EDAD Y GÉNERO INFLUYE EN LA INCAPACIDAD TEMPORAL POR CONTINGENCIA COMÚN GESTIÓN DEL ABSENTISMO

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José Francisco Gómez Pereyra
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LA EDAD Y EL GÉNERO INFLUYEN EN LA INCAPACIDAD TEMPORAL POR CONTINGENCIA COMÚN MAITE SAMPERE. msampere@mc-mutual.com MÓNICA P. BALLESTEROS. mballesteros@mc-mutual.com JUAN CARLOS LÓPEZ.

2 LA EDAD Y EL GÉNERO INFLUYEN EN LA INCAPACIDAD TEMPORAL POR CONTINGENCIA COMÚN MAITE SAMPERE. msampere@mc-mutual.com MÓNICA P. BALLESTEROS. mballesteros@mc-mutual.com JUAN CARLOS LÓPEZ. jlopez@mc-mutual.com MC MUTUAL INTRODUCCIÓN En el número anterior de la serie de artículos dedicados al absentismo, se definió el absentismo laboral y la forma de medirlo, así como los indicadores generales obtenidos a partir del conjunto de las empresas que tienen la gestión de las contingencias comunes en MC MUTUAL. El tema que vamos ahora a tratar es la influencia que tienen los dos principales factores demográficos, la edad y el sexo, en los indicadores de incapacidad temporal por contingencia común (IT CC), así como las causas que se barajan y postulan para explicar las diferencias detectadas. La bibliografía científica y los datos publicados en otras fuentes de información (estudios empresariales, informes de organizaciones patronales) coinciden, en su mayoría, en que mujeres y jóvenes concentran gran parte del número de las bajas, aunque son los más mayores los que acumulan más días de trabajo perdidos. Con el objetivo de disponer de datos de una muestra amplia de trabajadores, se analizan los datos de IT CC según la edad y el género en la población laboral con la gestión de la contingencia común en MC MUTUAL (población de ámbito nacional de más de trabajadores). LA INFLUENCIA DE SER HOMBRE O MUJER En la figura 1 se muestran los indicadores de IT CC obtenidos en función del género. Tal como se observa, las mujeres faltan con más frecuencia al trabajo que los hombres. Nuestros datos señalan que las mujeres, en su conjunto, cerraron el año 2009 con una incidencia de casi 41 casos por cada 100 trabajadoras, mientras que en los hombres, este indicador se situó algo por debajo de 31. Además, su tasa de absentismo es mayor, un 3,4% frente al 2,2% de los hombres. Esto es debido no solo a que

(Figura 1) Indicadores IT CC en función del género presentan más casos, sino que además son también más largos, pues su duración media es de 34 días frente a los 31 días que duran en promedio los

Para valorar si estos indicadores de duración pueden estar distorsionados por un relativamente pequeño número de procesos de muy larga duración, podemos introducir una nueva manera de medir la

3 (Figura 1) Indicadores IT CC en función del género presentan más casos, sino que además son también más largos, pues su duración media es de 34 días frente a los 31 días que duran en promedio los procesos por IT CC de los hombres. Para valorar si estos indicadores de duración pueden estar distorsionados por un relativamente pequeño número de procesos de muy larga duración, podemos introducir una nueva manera de medir la duración de los procesos de IT. Se trata de la duración mediana. Para su cálculo se ordenan de forma ascendente los episodios según su duración y se selecciona el valor que ocupa la posición central. Esta medida informa, en nuestro estudio, que el 50% de las IT CC que suceden en mujeres duran 9 o menos días, frente a un máximo de 8 días en los hombres. La mayoría de explicaciones del gradiente de incidencia detectado según el género pasan por el rol que juegan hombres y mujeres en la sociedad. A pesar de la incorporación de la mujer a la vida laboral asalariada, continúa siendo la principal responsable de las tareas familiares y del hogar. La doble presencia, en el trabajo y en casa, puede acarrear un mayor desgaste físico y mental por la alta carga total de trabajo realizado, pero sobre todo, puede ocurrir que atender las necesidades familiares entre en conflicto con acudir al trabajo. Así, por ejemplo, cuando un hijo pequeño enferma y necesita quedarse en casa, la ausencia al trabajo se convierte en un mecanismo para liberar tiempo y 35% satisfacer la demanda familiar. Aunque la carga familiar es el factor al que más se recurre para explicar las diferencias detectadas en hombres y mujeres, también es posible considerar otras hipótesis, como las diferencias en promoción, responsabilidad en el puesto de trabajo y remuneración salarial. Sin embargo, serán necesarios más estudios para establecer conclusiones firmes sobre el papel que juegan estas variables.

Ser mujer también se ha asociado de forma repetida a una mayor dificultad para retornar al trabajo y por lo tanto, una mayor duración de la IT.

asociación entre la duración de la IT y ser hombre o mujer.

empresas a desarrollar e implantar programas de conciliación.

4 Ser mujer también se ha asociado de forma repetida a una mayor dificultad para retornar al trabajo y por lo tanto, una mayor duración de la IT. Sin embargo, otros autores afirman, que a igualdad de diagnóstico y condiciones de trabajo, la diferencia entre ambos se diluye, lo que por el momento no permite corroborar la existencia de una asociación entre la duración de la IT y ser hombre o mujer. (Figura 2) Indicadores IT CC en función de la edad En cualquier caso, la participación de la mujer en el mercado laboral va en aumento, especialmente en las edades centrales, lo que empuja a algunas empresas a desarrollar e implantar programas de conciliación. Las medidas de flexibilidad, además de equilibrar el binomio familia trabajo, tienen otros efectos positivos, como los de aumentar la motivación y la satisfacción de los trabajadores. LA EDAD DE LA PLANTILLA DETERMINA EN GRAN MEDIDA LOS INDICADORES DE IT CC El análisis de los indicadores de IT CC en la cartera de MC MUTUAL, considerando la variable edad (figura 2), pone de manifiesto que la incidencia es mayor en los trabajadores más jóvenes y decrece con la edad, mientras que la duración de los procesos sigue una pauta inversa. En otras palabras, los jóvenes tienen más bajas, pero estas son más cortas. La mitad de las incapacidades temporales por contingencia común en el colectivo de menor edad dura 5 o menos días frente a 17 días en el de mayor edad. Este dato permite afirmar que el incremento 4,0% de la incidencia en jóvenes se produce a expensas de bajas de corta duración.

Una visión exclusivamente sanitaria no explica por qué los jóvenes se ausentan del trabajo por motivos de salud con más frecuencia que la población mayor.

5 Una visión exclusivamente sanitaria no explica por qué los jóvenes se ausentan del trabajo por motivos de salud con más frecuencia que la población mayor. Se trata de una población con menos enfermedades crónicas y un buen estado de salud autopercibido y como tal, cabría esperar que la frecuencia de bajas por enfermedad o accidente común fuera inferior a la de la población de mayor edad. La bibliografía sugiere que la elevada incidencia de IT CC en jóvenes se produce a expensas de bajas de alto contenido no-sanitario. La falta de promoción y de un plan de carrera, la mayor precariedad laboral, la necesidad de tiempo para estudios y la importancia otorgada al ocio llevan a este colectivo a utilizar el absentismo como moneda de cambio para ajustar el balance esfuerzo-recompensa. La dinámica del mercado de trabajo obliga a las empresas a comprender a los nuevos grupos de trabajadores y a adaptarse en la medida de lo posible a sus requerimientos como empleados. Otra interpretación que se desprende de los indicadores de IT CC detectados en MC MUTUAL es que los mayores de 55 años enferman poco, pero cuando lo hacen es por más tiempo. En este caso, la coexistencia de enfermedades crónicas, la mayor frecuencia con la que se complican los procesos y su mayor gravedad, explican que el porcentaje de jornadas perdidas de este colectivo supere más de dos veces al de la gente joven. APLICACIÓN PRÁCTICA A LAS COMPARATIVAS ENTRE EMPRESAS Y SECTORES Los datos disponibles permiten afirmar que la incapacidad temporal por contingencia común es un fenómeno complejo que no se distribuye de forma homogénea cuando se analiza según el género y la edad de los trabajadores. Estos factores deben tenerse en cuenta si se realizan comparativas, por ejemplo sectoriales, porque pueden explicar, al menos en parte, diferencias en los indicadores detectados en una empresa y la población de referencia. Por ejemplo, una empresa puede tener una incidencia muy superior a la referencia, pero esto puede estar ocasionado porque su plantilla está compuesta principalmente por trabajadores menores de 25 años. En este caso, la desviación observada en el indicador responde probablemente a una consecuencia directa de su estructura demográfica, más que a la existencia de factores intrínsecos relacionados, por ejemplo, con la satisfacción laboral, y no se podría hablar de una auténtica desviación respecto a los indicadores esperados.

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