FASCISMO Y NAZISMO: LA CRISIS DE LAS DEMOCRACIAS (1920-1945).



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FASCISMO Y NAZISMO: LA CRISIS DE LAS DEMOCRACIAS (1920-1945). Esquemas. 1. INTRODUCCIÓN. 2. EL FASCISMO ITALIANO Orígenes y antecedentes 2.1.1. Bases ideológicas y sociales del fascismo. 2.1.2. Mussolini. 2.1.3. La ascensión al poder: Causas y desarrollo hasta 1922. 2.2. La creación del estado fascista italiano: 1922-1926. 2.3. El Estado Corporativo Fascista: 1926-39. EL NAZISMO ALEMÁN. 3.1. Contexto histórico. La República de Weimar (1919-1933). 3.2. El nacional socialismo alemán. Orígenes e ideología. 3.2.2. La carrera hacia el poder (1923-1933). 3.2.3. Los nazis en el poder. 3.2.3.1. La revolución legal (1933-1934). 3.2.3.2. La revolución nazi (1934-1939). El III Reich. La política exterior. Política ideológica y propagandista. El Estado policial y la persecución judía. La Economía. La sociedad. BIBLIOGRAFÍA. 1. INTRODUCCIÓN. Los antecedentes y causas generales de la aparición de los fascismo hay que buscarlas en: La I Guerra Mundial y sus consecuencias. La crisis económica de posguerra empujo a muchos ciudadanos hacia ideología antidemocráticas, a las que también se unieron muchos excombatientes desencantados y clases medias arruinadas por la inflación. El descontento por la humillación de los tratados de París provocó una radicalización del nacionalismo revanchista en diversos países. Crisis económica de 1929. La crisis económica desencadenada desde el 29 reprodujo en Alemania las consecuencias de la posguerra (Paro, inflación, hambre) y arrastró a muchas personas hacia el partido nazi, tanto de las afectadas por le paro como de entre las clases altas que veían en el nazismo o el fascismo la garantía del orden y de sus privilegios. Antecedentes ideológicos y culturales: El nacionalismo surge en el siglo XIX, y sus variantes más radicales, expansionistas y patrióticas, ligadas muchas veces a la unidad de raza, etnia, etc., también aparece antes del siglo XX. El antisemitismo es una corriente histórica en Europa desde la Edad media y algunos nacionalismos fundamentados en la unidad de raza contribuyeron a reavivarlo a finarles del XIX. Así mismo, las teorías racistas decimonónicas del Chamberlain o Gobineau servirán para construir los pilares del racismo nazi. La crisis política de los sistemas democráticos se recrudece a partir de la I Guerra mundial, así como la crisis de valores de la sociedad burguesa, aunque ya flotaba en el ambiente desde años antes, incluso con análisis teóricos como el de Oswald Spengler en El ocaso de occidente, que auguraba un triste futuro para un sociedad, según él, decadente y que necesitaba nuevas metas y nuevos valores. Pág. 1. Tema: Fascismo y nazismo: La crisis de las democracias: 1920-1945. Albinoo Feijóo Gómez.

I.E.S. Virgen del Puerto. Departamento de Historia. Hª Contemporánea de Bachillerato. Estos antecedentes o causas generales explican la aparición de unas ideologías antidemocráticas y revolucionarias, que por la derecha desembocaran en lo que llamamos fascismos, con unas características comunes. Se trata de ideologías muy influidas por la filosofía irracionalista, basadas en un nacionalismo radical que exalta al Estado por encima de la nación, el pueblo, el individuo o el propio sistema de gobierno. Establecen como objetivo primordial la conquista del poder para llevar a cabo la revolución ideológica propuesta, guiados por la figura del Líder como Jefe Supremo y Guía con un gran carisma personal como principal virtud. Son ideologías autoritarias y rechazan el liberalismo (sufragio, el parlamentarismo) y las ideologías socialistas. Proponen un régimen político en el que el gobierno lo ejerzan los más fuertes, creando estados corporativos, con un partido político único, defensor del nacionalismo más radical y que defienda el territorio nacional y el derecho a extenderse territorialmente. Consiguieron amplios apoyos sociales entre los excombatientes de la I Guerra Mundial, jóvenes universitarios frustrados, clases medias amenazadas por la crisis económica, obreros en paro, terratenientes y grandes industriales, y sectores del ejército y burócratas que veían peligrar sus trabajos en períodos de crisis. En el período de entreguerras se produce una expansión de los regímenes autoritarios por todo el mundo, aunque no todos pueden ser calificados como puramente fascistas (según los cánones del fascismo italiano y el nazismo alemán), al tratarse más bien de dictaduras personales y regímenes pretorianistas o autocráticos. El siguiente cuadro resume la mayoría de los regímenes dictatoriales del período de entreguerras: España. Dictadura de Primo de Rivera desde 1923. Portugal: Dictadura de Salazar desde 1926. Italia (1922) y Alemania (1933), serán los dos regímenes fascistas a imitar por el resto. Japón: Monarquía autocrática y liderazgo gubernativo del general Tojo. Polonia: Pilsudski desde 1926. Hungría con Michael Karoli primero y con Horthy desde 1923 después de acabar con la revolución comunista de Bela Kun. Yugoslavia: En 1921 se aprueba la Constitución monárquica de servios, croatas y eslovenos en 1921 y la creación de Yugoslavia, pero la constitución será suspendida en 1929, y en 1934 fue asesinado el rey Alejandro I, sustituyéndole en el gobierno el regente Pablo que establece una constitución más democrática, pero los enfrentamientos étnicos desencadenados en los años 30, desemboca en la dictadura de los croatas y el partido Ustachi pro Hitler desde 1941. Turquía: Kemal Ataturk crea estado moderno mediante dictadura desde 1923. Austria: Régimen presidencialista de Canciller Dolffus desde 1933 hasta su asesinato, y toma del poder por partido nazi de Seys-Inquart en 1938. Rumania: Dictadura de Carol I desde 1930. Bulgaria: Dictadura monárquica. Grecia: Autoritarismo de Venizelos hasta 1928, y después del rey Jorge II y de Metaxas desde 1928. En Gran Bretaña (Oswald), Bélgica (rexismo), Francia, etc., también hay fuertes partidos fascistas, pero no logran imponerse en el gobierno. Además, aparecieron muchos partidos inspirados en el fascismo italiano o el nazismo alemán: La Falange Española, fundada en 1933 por José Antonio Primo de Rivera; la belga Rex (de Cristo Rey), fundada por Leon Degrelle en 1935; la Unión de Fascistas Británicos de Oswald Mosley; la Unión Nacional de Vidkun Quisling en Noruega en 1933; el Partido Popular de Jacques Doriot (1936) en Francia EL FASCISMO ITALIANO. 2.1. Orígenes y antecedentes. 2.1.1. Bases ideológicas y sociales del fascismo. La palabra fascismo proviene de los fasces o haz de varas del mismo tamaño, atadas alrededor de un hacha, que simbolizaban la autoridad de los magistrados romanos. El termino fascismo se utiliza para definir movimientos político-ideológicos autoritarios, antimarxista y antidemocráticos, que pretenden crear un Estado autoritario dominado por un partido único. El fascismo, como el nazismo, surge de las corrientes del pensamiento europeo de finales del s. XIX y principios del XX, que teorizan sobre la crisis del racionalismo y del positivismo, y crean el pensamiento irracionalista, subjetivo y pesimista. En Alemania los Discursos a la nación alemana de Fitche sirven de inspiración al ultra nacionalismo germánico, el concepto de superhombre de Nietzsche será reinterpretado por el racismo ario, y de las teorías del geógrafo Ratzel surge la idea del espacio vital. El fascismo italiano bebe de estas fuentes, además de las puramente italianas: El nacionalismo de Manzini, la Pág. 2. Tema: Fascismo y nazismo: La crisis de las democracias: 1920-1945. Albinoo Feijóo Gómez.

Esquemas. teoría de la función de las élites de Pareto, la teoría del uso de la violencia de Sorel, el nacionalismo irredento de D Annunzio, etc. Teóricamente el fascismo se construye con trozos de teorías oportunamente reinterpretadas, pero con unas ideas básicas muy atrayentes para diversos sectores sociales: La idea de un pueblo elegido para una misión superior, que enlaza con la superioridad de raza; el rechazo a los intelectuales y al pensamiento crítico que extiende la duda sobre los valores tradicionales; la obediencia al líder resumida en el lema de Mussolini "credere, obedire, combatere"; la estructuración de un estado orgánico en torno a supuestas entidades naturales (familia, municipio, gremio); el gobierno de los más fuertes o las élites, que rechaza el sistema democrático basado en la separación de poderes, la pluralidad ideológica, o el principio de la igualdad de todos los hombres. Estos cimientos ideológicos servirán para construir una doctrina simple, pero efectista, basada en: 1. Estado todopoderoso, al que se subordinan las voluntades individuales. No hay división de poderes y el Estado impide toda oposición, controla policía, educación, economía, ejército, pensamiento, ordenamiento social, sin ningún tipo de garantías constitucionales 2. Protagonismo de las élites, como minoría dirigente 3. Existencia de un jefe carismático, como líder y guía, con autoridad indiscutible 4. Expansionismo territorial para superar la frustración de las pérdidas de la guerra a costa de la expansión colonial, para crear un imperio que cubra las necesidades vitales (Espacio Vital o Lebensraum alemán) 5. Rechazo de las ideología socialistas y liberales, así como del pensamiento racionalista, sustituido por el irracionalismo, la acción directa, etc. La propaganda fascista fue fundamental para lograr apoyos sociales, mediante la demostración de fuerza y dominio de la calle, el ofrecimiento de confianza, la protección del líder al que se obedece y se sigue hasta el final(miedo a la libertad). Esta propaganda, además, sabe crear enemigos ficticios a los que culpabilizar de todas los fracasos. Por todo esto las bases sociales que apoyaron al fascismo italiano fueron variadas, ya que ofrecía la posibilidad de superar la lucha de clases, no sólo entre proletariado y burguesía, sino también entre los privilegiados de siempre y la pequeña y mediana burguesía victimas de la crisis económica. Inicialmente fue apoyado por las grandes industriales y financieros (El fascismo ofrecía orden, expansión económica y frenar el marxismo), pero pronto recibió también el apoyo del ejército y la Iglesia, de las clases medias arruinadas por la crisis económica y deseosas de orden social, de funcionarios que buscaban en el Estado nacional su seguridad económica, y de muchos obreros-parados desengañados del liberalismo y el socialismo. 2.1.2. Mussolini. En este entorno aparece la figura de Mussolini, nacido en 1883 en Dovia di Predappio (Forlì), y militante del Partido Socialista Italiano (PSI) desde 1900. En 1902 huyó a Suiza para eludir el servicio militar. Regresó en 1904 y ocupó su plaza de maestro de escuela hasta 1909, en que se trasladó a Trento para dirigir el semanario L avvenire del Lavoratore, antes de trasladarse a Forlí para dirigir la federación socialista provincial y el semanario La Lotta di Classe. Ideológicamente estaba muy influido por Marx, Nietzsche, Pareto y Sorel. Fue encarcelado en 1911 por participar en las protestas contra la guerra italo-turca por la posesión de Libia. En 1912 fue nombrado director del periódico oficial del PSI, Avanti. Cuando estalla la I Guerra Mundial el PSI y Mussolini se muestran contrario a participar en el conflicto, pero pronto cambió de opinión, enfrentándose al partido, y fue expulsado del mismo. En octubre de 1914 fundó Il Popolo d Italia, con el apoyo económico de algunos Industriales y sectores internacionales que deseaban la entrada de Italia en la guerra (socialistas franceses y belgas, embajada francesa). Cuando Italia decidió entrar en la guerra a favor de la Entente, Mussolini se alistó como voluntario en mayo de 1915 y combatió hasta resultar gravemente herido en febrero de 1917. Al terminar la guerra funda el primer Fascio di Combate en Milán, y el 21 de marzo de 1919 los Fasci Italiani di Combattimento, que se llenan de militantes procedentes de diversas tendencias ideológicas, pero todos imbuidos de un nacionalismo fanático y su rechazo al marxismo y al liberalismo, adoptando pronto formas paramilitares con los Camisas negras (en italiano, camicie nere), pertenecientes a las llamadas Squadre d'azione. Estos militantes intervinieron violentamente contra los huelguistas y ocupantes de fábricas en el norte de Italia en 1919 y 1920, y en octubre de este año obtienen el apoyo financiero de la Confindustria (la patronal industrial. En 1921 funda el Partido Nacional Fascista, pero en las elecciones de ese año sólo logró 36 escaños de los 520 del Parlamento, pero fortalece el partido incorporando a los camisas negras como una milicia nacional y, un año después, creando el Gran Consejo Fascista como principal órgano de dirección del partido. 2.1.3. La ascensión al poder: Causas y desarrollo hasta 1922. La Primera Guerra Mundial dejo enormes secuelas económicas, sicológica, políticas y sociales. Los excombatientes se convirtieron en desarraigados sin trabajo, nostálgicos de la vida castrense y lo que implicaba de seguridad, orden y disciplina. Pág. 3. Tema: Fascismo y nazismo: La crisis de las democracias: 1920-1945. Albinoo Feijóo Gómez.

I.E.S. Virgen del Puerto. Departamento de Historia. Hª Contemporánea de Bachillerato. Consideraban que no se les había reconocido su esfuerzo de guerra y despreciaban el egoísmo burgués y proletario, que ponían sus intereses de clase por encima del interés heroico del Estado. Además, Italia no había obtenido compensaciones territoriales de la guerra, y por ello apoyan movimientos irredentistas como el de D'Anunzio. La desilusión por los efectos de la I Guerra Mundial y, sobre todo, por no haber conseguido lo que pretendían en lo referente a la recuperación de los llamados territorios irredentos (Fiume, Tirol e Istria) y a la expansión imperialista por África, provocó la aparición de un nacionalismo radical encabezado por D Anunzzio y sus jóvenes seguidores, que llegaron a ocupar Fiume hasta que la SDN les obligó a abandonarla. La crisis económica de posguerra provocó una gran inflación y una crisis de producción, lo que aumentó el paro y la consiguiente agitación social, con las ocupaciones de fábricas en 1920-21 y las revueltas agrícolas de la misma época. Esto alertó a las clases ricas y partidarias del orden socioeconómico establecido, que se inclinaron del lado de opciones políticas que ofreciesen autoridad y orden. La reconversión de la industria de guerra fue lenta y dramática, provocando enormes índices de paro y arrastrando a los trabajadores hacia ideología muy radicales (marxismo y fascismo). Los grandes empresarios, aterrados ante la posibilidad de una revolución socialista que les quitase sus propiedades y poder, abandonaron el liberalismo democrático en favor del fascismo, que les prometía acabar con las revueltas obreras y un futuro económico basado en el desarrollo industrial para hacer frente al crecimiento de las infraestructuras y del ejército. La miseria de las clases medias y bajas, el campesinado, rentistas y pequeños propietarios, por culpa del paro, inflación y devaluaciones monetarias, favorecieron el ascenso del fascismo. La crisis política del estado italiano era una constante desde su nacimiento como nación, con un Parlamento ineficaz, múltiples gobiernos en cortos períodos de tiempo, partidos débiles, y corrupción generalizada. El sistema parlamentario italiano no supo afrontar la crisis e impedir el ascenso del fascismo. Los socialistas se dividían en moderados y radicales (estos últimos generaban miedo en muchos sectores sociales por su idea de ocupa de tierras y fábricas). El Partido Popular, fundado en 1919 por Luigi Sturzo, tampoco garantizó la estabilidad, y su apoyo a las clases altas le hicieron adoptar medidas que favorecieron el ascenso del fascismo. El ascenso al poder del fascismo en Italia se fragua entre 1919 y 1922, después de la creación de los Fascio di combatimento y del Partido Fascista. Utilizarán la violencia contra obreros, campesinos, sedes socialistas, ayuntamientos socialistas, etc., apoyados por la financiación de los empresarios para crear brigadas paramilitares al servicio de estos empresarios para abortar huelgas y extender el terror. La violencia les permite hacerse con el poder en la calle, dando la impresión de ejercer un control superior al que realmente les correspondía por su fuerza parlamentaria y su número de militantes. Las campañas de propaganda tendrán una gran repercusión popular y les convierten, para muchos, en los garantes del orden, los valores patrios, los defensores de Italia. Los diferentes gobiernos (casi siempre liderados por la derecha católica del Partido Popular) toleran la violencia fascista, ignorándola o aceptándola como un mal menor para evitar revueltas izquierdistas. Gobierno, ejército, terratenientes, industriales, poder judicial y policía consienten esa violencia, como si los fascistas fuesen sus aliados y los izquierdistas sus enemigos. La dimisión de Giolitti (P.P.) en 1922 provoca sucesivas crisis de gobierno que los fascistas sabrán aprovechar para tomar definitivamente el poder, a pesar de su exigua representación parlamentaria (36 escaños de 540). Los socialistas no logran extender sus bases sociales, desprecian las exigencias de los excombatientes y contribuyen a la inestabilidad política, convocando huelgas organizadas por la Federación de Trabajadores de la Tierra y la convocatoria de la huelga general del 1 de agosto. Esta huelga será el inicio del ascenso al poder, ya que son los fascistas los encargados de reprimirla y abortarla, en defensa de la propiedad y el orden, mientras que el gobierno de Facta dimite al negarle el Rey su apoyo para declarar el Estado de sitio. Desde Agosto de 1922 Mussolini planea la Marcha de los Camisas Negras sobre Roma, que finalmente se produce el 28 de octubre, reclamando el poder. El 29 de Octubre de 1922 Victor Manuel III, impresionado por la demostración de fuerza fascista en la represión de la huelga y con la marcha sobre Roma y temeroso de un golpe de estado, nombra a Mussolini Primer Ministro, y este forma un gobierno de concentración (1922-1925) que incluye a dos ministros fascistas y el resto liberales, generales de prestigio, conservadores y populares, pero excluye a políticos de izquierda. 2.2. La creación del estado fascista italiano: 1922-1926. El número de militantes del Partido Fascista crece en progresión aritmética y poco a poco el los órganos del partido se confunden con las instituciones del Estado. Se utilizan los mecanismos del estado para acabar violentamente con la oposición de izquierda, aun a costa de perder el apoyo del Partido Popular, que abandona el gobierno. En 1924 Mussolini logra el apoyo parlamentario para cambiar la Ley electoral (Se concedía la mayoría de diputados al partido que obtuviese más del 25% de los votos) para asegurarse la mayoría parlamentaria y evitar la inestabilidad gubernativa. Este mismo año Mussolini ya había adoptado el título de Duce (Jefe) y el Gran Consejo Fascista (órgano del Partido Fascista creado en 1922) ya se había convertido en su principal apoyo y consejero. Manteniendo las formas legales y apoyándose en el parlamento, Mussolini, poco a poco, va creando la legislación necesaria para monopolizar el poder en su persona y en la del Partido Fascista, cuyos Fascios Pág. 4. Tema: Fascismo y nazismo: La crisis de las democracias: 1920-1945. Albinoo Feijóo Gómez.

Esquemas. paramilitares actuarán en la calle con casi total impunidad. El triunfo electoral en el sur y centro de Italia, aunque no en el norte, le da mayoría parlamentaria, pero todavía existía una oposición política muy activa. El asesinato del diputado socialista Matteotti provocó un momento de debilidad, pero el Rey no retiró la confianza a Mussolini, y el 3 de enero de 1925 pronuncia un discurso que se considera el origen del definitivo régimen totalitario fascista, ya que a continuación: se suspenden periódicos, se prohíben reuniones, se inician los registros domiciliarios y las detenciones. Los socialista abandonan el Parlamento y el 24 de diciembre y Mussolini es nombrado Jefe de Gobierno con unos poderes casi absolutos, que le convertían de facto en un dictador. 2.3. El Estado Corporativo Fascista: 1926-39. Políticamente, a pesar de la acumulación de poder en la figura de Mussolini y de la confirmación del Partido Fascista como única fuerza política, durante un tiempo se intento mantener una legalidad aparente con el Parlamento como supuesto principal órgano rector del Estado italiano. Sin embargo el avance en la creación de un estado fascista dictatorial resultó imparable a través del aumento constante del poder del Duce (Mussolini) y del monopolio político del Partido Fascista, aunque éste pierde poder frente al Duce. El Gran Consejo Fascista, principal institución rectora del Partido Fascista, acaba convirtiéndose en 1928 en un órgano constitucional supremo. El totalitarismo dictatorial se resume en una celebre frase de Mussolini: "Todo en el Estado, nada fuera del Estado, nada contra el Estado". Mediante la creación de la OVRA (Policía política) se elimina definitivamente toda oposición política mediante la represión, utilizando la Ley de Defensa del Estado, los tribunales especiales para delitos políticos y la pena de muerte, como instrumentos de control y poder. Los Pactos de Letran con la Iglesia en 1929 significan el reconocimiento del Estado italiano por parte del Papa, poniendo punto y final a un conflicto que se arrastraba desde el proceso de unificación italiana, y la creación del estado Vaticano como entidad completamente independiente de Italia. El control del estado no abarcará sólo a la política y las instituciones públicas, sino también ala sociedad, la educación, la cultura La Carta del Trabajo de 1927 establecía definitivamente el estado corporativo y el sindicalismo vertical, encuadrando a todos los trabajadores y empresarios en un único sindicato, y a todos los italianos en tres instituciones fascistas: Los Balillas (Niños y adolescentes), los Universitarios Fascistas, y la Opera (resto de la población). En 1931 prácticamente toda la población estaba encuadrada en las diferentes organizaciones del Partido Fascista y del Estado Corporativo, y los que no habían sido todavía reclutados, como los profesores universitarios, fueron obligados a jurar fidelidad al fascismo: De 1200 sólo se negaron 12. A medida que avanza la década de los 30 el culto a la personalidad del Duce se convierte en absoluto, al tiempo que se produce un acercamiento a la Alemania nazi y una mimetización de muchos aspectos del nazismo alemán. Solo la Iglesia, después de un período de sintonía con el régimen que culminó con los Pactos de Letran, mostrará en los años 30 cierta discrepancia: En la encíclica "Non abbiamo bisogno", el Papa Pio XI criticará muchos aspectos del fascismo. Se abordó, además, toda una política cultural propagandista consistente en la fascistización de la enseñanza y la cultura, exaltando la cultura clásica greco-latina, el ultra nacionalismo, los valores tradicionales, la disciplina, y también la modernidad de los nuevos inventos y la industria como logros del régimen. En lo que respecta a la economía, Mussolini aplicó las recetas típicas de los estados totalitarios: Mantener una economía capitalista con una fuerte intervención estatal. Se impuso el objetivo de la autarquía económica, pero resultó imposible por las carencias de Italia en lo referentes a fuentes energéticas y materias primas. Intentó acabar con las importaciones agrícolas impulsando las mejoras técnicas y las ayudas a este sector, pero nunca se logró un autoabastecimiento alimenticio completo. Sin embargo, si se cosecharon importantes éxitos en el sector industrial, producción de energía eléctrica y mejora de la producción agrícola, gracias a las inversiones estatales, políticas proteccionistas que gravaban los productos extranjeros y enormes inversiones estatales en construcción de infraestructuras (transportes, sobre todo) y gastos militares. La construcción de la red de autopistas italianas y la inversiones ferroviarias e hidroeléctricas son un ejemplo del intervencionismo del estado en la economía, incluso como empresario, para impulsar el desarrollo económico, dotar a Italia de las infraestructuras y el ejército que precisaba, y crear empleo. Durante los años 20 esta política económica permitirá un desarrollo evidente, y la propaganda fascista se aprovechará de estos éxitos económicos. Se redujo el paro (125.000 en 1925, lo que significa pleno empleo)y mejoró el nivel de vida, a costa de un incremento de la intervención del Estado en la economía. En 1927 ya apareció el primer síntoma de crisis de sobreproducción industrial, y el Estado reacciono promulgando la Carta del Trabajo, que creaba el Estado corporativo que regulaba y legislaba toda la actividad económica, subordinando la iniciativa privada al "interés nacional".en los años 30 la tendencia de crecimiento económico se frenó considerablemente, debido a la crisis económica desencadenada en EE.UU. después del hundimiento de la bolsa en 1929, las sanciones económica de la SDN al régimen fascista por la invasión de Abisinia, la finalización de la inversión en infraestructuras, y el reforzamiento de las políticas proteccionistas y autárquicas. En el verano de 1930 se empiezan a sentir los efectos de la crisis económica desencadenada en EE.UU. y el número de parados asciende a 1.290.000. El Estado responde con la creación del I.R.I. (Instituto para la Reconstrucción Industrial) que se convierte en un gran holding de empresas públicas compradas por el Estado. Se mantuvieron Pág. 5. Tema: Fascismo y nazismo: La crisis de las democracias: 1920-1945. Albinoo Feijóo Gómez.

I.E.S. Virgen del Puerto. Departamento de Historia. Hª Contemporánea de Bachillerato. las tradicionales políticas fatalistas con fines económicos y militares, y se incrementaron las zonas de cultivo para avanzar más en el autoabastecimiento alimenticio. EL NAZISMO ALEMÁN. 3.1. Contexto histórico. La República de Weimar (1919-1933). Antes incluso del fin de la I Guerra Mundial el Kaiser abdica y el régimen político imperial es sustituido por la llamada República de Weimar y el socialista Ebert sustituye a Max de Baden como Canciller. El nacimiento de la república fue difícil: En las últimas semanas de la guerra Alemania tuvo que hacer frente al intento revolucionario, en octubre de 1918, del grupo socialista llamado los espartaquistas (grupo radical surgido dentro del SPD, Partido Socialista alemán, en 1916 y que no sólo era contrario a la guerra, sino que pronto derivará hacia una ideología comunista y revolucionaria), liderados por Rosa Luxemburgo y Kart Liebckneck. El SPD, por su parte, en 1917 había asistido a su escisión en dos grupos: Los socialista moderados del SPD liderados por Ebert y el ala izquierda del Partido Socialdemócrata Alemán Independiente (USPD), al que también pertenecían los espartaquistas hasta después del intento revolucionario de octubre de 1918. Con el Kaiser huido y una situación revolucionaria en Alemania y de rebelión entre las tropas que todavía estaban en el campo de batalla, se proclamó la República de Weimar el 9 de noviembre de 1918, gracias a la alianza del SPD, el USPD y el Zentrum (Liberales católicos). En enero de 1919 los espartaquistas, ya convertidos en el Partido Comunista Alemán (KPD) realizan un nuevo levantamiento revolucionario, aprovechando la crisis económica, el crecimiento del paro, los bajos salarios, y el enorme número de excombatientes sin trabajo, y el levantamiento de los marineros de la flota anclada en la base de Kiel, liderando revueltas obreras en ciudades y creación soviets. El joven gobierno republicano responde utilizando los llamados Cuerpos Francos formados por excombatientes conservadores. La rebelión dura 4 meses y fue sofocada con una represión brutal a cargo de los Cuerpos Francos, con llamada Semana Sangrienta de Berlín y el asesinato de Rosa Luxemburgo y Liebckneck en la cárcel. A pesar de estos inicios la República logró redactar una constitución democrática y realizar las elecciones de 1919: 76% votos repartidos entre socialistas de Ebert, Zentrun (católicos) de Erzberger y Partido Demócrata de Rathenau, con dominio socialistas. En la oposición quedaban los comunistas, socialistas independientes, derecha del Partido Popular de Stresseman y Stinner. La nueva Constitución contemplaba el Sufragio Universal, derechos fundamentales, separación poderes, Presidente elegido por sufragio universal, República Federal, Parlamento Bicameral, y Canciller y Ministros elegidos por Parlamento. Los partidos ultras de izquierdas y derecha, y el pueblo, no creían en la viabilidad de la República, que tendrá que hacer frene a la crisis económica de posguerra, a la ruina de fábricas, paro generalizado, inflación y devaluación del marco, inestabilidad financiera y falta de recursos, alimentos, materias primas, etc. Habrá nuevos intentos de golpe de estado, como el putsch de Kapp del 13 de marzo de 1920, encabezado por el diputado Kapp y apoyado por el mariscal Ludendorff, y que se hacen con el poder en Berlín con la ayuda de los Cuerpos Francos o Freikorps que el gobierno intentaba desmantelar, hasta que la reacción de sindicatos y gobierno consigue abortan este intento de volver al régimen monárquico nacionalista de derechas. En 1923, Hitler, lidera el putsch de la cervecería, que intentaba hacerse con el poder en Munich, capital de Baviera, colocando a Ludendorff en el poder, pero también fracasó con el resultado de 16 nazis muertos. Los comunistas también intentan una nueva revolución en Sajonia en 1923. Poco a poco la República logra superar la crisis económica y política, sobre todo después de la llegada al gobierno de Gustav Stresemann como líder de una amplia coalición de partidos democráticos, manteniendo a Ebert como Jefe del Estado hasta que le sustituyó Hindenburg en 1925. Los préstamos americanos del Plan Dawes y la negociación de las indemnizaciones de guerra, permitieron a Alemania iniciar un período de crecimiento y estabilidad, que culminaría con los Tratados de Locarno (siete tratados firmados por representantes de Bélgica, Checoslovaquia, Francia, Alemania, Gran Bretaña, Italia y Polonia en la ciudad suiza de Locarno el 16 de octubre de 1925) y el ingreso en la SDN. Pero en 1929 estalla la crisis económica en EE.UU. y muy pronto se traslada a Alemania, con enormes índices de desempleo, ruina de bancos y empresas, descenso producción. Funcionarios, clases medias arruinadas, parados y empresarios, empezarán a dar la espalda a la República. En las elecciones de 1930 se produce el hundimiento de la Coalición republicana que gobernaba desde 1923 (Zentrum-Socialistas-Demócratas) a favor de crecimiento electoral nazi (se convierten en la segunda fuerza política del Reichstag) y comunista. En 1932 el Canciller Brunning dimite y se convocan elecciones, que ganan los nazis, pero sin mayoría absoluta, por lo que Hindenburg nombra a Von Papen Canciller del nuevo gobierno de derechas, hasta que una nueva crisis política lleva a la cancillería a Schleicher, hasta una nueva crisis que obliga a unas nuevas elecciones en las que los nazis pierden votos pero siguen siendo mayoría, por lo a Hindenburg no le queda más remedio que nombrar a Hitler Canciller el 30 de enero de 1933, firmando así la defunción de la República de Weimar. Pág. 6. Tema: Fascismo y nazismo: La crisis de las democracias: 1920-1945. Albinoo Feijóo Gómez.

Esquemas. 3.2. EL NACIONALSOCIALISMO ALEMÁN. ORÍGENES E IDEOLOGÍA. Hitler. Nació en Braunau am Inn (Austria) el 20 de abril de 1889 y su padre era un modesto funcionario aduanero y su madre procedía de una familia campesina. Su infancia, huérfano de madre muy pronto, se caracterizó por sus difíciles relaciones con el padre y con el sistema educativo (No consiguió acabar la enseñanza secundaria). Se le puede considerar como un alumno de inteligencia normal, pero mal estudiante, tal vez por inconstancia y falta de hábito de trabajo, y con una personalidad excesivamente introvertida. Se convirtió en pintor aficionado cuando se trasladó a Viena, arquitecto frustrado, melómano, con una vida bohemia en la capital austriaca gracias a las una pensión de orfandad, los escasos ingresos de la venta de cuadros para turistas, y las ayudas económicas de su amigo de la infancia. No logró que le admitieran en la Academia de Bellas Artes de Viena, pero se convirtió en un voraz lector y polemista impenitente, y muy pronto desarrolló un pensamiento racista antisemita en contacto con grupos ultra nacionalistas vieneses, incluso antes de trasladarse a Munich en 1913. Se alista voluntario en el ejército alemán para participar en la I G.M. En la guerra fue herido en la batalla del Somme en 1916, y obtuvo los galones de cabo y la cruz de hierro por su valor, al tiempo que ya dio muestras de sus violentos cambios de temperamento, cierto oportunismo, carisma como orador, furibundo ultra nacionalista, pero sus superiores consideraban que carecía de dotes de mando. Permaneció en el ejército hasta 1920, realizando labores de informador infiltrado en grupos volkisch (ultra nacionalistas) y como instructor de los soldados a su cargo, intentando inmunizarles contra las ideas pacifistas y democráticas. Muy pronto se sintió atraído por el mensaje de estos partidos y de "espía" se convirtió en militante al unirse al Partido Obrero Alemán en septiembre de 1919, y en abril de 1920 al Partido Nacionalsocialista Alemán del Trabajo, del que fue elegido presidente en 1921. Aliado con Erich Röhm, su antiguo jefe en el ejército, dotó al partido de un grupo paramilitar (las S.A.), y de una organización eficaz que le permitió crecer en militancia, al tiempo que aparecen sus colaboradores incondicionales (Himmler, Goebbels, Hess, Rosenberg, Goering ). Después del fracaso del golpe de estado en Munich en 1923 el partido atraviesa una crisis, por los muertos en dicha intentona, el fracaso de la estrategia violenta, y el encarcelamiento de Hitler en la cárcel de Landsberg, donde dicta a Hess su principal legado intelectual: Mi Lucha. Después de varios fracasos, con el partido remodelado, en 1928 consiguió doce diputados en el Reichstag, y en 1932 doscientos, que descendieron a ciento noventa y cinco en noviembre del mismo año. Dada su condición de austriaco, Hitler no podía pretender alcanzar ningún cargo en Alemania, pero en 1932, el gobierno del estado alemán de Braunschweig, en dio a Hitler la nacionalidad alemana. Tras la caída del canciller Schleicher, obligado a dimitir por sus intentos de desunir el partido nazi, Hitler fue nombrado Canciller por el presidente Hindenburg en 1933. Los antecedentes ideológicos del nacionalsocialismo. Son tan remotos como los del fascismo italiano y según Vermeil podemos rastrear su componente nacionalista patriótico desde la Edad Media. Ritter, sin embargo, circunscribe estos orígenes ideológicos al siglo XX. Otro autor, G. Lukacs, considera que surge de la filosofía irracionalista y de las condiciones extremas impuestas por el capitalismo en la segunda mitad del siglo XIX y principios del siglo XX, y Nolte, el principal experto en el tema, considera que el ultra nacionalismo aparece en toda Europa, no sólo en Alemania, en la edad contemporánea: El Pangermanismo ya aparece en el s. XVIII y en el XIX Fitche, Ranke y Hegel lo desarrollan ampliamente, hasta que se mezcla con el irracionalismo filosófico y finalmente con el racismo antisemita tradicional en Europa desde la Edad Media. El llamado nacionalismo Volkisch radical se extiende por toda Alemania desde fines XIX, y en Austria su principal representante será el Alcalde de Viena desde las primeras décadas del siglo XX, junto con el General Haushofer, como principales ideólogos y lideres de este nacionalismo radical conocido como movimiento volkisch.. Por lo que respecta a su componente racista es necesario recurrir a los escritos decimonónicos de Chamberlain, Gobineau y, posteriormente, las consideraciones de Spengler sobre la decadencia de la civilización occidental. El racismo, la superioridad racial blanca, el ocaso de cultura occidental y la necesidad de regeneración, se mezclan para para dar a luz la ideología del nacionalsocialismo hitleriano. Rosenberg se convierte en el pensador oficial del nazismo, encargado de "crear" las bases ideológicas, de extraer las ideas que le convienen de diversas fuentes y autores (Nietzche, Sorel, etc.), y de crear el acerbo teórico del nazismo, aunque mucho más importante que sus ideas serán las opiniones y actuaciones diarias de los dirigentes nazis y del propio Hitler para construir la ideología nazi.. Orígenes partido nazi: Ya había muchos grupos volkisch en Alemania antes de 1914, pero durante la guerra y cuando esta finaliza, estos grupos crecen en número de militante gracias a los excombatientes y a los opositores a la República de Weimar, y Munich se convertirá Pág. 7. Tema: Fascismo y nazismo: La crisis de las democracias: 1920-1945. Albinoo Feijóo Gómez.

I.E.S. Virgen del Puerto. Departamento de Historia. Hª Contemporánea de Bachillerato. en el centro de estos movimientos. En 1918 aparece la llamada Sociedad de Thule, que cultivaba el revanchismo contra los que supuestamente habían traicionado a Alemania durante la guerra, junto con una ideología ultra nacionalista bavara y racista. Esta sociedad funda el periódico El Observador del Pueblo. También en este año Anton Drexler crea el Partido Alemán de los Trabajadores, que en 1919 pasa a denominarse Partido Obrero Alemán. Hitler se encargará de ejercer su labor como informador del ejército infiltrándose en este partido hasta que definitivamente decide unirse a la organización. El 24 de febrero de 1920 Hitler presenta el programa del partido, con sus famosos 25 puntos, de los que destacan los siguientes: a. Pertenecer a Alemania no es un derecho político sino una cuestión biológica. b. La sangre define al individuo y le da derechos y deberes. c. La raza aria debe gobernar y ser protegida por el Estado. d. Apartar a los no arios de las funciones públicas. e. Creación de la Gran Alemania. f. Trabajo Obligatorio. g. Nacionalización Trust empresariales. h. Intervención estatal en economía. i. Reforma agraria para crear medianas propiedades. j. Eliminación de judíos y sometimiento de los eslavos. k. Teorías racistas inspiradas en Chamberlain y darwinismo social. l. Programas de natalidad para reforzar raza aria. m. Eliminación deficientes y asociales. n. Recuperación territorios alemanes y crear Lebensraum o territorio vital para Alemania. Al mismo tiempo el partido pasa a denominarse Partido Nacional Socialista Alemán del Trabajo y Ernst Röhm crea las S.A. o Secciones de Asalto del partido (fuerzas de choque). Pronto el partido se dotará de un instrumento mediático para extender sus ideas: El periódico Völkischer Beobachter. El ascenso de Hitler es fulgurante, sobre todo gracias a sus discursos, que cada vez atraen a más curiosos y militantes, primero a los salones de la cervecería donde tenían su sede y después en espacios mucho más amplios. Este ascenso se certifica en 1921 al ser elegido presidente, y desplazando al fundador Drexler a la presidencia honoraria. Pronto Hitler asumirá el poder absoluto dentro del partido, e impone la bandera roja con la svástica dentro de un círculo blanco como estandarte del partido. El apoyo entre los grupos de la derecha nacionalista, burguesía media y baja, excombatientes, parados, va creciendo, haciendo olvidar pronto los exiguos 25 militantes iniciales con los que se fundó el partido de Drexler en 1918, y que en 1923 habían ascendido a 20.000 en el I Congreso del NSDAP. 3.2.2. LA CARRERA HACIA EL PODER (1923-1933). Después de haber apoyado el fracaso golpe de Kapp, de luchar en la calle contra los rojos espartaquistas, de obtener resultados exiguos en las urnas, Hitler, amparándose en el crecimiento de la militancia, la crisis política económica, la presencia en la calle con las S.A., y la disciplina impuesta dentro del partido, creyó que podría intentar asaltar el poder el 8 de Noviembre de 1923. El llamado Putch de Munich fue un intento de golpe de Estado de Hitler apoyado por el mariscal Ludendorff. Hitler movilizó a 600 nazis que intentaron controlar la los puntos clave de Munich, después de detener a Von Kahr (Comisario General de Baviera) en el celebre mitin de la cervecería. El día 9 intentan tomar el poder concentrando a 3.000 nazis en una manifestación de fuerza, mientras que los grupos armados, más minoritarios, se enfrentaban a las fuerzas policiales del estado bavaro en las calles de la ciudad, pero los supuestos apoyos no llegaron y la policía derrotó a los nazis (16 murieron), Hitler fue condenado por rebelión, pero la connivencia entre policía-jueces-grupos nacionalista explica un juicio lleno de irregularidades y una leve condena, de la que sólo cumple 9 meses encarcelado. El partido y el nazismo sufren una crisis notable, debido al fracaso de su intentona, pero también a la mejora de la economía alemana, que restará militantes a las opciones más radicales de derecha e izquierda. A pesar del fracaso y las discusiones internas, el partido sobrevive y no se cuestiona el liderazgo de Hitler, aunque todos toman buena nota sobre la estrategia futura para tomar el poder. Los dos próximos años Hitler encargará a sus subordinados (Sobre todo a los hermanos Strasser) la organización de un partido más adecuado para el combate electoral, para llegar al Parlamento por vías legales, aunque sin renunciar a su ideología revolucionaria. Aprovecha su estancia en la cárcel para dictar a su secretario Hess Mein Kampf (Mi lucha), completado en 1926, y que esencialmente desarrolla los 25 puntos del partido aprobados en 1920, adobados con explicaciones retóricas y con un énfasis enfermizo en algunas ideas claves del futuro: Superioridad racial, antisemitismo, lebensraum, revanchismo sobre el tratado de Versalles, etc. En 1926 se proclama Führer y crea las SS (guardia personal armada) mandada por Himmler, al tiempo que cede la organización y el control diario del partido a un grupo reducido dentro del partido: Strasser, Goebbels, Hess, Rosenberg, Goring, Himmler, Frank, Röhm A pesar de todo el partido nunca superó los 800.000 votos, pero la crisis económica desencadenada en EE.UU. a finales de 1929 provoca otra vez paro, hambre, crisis económica, huelgas, y el increíble ascenso electoral del nazismo. El NSDAP (partido nazi), igual que el Partido Comunista, decidieron aprovechar la ocasión para alcanzar el poder y llevar a Pág. 8. Tema: Fascismo y nazismo: La crisis de las democracias: 1920-1945. Albinoo Feijóo Gómez.

Esquemas. cabo sus proyectos revolucionarios. Los nazis, que ya desde sus inicios encontraron importantes apoyos entre la burguesía alta y media, ahora volvieron a contar con la colaboración económica de empresarios como los Thyssen, y el número de militantes creció mucho entre funcionarios, clases medias, parados, derecha tradicional, jóvenes desencantados, etc. Acababa de empezar la crisis final de la República de Weimar. Las elecciones de 1930 se saldan con 6,5 millones de votos para el partido nazi (18% del total) y pasará de 12 a 107 diputados en el Reichstag, convirtiéndose en la segunda fuerza política después del Partido Socialista, y derrotando en votos a los comunistas. Después del gobierno del Canciller Brunning y el fracaso de sus medidas contra la crisis, se convocan elecciones en 1932, y los nazis obtienen la victoria con 13,7 millones de votos y 230 diputados de 670, pero ser la primera fuerza del parlamento todavía no les dará el poder, ya que al no tener mayoría absoluta necesitaban gobernar en coalición, y se niegan a hacerlo. El gobierno del ultra conservador von Papen sólo duró hasta noviembre, y las nuevas elecciones de noviembre de 1932 dieron a los nazis sólo 11,7 millones de votos y 196 diputados. Además, en las elecciones a la presidencia de la República de ese mismo año, Hindemburg derrotó a Hitler. Los últimos resultados electorales podían suponer un retroceso electoral de la marea nazi, pero la crisis política de la República era un hecho, ya que los socialistas y los comunistas eran incapaces de oponerse a la derecha por sus desavenencias, el grupo de coalición moderada, con los socialistas, de los años 20 se había roto, y los últimos gobierno de la derecha tradicional de von Papen y Schleicher fracasaron. A Hindenburg no le quedará más remedio que nombrar Canciller a Hitler el 30 enero 1933, después de que así se lo pidieron los derechistas Schroeder y von Papen, y a pesar de la animadversión profunda que el Presidente sentía por el líder nazi. 3.2.3. LOS NAZIS EN EL PODER. 3.2.3.1. LA REVOLUCIÓN LEGAL (1933-1934). El primer gobierno de Hitler intentó aparecer como una Coalición de derechas, y sólo contaba con Hitler, Goring y Frick, como miembros del partido nazi. Hitler logra que Hindenburg disuelva el Reichstag y convoque elecciones para marzo de 1933, cuando las S.A. y S.S. dominan la calle e imponen por la fuerza las ideas nazis, por lo que estos logran el 43,9% de los votos y 288 diputados, y además el apoyo parlamentario del Zentrun hasta su desaparición. El Canciller hablaba de conciliación y moderación, pero la realidad es que los nazis se harán con todo el poder mediante el control del Reichstag, que aprobará todas las directrices nazis, sobre todo después de la represión de la oposición de izquierdas. Un judío comunista de origen holandés parece ser el autor del incendio del Reichstag el 27 de febrero de 1933. Un golpe de suerte para Hitler, que aprovecha para acabar con la oposición comunista, primero, y socialista después. El Decreto para la protección del pueblo y el Estado, promulgó una serie de medidas de excepción que liquidaron la libertad de opinión, prensa y asociación, poniendo fuera de la ley a la mayor parte de la oposición. Las elecciones de marzo dieron el 44% de los votos a los nazis y la mayoría en el parlamento con 288 diputados. Se prohíbe el Partido Comunista y el 23 de marzo de 1933 se aprueba la Ley de Poderes Especiales: Poder legislativo para el Gobierno y poderes dictatoriales para Hitler durante 4 años. El Reichstag ya es un dominio casi exclusivo del partido, la Ley de Poderes sólo será la primera de las aprobadas para crear la dictadura nazi, concediendo extraordinarios poderes a Hitler durante ese período de 4 años mencionado. El 30 de abril de 1933 se autoriza la construcción del primer campo de concentración en Dachau y a este se unirán más de 100 campos construidos hasta 1939, lo que da idea de la generalización de la política represiva del régimen hacia los opositores ideológicos y a grupos sociales considerados perjudiciales para la futura Alemania. La persecución contra los judíos se inicia desde el principio del gobierno de Hitler, como lo demuestra el que en abril se obligue a los funcionarios del estado a acreditar su condición de arios y asumir una ideología nacionalista. El 14 de junio se aprueba la Ley de prohibición de partidos, que permitirá a Hitler librarse oficialmente de la oposición política. En Diciembre 1933 se produce la vinculación del Partido Nazi al Estado como una institución oficial más, al tiempo que se inicia una purga interna de los posibles opositores a Hitler dentro del propio partido: Las primeras victimas serán los hermanos Strasser y sus partidarios anticapitalistas, al tiempo que se incorpora a Goebbels al gobierno como Ministro Propaganda e Información. Al final de año los partidos políticos habían desaparecido, los sindicatos también, sólo existía el Partido Nazi y el sindicalismo vertical del llamado Frente Alemán del Trabajo, se había iniciado la persecución contra judíos y opositores, la construcción de campos de concentración, y Hitler disfrutaba de un enorme poder gracias a la Ley de Defensa del Estado y sus prerrogativas casi dictatoriales por 4 años. Pero hasta ahora todo esto era legal y constitucional, por lo menos desde un punto de vista jurídico. Pág. 9. Tema: Fascismo y nazismo: La crisis de las democracias: 1920-1945. Albinoo Feijóo Gómez.

3.2.3.2. LA REVOLUCIÓN NAZI (1934-1939). El III Reich. I.E.S. Virgen del Puerto. Departamento de Historia. Hª Contemporánea de Bachillerato. La táctica de Hitler se resumía en políticas duras con los débiles (judíos, obreros, S.A.) y conciliadora con los fuertes (Empresarios, militares, financieros). El 30 de junio de 1934 se produce la Noche de los Cuchillos Largos, que eliminará el poder de las S.A. Ernst Röhm quería que las S.A. asumiesen responsabilidades militares y que la Wehrmacht (Ejército) se integrase en las S.A., pero Blomberg, jefe ejército, se negó y amenazó con hacerse con el poder, por lo que Hitler decidió sacrificar a Röhm y sus fuerzas de choque en la madrugada del 30 de junio al 1 de julio, asesinato de Röhm y sus lugartenientes y otras personalidades opuestas al poder absoluto de Hitler: Gregor Strasser y el general Kurt von Schleicher también fueron asesinados en esa celebre noche. Después de este acontecimiento el ejército juró fidelidad en Agosto a Hitler, que había optado por engrandecer el poder militar alemán y mantenerse en el poder con la alianza de un ejército fiel. El Régimen se apoyará a partir de ahora en las SS de Himmler, la GESTAPO, el Ejército, y el Partido. Además, el 2 de agosto de 1934 muere Hindenburg, todavía Jefe del Estado, y Hitler asume la Chancillería y la Presidencia de la República con el título de Reichsführer, y el ejército le jura fidelidad como Führer. El nuevo régimen que se estaba gestando, además de las instituciones citadas, contará con la colaboración de numerosos grupos: Los ultra nacionalistas liderados por Von Papen o Schacht; los militares, con generales como Keitel, y con otros muchos militares no nazis pero que asumen su papel de obediencia a cambio del engrandecimiento del ejército y de Alemania: los tecnócratas liderados por Speer y que creían en un régimen grandioso; los grandes empresarios beneficiados por los planes industriales de rearme; y por millones de ciudadanos atraídos por los mensajes de orden, trabajo, engrandecimiento nacional, revanchismo sobre Versalles, etc. Poco a poco, se va eliminando todo vestigio de democracia, creando leyes que prohíben los partidos políticos, salvo el nazi, que limitan los derechos y las libertades, que acumulan poderes dictatoriales en la figura de Hitler, que dotan a la policía y a la justicia de poderes extraordinarios para perseguir a los opositores, etc. Se limitaron los derechos de reunión y expresión, la prensa fue censurada, se elaboraron listas de libros prohibidos, etc. El Estado se organizaba mediante una administración completamente centralizada y dependiente del Partido Nazi, con Hitler como todopoderoso mandatario rodeado de hombres del partido, que controlaban todo el aparato administrativo, imponían una cultura y simbología nazi, eliminando incluso a profesores, científicos, pensadores, no adictos. La propaganda controlada por el ministro de propaganda Goebbels se encargaba de justificar todas las medidas. El Estado federal republicano fue sustituido por un Estado centralizado, con el Reichstag como elemento decorativo al perder el poder legislativo. El autogobierno de los Lander y las provincias fue suprimido y el Estado dividido en 32 Gaus o distritos al mando de un Galeutier dependiente de Berlín, que gobernarán muchas veces como auténticos señores feudales. Mediante una ley parlamentaria el Partido Nazi se hace con el control total del poder al transferírsele el control del funcionariado, justicia, sindicatos, etc. La mayoría de la población se afilia al Partido o a las Juventudes Hitlerianas, ya que es necesario afiliarse para acceder al funcionariado, pertenecer al sindicato único para trabajar, por lo que se alcanzan casi 7 millones de afiliados. Dentro del partido se mantienen una serie de instituciones que controlarán la vida política, social y económica del III Reich: a. Las S.A., después de 1934, pierden poder político, pero mantienen una gran ascendencia ideológica, como garantes de la ortodoxia nazi, radicalizando su antisemitismo. Son ellos los que organizan la noche de los cristales rotos contra los judíos en 1938, y también los que se encargan de recaudar fondos y donativos para distribuirlos entre los grupos más desfavorecidos, los que adoctrinan a los oficiales jóvenes del ejército, y los que se encargarán de organizar la Fuerza de Defensa Nacional durante II G.M. b. Las SS o Camisas negras dirigidas por Himmler y Heydrich ocupan el espacio político dejado por las S.A. en 1934, alcanzando gran notoriedad dentro del régimen, sobre en lo referente a la represión policial, controlada de forma absoluta por Himmler desde 1936. A través de la SD se encargaban del espionaje, seguridad, dirección de los campos de concentración con la Orden de la Calavera, y formarán cuerpos de combate como las Waffen SS. c. Las Juventudes Hitlerianas encuadran a la mayoría de los jóvenes entre 14-17 años, alcanzando gran importancia ideológica, ya que permitían el adoctrinamiento de las juventudes. También serán Pág. 10. Tema: Fascismo y nazismo: La crisis de las democracias: 1920-1945. Albinoo Feijóo Gómez.

Esquemas. utilizadas para diversos trabajos sociales, para la política de mejora de la raza aria, y como fuerzas de combate para defender el suelo alemán al final de la II Guerra Mundial. d. El Frente Alemán del Trabajo. Se convierte en el único sindicato autorizado. Todos los trabajadores debían afiliarse y sólo su carnet daba acceso a los puestos de trabajo. Lógicamente la conflictividad laboral despareció y el control de los trabajadores por el Estado fue absoluto. La política exterior. El eje fundamental de sus relaciones con el exterior estuvo constituido por una La política exterior nazi fue claramente expansionista y pangermanista, basada en el logro del espacio vital o Lebensraum, que asegurarse la supervivencia del Reich como gran potencia y en el rechazo al Tratado de Versalles de 1919. Esto provocó una política de enfrentamiento con el exterior para desmontar el orden establecido en Versalles. En octubre de 1934 Alemania abandonó la Sociedad de Naciones y la Conferencia de Desarme, y pronto inicio el rearme de su ejército. En 1935, tras un referéndum, recuperó el Sarre, controlado desde 1919 por la Sociedad de Naciones, y se estableció el servicio militar obligatorio. En 1936 el nuevo ejército ocupó la zona desmilitarizada de Renania, violando los acuerdo de Locarno. El Pacto Antikomintern establecía una alianza con Japón para reprimir el comunismo y establecer áreas de colaboración. Junto con Italia, apoyaron a los sublevados de Franco en la Guerra Civil Española (1936-1939). En marzo de 1938 Austria era anexionada al Tercer Reich, después de un referéndum que confirmaba el llamado "Anschluss", expresamente prohibido por el Tratado de Versalles. En ese mismo año invadió, la región de los Sudetes (Bohemia y Moravia), logrando la conformidad de Francia, Reino Unido e Italia en el Pacto de Munich. En marzo de 1939 invadió el resto de Checoslovaquia, a la que convirtió en un Protectorado dependiente del III Reich. Finalmente, el 1 de septiembre de 1939, sin declaración previa de guerra, invadió Polonia, provocando con ello el estallido de la Segunda Guerra Mundial. Política ideológica y propagandista. El racismo y el antisemitismo forman parte de la ideología nazi. El propio Hitler, ya en su Mein Kampf dejaba clara la existencia de razas superiores y razas inferiores, y establecía como objetivo fundamental conservar la pureza racial aria, mediante la segregación de los impuros o su elmininación. El espacio vital es otro de los pilares ideológicos del régimen, en consonancia con su nacionalismo expansionista. Alemania precisaba conquistar nuevos territorios para garantizar su crecimiento demográfico, económico, militar y político. Esta expansión debía realizarse recuperando los territorios perdidos en Versalles, unificando todos los territorios habitados por germanos, y conquistando tierras en el este europeo a costa de Polonia y la URSS. Desde el primer momento se utilizó la educación como instrumento de adoctrinamiento. Se revisaron los planes de estudio, se depuró a los profesores sospechosos, y a alumnos y profesores se les sometió casi a una disciplina militar La cultura y el arte fueron revisados y adaptados a los intereses ideológicos del régimen. Se prohibió el llamado arte degenerado (vanguardismos), se subvencionó el arte oficial del régimen exaltando el arte figurativo y todo lo que resaltaba la belleza y perfección aria La Exposición de arte de Munich de 1937 recogió una buena muestra de este arte oficial, y desde 1933 la Cámara de la Cultura del Reich controlaba el cine, teatro, música, prensa, radio, literatura y arte. Todos los profesionales y artistas debían inscribirse en dicha Cámara obligatoriamente y seguir sus directrices. Se instituyó la censura y se organizaron actos públicos para quemar obrar de autores condenados, y muchos huyeron de Alemania: Thomas Mann, Bertolt Brecht, Stephan Zweig y otros. A través de las "Juventudes Hitlerianas" se educaba ideológicamente a los jóvenes, con especial atención a la formación física, par mejorar la raza y garantizar reclutas fuertes para el ejército. Se crearon multitud de organización similares, con disciplina miliar, y con la intención de encuadrar a toda la población en organización que pudiesen transmitirles la ideología nazi, al tiempo que entretenerlos con la práctica del deporte, actividades lúdicas, etc. La mujer, por su parte, según la doctrina nazi, tenía como objetivo fundamental dedicarse a la vida doméstica y a engendrar hijos, por lo que se ensalzó el papel de la madre y se establecieron premios a la fertilidad Joseph Goebbels se encargó de organizar y coordinar todo el aparato propagandístico, participando personalmente con sus discursos radiofónicos y artículos periodísticos, cargados de antisemitismo y xenofobia, para enardecer a la masas. La propaganda, a través del cine, la radio, la prensa, los carteles, y la organización de impresionantes concentraciones de masas, contribuyó a extender la ideología nazi, sus símbolos, a fortalecer el patriotismo germánico. La escenografía teatral de estos actos lograba ambientes de paroxismo y aceptación del régimen difícilmente igualables en el futuro. El culto a la personalidad de Hitler era el centro de toda esta propaganda y de esta escenografía. Incluso Albert Sperr, el arquitecto del régimen, diseñó escenarios permanentes para estas manifestaciones, como el de Nuremberg, e intentó llevar a cabo las ideas de Hitler sobre Pág. 11. Tema: Fascismo y nazismo: La crisis de las democracias: 1920-1945. Albinoo Feijóo Gómez.

I.E.S. Virgen del Puerto. Departamento de Historia. Hª Contemporánea de Bachillerato. arquitectura. Precisamente la arquitectura se empleó como un medio más de propaganda, con proyectos grandiosos, aunque de dudoso gusto, que pretendían demostrar el poder del nuevo imperio. Albert Speer llegó a diseñar una ciudad, llamada Germania, totalmente nueva. La mayoría de estos proyectos nunca se llevaron a cabo. Incluso la Iglesia (evangélica y católica) fue objeto del intento del régimen por controlar todas las instituciones alemanas. A pesar de acuerdos iniciales, incluso mediante un tratado con la Santa Sede en 1933, Hitler no consiguió ganarse el apoyo del clero alemán, que desde el principió receló de los métodos nazis y de su afán por controlarles. En muchos casos, este clero adoptó posturas claramente rebeldes contra el Estado, al mostrar su desacuerdo contra las persecuciones raciales y otras acciones nazis. Más tímida fue, sin embargo, la reacción de la Santa Sede, que durante mucho tiempo prefirió callar ante los abusos nazis. El Estado policial y la persecución judía. El Partido Nazi, como integrante del Estado, controlará la cultura, el pensamiento, los medios de comunicación, imponiendo un Estado policial represivo contra todo aquel o aquello que fuese en contra de las ideas nazis o de las intenciones de Hitler. Se impone un ambiente de delación que ayuda al aparato de espionaje a controlar cualquier disidencia. El aparato policial garantiza la dictadura nazi, eliminando cualquier rasgo de individualismo. No hay derechos, sólo deberes para con el Estado. La GESTAPO se convertirá en uno de los pilares del estado represivo y policial nazi. La GESTAPO se convertirá en un órgano de control y poder fundamental en el régimen desde que fue creada como policía política por Goring en abril de 1933 y se apoyará en múltiples secciones policiales, como la SD del partido, hasta que en 1934 asume su mando Himmler, que en 1936 amplia el poder de la misma al integrar en ella a casi todo el aparato policial. Himmler, en 1936, asume el mando de todas las fuerzas policiales de Alemania, que divide en policía regular o Kripo (Kriminalpolizei o Policía de Investigación Criminal que se ocupaba de los delincuentes comunes y fue dirigida desde 1936 hasta 1945 por Artur Nebe) y de seguridad (dirigida por Reinhard Heydrich hasta 1942 y por Ernst Kaltenbrunner a continuación, y que incluía a la SD, controlada también por Heydrich, y a la antigua GESTAPO dirigida por Heinrich Müller desde 1936 hasta 1945). En realidad todo este organigrama servía para incrementar el poder de Himmler y establecer un auténtico estado policial controlado por las SS, que incluso se fortaleció desde septiembre de 1939, al dotar a la policía de seguridad de una nueva sección conocida como la RSHA (Reichssicherheitshauptamt u Oficina Principal de Seguridad del Reich), que se encargará de la represión racial definitiva y otros asuntos. El poder de La Gestapo tendrá un tremendo poder, ya que sus acciones no estaban sometidas a revisión judicial. Además, podía utilizar una figura legal denominada "Schutzhaft" o "custodia protectora", por la que podía decretar encarcelamientos sin procedimientos legales, e incluso se obligaba bajo tortura al encarcelado a firmar el "Schutzhaftbefehl" (el documento donde declaraba su deseo de ser encarcelada). No sólo se perseguirá, encarcelará y asesinará, a los disidentes políticos. También a cualquiera que opinase contra el régimen establecido, a profesores, científicos, a la Iglesia Católica, escritores, militares discrepantes, etc. Pero la represión más atroz se llevará a cabo contra los grupos o razas consideradas inferiores. Los homosexuales y disminuidos síquicos serán los primeros que sufrirán esta persecución, incluso su eliminación física en hospitales. Los gitanos también deberán pagar, con su vida en muchos casos, el pertenecer a otra raza. La persecución contra los judíos marca esta política de represión del régimen contra todo lo que fuese diferente a lo establecido por la doctrina nazi. Además, ya hemos visto que se inició desde el primer día de gobierno. La persecución contra los judíos, más que cualquier otra, certifica la absoluta desaparición de libertades y derechos. Por otra parte esta persecución es inherente a la ideología nazi, recogida en Mein Kampf como limpieza racial. Se forzó la salida de los judíos del funcinariado, los profesionales liberales perdieron sus clientes arios, se forzó también la venta de sus propiedades a arios o directamente la expropiación de sus negocios. Todo para conseguir la emigración de los judíos, que en muchos casos también fue obligada por la persecución de las SS mediante la acusación de delitos políticos varios. Las leyes de Nuremberg de 1935 certificaron la segregación judía, imponiéndoles un distintivo físico, privándoles de la ciudadanía alemana, pero el inicio de la represión física definitiva tuvo lugar con la Noche de los cristales rotos (en alemán, Kristallnacht; 'Noche de cristal'), entre el 9 y 10 de noviembre de 1938, donde las agresiones físicas, las muertes de judíos, destrucción de sus propiedades, se manifiestan por los cristales rotos de sus ventanas y escaparates. La agresión respondió a la venganza por el asesinato del diplomático nazi Ernst Euard vom Rath en París, cometido por un joven alemán de origen judío, Herschel Grynszpan, para vengarse por la expulsión de sus padres de Alemania por las SS. Hitler, de viaje en Munich alentó la reacción de las Juventudes Hitlerianas, las SA y a las SS, apoyados muchas veces por ciudadanos normales : 91 judíos fueron asesinados, centenares de heridos, 30.000 encerrados en capos de concentración (Se les liberó tres meses después, pero cerca de 1000 nunca regresaron), se destruyeron sus tiendas y sus propiedades. El decreto del 12 de noviembre de 1938 les responsabilizó de los hechos y les obligó a pagar 1.000 millones de marcos por las destrucciones, y el decreto del 15 del mismo mes prohibió a los niños judíos asistir a las escuelas donde hubiese niños arios. Pág. 12. Tema: Fascismo y nazismo: La crisis de las democracias: 1920-1945. Albinoo Feijóo Gómez.

Esquemas. Al final de la década de los 30, cientos de miles habían huido a otros países, pero es en ese momento cuando aparece por primera vez la idea de librar Alemania de judíos mediante la idea de una Solución Territorial: Enviar a los judíos a Madagascar. La invasión de Polonia inició una represión brutal contra los judíos polacos, con asesinatos en masa, reclusión en guetos, y posteriormente con las deportaciones de judíos europeos al Territorio General (Polonia) gobernado por Frank, aunque al principio estas deportaciones fueren lentas por falta medios e imposibilidad de llevarlos a todos a Polonia. La invasión de la URSS reabre la Solución Territorial, contemplando ahora la deportación a Liberia, al tiempo que se ordena a las SS y al Ejército la eliminación de los judíos rusos: Los Einsatzgruppen de las SS se encargarán de los asesinatos en masa y su ocultamiento en fosas comunes (Pantanos del Prippen, aldeas incendiadas, ametrallamientos masivos, etc.) En Septiembre de 1941 se impone la estrella amarilla para todos los judíos de los territorios controlados por el Reich (En Alemania ya debían llevar un distintivo desde 1935) y a finales de 1941 se acuerda el decreto noche y niebla, y Goring ordena a Heydrich iniciar la Solución Final con la utilización de furgones con cámara de gas. La orden debió ser acordada por Hitler y Himmler, trasmitida a Goring como jefe supremo de la policía en esos momentos, y este a Heydrich, pero sin que exista ninguna constancia escrita de la misma. Eychman se encargó de organizar las deportaciones a los campos desde toda Europa y en la primavera de 1942 ya estaban construidos muchos de los campos de exterminio: Belzec, Auschwitz-Birkenau, Treblinka, Chelmo, Sobibor, etc. Las cámaras de gas y los hornos crematorios se instalaron inmediatamente, acelerando el proceso de exterminio cuando se inicio la utilización del gas Ciclón B. a finales de 1942. Se calcula en casi 6 millones los judíos asesinados. Los campos de concentración fueron utilizados desde 1933 para eliminar a los enemigos del estado. Allí se encerró a comunistas alemanes, socialistas, social demócratas, romanis (gitanos), testigos de Jehová, homosexuales, clérigos cristianos, y personas acusadas de comportamiento asocial o anormal. Las SS, mediante la orden de la calavera (Totenkopfverbände), vigilaban y administraba los campos. Los prisioneros serán sometidos a tortura, a experimentos médicos, trabajos forzosos, etc. A estos campos se unieron otros muchos abiertos desde el inicio de la guerra, y que se convertirán directamente en campos de exterminio. En estos campos murieron más de seis millones de judíos (Más de tres sólo en campos de Polonia), además de un número indeterminado de otros prisioneros. Los campos de exterminio, a diferencia de los campos de concentración, eran casi exclusivamente fabricas de muerte. El primer campo de exterminio fue Chelmno, en la parte de Polonia anexada a Alemania, construido en diciembre de 1941. Los deportados eran clasificados al llegar a los campos, enviando a la las cámaras de gas a los más débiles y reservando los fuertes para trabajar hasta la muerte o para trabajar en equipos especiales llamados Sonderkommandos). Estos campos eran considerados un secreto de estado y para ocultarlos los Sonderkommandos eran forzados a retirar los cadáveres de las cámaras de gas y quemarlos, y cuando los aliados estaban a punto de tomar esos territorios, muchos fueron transformados en parques; otros fueron camuflados. Auschwitz, próximo a Cracovia, fue el mayor campo de exterminio. El gas empleado en este lugar, a diferencia del de otros campos, era cianuro de hidrógeno y producía una muerte rápida. Las víctimas de Auschwitz procedían de toda Europa: Noruega, Francia, Países Bajos, Italia, Alemania, Checoslovaquia, Hungría, Polonia, Yugoslavia, Grecia y España, en este último caso principalmente republicanos españoles exiliados t ras la Guerra Civil (1936-1939). Una gran parte de los presos de estos países, incluso aquéllos que no eran judíos, fueron empleados como mano de obra en industrias; algunos prisioneros fueron sometidos a experimentos médicos, sobre todo a esterilizaciones. Aunque lo habitual era que sólo se gaseara a los judíos y los gitanos, varios cientos de miles de personas internadas en este campo murieron a causa del hambre, de las enfermedades o las ejecuciones. Se construyeron enormes crematorios para incinerar los cuerpos de las víctimas y borrar las huellas del exterminio. Auschwitz fue fotografiado por aviones de reconocimiento aliados que buscaban objetivos industriales, y en 1944 se destruyeron las fábricas pero no las cámaras de gas. La Economía. En 1933 el sector industrial sólo producía a un 53% de su capacidad, con casi 7 millones parados. El Estado nazi decidió renunciar a algunos enunciados de su ortodoxia ideológica, sobre todo después de la eliminación de las S.A. de Röhm y los más radicales nacionalsocialistas (Strasser), para aliarse con los empresarios y apostar por un capitalismo dirigido desde el Estado. Se establecieron una serie de objetivos a medio plazo que se resumen en: Acabar con el paro, reactivar la industria, conseguir materias primas o sustituirlas por otras (combustibles sintéticos, fibras textiles artificiales, etc.), y avanzar hacia la autarquía económica. La consecución de estos objetivos permitiría el relanzamiento económico del Reich y su fortalecimiento militar y político. Se puso en marcha una política de control de la economía por el Estado, mediante la ejecución de una planificación económica Pág. 13. Tema: Fascismo y nazismo: La crisis de las democracias: 1920-1945. Albinoo Feijóo Gómez.

I.E.S. Virgen del Puerto. Departamento de Historia. Hª Contemporánea de Bachillerato. a través de dos Planes: Primer Plan (1933-37) y Segundo Plan (1937-41). Schacht, ministro de Economía (1934-1937) y presidente del Reichsbank (1933-1939), diseñó y dirigió la política económica nazi. Se estableció un rígido control de los salarios y los precios por el Ministerio Economía, que también ejercía un absoluto control monetario, utilizando frecuentemente el pago con bonos del Estado. Progresivamente se incrementó la presión fiscal sobre los ciudadanos, al tiempo que los precios de los productos se vieron afectados por el interés prioritario de financiar la industria guerra, por lo que muchas de las inversiones estatales se dirigieron a este sector, beneficiando a los empresarios con industria s estratégicas. La reorganización de empresas, el control de los créditos a empresas, el control sobre las importaciones y exportaciones (utilizando prácticas de Clearing y Dumping), subvenciones y panificación agrícola para garantizar el abastecimiento de alimentos, y el férreo control del partido sobre las organizaciones empresariales, de comerciantes y obreros, fueron mecanismos habituales durante el III Reich. La política armamentística favoreció a los grandes empresarios, que reactivaron sus industrias gracias a los contratos estatales. Así mismo, la eliminación de la conflictividad obrera: a través de la afiliación forzosa al Frente Alemán del Trabajo, permitió a estos empresarios librarse de huelgas y manifestaciones, y garantizarse abundante mano de obra con salarios contenidos. Los cuatro grandes bancos y los cuatro grandes grupos industriales que históricamente controlaban las finanzas y la producción alemana desde su unificación, serán los grandes beneficiados por el régimen, con importantes ganancias económicas a cambio de fidelidad y de trabajar a favor de los intereses del Estado. Esta política económica acaba con el paro ya en 1936, aunque después repunte algo, permite la creación de grandes infraestructuras viarias, urbanas, etc., gracias a las inversiones estatales para reducir el desempleo y dotar a Alemania de unas infraestructuras acordes con sus ambiciones. También, lógicamente, aumentó la producción en casi todos los sectores, se consiguió un nivel de vida aceptable hasta 1939, y la industria de armamento hará de locomotora económica, hasta que se agotan las materias primas y fuentes de energía para seguir creciendo. La incorporación de territorios como Dantzig, Renania, Austria, Checoslovaquia, incrementarán el potencial económica del Reich y le permitirán seguir creciendo hasta 1939. Para reducir el paro se establecieron prestamos a los Lander para invertir en obrar públicas y crear empleo, se incentivo la consideración de la mujer como ama de casa para que abandonase sus empleos, se impuso un período de trabajo sin remuneración a los jóvenes con edad comprendida entre los 18 y 25 años, y se estableció e servicio militar obligatorio Se otorgó a los labradores sin tierras parcelas de 125 hectáreas cada una, para aumentar la producción agrícola y para crear en el ámbito rural una clase de pequeños propietarios adictos y pendientes del régimen. Se favoreció la concentración económica promoviendo la formación de carteles. Una ley prohibió formar empresas con sociedades anónimas cuyo capital fuera inferior al medio millón de marcos. El sistema capitalista no corrió peligro, los grandes propietarios industriales, financieros y agrícolas, mantuvieron todo su poder, aunque Hitler apoyó el desarrollo industrial por encima de todo. Sobre todo la industria pesada y química, apoyando a las grandes empresas alemanas (Krupp, Vögler, Boch, Siemens, etc), para hacer posible su política de rearme. Los puntos flacos de esta política fueron: Salarios demasiado contenidos, excesiva dependencia de las inversiones públicas en infraestructuras y en la demanda para fortalecer el ejército, y endeudamiento del Estado hasta limites peligros (31.000 millones de marcos en 1938). A pesar de los éxitos económicos del período, en n 1939 el crecimiento se agota y parecía necesaria una expansión territorial para seguir creciendo, a costa del mercado, las materias primas, las fuentes de energía y la mano de obra de los conquistados. Peter Calvocoresi considera que el agotamiento del crecimiento económico en 1939 lleva a Hitler a desencadenar la guerra para obtener esas zonas comerciales, materias primas, combustible, y evitar conflictividad social por el paro que empezaba a despuntar. La sociedad. La política social nazi girará en torno a su ideología racial, que considera a la raza aria como superior y con derecho a dominar al resto y a preservar su pureza. Los arios ocuparán todos los puestos importantes y formarán la aristocracia del Partido Nazi, que se distribuye cargos políticos, policiales y funcionariales. Cada gran jefe nazi se comportaba como un señor feudal casi independiente, que sólo obedecía a Hitler, por encima de la obediencia a las leyes y las instituciones del Estado. Los militantes de base ocupaban cargos en la función pública, la policía, etc. Los militares y los grandes empresarios también resultarán muy favorecidos por el régimen, convirtiéndose en la pieza clave de la economía durante este período, ya que ellos son los grandes beneficiados de las inversiones publicas en el rearme alemán. Por el contrario, los obreros sostendrán el esfuerzo principal, contentos por que tienen trabajo seguro, pero descontentos por que soportan sueldos bajos y un constante retroceso en su capacidad adquisitiva. Son ellos los que realmente pagan los esfuerzos inversores del régimen. La clases medias, tan importantes en las victorias electorales nazis, resultaran favorecidas al principio, pero también sufrirán recortes salariales, presión fiscal y racionamientos cuando llega la guerra. Los agricultores, propietarios en su mayoría, Pág. 14. Tema: Fascismo y nazismo: La crisis de las democracias: 1920-1945. Albinoo Feijóo Gómez.

Esquemas. agradecerán las políticas proteccionistas, aunque a la larga, junto con los obreros, serán los que más renta transfieran hacia la política industrial. Sin duda, los grandes perjudicados son los judíos, gitanos, marginados sociales, enfermos mentales, homosexuales, que serán perseguidos y exterminados, aunque antes serán expropiados, obligados a pagar impuestos especiales, deberán renunciar a sus empleos y a sus negocios. Su riqueza, sobre todo la de los judíos, pasará a engrosar las arcas del Estado y, sobre todo, los bolsillos particulares de los dirigentes nazis y de muchos empresarios arios que se benefician de la venta forzada de las propiedades de estos perseguidos. BIBLIOGRAFÍA: Luna, Giovanni de. Mussolini. Barcelona: Salvat Editores, 1995. Mack Smith, Denis. Mussolini. México, D. F.: Fondo de Cultura Económica, 1989. Mandel, Ernest. El fascismo. Madrid: Akal, 1987. Ridley, J. Mussolini. Buenos Aires: Javier Vergara Editor, 1999. Santi, Roland. Fascismo y burguesía industrial. Italia. 1919-1940. Barcelona: Fontanella, 1973. Tannebaum, Edward R. La experiencia fascista. Sociedad y cultura en Italia (1922-1945). Madrid: Alianza Editorial, 1975 Tasca, Angelo. El nacimiento del fascismo. Barcelona: Ariel, 1969. Mack Smith, Denis. Mussolini. México, D. F.: Fondo de Cultura Económica, 1989 Arias, Juan. Caída de Mussolini. Barcelona: Planeta, 1995. García, Carlos A. La vida y la obra de Mussolini (el genio del siglo). Madrid: Ediciones Españolas, 1941. Guichonnet, Paul. Mussolini y el fascismo. Barcelona: Oikos-Tau, 1970. Fernández García, Antonio y Rodríguez Jiménez, José Luis. Fascismo y neofascismo. Madrid: Arco Libros, 1996. Llobera Poquet, Jorge. Mussolini y el fascismo. Estudio de su vida y empresa aplicadas a los principios de la función administrativa. Madrid: Escuela Superior de Comercio, 1941. Luna, Giovanni de. Mussolini. Barcelona: Salvat Editores, 1995. Frost, Michael. Dachau, campo de exterminio nazi. Barcelona: Asesoría Técnica de Ediciones, 1984. López García, José (Adam Surray). El horror nazi. Campos de concentración y exterminio. Pozuelo de Alarcón: Editorial Andina, 1977 Rassinier, Paul. El drama de los judíos europeos. Barcelona: Editorial Acervo, 1976. Sánchez Pascual, Enrique. El Holocausto del pueblo judío. Barcelona: Producciones Editoriales Juan José Fernández Ribera, 1979. Vidal, César. La revisión del Holocausto. Madrid: Anaya &Mario Muchnik, 1994. Arendt, Hannah. Los orígenes del totalitarismo. 3 vols. Madrid: Alianza Editorial, 1983 Bracher, Karl Dietrich. Controversias de historia contemporánea sobre fascismo, totalitarismo, democracia. Barcelona: Laia, 1983. Bracher, Karl Dietrich. La dictadura alemana. Génesis, estructura y consecuencias del nacional socialismo. 2 vols. Madrid: Alianza Editorial, 1973 Bullock, Alan. Hitler y Stalin. Vidas paralelas. 2 vols. Barcelona: Plaza &Janés, 1994. Buron, Thierry y Gauchon, Pascal. Los fascismos. México, D. F.: Fondo de Cultura Económica, 1983. Carsten, F. L. La ascensión del fascismo. Barcelona: Seix Barral, 1970. Cervera Jover, Concepción. Los fascismos. Madrid: Akal, 1993. Colloti, Enzo. La Alemania nazi. Desde la República de Weimar a la caída del Reich hitleriano. Madrid: Alianza Editorial, 1973. David, Claude. Hitler y el nazismo. Barcelona: Oikos-Tau, 1987. Furet, François. Comunismo y fascismo. Madrid: Movimiento Cultural Cristiano, 1996. Hernández Sandoica, Elena. Los fascismos europeos. Madrid: Istmo, 1992. Hildebrand, K. El Tercer Reich. Madrid: Cátedra, 1988 Bracher, Karl Dietrich. La dictadura alemana. Génesis, estructura y consecuencias del nacional socialismo. 2 vols. Madrid: Alianza Editorial, 1973. Huber, Heinz y Müller, Artur. El Tercer Reich. Su historia en textos, fotografías y documentos. 2 vols. Pág. 15. Tema: Fascismo y nazismo: La crisis de las democracias: 1920-1945. Albinoo Feijóo Gómez.

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