Preámbulos de la guerra

Transcripción

1 16. SEGUNDA REPÚBLICA HASTA EL COMIENZO DE LA GUERRA CIVIL 1 Preámbulos de la guerra Causas Es complicado establecer las causas de la guerra, ya que intervinieron múltiples factores como la desigualdadeconómica, los nacionalismos o las actitudes religiosas. En el ámbito político, es necesario remontarse a las elecciones de A pesar de la reducida diferencia del número de votos que hubiera supuesto un empate entre la CEDA y el Frente Popular, el sistema de reparto de escaños otorgó una amplia mayoría al Frente Popular. Esto supuso un gran resentimiento de la derecha. Además, la izquierda había sufrido un proceso de radicalización que propiciaba una revolución bolchevique. Crecía la polarización política que alimentó un clima de violencia, con acciones revolucionarias protagonizadas por obreros y campesinos, y conspiraciones derechistas para frenar esta revolución social apoyadas por los pistoleros de la Falange. Estos últimos asesinaron a un Guardia de Asalto republicano, el teniente Castillo. Como venganza, sus compañeros planearon el secuestro y asesinato de Calvo Sotelo, líder de la ultraconservadora Renovación Española. Este hecho fue el pretexto para la rebelión militar. Sublevación militar El Gobierno conocía las identidades de gran parte de los conspiradores pertenecientes al ejército, y decidieron dispersarlos en distintos destinos para evitar su coordinación (por ejemplo, el general Franco, destinado a Canarias). Sin embargo, creían erróneamente en la afinidad del general Mola a la República. Éste se puso en contacto con grupos tradicionalistas y consiguió financiación civil, como la proporcionada por el banquero March, para el retorno de tropas. Los golpistas necesitaban las tropas de África ya que eran las que más experiencia en batalla tenían, así como las más beneficiadas por la derecha política. Así pues, Franco fue enviado a Marruecos, donde tenía gran prestigio y comenzó el alzamiento el 17 de julio. Fue secundado por Canarias, Sevilla y parte de la Andalucía occidental, Mallorca, Galicia, Oviedo, Castilla-León y Navarra. La iniciativa del golpe fue militar, con escasa participación civil. Su objetivo era la implantación de un régimen autoritario, aunque no estaba demasiado claro qué sistema se adoptaría.

2 2 16. SEGUNDA REPÚBLICA HASTA EL COMIENZO DE LA GUERRA CIVIL Desarrollo de las operaciones militares De la sublevación a la batalla de Madrid (julio 1936 marzo 1937) Las tropas de Franco en África no podían cruzar desde Ceuta a la Península ya que la Marina era afín a la República. Fue decisiva la ayuda de Alemania e Italia, que mandaron barcos, para la progresiva ocupación de la zona occidental. El general Queipo del Llanos ocupó el sudoeste de Andalucía. El general Mola, desde Navarra a Galicia por Castilla y León, sin lograr la dominación de la franja cantábrica desde Asturias a Vizcaya. La posterior conquista de Badajoz permitió unir los territorios ocupados por el ejército sublevado. El objetivo primordial de los sublevados era la conquista de Madrid, centro de los órganos de poder. Pero previamente, las tropas se dirigieron al Alcázar de Toledo, donde se habían levantado las tropas sin ser secundados por la ciudad, resistiendo desde el comienzo de la guerra el asedio republicano. Esta resistencia fue convertida en símbolo del franquismo. Madrid presentó una inesperada resistencia. El Gobierno había repartido armas entre los civiles del Frente Popular. Los milicianos se organizaron y establecieron trincheras. Ante el fracaso de un ataque frontal, Franco comenzó campañas envolventes en las que rodeaba y aislaba la capital. Esta estrategia fracasó gracias a las victorias republicanas en Jarama y Guadalajara. Comenzó una etapa de guerra de desgaste, que favorecía los propósitos de Franco de consolidar sus conquistas y aniquilar cualquier señal de republicanismo dentro de los territorios ocupados. De la batalla del norte a la del Ebro (abril 1937 noviembre 1938) Asturias estaba especialmente resentida por la durísima represión de Franco a la Revolución Socialista de los Consejos Obreros en 1934, y resistió los ataques franquistas hasta octubre de 1937, cuando ya era el último bastión republicano al norte de España. Un gran símbolo de la contienda civil, del lado republicano, fue el bombardeo de Guernica. Los sublevados permitieron que la Legión Cóndor alemana descargara sus bombas sobre los civiles de esta ciudad. Sonaron las alarmas de bomba, pero el ataque germano no comenzó hasta que la población comenzó a salir de los refugios, convirtiéndolo en un símbolo de la barbarie fascista con tal repercusión en el extranjero que los franquistas adjudicaron esta matanza al bando republicano. Una vez conquistado el norte, fue el turno de Aragón, durante el inusualmente frío invierno de Las fuerzas republicanas recuperaron y volvieron a perder Teruel en esta ofensiva. Para primavera, las tropas de Franco habían logrado volver a dividir el territorio republicano en dos zonas aisladas entre sí: Cataluña al norte, y Madrid y Levante al sur. La República lanzó en julio su última ofensiva de importancia en el frente del Ebro, en la que intentaron unir ambos territorios. Intentaban también alargar la guerra todo lo posible, esperando el estallido de una guerra internacional contra el fascismo que acudiese a ayudarlos. Fue la batalla más sangrienta de la guerra, cuyo desenlace parecía ya claro. Ofensiva en Cataluña y final de la guerra (diciembre 1938 marzo 1939) Una vez caída Barcelona el 26 de enero de 1939, el Gobierno republicano huyó a Francia. Solo quedaba Madrid. A principios de marzo, el coronel Casado, con el apoyo socialista y anarquista, se rebeló contra el

3 16. SEGUNDA REPÚBLICA HASTA EL COMIENZO DE LA GUERRA CIVIL 3 Gobierno comunista de Negrín (partidarios de resistir hasta el final), asumiendo el mando de un ConsejoNacional de Defensa que trató, inútilmente, de negociar la paz con Franco. El último enfrentamiento en Madrid fue de comunistas contra socialistas y anarquistas, lo que facilitó la entrada de Franco el 28 de marzo, y el fin oficial de la guerra el 1 de abril. Conclusiones generales La intervención militar extranjera fue fundamental en ambos bandos (Alemania e Italia con los franquistas, la URSS con los republicanos). El ejército sublevado se caracterizó por su disciplina y la alta cualificación de sus mandos, todos ellos militares profesionales. En cambio, el ejército republicano no disponía de suficientes mandos profesionales, y a ello se añadían los problemas de indisciplina por las divergencias ideológicas entre gran parte de los milicianos populares (comunistas enfrentados a socialistas y anarquistas). Como la sublevación no triunfó ni se sofocó de forma rápida, derivó en una larga guerra civil, en la que la iniciativa casi siempre correspondió a los sublevados, y quedó para los republicanos el papel de la resistencia. Tras el fracaso inicial de ocupar Madrid, Franco optó por un desarrollo lento de las operaciones militares, en una guerra de desgaste que cumplía varios objetivos: Consolidar su propio poder personal, que se iba incrementando con el paso del tiempo. Aniquilar militar y políticamente a la República, para que se viera forzada a una rendición incondicional. Eliminar en los territorios ocupados cualquier pervivencia republicana, incluidas las personas. La estrategia republicana, una vez aceptada la dificultad de la victoria, consistió en resistir todo lo posible, con la esperanza de que estallara una guerra europea entre las potencias democráticas y las potencias fascistas, en la que quedaría englobada la contienda española. Esto habría supuesto para la República un cambio sustancial de la situación, ya que no se enfrentaría a enemigos nuevos (Italia y Alemania ya luchaban en el bando franquista) y en cambio se atraería como aliados a las potencias antifascistas.

4 4 16. SEGUNDA REPÚBLICA HASTA EL COMIENZO DE LA GUERRA CIVIL Evolución política durante la guerra España republicana La desarticulación del Estado (julio septiembre 1936) En el momento del estallido de la guerra, el Gobierno estaba presidido por una coalición de izquierdas liderada por Casares Quiroga. Los sindicatos y organizaciones obreras le reclamaron el reparto de armas, a lo que se negó ya que hubiera supuesto el traspaso del poder del Estado a los dirigentes sindicales. Gran parte de la policía, de la Guardia Civil y del Ejército se había pasado al bando rebelde, con lo que la República carecía de fuerzas suficientes y de capacidad de control sobre ellas. El 19 de julio se constituyó un nuevo Gobierno, presidido por Giral, quien ordenó la distribución de armas entre los obreros. Se organizaron milicias integradas por civiles y bajo mandos políticos. Los pocos cuerpos militares que permanecían fieles a la República fueron apartados por miedo a una posible sublevación. En el País Vasco, el PNV constituyó un Gobierno autónomo dentro de la República. En el resto de la zona republicana, el poder era ejercido por organizaciones obreras organizadas en comités o consejos. Reorganización de Largo Caballero (septiembre 1936 mayo 1937) La prolongación de la guerra y las derrotas sufridas evidenciaron la necesidad de organización conjunta y disciplinada. Por ello, se constituyó un nuevo Gobierno presidido por Largo Caballero en septiembre, en el que participaban por primera vez ministroscomunistas y anarquistas dadas las favorables condiciones para una revolución bolchevique, la unificación frente al enemigo común y la enorme influencia de Moscú. Largo Caballero se propuso crear un verdadero ejército con mando unificado y reafirmar su poder, acabando con los grupos intermedios (sindicatos, comisiones, movimientos obreros) que controlaban pueblos, medios de comunicación y fábricas. En Cataluña, la situación era más delicada ya que existían dos focos de poder: La Generalitat, que integraba a catalanistas de izquierda, comunistas y anarquistas. El Comité Central de las Milicias Antifascistas, dirigido por anarquistas de la CNT y la FAI, que controlaba de hecho las fábricas, los servicios y las milicias armadas. Los intentos de la Generalitat de restablecer su autoridad provocaron la insurrección en mayo de grupos anarquistas y del POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista fundado por Nin y Maurín, de ideología comunista, seguidor de las teorías de Lenin y Trotsky y opuesto a las tesis de Salin, lo que supuso la enemistad del Partido Comunista). La mediación de los dirigentes de la CNT logró acabar con la insurrección y los poderes paralelos. Sin embargo, la negativa de Largo Caballero a ilegalizar el POUM como exigían los comunistas (los acusaban de ser un instrumento al servicio del fascismo en el seno de la clase obrera) le obligó a dimitir. Gobierno de Negrín y los comunistas (mayo 1937 marzo 1939) El socialista Negrín dio un giro a la estrategia política, dando máxima prioridad a la guerra. Se apoyó principalmente en los comunistas, defensores de la resistencia a ultranza, por su carácter más disciplinado y por el apoyo de la Unión Soviética. El desarrollo de las operaciones militares en 1938 dejó a los republicanos con dos posibles estrategias:

5 16. SEGUNDA REPÚBLICA HASTA EL COMIENZO DE LA GUERRA CIVIL 5 La de Negrín y los comunistas de aguantar y esperar a que estallase el conflicto internacional. La de Indalecio Prieto, ministro de defensa, y amplios sectores republicanos de negociar una paz aceptable con el enemigo. Se impusieron las tesis de Negrín, y Prieto abandonó el Gobierno. Sin embargo, la situación militar republicana iba cada vez a peor, y la Conferencia de Múnich entre Alemania, Italia, Francia e Inglaterra en septiembre de 1938 alejaba la posibilidad de la intervención internacional. En marzo de 1939, el coronel Casado, jefe del Ejército del Centro, precipitó el final de la guerra sublevándose contra el Gobierno. Intentó negociar la paz con Franco, pero este solo admitiría una rendición incondicional. Finalmente, las tropas rebeldes entraron en Madrid y tomaron los últimos focos republicanos (Valencia y Alicante), comunicando oficialmente el 1 de abril el final de la guerra. España ocupada por los sublevados Junta de Defensa Nacional (julio septiembre 1936) Al tener una base en el ejército militar profesional, la necesidad de organización de la zona sublevada no era tan importante. Se creó en julio una Junta de Defensa Nacional, con sede en Burgos, dirigida por el general Cabanellas, aunque el verdadero poder lo ejercía cada general en su sector (Franco en África, Queipo de Llano en el sur, Mola en el norte). El alzamiento militar había sido un movimiento de reacción contra la República, pero carecía de proyecto político propio. La integración de diversos grupos civiles causaba diversidad de propósitos (falange totalitaria, carlistas monárquicos ). En lugar de crear un nuevo modelo de Estado, las medidas políticas que se adoptaron estaban dirigidas a acabar con cualquier oposición para erradicar la República: se prohibieron los sindicatos, se disolvieron los partidos políticos, se estableció la censura de prensa y se destituyó a todos los cargos públicos republicanos. Franco, jefe de Estado y generalísimo (septiembre 1936) Sanjurjo, principal protagonista del alzamiento, había muerto en un accidente aéreo. Mola y Queipo de Llano, por su parte, debían reforzar su actividad en sus respectivas zonas militares ante el fortalecimiento de la resistencia. Franco supo aprovechar esta situación, y su mayor libertad de maniobra, para conseguir que la Junta de Defensa le nombrara jefe del Estado y generalísimo de los ejércitos el 29 de septiembre de El poder se concentró en manos de Franco, en cuyo Cuartel General se centralizaron las decisiones y el poder. La Junta de Defensa de Burgos se transformó en una Junta Técnica del Estado, con funciones secundarias. Decreto de Unificación y apoyo del episcopado (1937) De las fuerzas políticas que habían apoyado la sublevación, únicamente la Falange desempeñaba un papel importante: la CEDA se desintegró, los monárquicos de Calvo Sotelo apenas tenían apoyo popular y los tradicionalistas solo tenían partidarios en el norte. A pesar de la inicial implantación social minoritaria, y del fusilamiento de sus principales dirigentes (entre ellos José Antonio Primo de Rivera en 1936) a manos de los republicanos, la Falange consiguió proporcionar unas mínimas bases ideológicas al alzamiento mediante su discurso populista y demagógico, movilizando voluntarios y milicianos y asumiendo el control de la prensa y propaganda. Franco promulgó el Decreto de Unificación el 20 de abril de 1937 para fusionar todas las organizaciones sociales afines en una sola: Falange Española Tradicionalista y de las Juntas de Ofensiva Nacional

6 6 16. SEGUNDA REPÚBLICA HASTA EL COMIENZO DE LA GUERRA CIVIL Sindicalista(FET y de las JONS). En ella, Franco se convertía en jefe supremo, dando un paso más hacia la concentración total del poder en sus manos. El 1 de julio de 1937, cuarenta y ocho obispos publicaron un documento a favor del alzamiento militar, dotándolo de una legitimidad de la que carecía por completo. En lo sucesivo, la guerra se presentó como una cruzada religiosa en defensa de la fe ante el comunismo ateo republicano. El primer Gobierno de Burgos y el nuevo Estado (1938) En enero de 1938 se constituyó el primer Gobierno, designado y presidido por Franco. El plano ideológico no acabó de concretarse hasta el final de la guerra, aunque cabe destacar de entre sus características: Su carácter personalista, en el que Franco acaparaba todo el poder y los más altos cargos. Su definición como régimen nacionalsindicalista (sindicatos de derechas al servicio del Estado quien, de forma paternalista, vela por los derechos de los trabajadores), de inspiración fascista y católica. Su programa político apoyado en los Veintisiete puntos de Falange y en el Fuero del Trabajo promulgado en marzo de 1938 (inspirado en la Carta del Lavoro italiana). La adopción de medidas provisionales, de carácter puntual.

7 16. SEGUNDA REPÚBLICA HASTA EL COMIENZO DE LA GUERRA CIVIL 7 Situación económica Zona republicana Al comenzar la guerra, controlaban todas las zonas industriales, pero carecían de zonas agrícolas suficientes para alimentar a la población. Los Gobiernos republicanos aceleraron la reforma agraria expropiando las tierras no cultivadas y las de los partidarios del levantamiento militar. Sin embargo, la desastrosa organización de los anarquistas provocó graves problemas en el abastecimientode alimentos a las ciudades. La pérdida del control político de la República a favor de las organizaciones obreras supuso también la pérdida del control de la economía. Las colectivizaciones de las empresas tenían como objetivo producir para el pueblo, pero la falta de formación de los cabecillas, así como su mala organización, tuvo como resultado un estado caótico. Para cubrir la financiación de los elevados costes de la guerra, se emitió deuda pública (solución solo posible mientras la victoria republicana fuera una posibilidad) y sedepositaron en Moscú las reservas de oro del Banco de España (510 toneladas), que nunca se recuperaron. Zona sublevada Aunque no disponían de zonas industriales, los sublevados controlaban la mayor parte de las tierras de cultivo, con lo que no llegaron a tener importantes problemas de abastecimiento. El control de la producción fue muy estricto, para lo cual contaban con la colaboración de los propietarios rurales, la banca y los grandes financieros. Las tierras expropiadas fueron devueltas a sus antiguos dueños y se anularon las reformas agrarias establecidas por el Gobierno republicano. Aunque no contaban con reservas metálicas, recibieron ayuda para la financiación de la guerra de los regímenes fascista italiano y alemán, con plazos y modalidades de pago negociados sin problemas.

8 8 16. SEGUNDA REPÚBLICA HASTA EL COMIENZO DE LA GUERRA CIVIL Dimensión internacional del conflicto Ayudas a los sublevados Los países que les apoyaron directamente fueron los que mantenían regímenes fascistas o similares. Alemania Hitler ofreció la ayuda directa de la Legión Cóndor de aviación, responsable del bombardeo de Guernica. Además, envió soldados, oficiales, aviones y ayuda económica. Italia Mussolini proporcionó una ayuda incluso mayor que la de Alemania en número de hombres y valor económico. Destacó el papel desempeñado por su armada. Portugal El Estado Novo envió diversas formas de ayuda, desde ayuda diplomática hasta voluntarios. El Vaticano El apoyo de la Iglesia católica mediante el documento de los obispos y el reconocimiento del régimen franquista por el papa Pío XI merecen una mención aparte ya que legitimaron la sublevación. Además, el carácter de cruzada religiosa logró que la numerosa población católica reconociera el nuevo régimen. Ayudas a la República Tan solo dos países apoyaron abiertamente a la República. Unión Soviética Su apoyo fue, con diferencia, el más importante. A lo largo de toda la guerra aportó hombres y materialarmamentístico, alimentación y formación de los milicianos. Sin embargo, el pago de esta ayuda se hizo mediante el depósito en Moscú de las reservas de oro del Banco de España, sin que se restituyera nada al final de la guerra. El régimen franquista denunció posteriormente esta apropiación, aunque se estima que el valor económico de la ayuda soviética fue superior al de lo depositado. México El Gobierno presidido por Lázaro Cárdenas se identificaba con el régimen republicano. Desde un primer momento, aportó armas, alimentos y apoyo diplomático. Brigadas Internacionales Unos voluntarios de sesenta nacionalidades distinta se dirigieron a España para ponerse al servicio de las fuerzas armadas de la República. Creadas con la esencial intervención de la Unión Soviética, sus militantes eran mayormente comunistas que militaron en solidaridad con la izquierda española frente al avance fascista. Actitudes ambiguas Sociedad de Naciones y Comité de No Intervención La Sociedad de Naciones se había creado tras la Primera Guerra Mundial con el objetivo de resolver los conflictos internacionales pacíficamente, pero, cuando estalló el conflicto en España, estaba sumida en una

9 16. SEGUNDA REPÚBLICA HASTA EL COMIENZO DE LA GUERRA CIVIL 9 profunda crisis. La República buscó su intervención contra la participación directa de Alemania e Italia en la guerra española, esperando así un año a que se aprobase una resolución que finalmente no se aplicó. Francia y Gran Bretaña veían con pavor la expansión del comunismo y del fascismo, y elaboraron un documento en el que se prohibía la venta o tránsito en ambos países de material militar destinado a España. Este fue el punto de partida para el Comité de No Intervención, cuya intención era evitar la internacionalización del conflicto y ayudar indirectamente a la República evitando la entrega de armas a los rebeldes, aunque su labor fue un fracaso (Alemania e Italia fueron dos de los treinta países firmantes). Francia Gobernada por un Frente Popular, quiso ayudar a la República, pero las presiones británicas lo frenaron. Acabó siendo país de acogida y asilo de los exiliados republicanos españoles. Gran Bretaña Quería evitar a toda costa que un conflicto local se convirtiese en uno internacional, como en la Primera Guerra Mundial. Por ello, defendió la neutralidad de forma oficial, aunque permitió la firma de un acuerdo con Italia en el que admitía la presencia de tropas italianas en España. Estados Unidos Interpretó la guerra española como un avance del comunismo, con lo que se enfocó más a favor del bando sublevado. Sin embargó, secundó la propuesta de no intervención y prohibió la venta de armas a España, aunque los abastecimientos de grandes empresas americanas como Ford, General Motors o TEXACO fueron fundamentales para el bando franquista.

10 SEGUNDA REPÚBLICA HASTA EL COMIENZO DE LA GUERRA CIVIL Consecuencias de la Guerra Civil El principal problema de este enfrentamiento bélico fue que era la primera guerra moderna en el país, con nuevas armas, de las que hay que destacar las de destrucción masiva, y objetivos civiles, como en el caso del bombardeo a Guernica. Costes materiales Carreteras, ferrocarriles, puentes, edificios y todo tipo de bienes fueron destruidos. La producción agraria, industrial y la renta per cápita disminuyeron en torno a un 30% cada uno. Además, la ayuda militar proporcionada por países extranjeros a ambos bandos hubo de pagarse de una forma u otra. Costes humanos Las estimaciones del número de muertos varía de un autor a otro, aunque durante la guerra podría superar los entre víctimas de los frentes y las de la represión en las retaguardias. A las víctimas propias de un conflicto armado se sumaron los antiguos rencores y rivalidades personales o familiares, que se tradujeron en ajustes de cuentas durante la guerra. Los militares sublevados eliminaban sistemáticamente a todos los simpatizantes de partidos y sindicatos de izquierdas, así como personas relacionadas con la cultura e intelectuales. En Badajoz se fusilaron casi personas tras la conquista de la ciudad. En la zona republicana se frecuentemente se ejecutaba a cualquiera que fuera sospechoso de simpatizar con el bando sublevado. Para ello, bastaba con tener ideas conservadoras o ser sacerdote o religioso. No obstante, fueron menos casos que en el otro bando, y al margen del Estado. En Paracuellos del Jarama fueron ejecutados en condiciones poco claras varios cientos de presos sublevados, trasladados de las cárceles de Madrid, al principio de la guerra. Una vez acabada la guerra, el régimen franquista siguió aplicando una represión institucionalizada: entre y personas fueron fusiladas; muchas más, encarceladas; un número impreciso de la Administración Pública, apartados de sus cargos o sancionados; y medio millón de españoles, exiliados.