CÁLCULO DEL PERJUICIO PATRIMONIAL EN LA INDEMNIZACIÓN POR FALLECIMIENTO EN EL NUEVO BAREMO

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1 CÁLCULO DEL PERJUICIO PATRIMONIAL EN LA INDEMNIZACIÓN POR FALLECIMIENTO EN EL NUEVO BAREMO (Ley 35/2015, de 22 de septiembre): DAÑO EMERGENTE Y LUCRO CESANTE. Pablo Lanzarote Martínez Fiscal delegado de Seguridad Vial de Murcia 1

2 RESUMEN: Con la presente ponencia se trata de analizar, siguiendo el texto articulado de la Ley 35/2015, cómo se calcula el perjuicio económico derivado del fallecimiento de la víctima de un accidente de tráfico, tanto en su vertiente de daño emergente como de lucro cesante, con la exposición de algunos casos prácticos que ilustren la aplicación de los preceptos legales. SUMARIO: 1. INTRODUCCION. 2. SUJETOS PERJUDICADOS. 3. CONCEPTOS INDEMNIZABLES: 3.1 DAÑO EMERGENTE: Daño emergente básico Daño emergente específico. 3.2 LUCRO CESANTE Concepto Beneficiarios Cálculo: Multiplicando: Ingresos derivados del trabajo personal; Ingresos en situación de desempleo; Victima jubilada; Víctima dedicada en exclusiva a las tareas del hogar; Víctima dedicada parcialmente a las tareas del hogar Multiplicador: Cuota del perjudicado; Las pensiones públicas a favor del perjudicado; La dependencia económica: De progenitores, abuelos y personas con discapacidad Del cónyuge viudo De los hijos, nietos y hermanos De otros perjudicados Las tablas del lucro cesante. 4. ALGUNOS CASOS PRÁCTICOS. 2

3 1. INTRODUCCIÓN. El art de la Ley sobre Responsabilidad Civil y Seguro en la Circulación de Vehículos a Motor aprobado por RDLeg. 8/2004, de 29 de octubre, tras su modificación por la Ley 35/2015, de 22 de septiembre, establece como principios fundamentales del nuevo sistema de valoración del daño en aras a conseguir su plena objetivación y resarcimiento los de reparación íntegra y reparación vertebrada (art. 33). Conforme al primero, se persigue la total indemnidad de los daños y perjuicios padecidos. Por eso las indemnizaciones de este sistema tienen en cuenta cualesquiera circunstancias personales, familiares, sociales y económicas de la víctima, incluidas las que afectan a la pérdida de ingresos y a la pérdida o disminución de la capacidad de obtener ganancias. El principio de la reparación íntegra rige no sólo las consecuencias patrimoniales del daño corporal sino también las morales o extrapatrimoniales e implica en este caso compensar, mediante cuantías socialmente suficientes y razonables que respeten la dignidad de las víctimas, todo perjuicio relevante de acuerdo con su intensidad. Conforma al principio de vertebración se valoran por separado los daños patrimoniales y los no patrimoniales y, dentro de unos y otros, los diversos conceptos perjudiciales. La objetivación del daño para su adecuada valoración que persigue la Ley se cierra con dos declaraciones expresas contenidas en el párrafo 5º del art. 33: de un lado, que el daño se indemniza conforme a las reglas y límites establecidos en el sistema, por lo que no pueden fijarse indemnizaciones por conceptos o importes distintos de los previstos en él, y de otro lado, que no obstante, los perjuicios relevantes, ocasionados por circunstancias singulares y no contemplados conforme a las reglas y límites del sistema, se indemnizan como perjuicios excepcionales de acuerdo con las reglas establecidas al efecto en los artículos 77 y 112. Los daños indemnizables conforme al art. 34 de la Ley son la muerte, las lesiones temporales y las secuelas permanentes y en las cuantías que se establecen en las tablas, respectivamente, 1, 2 y 3. Y dentro de cada uno de estos conceptos indemnizables, se distingue entre el perjuicio personal básico (tablas 1A, 2A y 3A), el perjuicio personal particular (1B, 2B y 3B) y el perjuicio patrimonial (1C, 2C y 3C). Los dos primeros integrarían los perjuicios extramatrimoniales, morales o personales (dentro de los que el sistema distingue entre los básicos y los particulares), y el tercero, los de carácter patrimonial, económico o material, distinguiéndose dentro de éste, entre el daño emergente y el lucro cesante. Este último tipo de perjuicio, el patrimonial, será objeto de análisis en la presente comunicación, y limitado al concepto resarcible derivado del fallecimiento de la víctima de un accidente de tráfico. 2. SUJETOS PERJUDICADOS. 3

4 Tienen la consideración de sujetos perjudicados en caso de fallecimiento de la víctima según el art b) de la Ley, las categorías de perjudicados mencionados en el art. 62, esto es: el cónyuge viudo no separado legalmente, los ascendientes, los descendientes, los hermanos y los allegados. Al cónyuge viudo se equipara, el miembro supérstite de una pareja de hecho estable constituida mediante inscripción en un registro o documento público o que haya convivido un mínimo de un año inmediatamente anterior al fallecimiento o un período inferior si tiene un hijo en común (art. 36.2º). Y a la separación legal, se equiparan la separación de hecho y la presentación de la demanda de nulidad, separación o divorcio (art. 63.3º). Conforme al art. 63.4º, para el importe fijo del perjuicio personal básico se prevé que en caso de concurrencia de cónyuges o parejas de hecho estables, en los supuestos en que la legislación aplicable lo permita, se distribuye a partes iguales, y en caso de existir incrementos adicionales, se toma el incremento mayor y se distribuye en proporción a los años adicionales de convivencia. Esta disposición, en mi opinión, sería aplicable también analógicamente al resarcimiento del perjuicio patrimonial y, por tanto, en el caso de que el fallecido tuviera varios cónyuges o parejas estables lo que correspondiera al cónyuge viudo se repartirá entre los concurrentes. Para Elena Agüero 1, está claro que las personas cuyo país de origen reconocen la poligamia, si además esta circunstancia es tenida en cuenta en España por ejemplo para el pago de las pensiones de viudedad, podrán beneficiarse de la regla contemplada en el apartado 4º del art. 63 (ver Convenio de Seguridad Social entre España-Reino de Marruecos publicado en el BOE de fecha 13 de octubre de 1982). No obstante, en este caso, los cónyuges o parejas adicionales no computarían como perjudicados diferentes al cónyuge viudo para el cálculo de la cuota correspondiente. Los abuelos y nietos tienen la condición de perjudicados solo en el caso de premoriencia del progenitor (arts. 64.2º y 65.2º). Y en cuanto los hermanos se equiparan los de vínculo sencillo a los de doble vínculo (art. 66.2º). Igualmente tiene la condición de perjudicado quien, de hecho y de forma continuada, ejerce las funciones que por incumplimiento o inexistencia no ejerce la persona perteneciente a una categoría concreta o asume su posición (art. 62.3º). Por último, los allegados, nueva categoría de perjudicados introducida por la reforma, son aquellas personas que, sin tener la condición de perjudicados según las reglas anteriores, hubieran convivido familiarmente con la víctima durante un mínimo de cinco años inmediatamente anteriores al fallecimiento y fueran especialmente cercanas a ella en parentesco o afectividad (art. 67). Para determinar los beneficiarios de la indemnización por perjuicio patrimonial, hay que diferenciar entre el daño emergente y el lucro cesante. 1 Las indemnizaciones de las víctimas de accidentes de tráfico. Ed tirant lo blanch 2015, pág. 32 4

5 Del primero, lo son todos los perjudicados por el fallecimiento de la víctima antes mencionados. No tiene esta condición, ni por tanto le es resarcible cantidad alguna por daño emergente, el exconyuge con derecho a pensión compensatoria que se extinga por el fallecimiento de la víctima, que lo es sólo por lucro cesante y por el importe de una pensión anual con un máximo de tres, como luego veremos. Del segundo, solo de entre las categorías de perjudicados descritas en el art. 62, resultan beneficiarios por este concepto aquellos que dependía económicamente del fallecido, que mas adelante concretaremos, y además, como se acaba de decir, el excónyuge con derecho a pensión que se extinga por el fallecimiento. 3. CONCEPTOS INDEMNIZABLES Como vimos, dentro del perjuicio patrimonial se distingue entre el daño emergente o valor de la pérdida sufrida y el lucro cesante o ganancia dejada de obtener por el perjudicado. El primero se regula en los arts 78 y 79, y su cuantía se concreta en la tabla 1 C. El segundo en los arts. 80 y ss y su cuantía se fijan en las tablas 1. C. 1 a 1. C. 7. d 3.1 DAÑO EMERGENTE. El daño emergente o perjuicio de carácter económico directo es el que sufre el perjudicado como consecuencia inmediata del fallecimiento de la victima, sin otra consideración. De ahí que la ley lo reconozca a todos los perjudicados incluidos en alguna de las cinco categorías antes mencionadas y recogidas en el art. 62, sin excepción. En la regulación de los arts. 78 y 79 de la Ley, se distingue entre el daño emergente básico o general y el daño emergente específico Daño emergente básico (art. 78) Se establece para su resarcimiento por el art 78 de la Ley una cantidad fija para gastos generales, que se recoge en la tabla 1 C, que actualmente se concreta en 400 euros. Esta cantidad no requiere ser justificada e incluiría los gastos razonables que cause el fallecimiento, como el desplazamiento, la manutención, el alojamiento y otros análogos (art. 78.1º). Por encima de ese importe, para que pueda ser satisfecho es necesario que se justifique su cuantía adecuadamente, al establecer el párrafo 2º del art. 78 que si el importe de dichos gastos excede del establecido en el apartado anterior, su resarcimiento requiere justificación Daño emergente específico (art. 79). 5

6 Se refiere a él el art. 79 previendo que además de los gastos generales del artículo anterior, también se abonarán, como gastos específicos, los gastos de traslado del fallecido, entierro y funeral conforme a los usos y costumbres del lugar donde se preste el servicio. Se abonan igualmente los gastos de repatriación del fallecido al país de origen. INDEMNIZACIONES POR CAUSA DE MUERTE TABLA 1.C PERJUICIO PATRIMONIAL DAÑO EMERGENTE 1. Perjuicio patrimonial básico Sin necesidad de justificación (cantidad por cada perjudicado) Gastos con necesidad de justificación que excedan del importe anterior 2. Gastos Específicos Gastos de traslado del fallecido, entierro, funeral y repatriación 400 euros Su importe Su importe EJEMPLO: Felipe (52), tiene unos ingresos netos anuales de euros. Vive en Murcia con su esposa (49), que también tiene ingresos por trabajo personal, y fallece en accidente de tráfico en Sevilla. Tienen dos hijos de 22 y 17 años que conviven con el matrimonio. Tiene también dos hermanos que viven en Sevilla. Y un ex -cónyuge que viene en Portugal al que pasa una pensión de 300 euros mensuales. Sus dos padres viven en Madrid, que se trasladan en avión hasta Sevilla donde pasan dos días en un hotel, con un coste por persona y día de 300 euros. El precio del billete de avión desde Madrid es de 200 euros. Y desde Murcia de 300 euros. La esposa por perjuicio patrimonial básico percibirá 900 euros y cada uno de los padres 800 euros. Cada hijo y cada hermano 400 euros. Además, se habrán de abonar los gastos de traslado de Felipe a Murcia, así como los de entierro y funeral. 3.2 LUCRO CESANTE. En el sistema de valoración del daño anterior a la Ley 35/2015, el perjuicio económico estaba contemplado como factor de corrección a las indemnizaciones básicas por muerte, secuelas y lesiones y se calculaba en un porcentaje de aumento de aquellas entre el 10 y el 75 % en las tablas II, IV y V B) que variaba en función de los ingresos netos de la víctima, aplicándose en todo caso un 10% a cualquier víctima en edad laboral, aunque no se justificaran ingresos. Este tratamiento del lucro cesante fue objeto de críticas en la doctrina y en la jurisprudencia por cuanto no recogía la pérdida real de ganancia ni tenía en cuenta circunstancias de relieve para su adecuada valoración como la dependencia económica del perjudicado con la víctima. La STC 181/2000 de 29 junio concluyó que el apartado B) de la tabla V del Anexo, en la concreta configuración legal de los «perjuicios económicos» allí contenida, establece un límite irrazonable y carente de toda justificación al derecho de resarcimiento de la 6

7 víctima, con un resultado arbitrario y, por lo tanto, contrario al art. 9.3 de la Constitución, por cuanto la opción acogida por el legislador en relación con la indemnización de los perjuicios económicos derivados de las lesiones temporales, no sólo entremezcla conceptos indemnizatorios heterogéneos y susceptibles de un tratamiento diferenciado, sino que, por una parte, su incorporación al sistema de valoración como simple factor de corrección de la indemnización básica impide injustificadamente su individualización; mientras que, de otro lado, se obliga injustificadamente a la víctima del hecho circulatorio a soportar una parte sustancial de las pérdidas económicas derivadas del daño personal padecido, con el ilógico resultado de convertir a la culpa en un título de imputación que, paradójicamente, siempre opera en perjuicio de los legítimos derechos de la víctima, afirmando que el legislador, actuando en el ámbito de su legítima libertad de configuración normativa, puede establecer otro sistema de valoración para la reparación de las consecuencias patrimoniales causadas por los accidentes derivados del uso y circulación de vehículos a motor, conforme a criterios que no incidan en las vulneraciones constitucionales apreciadas en el apartado letra B) de la tabla V aquí enjuiciada. La jurisprudencia admitió la posibilidad de aplicar elementos correctores que no fueran solo los expresamente calificados como de aumento o reducción en la tablas del sistema, sino también los fundados en circunstancias excepcionales relacionadas con las circunstancias personales y económicas de la víctima, y ello en función de una interpretación del apdo. primero-7. del propio sistema en cuanto se refiere a "la posible existencia de circunstancias excepcionales que puedan servir para la exacta valoración del daño" a fin de "asegurar la total indemnización de los daños y perjuicios causados" (Sentencia TS -Sala 1ª- núm. 237/2011 de 13 abril y del Pleno de 25 de marzo de 2010). En la nueva regulación de la Ley 35/2015 es desde luego uno de los conceptos más completos pero al tiempo y por esa misma razón más complejos y donde realmente se complica el cálculo Concepto. Define la ley en su art. 80 el lucro cesante como las pérdidas netas que sufren aquellos que dependían económicamente de los ingresos de la víctima y que por ello tienen la condición de perjudicados. Consiste, por tanto, en la diferencia económica entre los rendimientos o ingresos que se obtenían por la víctima en el momento de su fallecimiento y los ingresos que se habría obtenido de haber proseguido normalmente su actividad hasta su jubilación Beneficiarios. Lo son sólo aquellos perjudicados que dependían económicamente de la víctima (art. 80), más el ex cónyuge que estuviera percibiendo una pensión compensatoria que se extinga por el fallecimiento (limitado al importe de la pensión anual hasta un máximo de 3 años). La ley presume que esa dependencia económica existía en todo caso con el cónyuge viudo y con los hijos menores de edad (art. 80.1º). Respecto del cónyuge, con absoluta 7

8 independencia del hecho de que éste también por su parte cuente con ingresos propios, por cuanto la pérdida viene referida a la unidad familiar a la que contribuyen ambos miembros de la pareja. Respecto de los menores de 18 años, la presunción de dependencia también es iuris et de iure, aun cuando el hijo menor de esta edad no dependa económicamente de la víctima, porque, por ejemplo, estuviera conviviendo con el otro progenitor o porque estando en edad laboral tuviera ingresos propios que le permitieran no depender económicamente de aquélla. También considera la ley a los efectos del lucro cesante como perjudicados a los hijos desde los 18 a los 30 años, salvo prueba en contrario (art. 80.1º). En este caso, sí que podría destruirse esa presunción como en el supuesto antes contemplado de que dependiera económicamente solo del progenitor con el que conviviera o de que tuviera ingresos propios que le permitieran una indepedencia económica. En los demás casos sólo tienen la condición de personas perjudicadas: 1º. Las incluidas en el artículo 62 que acrediten que dependían económicamente de la víctima y 2º. Los cónyuges separados o ex cónyuges que tengan derecho a percibir pensión compensatoria que se extinga por el fallecimiento de la víctima (art. 82.2º). En caso de fallecimiento en accidente del hijo menor de edad, no habría lucro cesante para los padres ante la inexistencia, en principio, de dependencia económica conforme al art. 82.1º. En el caso de pudiera existir (por ejemplo, hijo de 16 años cantante o actor), habrían de acreditarla conforme al art. 82.2º. La determinación de los perjudicados con derecho a percibir indemnización por lucro cesante por depender económicamente de la víctima tiene especial relieve a la hora de concretar la cuota de cada uno de ellos como luego veremos Cálculo. Se utilizan dos conceptos: multiplicando y multiplicador. El primero son los ingresos netos de la victima, distinguiendo la regulación legal según deriven del trabajo personal, de las prestaciones por desempleo o de la pensión de jubilación, contemplándose también el caso de que la víctima tuviera una dedicación exclusiva o parcial a las tareas del hogar. Y el segundo es el coeficiente actuarial que se obtiene, a través de los cálculos que se realizan en las bases actuariales, aplicando los factores a que se refiere el art. 86. Pues bien, conforme al art. 81 para calcular el lucro cesante de cada perjudicado se multiplican los ingresos netos de la víctima como multiplicando, por el coeficiente actuarial que, como multiplicador, corresponda a cada perjudicado según las reglas que se establecen en los artículos siguientes. 8

9 Precisa el párrafo 2º del art. 81 que cuando el ingreso neto de la víctima se encuentre entre dos niveles de ingreso neto de la tabla 1.C se asigna el lucro cesante correspondiente al límite superior. El resultado de esta operación es la cantidad que se refleja en cada una de las celdillas de las tablas Multiplicando Ingresos derivados del trabajo personal. En el caso de víctimas con ingresos de trabajo personal el multiplicando consiste en los ingresos netos acreditados de la víctima fallecida percibidos durante el año natural anterior al fallecimiento o la media de los obtenidos durante los tres años naturales inmediatamente anteriores al accidente, si fuera superior (art. 83.1º). El límite de ingresos que figuran en las tablas es de euros. Por encima de esta cantidad, entiende Elena Agüero 2, deberá el perjudicado acreditar y calcular el lucro cesante a través del correspondiente informe pericial que tenga en cuanta los criterios de cálculo recogidos en las bases técnicas actuariales a que se refiere el art Ingresos en situación de desempleo. Si la víctima hubiera estado en situación de desempleo en cualquiera de los tres años anteriores al fallecimiento, para el cálculo de los ingresos previstos en el apartado anterior se tendrán en cuenta las prestaciones de desempleo que haya percibido y, en caso de no haberlas percibido, se computará como ingreso un salario mínimo interprofesional anual (art. 83.2º). Con esta previsión normativa se reconoce a toda víctima fallecida unos ingresos mínimos para el cálculo del lucro cesante de quienes fueran los perjudicados por su fallecimiento partiendo del reconocimiento a toda persona de la capacidad de acceder a un puesto de trabajo y con ello de percibir unos ingresos en su vida futura Víctima jubilada. Si la víctima estaba jubilada, los ingresos a considerar consisten en el importe anual neto de la pensión que percibía en el momento de su fallecimiento (art. 83.1º) Víctima dedicada en exclusiva a las tareas del hogar. 1. El trabajo no remunerado de la víctima que no obtenía ingresos por ser la persona que contribuía al sostenimiento de su unidad familiar mediante la dedicación exclusiva a las tareas del hogar se valora en el equivalente a un salario mínimo interprofesional anual. 2 Op.cit., pág. 54 9

10 2. En unidades familiares de más de dos personas la equivalencia establecida en el apartado anterior se incrementará en un diez por ciento del salario mínimo interprofesional anual por perjudicado adicional menor de edad, persona con discapacidad o mayor de sesenta y siete años que conviva en la unidad familiar de la víctima sin que ese incremento adicional pueda superar el importe de otro medio salario mínimo interprofesional anual (art. 84). Por tanto hasta un máximo de 5, equivalente a un salario y medio. A efectos de la regulación contenida en la Ley, se entiende por unidad familiar, en caso de matrimonio o pareja de hecho estable, la integrada por los cónyuges o miembros de la pareja y, en su caso, por los hijos, ascendientes y demás familiares y allegados que convivan con ellos. También es unidad familiar la que conlleve, por lo menos, la convivencia de un ascendiente con un descendiente o entre hermanos (art. 60) Víctima dedicada parcialmente a las tareas del hogar Si la víctima estaba acogida a una reducción de la jornada de trabajo para compatibilizar el trabajo remunerado con las tareas del hogar de su unidad familiar, la cantidad a percibir será de un tercio de la que resulte de realizar todas las operaciones de cálculo del lucro cesante con el multiplicando del artículo anterior, cantidad que será compatible con la que corresponda por lucro cesante con arreglo al artículo 83. El mismo criterio se aplicará en todos los casos en que demuestre que desempeñaba un trabajo a tiempo parcial por los mismos motivos (art. 85) Multiplicador Conforme al art. 86, el multiplicador es el coeficiente que se obtiene para cada perjudicado y que resulta de combinar los factores siguientes: a) la cuota del perjudicado de acuerdo con las reglas previstas en el artículo 87, en materia de cálculo de cuotas, b) las pensiones públicas a las que tenga derecho el perjudicado por el fallecimiento de la víctima, c) la duración de su dependencia económica, d) el riesgo de su fallecimiento y e) la tasa de interés de descuento, que tiene en cuenta la inflación. Los factores mencionados se calculan de acuerdo con las bases técnicas actuariales establecidas según lo dispuesto en el artículo A los efectos de determinar el multiplicador podrán establecerse reglamentariamente otros factores complementarios que tengan en cuenta otras contingencias relativas al perjudicado y que sirvan a la mejor individualización del perjuicio Cuota del perjudicado 10

11 El lucro cesante de una unidad familiar no es mayor aunque sean más los perjudicados que concurran, por cuanto depende de los ingresos de la víctima que son fijos y han sido calculados conforme a las reglas antes vistas. Por eso, cuando concurren varios perjudicados el lucro cesante debe repartirse entre todos ellos, partiendo de la base que un 10% de esos ingresos los dedicaba la víctima a cubrir sus propias necesidades (quota sibi) que el art cifra en un 10%. El resto del 90% de los ingresos se distribuye entre los perjudicados conforme a las reglas que se establecen en el art. 87.2º, y que son: a) Cuando exista un cónyuge o un solo perjudicado, su cuota será del sesenta por ciento b) Cuando exista más de un perjudicado, la cuota del cónyuge será del sesenta por ciento, la de cada hijo del treinta por ciento y la de cualquier otro perjudicado del veinte por ciento, incluido el cónyuge separado o el ex cónyuge que tenga derecho a percibir una pensión compensatoria que se extinga por el fallecimiento de la víctima. Cuando la suma de las cuotas de los perjudicados sea superior al noventa por ciento, se redistribuirán de modo proporcional, dando lugar a la correspondiente reducción de la indemnización de cada uno de ellos. En caso de perjudicado único al que se refiere el apartado 2.a), la indemnización correspondiente a la cuota del sesenta por ciento se calcula multiplicando por dos el importe resultante de la tabla 1.C correspondiente, cuando se trate de hijo, y por tres en los demás casos. Veamos algunos ejemplos de cálculo de la cuota de cada perjudicado: Fallecido con ingresos de euros. Cónyuge de 47 años, con 15 años de matrimonio. TABLA 1.C.1 LUCRO CESANTE DEL CÓNYUGE Años de duración del matrimonio: Hasta 15 años ingreso neto Edad del cónyuge Hasta , , LC del cónyuge (solo): euros 11

12 En el mismo supuesto anterior, cónyuge con tres hijos de 20, 21 y 22 años dependientes económicamente de la víctima. TABLA 1.C.2 LUCRO CESANTE DEL HIJO ingreso neto Edad del hijo Hasta , , En este caso, la cuota de cada perjudicado es superior al 90%. Cónyuge (60%) y cada hijo (30%). Total: 150%. Hay que distribuir por tanto el lucro cesante entre ellos para lo que debemos dividir 90 por 150 dando como resultado un coeficiente reductor de LC del cónyuge: x 0.6 = LC hijo 20 años x 0.6 = LC hijo 21 años x 0.6 = LC hijo 22 años x 0.6 = Total: Una de las cuestiones discutidas en la determinación de la cuota de cada perjudicado es si la renuncia de uno de ellos afectará al cálculo del coeficiente reductor, especialmente en las hipótesis en que esa renuncia implica un beneficio en conjunto para todos y una indemnización de mayor cuantía que la que correspondería sin mediar esa renuncia En mi opinión, esa renuncia es irrelevante a los efectos del cálculo de la cuota de cada perjudicado y del coeficiente. Estaríamos ante un caso de renuncia en perjuicio evidente de tercero (la aseguradora) y sin causa (art. 6CC). En todo caso entiendo que quien pretendiera excluirse del cómputo para evitar la reducción del importe total de la indemnización tendría que probar que la dependencia económica con la víctima no existía para que esa renuncia pudiera tenerse por válida. Fallecido de 50 años con ingresos de euros. Cónyuge de 50 años, 30 años de matrimonio. TABLA 1.C.1 LUCRO CESANTE DEL CÓNYUGE Años de duración del matrimonio: 30 años ingreso neto Edad del cónyuge Hasta , ,

13 LC Cónyuge: euros Con tres hijos de 20, 21 y 22 años.- TABLA 1.C.2 LUCRO CESANTE DEL HIJO ingreso neto Edad del hijo Hasta , , Igual coeficiente reductor: LC Cónyuge: x 0.6 = LC hijo 20 años: x 0.6 = LC hijo 21 años: x 0.6 = LC hijo 22 años: x 0.6 = Total: El mismo supuesto con hijos de 27, 28 y 29 años, también con dependencia económica. Ingreso neto Edad del hijo Hasta , , LC cónyuge: x 0.6 = LC hijo x 0.6 = LC hijo x 0.6 = LC hijo x 0.6 = Total

14 Existiría una diferencia de respecto del lucro cesante del cónyuge sólo ( euros), por lo que seria más favorable para la unidad familiar la renuncia de los hijos en este segundo caso Las pensiones públicas a favor del perjudicado. Dispone el art. 88 que las pensiones públicas a las que tengan derecho los perjudicados por el fallecimiento de la víctima, tales como las de viudedad u orfandad, producen el efecto de reducir el perjuicio. El perjudicado por el fallecimiento de una víctima con ingresos del trabajo personal podrá acreditar que no tiene derecho a pensión pública alguna o que tiene derecho a una pensión distinta de la prevista en las bases técnicas actuariales del multiplicador. Se faculta al perjudicado para acreditar a través de un dictamen pericial el cálculo del lucro cesante que realmente le corresponde en los casos en que no tenga derecho a pensión alguna o bien que la percibida realmente es inferior al la estimada en las bases actuariales. Esta es la razón por la que las bases técnicas actuariales a que se refiere el art. 48 de la Ley y que contienen las hipótesis económico-financieras y biométricas del cálculo de los coeficientes actuariales, deberían ser publicadas para que pudieran revisarse en los casos en que sea necesario como en el que se acaba de exponer. Este último supuesto quedará limitado, como apunta Elena Agüero 3, a los casos de trabajadores autónomos o que coticen en regimenes especiales o a través de mutuas profesionales ya que las pensiones estimadas en las bases técnicas actuariales son las del régimen general de la Seguridad Social. Si la víctima se dedicaba a las tareas del hogar de forma exclusiva, como no genera ninguna pensión pública a favor del perjudicado, la cantidad que resulte de aplicar las tablas 1.C se incrementan en un 25% (art. 88.4º) La dependencia económica. Presupuesto para generar el derecho a percibir indemnización por lucro cesante, según vimos, y así lo dispone expresamente el art. 80, es que los beneficiarios de dicha indemnización dependan económicamente de la víctima. Este concepto de la dependencia económica se perfila como esencial para la determinación de los perjudicados con derecho a indemnización por lucro cesante. Sin embargo la Ley, tras su reforma de 2015, a pesar de contener diversas definiciones en sus disposiciones generales (arts. 50 a 60), no lo define. A diferencia por ejemplo de lo que se dispone en el art. 5 del Reglamento de ayudas a las víctimas de delitos violentos y contra la libertad sexual aprobado por RD 738/1997 (A efectos del reconocimiento de la ayuda en favor de las personas incluidas en el art. 2.3, párrafos b ) y c ) de la Ley, se entenderá que un 3 Op. Cit., pág

15 beneficiario dependía económicamente del fallecido cuando aquél viniera conviviendo con éste a sus expensas y en la fecha del fallecimiento no percibiera, en cómputo anual, rentas o ingresos de cualquier naturaleza, superiores al 150 por 100 del salario mínimo interprofesional, también en cómputo anual, vigente en dicho momento), o en algunas otras disposiciones normativas existentes de la legislación social (art. 215 LGSS), y que podrían en su caso ser aplicadas analógicamente. En cualquier caso, la dependencia económica del perjudicado se proyecta en el tiempo durante un periodo de tiempo limitado por cuanto se presume que, una vez producido el fallecimiento, los familiares necesariamente buscarán sus propias fuentes de ingresos. Para determinar la duración temporal de esa dependencia distingue la ley los siguientes supuestos: De progenitores, abuelos y personas con discapacidad En estos casos se considera que la dependencia económica es vitalicia (art. 89.1º). Esa es la razón por la que las indemnizaciones que corresponden a estos perjudicados (progenitores y abuelos, de un lado, y cónyuges, hijos, hermanos y allegados con discapacidad, de otro), se recogen en tablas distintas. En los demás casos, el lucro cesante es un perjuicio temporal y se calcula sobre el periodo de tiempo que se estime que habría durado la situación de dependencia económica de acuerdo con las reglas de los artículos 90 a Del cónyuge viudo (art. 90). 1. Cuando el perjudicado sea el cónyuge viudo se considerará que, de no haberse producido el fallecimiento, el matrimonio hubiera tenido una duración mínima de quince años. 2. Si en el momento del fallecimiento el matrimonio hubiera tenido una duración superior a los quince años, se considerará que el matrimonio se habría mantenido en el futuro el mismo número de años De los hijos, nietos y hermanos (art. 91) Si los perjudicados son hijos, nietos o hermanos de la víctima y acreditan dependencia económica, se considera que ésta se habría prolongado hasta cumplir los treinta años y siempre por un período de al menos tres años. Si en la fecha del fallecimiento de la víctima el perjudicado es mayor de treinta años, se considera que la dependencia se habría prolongado durante tres años De otros perjudicados (art. 92). 15

16 En el caso de allegados con dependencia económica acreditada, se considera que la dependencia se habría prolongado tres años. Si el fallecimiento provoca la extinción de la pensión que tenía derecho a percibir el cónyuge separado o el ex cónyuge, su perjuicio se concreta en el importe correspondiente a dicha pensión durante un máximo de tres años Las tablas del lucro cesante por causa de muerte. TABLAS DE LUCRO CESANTE INDEMNIZACIONES POR CAUSA DE MUERTE TABLA 1.C PERJUICIO PATRIMONIAL DEL CÓNYUGE DEL CÓNYUGE CON DISCAPACIDAD DEL HIJO DEL HIJO CON DISCAPACIDAD DEL PROGENITOR DEL HERMANO DEL HERMANO CON DISCAPACIDAD DEL ABUELO DEL NIETO DEL NIETO CON DISCAPACIDAD DEL ALLEGADO DEL ALLEGADO CON DISCAPACIDAD Tabla 1.C.1 Tabla 1.C.1.d Tabla 1.C.2 Tabla 1.C.2.d Tabla 1.C.3 Tabla 1.C.4 Tabla 1.C.4.d Tabla 1.C.5 Tabla 1.C.6 Tabla 1.C.6.d Tabla 1.C.7 Tabla 1.C.7.d Las tablas del lucro cesante por causa de muerte recogen en cada una de sus celdillas la cantidad que corresponde por este concepto a cada perjudicado, en función de su edad y de los ingresos netos de la víctima y en el caso del cónyuge, además, en función de la duración del matrimonio. Esas cantidades son el resultado de efectuar la operación matemática prevista en el art. 81 de la Ley, esto es, de multiplicar los ingresos de la víctima por el coeficiente actuarial calculado en función de los factores previstos en el art. 86. Con la particularidad ya vista de que cuando los ingresos se encuentren entre dos niveles se aplicará el correspondiente al límite superior (art. 81, 2º). No hay más que acudir a la intersección de las casillas de los ingresos de la víctima (horizontales) con la correspondiente a la edad del perjudicado (verticales). Las tablas 1.C.1 y 1.C.1.d se dedican al lucro cesante del cónyuge y al lucro cesante del cónyuge con discapacidad. La primera tiene en cuenta que la dependencia y por tanto el matrimonio hubiera durado como mínimo 15 años, y si a la fecha del fallecimiento su duración fuera superior, se entiende que hubiera durado el mismo número de años, dividiéndose en varias subtablas según la duración efectiva del matrimonio, desde los 15 hasta los 85. La segunda tabla parte de la consideración que esa dependencia hubiera 16

17 durado toda la vida, y por esta razón en el caso del cónyuge con discapacidad no hay subdivisión de tablas según la duración real del matrimonio. Las tablas 1.C.2 y 1.C.2 d se dedican al lucro cesante del hijo y al lucro cesante del hijo con discapacidad. Parte la primera de la hipótesis de que la dependencia hubiera durado hasta los 30 años que es cuando se presume que el hijo hubiera accedido al mercado laboral y que esa dependencia por tanto ya no existe. No obstante, si cuando tiene lugar el fallecimiento de la víctima el hijo tuviera ya 30 años y fuera todavía dependiente económicamente se entiende que esa dependencia habría durado al menos 3 años. Si existe discapacidad, la tabla 1.C.2. parte de que esa dependencia se hubiera prolongado hasta su muerte. La tabla 1.C.3 está dedicada al lucro cesante del progenitor, que comienza con la edad de hasta 46 años al partirse de la hipótesis de que el hijo accede al mercado laboral a los 30 años y que nació cuando su progenitor tenia 16 años y por tanto que podía existir esa dependencia económica desde que su progenitor tuviera 46 años. No está prevista una tabla para el progenitor con discapacidad por cuanto, como vimos, la ley presume que en estos casos la dependencia económica respecto del hijo fallecido hubiera sido vitalicia. Las tablas 1.C.4 y 1.C.4.d recogen el lucro cesante del hermano y el lucro cesante del hermano con discapacidad. En el primer caso, se parte como límite temporal de que la dependencia se hubiera prolongado hasta cumplir los 30 años y si a la fecha del fallecimiento de la víctima, el hermano fuera mayor de esa edad se considera que se hubiera prolongado al menos 3 años. En caso de discapacidad, la dependencia se entiende que hubiera durado toda la vida. La tabla 1.C.5 concreta el lucro cesante del abuelo cuya dependencia económica respecto del nieto fallecido se considera que hubiera sido vitalicia. Y el cálculo comienza desde los 76 años, al partirse de la hipótesis de que el nieto habría accedido al mercado laboral cuando su abuelo tenía esa edad. Tampoco está prevista una tabla específica para el caso del abuelo con discapacidad por la misma razón de que la ley presume que si al fallecimiento del nieto dependía de éste económicamente, esa dependencia se hubiera prolongado durante toda la vida del abuelo. Las tablas 1.C.6 y 1.C.6.d cuantifican el lucro cesante del nieto, con el límite temporal de los 30 años, con un mínimo de 3 años y vitalicia en caso de discapacidad. En el caso de allegados, las tablas 1.C.7 y 1.C.7.d prevén que la dependencia económica se hubiera prolongado al menos 3 años o bien toda la vida en caso de discapacidad. Finalmente, en cuanto al excónyuge, no se prevé ninguna tabla por cuanto el importe de su lucro cesante será el correspondiente a una anualidad de su pensión con un máximo de 3 años. 17

18 4. ALGUNOS CASOS PRACTICOS. A) - Felipe (52), tiene unos ingresos netos anuales de euros. Ha estado casado con Maria (49) durante 17 años. - Tienen un hijo de 17 años que convive con el matrimonio. - Tiene también dos hermanos de 36 y 42 años, que no dependen económicamente de Felipe. - Le han sobrevivido sus dos padres, que tampoco tenían dependencia económica de su difunto hijo. Calculo del lucro cesante Solo tiene derecho a indemnización por lucro cesante como perjudicados, el cónyuge y el hijo Las cuotas del cónyuge (60 %) y del hijo (30%), no superan el 90 %, por lo que no hay que repartir el lucro cesante (art. 87.3º) En este caso, correspondería al cónyuge viudo por lucro cesante: euros. TABLA 1.C.1 LUCRO CESANTE DEL CÓNYUGE Años de duración del matrimonio: 17 años ingreso neto Edad del cónyuge Hasta , , Al hijo, le corresponde por lucro cesante la cantidad de euros. TABLA 1.C.2 LUCRO CESANTE DEL HIJO ingreso neto Edad del hijo Hasta , ,

19 En el caso de que Felipe hubiera fallecido sin cónyuge, la cantidad que correspondería al hijo como único perjudicado por aplicación del art. 87,4º sería de euros multiplicada por dos, esto es, euros. En el caso de que Felipe hubiera fallecido sin cónyuge y sin hijos, conviviendo con uno de sus hermanos (el de 42 años) que dependía de él económicamente, la cantidad que le correspondiera en su respectiva tabla ( euros) habría que multiplicarla por tres, al ser único perjudicado por lucro cesante, por lo que la indemnización por este concepto sería de euros. TABLA 1.C.4 LUCRO CESANTE DEL HERMANO ingreso neto Edad del hermano Hasta , , Cálculo de las cuotas de los perjudicados En el mismo supuesto inicial, uno de los hermanos de Felipe depende económicamente de él. En este caso, la suma de las cuotas de los perjudicados, esto es, del cónyuge (60%), hijo (30%) y hermano (20%) exceden del 90% por lo que hay que distribuirlas, resultando un coeficiente reductor de 0,81 al dividir 90 por 110. Este porcentaje habría que multiplicarlo por la cantidad que corresponde a cada perjudicado en su tabla. Aplicando el coeficiente, el lucro cesante del cónyuge sería euros, el del hijo euros y el del hermano euros. En el supuesto de que algunos de los perjudicados tuviera una discapacidad de al menos el 33% (como exige el art.69, 2º) habría que acudir a las tablas correspondiente, esto es, respectivamente, a las tabla 1.C.1.d (del cónyuge con discapacidad); 1.C.2.d (del hijo con discapacidad); 1.C.4.d (del hermano con discapacidad). B) -Felipe (52), tiene unos ingresos netos anuales de euros, pero tiene una reducción de jornada para el cuidado de su hijo de 4 horas -Ha estado casado con Maria (49) durante 17 años. -Tienen un hijo de 17 años que convive con el matrimonio. -Tiene también dos hermanos de 36 y 42 años, que no dependen económicamente de Felipe. -Le han sobrevivido sus dos padres, que tampoco tenían dependencia económica de su difunto hijo. 19

20 A las indemnizaciones por lucro cesante calculadas conforme al art. 83 habrá que sumar, para cada perjudicado, las que resulten de la aplicación del art. 85, es decir, un tercio de la que resulten de las operaciones de cálculo del art. 84, que parte del salario mínimo interprofesional anual como ingresos de la víctima (con sumas de un 10% por cada perjudicado adicional menor de edad, con discapacidad o mayor de 67 años- en unidades familiares de más de dos personas dependientes económicamente). Según vimos el lucro cesante del cónyuge derivado de la actividad laboral del fallecido era de euros y de euros en caso del hijo. A estas cantidades habrá que sumar un tercio de las que resulten de las operaciones del art. 84 que a continuación vemos en el ejemplo C). Esto es, 1/3 de euros para el cónyuge y 1/3 de euros para el hijo. C) -Felipe carece de ingresos por dedicarse exclusivamente a las tareas del hogar. En este caso, las cantidades correspondientes se calcularían partiendo de ingresos equivalentes a una salario mínimo interprofesional pero incrementadas en un 25%. Como ingresos habría que partir de SMI (9.170 euros), sin incrementos adicionales por cuanto en la unidad familiar de nuestro ejemplo no existían más de dos personas dependientes económicamente del fallecido, sino solo dos (el cónyuge y el hijo). TABLA 1.C.1 LUCRO CESANTE DEL CÓNYUGE Años de duración del matrimonio: 17 años ingreso neto Edad del cónyuge Hasta , , LC Cónyuge: más un 25%. Total: euros 20

21 TABLA 1.C.2 LUCRO CESANTE DEL HIJO ingreso neto Edad del hijo Hasta , , LC del hijo: mas un 25%. Total: euros 21