del 27 de septiembre en el Madison Square Garden de Nueva York. La realizaron Fausto Hernández, Héctor Rojas y Francisco Santamaría, tres inmigrantes hispanos jornaleros, en un garaje del condado de Westchester, en el estado de la Gran Manzana. La «silla sagrada» ya mereció un editorial en el New York Times p re c i - samente porque quiere ser «un símbolo de humildad y no un trono», destacan los tres inmigrantes. Fue el cardenal arzobispo de Nueva York Timothy Dolan quien les dio el trabajo de construir «una silla sencilla para un Papa que ama la sencillez». El objetivo, tal y como explicó el prelado, era sobre todo el de «dirigir la atención a las dificultades de los trabajadores inmigrantes, a menudo sin documentos y víctimas de explotación por parte de quienes les ofrecen trabajo». En concreto, los tres artesanos trabajan en el ámbito de las cooperativas salesianas y provienen respectivamente de la República Dominicana, Nicaragua y México. Esta historia refleja bien cómo se está viviendo en Estados Unidos la preparación de la visita del Papa Francisco. Una espera intensa, como confirman los diez mil voluntarios que ya se han ofrecido para garantizar la acogida en Filadelfia, con ocasión del encuentro mundial de las familias. Y este «ejército» hará de todo: orientará a los peregrinos, garantizará el servicio de intérprete, acompañará personalmente a cuantos tienen necesidades especiales, como los discapacitados y las familias numerosas y con niños pequeños. Pero todo, aclaran los voluntarios, «será visto como experiencia de fe, de conversión y de comunión» y no simplemente como una obra social. Mientras tanto, el Consejo pontificio para la familia hizo público que se puede utilizar «una aplicación gratuita para estar siempre actualiza- dos acerca de los eventos y las citas culturales en programa en Filadelfia». Se llama Go Philadelphia! (disp onible para dispositivos Android y Apple) y «será una brújula para los cientos de miles de visitantes y residentes que vivirán la ciudad en el histórico evento». Estarán a disposición «mapas, muestras, encuentros». Los eventos estarán clasificados en más de veinte categorías para facilitar la consulta y se ofrecerán las respuestas a las preguntas más frecuentes con la traducción en ocho idiomas. Los mismos en los que se podrá seguir la misa que el Papa Francisco celebrará el 27 de septiembre, como explica D0nna Crilley Farrell, director ejecutivo del encuentro mundial de las familias. Por su parte, el alcalde de Filadelfia Michael Nutter asegura que toda la ciudad está preparada para acoger con alegría y con los brazos abiertos al Papa Francisco y a todos los peregrinos. Recuerdo de la visita del Santo Padre a Paraguay De la emoción a la conversión El 26 de agosto de 1978 el cónclave elegía al Papa Luciani Presidimos si servimos El 26 de agosto se celebraba el 37º aniversario de la elección del Papa Juan Pablo I. El que fue definido como un meteorito, hoy continua dejando su huella a través de sus escritos. Así, en 1949 se publicaba «Catequesis en migajas», más tarde traducida al español. Sobre la obra Jean Guitton escribió que en ella se encontraba «el sabor de aquel escritor nato que fue Albino Luciani». El término «sabor» añadió el filósofo en el prefacio a las obras completas de Luciani y Juan Pablo I publicadas por las ediciones Me s - saggero di Padova «resume la impresión de sabiduría, de ciencia y de sapidez que me dejaron los escritos y las palabras de este pastor incomparable». Hoy, después de más de medio siglo de aquellas palabras del académico francés, encontramos ese mismo «sabor» en los cinco discursos cortos antes del Ángelus que el Papa pronunció en los 33 días de su Pontificado. CL AU D I O GIMÉNEZ MEDINA* Son muy queridas para mí las palabras pronunciadas por el Papa Francisco el 11 de julio en Caacupé, a propósito de la religiosidad de Paraguay centrada en María Santísima, venerada aquí en su santuario. Nuestro amor por María nos debe llevar a amar mucho más a Jesús. La visita del sucesor de Pedro ha traído gran gozo y mucha paz. Hay que esperar que el resultado sea la renovación profunda del episcopado y de toda la Iglesia de Paraguay; que se pase de la emoción a la conversión. El Pontífice nos confió una gran tarea, animándonos para que Iglesia y Estado trabajen juntos. La Constitución nacional de Paraguay es clara en este sentido: autonomía y colaboración entre Estado e Iglesia. Y se ha visto que esto se puso en marcha muy eficazmente con ocasión del viaje papal. El resultado está ante los ojos de to dos. *Obispo de Caacupé El cardenal Albino Luciani, futuro Papa Juan Pablo I, con algunos jóvenes durante la Pascua L OSSERVATORE ROMANO EDICIÓN SEMANAL Unicuique suum EN LENGUA ESPAÑOLA Non praevalebunt Ciudad del Vaticano e d. e s p a n o l o s s ro m.v a w w w. o s s e r v a t o re ro m a n o.v a GI O VA N N I MARIA VIAN d i re c t o r Giuseppe Fiorentino sub director TIPO GRAFIA VAT I C A N A EDITRICE L OS S E R VAT O R E ROMANO don Sergio Pellini S.D.B. director general Servicio fotográfico p h o t o s s ro m.v a Publicidad: Il Sole 24 Ore S.p.A. Redacción System Comunicazione Pubblicitaria via del Pellegrino, Ciudad del Vaticano Via Monte Rosa 91, Milano teléfono s e g re t e r i a d i re z i o n e s y s t e i l s o l e 24 o re. c o m Tarifas de suscripción: Italia - Vaticano: 58.00; Europa (España + I VA ): $ ; América Latina, África, Asia: $ ; América del Norte, Oceanía: $ Administración: Ciudad del Vaticano, teléfono , fax , suscripciones@ossrom.va. En México: Arquidiócesis primada de México. Dirección de Comunicación Social. San Juan de Dios, 222-C. Col. Villa Lázaro Cárdenas. CP Del. Tlalpan. México, D.F.; teléfono , ; losservatore@prodigy.net.mx, or.mexico@ossrom.v a. En Argentina: Arzobispado de Mercedes-Luján; calle 24, 735, 6600 Mercedes (B), Argentina; teléfono y fax / ; osservatoreargentina@yahoo.com. En Perú: Editorial salesiana, Avenida Brasil 220, Lima 5, Perú; teléfono ; fax ; editorial@salesianos.edu.pe.

3 número 35, viernes 28 de agosto de 2015 L OSSERVATORE ROMANO página 3 Entrevista a Paolo Matthiae sobre la destrucción de las antigüedades en Irak y en Siria Una nueva barbarie ROSSELLA FABIANI Paolo Matthiae está en su oficina romana donde cada espacio está ocupado por libros y objetos que hablan de los países, muy queridos por él, de Oriente Próximo. Me concede «cuarenta y cinco minutos como máximo» porque está terminando de escribir un ensayo sobre la antigüedad cuya publicación, para los tipos de la Electa, está prevista para el próximo 17 de noviembre. Pero nuestro encuentro duró más de dos horas. Densísimas. Con la voz que se hacía poco a poco más profunda y las palabras brotaban del corazón. Un corazón enamorado del trabajo de arqueólogo que ha desempeñado durante casi cincuenta años precisamente en Siria. A él se debe el descubrimiento de Ebla. No puedo olvidar sus lágrimas al final de una conferencia en la «Academia de los Linces» en 2013 sobre el arte en las civilizaciones del Oriente antiguo en la que recordó la masacre que se estaba llevando a cabo en Siria. Lágrimas púdicas por ser consciente del valor tan grande de la pérdida de vidas humanas. Pero fueron necesarias otras masacres, otros larguísimos años de guerra, hasta el asesinato hace unos días de Khaled al-asaad un estudioso al que Matthiae conocía y estimaba profundamente, para volver a centrar la atención en la destrucción del patrimonio histórico y cultural. «Khaled al-asaad había sido durante cuarenta años director de las excavaciones arqueológicas de Palmira. Era el arqueólogo de la ciudad, había colaborado con misiones de cada país: de Francia a Alemania, de Suiza a Holanda, de Estados Unidos a Polonia, y, por último, también con Italia, con la misión estatal de Milán. Era un estudioso completo, pero sobre todo era una persona típica de las familias de las ciudades del desierto. Este tipo de hombre, como los beduinos de otra época, se caracteriza por una amabilidad, cortesía y hospitalidad extraordinaria que para ellos es totalmente natural. No excesiva, sino medida y discreta. Khaled al-asaad era una persona de grandísima amabilidad, moderación y cortesía. Incluso arqueólogos que no se ocupan de ese período, es decir de antigüedades romanas, iban con frecuencia a visitar Palmira y la disponibilidad de Khaled era total. Era una personalidad fuertemente enraizada en la ciudad, pero por el carácter internacional del sitio que gestionaba era una especie de ciudadano del mundo. En diversas ocasiones su nombre había sido propuesto para la función de director general de las antigüedades en Damasco, pero creo que él prefirió permanecer en Palmira, una ciudad con la que se identificaba». Qué quisieron demostrar los milicianos del Estado Islámico con su ejecución? Según las motivaciones de este bárbaro asesinato ejecución es un término inadecuado el anciano arqueólogo habría sido un colaboracionista del gobierno de al-assad, y además se ocupaba de antigüedad, de aquello que los milicianos definen como la edad de la idolatría. Además los acusadores sostenían que ocultaba al EI los lugares donde se habrían conservado de forma segura los objetos arqueológicos más importantes de Palmira. Pero esto MANUEL NIN sólo significa que Khaled era un funcionario que realizaba su trabajo con sentido del deber. Y, estoy seguro, de forma absolutamente indiferente a toda cuestión política. Khaled era un estudioso independiente que, naturalmente, tuvo alguna relación como todos los arqueólogos con las autoridades políticas, culturales, militares y civiles de su país; así como para un superintendente italiano es normal conocer al magistrado o al prefecto de su ciudad. También la acusación de haber ocultado los tesoros de Palmira no es otra cuestión más que la confirmación de lo que acabamos de decir: Khaled al-asaad ciertamente no era una persona que traicionaba su trabajo. Y por qué, entonces, no abandonó Palmira pocos días antes de la ocupación del EI llevando consigo los dos o tres mil objetos que hubiesen sido protegidos por las autoridades de Damasco? También esto es la confirmación de que Khaled estaba muy seguro de estar realizando sólo su trabajo, por lo que no consideraba tener motivo para huir. Y, por lo que recuerdo, no era una persona que temiera por su vida. Incluso estando jubilado, tenía casi 82 años, prefirió permanecer en su ciudad precisamente La cruz de Cristo derribada pero jamás desarraigada Hasta cuándo, Señor? En el verano del 1922 el monje benedictino de Montserrat dom Bonaventura Ubach permaneció diversas semanas en el poblado de Qaryatain, cerca de Palmira, para profundizar el estudio del siríaco y prepararse para su primera liturgia celebrada en la catedral de Alepo, el 21 de septiembre, acogido por el arzobispo siro católico Gabriel Tappouni, luego patriarca y cardenal. Desde ese momento Ubach se insertó en la vida de la Iglesia sirooccidental: «Mi integración plena en esta tradición tuvo lugar con la celebración de la misa siríaca y traté de acelerar mi inserción en el clero de la catedral siríaca de Bagdad. Celebraba cada día la liturgia siríaca, luego me retiraba en mi celda para rezar el breviario y estudiaba las antigüedades clásicas del país, su historia y sus monumentos». Los hechos dramáticos de estas últimas semanas en Palmira y en Qaryatain, donde numerosas familias siro-católicas fueron despiadadamente secuestradas y luego liberadas en parte, me conmovieron y me recondujeron a la plena comunión con el martirio de tantos hermanos que en Oriente Medio siguen, sin perder jamás la esperanza, testimoniando la cruz de Cristo derribada de sus iglesias, de sus monasterios, pero no de su corazón. Son momentos en los que la oración de los Salmos brota del corazón, con la invocación que osan dirigir a Dios: «Hasta cuándo, Señor, seguirás olvidándote de mí? Hasta cuándo me ocultarás tu rost ro?». porque había comprendido que las antigüedades corrían peligro. Y probablemente imaginó que su indiscutida autoridad moral podría proteger mejor lo que había y hay todavía en Palmira: las ruinas de un sitio arqueológico absolutamente extraordinario para todo el Mediterráneo y el mundo entero. Un hecho trágico que obliga a Occidente a orientar su mirada hacia este país atormentado donde el EI no da señal de detenerse. Como lo demuestra también la destrucción del monasterio católico de San Elián, cerca de Homs, y el templo de Baal en Palmira. Esa atroz decapitación con la exposición de la cabeza colgada en una columna es una barbarie que recuerda tiempos antiquísimos. Esto se debe combatir, pero al mismo tiempo nos debe recordar que a pesar del horror de la guerra hay aún funcionarios de la dirección de antigüedades, así como de otros servicios del Estado, que buscan proteger de todas las formas posibles un patrimonio cultural que, como dijo el director general de la U N E S C O, pertenece a toda la humanidad. Un ejemplo de ello es el director del museo de Idlib la ciudad de la que depende Ebla, que es precisamente un habitante del poblado de Ebla y que cada día tiene que recorrer quince kilómetros para llegar al trabajo. Hasta hace poco tiempo la mitad del recorrido estaba bajo el control SIGUE EN LA PÁGINA 4 En los últimos días, el bárbaro asesinato de Khaled Asaad, jefe de los arqueólogos de Palmira, que se había negado entregar los restos arqueológicos más valiosos que él mismo había escondido, hace pensar en esta tradición cultural, arqueológica y literaria: patrimonio de la humanidad ahora transformado en escombros por una mano que impunemente hace pedazos más de tres mil años de historia. Y a inicios de agosto se alzó una vez más la voz del patriarca Ignazio Youssif III Younan, padre y pastor de la Iglesia siro-occidental católica, que recordó los hechos vivido por las familias cristianas de Qaryatain, denunciando esa indiferencia con la que mira Occidente o más bien no quiere mirar el drama de los cristianos perseguidos y asesinados, mártires en Oriente Medio. La voz del patriarca ha sido incisiva al mostrar que no se trata de limpieza étnica: «Es una limpieza religiosa. Esa que vuestros gobernantes no quieren ver; de la que no quieren saber nada. A ellos poco les importa la libertad de estas comunidades, que lograron sobrevivir precisamente por estar arraigadas a SIGUE EN LA PÁGINA 4

4 página 4 L OSSERVATORE ROMANO viernes 28 de agosto de 2015, número 35 VIENE DE LA PÁGINA 3 Una nueva barbarie Khaled al-asaad era una persona de grandísima amabilidad, moderación y cortesía soros arqueológicos importantes y difíciles de transportar. Uno de ellos está en Maarret en-noman, en la región de Idlib a poca distancia de Ebla, a noventa kilómetros al sur de Alepo. Esta ciudad de origen medieval conserva antigüedades de arquitectura islámica y un museo, con piezas importantes sobre todo de edad romana, que podía ser saqueado. Y eso hubiese sido una catástrofe. Se salvó porque, a pesar de que la ciudad fue conquistada y perdida en más de una ocasión por el ejército y por varias formaciones de rebeldes, grupos de ciudadanos se unieron para defender la integridad del museo. Otros comités cívicos están en Idlib y en Draa, en Siria meridional. Una situación dramática. El mundo entero está perdiendo piezas de patri- Khaled al-asaad, Director del sitio arquelogico de Palmira del gobierno y la otra mitad bajo el control de los grupos rebeldes. Esta persona arriesga su vida al ir a su lugar de trabajo y proteger las antigüedades del museo de Idlib. Y como él decenas de personas. El director general de antigüedad de Damasco ha comunicado que quince funcionarios de los museos han perdido la vida en el lugar de trabajo. Es justo, como lo propuso Piero Fassino, que en memoria de Khaled al- Asaad, un héroe de la cultura, se dedique una zona arqueológica del mundo occidental, tal vez cerca de las antigüedades romanas de Oriente como el Foro de Trajano en Roma, que es obra de Apolodoro de Damasco. Pero es también útil destacar lo que están haciendo, en sitios concretos, grupos de civiles en varias ciudades más pequeñas que protegen pequeños museos donde hay temonio que son la memoria del Cercano Oriente. Hay tres serios problemas en Siria para el patrimonio cultural: el primero es la falta de control del territorio con el consiguiente incremento de las excavaciones clandestinas. El segundo es que sitios históricos y espacios arqueológicos pueden ser ocupados por destacamentos militares y, por lo tanto, convertirse en blanco de la parte adversaria. El tercer riesgo lo representa una nueva barbarie: la destrucción intencional de los monumentos. En realidad, es una práctica antiquísima a la que ya no estábamos acostumbrados. Se puede tomar como ejemplo lo sucedido en Nimrud o en Hatra en Irak. Los nuevos bárbaros aborrecen el hecho de que se represente la figura humana. Este rigorismo desenfrenado, que es propio de los suníes salafitas, nunca fue aceptado por todos los musulmanes. Basta pensar en las miniaturas safávidas y turcas que representan la figura humana. Durante el máximo florecimiento de la miniatura islámica, la mogol de la India del siglo XV y XVI, los grandes sultanes permitían que se represente la figura humana porque consideraban que podía ser una práctica para acercarse a Dios, no para rivalizar con Él. Detrás del saqueo de los lugares arqueológicos y de los museos que caen en manos del EI, está también la intención de financiar el terrorismo? El EI vive una contradicción. Por un lado destruye cada obra que considera una idolatría, con un gesto que remite al pasado; y por otro lado usa estos bienes para recaudar dinero, y esto es muy moderno. Ambos hechos encubren el desprecio hacia el mundo occidental que compra las antigüedades que venden los milicianos en Turquía del norte para luego llevarlas a los mercados de Londres, Zurich y Nueva York. Pero creo que se trata de una necedad sostener que la venta de las antigüedades sea la primera o la segunda fuente de financiación del EI. Es suficiente ver en los sitios de subasta más prestigiosos lo que se paga por una pieza de arte oriental. Un cilindro o incluso una tabla cuneiforme no cuesta como una obra de Cézanne. El dinero para las armas y para los mercenarios del EI llegan de otros ámbitos. De todos modos corren un fuerte peligro todos los sitios arqueológicos bajo el control del EI. Basta leer esta declaración de un portavoz de los milicianos: «Cuando conquistaremos Damasco lo primero que haremos será destruir el mausoleo de Saladino (el gran emir que liberó Jerusalén de los cruzados) porque es un signo de idolatría». Por lo demás, ya se ha devastado Apamea, ciudad imperial entre las más grandes de Oriente juntamente con Alejandría de Egipto y Antioquía en Turquía. Daños importantes sufrió también Mari el gran descubrimiento francés de 1933 donde se encontró un archivo de veinte mil textos del tiempo de Hammurabi de Babilonia, muy cerca de la frontera siro-turca. Ebla sufrió daños por las excavaciones clandestinas y por los campamentos militares de los rebeldes. Devastada también la zona de Dura Europos, gran ciudad en la frontera del limes ro m a n o, a orillas del Éufrates. Se destruyeron completamente el minarete medieval de la gran mezquita de Alepo de origen omeya y la mezquita de Khosrofia que estaba frente a laciudaddealepo yeraobradesinan, el gran arquitecto otomano de inicios del siglo XVI. Daños también al Crac de los caballeros, la más hermosa fortaleza medieval de todo el Mediterráneo que se remonta a los siglos XII-XIII. Era el baluarte de los cruzados hacia el interior. La lista de las devastaciones es larguísima. La puerta de bronce antigua de la ciudad de Alepo se ha perdido. También Malula fue masacrada y las iglesias y los monasterios greco-católicos y greco-ortodoxos sufrieron daños muy relevantes. Las excavaciones clandestinas están por doquier. Al-Assad actualmente controla la región de Damasco hasta Homs y en parte hasta Hamah; y luego todas la zona de la costa, que es la zona de los alauitas con Latakia (Laodicea). Pero es un control muy salteado. La situación es desesperante. Por no hablar de los cristianos que han casi desaparecido en Siria y en Irak: quien pudo, escapó. Han quedado muy lejos los tiempos de la política atenta a la tutela de todas las minorías, entre las cuales la cristiana. Recuerdo cuando hablé con Hafez al- Assad del descubrimiento de Ebla. Su intérprete era un cristiano que se llamaba Rias, y entre sus más cercanos colaboradores había también otros cristianos. Hoy la única perspectiva es la de una conferencia internacional. Hasta cuándo, Señor? VIENE DE LA PÁGINA 3 su Salvador y al Evangelio. En Qaryatain habían quedado cerca de trescientas familias. Y su párroco siro-católico, Jacques Murad, que fue secuestrado, estaba en el convento de Mar Elian, donde acogía también a numerosos musulmanes y les ayudaba». Son las sentidas palabras de un obispo por su pueblo, palabras que nos reconducen al Evangelio de Cristo porque la caridad no hace diferencia de personas: «Acogía también a numerosos musulmanes y les ayudaba». Las imágenes que llegaban de Qaryatain mostraban las excavadoras que derrumbaban los muros, las cruces y las tumbas del monasterio de Mar Elian, demoliendo impunemente la caridad cristiana que hasta hace pocos días residía entre esos muros santos desde el siglo v. Imágenes desgarradoras que se elevaron como una efímera victoria por derrumbar los muros y los techos, pero sobre todo las oraciones, la vida, los sufrimientos y las lágrimas que a través de los siglos más de mil quinientos años se habían convertido en el auténtico cemento que sostenía ese lugar santo. «Otra iglesia, otro monasterio» podría ser el indiferente titular de la noticia en los medios de comunicación. Pero no se trata de «otra iglesia», porque es la Iglesia misma de Cristo, ortodoxa o católica siríaca, asiria, caldea, copta, latina, la que hoy se convierte en mártir. Una Iglesia que en el martirio permanece fiel a su Salvador y a su Evangelio, fiel a la oración, también por sus propios enemigos. El monje Ubach escribía en sus notas: «Me retiraba en mi celda para rezar el breviario». Y era una oración entrelazada de textos bíblicos y patrísticos, junto con el rezo perseverante del Salterio, texto que con Jesús mismo en las tradiciones de Oriente y de Occidente se hizo oración cristiana y de los cristianos. Salmos de alabanza, los que encontramos en las horas de oración de los cristianos sirios, y salmos de arrepentimiento, sufrimiento y esperanza. Y también salmos en los que el cristiano pide a Dios el fin del mal y de la impiedad que anida en muchos corazones: «Hasta cuándo, Señor, seguirás olvidándote de mí? Hasta cuándo me ocultarás tu rostro? Hasta cuándo el enemigo prevalecerá sobre mí? Libera mi alma de su violencia, de las garras de los leones, mi único bien». Esta es hoy la oración de muchos cristianos, los que sufren en Oriente y los que también padecen en comunión en Occidente. Siempre firme en la palabra de perdón que viene del Evangelio, en esa fe que, al ver la cruz derrumbada de las iglesias y de los monasterios, sabe que jamás podrá ser desarraigada del corazón de los cristianos.

5 número 35, viernes 28 de agosto de 2015 L OSSERVATORE ROMANO página 5 La comunicación al servicio del Evangelio según el arzobispo Celli Papa Francisco es un fenómeno comunicativo Cómo ha cambiado «el paradigma comunicativo» de la Iglesia en el último medio siglo? Se lo pregunta el arzobispo Claudio Maria Celli recordando las palabras de la Evangelii nuntiandi de Pablo VI, que hace cuarenta años recomendaba el uso de los nuevos medios y subrayaba su importancia universal: «La Iglesia escribía el Papa Montini se sentiría culpable ante Dios si no empleara esos poderosos medios, que la inteligencia humana perfecciona cada vez más. Con ellos la Iglesia «pregona sobre los terrados» el mensaje del que es depositaria. En ellos encuentra una versión moderna y eficaz del «púlpito». Gracias a ellos puede hablar a las masas». En un artículo del Consejo pontificio para las comunicaciones sociales, el arzobispo presidente del dicasterio indica que, desde entonces después de las primeras aperturas importantes contenidas en el decreto conciliar Inter mirifica de 1963 «fue creciendo el interés por los aspectos técnicos de la comunicación; los sacerdotes y, en general, los agentes de pastoral, se formaron en los medios de comunicación de masas en los años setenta y ochenta, estimulados por la invitación hecha por Pablo VI». Al inicio fueron concebidos principalmente como «un megáfono a VIENE DE LA PÁGINA 1 Tan bien que no quieren escucharlo, porque es un lenguaje que pone en crisis su mentalidad. Siempre las palabras de Jesús nos hacen entrar en crisis; en crisis, por ejemplo, ante el espíritu del mundo, ante la mundanidad. Pero Jesús ofrece la clave para superar la dificultad; una clave compuesta de tres elementos. Primero, su origen divino. Él ha bajado del cielo y subirá «adonde estaba antes» (v. 62). Segundo: sus palabras se pueden comprender sólo a través de la acción del Espíritu Santo, «quien da vida» (v. 63). Y es precisamente el Espíritu Santo el que nos hace comprender bien a Jesús. Tercero: la verdadera causa de la incomprensión de sus palabras es la falta de fe: «hay algunos de entre vosotros que no creen» (v. 64), dice Jesús. En efecto, desde ese momento, dice el Evangelio «muchos discípulos suyos se echaron atrás y no volvieron a ir con Él» (v. 66). Frente a estas deserciones, Jesús no regatea ni atenúa sus palabras, es más obliga a hacer una elección clara: o estar con Él o separarse de Él, y les dice a los Doce: «También vosotros queréis marcharos?» (v. 67). Entonces, Pedro hace su confesión de fe en nombre de los otros Apóstoles: «Señor, a quién vamos a acudir? Tú tienes palabras de Vida eterna» (v. 68). No dice: «dónde iremos?», sino «a quién iremos?». El problema de fondo no es ir y abandonar la obra emprendida, sino a quién ir. De esa pregunta de A quién iremos Pedro, nosotros comprendemos que la fidelidad a Dios es una cuestión de fidelidad a una persona, a la cual nos adherimos para recorrer juntos un mismo camino. Y esta persona es Jesús. Todo lo que tenemos en el mundo no sacia nuestra hambre de infinito. Tenemos necesidad de Jesús, de estar con Él, de alimentarnos en su mesa, con sus palabras de vida eterna! Creer en Jesús significa hacer de Él el centro, el sentido de nuestra vida. Cristo no es un elemento accesorio: es el «pan vivo», el alimento indispensable. Adherirse a Él, en una verdadera relación de fe y de amor, no significa estar encadenados, sino ser profundamente libres, siempre en camino. Cada uno de nosotros puede preguntarse: quién es Jesús para mí? Es un nombre, una idea, es solamente un personaje histórico? O es verdaderamente esa persona que me ama, que ha dado su vida por mí y camina conmigo? Para ti, quién es Jesús? Estás con Jesús? Intentas conocerlo en su palabra? Lees el Evangelio, todos los días un pasaje, para conocer a Jesús? Llevas el Evangelio en el bolsillo, en la bolsa, para leerlo en cualquier lugar? Porque cuanto más estamos con Él, más crece el deseo de permanecer con Él. Ahora os pediré amablemente hacer un momento de silencio y que cada uno de nosotros en silencio, en su corazón, se pregunte: Quién es Jesús para mí? En silencio, que cada uno responda en su corazón. través del cual anunciar el Evangelio». Después, los medios de comunicación han ofrecido a la comunidad cristiana «nuevas oportunidades y nuevos desafíos» con la revolución de internet en los años noventa, transformándose en «un ambiente que la Iglesia debe habitar y evangelizar», como escribía Juan Pablo II en la Redemptoris missio. Una llamada que aún hoy sigue siendo en parte desoída, ya que observa el obisp o «por desgracia, en muchos ámbitos la Iglesia no ha cambiado su paradigma comunicativo»: un problema que según el arzobispo Celli Que la Virgen María nos ayude a «ir» siempre a Jesús, para experimentar la libertad que Él nos ofrece, y que nos consiente limpiar nuestras elecciones de las incrustaciones mundanas y de los miedos. Al término, antes de saludar a los grupos presentes, el Pontífice lanzó un nuevo llamamiento por la paz en Ucrania, invocando el respeto de los compromisos asumidos y pidiendo la ayuda de todos para responder a la emergencia humanitaria en el país. Con preocupación, sigo el conflicto en Ucrania oriental, que se ha agravado nuevamente en estas últimas semanas. Renuevo mi llamamiento a fin de que se respeten los compromisos asumidos para llegar a la pacificación, y con la ayuda de las organizaciones y de las personas de buena voluntad, se responda a la emergencia humanitaria en el país. Que el Señor conceda la paz a Ucrania, que se prepara a celebrar, mañana, la fiesta nacional. Que la Virgen María interceda por nosot ro s! Queridos hermanos y hermanas: No os olvidéis esta semana de deteneros cada día un momento y preguntaros: «Quién es Jesús para mí?». Y que cada uno responda en su corazón. A todos os deseo un feliz domingo. Y, por favor, no os olvidéis de rezar por mí! Buen almuerzo y hasta la vista! «no está relacionado con la falta de medios técnicos necesarios para lograr una buena comunicación, sino muchas veces con la incapacidad para adaptarse al nuevo contexto comunicativo y sus características de horizontalidad, interactividad y velocidad». En esta situación destacan las novedades que el pontificado de Jorge Mario Bergoglio ha introducido también en el campo de la comunicación a partir de una aparente paradoja: «Me parece señala el arzobisp o que todo el mundo coincide en que el Papa Francisco es un gran comunicador y al mismo tiempo no dedica más de diez minutos a los periódicos y no ve la televisión desde 1990». Él «encarna la respuesta efectiva al desafío de la comunicación: no estamos frente a un problema relativo a los medios o a los instrumentos que se utilizan, sino más bien ante una cuestión que tiene que ver con la comunión, la cercanía y sobre todo el testimonio de un Dios misericordioso». Esta actitud, precisa Celli, no significa «edulcorar el mensaje del Evangelio de modo que sea más afín a la sociedad» sino, por el contrario, afirmar «la exigencia de una radicalidad de la vida cristiana». Cien audiencias con el Papa La primera audiencia general del Papa Francisco se celebró en la plaza de San Pedro el miércoles 27 de marzo de 2013, y el 26 de agosto de 2015 se celebró la número 100. En estas citas de los días miércoles participaron personas, informa la Prefectura de la Casa pontificia. En particular, fueron los presentes en las 30 audiencias de 2013; en las 43 audiencias de 2014; y en las 27 audiencias de En la audiencia número 100 participaron más de fieles.

6 número 35, viernes 28 de agosto de 2015 L OSSERVATORE ROMANO páginas 6/7 El Papa Francisco ha instituido la Jornada mundial de oración por el cuidado de la creación, que, a partir de este año, se celebrará el 1 de septiembre, en concomitancia con la análoga Jornada de la Iglesia ortodoxa. La iniciativa explica el Pontífice en una carta dirigida a los cardenales Turkson y Koch acoge la sugerencia expresada por el metropolita Ioannis de Pérgamo con ocasión de la presentación de la encíclica «Laudato si» y se orienta a suscitar en los fieles «una profunda c o n v e rs i ó n espiritual como respuesta a la actual crisis ecológica». A los venerados hermanos Cardenal Peter Kodwo Appiah T U R KS O N Presidente del Consejo pontificio Justicia y paz Cardenal Kurt KO CH Presidente del Consejo pontificio para la promoción de la unidad de los cristianos Compartiendo con el amado hermano Bartolomé, Patriarca Ecuménico, la preocupación por el futuro de la creación (cf. carta enc. Laudato si, 7-9) y acogiendo la sugerencia de su representante, el metropolita Ioannis de Pérgamo, que intervino en la presentación de la encíclica Laudato si sobre el cuidado de la casa común, deseo comunicarles Francisco instituye la jornada mundial de oración por el cuidado de la creación El respeto de la vida que he decidido instituir también en la Iglesia católica la «Jornada mundial de oración por el cuidado de la creación», que, a partir del año en curso, se celebrará el 1 de septiembre, tal como acontece desde hace tiempo en la Iglesia ortodoxa. Como cristianos, queremos ofrecer nuestra contribución para superar la crisis ecológica que está viviendo la humanidad. Para ello debemos ante todo extraer de nuestro rico patrimonio espiritual las motivaciones que alimentan la pasión por el cuidado de la creación, recordando siempre que, para los creyentes en Jesucristo, Verbo de Dios hecho hombre por nosotros, «la espiritualidad no está desconectada del propio cuerpo, ni de la naturaleza o de las realidades de este mundo, sino que vive con ellas y en ellas, en comunión con todo lo que nos rodea» (ibíd., 216). La crisis ecológica nos llama, por tanto, a una profunda conversión espiritual: los cristianos están llamados a una «conversión ecológica, que implica dejar brotar todas las consecuencias de su encuentro con Jesucristo en las relaciones con el mundo que los rodea» (ibíd., 217). De hecho, «vivir la vocación de ser protectores de la obra de Dios es parte esencial de una existencia virtuosa, no consiste en algo opcional ni en un aspecto secundario de la experiencia cristiana» (ibíd.). La Jornada mundial de oración por el cuidado de la creación, que se celebrará anualmente, ofrecerá a cada creyente y a las comunidades una valiosa oportunidad de renovar la adhesión personal a la propia vocación de custodios de la creación, elevando a Dios una acción de gracias por la maravillosa obra que Él ha confiado a nuestro cuidado, invocando su ayuda para la protección de la creación y su misericordia por los Una encíclica «verde»? Esta lectura de la Laudato si «al Papa no le gusta, y cada vez que puede lo dice». Lo aclaró el obispo Marcelo Sánchez Sorondo respondiendo a Álvaro Valenzuela, en una entrevista para el diario chileno «El Mercurio» del 23 de agosto. La intención del Pontífice dijo el presidente de la Academia pontificia de las ciencias sociales es más bien «hablar de temas sociales, de justicia»; y evidentemente el tema del clima «tiene una repercusión sobre los pueblos más pobres». El prelado, que se encontraba en Santiago para participar en un encuentro organizado por la Pontificia Universidad católica de Chile, recordó en la entrevista que «el medio ambiente significa el hábitat del hombre»; el Papa Francisco «habla del medio ambiente porque es parte de la creación de Dios». Así «vuelve al espíritu de san Francisco, quien ve en la naturaleza la belleza de la redención, donde cada cosa habla de Cristo». En este sentido, señala, «la encíclica es un documento profundamente religioso». Al referirse a He decidido instituir también en la Iglesia católica la «Jornada mundial de oración por el cuidado de la creación», que se celebrará el 1 de septiembre, tal como acontece desde hace tiempo en la Iglesia ortodoxa pecados cometidos contra el mundo en el que vivimos. La celebración de la Jornada en la misma fecha que la Iglesia ortodoxa será una buena ocasión para testimoniar nuestra creciente comunión con los hermanos ortodoxos. Vivimos en un tiempo en el que todos los cristianos afrontamos idénticos e importantes desafíos, y a los que debemos dar respuestas comunes si queremos ser más creíbles y eficaces. Por esto, espero que esta Jornada pueda contar con la participación de otras Iglesias y Comunidades eclesiales y se celebre en sintonía con las iniciativas que el Consejo mundial de Iglesias promueve sobre este tema. Le pido a Usted, cardenal Turkson, presidente del Consejo pontificio Justicia y paz, que ponga en conocimiento de las Comisiones de Justicia y paz de las Conferencias episcopales, así como de los Organismos nacionales e inter- nacionales que trabajan en el ámbito ecológico, la institución de la Jornada mundial de oración por el cuidado de la creación, para que, de acuerdo con las exigencias y las situaciones locales, la celebración se organice debidamente con la participación de todo el Pueblo de Dios: sacerdotes, religiosos, religiosas y fieles laicos. Con este fin, y en colaboración con las Conferencias episcopales, ese dicasterio se esforzará por llevar a cabo iniciativas adecuadas de promoción y animación, para que esta celebración anual sea un momento intenso de oración, reflexión, conversión y asunción de estilos de vida coherentes. Le pido a Usted, cardenal Koch, presidente del Consejo pontificio para la promoción de la unidad de los cristianos, que se ponga en contacto con el Patriarcado Ecuménico y con las demás realidades ecuménicas, para que dicha Jornada mundial sea signo de un camino que todos los creyentes en Cristo recorren juntos. Además, ese dicasterio se ocupará de la coordinación con iniciativas similares organizadas por el Consejo mundial de Iglesias. Esperando la más amplia colaboración para el buen comienzo y desarrollo de la Jornada mundial de oración por el cuidado de la creación, invoco la intercesión de la Madre de Dios María santísima y de san Francisco de Asís, cuyo Cántico de las criaturas mueve a tantos hombres y mujeres de buena voluntad a vivir alabando al Creador y respetando la creación. Como confirmación de estos deseos, le imparto a ustedes, señores cardenales, y a cuantos colaboran en su ministerio, la bendición apostólica. Vaticano, 6 de agosto de 2015 Fiesta de la Transfiguración del Señor LU C E T TA SCARAFFIA El obispo Sánchez Sorondo sobre la encíclica del Papa Ni de izquierda ni de derecha la instrumentalización y a las lecturas parciales de la Laudato si el obispo dijo: «Lo que el Papa busca es que no se establezca una dualidad. Lo que ha querido decir es que no sólo nos interesa el tema del hombre o sólo la naturaleza; nos interesa la integralidad. En definitiva, la naturaleza, la tierra, es la casa común y por tanto está relacionada de modo fundamental al hombre». Este último no debe ser considerado como el enemigo principal del medio Niños refugiados dirigiéndose hacia el norte de Europa (AFP) ambiente advierte el prelado, sino «el único ser que es imagen de Dios» y que por eso tiene «la responsabilidad de colaborar en la obra de la creación». Por eso «el Papa cita el tema de la "madre tierra", entendiendo que sin ella no Reflexiones sobre la «Laudato si» Una única crisis Últimas inundaciones en el sureste asiático (AP) Me alegra que la encíclica «verde» del Papa Francisco haya suscitado tantas reflexiones y respuestas también por parte de quien habitualmente no sigue con demasiada atención y simpatía el magisterio de la Iglesia, y en particular me alegra ver que el FA I, representado por tres importantes dirigentes (Marco Vitale, Andrea Carandini, Giulia Maria Crespi), se haya sentido interpelado por la denuncia y las exhortaciones del Pontífice. Por lo demás, no hay duda: acerca de muchas cuestiones sobre la salvaguardia del ambiente y de la obra de los seres humanos del pasado, las coincidencias son muchas, y muy significativas. Sin duda, además, el FA I es un ejemplo de las asociaciones que nacen del tejido social con la tarea de hay vida». Acerca de la opinión del Papa sobre el modelo económico imperante, monseñor Sánchez Sorondo dijo que se trata de «una visión de la doctrina social». El Pontífice «no acepta la teoría liberal del derrame y el endiosamiento del mercado», que «ha mostrado funcionar para algunos. Produce bienes, pero falta la distribución». Para el Papa el sistema liberal «en cuanto está dirigido fundamentalmente al provecho económico, se olvida de la persona humana y del bien común». Una posición blanco de críticas, a las que el obispo respondió con los argumentos de distinguidos economistas miembros de la Academia pontificia de ciencias sociales como Joseph E. Stiglitz y Kenneth J. Arrow que «consideran que tiene razón: el solo mercado no produce una distribución». Entonces, el Pontífice es de izquierda? «El Papa responde sin tapujos Sánchez Sorondo no es ni de izquierda ni de derecha; él sigue el Evangelio». salvar el ambiente (incluido el patrimonio histórico y cultural) a las que él hace referencia explícita. En la encíclica una novedad esencial es que el Papa afronta los problemas no uno por uno, proponiendo para cada uno una solución, sino que ve en cada problema el signo de una única crisis. Y esta se puede resolver sólo a nivel global modificando los modelos de desarrollo. Sabemos todos ya que el desastre ecológico no es sólo un problema italiano, ni tampoco sólo de los países industrializados: cualquiera que haya hecho un viaje al desierto del Sahara sabe que el bellísimo y selvático paisaje hoy se afea por la presencia de un número que parece infinito de bolsas de plástico que revolotean, signo de que también ahí llegó no nuestra civilización sino nuestro incivismo. El Papa, que viene de los confines del mundo, presenta el problema desde un punto de vista diverso del que estamos acostumbrados: la ecología no es un problema de las poblaciones más ricas y civiles, que hacen de ella una ideología, un partido político, o incluso un negocio cuando se trata de abrir cadenas de negocios bio o restaurantes que aseguran usar alimentos incontaminados. El desastre ecológico, en la realidad, lo pagan dramáticamente los grupos más pobres de la población, aquellos que viven en chabolas donde el agua llega contaminada y que no tienen dinero para comprar botellas de agua mineral, donde llegan los desperdicios de alimentos de los demás, los caducados, envenenados por los conservantes y las envolturas de plástico. Y son las zonas más pobres del planeta las que se escogen para instalar los retransmisores telefónicos y televisivos más potentes, para abandonar el material electrónico en desuso, para trasladar las industrias que más contaminan. El Papa Francisco se pone de parte de estos pobres, que no saben ni siquiera qué significa la ecología entendida como ideología, como propuesta científica y política, pero que pagan los precios más altos de la contaminación, y siguen pensando que los problemas más graves para ellos sean el trabajo, la propiedad de la tierra, la posibilidad de frecuentar una escuela o de recibir atención médica en un hospital. Quienes muy a menudo no unen las enfermedades que les afligen con el agua que están obligados a beber, con los desperdicios tóxicos con los que se ven obligados a convivir. Es a ellos a quienes se dirige el Papa, reivindicando sus derechos y revelando al mundo cuál es la nueva forma de violencia a la que son sometidos.

7 página 8 L OSSERVATORE ROMANO viernes 28 de agosto de 2015, número 35 Puntos de reflexión nacidos del diálogo entre un profesor cristiano y sus estudiantes chinos El dilema de Blaise Pascal mite al libertino convertirse en seguidor de Pascal y de su Apología del cristianismo, se perfila el más profundo diálogo que jamás se tuvo del cristianismo con una cultura no bíblica: «Moisés o China?». Propongo cambiar una sola palabra a esta frase para comprenderla hoy con toda su fuerza: «Moisés y China?». Se trata en este cara a «Moisés o China», se interroga Blaise Pascal. «Quién es más creíble?» (Pensamientos, Brunschvicg 593). No se trata de entender quién tiene la razón, entre Moisés o los archiveros chinos, acerca de la cronología de los primeros acontecimientos de la historia del mundo, de los que unos y otros se proclaman testigos. Detrás del debate historiográfico, que percara, que parece, efectivamente, desproporcionado, en cuanto que es entre un hombre (o un libro) y un país, no de un pleito, sino de un encuentro. No de una muralla por defender, sino de una nueva frontera por habitar. No soy un sinólogo y mi reciente estancia de tres meses en Shanghai, como profesor invitado de la facul- tad de filosofía de Fudan y Jiao Tong no me confiere algún título por el que yo pueda razonablemente hablar acerca de China. Soy un sacerdote católico, profesor de filosofía y teología, que aprendió en el colegio de los Bernardinos en París a transmitir la fe a los jóvenes de hoy escuchando la voz del Espíritu Santo en la experiencia de los investigadores y en el saber de los profesionales de cualquier proveniencia. La experiencia de vida y de enseñanza que he realizado, por segunda vez este año, a los alumnos estudiantes chinos, en Shanghai, me abrió los ojos acerca de algunas realidades que me parecen demasiado descuidadas, por no decir ignoradas por el público incluso culto de nuestros países europeos. Como me dijo un profesor de historia de unos cuarenta años: China gestionó de modo muy diverso en el pasado las relaciones con Occidente, cerrándose, a veces, a su influencia, a veces sotometiéndose a su dominación militar e industrial. Hoy se trata de experimentar un verdadero encuentro. Ciertamente, el mundo internacional fue modelado, a nivel cultural, político y económico, por aquellos que lo habitaban antes que nosotros. La historia reciente demuestra que tenemos necesidad de abrirnos al mundo. Pensemos en entrar ahí y dar nuestra aportación. La élite estudiantil de Shanghai pertenece ya a muchos mundos diversos, transfiriéndose hoy un año o dos al extranjero durante el tiempo de un máster o más aún, de un doctorado, trazando así con anticipación el camino que tomarán más o menos velozmente las universidades de las demás megalópolis chinas. Cómo pude dar clases a estudiantes de quienes todo parece separarme, el pasado, así como el presente y el futuro? Nuestros respectivos países parecen muy cansados de comprometerse, muy temerosos de salir al encuentro de lo desconocido y de habitar el futuro. En realidad, desde el año pasado descubrí que la investigación realizada en París, acerca de Universidad en Shanghai las fronteras de la Iglesia y de la sociedad contemporánea, me había enseñado a descubrir interrogantes y caminos de reflexión que no son propios de una cultura, sino de todas las culturas cuando se exponen a los cambios tecnológicos y a la globalización del mundo de hoy. Más que de una cultura internacionalizada, de lo que es testigo y agente esta joven élite es de una internacionalización de las cuestiones, cuestiones que se plantean en una profundidad humana casi transcultural, a causa de la importancia de los cambios ya en curso. La globalización del mundo es antes que nada una globalización de las cuestiones antropológicas. No sirve de nada lamentarse de las dificultades presentes, sino que es necesario considerar su carácter global y sacar fruto de ello para crear útiles redes de encuentros y de investigación. Me parece vital que la Iglesia tome consciencia de esta realidad, como es vital para los responsables del mundo secular. (Antoine Guggenhem) GIULIA GALEOTTI «Conservad el amor fraterno y no olvidéis la hospitalidad: por ella algunos, sin saberlo, hospedaron a ángeles. Acordaos de los presos como si estuvierais presos con ellos; de los que son maltratados como si estuvierais en su carne» (Heb 13, 1-3). No olvidéis la hospitalidad. Que sea este el faro de vuestras vidas, delicado e irregular pentágono. El recuerdo justifica la hospitalidad. La seguridad, la dulzura, la escucha y la curiosidad la sostienen. Y sólo los valientes son capaces de ello. Esta es la primera cara. Porque la hospitalidad implica además de la apertura la confrontación, como primer posible elemento de desestabilización. Primera fuente de fragilidad, porque tendemos a asegurar nuestra identidad, viviendo en el terror de desmigajarnos cuando acogemos y dejamos verdaderamente espacio a los demás. Y estamos en la segunda cara. Paul Ricour tercera cara narró el milagro de la hospitalidad bajo la forma de la traducción. «A través de A propósito de un cuadro Las cinco caras de la hospitalidad la traducción comenzamos a entender que lo que se dice en nuestro idioma puede ser dicho también en otro; al mismo tiempo, en aquel idioma se dice otra cosa que quizá en el mío no lo puedo decir. Hablando de la traducción, no doy sólo un ejemplo, sino un modelo de hospitalidad. Traducir es habitar en otro idioma, el otro idioma en el nuest ro». Se parte para regresar. La hospitalidad es compartir el hecho de estar en nuestra casa, es poner en común el habitar entre nuestros muros. No sería hospitalidad abrir la puerta de la estancia en el albergue en el que estamos de paso. Cuarta cara. Violación de la hospitalidad es violación de la amistad. La guerra más célebre de la antigüedad inicia con el rapto de Helena. Los griegos habían construido la idea de un derecho recíproco a encontrar acogida y a la protección mutua: es este el derecho recíproco que Paris viola y que Menelao es incapaz de perdonarle. Que la quinta cara llegue a ser la capacidad de perdonar y ser perdonados. Este pentágono asume, para nosotros, los rasgos de un cuadro, María con el Niño y los comediantes: era el año 1971 cuando Aldo Carpi firmaba esta pintura que narra el hecho de acoger y ser acogidos. La entrada de María en la estancia toma por sorpresa a un grupo de personajes de circo, ocupados en los preparativos de un espectáculo. Pero el trabajo se interrumpe y una silla le es prontamente ofrecida al huésped en cuestión. El andar lento y compuesto de María se contrapone al desordenado y bullicioso grupo de payasos. En la acogida recíproca, se realiza el encuentro.

8 número 35, viernes 28 de agosto de 2015 L OSSERVATORE ROMANO página 9 Trabajar y morir por dos euros a la hora Víctimas de la explotación laboral duce hasta el 8,5% en quienes tienen estudios superiores. Los fríos datos toman vida en la historia de Paola Clemente donde una vez más se cumple tristemente la ecuación de que «a menor instrucción», «menor capacidad de enfrentar la crisis». Mientras tanto Stefano Arcuri, el viudo de Paola continua con su badi SI LV I N A PÉREZ «No se puede morir por trabajar en el campo. Sin Paola, mi vida no tiene sentido. Lo perdí todo, vivo sólo para conseguir justicia». Este es el dramático testimonio de Stefano Arcuri, marido de Paola Clemente, la italiana de 49 años y tres hijos que murió de un infarto mientras se dejaba la piel trabajando en la recogida de la uva en Andria, una localidad en la región de la Puglia, al sur de Italia. El caso de Paola se ha convertido en emblemático por sacar a luz la realidad deshumanizante del «trabajo esclavo». Pero ella no es la única víctima. Ha habido otras tres personas en el país, dos inmigrantes y un ciudadano italiano que han perdido la vida trabajando en condiciones similares. Cuesta pensar que hoy, en la Europa de los derechos y los valores sociales que animaron la Revolución francesa, aún se hable de «esclavitud». Conclusión: Igualdad, libertad y fraternidad, sí, pero «no para todos». El marido de Paola, Stefano Arcuri, nos cuenta que: «salía de casa a las dos de la madrugada, en San Giorgio Jonico. Cogía el autobús y llegaba a las cinco y media a las viñas de Andria (a 170 kilómetros de distancia). En casa no la veíamos antes de las tres de la tarde, algunos días incluso a las seis». Stefano reflexiona sobre el hecho de que su mujer dedicara trece horas al día al trabajo, contando las tres del viaje, para ganar 27 euros, menos de Paola Clemente, victima del trabajo agricolo dos euros por hora: «Poco muy poco. Pero para nosotros ese dinero era muy importante, absolutamente indispensable». «Teniendo en cuenta cómo están las cosas en Italia, esos euros nos permitían salir adelante», afirma el marido. La justicia está investigando y en estas horas han detenido a tres personas por homicidio involuntario y omisión de socorro. Gracias a la intervención del sindicato agrícola regional de la CGIL se conoce el triste final de Paola, abriéndose un debate en los principales noticieros de los medios de comunicación. «Estamos ante una situación de abuso del caporal. En esta historia hemos descubierto que los trabajadores son obligados a dar parte de su compensación económica al caporal», manifiesta la sindicalista Stefania Crogi. Los contratos provinciales prevén un salario de 52 euros, pero los trabajadores perciben euros por jornadas agotadoras. Jornadas que duran entre 9 y 10 horas bajo el sol, con una temperatura particularmente hostil durante el verano. En el mes de agosto, por ejemplo, se han alcanzado los 50 grados. En estas condiciones se encuentran otros trabajadores, según la Confederación general italiana del trabajo (CGIL) que denuncia que estos empleados sufren «explotación y contratos ilegales». Tal vez estos datos sean tan solo la punta de un iceberg. Quizás estemos ante la imagen de una fotografía en blanco y nero desenfocada donde no es posible ver con nitidez los matices de culpas y omisiones. Y la situación de la mano de obra inmigrante es peor. Viven confinados en condiciones propias de un campo de concentradicatos locales, el trabajo clandestino en el sector agrícola representa casi el 20% del conjunto de la actividad. Qué arrojó a una mujer como- Paola a aceptar un trabajo en el campo, a tres horas de su casa y con un jornal de 26 euros? Un empobrecimiento cada vez mayor de las familias, los rostros sufrientes de la ción y vigilados por milicias privadas. Andria no es el único «campo de trabajo» en Europa. Se ha descubierto, por ejemplo, que en otra región italiana, la Campania, a centenares de migrantes explotados se les había confiscado su documentación. Sobrevivían subalimentados en una clandestinidad total. Según los singos relacionados con su vivienda (hipoteca o alquiler, recibos de gas, electricidad, comunidad...), número que como todos los anteriores, ha aumentado respecto al La formación también influye en la tasa de riesgo de pobreza que afecta al 25,1% de la población con educación primaria o inferior y se re- crisis socioeconómica. Según los datos estadísticos del ente Eurostat, en el 2014 el 26,9% de los hogares europeos llegó a fin de mes con «mucha dificultad», un porcentaje que ha crecido en 3,4 puntos respecto al año anterior. Un 41% no tuvo capacidad para afrontar gastos imprevistos y el 9,3% tuvo retrasos en los patalla judicial, hablando con periodistas y difundiendo el caso de su mujer. «Somos no logro hablar en pasado de mi esposa personas habituadas a trabajar y permanecer en silencio. Pero ahora, basta. Pido justicia para mi Paola. Nos casamos en Son 28 años de matrimonio. No existo sin ella», confiesa.

9 página 10 L OSSERVATORE ROMANO viernes 28 de agosto de 2015, número 35 Coloquio con el cardenal Vegliò sobre el tema de la Jornada mundial del emigrante y del refugiado Más allá de los miedos y egoísmos NICOLA GORI En primera línea en el socorro y la acogida de los inmigrantes están las comunidades cristianas: lejos de las luces de los reflectores mediáticos, cada día responden con la realidad concreta de la solidaridad a los desafíos que la llegada de los refugiados plantea a la conciencia personal y colectiva. Por ello la voz de la Iglesia es «una palabra profética» que en el testimonio encuentra su fuerza. Al día siguiente del anuncio del tema de la Jornada mundial de 2016 «Emigrantes y refugiados nos interpelan. La respuesta del Evangelio de la misericordia» el cardenal Antonio Maria Vegliò recuerda a nuestro periódico que acerca de la cuestión de los inmigrantes «no se puede permanecer en silencio e indiferentes», si bien «no es fácil dar una respuesta satisfactoria para todos». Sigue siendo fundamental, según el presidente del Consejo pontificio para la pastoral de los emigrantes e itinerantes, la labor de información y formación de la opinión pública, sobre todo para favorecer una adecuada reflexión acerca del origen de los miedos y desconfianzas que se difunden entre la gente ante el «ext r a n j e ro». Por qué la elección de este tema para la Jornada mundial del emigrante y del refugiado de 2016? Por una parte, el tema de la Jornada mundial del emigrante y del refugiado se introduce naturalmente en el contexto del Año de la misericordia, que es el punto de referencia para la Iglesia en los próximos meses. Por otro lado, en el contexto de una situación mundial, donde la inmigración está alcanzando grandes proporciones y ante tantas dolorosas tragedias acaecidas no sólo en el Mediterráneo sino en todo el mundo, se debe reconocer que este fenómeno, en todas sus formas, nos interpela a dar una respuesta. Cierto, no es fácil dar una respuesta que sea satisfactoria para todos, pero no se puede permanecer en silencio e indiferentes ante tal realidad. La Jornada mundial, de este modo, se convierte para toda la Iglesia en una ocasión concreta para reflexionar, rezar y actuar. La celebración se enmarca en el Año de la misericordia. Qué reflexiones sugiere? La Iglesia tiene que ser testigo en cada ámbito donde trabaja. Debe hacer lo que puede: naturalmente no puede hacerlo todo, pero sin lugar a dudas debe formar las conciencias e impulsarlas a nunca permanecer tranquilas ante estos hechos. En esta línea, está llamada a defender el derecho de cada persona a vivir con dignidad y, al mismo tiempo, tiene la responsabilidad de asegurar que se informe de modo adecuado a la opinión pública acerca de las causas de la inmigración, las consecuencias y los peligros que el itinerario migratorio puede implicar. La Jornada mundial del emigrante y del refugiado, celebrada en el Año de la misericordia, es, por lo tanto, una ocasión providencial para presentar un panorama completo de la realidad migratoria, en toda su complejidad. Es también una ocasión para profundizar, en el contexto migratorio, la relación entre justicia y misericordia, que constituyen dos dimensiones de una única realidad, en la línea sugerida por el Papa en la M i s e r i c o rd i a e vultus. La Iglesia nos ayuda también a no olvidar que Jesús está presente en los más pequeños, los que más sufren y son más vulnerables, en los que tienen más necesidad de los demás. La Iglesia, al ser discípula de Jesús, está llamada a liberar, a anunciar la liberación de quienes son prisioneros de la esclavitud de la sociedad moderna. Cómo pensáis implicar a las Iglesias locales en esta cita? La celebración del Año de la misericordia no es sólo una celebración que se realiza en Roma. El Santo Padre, como se lee en la bula de convocación Misericordiae vultus, quiso que cada Iglesia particular esté «directamente comprometida a vivir este Año santo». La inmigración es un fenómeno que toca sobre todo a nuestras Iglesias locales, porque son el ámbito más cercano a los inmigrantes y refugiados. Allí encontramos a estas personas, cara a cara. A ese nivel es donde se puede realizar concretamente la integración. Por este motivo, el Consejo pontificio para la pastoral de los emigrantes e itinerantes quiso ofrecer algunas indicaciones para la celebración local. Qué sugerís en concreto? En primer lugar, sugerimos que la jornada jubilar se celebre a nivel diocesano y nacional con la participación de los inmigrantes y refugiados, comprometiendo a toda la comunidad cristiana. Para mostrar la unidad de la Iglesia, hemos propuesto que el evento jubilar central sea precisamente el próximo 17 de enero de 2016, en coincidencia con la Jornada mundial del emigrante y el refugiado. Aprovechando la ocasión que ofrece este Año de la misericordia, tal celebración se convierte también en un aliento para las diócesis y las comunidades cristianas, que aún no celebran anualmente la Jornada mundial, en la programación de iniciativas. En sintonía con las propuestas presentadas para el Año jubilar, esperamos que esta celebración se traduzca muy concretamente en signos de solidaridad en el espíritu de las obras de misericordia: gestos que tengan un valor simbólico y que expresen la cercanía y la atención a los inmigrantes y refugiados. Cierto, Refugiados en la frontera de Macedonia estos signos serán distintos según las circunstancias del lugar o de la comunidad; y no limitan el compromiso de la Iglesia por y con los inmigrantes. En un momento en que la opinión pública se ve a menudo desorientada por la confrontación polémica sobre la inmigración, qué se puede hacer para sensibilizar a las personas en la acogida? La complejidad del fenómeno migratorio hace difícil separar los diversos aspectos, como el político o legislativo, el de la seguridad o el humanitario. Ante todo, no podemos reducir este fenómeno sólo a las estadísticas o a los números. Estamos ante personas humanas, que tienen un rostro, una historia real, una familia y experiencias concretas que no se pueden descuidar. Esto es importante, ya que estamos hablando de la acogida de personas concretas, no de ideas abstractas. da de los inmigrantes pueda reducir nuestros espacios de libertad, tal vez nos dejamos impresionar por la dificultad que puede comportar la experiencia de vivir juntos. Pero es motivo suficiente para encerrarnos en nosotros mismos? Es una pregunta para reflexionar. Está también quien muestra intolerancia cuando la Iglesia hace resonar su voz invitando a la solidaridad y a la acogida. La Iglesia tiene que ser voz de quien no tiene voz ante la comunidad internacional, denunciando la indiferencia y la falta de justicia, proponiendo caminos de solidaridad y facilitando el diálogo. Como ya he hecho mención, la Iglesia trata de despertar las conciencias ante esta realidad. Sólo quiero añadir que la Iglesia tiene una «palabra» profética en la obra de sensibilización en la acogida: una «palabra» que resuena con fuerza a través de sus distintas acciones y obras de las que se hacen cargo concretamente las comunidades cristianas. Hay muchos ejemplos pequeños y grandes de gestos de apertura. Es la sensibilización que nace de nuestro compromiso y de nuestra labor cotidiana. Sin embargo, a menudo se difunde entre la gente una sensación de miedo ante el «extranjero». Sensibilizar significa también hacer una reflexión acerca de los propios miedos y sensaciones negativas que llevan a cerrarse. Creo que es normal en la naturaleza humana tener miedo. Pero debemos preguntarnos: de dónde nace ese miedo? Tenemos que ser conscientes de su origen. Tal vez pensamos que la llega- Al respecto, tenéis noticias y datos actualizados acerca de lo que hacen las diversas realidades católicas, como diócesis, institutos religiosos, asociaciones laicales y de voluntariado? No quiero dar la impresión de eludir la pregunta, pero respondo que son realmente tantas y diversas las obras promovidas por las comunidades cristianas que, gracias a Dios, es prácticamente imposible tener una lista actualizada y precisa. Cada día surgen nuevas iniciativas tanto de forma organizada como esp ontánea promovidas por las comunidades o por personas particulares. Una presentación de casos concretos sería inevitablemente reductiva. Pero cuando recibo informaciones referidas a numerosas actividades, muchas veces desconocidas por la opinión pública, no puedo dejar de ver la grandeza de corazón de los cristianos, que hacen esto movidos por el amor sencillo y gratuito por el Señor presente en los hermanos. Por ejemplo, vienen a mi memoria sin la pretensión de ofrecer un resumen preciso las experiencias de una comunidad de religiosas que acogió a 150 personas que solicitaban asilo, de los médicos católicos que están trabajando en las embarcaciones socorriendo a los refugiados en el mar, de una parroquia que acogió a algunos menores no acompañados, de los 20 voluntarios que gestionan una tienda y ayudan a los inmigrantes a buscar trabajo, de una familia que aceptó en su casa a dos refugiados. Cada día nuestras comunidades responden de modo concreto a los casos siempre nuevos que se les plantean. Y lo hacen con una extraordinaria «fantasía de la caridad».

10 número 35, viernes 28 de agosto de 2015 L OSSERVATORE ROMANO página 11 El fundamento de la confianza PABLO D ORS «El cristianismo es una religión universal precisamente porque plantea esta propuesta: es razonable confiar, es necesario practicar le misericordia, es ese el culto que Dios quiere». La experiencia espiritual más importante de Jesús de Nazaret acaeció durante su bautismo, cuando, tras recibir el agua de manos de Juan, experimenta, según cuentan los evangelistas, que se abrieron las puertas del cielo, de donde descendió una paloma. Oyó entonces una voz que dijo: «Este es mi Hijo, el Amado, en quien me complazco». En este relato hay, al menos, cuatro puntos de indudable interés. 1. Para ser receptor de una experiencia espiritual el primer paso es la purificación, que es lo que aquí se simboliza con las aguas del Jordán. 2. Que en la medida en que somos purificados, se abren las puertas del cielo, es decir, las puertas de la percepción o receptividad espiritual. 3. Que esa experiencia espiritual, representada por la paloma y la voz, consiste, en esencia, en sentirse hijo amado. 4. Que un ser humano se sienta hijo es algo que alegra y complace al Creador, dándole gloria. Entraré, muy brevemente, en el significado del tercer punto. Sentirse hijo, es decir, sentir que hay un padre, es tanto como, dicho en un lenguaje menos expresamente cristiano, experimentar que la confianza tiene un fundamento, que no es estúpido sino sensato confiar en lo que hay. Por qué? Porque se ha descubierto que somos de la estirpe divina o, dicho de otro modo, que lo que hay y acontece no es arbitrario o caprichoso, sino que obedece a un designio amoroso y providente. Se experimenta, en pocas palabras, que en nuestra innata e inevitable búsqueda de la plenitud es más sensato confiar que desconfiar, pues sólo confiando hacemos la experiencia de estar unidos al otro y al mundo, no separados de ellos. Esta es la experiencia mística primordial, redactada paradigmáticamente en los evangelios con ocasión del bautismo de Jesús, verdadero comienzo de su misión en la humanidad. Y cuál es esa misión?, podríamos preguntarnos. Sólo una y, como es obvio, consiguiente a la experiencia que le precede: comunicar su experiencia bautismal. El mensaje cristiano podría reducirse a esta tesis: merece la pena confiar en la realidad. Si hay un Padre, es decir, un motivo para la confianza, hay una consecuencia inmediata: eres hermano de todo y de todos. Sólo desde esta fraternidad universal y desde este respeto estructural a la naturaleza es posible, en mi opinión, entender y practicar conscientemente lo que los cristianos llamamos misericordia y lo que los budistas llaman compasión. Sabemos bien el significado etimológico de compasión, padecer con el otro, y de misericordia, sentir Sólo el amor es digno de fe. La práctica de lo misericordia es consecuencia de la experiencia de la confianza y, al tiempo, generadora de esa experiencia la miseria ajena, pero ambas experiencias, que son una, tienen una raíz: el descubrimiento de que el otro, lo otro, eres tú, tu familia. El cristianismo es una religión universal precisamente porque plantea esta propuesta: es razonable confiar, es necesario practicar la misericordia, es ese el culto que Dios quiere. La práctica de la misericordia hace visible en este mundo la sensatez de la propuesta cristiana, radicalmente humanista. Dicho más sencillamente: el amor hace creíble la fe. Sólo el amor es digno de fe. La práctica de la misericordia es consecuencia de la experiencia de la confianza y, al tiempo, generadora de esa experiencia. La misericordia aumenta la confianza en la vida y en el ser humano, sólo ella la aumenta. El pecado, en este sentido, es el egocentrismo o cerrazón en lo propio, esto es, la indiferencia y pasividad ante el destino ajeno. Los indiferentes y egoístas destruyen, lo sepan o no, los motivos para esperar que pueden o podrían albergar sus contemporáneos. El egoísmo y la indiferencia son, en esencia, amenazas a la confianza en la que el ser humano se re a l i z a. Este asunto de la misericordia traído ahora a colación a raíz de la bula papal es siempre actual. La pregunta más urgente es, me parece, cómo se fragua un corazón misericordioso o, dicho de otra forma, cómo se combate contra un egoísmo que ha adquirido en nuestras sociedades una monstruosa proporción. Es sensato hablar de esto, es realista? Discursos de este género, no son a fin de cuentas una supina ingenuidad? No descubriré el Mediterráneo si digo que el único modo para que un árbol dé buenos frutos es que se cuiden sus raíces. Dicho más claramente: la única forma fiable de generar una cultura de la misericordia es cultivar la confianza, entrar en esta escuela, trabajar la experiencia espiritual que posibilita que la compasión sea más que un simple deber ético, convirtiéndose en la consecuencia necesaria de una visión la de un cielo abierto por el que desciende una paloma y de una audición la de una voz que te dice que eres un hijo amado. Carecer de padres, no sentirse hijos, es, como hemos visto, el fundamento de la desconfianza y, en última instancia, del terror, de la ausencia de misericordia tinto. No puede serlo, puesto que todos, cada cual con su propia cosmovisión, se ejercita en la confianza. Confiar en la realidad es un acto de fe, es una manera de ser creyente. Los agnósticos creen que no creen, al igual que muchos cristianos creen que lo suyo es creer. Pero sólo hay un crisol en el que probar si creen o no los que dicen que lo hacen o que no lo hacen: si practican la confianza en la realidad que no otra cosa es la meditación y, en consecuencia, si practican la compasión consigo mismos, con la naturaleza y con los demás. Para mí es secundario que una persona llame Dios Padre o Fundamento de la confianza a su experiencia espiritual más radical. Lo prioritario es que tenga esa experiencia, y lo secundario, si la define con una palabra o con otra. En este sentido, la frontera entre un creyente y un no creyente es muy fina, y gruesa en cambio, la frontera entre un meditador y un no meditador. Para mí es claro que hemos de ir a las raíces, y que esas raíces, en Occidente, están en las aguas del Jordán. Es ahí donde empieza todo. Si no nos metemos en ese río, si no permitimos que esas aguas nos purifiquen de nuestras sombras, ninguna puerta se abrirá, ninguna paloma descenderá y no resonará ninguna voz. No haremos la experiencia espiritual y seguiremos siendo lo materialistas y pragmáticos que de hecho somos. No escucharemos voces y el mundo nosotros, ellos y todo lo demás resultará simplemente mudo y hermético. Un mundo en el que no suena nada porque no hay ningún oído dispuesto a oír. Un mundo seco porque nadie acude a esas aguas que podrían limpiarnos de un lastre de siglos y, desde luego, saciar nuestra sed. Sostengo que buena parte de nuestros males, por no decir todos ellos, se deben a la pérdida de la experiencia de la filiación. Hemos matado a los padres, a todos ellos, no sólo a Dios Padre, y, en consecuencia, somos una generación de huérfanos. Carecer de padres, no sentirse hijos, es, como hemos Doy con frecuencia retiros de silencio y meditación en los que participan creyentes y no creyentes en una proporción bastante parecida, y mi experiencia en ellos es siempre la misma: lo que unos y otros experimentan no es en el fondo muy disvisto, el fundamento de la desconfianza y, en última instancia, del terror, de la ausencia de misericordia. La pedagogía consistiría, a mi modo de ver, en ponerse a orar, aunque no se tengan ganas, en ponerse a confiar aunque en el trasfondo lata siempre, incansable, la sospecha. A orar se aprende orando, sólo así. A escuchar se aprende callándose por fuera y por dentro. A mirar se aprende cerrando los ojos y observando lo que sucede en nuestro interior. Entonces, tal vez, recibamos esa visión a la que hemos sido destinados: la de una paloma descendiendo sobre nosotros y capacitándonos para la dimensión espiritual que nos constituye. Y entonces, tal vez también, recibamos esa audición que siempre, lo sepamos o no, andamos buscando: eres mi hijo, te amo.

11 página 12 L OSSERVATORE ROMANO viernes 28 de agosto de 2015, número 35 En la catequesis del miércoles 26 el Papa habla de la importancia de la oración El Evangelio leído en familia nutre el corazón Nobel a las mamás y los papás que de 24 horas hacen 48 La oración es «la mejor parte del tiempo» de la familia. Lo recordó el Papa Francisco en la catequesis de la audiencia general la número cien del pontificado del miércoles 26 de agosto, en la plaza de San Pedro. Queridos hermanos y hermanas, buenos días! Después de reflexionar acerca de cómo vive la familia los tiempos de la fiesta y del trabajo, consideramos ahora el tiempo de la oración. El lamento más frecuente de los cristianos se refiere precisamente al tiempo: «Tendría que rezar más...; quisiera hacerlo, pero a menudo me falta el tiempo». Lo oímos continuamente. El pesar es sincero, ciertamente, porque el corazón humano busca siempre la oración, incluso sin saberlo; y si no la encuentra no tiene paz. Pero para que se encuentren, hay que cultivar en el corazón un amor «cálido» por Dios, un amor afectivo. Podemos hacernos una pregunta muy sencilla. Está bien creer en Dios con todo el corazón, está bien esperar que nos ayude en las dificultades, está bien sentir el deber de darle gracias. Todo está bien. Pero lo queremos, de verdad, un poco al Señor? Pensar en Dios nos conmueve, nos maravilla, nos enternece? Pensemos en la formulación del gran mandamiento, que sostiene a todos los demás: «Amarás, pues, al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda el alma y con todas tus fuerzas» (Dt 6, 5; cf. Mt 22, 37). La fórmula usa el lenguaje intenso del amor, orientándolo a Dios. Así, el espíritu de oración habita ante todo aquí. Y si habita aquí, habita todo el tiempo y ya no sale de él. Logramos pensar en Dios como la caricia que nos mantiene con vida, antes de la cual no hay nada; una caricia de la cual nada, ni siquiera la muerte, nos puede separar? O bien pensamos en Él sólo como el gran Ser, el Todopoderoso que creó todas las cosas, el Juez que controla cada acción? Todo es verdad, naturalmente. Pero sólo cuando Dios es el afecto de todos nuestros afectos, el significado de estas palabras llega a ser pleno. Entonces nos sentimos felices, y también un poco confundidos, porque Él piensa en nosotros y, sobre todo, nos ama. No es impresionante esto? No es impresionante que Dios nos acaricie con amor de padre? Es tan bonito! Podía simplemente darse a conocer como el Ser supremo, dar sus mandamientos y esperar los resultados. En cambio, Dios hizo y hace infinitamente más que eso. Nos acompaña en el camino de la vida, nos protege y nos ama. Si el afecto por Dios no enciende el fuego, el espíritu de la oración no caldea el tiempo. Podemos incluso multiplicar nuestras palabras, «como hacen los gentiles», dice Jesús; o también hacernos ver por nuestros ritos, «como hacen los fariseos» (cf. Mt 6, 5.7). Un corazón habitado por el amor a Dios convierte también en oración un pensamiento sin palabras, o una invocación ante una imagen sagrada, o un beso enviado hacia una iglesia. Es hermoso cuando las mamás enseñan a los hijos pequeños a mandar un beso a Jesús o a la Virgen. Cuánta ternura hay en eso! En ese momento el corazón de los niños se convierte en espacio de oración. Y es un don del Espíritu Santo. Nunca olvidemos pedir este don para cada uno de nosotros, porque el Espíritu de Dios tiene su modo especial de decir en nuestro corazón «Abbà» «Padre»; y nos enseña a decir «Padre» precisamente como lo decía Jesús, un modo que nunca podremos encontrar por nosotros mismos (cf. Gal 4, 6). Este don del Espíritu se aprende a pedirlo y apreciarlo en la familia. Si lo aprendes con la misma espontaneidad con la que aprendes a decir «papá» y «mamá», lo has aprendido para siempre. Cuando esto sucede, el tiempo de toda la vida familiar se ve envuelto en el seno del amor de Dios, y busca espontáneamente el momento de la oración. El tiempo de la familia, lo sabemos bien, es un tiempo complicado y lleno de asuntos, ocupado y preocupado. Es siempre poco, nunca es suficiente, hay tantas cosas por hacer. Quien tiene una familia aprende rápido a resolver una ecuación que ni siquiera los grandes matemáticos saben resolver: hacer que veinticuatro horas rindan el doble. Hay mamás y papás que por esto podrían ganar el Premio Nobel. De 24 horas hacen 48: no sé cómo hacen, pero se mueven y lo hacen! Hay tanto trabajo en la familia! El espíritu de oración restituye el tiempo a Dios, sale de la obsesión de una vida a la que siempre le falta el tiempo, vuelve a encontrar la paz de las cosas necesarias y descubre la alegría de los dones inesperados. Buenas guías para ello son las dos hermanas Marta y María, de las que habla el Evangelio que hemos escuchado. Ellas aprendieron de Dios la armonía de los ritmos familiares: la belleza de la fiesta, la serenidad del trabajo, el espíritu de oración (cf. Lc 10, 38-42). La visita de Jesús, a quien querían mucho, era su fiesta. Pero un día Marta aprendió que el trabajo de la hospitalidad, incluso siendo importante, no lo es todo, sino que escuchar al Señor, como hacía María, era la cuestión verdaderamente esencial, la «parte mejor» del tiempo. La oración brota de la escucha de Jesús, de la lectura del Evangelio. No os olvidéis de leer todos los días un pasaje del Evangelio. La oración brota de la familiaridad con la Palabra de Dios. Contamos con esta familiaridad en nuestra familia? Tenemos el Evangelio en casa? Lo abrimos alguna vez para leerlo juntos? Lo meditamos rezando el Rosario? El Evangelio leído y meditado en familia es como un pan bueno que nutre el corazón de todos. Por la mañana y por la tarde, y cuando nos sentemos a la mesa, aprendamos a decir juntos una oración, con mucha sencillez: es Jesús quien viene entre nosotros, como iba a la familia de Marta, María y Lázaro. Una cosa que me preocupa mucho y que he visto en las ciudades: hay niños que no han aprendido a hacer la señal de la cruz. Pero tú, mamá, papá, enseña al niño a rezar, a hacer la señal de la cruz: es una hermosa tarea de las mamás y los papás. En la oración de la familia, en sus momentos fuertes y en sus pasos difíciles, nos encomendamos unos a otros, para que cada uno de nosotros en la familia esté protegido por el amor de Dios. Los tuits 21 AGO [10.00 AM] La lectura diaria del Evangelio nos ayuda a superar nuestro egoísmo y a seguir con decisión a Jesús, el Maestro 25 AGO [10.25 AM] El encuentro con Cristo es capaz de transformar completamente nuestra vida