Escalando Todra. Rosa Pueblo Hidalgo

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Miguel Nieto Sosa
hace 5 años
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1 Escalando Todra Rosa Pueblo Hidalgo

2 La presente edición ha sido revisada atendiendo a las normas vigentes de nuestra lengua, recogidas en la Ortografía de la lengua española (2010), Diccionario Panhispánico de Dudas (2005) y Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (2001). Estas dos últimas están en proceso de adaptación a la Nueva gramática de la lengua española (2009) y a las normas de la nueva edición de la Ortografía de la lengua española (2010). Escalando Todra Rosa Pueblo Hidalgo ISBN: Depósito legal: A Edita: Editorial Club Universitario. Telf.: C/ Decano, San Vicente (Alicante) ecu@ecu.fm Printed in Spain Imprime: Imprenta Gamma. Telf.: C/ Cottolengo, San Vicente (Alicante) gamma@gamma.fm Reservados todos los derechos. Ni la totalidad ni parte de este libro puede reproducirse o transmitirse por ningún procedimiento electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación magnética o cualquier almacenamiento de información o sistema de reproducción, sin permiso previo y por escrito de los titulares del Copyright.

3 Un día más mordiendo carbón Paso por el brillo del sol, su calor no me penetra, bajo mis pies la tierra está seca, quiero elevarme hacia lo más puro de mi ser, buscar un motivo para vivir en este cuerpo, floto en un mar de gelatina, mis manos quieren escribir toda la melancolía de esta noche, hago esfuerzos por no suicidar mis poemas, a lo lejos alguien enciende una hoguera, danzan y tocan las palmas ajenos a mi pena. 5

4 Hablando con el viento La lluvia está peinando al viento, hablan el mismo idioma, tú no estás a mi lado, yo tengo un torrente de caricias para ti, tu sombra como humo se esfuma de mis manos, hablo contigo de que no te gustó nunca mi diálogo. Si algún día quieres oír mi voz, te diré que doce años son muchas horas tejiendo redes de seda. Eres estatua de bronce fría por los roces del dios que tú hacías de tu imagen. Estoy aprendiendo a tragarme las lágrimas, quiero estar más cerca de lo humano, no quiero amar a un dios de bronce, no me acostumbro a tus silencios hondos como tumba abierta, cuerpo sin alma. Andaré sola esperando fundirme con el fuego. 6

5 Infancia canalla La mar manchada de brea, pasos, huellas de la infancia, manantial de esqueletos bañándolos la arena dorada. Peces con ojos de cristal, algas adheridas a mi piel, quise violar a Neptuno, le enredé entre redes, hicimos al amor entre corales, nos dejamos llevar por un suicidio lento, nos despertó el cantar de las gaviotas, nos aparcaron en una nube. Neptuno se deshidrataba, necesitaba la caricia del agua, yo huí en busca de ligues nuevos, fui a aterrizar en el frío asfalto. 7

6 Yo soy libre y poeta Mi lápiz no tiene punta, voy a escribir con sangre, gritaré al mundo entero que yo he nacido poeta. Lo que diga el hombre no cuenta, mi escuela ha sido la vida, soy feliz en mi tierra. He mamado leche de cabra, he comido miseria, y el manjar más exquisito ha sido esperma de macho. El estiércol fue mi cuna, la tierra mi morada, cuando sale el sol, me calienta hasta las entrañas. Y con todo lo vivido sigo gritándole al viento: «Soy poeta!». 8

7 Hojas Una alfombra de hojas doradas yace por el suelo, les lava la cara el rocío de la mañana. Despertó un otoño cansado, la música de Vivaldi nos acompañaba, estaba melancólica la tarde, tenía anemia en el espíritu, lloraba la fuente, las rosas tenían cremalleras, un niño se hizo pis junto al estanque, las eras estaban rojas, la pasión las reventaba, se masturbaba la luna con las estrellas, el viento les sopla, celoso de su caricia, nunca pasaré otro otoño sin cantar, marcharé hacia el sur, alejaré los malos sueños. Cuando el amor solo sea ceniza, se lo diré al viento de la tarde. 9

8 Nacida para amar Subía por montañas, bajaba hasta otro mundo tragándose el paisaje, zurciendo el tiempo, llevabas lazos en tu cintura, y el sacro sacramento en tus manos, tu aroma de jazmines y lilas invadía la habitación donde tu imagen estaba. Ahora duermes con tu amado, néctar divino que te ardió en tu seno horas de dicha que no fue terrenal, blanco es tu cielo. Quién lo tocara! Cubre el techo del mundo la mortaja de lino de Teresa de Jesús. 10

9 Vírgenes de piedra Dejaste el palacio frío, los ángeles de piedra temblaron, el techo se rompió, lo cubre un manto de estrellas, y tú te fuiste caminando sobre las aguas, en busca de Dios. El cielo está beodo, con tanta Virgen, siempre amé las nubes preñadas de aire azul, la corona está donde siempre, que ante mi asombro la dejaste por un trozo de pan. Vimos partir la barca, entre las olas del mar, nos dejamos llevar por la corriente, lo nuestro fue un suicidio acariciante, las tumbas florecieron, la hierba brotaba tiernamente, siempre amaré este lugar, ahora que viene el verano, los campesinos traerán sus ovejas a pastar. 11

10 Necesito transmitirte mis energías Mi piel lisa gris-cobre de robot está emocionada por la mano del hombre, su tacto me produce energías intensas, entonces mi cuerpo sobrepasa mis circuitos, casi llego a lo humano, en mi interior se cruzan los cables, siento vértigo. Corro posesa por no sé qué fuerza, doy pasos hacia el vacío mas cerca de ti quiero estar, quiero sentirme amada, que las pilas se me carguen de tus caricias, quiero derretirme lentamente, vale la pena morir como robot, sentir como humano. 12

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