EL RECONOCIMIENTO ACADÉMICO DE LOS PROGRAMAS DE VOLUNTARIADO COMO ESTRATEGIA PARA LA PUESTA EN VALOR DEL TRABAJO Y LA INVESTIGACIÓN PARA EL DESARROLLO DENTRO DE LAS UNIVERSIDADES. LECCIONES APRENDIDAS POR LA UNIVERSIDAD DE SEVILLA Línea Temática II: Educación para el Desarrollo Francisco J. Medina Díaz 1, Rosario López Ruiz 2 y Ana del Bosch Cárdenas 3 (1) Director de la Oficina de Cooperación al Desarrollo de la Universidad de Sevilla (2) Jefa de Servicio de Relaciones Internacionales y Cooperación de la Universidad de Sevilla (3) Oficina de Cooperación al Desarrollo de la Universidad de Sevilla RESUMEN La trayectoria de la Universidad de Sevilla en la gestión de su Programa Voluntariado Internacional en Proyectos de Cooperación al Desarrollo ha demostrado el valor de esta línea de acción para tres grupos bien diferenciados. Por un lado, el voluntariado universitario permite fortalecer a las entidades ejecutoras de acciones de cooperación al desarrollo proveyéndolas de personal voluntario que les apoye en la puesta en marcha de una o varias actividades dentro de sus intervenciones en terreno, así como la creación de sinergias entre éstas y la Universidad. En segundo lugar, el fin último del Programa es la contribución a la mejora de la calidad de vida de las comunidades que acogen a los voluntarios, motivo por el que otro de los grupos que van a recibir los beneficios del proyecto son estas mismas comunidades. Sin embargo, los beneficiarios directos del Programa son los miembros de la comunidad universitaria de la US beneficiarios de las Convocatorias de Ayudas para participar en proyectos de cooperación al desarrollo mediante Programas de Formación Solidaria y Conocimiento de la Realidad. No obstante, adicionalmente en estos últimos años se ha visto fuertemente impactada también la Universidad de Sevilla como institución, en tanto que el Programa ha permitido avanzar en la consecución del pleno reconocimiento académico de la participación voluntaria en proyectos de cooperación, así como en la puesta en valor de la investigación en torno a la cooperación, o bien la aplicable a contextos en desarrollo. Palabras clave: Voluntariado, Universidad, Investigación, Cooperación, Desarrollo EL PROGRAMA DE VOLUNTARIADO El Programa de voluntariado universitario en proyectos de cooperación al desarrollo de la Universidad de Sevilla es asumido por la Oficina de Cooperación al Desarrollo a partir de su creación en 2008, desde donde se regula anualmente la concesión de ayudas para este fin a través de una convocatoria general de Ayudas para participar en proyectos de cooperación al desarrollo mediante Programas de Formación Solidaria y Conocimiento de la Realidad, que, no obstante, ha adoptado desde su creación diversas denominaciones. Esta Convocatoria se divide, a su vez, en dos Programas diferentes y alternativos: El Programa de Formación Solidaria y el Programa de Conocimiento de la Realidad. El primero de ellos tiene por objetivo promover que los estudiantes de la Universidad de Sevilla realicen periodos formativos en el ámbito de la cooperación internacional al desarrollo, para su reconocimiento académico por parte de la Universidad. El segundo de los Programas, por su parte, está concebido en la actualidad para facilitar que el resto de miembros de la comunidad universitaria (Personal de Administración y Servicios, PAS, y Personal Docente e Investigador, PDI) apliquen su formación y experiencia en intervenciones dentro de este mismo ámbito. 1
Los puntos en común que tienen ambos programas son, por tanto, que tienen por objetivo implicar a la totalidad de los miembros de la comunidad universitaria de la US en la mejora de la calidad de vida de las comunidades en las que se desarrolla su voluntariado, poniendo a disposición de distintos actores del desarrollo (universidades, administraciones públicas y demás organizaciones de la sociedad civil) las capacidades, formación y experiencia con que cuentan como miembros de una institución de educación superior. La diferencia fundamental es que el Programa de Formación Solidaria ha sido diseñado para acometer, además, el objetivo de fomento del voluntariado con contenido académico y de logro de su reconocimiento en el ámbito de la educación formal. Desde que en el año 2008 la Oficina de Cooperación asumiera las competencias relativas a la gestión y promoción de la Cooperación al Desarrollo dentro de la Universidad de Sevilla, el voluntariado en este ámbito ha sido siempre una de las líneas de acción estratégicas destacadas en sus dos Planes Propios de Cooperación al Desarrollo (el primero para el intervalo 2008-2009 y el segundo para el 2009-2012). El Programa se enmarca en la actualidad, por tanto, dentro de la línea de actuación D del II Plan Propio de Cooperación al Desarrollo de la Universidad de Sevilla: Ayudas para el voluntariado internacional en proyectos de cooperación al desarrollo. Esta línea de actuación se establece, a su vez, en coherencia con lo dictado en la Declaración sobre Universidad: Compromiso Social y Voluntariado, consensuada por la universidades españolas y presentada a la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) para su aprobación en 2001, con el fin de complementar la Estrategia de Cooperación Universitaria al Desarrollo (ESCUDE, 2000) en lo correspondiente al ámbito de la participación social y la acción voluntaria. De este ámbito se dice que debe concebirse en las universidades desde su base estructural, contribuyendo desde la docencia y la investigación a formar en valores de compromiso social y en aplicaciones prácticas de las diversas titulaciones. Adicionalmente, el documento extiende las recomendaciones a lo relativo a la base organizativa del voluntariado, instándose para ello a la creación de estructuras de gestión del voluntariado y de otras acciones de trabajo en este ámbito. La propuesta se posiciona, pues, del lado del compromiso de las Universidades españolas en esta materia, pero también del compromiso articulado en los Estatutos de la Universidad de Sevilla de aplicación del conocimiento en la generación de iniciativas de progreso social, a través, se dice, del fomento de la cooperación con instituciones y organizaciones sociales. Igualmente se posiciona en coherencia con la política de cooperación al desarrollo andaluza en tanto que busca la generación de sinergias con otros agentes de la cooperación, proveyéndolos de recursos humanos cualificados para el desarrollo de sus proyectos en terreno. En este sentido, se alinea con lo recogido en el Plan Andaluz de Cooperación al Desarrollo (2008-2011), dentro de cuyo Objetivo Específico 5 Mejorar las capacidades de los agentes de la cooperación internacional y apoyar sus intervenciones, la línea prioritaria 3 insta a dar apoyo al voluntariado y a los cooperantes. Se entiende, de este modo, que el voluntariado beneficia por una parte a los propios sujetos que lo realizan, fortaleciendo, a su vez, a los distintos actores de la cooperación cuyos proyectos se ven provistos de capital humano cualificado en las distintas ramas del conocimiento. Al voluntario, por su parte, el programa le permite ampliar su horizonte profesional aplicando sus conocimientos a una causa comunitaria y formándose en la práctica sobre la metodología de trabajo desarrollada en proyectos de cooperación al desarrollo, tomando conciencia al mismo tiempo de ser parte de la sociedad y de la responsabilidad que, como parte que es, tiene hacia ella. Por todo lo señalado, la Oficina destina una partida presupuestaria anual para la promoción del voluntariado universitario, que sin embargo empezó a demostrarse insuficiente a partir de la edición 2009/2010 del Programa, cuando se registró un aumento sin igual de la demanda tanto por parte de los miembros de la comunidad universitaria, como por parte de las entidades solicitantes de voluntarios universitarios. Así pues, para dar respuesta a esta demanda, las ediciones 2011, 2012 y 2103 del Programa han contado con la cofinanciación de la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional al Desarrollo (AACID), lo que ha permitido aumentar tanto el número de ayudas otorgadas, como la duración media de las estancias y la calidad de las plazas que se han ofertado, cada vez un mayor número de ellas con obtención de reconocimiento académico formal. Gracias a los esfuerzos realizados, en los cuatro años que van desde 2009 hasta el momento ya han sido enviados unos 500 voluntarios de la Universidad de Sevilla a participar en un total de 180 proyectos diferentes. Asimismo, 150 de estos voluntarios se han beneficiado del Programa de Formación Solidaria, contribuyendo a 2
abrir la brecha del reconocimiento formal de estas prácticas dentro del ámbito universitario de la US, que hasta la presente edición del Programa no había sido un reconocimiento pleno para todo el alumnado. Sin embargo, en el año 2013 se introduce la novedad de que todos los estudiantes que participen en el Programa obtengan reconocimiento por ello, ya sea como parte de sus proyectos Fin de carrera o de Grado, trabajos Fin de Máster o Experto, Tesis Doctoral o Practicum, o bien como actividad reconocida con créditos ECTS o libre configuración, para el caso de aquéllos que no vinculen su estancia a alguno de los primeros. Por ello, la participación de la totalidad del alumnado queda en la actualidad vinculada al Programa al Programa de Formación Solidaria, mientras que el Programa de Conocimiento de la Realidad queda restringido al Personal de Administración y Servicios (PAS) y al Personal Docente e Investigador (PAS) de la Universidad. En este sentido, tal y como reconoce la Universidad de Sevilla en sus Estatutos y en diversas normativas que se desprenden de ellos, el Programa contempla ya el derecho del alumnado de la US a obtener reconocimiento académico por su participación en actividades solidarias y de cooperación. El Programa se inserta, de este modo, en la lógica de formar y sensibilizar a la comunidad universitaria en la materia que nos ocupa, participando de una estrategia integral que incluye tanto herramientas de educación para el desarrollo y de formación de cooperantes mediante cursos de especialización, como la intervención en procesos educativos dentro del ámbito formal, aprovechando por ejemplo el Practicum de las titulaciones y los proyectos Fin de Carrera o Fin de Master para impulsar el reconocimiento académico de los programas de investigación en cooperación al desarrollo y de aprendizaje-servicio. Asimismo, la promoción de la participación del resto de comunidad universitaria, PDI y PAS, se concibe como una necesidad estratégica al servicio del objetivo anterior, pero también en tanto que un fin en sí misma, ya que permite que los miembros de estos dos colectivos conozcan otras realidades y aprendan el valor de la participación voluntaria en los procesos de transformación social. En este sentido, la formación integral y crítica del alumnado (y del resto de la comunidad universitaria) se consigue con la inserción del programa de voluntariado dentro de una estrategia más amplia de educación para el desarrollo, de sensibilización y de intervención en los procesos educativos de la enseñanza superior, a través de la búsqueda de un reconocimiento académico cada vez mayor del trabajo en proyectos de desarrollo en terreno y de la investigación en el ámbito de la cooperación al desarrollo. Por su parte, la contribución del Programa al desarrollo se produce en gran medida con el fortalecimiento de las estructuras democráticas y de las organizaciones de la sociedad civil mediante la provisión de personal que, puesto al servicio de sus programas de desarrollo, es solicitado por las propias organizaciones en función de sus competencias curriculares y para realizar un trabajo concreto y cualificado. La aparición de la Oficina de Cooperación al Desarrollo de la US ha supuesto un antes y un después en la integración de las actividades enmarcadas en este ámbito dentro de la Universidad de Sevilla. Desde ese momento, se ha producido una importante eclosión del interés de la comunidad universitaria por todo lo relativo al ámbito de la cooperación internacional para el desarrollo, registrándose un aumento de la participación en el marco de todas las líneas de actuación establecidas en los dos Planes Propios de Cooperación (2008-2009 y 2009-2012). En este contexto, no obstante, algunas de estas líneas han demostrado ser más integradoras que otras, destacando, por su capacidad de atraer a un mayor número de personas, la línea de voluntariado universitario y las acciones de formación y sensibilización en este campo. El motivo de su éxito reside en que ambas líneas se configuran, retroalimentándose entre sí, como una oportunidad excepcional para llevar a cabo las primeras tomas de contacto de la comunidad universitaria en el ámbito de la cooperación, tanto desde el punto de vista teórico (formación y sensibilización) como desde el punto de vista práctico (voluntariado universitario), si bien ambas estrategias pueden y deben- entrelazarse. Por ello, la Universidad de Sevilla contextualiza el Programa de Voluntariado en el marco más amplio de una cada vez más institucionalizada estrategia de cooperación universitaria al desarrollo, al servicio de los principios fundamentales estatutarios de la Universidad, y una de cuyas caras más visibles es la proliferación de actividades formativas, de sensibilización y educación para el desarrollo en el ámbito de la cooperación internacional. 3
Esto ha potenciado, por una parte, la disposición creciente de sus miembros para participar de forma activa en programas de voluntariado internacional, y, por otra, que su participación en éstos quede dotada de una significación compleja, completa y crítica acerca de la desigualdad de los procesos de desarrollo en el mundo y sus causas. En esta línea, la Oficina de Cooperación al Desarrollo de la US organiza -o apoya a otros agentes para su organización en la Universidad- una media de 30 ó 35 actividades de este tipo cada año, además de haber puesto en marcha dos Curso de Experto Universitario en materia de Género y Desarrollo y de Gestión de Intervenciones de Cooperación Internacional, respectivamente. Asimismo, el Programa de Voluntariado cuenta con sendas formaciones previa y posterior a las experiencias de trabajo en terreno de sus participantes. LOS BENEFICIARIOS DEL PROGRAMA Tal y como se ha señalado con anterioridad, la población destinataria del Programa está compuesta por todos los miembros de la comunidad universitaria de la Universidad de Sevilla, conformada por estudiantes, Personal Docente e Investigador, así como Personal de Administración y Servicios. Sin embargo, a efectos prácticos la conforma mayoritariamente el alumnado, pese a que en la actualidad nos encontramos trabajando para aumentar el número de PDI y PAS que participan en el Programa. Este fenómeno interpretamos que tiene lugar porque el Programa de Voluntariado se erige como la oportunidad para llevar a cabo las primeras tomas de contacto prácticas de la comunidad universitaria en el ámbito de la cooperación, mientras que otras líneas de acción, como nuestra Convocatoria de Ayudas para la realización de Actividades y Proyectos, tienen como destinatario a personal con cierta trayectoria en este campo, quedando conformado este grupo sobre todo por personal docente e investigador. No obstante, desde la Oficina de Cooperación al Desarrollo de la US reconocemos y reivindicamos el valor de fortalecer una línea de acción que permite facilitar las primeras experiencias en el campo de la cooperación de los futuros profesionales en las distintas ramas del conocimiento. Por todo lo anterior, el Programa permite enmarcar estas primeras experiencias dentro de una estrategia más amplia de formación crítica y en valores dentro de la Universidad, posibilitando además que sus participantes aprendan que pueden y deben- poner al servicio comunitario las competencias adquiridas durante su formación académica o su experiencia profesional. Se trata de invitarles a formar parte de los procesos de desarrollo, transformación social y mejora de la calidad de vida de comunidades que no son ajenas a ellos, sino de las que forman parte como miembros de una comunidad global. Por otro lado, teniendo en cuenta otras variables además del colectivo universitario al que pertenecen sus beneficiaros, la población destinataria del Programa comprende perfiles de todas las áreas del conocimiento (perfiles técnicos, de ciencias sociales, humanas, jurídicas, experimentales y de la salud), si bien las titulaciones de ciencias sociales aún siguen sobrerrepresentadas en el caso de los alumnos. Por sexo, sí que existe una prevalencia rotunda en la participación de mujeres en el Programa, que se encuentra en torno al 70% frente al 30% de hombres. Todo ello a pesar de que las diferencias entre el número de hombres y mujeres que conforman la comunidad universitaria de la US no es significativa, y a pesar de que no existen diferencias por razón de sexo ni en las bases de la Convocatoria ni en las plazas que se ofertan. Ambas variables, sin embargo, podrían estar relacionadas entre sí, ya que aunque se trata de un hecho en proceso de reinversión, las mujeres siguen siendo mayoría en las titulaciones en las que se enmarcan el grueso de las plazas: las de ciencias sociales. En este sentido, las bases de la Convocatoria regulan los criterios por los que rige la selección de voluntarios, que premian los acercamientos y el interés del solicitante por la cooperación, el desarrollo y el voluntariado social, así como la adecuación entre perfil-plaza, al objeto de que el voluntario haga el mejor trabajo posible dentro del proyecto. Así pues, los criterios de selección de los beneficiarios pasan por: (1) Adecuación de la plaza al perfil académico o profesional del solicitante, (2) Formación o experiencia en cooperación al desarrollo o voluntariado, (3) Formación y experiencia en el área de intervención del proyecto, y (4) En su caso, 4
conocimiento del idioma requerido por el proyecto. Asimismo, a la hora de realizar la selección, tienen prioridad las plazas ofertadas por la Oficina y, por encima de todo, las de Formación Solidaria, que responden al objetivo estratégico de la US de fomento de la investigación en cooperación al desarrollo y de inserción del voluntariado en este campo dentro del ámbito académico formal. Por otra parte, las entidades que pueden recibir voluntarios a través del Programa de Voluntariado de la US son tanto universidades (u otros centros educativos superiores o de investigación) como administraciones públicas y organizaciones de la sociedad civil, siempre que las plazas se inserten en proyectos que sean efectivamente de cooperación internacional para el desarrollo. La mayor parte de ellas están localizadas en la Comunidad Autónoma de Andalucía, aunque también trabajamos directamente con entidades locales de los países en los que los voluntarios realizan su trabajo, en cuyo caso la trayectoria de colaboración que hemos mantenido con ellas las avala. El número de entidades participantes en el Programa suele ser de 40 a 50 anuales, si bien se trata de un dato con tendencia al alza. Así pues, las dos formas que existen para canalizar la participación de las entidades de cooperación que deseen participar en el programa son: la participación de entidades a través de la oferta de plazas ofertadas por la Oficina y la participación de entidades previa solicitud del interesado en participar en un proyecto no ofertado dentro de la Convocatoria. Para el primero de los casos, desde la Oficina de Cooperación se invita a participar a todas las entidades interesadas a través de la remisión de un formulario que deberán cumplimentar para solicitar que sus plazas de voluntariado sean ofertadas de forma anexa a la Convocatoria. Posteriormente, desde la Oficina se seleccionan todos aquellas plazas que cumplan con los objetivos generales de la Convocatoria (que se inserten en proyectos para el desarrollo y que lleven un perfil curricular específico asociado), así como que presenten de forma clara y definida los siguientes aspectos: (1) Coherencia y calidad técnica del proyecto en que se insertan, (2) Propuesta de actividades para cada uno de los voluntarios, y (3) Disposición de los medios materiales, personales y económicos necesarios para llevar a cabo dichas actividades y para el buen funcionamiento del voluntariado. Para el segundo de los casos, por su parte, es el propio miembro de la US interesado en participar en un voluntariado dentro de un proyecto no ofertado el que contacta con la entidad responsable y le solicita la cumplimentación del formulario establecido para ello (muy similar al anterior). Este documento deberá ser entregado por el propio solicitante de voluntariado, junto con su solicitud de ayuda, que será estudiada de manera paralela al estudio del proyecto presentado y en los mismos términos en que se analizan las plazas en la opción primera. En uno y otro caso y una vez cubiertas las plazas tras la resolución de la Convocatoria, la entidad se hace responsable del cumplimiento de las condiciones descritas en la solicitud de voluntarios. De esta manera, la versión final de los formularios es empleada como cartas de compromiso a cumplir por las entidades que recibirán voluntarios, estando éstas obligadas a notificar cualquier cambio de las condiciones descritas en la solicitud. Esto incluye la vigencia del proyecto, la realización de las actividades previstas por parte del voluntario, así como la existencia de los recursos materiales, personales y económicos previstos para su puesta a disposición del voluntariado. 5