Los retos de la Democracia en San Luis Potosí

Transcripción

1 Los retos de la Democracia en San Luis Potosí La preparación, vigilancia y desarrollo de los comicios queda en manos de la sociedad civil de San Luis Potosí. El espíritu de la reforma política es producto de la reflexión y de la sensibilidad; del estudio y de la madurez; de la responsabilidad histórica y de los deseos de servir a todos los Potosinos, para así erradicar de una vez por todas, la intranquilidad y la zozobra política, las perniciosas agresiones y el divisionismo. En la concepción real de la democracia estamos todos comprometidos: Gobierno, Partidos Políticos, y sociedad Civil. El Gobierno ha puesto ya su parte, corresponde ahora a los Partidos Políticos y a la Sociedad Civil la realización plena de nuestra finalidad. Palabras del Secretario General de Gobierno, Lic. Gustavo Barrera López, en sesión ordinaria del Consejo Estatal Electoral, celebrada el 23 de noviembre de 1992 en la Sala de Gobernadores de Palacio de Gobierno, al iniciar la primera fase del proceso para la elección extraordinaria de gobernador Constitucional del Estado Hablar de los retos de la democracia en San Luis Potosí, resulta por demás complicado, ya que en estos tiempos de una sociedad cada vez mas cambiante y en ocasiones convulsa, nos obliga a retomar el hecho de que la democracia no solamente es una labor ciudadana, otorgada mediante la firma del contrato social, sino una labor de todos y cada uno de los actores de la democracia contemporánea, esto es que la interacción entre instituciones, partidos políticos y sociedad civil, que requieren un total acercamiento y comunicación permanente de los unos para los otros. El planteamiento de enfrentar retos por parte de estos actores democráticos, implica que dichos desafíos sean cada vez más cambiantes y complejos, lo que resulta obvio desde una perspectiva sociológica, lo realmente interesante son las mecánicas e interlocuciones bajo las cuales la adaptación natural realiza dichos cambios. En los albores de la integración de organismos electorales integrados por ciudadanos en México, es fundamental señalar que San Luis Potosí ocupa el lugar de privilegio al ser la entidad federativa pionera en la organización, calificación y vigilancia de los

2 procesos electorales; resultado único de una sociedad madura y reflexiva, que exigía se rompieran las dicotomías existentes en la falta de credibilidad ciudadanía-autoridad, obligada en toda elección para elegir representantes populares. Pero la realidad del año 1992, ya no es la realidad de la década 2000, y mucho menos de la década venidera, si bien ya se cuenta con una sociedad cada vez más observadora y critica del actuar de las instituciones, es fundamental como lo ha sido anteriormente, el preservar y mantener vigentes los principios constitucionales de certeza, legalidad, imparcialidad, independencia, objetividad y equidad. Ejemplo de ello es la enorme trascendencia que obtuvo el marco legislativo bajo el cual opera la Ley Electoral actual. Si se considera que dentro de la exposición de motivos de dicha normatividad se encuentra la necesidad de acortar los plazos de campañas y precampañas, reducir los gastos de éstas, la prohibición a los institutos políticos de contratar directamente la publicidad en radio y televisión, consolidar el principio de equidad de género y, entre otras, restringir al máximo posible, la utilización de la publicidad oficial para promoción de proyectos partidistas y de imagen personal, tanto dentro, como fuera de los procesos electorales.. Lo interesante es la manera en la cual se llevaron a cabo dichas reflexiones, así como la adaptación que sufrió el desarrollo de los procesos electorales. Por esa razón es de considerarse que los retos que enfrenta la democracia actualmente San Luis Potosí, son diversos y complejos pero pueden acotarse desde la interacción y comunicación que debe de existir entre el poder público, la sociedad, los organismos electorales, los partidos políticos, las agrupaciones políticas, y en sí, todos los actores de la democracia, siendo esté el mayor reto que se enfrente, la adaptación y los mecanismos necesarios para traducir dichas necesidades en normas reguladoras. Establecer una comunicación permanente y efectiva entre dichos actores, implica además adecuaciones a la realidad de cada uno de los sectores sociales, por lo que es

3 necesario y urgente el establecimiento de canales claros y amigables para dicha interacción entre el emisor y el receptor, esto es, el establecimiento de un lenguaje ciudadano enfocado, ya sea a grupos juveniles, infantiles, indígenas, gremiales, con enfoque a las mujeres y a las cámaras y colegios, etc., para lograr una sensibilidad en el pulso de la ciudadanía respecto de la transformación necesaria no solamente de la democracia, sino del país mismo, ya que las actuaciones de todos deben lograr una perfecta inclusión de las ideas, principal objetivo de la democracia. En la sociedad actual, la que es convulsa y donde los valores cívicos y sociales se han visto vulnerados, resulta por demás importante el afianzamiento de ellos por parte de las propias instituciones, para evitar con ello la ruptura de dichos valores en el aspecto que ocupa a la democracia. Este objetivo únicamente es posible a través del involucramiento corresponsable de todos los participantes, demostrando una congruencia entre el ser y el deber ser. Conservar el equilibrio entre la participación ciudadana y la representatividad que se otorga, es precisamente el factor más importante para la consolidación de la democracia, ya que sin ese equilibrio se carecería de gobernabilidad, por eso resulta tan necesaria la atención inmediata a las demandas planteadas y la capacidad de respuesta a ellas, así como el acorde impulso de los mecanismos de participación. Hablar de esta interacción y comunicación, no es calificarla como deficiente sino como permanente, lo cual solo es posible a través de la difusión efectiva, como ya se señalo anteriormente, en el lenguaje de cada sector social y con una metodología simple sin tecnicismos para impactar mejor al receptor de la información, evitando con ello la exclusión de las minorías, que en los tiempos actuales resulta fundamental para lograr los consensos necesarios. Con la accesibilidad actual de las herramientas de difusión, es necesario también una mayor cobertura de todos los aspectos tanto negativos como positivos, que dicha comunicación implica; en concreto, la comunicación en una sociedad democrática

4 contribuye a que se cumpla con las siguientes funciones: a) producir información, cultura y educación para la formación de una cultura cívica; b) supervisar y vigilar la gestión y organización del poder público; c) servir al interés público de los ciudadanos; d) difundir dicha información y convertirla en norma legislativa. En este aspecto, una vez que se hayan establecido las normas jurídicas que den figura a un sistema democrático, el papel del Estado, en palabras de José Ramón Cossío, "se reduce a velar por el cumplimiento de las modalidades de los derechos, sea para impedir los abusos, o sea para anular los actos contrarios a las normas." Ahora bien y continuando con la reflexión derivada del reto que implica la comunicación permanente de todos los actores democráticos, se puede plantear que la práctica y ejercicio de experiencias que promueven la educación cívica ciudadana, encuentran su espacio ideal en contextos de apertura de las libertades y los derechos humanos. En ese sentido, los sistemas democráticos son los espacios más propicios. Esto no sólo respecto a condiciones estructurales u objetivas para la realización de campañas y proyectos, sino también la ciudadanía se encuentra más receptiva y motivada para participar y educarse cívicamente ; inclusive para comprometerse personalmente en proyectos de este tipo. El carácter de cambio resulta entonces fundamental. El tránsito de un sistema electoral impacta a una sociedad cada vez más democrática y participativa. Ejemplo de esto son los ejercicios que practicaron durante las últimas reformas en material electoral, tanto en los niveles federales como locales. La estabilidad política con que se goza en este momento es fundamental para la implementación de canales adecuados que promuevan los valores cívicos y democráticos, desde la base misma de la ciudadanía. Teniendo esto en cuenta se pueden mejorar no solo la participación ciudadana, sino paliar el deterioro de los principios éticos fundamentales de la sociedad y su visión del actuar de las instituciones, esto es, que la labor de los valores y su inclusión en la participación de la población contribuirá al mejoramiento de todos los actores democráticos.

5 Factor fundamental de dicha inclusión resulta la propia transparencia y rendición de cuentas obligada, por eso no es de sospechar la cada vez mayor participación ciudadana; lo que en todo caso debe de fomentarse mediante la creatividad de metodologías agiles que promuevan la transparencia en la operación de los recursos con los que cuentan los participes de la democracia potosina, de esa manera hay que promover y dotar en mayor medida el sentimiento social que implica no solamente la libertad de elegir sino también la libertad social de gobernar. Si bien ya se analizo y profundizo en mayor o menor medida el reto más importante que enfrenta la democracia en San Luis Potosí, que es el interactuar cotidiano de la comunicación, ahora es fundamental para todos los actores incrementar su participación, la cual solo es posible con el cumplimiento irrestricto a las responsabilidades de cada uno de nosotros. Conclusiones. El reto democrático futuro en San Luis Potosí y la interacción que se debe dar entre la sociedad individual o agrupada, las instituciones públicas y los partidos y agrupaciones políticas, implicados por desafíos cada vez más cambiantes y complejos, es el resultado de sociedades democráticamente maduras, por lo que las mecánicas y procesos bajo los que se fundamentan las reformas electorales, deben ser logradas a través de procedimientos creativos, agiles, activos, continuos y amigables que impliquen modernidad y consenso, logrando con ello mayor participación social, rendición de cuentas, transparencia y por consiguiente gobernabilidad. Fomentar los valores no solamente democráticos, sino también los cívicos y éticos desde el propio ejemplo, es la única posibilidad viable de que en un corto y mediano plazo las dificultades propias de una entidad pluricultural como la nuestra sean resultas para el beneficio colectivo.

6 Mtro. Javier Montalvo Pérez Noviembre de 2010 Referencias Bibliográficas Cossío D., José Ramón. Concepciones de la Democracia y Justicia Electoral, Primera edición, abril de 2002, Instituto Federal Electoral, México, D.F. Estudio Reformas e iniciativas en materia electoral en las entidades federativas , Centro para el Desarrollo Democrático, 2005, Instituto Federal Electoral, México, D.F. Cajas Castro, Juan. Educar para la democracia: algunas campañas y experiencias de educación cívica en América Latina, Centro para el Desarrollo Democrático, 2005, Instituto Federal Electoral, México, D.F. Las características y los obstáculos a la participación electoral en México. Centro para el Desarrollo Democrático, 2002, Instituto Federal Electoral, México, D.F.