EL ÚLTIMO VUELO DEL DINOSAURIO

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Laura Martín Ramírez
hace 7 años
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1 EL ÚLTIMO VUELO DEL DINOSAURIO - Pero los dinosaurios van a desaparecer Charly García dejaba escuchar su voz a través de la radio del automóvil. El padre al volante fruncía el ceño cada vez que veía por el espejo cómo se reflejaban sus tres hijos haciendo desorden. -Quédense tranquilos, oigan. Con esa bulla no puedo estar concentrado mientras manejo- el hombre se detuvo ante la luz roja del semáforo. -Papá, los dinosaurios se extinguieron?- preguntó el niño más pequeño. -Obvio que sí, tonto. Que es menso el Claudio, las preguntas que hace!- contestó el hermano mayor, Bruno. - Entonces, por qué la canción dice que los dinosaurios van a desaparecer? Es como si todavía existiesen La hermana del medio, se puso a reír. El padre movió la palanca y aceleró. Tocó la bocina, al frente un automóvil se atravesó de improviso. - Maldita sea, hijo de puta!... Oye, Claudio, no hagas preguntas tontas. Esta es sólo una canción de un tipo drogadicto que no sabía ni lo que estaba haciendo cuando escribió esa estupidez. -Ah- contestó Claudio. Un par de días después, en la clase de biología de Claudio, el profesor Alfredo llegó con el rostro lleno de excitación. Dejó su maletín sobre la mesa y 1

2 de él sacó gran cantidad de papeles. Murmuraba solo. Los alumnos se miraban entre sí intrigados por el comportamiento del maestro. -A ver, chicos- habló el profesor- A cuántos de aquí les gustan los dinosaurios? El curso constaba de cuarenta y cinco alumnos y al menos veinte levantaron su mano, entre ellos Claudio. -Verán, chicos. Acabo de salir de una convención acerca de la evolución de los vertebrados. Esta es una instancia en donde se habla de todo lo que es interesante para mí y tuve de hecho unos cuantos debates con otros colegas que me dejaron con la adrenalina bastante alta. Ya, el tema es que en esta convención se habló de los dinosaurios Varios niños colocaron rostros que indicaban su interés y curiosidad por saber lo que el maestro diría. -Y se tocó un tema que van a ver en cursos posteriores, mucho más adelante, ustedes sólo tienen diez años, claro; me refiero a la evolución de las aves. Por mucho tiempo se hablaba que las aves evolucionaron, o descendieron, de los dinosaurios. Esto no está en el programa de estudios de enseñanza básica pero en cierta clase se los hablé. La cuestión es que en esta convención se leyó una carta que la Comunidad Científica Internacional ha escrito para conocimiento de las personas. En esta carta, han dicho expresamente que de ahora en adelante no se debe hablar más de las aves como descendientes de dinosaurios o derivadas de estos, sino lisa y llanamente hay que nombrarlas por lo que son: dinosaurios 2

3 Los niños murmuraron entre sí. Claudio levantó la mano: -Profesor, entonces los dinosaurios no se extinguieron? Un grupo de niños soltó una carcajada. Uno de ellos dijo: -Lo único que se extinguió fue la mamá del Claudio adusto. Claudio miró hacia su pupitre cabizbajo. El profesor puso un rostro -Julián, afuera de la sala. Me espera en inspectoría. extinto Luego del silencio que esto produjo, el maestro se dirigió a Claudio: -Pues las aves son dinosaurios, por lo tanto los dinosaurios jamás se han Luego de esa clase, Claudio estaba realmente feliz. Miraba con otros ojos a los gorriones, zorzales, tiuques e incluso a las palomas. Ahora les tenía un respeto reverencial. Cuando en casa el hermano mayor les sirvió de almuerzo trutros y alas de pollo con papas y arroz, Claudio se negó a comer. - Cómo se te ocurre que me voy a comer un dinosaurio?- dijo el niño. - Cómo?- preguntó Bruno. -Déjalo, ahora le dio la tontera de que las aves son dinosaurios. Estupideces que aprenden en el colegio. Primero les llenan con tonterías de que las aves vienen de reptiles muertos hace qué tiempo y después cuando ya son más grandes les lavan el cerebro con que pueden cambiar el mundo haciendo protestas- exclamó el padre. 3

4 -Oye, Claudio, no seas tonto. Deberías estar agradecido que puedes comer. En otras partes hay niños que se matarían por tener un pedazo de carne- sentenció la hermana que devoraba un ala de pollo. Al otro día, como el vehículo tenía restricción, el padre no pudo llevar a sus hijos al colegio, así que estos tomaron la micro. Al bajar en la plaza que estaba a una cuadra del establecimiento, Claudio vio a un viejo darles comida a las palomas. Fue corriendo hacia él y le dijo: -Señor, le está dando comida a dinosaurios Bruno se acercó a Claudio y lo agarró de un brazo. -No hagas el ridículo, oye De pronto, Claudio vio algo en la plaza, casi en el centro de esta, detrás de un árbol grueso y grande. El niño sintió un temblor que le recorrió todo el cuerpo. Se separó de su hermano y hermana y avanzó corriendo. Los hermanos le gritaron que se devolviera pero él sólo pensaba en la imagen que estaba viendo. Llegó hasta el árbol grueso. Ahí, un grupo de cuatro niños entre los que estaba su compañero de curso, Julián, le tiraban piedras a un gorrión que yacía agonizante en el suelo. El ave piaba y daba saltos que sólo se traducían en un arrastrarse torpemente ya que su ala izquierda estaba quebrada y le faltaba una pata. Claudio sintió impotencia y dio un grito pidiendo que se detuvieran. Los chicos se voltearon hacia él. -Déjenlo Es un dinosaurio! 4

5 Los chicos se dirigieron palabras sarcásticas. Julián contestó: - Y qué? Tomó la piedra más grande que tenía en el bolsillo y la lanzó dándole muerte al animal. -Se extinguió- dijo Julián sonriendo. Bruno llegó al lado de Claudio, lo tomó de un brazo y se lo llevó retándolo. Atrás, los chicos le tiraban piedras a Claudio. En el suelo, a unos metros del cuerpo, otros gorriones observaban sigilosos quizás esperando a que el dinosaurio emprendiese en algún momento su último vuelo. *** 5

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