URUGUAY. Intervención del. Embajador José Luis Cancela Vice Ministro de Relaciones Exteriores del Uruguay. Debate Abierto

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Lorena Toledo Gutiérrez
hace 6 años
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1 URUGUAY Intervención del Embajador José Luis Cancela Vice Ministro de Relaciones Exteriores del Uruguay Debate Abierto PROTECCION DE CIVILES EN LOS CONFLICTOS ARMADOS Consejo de Seguridad Nueva York, 19 de Enero de 2016 (Cotejar con texto leído) Misión Permanente del Uruguay ante las Naciones Unidas 866 UN Plaza * Suite 322 * Nueva York, NY Tel: (212) * Fax: (212) * uruguay@un.int

2 Debate Abierto sobre Protección de Civiles en los Conflictos Armados Señor Vice-Secretario General de las Naciones Unidas Señora Vicepresidenta del Comité Internacional de la Cruz Roja Señora Asesora Superior de Políticas Humanitarias de OXFAM Señores Viceministros Señores Representantes Permanentes En primer término, quisiera destacar que para Uruguay es un honor poder convocar este Debate Abierto del Consejo de Seguridad para abordar un tema de importancia trascendental como es la protección de civiles en conflictos armados. Trascendental tanto porque tiene que ver con el Derecho Humano más elemental como es el derecho a la vida, como por afectar la más básica credibilidad y esperanza en esta Organización por parte de millones de personas que viven en situación de conflicto. Este tema y este debate tienen un alcance muy amplio y profundo, puede ser encarado desde diversos ángulos y nos encuentra a cada uno de nosotros ubicados en distintos papeles y con énfasis diversos: como miembros del Consejo de Seguridad, donde por ejemplo se establecen los mandatos de protección de civiles para las OMPs de NNUU, como países que sufren conflictos en su territorio, como países contribuyentes de tropas, como actores humanitarios, entre otros. Pero a pesar de estas diferencias hay algo esencial que todos tenemos en común: el deber moral y jurídico de hacer todo lo que esté a nuestro alcance para asegurar que en estas situaciones, se desplieguen todos los esfuerzos disponibles para garantizar la máxima protección posible y reducir al mínimo la exposición y el riesgo de las poblaciones civiles. Lamentablemente y a pesar de valerosos esfuerzos y significativos avances, estamos muy lejos de estar haciendo lo mejor que podemos. El último informe del Secretario General destaca que la mayoría de los conflictos armados actuales se caracterizan por niveles estremecedores de brutalidad y un burdo desprecio por la vida y la dignidad humanas. La muerte, la tortura, el reclutamiento de niños soldados, las desapariciones forzadas, la violencia sexual

3 y de género, las ejecuciones sumarias y extrajudiciales, los ataques contra escuelas y hospitales (y el uso para fines indebidos de estos establecimientos), así como los ataques contra el personal humanitario, son algunas de las dramáticas situaciones que hoy siguen afectando a la población civil, especialmente a las mujeres y niños. Como consecuencia directa de esta escalada de violencia, asistimos hoy a una crisis humanitaria y de refugio sin precedentes. Actualmente existen más de 60 millones de refugiados, desplazados internos y solicitantes de asilo alrededor del mundo, constituyendo la cifra más alta que jamás haya existido. No hay duda entonces que la protección de civiles continúa siendo uno de los mayores desafíos que enfrenta el Sistema de las Naciones Unidas, cuestión comprensiva que incluye corolarios igual de importantes como son la situación de niños en conflictos armados; la violencia sexual y de género y la agenda de Mujer, Paz y Seguridad. Para enfrentar estos desafíos resulta imprescindible asegurar los aspectos más básicos, entre los que se encuentran el respeto y la implementación del Derecho Internacional Humanitario, concretamente de las cuatro convenciones de Ginebra y los dos protocolos adicionales, en todos los escenarios donde existan conflictos armados, y estos instrumentos sean aplicables. Otra cuestión básica es la prevención. Prevenir las violaciones masivas de los derechos humanos es un asunto complejo, pero parece ser más recomendable. El buen uso, la mejora y el refuerzo de los mecanismos de alerta temprana, así como una mejor coordinación entre los distintos actores que se encuentran en el terreno son algunas herramientas fundamentales en materia de prevención. Saludamos en este sentido la iniciativa del Secretario General denominada Los Derechos Humanos Primero (Human Rights Up Front), que se centra en la necesidad de una pronta respuesta ante las violaciones de los derechos humanos, un Plan de Acción preventivo que proteja a los civiles y una mejor preparación organizativa para afrontar la situación. El Plan de Acción de esta iniciativa sitúa la mejor preparación del sistema y las acciones preventivas para asegurar el respeto de los derechos humanos en el epicentro de los esfuerzos

4 de la ONU para prevenir los conflictos, reafirmando el papel central que desempeñan los derechos humanos en el trabajo de la Organización. Pero siendo que cada Estado tiene la responsabilidad primaria de proteger a su población, es fortaleciendo el Estado de Derecho, las instituciones encargadas de proteger y promover los Derechos Humanos y las libertades fundamentales, la inclusión social, la no discriminación y la tolerancia, que se reducirán significativamente las chances de violaciones sistematizadas contra los DDHH. Actuando coordinadamente con las autoridades locales podría decirse que la comunidad internacional tiene una responsabilidad de prevenir situaciones que desemboquen en ataques a los civiles. Asimismo, la lucha contra la impunidad que continúan gozando los perpetradores de los peores actos de violencia es una obligación de todos. Es aquí que remarcamos la importancia de la rendición de cuentas como elemento fundamental para la prevención, haciendo uso de los diferentes órganos establecidos para ello por la comunidad internacional como la Corte Penal Internacional. Los crímenes no deben nunca ser tolerados, ni pueden quedar impunes indistintamente de quien los haya cometido. Ahora bien, cuando la amenaza es inminente la respuesta debe ser oportuna, decisiva y legitimada. Resulta necesario incrementar los esfuerzos para que la ayuda humanitaria llegue a quien más la necesita, facilitando su acceso rápido, seguro y sin trabas al territorio afectado. Es oportuno recordar que desde hace más de 15 años este órgano ha reconocido que los ataques dirigidos deliberadamente contra las poblaciones civiles u otras personas protegidas y las violaciones sistemáticas, manifiestas y generalizadas del derecho internacional humanitario y del derecho internacional de los DDHH en situaciones de conflicto armado, pueden constituir una amenaza para la paz y seguridad internacionales. Para finalizar y en consonancia con lo dicho al principio sobre la ubicación y los énfasis de cada uno, como país contribuyente de tropas consustanciado con la tarea de protección de civiles, permítanme poner brevemente el foco en el rol de las operaciones de mantenimiento de la paz de NNUU. Es importante reconocer los avances que hemos logrado en los últimos años. Ya nadie discute si PoC

5 debe estar presente en las OMPs, lo que básicamente está en discusión es el cómo. Uruguay, consciente que se trata de una actividad multidimensional y en la que actúan numerosos actores, ha puesto su grano de arena desde hace varios años para lograr el consenso más amplio posible en relación a este tema, porque como siempre dijimos, para que la protección sea efectiva, todos los eslabones de la cadena deben ser fuertes. En particular nos sentimos orgullosos del trabajo que nuestros cascos azules realizan en el terreno y del debate franco, abierto y constructivo que junto con Australia hemos promovido desde principios de 2009 hasta el presente. Sin embargo, a pesar de los avances, como lo dice el informe del Panel Independiente, los resultados en el terreno han sido disímiles, con una brecha creciente entre las expectativas y la implementación. Justamente el desafío de generar mandatos realistas y realizables que fuera recomendado en el Informe Brahimi, se mantiene vigente 15 años después. Uruguay entiende que la Asamblea General y todos los órganos relevantes, incluyendo el Consejo de Seguridad, deben llevar a cabo una discusión profunda de las recomendaciones contenidas en el Informe del Panel Independiente liderado por el Presidente y Premio Nobel Ramos Horta y el subsiguiente informe de implementación del Secretario General, con miras a poner en práctica aquellas medidas que, como por ejemplo podría ser la aprobación de mandatos secuenciales, ayudarían a dar un salto cualitativo hacia una implementación efectiva y sobre todo para estar a la altura de las expectativas no sólo de las personas afectadas, sino de aquellas que nosotros mismos generamos. Gracias.

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