EDUCACIÓN FINANCIERA. Entre el ahorro y las deudas. Mar io N. Silber mariosilber@speedy.com.ar Si buscamos en nuestra memoria, y tratamos de encontrar el momento en el que se nos enseño algo respecto del tema en cuestión, será difícil encontrar a más de un 10 % de los consultados, que pueda responder afirmativamente que recuerda que se les enseñó en la escuela o que sus padres conversaron con él sobre el dinero. Sin embargo de adultos se nos pide que sepamos manejar el dinero. Como podemos exigir a alguien que sepa lo que no aprendió? Eso es lo que sucede con el dinero y las personas. Comenzar desde temprano, nos permitirá tener independencia financiera en nuestra madurez, y no depender de la jubilación que podamos obtener. Serán seguras las cajas profesionales o las AFJPs? Después de 30, 35 o 40 años de trabajo y aportes, es digna la jubilación que percibiremos? Incluso, en países más desarrollados, por ejemplo EE.UU., los jubilados que ganan bien solo son el 17%; los otros no alcanzan a tener una vejez digna, y viven bastante parecido a como viven acá nuestros jubilados. Siempre llega el momento, en que una persona con una profesión, con un sueldo o ingreso determinado, y con una familia, se plantea el futuro, es entonces donde esa necesidad de ahorrar aparece, para cubrir las circunstancias que se le presentarán en la vida: su futuro hogar, el estudio de los hijos, y más lejano el retiro. La sociedad ha relegado a un segundo plano, la importancia sobre este tema, a la que otras generaciones han dedicado su esfuerzo. La situación es triste cuando uno llega a viejo, no pudiendo disfrutar como debería de un standard de vida bien ganado, por todo el esfuerzo realizado durante su época activa. Podremos buscar excusas durante mucho tiempo, pero esta es la realidad que nos toca vivir. No hay quien nos pueda asegurar el futuro, más que nosotros mismos. Los más jóvenes, hoy, tienen al principal enemigo de la vida misma, que es el tiempo, a su favor.
Bien orientados e instruidos, pueden en 10, 20 o 30 años, tener no solo una vida digna, sino mucho más que eso. Desde ya, que se requiere invertir en países con estabilidad en el tiempo, como los llamados desarrollados, pero inclusive en algún país limítrofe, podemos a esta altura ver casos de inversiones y sus frutos de más de 20 años. Obviamente, el primer paso será el ahorro de parte del ingreso percibido, por cualquier actividad sea ella profesional o no. Los más pequeños deberían comenzar a aprender sobre estos temas, a fin de ir perdiendo el temor que tienen muchas de las personas mayores al respecto. Y aquí entra en juego el segundo paso necesario, que es la inversión de parte de esos ahorros, justamente pensando en el futuro por venir. No hay nada más alejado de la realidad, que pensar que inversión es sinónimo de lotería, suerte o timba. Más bien es un plan serio de protección y crecimiento de los propios ahorros, pensando en un futuro de largo plazo y un objetivo determinado de antemano. La iniciación es el momento de mayor duda, todo es nuevo, como mudarse a otra ciudad o irse a vivir a otro país. Pero puede ser más simple de lo pensado. Deberemos diferenciar entre productos de renta fija, de renta variable o de renta mixta; dejando algo de esos ahorros en efectivo para situaciones donde necesitemos liquidez. Básicamente, si falta muchos años para que llegue mi retiro, invertiré una porción mayor en renta variable, y será mayor la proporción en renta fija si me faltara poco para el retiro. Ya que si bien la inversión en renta variable es de mayor riesgo que la de renta fija, es equivocado trasladar al largo plazo, lo que si es factible en el corto plazo. El tiempo es el factor que puede atenuar la volatilidad de los activos de renta variable, y a su vez brindarle al inversor un retorno potencial, sustancialmente mayor. Aclarando en forma simplificada; al referirme a renta variable, hablo de acciones o fondos de inversión en acciones; al hacerlo de renta fija, me refiero a bonos públicos o privados, o fondos que invierten en estos instrumentos; y renta mixta sería la combinación de diferentes proporciones entre acciones y bonos, o, en fondos de inversión que tienen en sus carteras ambas variantes de instrumentos, y que además lo pueden hacer, por ejemplo, en plazos fijos y cajas de ahorro. Desde ya que esto es muy general, y variará acorde a las expectativas o a la ambición positiva que posea cada uno, a su aversión al riesgo, al horizonte de inversión propuesto, e incluso a los gustos personales en cuanto a instrumentos financieros se refiere, etc.
Cuándo será el momento de invertir para armarse de un capital a futuro?, el momento es hoy. Conociendo en que invertir, es mejor estar adentro que afuera, aunque con un objetivo a largo plazo, ya que históricamente, todos los valores, a pesar de sus correcciones naturales de precios, en el tiempo valen más. Pero veremos que la relación con el dinero no es fácil, muchas veces la sociedad en la que vivimos, nos hace pensar que las riquezas y la buena vida, son para otros, inclusive para ciudadanos de otros países más desarrollados. Cualquier individuo con un cierto capital a su disposición, puede verlo crecer en el tiempo por las oportunidades que se le presentaran; justamente por tener ese capital formado se le abrirá un abanico de opciones. Quien no lo tenga, por no haber ahorrado, por ejemplo; verá sus posibilidades reducidas. No podemos esperar a recibir una herencia, ganar la lotería u otras formas de acumular dinero; sino comenzar con la más básica y generalizada de las maneras: trabajar y ahorrar, y esta es la que depende solamente de nosotros para llevarla a cabo. Estudiar permite el acceso a empleos con mayores sueldos, y abre una puerta hacia una mayor cultura y mayores conocimientos. Benjamín Franklin dijo: Nadie logrará ser rico con lo que gana, sino con lo que ahorra. Ahora, qué es el ahorro? Si partimos de un ingreso periódico determinado; parte de este se gastará en impuestos, servicios, alimentación, vivienda, educación de los hijos, etc., o sea, en lo que se considera necesidades básicas primarias, secundarias y, de permitirlo dicho ingreso, en terciarias. Si quedara un sobrante, ese sobrante es el ahorro, que significa gasto futuro, previsto para ser utilizado en otra ocasión más adelante en el tiempo, ya sea para alguna contingencia, o para darse algunos gustos especiales, de los cuales hoy se abstiene. Del ahorro podemos pasar a la inversión, con dinero genuino proveniente del ahorro; podría ser a través del crédito, pero verán que eso no es lo que sugiero. Tratando de aclarar, la inversión puede provenir de ahorros genuinos, o no, pero si, todo el ahorro deviene del ingreso. Ahora, si ya sabemos que el ahorro es nuestra solución para el futuro, en donde radica el problema?, en el peor enemigo del ahorro, el consumo. Algunas definiciones de consumo: acción de gastar, agotar, hacer estragos, despilfarrar, hacer desaparecer, devorar, destruir totalmente, etc.; qué le parece?
Luchar contra este enemigo es, quizás, una tarea ciclópea, uno debe poseer una férrea disciplina para no dejarse arrastrar por él. Meli Mundi lo define muy bien, si queremos vivir bajo las reglas de la sociedad económica actual; hay 2 alternativas: o ganar intereses o pagar intereses. La 1º alternativa es voluntaria, la 2º es obligatoria en una sociedad normal. La sociedad se nos presenta hoy día, favoreciendo el consumo y con ello el endeudamiento, no importa el nivel de ingreso que uno perciba. Las tarjetas de crédito nos prometen un mundo mejor, sin costos adicionales mensuales ni de renovación. El gran negocio de ellas está, en los intereses que perciben por los pagos de sus clientes; como en muchos comercios donde frecuentemente la ganancia está en la financiación de la compra, y no en el margen que le deja el producto vendido en sí. No en vano algunas compañías de crédito intentaron cargarle un adicional a quienes pagaran sus compras de contado, tratándolos de tacaños a quienes deseaban pagar de ese modo. Cualquiera sea el nivel de ingreso, si se está atrapado en la vorágine del consumo, nunca nos alcanzará el dinero, y seguiremos trabajando toda nuestra vida, solo para tratar de pagar esas deudas, que bajo esta filosofía, nunca acabarán. Esto en lugar de pagarnos a nosotros mismos como primera medida, que sería lo correcto, por que somos quien generamos con nuestro esfuerzo el dinero que percibimos como remuneración. En cierto nivel de deuda, se nos haría difícil pensar en algún sueño a futuro, ya que esas deudas nos estarían agobiando mes a mes, año tras año. Incluso se llegaría a trabajar horas extras para tratar de reducir esas deudas. La solución a corto plazo no es tener un mejor ingreso, ni dejar de pagar las deudas; sino, aprender a manejar el dinero del que disponemos hoy. Más dinero con la misma filosofía nos endeudaría más aún. Hay ejemplo de cuanto se incrementa una compra si abonamos esta en cuotas mínimas y a largo plazo. En algunos casos pueden llegar hasta el 400 % y permanecer con dicho endeudamiento por más de una década. En mi opinión, siempre será más conveniente, esperar un poco y pagar las compras al contado, así nos estaremos reservando para gastar en el futuro y, por supuesto, también de contado, algún bien de mayor envergadura sin que esto represente tenernos que endeudar. Vivimos en la actualidad, en una sociedad de consumo, y los medios de comunicación son su arma. Nos llevan permanentemente hacia el consumo compulsivo, se muestra gente feliz retirando dinero de las casas de crédito, de los bancos, como si se lo obsequiaran, o personas comprando cualquier cosa solo con una tarjetita de color y esto solo los convierte en personas crédito dependientes por el resto de sus vidas; y por ello, seguramente, muchos odian al sistema financiero.
Incluso se lo llegó a denominar dinero inteligente ; aunque no se que tiene de inteligente pagar dos o tres veces más, por el mismo producto. Habrán escuchado esa frase de los 90, que dice no se lo que quiero, pero lo quiero ahora! ; justamente en eso reside la deuda excesiva, en querer y tratar de obtener todo, ya. Inclusive, se intenta hacer creer a la gente que el crédito que ellos tienen, es un aumento en los ingresos. Nada más alejado de la realidad; es una deuda, lisa y llanamente. Pero, no toda la deuda se considera mala, por ejemplo, las entidades financieras toman deuda o sea, aceptan depósitos; para luego prestarlo a tasas más altas (spread), esto sería una deuda buena, tal como tomar una hipoteca sobre una propiedad para realizar un negocio o invertir en algo, podrá ser considerada deuda buena o no, según quien lo analice. Nunca se preguntaron por que las fichas de los casinos, no tiene representado el valor monetario en ellas?, sino que se las diferencia por formato, y/o tamaño y/o siglas. Pues es muy sencillo; al igual que la gran mayoría de tarjetas de crédito o de débito, que tampoco tienen ningún símbolo monetario, produce un efecto psicológico en quien las utilice de no estar apostando o gastando, lo que realmente está apostando o gastando. Y sino me creen vean la diferencia de sensaciones que se siente al utilizar efectivo (billetes). Y, las chequeras?, otro tanto, el símbolo monetario apenas es observable. Quien, a la inversa, utilice el sistema para su propio beneficio o sea, que hace que el sistema financiero trabaje para él; muy probablemente no lo odie, quizás, hasta llegue a quererlo. BIBLIOGRAFÍA: 1)Carlino, B., Macroeconomía al alcance de todos. Ed. Macchi. 1999. 2)Erpen, M. y Stirparo, G. Introducción a los instrumentos de mercado. IAMC. 2005. 3)Escuela de Traders. Emprendimiento y Análisis Financiero. www.escueladetraders.com.3º etapa. 2004 4)Gabriel, Rennie. Generando riqueza, cualquiera sea su ingreso. Time & Money Network Ed./ Grafinor S.A. 2005. 5)Gandur, A. Microeconomía al alcance de todos. Ed. Macchi. 1999. 6)Garvie, A. y Sanyú. Economía para principiantes. Ed. Era Naciente. 1º edición. 2002. 7)Kiyosaki, R. y col. Padre rico, padre pobre. Time & money Net work editions.12º reimpresión. 2003. 8)Kiyosaki, R. y col. Guía para Invertir. Aguilar, Altea, Taurus, Alfaguara, S. A. 1º ed. 2005. 9)Meli Mundi, José. Todo sobre la bolsa. Acerca del dinero. Los toros y los osos. Dolmen Ediciones. 2ºedición. 1996. 10)Rodríguez, M. y García Fronti, J. ABC de Acciones y Bonos con Microsoft Excel. Omicron System S.A. 2002