El río de la miel. Paqui Reche Rozas

Transcripción

1 El río de la miel Paqui Reche Rozas

2 La presente edición ha sido revisada atendiendo a las normas vigentes de nuestra lengua, recogidas por la Real Academia Española en el Diccionario de la lengua española (2014), Ortografía de la lengua española (2010), Nueva gramática de la lengua española (2009) y Diccionario panhispánico de dudas (2005). El río de la miel Paqui Reche Rozas ISBN: Depósito legal: A Edita: Editorial Club Universitario. Telf.: C/ Decano, San Vicente (Alicante) ecu@ecu.fm Printed in Spain Imprime: Imprenta Gamma. Telf.: C/ Cottolengo, San Vicente (Alicante) gamma@gamma.fm Reservados todos los derechos. Ni la totalidad ni parte de este libro puede reproducirse o transmitirse por ningún procedimiento electrónico o mecánico, incluyendo fotocopia, grabación magnética o cualquier almacenamiento de información o sistema de reproducción, sin permiso previo y por escrito de los titulares del Copyright.

3 Biografía de la autora Paqui Reche Rozas, natural de Cúllar, provincia de Granada. Crecí en el seno de una familia a la que guardo nostálgicos recuerdos, con la admiración de tener unos padres que ofrecieron a sus dos hijos amor y profundos valores humanos; ellos hicieron posible que yo tuviera una inolvidable y feliz infancia. A los catorce años, me internaron en un colegio, a pesar de que era mala estudiante. Ahí fue cuando empecé a desarrollar mis aspiraciones literarias; desperté interés y escribí algunos relatos. Siempre me gustó y sigo soñando sin perder la noción del tiempo dando rienda suelta a la imaginación. Con el transcurso del tiempo, las obligaciones me impedían escribir. Siempre que contaba cuentos a mis dos hijos, me interrumpían aportando alguna novedad para mejorar el relato. Finalmente una fuerza interior me hizo tomar una decisión, era el momento de exteriorizar el cuento de mi mente. Espero que los lectores lo lean con el mismo cariño con que yo lo he escrito. 5

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5 En un pueblecito pequeño, muy bonito, a la salida de clase los niños se reunían para jugar en la plaza principal del pueblo. Allí estaba ubicada la peluquería del señor Gregorio, divertido y querido por los niños, que a diario pasaban a saludarle: Hola, señor Gregorio! El anciano dejó de leer el periódico, los miró por encima de las gafas y les dijo: Hola, diablillos! A ver, dejadme esa pelota, me gustaría jugar un partido de fútbol con vosotros, campeones! Quique dijo sorprendido: Sí, venga ya!, tú no sabes jugar al fútbol! Verdad que no? Y el anciano le dijo al niño: Yo no miento, he jugado al fútbol en varias ocasiones! Lo ponéis en duda? 7

6 Al anciano no le gustó que los niños no le creyeran; cogió la pelota y les hizo una pequeña demostración. Y Aquilina, sorprendida, dijo: Señor Gregorio, su habilidad con la pelota está demostrada! Chicos, este abuelo es un fenómeno! El señor Gregorio les corta el pelo a los chavales entre risas y carcajadas por las historias que les narra el abuelo. Pero Bartolo es el único niño que no se deja cortar su larga y rizada melena. Y el señor Gregorio le dijo al niño: Bartolo, siéntate en el sillón y te corto el pelo. El niño salió corriendo y dijo: Jaa, jaa, ni hablar!, a mí no me cortas tú el pelo! Pero el señor Gregorio tenía una ilusión y decidió reunirse con los niños en la peluquería con la intención de darles una sorpresa. Chicos!, qué os parece si organizamos una excursión al río de la miel, del cual os he hablado tanto? Será una excursión inolvidable. 8

7 Los niños, ilusionados, aplaudieron al señor Gregorio gritando: Bien, qué idea tan genial! Cómo mola este abuelo. Recórcholis, dejadme terminar! Quiero que disfrutéis lo mismo que yo viví hace años, cuando yo era un chaval. Bueno, ahora también lo soy!, o no? Y todos los niños gritaron: Sííí Y el señor Gregorio siguió hablándoles: Visitaremos a Vitoriano, mi amigo de infancia, que, a pesar del tiempo transcurrido, seguimos fieles a nuestra amistad. Os encantará conocerle. Pero Quique le preguntó al señor Gregorio: Abuelo, el río de la miel está muy lejos? No sé si mamá me dejará ir. No importa la distancia, todo depende de la pasión y el interés que pongáis. Chicos, debéis ir provistos de ropa adecuada para protegeros de las abejas. No olvidéis unos tarritos para llenarlos de miel. 9

8 El anciano con una serena y auténtica alegría había logrado contagiar su ilusión a los niños, que rebosaban felicidad. Y Luisi, guiada por sus sentimientos, se acercó al señor Gregorio. Y el anciano agarró a la niña y la sentó sobre sus rodillas. La pequeña abrazó al anciano, le dio un besito y dijo: Señor Gregorio, en nombre de todo el grupo queremos demostrarte nuestro cariño. Te queremos un montón! El anciano no pudo evitar emocionarse y los niños hicieron lo propio que Luisi; se rodearon en torno al anciano y el señor Gregorio les dijo: Caray, estos niños son tremendos! Tranquilos, que no cunda el pánico. Pero Luisi, con carita apenada, le dijo: Abuelo, por qué lloras? Estás raro. Reconozco que ha sido emotivo. Sí señor! Estos son mis chicos, con un derroche de sentimientos! El anciano, sorprendido, miró a Bartolo; estaba distanciado del grupo y lo llamó: 10